Revista Grupo Agro

columna de opinion
reforma
laboral
Alfredo Wähling J.
Presidente Asociación de Agricultores de
Ñuble
La reforma laboral enviada por el gobierno a fines del
año 2014 y que se tramita en el parlamento, a la fecha
tiene más de 100 indicaciones del mismo gobierno
y otras 800 presentadas por los diputados. El número de
indicaciones refleja la calidad técnica del proyecto recibido
en la cámara de diputados y las diferencias de opinión
que genera un tema trascendental para trabajadores y
emprendedores.
La propuesta estimula la sindicalización y el principal
problema que tiene, según diversos analistas de múltiples
sectores políticos, es que el gobierno ha hecho un muy
mal diagnóstico de la problemática laboral en Chile. Se ha
optado por impulsar una reforma que rigidiza el mercado
laboral mediante la promoción de una mayor sindicalización,
donde, entre otros aspectos, los trabajadores no podrán
descolgarse de las huelgas ni podrán formar grupos
negociadores, ya que los únicos facultados para hacerlo
serán los dirigentes sindicales.
Según la OCDE Chile tiene una tasa de sindicalización
de 15,3%, similar al promedio de los países que integran
ésta misma organización (16,9%) y superior a países más
desarrollados. Además, hay que consignar que Chile está
¿QUIÉN SE HARÁ RESPONSABLE?
dentro de los países OCDE con menos productividad del
empleo; tiene una baja empleabilidad de los jóvenes de los
quintiles más bajos; cerca de un tercio de los trabajadores
no tienen contrato de trabajo y las mujeres y jóvenes son
quienes menos empleabilidad tienen.
Los temas anteriores han sido recurrentemente
analizados y discutidos, pero el aporte y avances que esta
reforma tendrá en ellos es insignificante. Esto explica por qué
entre los trabajadores esta nueva Ley tiene un apoyo de 31%
y un rechazo de 41% (Encuesta U. Adolfo Ibañez – CADEM).
Mientras el proyecto avanza, el mercado laboral de las
actividades agropecuarias sigue siendo rígido, dañando
rubros que por su naturaleza funcionan de manera diferente
a lo que es el trabajo en otros sectores industriales. Se
necesita poder tener adaptabilidad laboral, tal como lo
tienen sectores como la minería.
Muchos pequeños y medianos productores
agropecuarios se juegan los ingresos cada año en la época
de cosecha, que está restringida a algunas semanas o un
par de meses, a lo que se suma una escasa disponibilidad
de infraestructura predial para almacenar, procesar o
mantener en frío. Si paralizan los temporeros en los predios,
o los trabajadores de agroindustrias, o los trabajadores
portuarios, los mayores perjudicados serán los agricultores,
quienes no podrán reponerse de las pérdidas y seguramente
terminarán quebrando.
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