11.07.2015 Views

Ir a texto

Ir a texto

Ir a texto

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

5 tomos; siete tomos del Padre Santander 43 , los dos primeros sobre retiro paraclérigos, otros dos de doctrinas y sermones y los últimos tres de panegíricos, entreotra infinidad de obritas de edificación a las que seguramente echarían mano lospredicadores para componer sus documentos, en un área donde el libro, si bienno escaseaba, pero era dificultoso su aprovisionamiento. 44Su composición tenía que ver primero con el espacio físico dónde el predicadorpensaba y escribía su <strong>texto</strong>, el momento que la retórica clásica denominabala inventio. El lugar de esa composición en los siglos que estudiamos es el escritoriodel predicador, muchas veces su mismo aposento o celda, en el caso de unregular, y, en raras ocasiones, la biblioteca conventual o del seminario. Se trata deuna experiencia personal del lector con la tradición escrita de la retórica cristianaoccidental, a través de sus comentarios y discusiones con otros predicadores; unaexperiencia donde prima el silencio, en sus lecturas, en sus cavilaciones, previo almomento de la oralidad.Un viejo profesor jesuita de Córdoba en sus escritos citaba el episodio de SanPascual Bailón. Decía que un día el santo entró en la celda del guardián del convento,que tenía la mesa sembrada de libros abiertos para trabajar un sermón, entoncesle dijo: “Padre guardián ¿para qué es todo esto? En la oración encontrarávuestra charidad más que en los libros”. 45Este relato, que nos retrotrae al siglo XVI, muestra el espacio propio para elarmado del escrito: la celda o el aposento, y la ayuda de una serie de libros pertinentespara su factura.El momento de la inventio era aquel en que el concionador elegía el tema deacuerdo al año litúrgico y comenzaba a organizarlo y argumentarlo. Acordamoscon Francis Cerdán que, a decir verdad, los predicadores “inventaban” muy poco,por eso para él el momento de la inventio es sencillamente “la búsqueda de lostemas, motivos y argumentos para componer el sermón, muchas veces a partir delibros y obras existentes en la biblioteca del predicador”. 46 Los manuales retóricoseran una ayuda indispensable, pues no sólo indicaban cómo componerlo, qué recursosusar y en qué momentos, cómo prepararse para escribirlo y para pronunciarlo,cómo debía ser la actitud del predicador en el púlpito, sino que ofrecíanejemplos, florilegios, analogías, milagros, etc., a los cuales recurrir.43Miguel de SANTANDER (O.F.M. Cap.) (44-83), Sermones selectos y doctrinas para misión, Madrid:en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 800. Hay edicionesde 80, 80 y 803.44IEA, documentos nºs. 64 y 9.54.45MIRANDA, Vida…, p. 08.46Francis CERDáN, “Actualidad de los estudios sobre oratoria sagrada del Siglo de Oro (985-00).Balance y perspectivas”, Criticón, nºs. 84-85, 00, p. 4. Centro Virtual Cervantes.89

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!