El-Peregrino-42
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V aticano<br />
<strong>El</strong> Papa a los valdenses:<br />
«Les pido perdón en<br />
nombre de la Iglesia<br />
católica»<br />
<strong>El</strong> encuentro ya era histórico de por sí:<br />
por primera vez un Papa visitó un templo<br />
valdense. Pero lo fue aún más después<br />
de las palabras del mismo Papa<br />
Francisco a los evangélicos metodistas<br />
piamonteses: «De parte de la Iglesia<br />
Católica, les pido perdón por las actitudes<br />
y los comportamientos no cristianos,<br />
incluso no humanos que, en la historia,<br />
tuvimos contra ustedes. En nombre del<br />
Señor Jesucristo, ¡les pido perdón!». Una<br />
petición que transformó esta etapa del<br />
Francisco a los<br />
jóvenes: sean castos y<br />
vayan contracorriente<br />
Papa Francisco invitó a los jóvenes a ir<br />
«contracorriente» con respecto a la difundida<br />
cultura consumista y hedonista<br />
(«Seré impopular: sean castos, el amor es<br />
servicio»), en la última cita pública de su<br />
primer día en Turín. Respondiendo a la<br />
pregunta de una chica (¿cómo no caer en<br />
el desánimo?), puso algunos ejemplos<br />
históricos para explicar que comprendía<br />
la desconfianza: la «gran tragedia» armenia<br />
que se verificó en la absoluta indiferencia<br />
mundial, las purgas stalinianas, las<br />
grandes potencias que no detuvieron los<br />
trenes que llevaban a los judíos, a los<br />
cristianos, a los gitanos y a los homosexuales<br />
a los campos de concentración de<br />
los nazis. Francisco insistió en la invitación<br />
a rechazar una «cultura del descarte» que<br />
afecta a los ancianos y a los jóvenes. <strong>El</strong><br />
viaje de Bergoglio en un encuentro<br />
fundamental para el recorrido ecuménico<br />
tan fuertemente impulsado por Jorge<br />
Mario Bergoglio. Esta mañana, el Pontífice<br />
salió del arzobispado de Turín y se dirigió<br />
en coche al templo valdense. A la entrada<br />
fue recibido por el moderador de la Mesa<br />
valdense, el pastor Eugenio Bernardini,<br />
por el presidente del consistorio de la<br />
Iglesia evangélica valdense de Turín,<br />
Sergio Velluto, y por el titular de la Iglesia<br />
valdense de Turín, el pastor Paolo Ribet.<br />
Después de los saludos iniciales de Ribet,<br />
Bernardini y el moderador de la Mesa<br />
valdense del Río de la Plata, el Papa<br />
comenzó su discurso agradeciendo: «la<br />
cordial acogida que hoy me reservan, me<br />
hace pensar en los encuentros con los<br />
amigos de la Iglesia Evangélica Valdense<br />
del Río de la Plata, con los que pude<br />
apreciar la espiritualidad y la fe, y<br />
aprender tantas cosas buenas».<br />
Papa entregó el discurso que había<br />
preparado y respondió (auqnue dijo que<br />
conocía las preguntas de los tres chicos)<br />
a Chiara Vagnoni, a Sara Amodio y a Luigi<br />
Capello, después de que otros dos<br />
jóvenes hubieran introducido el encuentro,<br />
dándole la bienvenida en piamontés,<br />
y después de haber besado la Cruz de<br />
madera de la Jornada Mundial de la<br />
Juventud, que se llevará a cabo en 2016<br />
en Cracovia. Francisco citó al beato<br />
Piergiorgio Frassati, ante cuya tumba se<br />
detuvo esta mañana en la catedral de<br />
Turín, para subrayar el necesario «deseo<br />
de vivir» de la juventud. «¿Saben? Es feo<br />
ver a un joven detenido, que vive,<br />
permítanme la expresión, como un vegetal...<br />
Sepan que me dan mucha tristeza al<br />
corazón esos jóvenes que se jubilan a los<br />
veinte años, que ¡envejecieron en seguida!<br />
Pero cuando el joven ama, no se<br />
jubila, crece, crece y da».<br />
Papa Francisco, la única<br />
voz diferente en el mundo<br />
En esta época en la que parece haber<br />
un pensamiento único, que acalla<br />
cualquier diferencia y cualquier<br />
sensibilidad, con destripaterrones o con la<br />
cruda contabilidad, hay un solo hombre<br />
que habla tercamente de personas y de<br />
humanidad. Papa Francisco nos recuerda<br />
que somos hombres y mujeres, que<br />
tenemos derechos, pero también deberes<br />
hacia los que son demasiado pequeños o<br />
demasiado ancianos, para los que están<br />
demasiado enfermos o débiles para<br />
caminar solos. <strong>El</strong> pensamiento único<br />
dominante acepta «la economía del<br />
descarte», que arrincona a los que no<br />
tienen trabajo y no son productivos, y<br />
también predica la cerrazón en las<br />
propias identidades y en las propias<br />
fronteras. Tratar de recordarnos de<br />
dónde venimos, volviendo a descubrir el<br />
valor de los «abuelos», entendidos como<br />
los que mantienen la memoria, es la única<br />
manera para saber hacia dónde ir. Sin<br />
memoria no hay futuro, y solo con un<br />
pacto generacional y social, que sea<br />
exactamente lo opuesto de las guerras<br />
civiles a las que asistimos todos los días,<br />
podemos pensar en salir de la crisis. Pero,<br />
para lograrlo, no podemos quedarnos<br />
quietos «esperando la recuperación»,<br />
sentados en la banca («o jubilados a<br />
veinte años»), sino que hay que apostar<br />
por la formación de los jóvenes, por la<br />
solidaridad, por una mirada amplia y por<br />
la valentía. «Osen, sean valientes», porque<br />
solo con un pensamiento nuevo y<br />
diferente podremos lograrlo.<br />
FUENTE: VATICAN NEWS