NACIMIENTO ESPIRITUAL DE JESÚS - OdeMIH

Sixto cuarto de nuestro ordeny en el oficio y octava(éste que ves en la sillade su inmaculado día.de la popa de la Iglesia,Escribirá de su manocuya nave sacra rija)las lecciones y homilías,con apostólico celo, concediendo a sus devotosorden te dará en que vivas,indulgencias infinitas.En estos versos hace alusión al oficio de la Inmaculada, que en tiempo deTirso era ya común y se rezaba en algunas Ordenes religiosas, entre ellas lanuestra.Volverán las opiniones, sin pecado original,contrarias a tu porfía, para que en bronces se imprima.desde aquí a doscientos arios, Será patrón de esta causa,y la competencia antigua. por lo que medre en seguirla,Mas, crecerá de manera en fe de su mucho celo,la devoción (ahora niña) un Felipe; que la sillaen nuestra dichosa España gozara de los dos orbesde la Concepción Virgínea rigiendo en paz y en justicia,que en Castilla y en Toledo, un siglo por él dorado,Valencia, el Andalucía dos Esparias y dos Indias.y, en fin, en los pueblos todos Este trayendo en su pecho,de estas bélicas provincias. con toda tu Real familia,Los doctos, los ignorantes, la Concepción en medallasla vejez y la puericia, de diamantes guarnecidas,con palabras y con obras, del sucesor de San Pedrocon fiestas, con alegrías; Paulo quinto (esencia quintaen cátedras, en sermones, en santidad y prudencia,en prosas y en poesías, piedad y sabiduría)confesará toda España alcanzará un propio motuque fué el Alba concebida que las disputas impida.En estos versos que preceden se manifiesta bien a las claras lo extendidaque estaba en tiempos de Tirso la creencia en la Inmaculada Concepción. Sonbellos, y por demás poéticos, esos versos alusivos a Felipe Segundo. Y continúa:aquélla por tener dichade ser casa de solarRejuvenecerá Espata, de esta religión benigna,y en sus ciudades y villas y estotra por el Colónharán asombrosas fiestas, que su Iglesia patrocina,Pero Toledo y Sevilla del Monte Santo en Granadase han de aventajar a todas; que en vez de oro da reliquias.Aparécense en visión Toledo y Sevilla, y luego el Rey D. Jaime armadocon capa de la Merced y una tarjeta de sus armas, y, finalmente, D. Juan pri_mero. A su vista, San Antonio prosigue:— 366 —Toledo y Sevilla sonlas dos que la fama pinta,para que encumbressu nombrey su bendición bendigas.Aragón, también devota,con dos Reyes autorizala verdad 'de este Misterio,en servicio de María.Don Jaime el primero es esteque a su Concepción dedicala Orden de la Merced;porque cautivos redima,en fe de que su patronajamás estuvo cautiva,en la original prisión. que a cuantos nacen ' obliga;por razón de la pureza,Desaparece San Antonio dichas estasexclamar a D. Beatriz:Milagroso lusitano,¿por qué con tu ausencia eclipsasluces que mi fe alentaron?Oye, Antonio, espera, mira.Mientras tanto, los Reyes y caballeros que habían salido en seguimiento deBeatriz, apresan por aquellos alrededores al fiel criado Melgar, que la acompañaba,y él «con más miedo que vergüenza»—según frase de Tirso—, contócuanto sabia.Los Reyes, al tener noticia del propósito de D. Beatriz y de los móvilesque la impulsaban a encaminarse a Toledo, lejos de airarse, quisieron ellosmismos acompañarla hasta la famosa ciudad, para dejarla en Santo Domingoel Real.Por la transcripción,FR. Josi: CEREIJO MUIÑOS(Continuará.)».»ZWRIA ))) * 4(* 4, , *17'— 367 —de su célebre miliciase viste el manto que vesdel candor que al alba envidia.El otro Rey es Don Juanel primero, la cariciade sus vasallos, que esperandichosa paz con su'Vista.Este en públicos edictosa los rebeldes castigacon destierros . y rigores,que esta devoción no sigan.• ¡Ea, fundadora noble!,a Toledo el paso guía,para que esta Orden comiencepor Doña Beatriz de Silva.palabras, y su ausencia le hace¿Es esto verdad o sueño?Pero no, Virgen benigna:¡Viva vuestra Concepcióny quien la defienda, viva!