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mo puedo decir de los trabajadores de <strong>la</strong> construcción, a los<br />
que frecuentemente identifiqué con éxito. Observé que con<br />
frecuencia eran de físico mesomórfico, o atlético-pícnico<br />
combinado, pero no pude verbalizar más indicios.<br />
Algunas de <strong>la</strong>s conjeturas individuales fueron interesantes,<br />
por cuanto en unos pocos casos intuí otros factores diferentes<br />
de <strong>la</strong> ocupación. Mantuve una actitud mental pasiva,<br />
orientada hacia <strong>la</strong> «ocupación», pero en ocasiones ocurría que<br />
un hombre tenía una impresión tan fuerte re<strong>la</strong>tiva a algún<br />
otro factor que eclipsó <strong>la</strong> «ocupación». Esto ocurrió frecuentemente<br />
en el caso de neoyorquinos, quienes, silenciosos en<br />
sus batas de baño, algunas veces tenían una impresión tan<br />
fuerte de ser, sobre todo, neoyorquinos, que otras intuiciones<br />
parecían estar en <strong>la</strong> penumbra. Entre los 25.000 hombres<br />
hubo un jugador profesional de póquer y lo identifiqué con<br />
éxito * . Designé a los vendedores con considerable regu<strong>la</strong>ridad,<br />
pero sólo después de que ellos hubieran hab<strong>la</strong>do, y <strong>la</strong>s<br />
notas en tales casos son reve<strong>la</strong>doras; por ejemplo: «Voz profunda,<br />
buena animación; un conversador». «Buen conversador;<br />
además ellos hab<strong>la</strong>n más que los otros, en lugar de simplemente<br />
‘sí’ o ‘no’». El criterio verbalizado en el caso de los<br />
vendedores fue: «Si parece ‘amar’ su voz, es mas probable<br />
que sea un vendedor. Su voz es importante para él como un<br />
instrumento para habérse<strong>la</strong>s con <strong>la</strong> realidad». Esta verbalización<br />
tiene implicaciones psicodinámicas interesantes.<br />
Esta observación en el caso de los vendedores, y <strong>la</strong> consideración<br />
adicional de <strong>la</strong> presencia de «señales del ojo» en<br />
granjeros y mecánicos, condujo gradualmente a una nueva y<br />
aún sobrecogedora línea de pensamiento que fue útil en el<br />
intento de comprender los procesos intuitivos. Finalmente<br />
encontré que en efecto no eran en absoluto <strong>la</strong>s ocupaciones<br />
<strong>la</strong>s que estaban siendo juzgadas, sino <strong>la</strong>s actitudes hacia los<br />
* Creo oportuno reseñar que el autor era muy aficionado al póquer, juego<br />
en el que era un c<strong>la</strong>ro ganador y que, según él mismo cuenta, le financiaba<br />
<strong>la</strong>s vacaciones. Quizá eso le ayudo a identificar al jugador. (N. del E.).<br />
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