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es movernos juntos, no sucede el misterio de<br />
la poesía. Ahí hay lenguaje, hay vocabulario,<br />
hay gramática, pero no hay expresión, no<br />
hay comunicación. De la misma manera que<br />
hay lenguaje en los twitters, hay lenguaje en<br />
los escritos; el lenguaje, digamos es una condición<br />
de la comunicación pero el diálogo<br />
no está basado en el lenguaje, está más bien<br />
fuertísimamente basado, en lo que más bien<br />
yo pensaría que es la idea encarnada.<br />
Entonces, ese afinamiento en la cabeza y el<br />
corazón por ponerlo simbólicamente, permite<br />
hablar de la palabra encarnada, la idea<br />
encarnada, el aprendizaje encarnado y esos<br />
son los ascensores que funcionan aceitadamente<br />
entre hacer, sentir, pensar. Creo que<br />
si la danza deja de ser pensada como la organización<br />
de los pasos y empieza a ser más<br />
pensada, como la organización de la emoción,<br />
como en cualquier lenguaje artístico,<br />
ese cuerpo va a ser un cuerpo potente para<br />
movilizar, esa aspiración no la tenemos que<br />
perder.<br />
A veces hay tanto movimiento y lenguaje<br />
dentro de la danza, que la danza no sucede.<br />
Entonces hay que tratar de dejar de decir,<br />
nadie es profeta en su tierra, que es un poco<br />
la frase clásica del bailarín contemporáneo<br />
que hace cosas diferentes y dice: “¡bueno<br />
total me voy a un festival en Europa y ya está!<br />
Y tratar de decir: seamos profetas en nuestra<br />
tierra, ¿cómo hago yo para movilizar mi mundo,<br />
mi territorio, mi familia, mis amigos?<br />
Conocemos con el cuerpo y sin embargo la<br />
danza no tiene un lugar en la construcción<br />
de conocimiento. Con respeto de nuestros<br />
teóricos del mundo de la danza, hay una especie<br />
de lo que puede el conocimiento, de<br />
lo que la danza está en condiciones de dar<br />
y lo que no está en condiciones de dar, está<br />
puesto de una manera que invita a que la<br />
danza no genere conocimiento. Yo diría: vamos<br />
a pensar de vuelta los protocolos y pensemos<br />
en que las neurociencias ahora están<br />
empezando a hablar de bodies cognition y<br />
nosotros seguimos pidiéndole permiso a la<br />
academia para ver sí la danza construye o<br />
no conocimiento, ¿de qué pelotudez estamos<br />
hablando?<br />
Yo no digo que no haya que tener protocolos<br />
en la gestión del conocimiento, que la academia<br />
ha sido una arquitectura que ha ayudado<br />
a avanzar al saber. Pero yo diría: que el<br />
pasaje por la academia no nos haga perder<br />
lo valioso, ¡pero pasemos a la academia!, sí,<br />
sabemos que hay formas de las prácticas del<br />
cuerpo que producen conocimiento y que<br />
ese conocimiento tiene que quedar radicado<br />
en la palabra y en la ponencia escrita;<br />
pero tiene que poder reivindicarse. Tiene que<br />
haber un lugar del cuerpo en la academia<br />
porque nosotros escribimos hace 3500 años,<br />
pero estamos expresándonos con el cuerpo<br />
y conociendo con el cuerpo, hace –entre- 14<br />
mil y 70 mil años. Entonces a mí me gustaría<br />
que hubiera muchas ponencias sobre el conocimiento<br />
generado desde el cuerpo, pero<br />
también mucho movimiento generado desde<br />
la academia, que estuviera aportándole<br />
a otras disciplinas que no son la danza.<br />
Es como meterte en el juego del otro, tenés<br />
que meterte para poder crear junto con la<br />
academia, pero no entregar todas nuestras<br />
herramientas en la academia.<br />
<strong>Inquieta</strong>: ¿En tu experiencia con jóvenes,<br />
algo se modificó en tu propia potencia?<br />
Pero por supuesto, yo creo que sí y yo cuando<br />
me puse a trabajar en estas cosas, hablé<br />
poco para ser prudente, pero la ambición<br />
no era chica. Yo en realidad fui a trabajar<br />
a contextos vulnerables, porque fui invitada<br />
por otra persona que me llevó, yo ya había<br />
tenido militancia política en mi época de Facultad<br />
de Sociología en el 74, 75, antes de la<br />
dictadura militar, -pero en realidad yo siempre<br />
cuento que fui a afanar, a tomar ideas,<br />
yo lo que tenía era la necesidad de moverme<br />
con otros cuerpos.<br />
A veces lo cuento y la gente dice: “es una<br />
hija de puta, viste”, que se va a un barrio, a<br />
una villa a afanar movimientos. Pero a mí me<br />
parece que ese fue el comienzo de lo que<br />
hoy es Big mama, hace dos semanas volvieron<br />
de dos meses de gira por Alemania y Austria<br />
que eran a los lugares a donde iba de<br />
gira con NúcleoDanza y después con Guchi<br />
Lesgart. Después fui de gira con Crear Vale<br />
la Pena y hoy esos pibes de La Cava y del<br />
bajo de Boulogne salieron solos, dos meses<br />
de gira. Hay una riqueza y una potencia en<br />
esa manera de moverse, potencia estética,<br />
potencia poética, potencia emotiva y maestría,<br />
que yo siento que no había en nuestros<br />
cuerpos.<br />
Entonces, yo siempre creí que eran nuevos