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©<br />
Septiembre 1988<br />
El gran río del tiempo<br />
Egipto vivía al ritmo de las crecidas del Nilo<br />
por John Baines<br />
8<br />
Sabios y aventureros redescubrieron el<br />
antiguo Egipto en el siglo XIX<br />
por Jean Vercoutter<br />
12<br />
Las pirámides, colosales obras de<br />
ingeniería<br />
Cómo se desarrollaron cienciasy técnicas<br />
junto al Nilo<br />
por Rainer Stadelmann<br />
17<br />
Cómo veían el mundo los hombres del<br />
antiguo Egipto<br />
por Jean Yoyotte<br />
26<br />
La vida cotidiana en el país de los faraones<br />
por Christiane Desroches-Noblecourt<br />
30<br />
Egipto en el mundo mediterráneo antiguo<br />
Cuando Tales de Mileto se llevó del Nilo el<br />
calendario solar<br />
por Gaballa Ali Gaballa<br />
33<br />
El arte faraónico y la imaginación<br />
moderna<br />
por Richard A. I'azzini<br />
36<br />
La Unesco y el salvamento de los tesoros<br />
egipcios<br />
Oe la campaña de Nubla a la Biblioteca de<br />
Alejandría<br />
porGamal Mojtar<br />
Este número contiene, además de 40 páginas de textos v (otos, un<br />
eneartede4 páginas situado entre las p. 2-3v38-39.<br />
Nuestra portada: pintura de la tumba de Pachedú<br />
en Tebas (Dinastía XIX, 1307-1 196 a.C). El<br />
difunto bebe agua de un estanque, a la sombra de<br />
una palmera,<br />
[oto© G . Dagli Orti, París<br />
Portada posterior: cámara funeraria de<br />
Merenptah (1224- 1214 a.C), decimotercer hijo y<br />
sucesor de Ramsés II.<br />
loto B. Brake© Rapho, París<br />
El Correo<br />
Una ventana abierta al mundo<br />
Revista mensual publicada en 35 idiomas:<br />
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AñoXLI<br />
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Croata-serbio Esloveno Macedonio<br />
Serbio-croata Chino Búlgaro Griego<br />
Cingalés Finés Sueco Vascuence Tai<br />
Vietnamita Pashtu Hausa<br />
El antiguo Egipto, que desde siempre sedujo a<br />
sabios y a viajeros, sigue conservando hoy,<br />
doscientos años después del nacimiento de la<br />
arqueología egipcia moderna, todo su poder de<br />
fascinación. La egiptología es una ciencia que<br />
progresa constantemente a medida que los<br />
especialistas avanzan en su paciente tarea de<br />
reconstituir a partir de vestigios que se han<br />
conservado perfectamente gracias a la sequedad del<br />
aire y la arena del desierto una civilización que les<br />
entrega sus riquezas pero que aun guarda<br />
numerosos secretos. Y las muchedumbres que se<br />
agolpan para visitar las exposiciones internacionales<br />
de arte egipcio dan testimonio del atractivo cada vez<br />
mayor que ejerce la cultura del antiguo Egipto<br />
sobre el gran público. Por su parte, la grandeza de<br />
las pirámides, el esplendor de las tumbas y de los<br />
templos del valle del Nilo, el misterio de los<br />
jeroglíficos grabados en piedra o pintados en papiro<br />
han proporcionado una visión del Egipto faraónico<br />
que, aunque a veces se desvíe de la realidad<br />
histórica, nunca ha dejado de estimular, a lo largo de<br />
los siglos, la imaginación de artistas, arquitectos,<br />
escritores y músicos.<br />
El redescubrimiento del antiguo Egipto en la<br />
época moderna y las grandiosas realizaciones de su<br />
arquitectura y de su ingeniería son algunos de los<br />
temas abordados en el presente número de El<br />
Correo de la Unesco. De todos modos, nuestro<br />
propósito esencial era mostrar, a través de algunos<br />
aspectos más íntimos de la vida de los antiguos<br />
egipcios que la egiptología actual ha puesto de<br />
relieve, la idea que tenían de sí mismos y del<br />
universo, su existencia y sus ocupaciones diarias al<br />
ritmo de las estaciones y de la crecida anual del<br />
Nilo, las extrañas y complejas divinidades<br />
omnipresentes en su panteón y su concepción del<br />
más allá. Todo ello nos da una visión de una<br />
sociedad en la que lo sagrado y lo sublime se<br />
fundían íntimamente en la trama de lo cotidiano, de<br />
una civilización que supo elaborar una síntesis<br />
única de lo pasajero y lo eterno. Tal vez sea en el arte<br />
donde mejor se exprese esa armonía; en efecto,<br />
gracias a la precisión en el detalle y la búsqueda de<br />
los matices más sutiles en la expresión y el<br />
movimiento, el arte del Egipto faraónico nos ofrece<br />
un vivo retrato de un pueblo, de un país y de una<br />
época en la que todos los aspectos de la vida terrena,<br />
desde las faenas del campo hasta el círculo familiar y<br />
los placeres más efímeros, se hallaban revestidos de<br />
un carácter sagrado y cósmico.