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“Esencias y Perfumes”
cerrado que contiene una grasa insoluble en alcohol y exenta de mal olor los perfumes son
absorbidos por las grasas, y las células vivas de la flor, que no se lesionan por este
procedimiento, continúan elaborando esencia durante varios días; éste es el procedimiento
del perfumado. Las grasas se juntan formando una pomada olorosa de la que se extraen las
esencias disolviendo éstas con alcohol.
Se preparan en la actualidad sintéticamente un gran número de los constituyentes de las
esencias. La heliotropina, los almizcles artificiales, el terpineol (lillas), la esencia de
violetas, etc; se obtienen artificialmente con mayor facilidad que las naturales, pero no
poseen siempre la misma suavidad.
En relación a los procesos o métodos para preparar o extraer las esencias lo más
conveniente es comprarla ya preparada, ya que dichos métodos son tardados lo cuál
en terminos de costos en tiempo afecta nuestra utilidad .
Perfume: Materia odorífica y aromática que, puesta al fuego, echa de sí un humo
fragante y oloroso; como sucede con el benjuí, el estoraque, el ámbar y otras cosas
semejantes. El mismo humo ú olor que arrojan de sí las materias olorosas.
Los perfumes fuertes y respirados en gran cantidad pueden determinar accidentes
nerviosos graves, como cefalalgias y vértigos, lo propio que lipotimia. Hay , además
suceptibilidades para ciertos perfumes, como la rosa, naranjo, jazmín, etc. Las emanaciones
de las plantas no deben tampoco considerarse como tóxicas en absoluto, sino únicamente de
un modo relativo y según casos individuales. No deben confundirse las emanaciones de las
flores olorosas con las de sus esencias componentes. Los aceites esenciales, en
efecto, no pueden producir otros efectos que los inherentes a su naturaleza. Sólo en ciertos
casos, por su acumulación en un recinto cerrado, pueden viciar el aire al resinificarse por
oxidación y formar ácido carbónico, sino también la a de óxido de carbono.
Efectos de las esencias y el perfume
Se ha afirmado, aunque sin prueba alguna, que la respiración de los perfumes fuertes
puede causar una languidez y debilidad corporal y mental crónica.
Los olores aromáticos y penetrantes, como los del espliego, tomillo, menta y
verbena, pueden convertirse en estimulantes enérgeticos.
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