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En homenaje al Padre Gallo - Universidad Rafael Landívar

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REVISTA CULTURA DE GUATEMALAEN HOMENAJE AL PADRE GALLO


REVISTACULTURA DEGUATEMALA<strong>En</strong> <strong>homenaje</strong> <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo<strong>En</strong>ero - abril 2007Año XXVIII Volumen I


CréditosLicda. Guillermina HerreraRectoraIng. Jaime Arturo Carrera CruzVicerrector Gener<strong>al</strong>Lic. Ariel Rivera IríasVicerrector AdministrativoDr. Rolando Alvasrado, s.j.Vicerrector AcadémicoLic. Larry Amilcar Andrade AbularachSecretario Gener<strong>al</strong>CULTURA DE GUATEMALALicda. Guillermina HerreraDirectoraDr. Ricardo E. Lima SotoDra. Lucrecia Méndez de PenedoM.A. Lucía VerdugoM.A. María Eugenia DelCarmen CuadraLicda. Marcia Vázquez de SchwankLic. Ernesto LoukotaConsejo Editori<strong>al</strong>Rogelio ClaraFotografías de la revista y de la portadaUna publicación de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>Vista Hermosa III, zona 1601016, Guatem<strong>al</strong>a de la AsunciónGuatem<strong>al</strong>a, C.A.Teléfono: 2426-4547Fax: 2426-2626 Ext: 2486


ÍndicePrólogo: Antonio G<strong>al</strong>lo, s.j. Maestro de filosofía 9Semblanza de Antonio G<strong>al</strong>lo, s.j. 13Teoría de los grupos étnicos a la metafísica del m<strong>al</strong>:<strong>Padre</strong> Antonio G<strong>al</strong>lo o el compromiso de la sabiduría y la generosidad 19Identidades, culturas, democracia 39Guatem<strong>al</strong>a como re<strong>al</strong>idad poliétnica: la mirada de un fenomenólogo 65El reconocimiento y escucha del otro: la filosofía de la cultura en laobra de Antonio G<strong>al</strong>lo Armosino 83La verdad del texto 113La distancia entre la p<strong>al</strong>abra y el movimiento 123El yo y la étnia: mestizaje cultur<strong>al</strong> 131Epílogo: El camino más largo 1497


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aes la misma re<strong>al</strong>idad que abordan lasdiversas ciencias, pero tomada en unplano y en una perspectiva distinta.Las preguntas que se hace frente aella van en la línea de ¿y qué es lare<strong>al</strong>idad? ¿es lo mismo re<strong>al</strong>idad queser? ¿cuáles son las cu<strong>al</strong>idades de lare<strong>al</strong>idad? ¿cómo está estructurada?¿qué diferencia y cómo se relacionanlas diversas formas, modos y tiposde re<strong>al</strong>idad? ¿qué es lo que hace queuna re<strong>al</strong>idad concreta sea ella y nootra?, etc. Al centrarse en este tipo depreguntas el saber filosófico obtienerespuestas, obtiene verdades, todo lomodestas y discutibles que se quiera,pero verdades <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo. Lamayoría de sus esfuerzos, empeñosy desvelos, los ha dedicado G<strong>al</strong>loa arrancarle átomos de verdad a lahuidiza y esquiva re<strong>al</strong>idad. Los haobtenido y los ha compartido consuma y constante generosidad.El saber filosófico, ya desde susorígenes griegos, no ha sido unmero ejercicio intelectu<strong>al</strong> ajeno eindiferente a la vida de los pueblos yde las personas. Sus temas, ancladosen la vida misma, se han tornadoorientaciones y directrices paraafrontarla con seriedad, con sentido,con coraje, con ilusión. Todos losque hemos tenido la oportunidad deleer y escuchar a G<strong>al</strong>lo, hemos podidoconstatar que en él, la filosofíapura no ha sido ni es pura filosofía,no es sólo teoría o pensamiento,sino dirección y orientación prácticaque humaniza y equipa nuestroenfrentamiento con los cotidianos ydecisivos bregares person<strong>al</strong>es y nacion<strong>al</strong>es.No pocas ideas, sugerenciasy luces nos ha aportado este filósofoit<strong>al</strong>iano de nacimiento y guatem<strong>al</strong>tecopor opción. Las verdadesencontradas siempre las ha mutadoa posibilidades e instrumentos paranuestro person<strong>al</strong>, comunitario ysoci<strong>al</strong> decurso vit<strong>al</strong>. <strong>En</strong> su quehacerintelectu<strong>al</strong> la fi losofía no sólo hacorrido tras el <strong>al</strong>cance de la verdadde lo que somos, de las situacionesque experimentamos, de las cosasre<strong>al</strong>es entre las que nos movemos,sino que ha contribuido a que nosposicionemos en medio de ellas apartir de nuestro irrenunciable afánde libertad y nuestro deseo y compromisode justicia.Verdad, libertad, justicia, asumidasy cultivadas por G<strong>al</strong>lo como unaforma existenci<strong>al</strong> de vida; un habitu<strong>al</strong>cotidiano modo de ser jamásinterrumpido, un ethos person<strong>al</strong> quetestimonia que el sentir filosófico,además de t<strong>al</strong>ento, método, y lecturas,requiere y demanda de quiena él se entrega y en sus derroteros se10


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loaventura, una constante dedicaciónreflexiva, una verdadera profesiónintelectu<strong>al</strong>, en la que la filosofía semuestra no como una ocupaciónmás, sino como auténtica e irrenunciablecolumna vertebr<strong>al</strong> de unaexistencia person<strong>al</strong>. <strong>En</strong> esto tambiénha sido y es admirable el académicolandivariano, quien desde prácticamentesus inicios generó en launiversidad el espacio y ambientenecesarios para poder filosofar conentusiasmo, con rigor, con precisión,con responsabilidad.A través de libros, artículos, conferencias,debates, conversaciones y,sobre todo, mediante sus famosos einolvidables cursos, Antonio G<strong>al</strong>lo,ha plasmado y articulado esas tresvisiones e implicaciones de la laborfilosófica. Su incidencia y su impactoen varias generaciones guatem<strong>al</strong>tecasasí lo demuestran y testifican. Resultaineludible agradecer <strong>al</strong> maestro supedagogía intelectu<strong>al</strong> y existenci<strong>al</strong>;retomar su pasión filosófica consimilar empeño y generosidad, recorriendo,cada cu<strong>al</strong> según su propiacapacidad, inquietudes, ment<strong>al</strong>idady circunstancias, las rutas y veredasdel otear filosófico.Sostiene Dilthey que “la vida es unamisteriosa trama de azar, destinoy carácter”. Su armonía interior,su equilibrio, su prestancia, sufecundidad, la cota de felicidadque en ella se <strong>al</strong>cance, y su ansiadaplenitud, están en dependencia,según el ejemplo vit<strong>al</strong> e intelectu<strong>al</strong>de Antonio G<strong>al</strong>lo –o <strong>al</strong> menos así loconsidero yo– de lo que la impulse yj<strong>al</strong>one. Oj<strong>al</strong>á que a todos los que sehan beneficiado y nos beneficiamosde su prolongado magisterio filosóficoinspire y mueva lo que a él, meatrevo a afirmar, siempre motivó yaún guía, el ignaciano aserto de “entodo amar y servir”.11


Semblanza de Antonio G<strong>al</strong>lo, s.j.Lic. Ernesto Loukota Soler 1C onocí <strong>al</strong> padre Antonio G<strong>al</strong>lo, como muchos otros que han tenido lasuerte de tratarle, en las aulas universitarias.Allá por el año 1986, después deestudiar varios años la carrera demedicina en la <strong>Universidad</strong> de SanCarlos de Guatem<strong>al</strong>a, tomé la determinaciónde cambiar de carreray de universidad, motivado, poruna parte, por el asfixiante clima deviolencia que se vivía por esa épocaen Guatem<strong>al</strong>a y, por otra, por latoma de conciencia de una vocaciónque poco o nada tenía que ver conlos estudios de medicina: simplementeequivoqué la carrera, comosuele decirse, y opté por cambiarde dirección y ello me llevaría, sinsaberlo entonces, a conocer a estepersonaje singular.Fue así como llegué a las aulas de la<strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>. Re-cuerdo perfectamente el día en quefui a la Facultad de Humanidades apedir información para matricularmey fui atendido por la entoncesDirectora del Departamento de Letrasy Filosofía, Guillermina Herrera,quien a partir de aquel encuentrofijaría en mí una impronta de amorpor la nueva carrera.La <strong>Landívar</strong> desde entonces se volviómi segundo hogar, <strong>al</strong> extremo queno sentí cuándo transcurrieron losaños de la carrera de la Licenciaturahasta que fin<strong>al</strong>mente me gradué ydespués, mientras me desempeñéen distintas ocupaciones, siempreme dediqué a la docencia universitaria,a la que desde entonces estuvevinculado.1 Ernesto Loukota Soler nació en Guatem<strong>al</strong>a el 9 de mayo de 1960. Es licenciado en Letras yFilosofía por la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>, re<strong>al</strong>izó estudios de postgrado en filosofía en NorthernIllinois University (Fulbright Scholar). Catedrático universitario desde 1990. Actu<strong>al</strong>mente esDirector del Departamento de Letras y Filosofía de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>.13


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aDurante mis años de formaciónconocí a una serie de personajes queapunt<strong>al</strong>arían mi vocación humanística.Algunos de ellos fueron profesorasy profesores laicos comprometidoscon las Humanidades, ya fueradesde el punto de vista filosófico odel literario; otros fueron jesuitasque con su formación y experienciahabrían de inducirnos gradu<strong>al</strong>mentea entrar en contacto con ese ámbitotan particular que caracteriza la proyeccióneducativa de la Compañía deJesús: su gusto por la enseñanza y sucompromiso con el conocimiento yla verdad en el contexto de nuestrasre<strong>al</strong>idades soci<strong>al</strong>es y cultur<strong>al</strong>es.Para cuando ingresé a la <strong>Universidad</strong><strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>, el padre AntonioG<strong>al</strong>lo era ya una celebridad en elámbito académico, de lo cu<strong>al</strong> notardé en darme cuenta, en virtudde que, independientemente de susvinculaciones con la universidad,este sacerdote jesuita se había caracterizadopor ser prácticamente elguía y tutor de generaciones completasde humanistas y, sobre todo,de nuevos filósofos o amantes de lafilosofía, desde la misma fundaciónde la universidad.Fue precisamente en un curso deética en el que por primera vezaccedí a la formación de G<strong>al</strong>lo.Recuerdo que a pesar de tratarsede un curso de ética, el padre se lasarregló para que buena parte de sucurso fuera una introducción a lafenomenología. Poco sabía yo queaquella experiencia habría de ser elsello que indeleblemente marcaríami orientación filosófica en losaños postreros. Por otra parte, <strong>al</strong>goque siempre tuve presente de él fuesu denodado interés por el arte, dedonde, entre otras iniciativas, derivóla publicación de su libro sobre laimaginería guatem<strong>al</strong>teca.Hablar de Antonio G<strong>al</strong>lo es hablardel religioso jesuita, pero tambiéndel hombre univers<strong>al</strong> en su afáninvestigativo y, sobre todo, delfenomenólogo que anda por elmundo pregonando las nuevas posibilidadesde acercarse a la verdad,esa verdad marcadamente humanaque nos recuerda el “lebenswelthusserliano” para germinar en unaactitud de horizontes abiertos a lasposibilidades de lo que se nos hacemanifiesto a través de esa experienciaque se traduce en conciencia yen vida.A lo largo de los años de mi carreratendría la suerte de contar en variasoportunidades con la guía ilumina-14


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lodora de G<strong>al</strong>lo, cuya influencia perduraríaincluso más <strong>al</strong>lá del tiempoen el que estudié la carrera de Letrasy Filosofía, ya que una vez graduadosolicité una beca Fulbright, la cu<strong>al</strong>me fue concedida y terminé estudiandofilosofía en Northern IllinoisUniversity en donde aprovecharíapara tomar la mayor cantidad decursos sobre fi losofía continent<strong>al</strong>con el profesor Theodore Kisiel,quien ha sido traductor de Heidegger<strong>al</strong> inglés y un amplio conocedorde toda esa corriente en la que seinserta precisamente la fenomenologíahusserliana.Una de las experiencias más gratasque tuve con los cursos sobrefenomenología del padre G<strong>al</strong>lofue cuando se nos pidió aplicar elmétodo fenomenológico, y conMarcia Vásquez, mi única compañerade carrera en aquel entonces,decidimos aplicar el método en unestudio del grupo humano kaqchikelque poblaba el caserío de Pach<strong>al</strong>í,situado entre la Villa de Mixco ySan Lucas Sacatepéquez, <strong>al</strong> cu<strong>al</strong> sellegaba por una carretera de terraceríaconocida desde tiempos antiguoscomo la “C<strong>al</strong>le Re<strong>al</strong>”. Aquella experienciafue muy significativa tantopara Marcia como para mí y, en loperson<strong>al</strong>, además de ayudarme acomprender cómo acceder <strong>al</strong> estudiode las manifestaciones humanas, meabrió las puertas <strong>al</strong> conocimiento deotras cosmovisiones de la gente deGuatem<strong>al</strong>a. De esa experiencia creoque derivó mi admiración por lacosmovisión maya, la cu<strong>al</strong> se veríaenriquecida por mi paso por el Institutode Lingüística poco despuésde su fundación y en donde colaborécoordinando la elaboración de materi<strong>al</strong>educativo para la formaciónde maestros bilingües en castellanoe idiomas mayas.Como persona, el padre G<strong>al</strong>lo siemprese caracterizó por una actitudcolaboradora y en muchas ocasionesse le veía aceptar invitaciones a loss<strong>al</strong>ones de clase para derramar la luzde su erudición y experiencia sobretemas cu<strong>al</strong> más variados. Recuerdoasimismo, cuando en nuestra épocade estudiantes, el padre G<strong>al</strong>lo nospermitía a un pequeño grupo dela carrera de Letras y Filosofía, yde otras carreras afines, reunirnosen la antes llamada “Casa del arte”que era un casita de madera (queactu<strong>al</strong>mente se encuentra a un costadodel Edifico “O” del CampusCentr<strong>al</strong>), en donde desarrollábamost<strong>al</strong>leres de escritura literaria y dondeiniciamos nuestras primeras reflexionesfilosóficas como estudiantes de15


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ahumanidades. De aquellas reunionesguardo un especi<strong>al</strong> recuerdo por“doña Gloria”, quien era una señorade edad madura, estatura media,piel morena y cuerpo rollizo, quetrabajaba como secretaria del padreG<strong>al</strong>lo y quien siempre tenía elcuidado de recibirnos con café c<strong>al</strong>ientey champurradas. De aquellosencuentros surgió una publicación,que formaba parte del periódicode la universidad, que se llamó “ElAleph” en recuerdo a Borges, desdeya uno de nuestros autores favoritos.Posteriormente, con el paso de losaños, el padre G<strong>al</strong>lo en su afán decontinuar compartiendo con los<strong>al</strong>umnos establecería un lugarcitoespeci<strong>al</strong> para reuniones de tutoría ode reflexión filosófica que él mismodenominó “La cueva de Alta-Mira”,término que hacía referencia <strong>al</strong> ejerciciodel intelecto que nos permitepercibir mejor y con mayor <strong>al</strong>canceel conocimiento verdadero de lascosas.Además de hacerse muy familiar lafigura peculiar del padre G<strong>al</strong>lo en lasaulas universitarias, en donde su llegadaera esperada por sus estudiantesdeseosos de acceder a conocimientosde primera mano, múltiples y actu<strong>al</strong>es.Este señor de estatura media,cuerpo delgado y cabellera cana,que en <strong>al</strong>gún modo recuerda a la deEinstein, con sus inf<strong>al</strong>tables gafasdelgadas y sus mod<strong>al</strong>es sencillos,iniciaba su disertación modulando lavoz de acuerdo <strong>al</strong> requerimiento desu discurso, gesticulando, haciendoademanes expresivos con las manoso bien re<strong>al</strong>izando anotaciones rápidasy concisas sobre la pizarra que<strong>al</strong> fin<strong>al</strong> terminaría completamentellena de trazos y p<strong>al</strong>abras. Su españolsiempre fue fluido a pesar de que suidioma materno era el it<strong>al</strong>iano, ellole imprimió a su habla un agradableacento it<strong>al</strong>iano. <strong>En</strong> sus clases G<strong>al</strong>losiempre se tomaba en serio las preguntascon visos de profundidadhechas con una franca intención debúsqueda, pero por otra parte, siempretuvo la capacidad de percibircuando <strong>al</strong>guien re<strong>al</strong>izaba preguntasoficiosas y se encargaba de ponerloen su lugar. De aquellas clases G<strong>al</strong>loformaba <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> de cada ciclogruesos folios con sus anotacionesque bien podrían dar pie a <strong>al</strong>gunapublicación y de hecho, me pareceque de esa forma surgieron varias desus muchas publicaciones.A raíz de su presencia constante enlas aulas y de ver pasar generacióntras generación de estudiantes, el padreG<strong>al</strong>lo también entró en muchoscasos a formar parte de la vida de16


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>losus <strong>al</strong>umnos a través de la religión:bautizos, primeras comuniones,casamientos, defunciones, etc. Unode los recuerdos más simpáticos quetengo de estos acompañamientospor parte de G<strong>al</strong>lo fue la boda deRosa María Fernández, una ex graduadade Letras que actu<strong>al</strong>mentevive en Carbond<strong>al</strong>e, Illinois. RosaMaría se casó con un estadounidensey la boda se celebró en Guatem<strong>al</strong>apero en inglés, y ahí teníamos <strong>al</strong>padre G<strong>al</strong>lo atendiendo le<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>llamado de su ex <strong>al</strong>umna, oficiandola boda en un inglés con acento deespañol it<strong>al</strong>ianizado. Otro recuerdograto aunque por circunstanciasmenos felices fue la presencia delpadre G<strong>al</strong>lo en las exequias de mipadre, en donde, <strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que enmuchos otros casos de compañerosde la universidad, el padre estuvopresto a ofrecer p<strong>al</strong>abras de <strong>al</strong>ientoy esperanza.De la ocasión que comento tengomuy presente el momento en que éltuvo la gentileza de obsequiarle a mimadre una cruz de bronce que la habríade acompañar en sus postrerosaños de vejez. Por cierto que, tomandoen cuenta el tiempo que pasa,no han f<strong>al</strong>tado entre los conocidosde la universidad el que le pidan <strong>al</strong>padre G<strong>al</strong>lo que oficie el bautismode sus hijos, ceremonias a las que heasistido en varias ocasiones y en lasque en otras he participado haciendo<strong>al</strong>guna lectura de las SagradasEscrituras, pues en cierta ocasiónobservé que una elegante dama quehizo la primera lectura con el textoque el padre G<strong>al</strong>lo le acababa deproporcionar, titubeaba constantemente,<strong>al</strong> extremo de poner a laconcurrencia un tanto nerviosa, y nofue sino hasta que me tocó mi turnode leer la segunda lectura que me dicuenta que el texto que empleaba elpadre G<strong>al</strong>lo estaba completamenteanotado con indicaciones a manoen los márgenes y sobre el mismotexto impreso, por lo que de tiempoen tiempo era menester hacer unapausa obligada para descifrar el textoorigin<strong>al</strong> con el consabido horror deno saber cómo proseguir enfrente deuna atenta concurrencia que no seexplicaba el porqué de esos silenciosy desvaríos.Una de las características más sobres<strong>al</strong>ientesdel padre G<strong>al</strong>lo ha sido suenorme capacidad de investigación.Prueba de ello es la gran cantidady variedad de publicaciones queha logrado re<strong>al</strong>izar a lo largo de suvida (aproximadamente cuarentatítulos). <strong>En</strong> dicha empresa literariay de investigación ha tenido mucho17


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aque ver, sobre todo en los años recientes,el apoyo decidido de MaríaEugenia DelCarmen Cuadra, quien<strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que yo fue “discípula” delpadre G<strong>al</strong>lo en su momento y querecogería de él ese gusto particularpor la filosofía.A partir de esa impronta, Eugeniaha sido un pilar fundament<strong>al</strong> en elsostenimiento y promoción de la Licenciaturaen Letras y Filosofía y dela Maestría en Filosofía en la <strong>Landívar</strong>.Pues bien, a la par de su trabajoacadémico-administrativo, Eugeniase las ha ingeniado para servir deeditora de un buen número de loslibros del padre G<strong>al</strong>lo, revisándolosconcienzudamente varias veces hastaque fin<strong>al</strong>mente toman camino a laimprenta; <strong>al</strong>gunos de esos textos hansido, por ejemplo. Ver de Verdad,Los Mayas del Siglo XVI, Manu<strong>al</strong>de hermenéutica, Introducción <strong>al</strong>os v<strong>al</strong>ores y Un abrazo en la fe.Cuando comencé a escribir sobre elpadre G<strong>al</strong>lo tenía la intención de llegara redactar un concienzudo ensayo endonde comentaría una de las obrasde él que más me ha impactado: LosMayas del Siglo XVI; sin embargo,los recuerdos y las vivencias se empezarona agolpar y a presionar paramanifestarse en toda su intensidad yterminé escribiendo esto que quizásno suene muy académico, pero que esmuy re<strong>al</strong> y muy vivo. Sirvan entoncesestas humildes p<strong>al</strong>abras para rendir<strong>homenaje</strong> a un gran hombre que fincósu tarea educativa y su trabajo religiosoen Guatem<strong>al</strong>a; sin lugar a dudas <strong>Rafael</strong><strong>Landívar</strong> estaría muy orgulloso desaber que un jesuita, de origen it<strong>al</strong>iano,llegó a amar tanto a este pueblocomo para entregarse por entero a él.18


De la Teoría de los grupos étnicos a la metafísica del m<strong>al</strong>:<strong>Padre</strong> Antonio G<strong>al</strong>lo o el compromiso dela sabiduría y la generosidadDr. Roberto P<strong>al</strong>omo Silva 1Conocí <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo durante la década de los años setenta, mi primercontacto con él fue producto t<strong>al</strong>vez del destino o de <strong>al</strong>guna suavemano que me quiso dar un reg<strong>al</strong>o, como a muchos de nosotros, <strong>al</strong> ponerloen nuestro camino. La Facultad de Humanidades estaba magníficamenteinst<strong>al</strong>ada en una vieja casona de la zona 1, cerca eso sí, de la Basílica de SantoDomingo y del Convento, en re<strong>al</strong>idad a unos cuantos pasos. Era definitivamenteun lugar mágico donde pasaron muchas cosas mágicas también,para muchos de nosotros. Éramos o fuimos una generación muy especi<strong>al</strong>,dominados por la ilusión del saber, del conocimiento, casi poseídos por undesinterés mundano que nos hacía sumamente ingenuos o t<strong>al</strong>vez inmunesa lo que estaba pasando a nuestro <strong>al</strong>rededor. Nuestros intereses intelectu<strong>al</strong>eso artísticos marcaban completamente los sueños creativos o los proyectosindividu<strong>al</strong>es, los postgrados en universidades extranjeras o incluso dentro dela misma Facultad donde existía un Doctorado en Filosofía, ligado a esa otraextraordinaria person<strong>al</strong>idad que era el P. Antonio Pérez s.j., quien como unafigura casi mitológica lucía su barba y sus dibujos, con los que solía ilustrarsus clases a la par de sus comentarios sobre películas europeas o estadounidenses.Fue precisamente cuando el P. Pérez no pudo continuar con un cursode Ética que había iniciado, que tuve mi primer encuentro con el P. G<strong>al</strong>lo.Las condiciones no fueron las ide<strong>al</strong>es, ignoro hasta hoy día si no fue más la1 Doctor en Filosofia y Embajador de Carrera del Servicio Exterior del Ministerio de RelacionesExteriores. Profesor de Filosofia y Diplomático.19


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aemergencia y la necesidad de no poderabandonarnos, la que lo obligóasumir la conclusión de la clase. Eradifícil sustituir a un mito. Nadiehubiera querido hacerlo, menos aunseguir <strong>al</strong>go que solamente AntonioPérez sabía a donde quería llevarlo.Pero como siempre, solo un mitosubstituye a otro mito. Sin sentirsecómodo, un jesuita it<strong>al</strong>iano y el otroespañol, que sería Santo Tomás renovandola disputa sobre la distinciónre<strong>al</strong> con Suárez. T<strong>al</strong>vez nada de estoo t<strong>al</strong>vez un poco de ello también. Sinembargo el resultado fue de todasformas mágico, como no podía dejarde serlo. Max Scheler y la axiologíasubstituyeron a Cencillo. <strong>En</strong> mi casoy el de otras dos compañeras, quetrabajaron conmigo, fue Tehillardde Chardin, concretamente El fenómenohumano, no era tanto el temade la evolución el que me persiguió,sino lo que él llamaba “la ascensiónde la conciencia”, en qué momentolas megamoléculas desarrollabanuna conciencia o sea en re<strong>al</strong>idad,el origen de la vida, el paso de lamateria inerte a la manifestaciónde la vida, nunca se me olvida laprimera lectura de la Misa sobre elMundo que solía leer en voz <strong>al</strong>ta,solo, como buscando los testigos queno quería tener, del viaje del Cristodel Alfa <strong>al</strong> del Omega, esta idea deunivers<strong>al</strong>idad, desde las estepas deRusia, hasta el santuario de la zona1, acompañaría mi vida siempre,qué lejos estaba de pensar que lametafísica del absoluto me separaríapara siempre de las preguntas quedebía de haberme hecho, hubo casidesde <strong>al</strong>lí una renuncia tot<strong>al</strong> por laparticularización, por la identidadde lo individu<strong>al</strong>, una constante conla que hasta hoy día estoy condenandoa caminar.La presencia del P. G<strong>al</strong>lo era imponente,su estilo de dar clasesmarcado por una enorme capacidadcreadora, era ocasion<strong>al</strong>menteinterrumpido por <strong>al</strong>guna pregunta,que lo hacía volver <strong>al</strong> s<strong>al</strong>ón de clase,a recuperar los rostros que estabandelante de él, que buscábamos conél y por medio de él, no sé qué tantocomprendían los demás, a mí meparecía maravilloso escuchar aquelcastellano extraño, con un acentomusic<strong>al</strong> sumamente simpático, elpizarrón lleno de nombres y degráficas, el P. G<strong>al</strong>lo tiene un t<strong>al</strong>entoespeci<strong>al</strong> para gráfi car ideas, paradiagramar conceptos, en un esfuerzonotable por hacerse entender,porque el otro llegara a donde teníaque ir, que pudiera ver lo que lasp<strong>al</strong>abras decían, de <strong>al</strong>lí el origen dela idea del Ver como logos, que con20


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lolos años descubriéramos después.El curso de Ética cerró sin mayoresincidentes, sus criterios ev<strong>al</strong>uativoseran tot<strong>al</strong>mente subjetivos, peroeso sí, tot<strong>al</strong>mente racion<strong>al</strong>es, sabíade nosotros más que nosotros mismos,sospechaba en la certeza. Nonos gustaban las notas, pero esosiempre sera así, cuantificar comomedio de expresión que reduceun proceso, es siempre arbitrario.La lucha es no hacerlo del todoinsostenible.Simultáneamente se desarrollabanlos programas del Doctorado enFilosofía, que el <strong>Padre</strong> Pérez dirigía,con el de la licenciatura, quepermitía una interacción y mezcla,de estudiantes, materias, criterios yhasta disputas. Fue, no cabe duda,una experiencia extraordinaria.Mientras P. G<strong>al</strong>lo trabajaba el área dela filosofía an<strong>al</strong>ítica y el positivismológico, P. Pérez hacía lo propio con lafenomenología y la teoría crítica. Elb<strong>al</strong>ance era ide<strong>al</strong>, hasta que P. Pérezse tuvo que marchar. Nunca supimosporqué. Especulamos muchísimo, seoyó <strong>al</strong>gún rumor sobre problemasde s<strong>al</strong>ud, sus compromisos con unatesis que crecía fuera de control.El hecho fue que P. G<strong>al</strong>lo asumióel desafío y vino no a reemplazar,sino más bien a traer lo suyo, en loque trabajaba, su propio aporte y sucarácter person<strong>al</strong>.Todo esto también coincidió conel cambio de sede. El maravillosocaserón de la zona 1 fue abandonadopara trasladar todas las Facultades<strong>al</strong> Campus Centr<strong>al</strong> de la zona 16.Proyecto extraordinario concebidoy ejecutado de la mano de un extraordinariojesuita, Santos Pérez,quien como Rector y profesor deeconomía, así como promotor demuchísimos proyectos, dejó unahuella permanente en nuestro país,los dos, G<strong>al</strong>lo y Pérez, trabajabanjuntos en una sintonía y sincroníaimpresionantes, a lo largo de mivida nunca vi una combinaciónmás perfecta y equilibrada, aparentementetan opuestas person<strong>al</strong>idadesy estilos radic<strong>al</strong>mente diferentes,pero esenci<strong>al</strong>mente compartían lasmismas visiones y sueños. Lo quelograron para Guatem<strong>al</strong>a y su huellae influencia solo recientementepodemos empezar a v<strong>al</strong>orarla. Miprimer encuentro serio y definitivofue con el mundo mediev<strong>al</strong>, concretamentecon el tomismo, siempre hecreído que en el fondo el P. G<strong>al</strong>loes un gran tomista, formado en elmundo escolástico, emergiendode las grandes guerras europeas,transplantado <strong>al</strong> nuevo mundo, a un21


Cultura de Guatem<strong>al</strong>apaís caótico y en busca de identidady definiciones, con el espíritu javerianodel misionero, pero del misionerolandivariano, no de cu<strong>al</strong>quieraventura asistenci<strong>al</strong> y misericorde,sino enfrentando el más profundode los dilemas: es posible generarun desarrollo espiritu<strong>al</strong> en un paísfragmentado por las contradiccionesmás extremas. El encuentro con elmundo mediev<strong>al</strong> no era casu<strong>al</strong>, masbien era parte de un proceso deformación en el que par<strong>al</strong>elamentese habían estudiado la historia, elarte y la literatura. Era fruto de esavisión humanística integr<strong>al</strong> típica dela formación clásica jesuítica que eratrasladada a la formación y la pasiónpor las humanidades, en el sentidoantiguo y originario de la p<strong>al</strong>abra.No era dable explicarse la filosofíay el pensamiento escolástico, sinel entorno estético, sus manifestacionescultur<strong>al</strong>es y, claro está, susconflictos y guerras, su historia ypasado. Abelardo y Eloísa no eranuna mera anécdota en un libro dehistoria o una película que narrabauna historia poética, mas bien estáencerrada en la lucha en las universidadesde París y el resto de los reinosit<strong>al</strong>ianos, con Roma. Así pasamospues de Boecio, la patrística y SanAugustín <strong>al</strong> centro de la discusión:Santo Tomás. Mi experiencia person<strong>al</strong>fueron los Opúsculos, desde yael tema del ser y el ente dominabanmi pensamiento y mi interés. Ignorabahasta dónde me llevarían. Loque sí fue re<strong>al</strong>mente fantástico fueel desfile de controversias, disputas,escuelas, que se desplegaban de unaforma magistr<strong>al</strong> por la conducciónde los debates y las exposicionesde P. G<strong>al</strong>lo: el tema del m<strong>al</strong> y elorigen de la libertad humana; losargumentos para demostrar la existenciade D’s o sea el Proslogium yel célebre argumento ontológico deSan Anselmo; las disputas con losaverroístas y el pensamiento árabe enla Península Ibérica; Maimonides; eltema del intelecto agente; cuestionesque hasta hoy día ocupan nuestropensamiento.Simultáneamente, dentro del área deletras y filosofía, P. G<strong>al</strong>lo servía tambiénel curso de Filosofía Moderna,que para mí se centró en un trabajosobre la Fenomenológica del Espíritu,su método era pedirnos que ficháramoscuantas veces aparecían enel libro que estábamos estudiando, elconcepto o p<strong>al</strong>abra seleccionada, enmi caso fue “espíritu”. Aún conservoel fichero. El trabajo exhaustivísimopermitía fijar de una manera inequívoc<strong>al</strong>as referencias intertextu<strong>al</strong>es,fue así como el viaje hacia el Espíritu22


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loAbsoluto en la Fenomenología eraguiado por el P. G<strong>al</strong>lo mismo, sinque ni siquiera intuyéramos lo queestá pasando. Quedó fijado en mípara siempre el tema de la “di<strong>al</strong>écticadel amo y del esclavo o del señor y elciervo”, según las traducciones quese leyeran o emplearan. Al estudiarde tan cerca a Hegel y hundirme ensu lenguaje, como después pasaríacon Marx, se me generaba uno delos más graves conflictos, con loscu<strong>al</strong>es hasta hoy aun diariamentevivo, que no es otro que aquel quenos muestra el abismo entre el hegelianismoo el Marx origin<strong>al</strong> contrastadocon el de la manipulacióno vulgarización de la di<strong>al</strong>éctica y suuso popular: cómo se podía pasarde la puerilidad de la tesis-antítesissíntesis,<strong>al</strong> lenguaje originario de ladi<strong>al</strong>éctica: conciencia, conciencia desí y autoconciencia o más aun <strong>al</strong> dela determinación y la superación. Elabismo era ins<strong>al</strong>vable, <strong>al</strong>guien estabamintiendo y no podían ser los textosorigin<strong>al</strong>es. <strong>En</strong> esto era también P.G<strong>al</strong>lo un mostrador de caminos,su exposición sobre la teoría de laplusv<strong>al</strong>ía relativa y la absoluta enla Crítica de la Economía Políticaera impecable. Ambas eran insostenibles,con lo que sí teníamos problemasteóricos serios no era con elesquema de lucha de clases, sino conel en esos años ya incipiente debate“sobre el capit<strong>al</strong>ismo s<strong>al</strong>vaje” e inhumanoo deshumanizador, en eso sí,la di<strong>al</strong>éctica nos ponía en el umbr<strong>al</strong>de la contemporaneidad. Ese capítulovendría más tarde. Caminamospues las sendas del racion<strong>al</strong>ismo y lailustración, el espinosismo y el kantismocomo grandes introductoresa las grandes di<strong>al</strong>écticas posteriores.Kant y Hegel fueron el centro delviaje, pero <strong>al</strong>go quedó en la penumbraque <strong>al</strong>umbraríamos después conel tiempo, la Ilustración permanecíacomo suspendida, postergada, solo<strong>al</strong> empezar a hacernos las preguntaspor la identidad nacion<strong>al</strong> y el sentidode lo guatem<strong>al</strong>teco, sería que laIlustración se volvería el tema centr<strong>al</strong>y más importante, era ese pues,desde ese mundo que se escribió laRusticatio y <strong>Landívar</strong>, llevados de lamano por el P. G<strong>al</strong>lo, nos obligaríaa confrontarnos con esa preguntas.Esto ocurría años después.Y llegaron las sorpresas. P. G<strong>al</strong>lonos presenta el mundo del estructur<strong>al</strong>ismo.Se había estado preparandodurante un largo período,con textos, lecturas e investigacionesque ya no sólo tenían que ver conla filosofía, sino se adentraban enotras disciplinas, la lingüística, elarte, la literatura y, por supuesto,23


Cultura de Guatem<strong>al</strong>adebería definirse el currículum y laformación de los estudiantes, de lolandivariano y lo guatem<strong>al</strong>teco, sinsepararlo de la excelencia del saberunivers<strong>al</strong>, la ciencia y la fe. Formarguatem<strong>al</strong>tecos en un mundo múltipley diverso. Distinto y cuestionador,pero también peligroso. Lentamentey desde el silencio el conflictoy la guerra interna se continuabandando con cada vez mayor violenciay dramatismo. La década de los añossetenta se acercaba a su fin<strong>al</strong> y esaaparente tranquilidad serena y elsilencio del estudio y la academiaserían violentamente confrontadasdesde una emergencia y una re<strong>al</strong>idadque se nos venía encima llena develocidad y desesperación. Lo másduro de la tragedia estaba por venir.Nuestros últimos años de estudiotranscurrieron en una pseudo c<strong>al</strong>mapesada, aparente, que nos invitó asumergirnos cada vez más en nosotrosmismos y en los libros. Fueronlos años que descubrí la fenomenologíay a Heidegger. Mientras en lasc<strong>al</strong>les la Teología de la liberaciónempezaba a lanzar sus preguntasfundament<strong>al</strong>es. La revolución y elcristianismo. El compromiso, paranosotros incipientes existenci<strong>al</strong>istas,era solo con la libertad y nosotrosmismos, la c<strong>al</strong>le demandaba más,<strong>al</strong>gunos nos resistimos, pero no todos,los que no respondimos con lavoz del fuego tampoco apoyamos elhorror. Ese dilema aún está abierto.Solo se cerrará cuando aceptemosverdaderamente el compromisocon la paz, como cultura y comopueblo.Cuando fui a Nueva York a estudiaren Fordham, fue el propio P. G<strong>al</strong>loquien nos ayudó con los contactosadecuados, fue merced a su intervenciónque logré ser aceptado en laEscuela de Graduados y fue tambiénel P. G<strong>al</strong>lo, quien toma a su cargola asesoría de mi extraña tesis sobreHeidegger. Nunca fue tot<strong>al</strong>mentefeliz por mi elección y en re<strong>al</strong>idadtenía razón, absolutamente. Todoeso me separaba y aislaba más aunde mi propia re<strong>al</strong>idad. Así fue efectivamente.Fin<strong>al</strong>mente defendimosla tesis juntos, con <strong>al</strong>gunas dificultades,tuve que hacer unos cambiosy correcciones, que él sabiamenteme indicara, en re<strong>al</strong>idad me estabaprotegiendo y siendo aún muy jovenno me daba cuenta. No medité bienlas consecuencias que tendría eldedicarme <strong>al</strong> estudio de Heidegger.Con el tiempo mi segunda tesissobre Heidegger, que defendí enBerna, Suiza, ya ni siquiera la escribíen español, había abandonado mipropia lengua y paradójicamente mi26


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lotrabajo se centraba <strong>al</strong>rededor de temasdi<strong>al</strong>ect<strong>al</strong>es y sobre interpretaciones.Era el Heidegger de los poetas ydel lenguaje. Qué lejos quedaron lasaspiraciones de estudio de la re<strong>al</strong>idadnacion<strong>al</strong>, <strong>al</strong> tomar como referenci<strong>al</strong>a occident<strong>al</strong>ización plena de miindividu<strong>al</strong>idad y mi pensamientome inst<strong>al</strong>aba en la escisión misma delo que nunca debí haber intentadocomo experiencia existenci<strong>al</strong> y modode pensamiento. Aquí existía y semanifestaba cruelmente una profundadificultad que demandaba inclusoun cambio de modelo educativo, deconcepción misma de la educación:no podíamos seguir educando a losguatem<strong>al</strong>tecos como se educaban losit<strong>al</strong>ianos o los <strong>al</strong>emanes, aunque esoimplicara abandonar los ide<strong>al</strong>es delhumanismo europeo, en esencia nosenfrentábamos a la crisis misma de lafilosofía y sobre todo <strong>al</strong> de la metafísicaoccident<strong>al</strong>, muchos de nosotrosentendieron esto claramente, t<strong>al</strong>vezpor razones menos intelectu<strong>al</strong>es ysí más re<strong>al</strong>es. El antiguo tomistapercibía lo re<strong>al</strong> de manera más claray definitiva. La fascinación por lacultura europea nos embriagó ylanzó a un camino que estaba llenode maravillas y atractivos pero nos<strong>al</strong>ejaba de nosotros mismos y denuestra re<strong>al</strong>idad como individuos ycomo grupo. Allí entonces surgiríael otro gran aporte del P. G<strong>al</strong>lo aeste terrible debate: su teoría de losgrupos étnicos.No sé si estas consideraciones sono están en los fundamentos y formulaciónde la teoría de los gruposétnicos, podría ser que el tránsito seamás sutil y complejo o simplementese derive de la antropología estructur<strong>al</strong>ista<strong>al</strong> tema de lo singular y colectivo,el individuo y el grupo, Levi-Strauss es una fuente inc<strong>al</strong>culable deinformación y de análisis, pero nohay muchas derivaciones sino másbien un despliegue interminablede relatos y reconstrucciones de losmismos en un proceso interminable,la búsqueda de un absoluto lógicoo de un campo unificador, fuentede todos los pensamientos. Somosen re<strong>al</strong>idad tan diferentes o esenci<strong>al</strong>menteno lo somos. Esto seríametafísica y más bien la impresiónque siempre hemos tenido es que eraeso lo que precisamente se evitaba.La re<strong>al</strong>idad inmediata y concreta,que requiere de una demostración,el hablar con sentido y el no expresarsea través de proposiciones yenunciados sin sentido o sin referenciasempíricas. La convertio adphantasma y la fenomenología noestán tan lejos una de la otra comopareciera, aquí es donde también la27


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aidea de la conciencia trascendent<strong>al</strong> odel ego y la monada, la constitucióndel mundo del otro se tocan. Denuevo: el individuo y el grupo. Levi-Strauss, el último Husserl, SantoTomás y Wittgenstein, de pronto noparecen tan distantes. Si empezamosa sustituir conceptos tendremos queel problema se transforma en undiscurrir sobre la re<strong>al</strong>idad de maneramet<strong>al</strong>ógica o metadiscursiva, elmito tiene una estructura interna,<strong>al</strong> form<strong>al</strong>izarlo nos movemos en ununiverso de estructuras abstractasracion<strong>al</strong>es, podemos entonces hablarde metodologías y de referenciasintersistémicas, series de relaciones,ahora bien, como acercamos esto a laconciencia y a la idea de lo subjetivo,la respuesta no es más que la antigua,desde Santo Tomás a Husserl eincluso el atomismo lógico, la inteligenciapensante, el ego cogito y sucogitatio, el tránsito del yo a lo re<strong>al</strong>,aunque P. G<strong>al</strong>lo no quería y no lohizo nunca, permanecer únicamenteen el ámbito de lo ontológico o delo especulativo, mas bien para él lare<strong>al</strong>idad se le revelaba de manerabrut<strong>al</strong>, cruel, desgarrada, luchabapor encontrar una forma de explicarlay comprenderla, aprehensiónde re<strong>al</strong>idad, dirían los zubirianos queempezaron <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> del siglo anteriora llenar los espacios intelectu<strong>al</strong>esde la universidad y ante los cu<strong>al</strong>esno mantenía un entusiasmo desbordante.El problema era ese y nootro: el individuo y el grupo, peroexistenci<strong>al</strong>mente, soci<strong>al</strong> y sobre todocultur<strong>al</strong>mente. La individu<strong>al</strong>idademergía en la cultura, se manifestabay revelaba como lo propio, pormedio de un conjunto de elementoscon los que se establecía una identificación.De <strong>al</strong>lí la idea de identidad,tot<strong>al</strong>mente despojada de su caráctermetafísico y más pregnada por sure<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong>.El uso de varias formaciones discursivassimultáneamente nos podríapermitir identificar de <strong>al</strong>guna forma,cómo el tránsito del tomismoa la racion<strong>al</strong>idad cartesiana, y de lafenomenología <strong>al</strong> estructur<strong>al</strong>ismono son caus<strong>al</strong>es y mucho menosarbitrarios. El tema del yo el mundoo de la inteligencia y la sensibilidad,lo pensante y lo extenso, el individuoy el grupo, la monada y su comunidad,ocupan desde el lenguaje de lametafísica, gran parte de la tradiciónfilosófica occident<strong>al</strong>, en re<strong>al</strong>idadLevi-Strauss y Husserl examinadosdesde sus fundamentos no son tandiferentes. Es un tema precisamentede formaciones discursivas. El tránsitode la metafísica a la antropologíaestructur<strong>al</strong> es muy complejo e inter-28


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lonamente muy difícil de reconstruir.Este es el viaje que hizo el P. G<strong>al</strong>lo,con el fin de articular de maneraexistenci<strong>al</strong> el conflicto moderno delindividuo y el grupo y su relaciónpor medio de la cultura.El ego cogito en su autoconstruccióntrascendent<strong>al</strong> necesita saber-se en unmundo, se ve en el otro para dejarde ser intermonadico y poder sercomunitario, colectivo, identificadocon sus v<strong>al</strong>ores empíricos y re<strong>al</strong>es,con los que se define como siendoel mismo con los otros, sus otros,esos v<strong>al</strong>ores no son sino su lengua,su vestimenta, su vivienda, su hogar,sus expresiones estético-artísticas,en las que se reconoce y sabe comosiendo si-mismo. Al P. G<strong>al</strong>lo le tomó<strong>al</strong>gún tiempo desarrollar y aplicar elanálisis de niveles, apelando acá a l<strong>al</strong>ingüística y otras teorías del relato,llevó el tema estructur<strong>al</strong> a una complejay muy atractiva metodología,que no solo opera dentro de la seriede relaciones form<strong>al</strong>es o internas,morfologías, adicion<strong>al</strong>mente lopudo expandir hasta reconstruirestructuras tot<strong>al</strong>es, inspirado enlos análisis de <strong>al</strong>gunos mitos, incluidassoberbias interpretacionesde antiguos mitos maya-quichés–el origen del maíz, et.<strong>al</strong>.,– lograbademostrar cómo toda esta complejared de elementos representaba yrespondía a una re<strong>al</strong>idad humanaplena y actu<strong>al</strong>. Sus estudios de losmodelos educativos y los trabajosque re<strong>al</strong>izó para redefinir los curriculay pensa de estudios tanto en launiversidad como en la educaciónnacion<strong>al</strong>, son el fruto de estos añosde intensa producción y generaciónde textos riquísimos y sumamenteinspiradores.Estas ideas incluso tuvieron concreciónen temas concretos y específicos,su idea de los llamados cursosnucleares, que ayudarían a conformarun pensamiento y a unifi carunos ide<strong>al</strong>es de formación, dentrode un pensamiento claramenteorientado a la promoción y defensade los v<strong>al</strong>ores fundament<strong>al</strong>es de la fey del pensamiento ignaciano, comose la ha estado llamando recientemente.Su influencia en la educaciónnacion<strong>al</strong> ha sido grande y notable,su contribución <strong>al</strong> lado de figurasmemorables como el licenciadoArnoldo Escobar, con quien guiadospor el P. G<strong>al</strong>lo pudimos crear, dentrode un programa especi<strong>al</strong> entre elBanco Mundi<strong>al</strong> y el Ministerio deEducación, durante la convulsionadadécada de los años ochenta, decíaantes, un Modelo Educativo, que lollamamos construccion<strong>al</strong>, inspirados29


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aen el pensamiento del P. G<strong>al</strong>lo y utilizandometodologías an<strong>al</strong>íticas y decálculo proposicion<strong>al</strong>, el cu<strong>al</strong> pasóposteriormente por una comprobaciónempírica, para terminar consu formulación y articulación en sucarácter de modelo. Es una pena quemucho de este esfuerzo haya sidohoy día olvidado, frente a ciertasideas que persiguen la mercantilizaciónde la educación, despojándolade su sentido originario y formativode personas humanas, comoindividuos y miembros de grupos.Oj<strong>al</strong>á puedan <strong>al</strong>guna vez retomarsey replantearse por la importancia ytrascendencia de la visión que <strong>al</strong>lí sedesarrollaba.El P. G<strong>al</strong>lo durante su tiempo comoVicerrector deja una herencia impresionantede trabajo académico y depublicación. Quisiera acá recordarun episodio en el que estuvimosíntimamente unidos, no solamentecon él, sino también con el P. CarmeloSáenz de Santamaría s.i., queparadójicamente durante ese mismoperíodo terrible de la historia recientede Guatem<strong>al</strong>a, contrastó conla cantidad de trabajo intelectu<strong>al</strong> einvestigación que pudimos re<strong>al</strong>izar,baste recordar su colos<strong>al</strong> trabajosobre Bern<strong>al</strong> Díaz del Castillo. Para<strong>al</strong>gunos t<strong>al</strong>vez fue visto como untiempo evasivo y de huída, frente<strong>al</strong> horror y la confrontación, para elgrupo que generó y creó no sólo laRevista Cultura de Guatem<strong>al</strong>a, queaún hoy existe, pocos se acuerdan,que fuimos nosotros sus fundadoresy creadores. También aquí hay querecordar el gran apoyo que nos dierantanto el licenciado José Lizarr<strong>al</strong>deA. durante su rectoría y tambiénel propio P. Dr. Santos Pérez, desdesu propia perspectiva.El P. G<strong>al</strong>lo fue el inspirador y verdaderoartífice de la idea, él diseñóincluso el formato de cómo queríafuera la presentación de la revista,redactó un ideario o sea cuál deberíaser la línea editori<strong>al</strong> de la misma,discutimos en equipo su diagramación,intervenimos activamente enel proyecto para darle su primeraforma, Max Araujo y AnamaríaRiccica, quien era la asistente del P.G<strong>al</strong>lo en la Vicerrectoría Académica.Casi sin recursos, con más deseosque recursos y, sobre todo, llenos deaudacia y sueños, logramos armar ysacar, claro nuevamente con la enormecolaboración del Dr. AmableSánchez Torres, quien daba form<strong>al</strong>egible a todos los textos que logramosseleccionar. Durante varios añosfuncionó el mismo equipo. Mantuvimossus tiempos de publicación30


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loy en re<strong>al</strong>idad el testimonio máscontundente de esto es que <strong>al</strong>lí estánlos volúmenes publicados, nos costómuchísimo esfuerzo lograr reunirartículos de todos los campos académicos,en <strong>al</strong>gunos casos era másdifícil pero debo recordar no solo <strong>al</strong>os humanistas, filósofos y escritores,sino t<strong>al</strong>vez más a quienes colaborarancon nosotros en aquellos inicios,Alfonso Yurrita, Santos Pérez, el P.Isidro Iriarte s.j., el propio P. CarmeloSáenz s.j. de Santamaría, quienen aquellos años estaba preparandola edición crítica de Bern<strong>al</strong> Díaz,pero en especi<strong>al</strong> quiero recordarlas colaboraciones de la Facultadde Derecho, sobre todo la serie deestudios que el P. Joaquín Lópezdel Prado s.j. publicara, de un granv<strong>al</strong>or investigativo y conceptu<strong>al</strong>. <strong>En</strong>mi caso particular llegué a publicarmás de doce trabajos, pero los quet<strong>al</strong>vez mayor esfuerzo requirieronson los de la serie de hermenéuticafilosófica, que bien podrían publicarsecomo un libro aparte, ya quefueron escritos también como seriey secuenci<strong>al</strong>mente, sumando más desiete, cuyos temas centr<strong>al</strong>es giraronsobre el Iluminismo, la idea de lasubjetividad creadora, y las metodologíashermenéuticas, arqueología yhermenéutica, siguiendo los trabajosy guías del P. G<strong>al</strong>lo. Sin embargo,creo, de especi<strong>al</strong> v<strong>al</strong>or fueron losestudios que se elaboraron sobre laRusticatio Mexicana, los doctoresLucrecia Méndez vda. de Penedo yFrancisco Albizurez P<strong>al</strong>ma, elaborarondos investigaciones origin<strong>al</strong>esde particular v<strong>al</strong>or y, sobre todo,dentro del espíritu landivarianoy con el horizonte de Guatem<strong>al</strong>acomo cultura, no es por casu<strong>al</strong>idadque el P. G<strong>al</strong>lo decidió llamar así a larevista, que aún conserva su nombremás de veinte años después de sufundación.Recuerdo muy bien esas investigaciones,sobre todo la que trabajar<strong>al</strong>a Dra. Méndez vda. de Penedo, suapelación a las metodologías estructur<strong>al</strong>istas,su manejo de la lingüísticapost-sussuriana, generaron un trabajode gran nivel. Eran también lostiempos en que leíamos a <strong>Landívar</strong>con los ojos de la Ilustración, seexpandía el mundo del natur<strong>al</strong>ismotaxonómico <strong>al</strong> de la emergenciade una cultura latinoamericana,pensada claro está con los ojos jesuítico-europeos,pero acentuando laorigin<strong>al</strong>idad del nuevo mundo, quenacía lentamente dentro del crucede las dos culturas, entre la espada yla cruz o como diría mucho despuésotro gran lector de la guatem<strong>al</strong>idad,Francisco Pérez de Antón, desde el31


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aincienso y la pólvora. Estábamosinst<strong>al</strong>ados en la curiosa paradoja dela necesidad de leernos desde afuera,para comprendernos desde adentro,como historia o sea destino y comopueblo o sea nación. Este es y ha sidouno de los legados más importantesy esenci<strong>al</strong>es de la obra y la vida del P.G<strong>al</strong>lo en su construcción de caminosen Guatem<strong>al</strong>a.Y después llegó el tiempo de lashermenéuticas, del ver, del verbo, enfin, los momentos en que ya no estuvimosmás cerca de su obra, en esaotra etapa que ha tomado ya más deveinte años, pude venir unas cuantasveces a Guatem<strong>al</strong>a, y como siemprevisité la universidad y en un par deocasiones participé activamente ensus Congresos de Filosofía, ya nuevasgeneraciones habían tomado eldesafío de seguir las sendas y caminosdel P. G<strong>al</strong>lo, sí he podido ver laexpansión y crecimiento no sólo dela universidad, sino de la obra ya publicadadel P. G<strong>al</strong>lo. Mientras estabaen Alemania leí con mucho interéssus últimos dos libros, re<strong>al</strong>mente unadmirable esfuerzo de publicacióny presentación de ambos textos. Mifascinación con su obra continuarásiempre. Cuando mi mundo setransforma de la filosofía a la diplomacia,en re<strong>al</strong>idad nunca fueron antagónicospara mi particular formade verlo, en más de una ocasión lohe sostenido, los temas occident<strong>al</strong>izadoresfueron lenta y gradu<strong>al</strong>mentedesplazando a los anteriores, el delas etnias había quedado atrás, fuerelegado por el de las comparacionesreligiosas, por los conflictos deinterpretaciones, por los modelosde la teoría de controversias, en fin,una serie de cuestiones adicion<strong>al</strong>esque me hacían abandonar las sendasde la guatem<strong>al</strong>idad por un caminounivers<strong>al</strong>ista y de retorno a la teoríacrítica y a la metafísica, en un esfuerzopor reconciliar, aquí sí, unacuestión irreconciliable: la deudapendiente de la humanidad con suhistoria inconclusa, si después de lapost-modernidad hablábamos conmás audacia que razón, del fin de lahistoria o del fracaso del proyectode la Ilustración, la antigua problemáticametafísica de la deshumanizaciónparecía demandar a gritos unabordaje nuevo y profundamenterenovador, la cuestión era si aúnpodíamos hacer fi losofía despuésde Heidegger. Lo que esto significano podemos abordarlo acá, solo lomenciono de pasada, como unareferencia a la separación de unoscaminos que luchan por volver aencontrarse, por caminar unos pasosque siguen marcándonos los sende-32


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loros y las veredas, pero que cada vezse hacen más difíciles de seguir. Estasgrandes preguntas están aún abiertasy en especi<strong>al</strong> en la Guatem<strong>al</strong>a postconflicto,donde las generaciones dela paz empiezan a tener que trasladarlas responsabilidades a las nuevas,que no crecieron ni vivieron en estacomplejísima etapa de la historiadel país y cuyas perspectivas y horizontesserán t<strong>al</strong>vez otros y con unavisión, queremos pensar así, lejosde la confrontación y más cerca delencuentro y de la reunión.La vida y obra del P. G<strong>al</strong>lo estáre<strong>al</strong>mente llena de muchos otrosaspectos re<strong>al</strong>mente impresionantes,su labor espiritu<strong>al</strong>, su c<strong>al</strong>idad de serhumano y devoción por los otros, supresencia <strong>al</strong> lado de todos aquellosque lo necesitan está impregnada deinnumerables hechos, anónimos ensu mayoría, por muchísimos añossu labor pastor<strong>al</strong> y sacerdocio hansido ejemplares. Eso sí, con unadiscreción y modestia incomparables.Recuerdo muchos momentosen que prestó su voz y consejopara más de <strong>al</strong>gún tema privado yperson<strong>al</strong> a muchísimas personas,no le gusta hablar de ello. Parecierade <strong>al</strong>guna manera vincular el artecon su religiosidad. Será su origenit<strong>al</strong>iano, donde las expresiones de lafe están tan profundamente unidas,esenci<strong>al</strong>mente vinculadas, con lasgrandes manifestaciones artísticas,en todos los sentidos, no sólo enlo obvio, arquitectura, pintura oescultura, también en la música yen la literatura. O más bien, que élidentifica el arte con una manera especi<strong>al</strong>de construir una identidad, desaber-ser y reconocer-se en sus obrasartísticas, como identidad individu<strong>al</strong>y de grupo.Este aspecto de la vida espiritu<strong>al</strong> nosllevará de nuevo a la metafísica, deregreso a la metafísica, pero el temacon el que vamos a concluir tieneque ser planteado en el lenguaje dela metafísica occident<strong>al</strong>, es uno delos temas que la hermenéutica delser no pudo cancelar, es t<strong>al</strong>vez el másviejo de los problemas, desde dondetodos los otros parecieran emergery de <strong>al</strong>guna manera desplegarse:durante esa clase maravillosa deFilosofía Mediev<strong>al</strong>, cuando GustavoLeiva hacía su exposición sobreBoecio, Gustavo con su enormet<strong>al</strong>ento desplegaba magníficamentela discusión, de pronto entramosen la argumentación sobre el bien yel m<strong>al</strong>, el tema fue lanzado dentrode la cuestión maniquea, claro está,pero en re<strong>al</strong>idad desborda todoslos límites posibles de la reflexión33


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ahumana. Es el tema de la libertadhumana, del sentido radic<strong>al</strong> de laexistencia individu<strong>al</strong>, es la base dela metafísica occident<strong>al</strong> y de la teologíamisma. <strong>En</strong> él está capturadoel destino y la historicidad de laexistencia, desde ese momento esetema me ha seguido persiguiendo ylo hará siempre. P. G<strong>al</strong>lo nos hacíaver una relación complejísima quela cuestión sostiene con las lecturasbíblicas y especi<strong>al</strong>mente con el temadel Éxodo.Con los años, mientras vivía enIsrael, hice mi primera visita <strong>al</strong>llamado Santuario del Libro, desdehacía tiempo quería estar más cercay saber más de los Rollos del MarMuerto, los esenios y Q’mram. <strong>En</strong>ningún momento he visto el temacon mayor fuerza que <strong>al</strong>lí, en sulugar de origen: el Santuario delLibro está construido para conservarel Rollo de Isaías y en un ladoexterno opuesto a la estructuraarquitectónica, que es una réplicade las vasijas de barro que conteníanlos rollos o manuscritos, hay unapared tot<strong>al</strong>mente negra, muy <strong>al</strong>ta. Elsignificado es muy conocido: ambasestructuras representan la lucha entrelos hijos de la obscuridad y loshijos de la luz, lucha que más bien esuna guerra permanente, una bat<strong>al</strong>lainterminable, como los describeel célebre Rollo de la Guerra, queatrajera tanto, como tenía que ser, laatención de Ig<strong>al</strong> Yaddim, el gener<strong>al</strong>arqueólogo. La libertad humana estádeterminada por esa lucha, por esaguerra interminable. Y los orígenesde esa guerra están descritos en loslibros mosaicos y en el misterio dela revelación de la Ley. El recuerdode la discusión sobre el origen de l<strong>al</strong>ibertad humana, dentro de la crisismaniquea, San Agustín hablaba dela cuestión del libre arbitrio o sea lacapacidad humana de elegir entre elbien y el m<strong>al</strong>.Desde que nos planteáramos porprimera vez la idea del m<strong>al</strong> “comocarencia de bien” o en otros términos,la f<strong>al</strong>ta de re<strong>al</strong>idad ontológicadel m<strong>al</strong>, el me on platónico, el no sero lo que no es, el m<strong>al</strong> no es creadoporque tendría que provenir del biensupremo, creador de todo, por endeen la esencia misma de la divinidadhabitaría el m<strong>al</strong> también. Desdeel Timeo a los gnósticos y cátaros,hoy día redescubiertos y hasta encierta forma elevados a una dignidadhistóricamente negada hace milesde años, dentro del frenesí recientepor los templarios y la reescritura dela historia de las cruzadas, a pesarde que éstas han estado siempre34


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lomás que ampliamente documentadas,pues bien, si los llamadosbonhommes de la Ocitania en sulucha contra los franceses y los señoresfeud<strong>al</strong>es del período cruzado,efectivamente guardaban o no librossecretos y conservaban recuerdos ytradiciones ocultas, que proveníande Jerus<strong>al</strong>én misma, lo cierto es quela idea del mundo como creado porel demonio contribuía decisivamentea la argumentación de la re<strong>al</strong>idadontológica del m<strong>al</strong>, y, t<strong>al</strong>vez, másgrave aún, a la idea de la presenciadel m<strong>al</strong> en la divinidad misma.Si el mundo es necesariamentem<strong>al</strong>o y además es producto de unengaño absoluto, claro la vida esun tránsito y no puede ser otra cosaque una preparación para la muerte,como se contenía en la máximaplatónico-socrática. Hoy día, parecieraque estamos de nuevo frente<strong>al</strong> catarismo, no de los antiguosbonhommes reencarnados, sino másbien en otras formas nuevas o quizástambién antiguas, el terror sagrado,por ejemplo, las guerras religiosas, yqué decir de la intramundanidad dela ambigüedad y la avidez de novedades,como dirían el Heidegger deSein und Zeit <strong>al</strong> enumerar los existenciariospropios de la caída o de laexistencia lanzada <strong>al</strong> público estadode interpretada o en el lenguaje delexistenci<strong>al</strong>ismo posterior, sumidaen la inautenticidad y víctima dela náusea. El mundo actu<strong>al</strong> se nosda como explosivamente m<strong>al</strong>igno,casi diabólicamente endemoniado,el m<strong>al</strong> s<strong>al</strong>ta por todos lados y entodas las formas posibles, hasta seve en las formas más clásicas, lasenfermedades, aunque toma hoydía otras más terribles, la pobrezay la miseria, las asimetrías, usandoun término form<strong>al</strong>mente neutr<strong>al</strong>, enmateria económica, entre Estados ynaciones, pero también, entre personashumanas, es colos<strong>al</strong>, las cifras devíctimas rebasa nuestra imaginaciónde auditar y contar.Suman por millones y en continentesenteros los seres humanosse ven arrasados por la enfermedady la injusticia. ¿Será acaso queel m<strong>al</strong> nos ha llegado a dominarmundi<strong>al</strong>mente?, ¿Cobra la posibilidadinconcebible, que mientrasla especia humana ha <strong>al</strong>canzadoun <strong>al</strong>tísimo –históricamente el mayor–de sarrollo tecnológico y científico,no pueda resolver el problemade las enfermedades y la miseria?,¿Será más bien, que las grandescorporaciones, farmacéuticas o laindustria <strong>al</strong>imentaria, se beneficianenormemente de la enfermedad y35


Cultura de Guatem<strong>al</strong><strong>al</strong>a pobreza?, ¿Por qué sigue siendola guerra el mayor de los negocios?.Si respondemos a estas preguntas demanera afirmativa tendríamos queasignarle una re<strong>al</strong>idad ontológica<strong>al</strong> m<strong>al</strong>. Está entre nosotros. Si laavaricia y la ambición mantienendeliberadamente las condicionesmateri<strong>al</strong>es dominantes, de miseria yenfermedad, es muy difícil negarleuna presencia en el mundo a lam<strong>al</strong>dad y, peor aún, una actividadconstante en la determinación dela existencia humana, individu<strong>al</strong>y colectiva. Pareciera que esa viejaguerra de la que hablan los Rollosdel Mar Muerto, entre los “hijos dela oscuridad y los hijos de la luz” aúnno ha terminado, continúa librándosey no solo en el v<strong>al</strong>le sagrado dela guerra, Megido, sino a lo largo ya lo ancho del planeta mismo.Para fin<strong>al</strong>izar, cuando hablamos dela “ban<strong>al</strong>idad del m<strong>al</strong>” o sea comoHannah Arendt nos decía en sufamoso texto sobre el juicio y condenade Eichman en Jerus<strong>al</strong>én –quele creara más de <strong>al</strong>gún conflicto ychoque con líderes del movimientosionista e intelectu<strong>al</strong>es judíos e israelíes–,nos situamos en el corazónmismo del tema más difícil del siglorecién pasado, la Shoa, cuando milesde judíos se preguntaban y le preguntabana D’s por qué era posibletanto horror y tanta brut<strong>al</strong>idad, proviniendodel centro mismo de la civilizaciónoccident<strong>al</strong>, frente <strong>al</strong> olvidodel mundo, <strong>al</strong> silencio cómplice demuchísimo que optaron por c<strong>al</strong>lar,la experiencia colectiva del m<strong>al</strong> nopuede ser ban<strong>al</strong>, sino mas bien objetiva,re<strong>al</strong>, horrendamente dura, laidea de la ausencia de re<strong>al</strong>idad ontológicapareciera un mero argumentometafísico, dudoso, casi patético,frente a la re<strong>al</strong>idad existenci<strong>al</strong> delm<strong>al</strong>, ante una experiencia colectivade sufrimiento y terror. Uno de losaspectos t<strong>al</strong>vez más extraordinariosde la person<strong>al</strong>idad del P. G<strong>al</strong>lo essu enorme generosidad humana yaprecio por el dolor del otro, metocó verlo en más de una ocasión,oírlo también, llevar p<strong>al</strong>abras de<strong>al</strong>iento y protección, sobre todo enun caso desesperado, durísimo, antela muerte de un ser querido, unamadre en este caso, lo vi acompañary luchar por buscar el sentidodel dolor del otro, más que conempatía o caridad, con un derrocheextraordinario de bondad. El sabioy el bien. La bondad profunda queemerge desde esa extraña capacidadde sentir con el otro, de padecercon él debatiéndose por responderdesde lo humano ante el misteriode la muerte, del m<strong>al</strong> o del por qué36


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lopareciera que D’s nos ha abandonado.La Shoa más que ninguna otraexperiencia extrema y colectiva deldolor y del desgarramiento, nos obligóa todos, a plantearnos el tema delsignificado del sufrimiento humano,es posible unirnos glob<strong>al</strong>mente pormedio del dolor, estamos t<strong>al</strong>vezmás cerca unos de otros porquesufrimos, es acaso el dolor humanoese fenómeno incomprensible quemás acerca a la humanidad. <strong>En</strong>treel m<strong>al</strong> y el sufrimiento humano hayuna obscura y tenue línea, difícil deseñ<strong>al</strong>ar fronteras y límites. Caminamosen ese límite. Moramos dentrodel dolor. Somos sufrimiento. Todossomos un poco los desposeídos delmundo, un mundo que no es elmejor de los mundos posibles, unmundo de soledad y de tristeza,donde la esperanza pareciera ser laúnica forma humana de conjurar laoscuridad del m<strong>al</strong>.37


Identidades, culturas, democraciaAmílcar Dávila« C ulturas», «etnias», «identidad», «diferencia», «tolerancia», «inclusión»,«multicultur<strong>al</strong>ismo», «intercultur<strong>al</strong>idad», «derechos cultur<strong>al</strong>es», «estado plur<strong>al</strong>»,etc., son todos temas actu<strong>al</strong>es y ligados. El mundo contemporáneo se ha vistouna y otra vez convulsionado, con mayor o menor fuerza, por el poder deesa re<strong>al</strong>idad humana fundament<strong>al</strong> como lo es la identidad étnica y cultur<strong>al</strong>.Cuando se le ignora o se le reprime por mucho tiempo sólo se consigue queresurja con mayor intensidad. Hace ya casi tres décadas, Antonio G<strong>al</strong>lo, enun libro semin<strong>al</strong> para la reflexión sobre este tema en Guatem<strong>al</strong>a, describía elfenómeno centr<strong>al</strong> del mundo político actu<strong>al</strong> en términos de la agresión sufridapor las culturas no occident<strong>al</strong>es. 1 Hoy en día se ha vuelto común considerar laglob<strong>al</strong>ización –fenómeno primariamente tecnológico-comunicacion<strong>al</strong> y económico–como una amenaza a las culturas loc<strong>al</strong>es tradicion<strong>al</strong>es. T<strong>al</strong> amenazay agresión es tan re<strong>al</strong> y violenta, como sistemática y sutil. A pesar de ella, sinembargo, los grupos étnicos y las culturas sub<strong>al</strong>ternas perviven. Pareciera que<strong>al</strong>gunos incluso s<strong>al</strong>en de estos enfrentamientos más vigorosos que nunca.<strong>En</strong> el siglo XIX, las luchas armadas,sobre todo en Europa, solían ser detipo nacion<strong>al</strong>ista, y procuraban laafirmación y defensa de los estadosnación–es decir, aquellos Estadosmás o menos homogéneos u homogeneizadosétnica y cultur<strong>al</strong>mente–.Durante la segunda mitad del sigloXX, y aun en lo que va del XXI,buena parte de la violencia queagita el mundo ha asumido la formade guerras civiles o de terrorismo.Muchas son rebeliones contra eldominio y la marginación a que se1 G<strong>al</strong>lo, A., Identidad Nacion<strong>al</strong>, 2ª edición; Guatem<strong>al</strong>a: <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>, 1994. (1ªed. 1978) Las ideas del presente artículo, vertidas en dos versiones diferentes y distantes en eltiempo (en 1993 y 2004), son básicamente las de esta obra, aunque también se han enriquecidopor nuevas lecturas y experiencias. ¡Qué mayor <strong>homenaje</strong> que crecer a partir de las ideas-guía deun maestro, actu<strong>al</strong>izar sus conceptos y expresión, y ensayarlas por otros caminos?39


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aha relegado a grandes conglomeradoshumanos, los cu<strong>al</strong>es se esfuerzandesesperadamente por afirmar suspeculiares identidades y formas devida, es decir, sus diferencias cultur<strong>al</strong>es.Piénsese, por ejemplo, enmovimientos indígenas americanoscomo el de los zapatistas mexicanoso los coc<strong>al</strong>eros bolivianos, en la historiarelativamente reciente de losB<strong>al</strong>canes o de Sudáfrica, así comoen las explosiones de violencia étnica,a menudo dantescas y siemprerecurrentes, en el Oriente Próximo,Rusia o África Centr<strong>al</strong>.Simple y sencillamente no se puedeseguir viviendo de esp<strong>al</strong>das are<strong>al</strong>idades tan esenci<strong>al</strong>es para el serhumano, como lo son las que defineny gobiernan su comportamientocotidiano y su ser más íntimo, suscreencias y afectos, sus aspiracionese intereses, y la manera en que organizasus relaciones con los que leson semejantes y con los que no loson tanto. Es sin duda impostergablebuscar un camino de s<strong>al</strong>ida, un tipodistinto de acción, organización einstitucion<strong>al</strong>idad política, soci<strong>al</strong> yeconómica, que destierre de unavez por todas el racismo, la discriminacióny la marginación étnicaque marca mucho del diario vivir entantos países y regiones del mundo.Semejante cambio parece sólo poderdarse desde la perspectiva del reconocimiento,el respeto, la v<strong>al</strong>oracióny la promoción de los distintosgrupos cultur<strong>al</strong>es que cohabitan enun país. Una acción política verdaderamentedemocrática no puededejar de tomar en consideración elfenómeno de la pertenencia e identidadétnico-cultur<strong>al</strong>.IdentidadAhora bien, ¿a qué se llama identidadétnico-cultur<strong>al</strong>?, ¿en qué consiste?¿<strong>En</strong> qué se diferencia de otrotipo de identidades, por ejemplode género, etaria o de especie?, ¿dedónde deriva la ascendencia que sele adjudica con respecto a estas otras,que parecieran ser tan importantescomo aquélla, en ocasiones inclusomás? Pues bien, empiécese notandoque la identidad, en gener<strong>al</strong>, es elnúcleo característico de definiciónde la persona singular como t<strong>al</strong> y encuanto perteneciente a uno o másgrupos humanos dados. Identidades cómo <strong>al</strong>guien se auto-caracterizay es reconocido por otros. <strong>En</strong> esesentido, es aquello que hace que lapersona sea quien es y como es. Porejemplo, Asunción Teleguario es unamujer, de 22 años, estudiante universitaria,indígena cakchiquel, de40


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loigu<strong>al</strong>dad. Un sistema político, contodo lo que éste implica, que conscientementeo por ignorancia descuidela dimensión fundament<strong>al</strong> de laidentidad étnico-cultur<strong>al</strong>, en lugar deser liberador, resultará <strong>al</strong>ienante, y enlugar de posibilitar el desarrollo plenode la persona humana, será una cortapisa.Toda persona, por el mero hechode serlo, pertenece a una comunidadlingüística y cultur<strong>al</strong>. T<strong>al</strong> pertenenciano constriñe, sino más bien posibilit<strong>al</strong>a evolución de las personas singularesy los distintos grupos o asociacionesque se pretenda formar. Ello incluyelos Estados, los cu<strong>al</strong>es se constituyeny organizan precisamente con el finde promocionar el bien común y eldesarrollo integr<strong>al</strong> de la persona, pormedio de un régimen de justicia,igu<strong>al</strong>dad y libertad. 3Antes de pasar a considerar lasconsecuencias que para un sistemapolítico y unas prácticas auténticamentedemocráticas comporta lamejor comprensión del fenómenode la identidad étnico-cultur<strong>al</strong>, examinemoseste fenómeno con mayordetenimiento y revisemos <strong>al</strong>gunosconceptos básicos.CulturaEl primero es el concepto de cultura.Se entiende comúnmente por«cultura» varias re<strong>al</strong>idades más omenos relacionadas. Con frecuenciase usa el término para referirsea la educación o cultivo gener<strong>al</strong> deuna persona, sobre todo en cuantoconcierne a la apreciación de lasartes, el dominio de varios idiomasy el manejo de informaciónespeci<strong>al</strong>izada en ciertas disciplinasdel saber, como por ejemplo lahistoria, la geografía, la fi losofía,etc.. Se llama «culta», entonces, aaquella persona que posee este tipode conocimientos y exhibe un comportamientoconsiderado refinadoy digno de admiración. «Cultura»quiere decir aquí erudición, bellasartes o buenos mod<strong>al</strong>es. Ahora bien,«cultura» puede también significar<strong>al</strong>go más básico, por ejemplo, comocuando se llama «inculto» a quien nomaneja cierto tipo de informaciónelement<strong>al</strong> de dominio común o nose comporta de manera apropiada endeterminadas circunstancias. No esdifícil advertir cómo en ambos casos3 Véase, por ejemplo, la Invocación y el Título I de la Constitución Política de la República deGuatem<strong>al</strong>a.43


Cultura de Guatem<strong>al</strong><strong>al</strong>a referencia básica es a la educación,entendida como conocimientos,comportamientos y v<strong>al</strong>oracionesimportantes de aprender y manejarpara funcionar y desarrollarse comopersona dentro de un grupo humanodeterminado. Bajo esta óptica, no senace, pues, con cultura, sino que éstaes <strong>al</strong>go adquirido y cultivado, comolo indica la etimología misma de lap<strong>al</strong>abra (del latín colere, cultivar,cuidar, practicar, honrar). 4Asimismo, se habla hoy en día decultura para referirse precisamente<strong>al</strong> fenómeno antes apuntado de laidentidad de personas y grupos humanos,aunque en especi<strong>al</strong> aquellosde larga data y gran expansión, cuyasciudades, monumentos y desarrollocientífico y artístico aún maravillan.Se habla en este sentido de las grandesculturas o civilizaciones, comola China, la India, Egipto, Mesopotamia,Grecia, Roma, los Incasy los Mayas. Si se habla de gruposactu<strong>al</strong>es, suele res<strong>al</strong>tarse de ellos suspeculiares creencias, costumbres,ritos, ceremonias, tradiciones, vestuario,música, comida, etc., a todolo cu<strong>al</strong> se hace referencia no sin utilizaradjetivos t<strong>al</strong>es como «colorido»,«vistoso», «exótico», «tradicion<strong>al</strong>»,«milenario», «folclórico», y otrospor el estilo.Esta manera de hablar de la cultura yconcebirla asume un punto de vistaexterno, casi como si la persona quehabla no poseyera ella misma unacultura de larga tradición. <strong>En</strong> Guatem<strong>al</strong>a,por ejemplo, ese posicionamientoseudo-externo en referenciaa la cultura ha hecho decir a másde <strong>al</strong>guien que los grupos ladinos(casi la mitad de la población, o seamás cinco millones de personas) notienen cultura, a diferencia de losmayas o los garífunas. 5<strong>En</strong> un sentido amplio, que abarcay trasciende las anteriores consideraciones,se define la culturacomo el conjunto de patrones decomportamiento, pensamiento ysentimiento que da sentido y orden4 Corominas, J., Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, 3ª edición revisada yaumentada; Madrid: Gredos, 1973.5 Otra razón esgrimida para hacer semejante afirmación es la definición negativa y, por tanto,vacía del ladino como simplemente «no-indígena». La misma antropología, aunque conscientedel absurdo de t<strong>al</strong> aserto, ha contribuido <strong>al</strong> m<strong>al</strong>entendido, toda vez que ha tendido a privilegiar,con mucho, como sujetos de estudio a los grupos guatem<strong>al</strong>tecos que no son ladinos. Los ladinosson evidentemente menos exóticos, extraños y atractivos <strong>al</strong> ojo «occident<strong>al</strong>».44


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loa las experiencias de todos y cadauno de los seres humanos. La culturaes un primer horizonte orientadorsobre los fi nes o propósitos de laexistencia humana, sobre lo que sepuede y debe esperar de ella, sobre loque constituye objeto de satisfaccióno frustración, y sobre el puesto omisión del ser humano en el cosmos,en tanto especie, como grupoy como individuo. 6 Lo que MartinHeidegger dice acerca de la obra dearte puede muy bien aplicarse a lacultura: otorga a las cosas su rostro ya los seres humanos perspectivas desí mismos. 7 La cultura da cohesióna los grupos humanos permite a laspersonas singulares ubicarse, coexistircon otras, desenvolverse confacilidad y desarrollarse dentro delmundo, el cu<strong>al</strong>, como ya se dijo, essiempre fundament<strong>al</strong>, aunque no exclusivamente,un mundo humano.<strong>En</strong> el plano cotidiano, la culturapermite predecir el comportamientode los semejantes y reconocer a losextraños. La cultura, como la existenciahumana en gener<strong>al</strong>, es <strong>al</strong>gocompartido de cabo a rabo. Conocimientosy saberes, tradiciones ycostumbres, lenguas y otros códigosde comunicación, no son ni puedenser inventos ocasion<strong>al</strong>es o privativosde las personas singulares, aunqueestas puedan, como lo hacen todoel tiempo, contribuir a su desarrollo.La cultura es princip<strong>al</strong>mente obra deun grupo humano, una obra que elser humano hace en tanto que humano,que lo hace ser humano, y quequeda en poder y a disposición deotros, grupos humanos o personasindividu<strong>al</strong>es. Al mismo tiempo queun grupo recibe o crea una cultura,y se re<strong>al</strong>iza en ella, también ofrecesus descubrimientos o verdades aaquellos con quienes convive, asícomo a quienes han de venir.Cada grupo cultur<strong>al</strong> vive y hacecrecer su verdad histórica, es decir,su versión del bien, de lo bello, delo conveniente, de lo útil, etc., segúnse plasma en su forma de organizarsesoci<strong>al</strong>mente, de relacionarsecon la natur<strong>al</strong>eza, de producir ydistribuir la riqueza, de reconocery rendir culto a lo sagrado, etc. <strong>En</strong>esa medida, constituye asimismo6 Cf. Scheler, M., El puesto del ser humano en el cosmos; Buenos Aires: Losada, 1976. Además, delmismo autor: El saber y la cultura; Madrid: Revista de Occidente, 1934.7 Cf. “El origen de la obra de arte”, en Caminos de bosque; Madrid: Alianza, 1996.45


Cultura de Guatem<strong>al</strong>auna afirmación de lo univers<strong>al</strong> enlo específico, de lo trascendente enlo inmediato, de lo comun<strong>al</strong> en losingular, y en una medida o modelode posibilidades vit<strong>al</strong>es para todo elgénero humano.Las expresiones «bagaje», «acervo»o «riqueza» cultur<strong>al</strong> son, de acuerdocon lo anterior, acertadas, aunqueen un sentido mucho más amplioy profundo del que corrientementese les adjudica. A menudo estasfórmulas, en apariencia encomiosas,connotan una visión de la culturacomo <strong>al</strong>go extra, importante peromargin<strong>al</strong>, más <strong>al</strong>lá del común de losmort<strong>al</strong>es o perteneciente <strong>al</strong> pasado, <strong>al</strong>os museos o las instituciones cultur<strong>al</strong>es,<strong>al</strong>go que poco o nada tiene quever con la vida cotidiana, sus re<strong>al</strong>idadesy problemas. Es de notar, sinembargo, que semejante concepciónde la cultura y lo cultur<strong>al</strong> deriva ellamisma de una determinada manerade comprender y v<strong>al</strong>orar las costumbres,las tradiciones, las creencias yla existencia humana en gener<strong>al</strong> –esdecir, deriva de una cultura peculiar,la cultura occident<strong>al</strong> moderna.<strong>En</strong>tre los rasgos característicos másimportantes de esta cultura se cuentasu privilegio de los v<strong>al</strong>ores de laautonomía y el interés individu<strong>al</strong>,la producción y consumo masivode bienes y servicios, la satisfacciónde deseos inmediatos, la expansióneconómica, el desarrollo científicoy tecnológico… Desde semejanteesquema v<strong>al</strong>orativo resulta difícilapreciar auténticamente las riquezashumanas de las culturas loc<strong>al</strong>estradicion<strong>al</strong>es.Como se habrá de observar másadelante, pasar juicio sobre otrasculturas es no sólo arduo sino enbuena medida resulta inútil. No setrata de eso. Se trata más bien deadoptar una perspectiva y construirun ambiente de respeto, interés,comprensión y aprecio por las culturas–por todas. Sólo así se puedeestimular a la persona singular paraque <strong>al</strong>cance la re<strong>al</strong>ización plena desus posibilidades, cultivando todassus dimensiones.Porque ¿quién tiene el derecho a decidirpor otros qué pueden y debenhacer o dejar de hacer y pensar, aqué pueden aspirar, con qué debenconformarse? Una vez más: actuarde esp<strong>al</strong>das a la dimensión cultur<strong>al</strong>,que rige y ordena estas actividadesbásicas del ser humano es ponerlecortapisas a la justicia y <strong>al</strong> desarrollo,entendido este como re<strong>al</strong>izaciónintegr<strong>al</strong> o multidimension<strong>al</strong>.46


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loGrupos étnicos onacion<strong>al</strong>esUna persona aprende cómo seradulta funcion<strong>al</strong> en una sociedaddada a través de una cultura. Lasdestrezas, conocimientos, actitudesy comportamientos consideradoscomo apropiados son transmitidospor la familia y el grupo humanoinmediatamente circundante. Sedenomina enculturación y soci<strong>al</strong>izacióna estos procesos de aprendizaje,que constituyen la base para el posteriorproceso de educación form<strong>al</strong>en la escuela.La enculturación es la adquisicióncaracterística de una cultura, e incluyela competencia en el manejode un idioma. La soci<strong>al</strong>ización esel proceso gener<strong>al</strong> gracias <strong>al</strong> cu<strong>al</strong>se aprende a funcionar dentro deuna sociedad y asumir ciertos roles.El grupo que inicia y desarrollaestos procesos es el grupo étnico. 8Este se define como un conjuntode personas, biológicamente autoperpetuado(en el grupo se nace),que comparte una misma cultura.Cada integrante de un grupo étnicoposee un sentido de membresía quelo identifica con su propio grupo,y hace que este sea reconocible enaquél. Todo grupo étnico estableceentre sus miembros un campo decomunicaciones e interacciones.La comunicación se desarrollaprincip<strong>al</strong>mente por medio de l<strong>al</strong>engua, pero también son expresionescultur<strong>al</strong>es comunicativas yde membresía las ceremonias, losvínculos de parentesco y las formasde reconocer la autoridad.Algunos rasgos característicos importantesdel grupo étnico son:• Ciertas creencias, v<strong>al</strong>ores, obligacionesy tareas comunes.• Una peculiar organización familiar,del parentesco y de lasrelaciones interperson<strong>al</strong>es y dejerarquías, con sus respectivascodificaciones (ritos matrimoni<strong>al</strong>es,mod<strong>al</strong>idades de la herencia,s<strong>al</strong>udos y expresiones derespeto, etc.).8 Del griego, ethnos, etnia significa liter<strong>al</strong>mente nación o pueblo, en sentido amplio, que puede ono buscar establecer un Estado con gobierno propio (soberanía). La etnología volvió a adoptarel término antiguo, haciendo hincapié en la cultura compartida, un sentido de pertenencia, unaadscripción territori<strong>al</strong> y un destino común (historia o tradición, y visión del futuro).47


Cultura de Guatem<strong>al</strong>a• La ocupación, no necesariamenteexclusiva, de un territorio.• La especi<strong>al</strong>ización de sus actividadeseconómicas.• El reconocimiento de aquellosque no son del grupo. 9Es importante distinguir entre lo étnicoy lo soci<strong>al</strong>. Mientras lo primerohace referencia a la dimensión de lacultura, lo segundo se refiere a la organizaciónbásica de la producción yvida en común de personas y grupos.Grupo étnico no equiv<strong>al</strong>e a clasesoci<strong>al</strong>, como tampoco son equiv<strong>al</strong>enteslas relaciones interétnicas conlas relaciones soci<strong>al</strong>es. La diferenciaesenci<strong>al</strong> viene del sentimiento demembresía, o sea de la identidad. <strong>En</strong>una situación ide<strong>al</strong>, la división quepriva entre varios grupos étnicos es,por decir así, «vertic<strong>al</strong>», es decir, losgrupos coexisten uno «<strong>al</strong> lado» deotro. Las clases soci<strong>al</strong>es, en cambio,son, por definición, estratos; además,sus criterios princip<strong>al</strong>es de descripcióny análisis son económicos.Por su parte, un grupo étnico puedereunir personas de distintos nivelessocioeconómicos. Sin embargo, aúncon t<strong>al</strong>es diferencias de ingreso ycondición soci<strong>al</strong>, no se deja de reconocera los miembros del grupo. Lafuerza de cohesión de la identidadétnica es por lo gener<strong>al</strong> más poderosaque la fuerza de la disgregación de ladiferencia de clase. Una clase soci<strong>al</strong>,por su parte, puede fragmentarseen varios grupos étnicos diferentes.<strong>En</strong> Guatem<strong>al</strong>a, por ejemplo, no eslo mismo ser (y no se trata igu<strong>al</strong> a)una persona pudiente maya que auna ladina o una de origen europeoo estadounidense.Los lineamientos que gobiernan lamembresía en un grupo étnico sonhistóricos, ya que se comparte unpasado (origen), una lengua, unageografía, un sistema de v<strong>al</strong>ores,costumbres, estrategias económicas,etc. <strong>En</strong>tre otras cosas, ello implicaque el grupo étnico no está definidode una vez por todas. Más bien, sedefine constantemente; cambia.La identidad del grupo, como la9 Debido a las discrepancias sobre los términos «etnia», «nación» y «pueblo», diferentes autores diferirán,en cuanto a los det<strong>al</strong>les, sobre una lista de rasgos como esta. Luis Villoro, por ejemplo, excluye,aunque no por completo, la referencia a la ocupación de un territorio. <strong>En</strong>fatiza, además, la ausenciade referencia a una voluntad de convertirse en nación o Estado, lo cu<strong>al</strong> se reflejaría en su capacidadde relación no conflictiva con otros grupos dentro de un espacio o sistema político determinado.Véase Villoro, L. Estado plur<strong>al</strong>, plur<strong>al</strong>idad de culturas; México: Paidós-UNAM, 1998.48


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lode las personas singulares, es másun proceso que un producto terminado.La identidad étnica es unprincipio definidor que posibilita laescogencia, pero también el cambiode los símbolos que la constituyen.Los grupos étnicos cambian por supropia iniciativa y esfuerzo. Comola persona se adapta <strong>al</strong> entorno humanoy natur<strong>al</strong> cambiante, tambiénse adaptan los grupos.Estos van asumiendo símbolos nuevos,de acuerdo con nuevas circunstanciasy tiempos, aunque siempreen consonancia con ciertos criteriosde conveniencia característicos de suespecificidad. Dichos criterios son lomás íntimo y exclusivo de cada unode los grupos; pertenecen a la esferade su libre determinación. El grupoétnico se autodetermina, maneja suidentidad; pero no puede cambiarde repente, ni todos a la vez, loselementos que la constituyen.El mundo contemporáneo presionapoderosamente a la adaptación ycambio de las culturas tradicion<strong>al</strong>es.No obstante, no puede exigirse queun grupo evolucione de maneraauténtica si se pretende cambiarprecisamente aquellos aspectos queél mismo considera esenci<strong>al</strong>es parasu identidad. Para que un proyectode desarrollo sea visto en términosfavorables y se le asuma como propiodeberá concordar con los elementosde identificación de los grupos étnicosparticipantes. Si es <strong>al</strong>ienante yse le considera hostil y destructivo,será objeto de una resistencia, si noabierta, por lo menos pasiva. Laúnica evolución económica, políticao soci<strong>al</strong> que es posible fomentar conéxito sostenido es aquella que tomaen cuenta la identidad y las posibilidadesde transformación propiasde los grupos étnicos.La continuidad puede tambiénmantenerse en el cambio. El grupoétnico no es prisionero de suslímites cultur<strong>al</strong>es o frontera étnica.La historia muestra que cambia yevoluciona, escogiendo librementenuevos símbolos identitarios. Lareivindicación de la identidad noes en sí misma reaccionaria o conservadora.La identidad cultur<strong>al</strong>, precisamenteporque es expresión de vida, cambiade acuerdo con la evolución, desarrolloo progreso de las naciones.Los grupos étnicos mismos, sobretodo los que han sido explotadoso marginados por largo tiempo,exigen poder adaptarse a las nuevasre<strong>al</strong>idades económicas, tecnológicas49


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ay políticas del mundo actu<strong>al</strong>, sin quese lesione su dignidad e integridadcultur<strong>al</strong>. Es, por tanto, errada lapercepción de las llamadas culturastradicion<strong>al</strong>es como culturas estáticasque sólo miran hacia atrás en el tiempo.Asimismo, es fruto del prejuiciola gener<strong>al</strong>ización acerca de los gruposno occident<strong>al</strong>es como ignorantes, sucios,holgazanes y, en gener<strong>al</strong>, ineptospara comprender y asumir el másmínimo espíritu capit<strong>al</strong>ista, la industri<strong>al</strong>izacióno las nuevas tecnologíasde información y comunicación.Semejantes concepciones suelenvenir acompañadas de una visiónfolclorista de las etnias y las culturas,a las cu<strong>al</strong>es se considera como objetoscoloridos de consumo para propios yextraños, como mercancía turística omeros símbolos de la identidad de unpaís o región, nunca como sujetos oprotagonistas.Se suele dar por sentado que si losgrupos étnicos no occident<strong>al</strong>es quierenverdaderamente mejorar su viday desarrollarse deben poco menosque abandonar su cultura propia yadoptar, con todas sus paradojas ycontradicciones, la cultura occident<strong>al</strong>contemporánea, su característicoindividu<strong>al</strong>ismo y masificación, y suorientación hacia la producción, elconsumismo y la tecnología. <strong>En</strong> lament<strong>al</strong>idad de muchos, desarrolloimplica forzosamente volverse occident<strong>al</strong>.Es posible una vida coherentecon –y orgullosa de– la culturay pasado propios, y que se beneficiede la ciencia, la tecnología y laorganización productiva occident<strong>al</strong>contemporánea. No obstante, eldesarrollo verdaderamente humanoe integr<strong>al</strong> comprende, además dela tecnificación, del crecimientoproductivo o del aumento de lariqueza, el desarrollo de las cienciasy las artes, estadios cada vez másjustos de organización soci<strong>al</strong> y delas prácticas e instituciones políticas–en fin, de todos aquellos elementosque constituyen la forma y c<strong>al</strong>idadde vida de los grupos humanos.Ahora bien, «forma» y «c<strong>al</strong>idad devida», «felicidad» y «bien común»,son todos términos form<strong>al</strong>es, sincontenido preciso, misterios o problemascuya comprensión y soluciónes y sólo puede ser histórica– esdecir, propuesta, ensayada, vivida,por grupos humanos concretos. Respectoa la viabilidad de una culturaglob<strong>al</strong> <strong>al</strong>tamente consumista, comodicen en Estados Unidos, el juradoaún delibera, pero las perspectivas yexperiencias concernientes <strong>al</strong> medioambiente y la explotación humanano pintan un panorama precisamenteseductor.50


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loRelaciones interétnicas:etnocentrismo ointercultur<strong>al</strong>idadA propósito del asunto del cambiocultur<strong>al</strong> y de la glob<strong>al</strong>ización de lacultura occident<strong>al</strong>, es importanteabordar el tema de las relaciones interétnicas.Estas se rigen de acuerdocon conjuntos sistemáticos de reglasque gobiernan los encuentros soci<strong>al</strong>es.Puntos y fuentes de contacto frecuenteentre miembros de diferentesetnias son, por ejemplo, los mercados,la escuela, las migraciones (internas oexternas), el servicio militar, los actosreligiosos o los trámites burocráticos.Es de hacer notar que, en primerainstancia, los contactos frecuentesentre grupos de diferentes identidades,en lugar de eliminarlas, tiendenmás bien a acentuarlas. Los mediosadoptados para mantener y defenderlos límites cultur<strong>al</strong>es son complejosy muchas veces ocultos. Con todo,parece inevitable que los encuentroscotidianos produzcan una reducciónde los roces y los diferendos. Este esuno de los aspectos de la evoluciónnatur<strong>al</strong> de los grupos. No hay queperder de vista, sin embargo, que lareducción de diferendos y diferenciascultur<strong>al</strong>es entre los grupos étnicos noconllevan necesariamente una reducciónde las respectivas identidades, yaque no todos los elementos cultur<strong>al</strong>esde un grupo son identificantes (notodos definen la identidad grup<strong>al</strong>)en la misma medida.La cultura influye poderosamenteen la manera cómo se piensa, sientey actúa, por lo que se convierte en<strong>al</strong>go así como un lente a través delcu<strong>al</strong> se percibe y pasa juicio sobreel entorno, sobre todo el humano.La cultura condiciona inconscientementela percepción de cómootros piensan, sienten y actúan. Unapersona dada tiende a pensar que sucultura es, si no la única forma deser, sí la más natur<strong>al</strong>, conveniente ymejor. De manera que cuando ve apersonas de otras culturas las ve yev<strong>al</strong>úa a través del lente o estándarde la suya propia. Esto es el etnocentrismo,que en un modo extremodenota la inhabilidad de considerarotras culturas como <strong>al</strong>ternativasviables y aceptables de comportarsey organizar la re<strong>al</strong>idad. Parece seruna característica gener<strong>al</strong>izada delas culturas el que sus rasgos propiossean considerados como correctos,natur<strong>al</strong>es o superiores en comparacióncon los de culturas ajenas.Los de éstas suelen ser vistos, en elmejor de los casos, como extrañoso graciosos, si no como inferiores,inmor<strong>al</strong>es, atrasados, etcétera.51


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aEs importante para la supervivenciade un grupo étnico que sus integrantesconsideren su cultura como <strong>al</strong>gocorrecto y bueno. Sin embargo, muchasveces se impone un desmedidosentido de superioridad respecto <strong>al</strong>as demás culturas, lo cu<strong>al</strong> dificult<strong>al</strong>a comprensión de éstas y el debidorespeto por ellas. Un proverbio mayareza «nunca opines de otro hasta queno hayas caminado una legua en suscaites». <strong>En</strong> el contexto de las relacionesinterétnicas, este proverbiosugeriría la importancia de entenderlos antecedentes cultur<strong>al</strong>es y las experienciasde otras personas antes dejuzgarlas de acuerdo con estándaresque les son ajenos. Una tendencia yamadura en el campo de las cienciassoci<strong>al</strong>es, de la cultura y de la educaciónpropone la adopción de unprincipio que podría denominarse«relativismo cultur<strong>al</strong>» como partede un esfuerzo por comprender losdiferentes sistemas cultur<strong>al</strong>es desdesus propios esquemas y en sus propiostérminos, dejando a la vez porun lado las creencias y apreciacionespropias.La publicación, a mediados del sigloXX, del libro del célebre antropólogofrancés Claude Levi-Strauss,Raza y cultura, marcó un hito en elproceso de cambio de la ment<strong>al</strong>idadoccident<strong>al</strong> moderna respecto aotras culturas. Hasta entonces, t<strong>al</strong>ment<strong>al</strong>idad había sido típicamenteetnocentrista, cuando no abiertay violentamente racista. El libroapoyaba decididamente la tesis deque no existen razas privilegiadasni culturas superiores, con lo quese desbarataba un mito querido yantiguo, y se comprendía mejor elderecho de todos los grupos humanosde cu<strong>al</strong>quier raza o culturaa defender su propia identidad y acontinuar transmitiendo su propioconjunto de v<strong>al</strong>ores, creencias ypatrones conductu<strong>al</strong>es. <strong>En</strong> esencia ydignidad, todas las personas y todoslos grupos étnicos son igu<strong>al</strong>es. Todossomos capaces de re<strong>al</strong>izar las mismasobras, sean estas grandes o pequeñas,importantes o insignificantes, nobleso viles…La postura del relativismo cultur<strong>al</strong>implicaría el deseo y el esfuerzogenuinos por conocer y v<strong>al</strong>orar otrasculturas, así como por hacerse másconsciente de las riquezas y límitesde la propia. Fruto importante deesta actitud es la v<strong>al</strong>oración cadavez más positiva del fenómeno dela intercultur<strong>al</strong>idad. Se dice queuna persona es intercultur<strong>al</strong> cuandoposee los conocimientos suficientesy las destrezas necesarias para de-52


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>losenvolverse con comodidad y comunicarseefectivamente con personasde cultura diferente a la propia y, engener<strong>al</strong>, en cu<strong>al</strong>quier situación queinvolucre personas de diversos antecedentescultur<strong>al</strong>es. 10 De maneraanáloga, una sociedad o un país sonintercultur<strong>al</strong>es cuando promueveny desarrollan conocimientos cultur<strong>al</strong>esy destrezas comunicativasentre sus diferentes integrantes, demanera que estos se comunican yconviven dentro de un marco deefectivo respeto y comprensión. Nila comodidad ni la competenciacomunicativa en un ambiente multicultur<strong>al</strong>conllevan forzosamente elrechazo o el abandono de la identidadcultur<strong>al</strong> propia, sino más bienamplían el rango de habilidades pararelacionarse y comunicarse.La intercultur<strong>al</strong>idad es en re<strong>al</strong>idaduna experiencia humana norm<strong>al</strong>,como lo prueba el hecho de queuna persona típicamente pertenecea, y se relaciona con, varios grupossub- o trans-cultur<strong>al</strong>es –por ejemplo,de género, etarios, lingüísticos,políticos, etc. De manera que elconocimiento de, y la competenciaen múltiples sistemas de percepción,ev<strong>al</strong>uación, creencias y actuacionesno es <strong>al</strong>go remoto ni extraño. Esimportante tener esto presente en ladiscusión que sigue acerca de cómola dimensión de lo étnico-cultur<strong>al</strong>puede y debe tomarse en cuentaen la construcción y evolución deun sistema auténticamente democráticode organización política ygobierno.Etnias, Estado ydemocraciaSe hizo ya una <strong>al</strong>usión <strong>al</strong> hecho deque la mera existencia de un grupoétnico o nacion<strong>al</strong> no implica necesariamenteuna voluntad de soberaníaque deba re<strong>al</strong>izarse en la constituciónde un Estado o país. De manera inversa,puede afirmarse que tampocoes requisito esenci<strong>al</strong> para la organizacióny funcionamiento de un Estadola homogeneidad étnica y cultur<strong>al</strong>de la ciudadanía. Es completamenteerrónea la idea de que un Estadoo país no puede subsistir si <strong>al</strong>bergaen su seno demasiadas diferencias10 Cf. Hoopes, D. “Intercultur<strong>al</strong> communication concepts and the psychology of intercultur<strong>al</strong> experience”;en M. Pusch (ed.), Multicultur<strong>al</strong> education: a cross-cultur<strong>al</strong> training approach; Illinois: Intercultur<strong>al</strong>Network, 1979. También, Cashmore, E. Dictionary of race and ethnic relations; Londres yNueva York: Routledge, 1992. Para toda esta discusión, véase Becker, J. y M. Richards, Relacionesinterétnicas para la promoción del plur<strong>al</strong>ismo cultur<strong>al</strong>; Guatem<strong>al</strong>a: URL, 1992.53


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aentre sus miembros, sobre todo delpeso de las diferencias cultur<strong>al</strong>es.No sin <strong>al</strong>guna razón, se supone queestas diferencias en particular sonespeci<strong>al</strong>mente delicadas, toda vezque rigen la manera en que gruposy personas conciben los fines, lanatur<strong>al</strong>eza y la estructura de la organizaciónsoci<strong>al</strong>, política y económica.No obstante, la historia ha mostradoque es posible concebir y construirentidades políticas nacion<strong>al</strong>es queagrupen diferentes etnias y culturassin desmedro de la justicia, la equidady la gobernabilidad. Considérese,por ejemplo, la situación de judíosy cristianos en la España mediev<strong>al</strong>,bajo el régimen árabe. Asimismo,existen países modernos y pujantesque <strong>al</strong>bergan distintos grupos étnicos,y hasta enemigos históricos. T<strong>al</strong>es el caso de Suiza, donde conviven<strong>al</strong>emanes, franceses e it<strong>al</strong>ianos; oCanadá, donde lo hacen franceses eingleses. <strong>En</strong> estos países, ningún grupoétnico prev<strong>al</strong>ece sobre los otros, yse ha vivido por largos períodos sinepisodios ni riesgos de inestabilidadpolítica o ingobernabilidad. Dichosea de paso, estos mismos ejemplostambién prueban la f<strong>al</strong>sedad de lacorrelación, comúnmente sostenida,entre homogeneidad étnico-cultur<strong>al</strong>y prosperidad económica. De hecho,según ha observado Will Kymlicka,“los países que han adoptado formassólidas de multicultur<strong>al</strong>ismo de inmigración,en conjunción, o como <strong>al</strong>ternativa<strong>al</strong> feder<strong>al</strong>ismo multinacion<strong>al</strong>,se encuentran entre los más prósperosdel mundo”. 11 Un contraejemploútil en ambos respectos sería un paíscomo Haití, sin grandes diferenciasni tensiones étnicas, pero con unaingobernabilidad crónica y uno delos peores niveles económicos de vidadel mundo.Ciertamente, como se apuntaba <strong>al</strong>inicio, muchas de las situacionesconflictivas del mundo actu<strong>al</strong>,<strong>al</strong>gunas infern<strong>al</strong>mente violentas,derivan de animosidades étnicas.No obstante, se apresura a adelantarjuicio quien considera que semejantesescenarios son producto de lasdiferencias cultur<strong>al</strong>es por sí mismas.Habría como mínimo que sopesar lahipótesis de que t<strong>al</strong>es enemistadeshan surgido más bien de la negligenciao el desdén por las diferencias, odel proyecto –que no deja de tener11 Kymlicka, Will. La política Vernácula. Nacion<strong>al</strong>ismo, multicultur<strong>al</strong>ismo y ciudadanía; Barcelona:Paidós, 2003; pág. 12.54


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo<strong>al</strong>go de paradójico– de tomarlas encuenta pero sólo para la desventajay explotación de los grupos consideradosinferiores, infieles, incultos,atrasados, s<strong>al</strong>vajes, etc. Habría, pues,que considerar detenidamente simucha de la violencia étnica no seexplica mejor como consecuencia desituaciones intolerables de marginacióny discriminación, o si no másbien coincide con estas. El cuadro deun grupo étnico que se hace del controlpolítico y económico de un paísen desmedro de otros es recurrente <strong>al</strong>o largo de la historia. Piénsese, porejemplo, en la España mediev<strong>al</strong> bajolos Reyes Católicos, en la Américahispana, o en la historia y actu<strong>al</strong>idadguatem<strong>al</strong>teca. 12 La <strong>al</strong>tísima facturaen vidas que este tipo de Estadosha cobrado por su subsistencia ygobernabilidad ha sido pagada porlos grupos subyugados en una desproporciónatroz. 1312 El territorio de lo que hoy se llama Guatem<strong>al</strong>a ha visto venirse a radicar en él diferentes gruposy culturas a lo largo de los siglos: los olmecas (siglos IV A.C. <strong>al</strong> III D.C.), los mayas (siglosIV-X), los toltecas (siglos XI-XV) y los españoles y europeos (siglo XVI-XXI). Actu<strong>al</strong>mente,el país está constituido cultur<strong>al</strong>mente por varios grupos «blancos» o de cultura occident<strong>al</strong>; losgrupos «ladinos» o mestizos, descendientes de españoles e indígenas, básicamente de culturaoccident<strong>al</strong>, pero afectados por elementos autóctonos; varios grupos mayas, herederos de la grancivilización mesoamericana; los garífunas, de origen caribeño y africano; y los xincas. Mientraslos dos primeros han detentado tradicion<strong>al</strong>mente el poder político y económico, y han impuestosus esquemas de progreso y desarrollo, los otros grupos han permanecido relegados política ysoci<strong>al</strong>mente, y han sufrido despojo y explotación.Para una perspectiva histórica y antropológica de las relaciones interétnicas en Guatem<strong>al</strong>a, véanselos estudios del Centro de Investigaciones Region<strong>al</strong>es de Mesoamérica, serie ¿Por qué estamoscomo estamos?, coordinada por Arturo Taracena, Richard Adams y Santiago Bastos.13 Aunque vienen a la mente con facilidad otras atrocidades étnicas registradas por la historia, especi<strong>al</strong>menteen los últimos dos siglos (recuérdese el destino de los indígenas y los grupos africanos enterritorio estadounidense, el de los judíos en la Alemania nazi, y el de los grupos étnicos no rusosbajo el régimen est<strong>al</strong>inista, por nombrar tan solo los más impresionantes), ciñámonos a los ejemplosya propuestos, que tocan cerca de casa. Las víctimas indígenas de la conquista y el tricentenariorégimen español de América se cuentan por millones, constituyendo uno de los capítulos mássangrientos de la historia univers<strong>al</strong>. Por su parte, de acuerdo con la Comisión para el EsclarecimientoHistórico (CEH), el así llamado «enfrentamiento armado interno» guatem<strong>al</strong>teco (1962-1996)arrojó un s<strong>al</strong>do de más de 200,000 muertos y desaparecidos, de los cu<strong>al</strong>es la gran mayoría (83%,o sea más de 160,000) fueron indígenas mayas. Los cálculos y censos poblacion<strong>al</strong>es a menudodiscrepan, pero puede afirmarse que los mayas representan <strong>al</strong>go así como 40% de la poblaciónguatem<strong>al</strong>teca. Ciertamente, el escenario predominante del «enfrentamiento» en su etapa más álgida(1978-1983) fue el área rur<strong>al</strong>, donde los mayas son mayoría. Sin embargo, las investigacionesde la CEH son concluyentes en el sentido de que las matanzas de poblaciones mayas obedecierona políticas y estrategias racistas emanadas del Estado mismo, y no dudan en c<strong>al</strong>ificarlas de actos degenocidio ni de imputar la responsabilidad <strong>al</strong> Estado guatem<strong>al</strong>teco. Guatem<strong>al</strong>a. Memoria del Silencio.Tomo V, Conclusiones y Recomendaciones; Guatem<strong>al</strong>a: Oficina de Servicios para Proyectos de lasNaciones Unidas, 1999; Conclusiones 1-2, 108-126; véase también 3-4, 31-33, 62-64, 85-88).55


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aLas re<strong>al</strong>idades o comunidades inventadasde que habla Benedict Andersonen su célebre ensayo sobre elorigen y difusión del nacion<strong>al</strong>ismo,y que él mismo propone distinguiry juzgar no tanto por su f<strong>al</strong>sedad olegitimidad sino por el estilo conque son imaginadas por <strong>al</strong>gunos, 14ya han resultado demasiadas veces enmort<strong>al</strong>es catástrofes para otros.Ningún Estado o país, menos aúnaquellos que profesan una vocacióndemocrática, puede toleraruna situación en la que bajo lasconsignas de la construcción, dela prosperidad, de la igu<strong>al</strong>dad, dela comunicación, del orden o de laseguridad, se destruya, se explote,se discrimine, se ac<strong>al</strong>le, se reprima ose elimine a quienes exhiben rasgosfísicos diferentes, piensan de acuerdocon diferentes esquemas, hablanidiomas diferentes, o conciben yveneran lo sagrado y la divinidad demanera diferente.Libertad, justicia, igu<strong>al</strong>dad hanrepresentado siempre los v<strong>al</strong>ores,principios y fines por excelencia de l<strong>al</strong>lamada democracia liber<strong>al</strong> occident<strong>al</strong>,sistema ampliamente consideradocomo modelo a seguir por partede países como los nuestros. No obstante,aún aquellos países que hanformado parte durante largo tiempode esta tradición, no han sido todossiempre plenamente coherentes conella. Segregación y discriminaciónraci<strong>al</strong> de jure o de facto, veda de losderechos ciudadanos a minoríasétnicas o a la mujer, represión violentaa las organizaciones sindic<strong>al</strong>es,y otras inconsistencias por el estilohan sido hasta hace relativamentepocas décadas moneda corriente eneste mundo supuestamente libre,justo y ejemplar. No es sino hastaen época reciente que se ha llegado aafirmar que el conflicto étnico en lassociedades occident<strong>al</strong>es se ha vueltouna cuestión “mayormente de votosy rara vez de b<strong>al</strong>as”. 15Will Kymlicka ha descrito losprocesos por medio de los cu<strong>al</strong>eslas democracias occident<strong>al</strong>es hanaprendido “a tratar la diversidadétnica de forma pacífica y democrática,con una ausencia casi completa14 Comunidades imaginadas. Refl exiones sobre el origen y la difusión del nacion<strong>al</strong>ismo; México: FCE,1993.15 Newman S. Ethnoregion<strong>al</strong> Confl icts in Democracies: Mostly B<strong>al</strong>lots, Rarely Bullets; Londres:Greenwood, 1996.56


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lode belicosidad, terrorismo, violenciao represión estat<strong>al</strong>”. 16 Para llegar aesta situación, observa Kymlicka,los países occident<strong>al</strong>es han reconocidoy adoptado de manera efectivauna serie de derechos llamados “delas minorías”, aunque sin dejar depromover “los v<strong>al</strong>ores liber<strong>al</strong>es dela libertad, la justicia y la democracia”.17 Con este caveat, Kymlickarevela la típica autocomprensión dela tradición política liber<strong>al</strong>, inveteradae incansable ad<strong>al</strong>id de nocionesfuertes de “individu<strong>al</strong>ismo, autonomía,igu<strong>al</strong>dad, comunidad política eidentidad nacion<strong>al</strong>”. 18Atreviéndose a corregir la orientaciónbásica de esta tradición, perosin llegar a s<strong>al</strong>irse de ella, Kymlickaaboga por lo que da en llamar“cultur<strong>al</strong>ismo liber<strong>al</strong>”, posición quepropone que:los Estados liber<strong>al</strong>es no sólodeben defender el conocidoconjunto de derechos individu<strong>al</strong>es,civiles y políticos que todaslas democracias amparan, sinoasumir también varios derechosy políticas específicas de losgrupos, pensados para reconocery dar cabida a las identidadesdiferenci<strong>al</strong>es y las necesidadesde los grupos etnocultur<strong>al</strong>es. 19Kymlicka llega incluso a hablardesenfadadamente de la necesidadde “<strong>al</strong>guna forma de poder compartido”,en el marco de lo que llama“justicia etnocultur<strong>al</strong>”, y ofrececomo ejemplo el “feder<strong>al</strong>ismo multinacion<strong>al</strong>”.20Por su parte, con su reflexión acercadel “estado plur<strong>al</strong>”, el filósofomexicano Luis Villoro arriba porvías distintas a un lugar parecido, <strong>al</strong>proponer una soberanía compartida,operativizada en la cesión de <strong>al</strong>gunasfacultades a los grupos étnico-cultur<strong>al</strong>esen campos específicos de lainstitucion<strong>al</strong>idad estat<strong>al</strong>. 21 Ambaspropuestas –hay que reconocerlo– noson ni únicas ni tot<strong>al</strong>mente nuevas.Se ha hecho mención de ellas aquí16 Op. cit. pág. 12.17 Ibíd. pág. 13.18 Ibíd. pág. 20.19 Ibíd. pág. 21.20 Ibíd. pág. 22; capítulo 5.21 Op. cit.57


Cultura de Guatem<strong>al</strong>acomo indicaciones o claves orientadorasacerca del estado de la cuestiónde la identidad y la cultura y su papelen la esfera política. Interesan sobretodo porque las dos apuntan a, yapuestan por una ampliación de lasconcepciones, prácticas e institucionesbásicas de la democracia, como<strong>al</strong>go necesitado por su esencia mismay, por tanto, en íntimo acuerdo consus principios y v<strong>al</strong>ores fundament<strong>al</strong>es.Ante el fenómeno de las identidadesétnicas y cultur<strong>al</strong>es, no se plantea,pues, desmantelar sino reformarlos sistemas, las instituciones y lasprácticas políticas. Tampoco es el fincrear privilegios, sino precisamentelo contrario, acabar con ellos y hacerespacio en el poder político y elmanejo de la cosa pública para todaslas personas y los grupos, t<strong>al</strong> y comolo manda y ha demandado siemprela esencia de la democracia.Antes que tara u obstáculo, ladiferencia es riqueza humana. Elplur<strong>al</strong>ismo, entendido como respeto,v<strong>al</strong>oración y promoción de laidentidad y la diferencia, es cuestiónde justicia fundament<strong>al</strong>. La intercultur<strong>al</strong>idad,comprendida, asumida yre<strong>al</strong>izada como comunicación efectivacon otras personas y grupos, esun principio para la convivencia enlibertad, igu<strong>al</strong>dad y fraternidad.Bibliografía ylecturas sugeridasAdams, R., Bastos, S. et <strong>al</strong>. Las relacionesétnicas en Guatem<strong>al</strong>a,1944-2000. Antigua Guatem<strong>al</strong>a:Cirma, 2003.Asociación de Investigación y EstudiosSoci<strong>al</strong>es, V estudio sobrela cultura democrática de losguatem<strong>al</strong>tecos. Guatem<strong>al</strong>a:ASIES, 2002.Anderson, B. Comunidades imaginadas.Refl exiones sobre el origeny la difusión del nacion<strong>al</strong>ismo.México, D.F.: FCE, 1993.Barth, F. Los grupos étnicos y sus fronteras.La organización soci<strong>al</strong> delas diferencias cultur<strong>al</strong>es. México,D.F.: FCE, 1976.Becker, J. y M. Richards. Relacionesinterétnicas para la promocióndel plur<strong>al</strong>ismo cultur<strong>al</strong>. Guatem<strong>al</strong>a:URL, 1992.Cashmore, E. Dictionary of race andethnic relations. Londres y NuevaYork: Routledge, 1992.Cenoz, J. y F. Genesse (eds.). Beyondbilingu<strong>al</strong>ism: multilin-58


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Guatem<strong>al</strong>a como re<strong>al</strong>idad poliétnica:la mirada de un fenomenólogoJosé Edgardo C<strong>al</strong> Montoya1. LiminarL a discusión actu<strong>al</strong> sobre la viabilidad de Guatem<strong>al</strong>a como comunidadpolítica, ha dado lugar a una amplia diversidad de esfuerzos que desde diversoscampos de las ciencias soci<strong>al</strong>es han demostrado la ingente necesidadde construir un Estado en el que todos sus componentes estén debidamenteincluidos y representados. 2La entrada de Guatem<strong>al</strong>a a lainstitucion<strong>al</strong>idad democrática conla suscripción de los Acuerdos dePaz, ofreció las condiciones apropiadaspara el reconocimiento enla esfera pública de la necesidadde construir un modelo de EstadoNacion<strong>al</strong> sensible a la diferencia. 3Si bien actu<strong>al</strong>mente asistimos ainiciativas de refl exión, análisis ypropuesta sobre la construcción deun imaginario soci<strong>al</strong> en el que lare<strong>al</strong>idad multicultur<strong>al</strong> del país seaconstitutiva a la rehabilitación de laparticipación ciudadana en mayorescondiciones de equidad económica,política y cultur<strong>al</strong>; 4 se hace necesarioque la apertura a este debate se re-1 Diplomado en Estudios Avanzados y Doctorado en Historia (<strong>Universidad</strong> Pablo de Olavide deSevilla). Egresado y Docente del Programa de Maestría en Filosofía de la Facultad de Humanidadesde la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>, en el que fue <strong>al</strong>umno del Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo Armosino s.j. <strong>En</strong>señaHistoria Contemporánea en la <strong>Universidad</strong> de San Carlos de Guatem<strong>al</strong>a y es Profesor invitado delDoctorado en Filosofía Iberoamericana de la <strong>Universidad</strong> Centroamericana ‘José Simeón Cañas’–UCA– de El S<strong>al</strong>vador y del Postgrado en Historia de la <strong>Universidad</strong> de Costa Rica.2 Cf. José C<strong>al</strong>: Los estudios históricos recientes sobre la Reforma Liber<strong>al</strong> de 1871 en Guatem<strong>al</strong>a. Sevilla,<strong>Universidad</strong> Pablo de Olavide, Departamento de Geografía, Filosofía e Historia, 2003.3 Cf. José C<strong>al</strong>: “Hacia la construcción de un estado ‘presuntamente homogéneo’. Breves notasdesde la Teoría Crítica”. <strong>En</strong>: Revista Estudios Interétnicos. (No. 19, año 13) Guatem<strong>al</strong>a, Institutode Estudios Interétnicos – <strong>Universidad</strong> de San Carlos de Guatem<strong>al</strong>a, 2005. pp. 9-25.4 Cf. Jürgen Habermas; La inclusión del otro. Estudios de teoría política. Barcelona, Ediciones Paidós,1996. pp. 189-227.65


Cultura de Guatem<strong>al</strong>afiera no únicamente a la satisfaccióninmediata de demandas políticasde grupos que se abrogan la representaciónciudadana en la esferapública denominados como sociedadcivil o de un movimiento maya quedebe necesariamente fort<strong>al</strong>ecer suconsenso de acción, sino a seguirreflexionando sobre la construcciónsubjetiva de aquellas fronteras soci<strong>al</strong>esy cultur<strong>al</strong>es que han impedidola construcción incluyente de unaidentidad nacion<strong>al</strong> poliétnica: planteamientoque en el pensamientode Antonio G<strong>al</strong>lo propone la articulaciónde un conocimiento sobrela re<strong>al</strong>idad multicultur<strong>al</strong> del paísdesde modelos de análisis que surjansobre las bases de esta re<strong>al</strong>idad comoexperiencia trascendent<strong>al</strong> sin estarasidos a pre-conceptos cultur<strong>al</strong>es omediaciones de interés económicas,políticas o de otros v<strong>al</strong>ores.Se requiere así que la experienciatot<strong>al</strong> del mundo soci<strong>al</strong> de todos losgrupos humanos que habitan esteterritorio sean respetados, utilizadosy aprovechados con una síntesisentre las fuerzas ofici<strong>al</strong>es del Estadoy la re<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong> y humanade la población. Aunque se hayanplanteado diversidad de políticasencaminadas a la superación de lasactitudes y conductas racistas queson un legado directo de nuestraexperiencia histórica como construcciónde una ‘identidad y culturanacion<strong>al</strong>es’ pensadas desde el imaginariono indígena, la consideraciónde la ‘diferencia cultur<strong>al</strong>’ como unfenómeno integrante de nuestromundo-de-vida y como resultantede las relaciones directas o indirectasde diferentes sociedades; resiste ennuestra cotidianidad ante el juiciode las ‘culturas extrañas’ o ‘ajenas’a nosotros, que en el caso de Guatem<strong>al</strong>a,han sido situadas tambiéncomo inferiores ante la imposiciónde un modelo de identidad únicaque excluye cu<strong>al</strong>quier posibilidad dediálogo y consenso racion<strong>al</strong>.Plantear la construcción de unaidentidad nacion<strong>al</strong> desde las profundasposibilidades an<strong>al</strong>íticas deuna fenomenología enriquecida porel aporte de las ciencias humanas,fue una de las preocupaciones yaportaciones primarias y origin<strong>al</strong>esdel pensamiento de Antonio G<strong>al</strong>loacerca de la complejidad soci<strong>al</strong> ycultur<strong>al</strong> de Guatem<strong>al</strong>a.Preocupación de su intensa actividadfilosófica que vista a casi tresdécadas de distancia, posibilitó unanueva preceptibilidad metodológicaen el modo de acceder a la deno-66


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lominada ‘cuestión étnico-nacion<strong>al</strong>’:debate que en los años setenta estabaprofundamente transido por lasopciones políticas, comprensiblesdesde el endurecimiento de lascondiciones propias de la guerra civilen el país, pero fin<strong>al</strong>mente limitadaspara hacer avanzar una discusiónque hoy ha ganado mucho terrenopero aún pocos acuerdos mínimospor parte de todos los componentesde la sociedad guatem<strong>al</strong>teca.La publicación de la primera edicióndel estudio: Identidad Nacion<strong>al</strong> en1978, traza las líneas fundament<strong>al</strong>esde la que podría denominarse lafilosofía de la cultura de Antonio G<strong>al</strong>lo,enriqueciendo el pensamientofilosófico en Guatem<strong>al</strong>a <strong>al</strong> proponeruna fenomenología di<strong>al</strong>ógica con lasciencias humanas sobre la re<strong>al</strong>idadcultur<strong>al</strong> del país e inspirando decisivamenteno sólo el trabajo denuestra casa de estudios a favorde los pueblos indígenas y en laformación de nuevos humanistas,sino estableciendo las condicionesmínimas de un debate que hoytiene y reconoce en este estudioun referente fundament<strong>al</strong>. Si bieneste trabajo impulsaba la reflexiónfenomenológica no como un ejerciciode erudición filosófica, sinoante todo como una fenomenologíatrascendent<strong>al</strong> en cuanto a proponerun nuevo modo humano de habitar apartir de una discusión del modeloeducativo para autoreconocernos yautocerciorarnos críticamente comosociedad; detendré mis consideracionesen <strong>al</strong>gunos de sus aportes a ladiscusión actu<strong>al</strong> sobre el proceso deconstrucción de la ‘identidad nacion<strong>al</strong>’en nuestro imaginario soci<strong>al</strong>.2. Pensar un país, pensaruna sociedad. IdentidadNacion<strong>al</strong> (1978) y suaporte <strong>al</strong> debate sobreel Estado y la Nación enGuatem<strong>al</strong>aEl estudio Identidad Nacion<strong>al</strong> (1978)del Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo, irrumpe enla vida académica nacion<strong>al</strong> <strong>al</strong> <strong>al</strong>bordel debate crítico sobre el ‘problemaétnico’ iniciado por los profesores.Carlos Guzmán Böckler y Jean LoupHerbert con el libro: Guatem<strong>al</strong>a: unainterpretación histórico-soci<strong>al</strong> (1970),en el que criticaban los planteamientosde la antropología soci<strong>al</strong> norteamericanaque sostenía la necesidadde integrar étnica y cultur<strong>al</strong>menteel país por medio de un ajuste de lacultura indígena a la cultura ladinaque permitiera hacer frente a lasexigencias de democratización dela sociedad industri<strong>al</strong>. 5 Este libro,67


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ajunto <strong>al</strong> de Humberto Flores Alvarado:El adamcismo y la sociedadguatem<strong>al</strong>teca (1973), permitió a losacadémicos de izquierda guatem<strong>al</strong>tecosy extranjeros fijar una posiciónfrente a esta corriente antropológicade amplia presencia en el país <strong>al</strong>denominarla como ‘antropología dela ocupación’, término que ponía <strong>al</strong>descubierto su condición de haberseconstituido en una prolongacióncultur<strong>al</strong> del intervencionismo políticoestadounidense de raigambreanticomunista que prohijó un nuevoejercicio de coloni<strong>al</strong>ismo intelectu<strong>al</strong>.Sus contribuciones a la comprensiónde la problemática étnica y dela identidad nacion<strong>al</strong>, son hoy uncreciente tema de debate entre losantropólogos y otros estudiosos deldesarrollo de las ciencias soci<strong>al</strong>es enGuatem<strong>al</strong>a.Por otra parte, un amplio sector delos académicos de izquierda del país,refi rieron sus propias discusionessobre ‘la cuestión étnico nacion<strong>al</strong>’ <strong>al</strong>as divergencias existentes entre losdiversos liderazgos de los gruposarmados, para quienes la discusióncentr<strong>al</strong> de este momento era la plenaintegración del indígena a la lucharevolucionaria, tomando en esteplanteamiento mayor protagonismola denominación de clase <strong>al</strong> ubicar<strong>al</strong> indígena dentro del proletariado.Plantear una discusión sobre lare<strong>al</strong>idad étnica del país desde unabordaje cultur<strong>al</strong>, signifi caba quese estaba <strong>al</strong>ineado con los planteamientosde la ‘antropología de laocupación’, la que a fin<strong>al</strong> de cuentasera considerada una ‘antropologíareaccionaria’. 6Es precisamente en este punto deinfl exión en el que parece que eldebate interétnico queda asidoa la polarización ideológica queha formado parte integrante dela experiencia desintegradora dela guerra y de nuestro imaginariosoci<strong>al</strong>, que el libro del Dr. AntonioG<strong>al</strong>lo propone una comprensiónde la re<strong>al</strong>idad nacion<strong>al</strong>, que <strong>al</strong> noasirse a preconceptos cultur<strong>al</strong>es yno anteponer opciones ideológicas,ofrece una <strong>al</strong>ternativa de análisis que5 Cfr. Seminario de Integración Soci<strong>al</strong> Guatem<strong>al</strong>teca: Integración Soci<strong>al</strong> en Guatem<strong>al</strong>a. (Vol. I)Guatem<strong>al</strong>a, Tipografía Nacion<strong>al</strong>, 1956. pp. 7-14.6 Cf. José Emilio Rolando Ordóñez Cifuentes: “Etnocidio antropológico: la versión de la antropologíacultur<strong>al</strong> norteamericana sobre los indios en Guatem<strong>al</strong>a”. <strong>En</strong>: La problemática del racismo en losumbr<strong>al</strong>es del S. XXI (VI Jornadas Lascasianas). (Serie L, Cuadernos del Instituto, c) DerechosHumanos, No. 2) México, Instituto de Investigaciones Jurídicas –UNAM–, 1997. p. 252.68


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loaccede directamente <strong>al</strong> fenómenopara an<strong>al</strong>izarlo en toda su dinámica,complejidad y transicion<strong>al</strong>idad.El libro propone un abordaje acercadel concepto de identidad como unconjunto de relaciones, enrolando elaporte de la sociología comprensivaen el análisis de la sociedad comosistema y conjunto de sistemas,posicionamiento metodológico quepermitirá sentar las bases de un accesofenomenológico a la construcciónde la subjetividad como experienciamúltiple de pertenencias. Actividad,cultura y sociedad son conceptos queel autor propone para señ<strong>al</strong>ar laimportancia de la identidad comouno de los caracteres de mayorimportancia para el ser humanoen orden a una convivencia feliz,permitiéndole situarse para tomardecisiones, actuar ordenadamentey hacer proyectos en relación a símismo y a los demás. 7 Identidadque <strong>al</strong> ser una ‘identidad en sí’ y una‘identidad con el grupo’ posibilitanlas buenas relaciones interperson<strong>al</strong>espara una convivencia comprensiva ypacífica: el mundo-de-la-vida comoexperiencia racion<strong>al</strong> y sustantiva.La interacción de la ‘identidad ensí’ y la ‘identidad de grupo’ en laexperiencia tot<strong>al</strong> del mundo soci<strong>al</strong>conducen a plantear dentro de unacomunidad política la concordanciaentre la identidad étnica y laidentidad nacion<strong>al</strong>. Para el casode Guatem<strong>al</strong>a, se plantea entoncesque la construcción intersubjetivade una ‘identidad nacion<strong>al</strong>’ implicaincluir y armonizar a varios gruposétnicos. La ‘armonización’ no es enesta argumentación una conjunciónconvencion<strong>al</strong> de grupos, sino generaruna ‘nacion<strong>al</strong>idad’ que recupereel ‘demos’ aristotélico <strong>al</strong> posibilitarla construcción e integración deelementos que posibiliten a losmiembros de esta comunidad política‘identificarse’ –en sí y comocomunidad– como nación.Esta argumentación ofrece asimismootra cuestión incident<strong>al</strong>: la posibilidadque tiene el individuo de‘desidentificarse’ con el grupo queestuviera identificado, conduciéndoloa la <strong>al</strong>ienación. <strong>En</strong> este sentido,una pérdida de su ‘identidad con elgrupo’ que impide la constitucióndel contexto antropológico, socioló-7 Cf. Antonio G<strong>al</strong>lo Armosino: Identidad Nacion<strong>al</strong> (Para un modelo de Educación no-<strong>al</strong>ienante).Guatem<strong>al</strong>a, Editori<strong>al</strong> Académica Centroamericana, 1978. p. 13.69


Cultura de Guatem<strong>al</strong>agico y cultur<strong>al</strong> en el cu<strong>al</strong> el individuorefiere y enriquece su ‘identidad ensí’. De aquí que la identidad no seasolamente una reunión de notassignifi cativas de pertenencia o deautocomprensión, la ‘identidad ensí’ y la ‘identidad con el grupo’ sondos vertientes de una identidadque como experiencia implica lainteriorización y extensión haci<strong>al</strong>a comunidad que responden a laparticipación del individuo comounidad identitaria en la re<strong>al</strong>idaddel mundo.Esta comprensión que aborda el Dr.G<strong>al</strong>lo sobre la doble vertiente de laidentidad como experiencia re<strong>al</strong> desí mismo y del mundo-de-la-vida esdonde la propuesta de construcciónde una identidad nacion<strong>al</strong> debereconocer los ámbitos creativos deinteracción de cu<strong>al</strong>quiera de suspropuestas.Un nuevo planteamiento sobre laidentidad nacion<strong>al</strong> que no se soporteen pre-conceptos ni en opcionesideológicas o mor<strong>al</strong>es implicaránecesariamente: (a) la elaboraciónde un plan teórico elaborado con patronessurgidos en la misma re<strong>al</strong>idadsociológica, política, económica,histórica y psicológica del país; (b)el conocimiento de los hechos re<strong>al</strong>esy; (c) comparar el plan ide<strong>al</strong> quedebería surgir del nuevo planteamientoteórico con la estructura re<strong>al</strong>existente, dando origen a reflexionesy discusiones.Lo expuesto anteriormente, despertaráen el lector una crítica acercade la pretensión de construir uninstrument<strong>al</strong> de acceso <strong>al</strong> fenómenoa estudiar como desvinculado de lanecesidad de hacer acopio de unsaber convencion<strong>al</strong> en la resoluciónde problemáticas concretas yurgentes. De hecho, cuando el Dr.G<strong>al</strong>lo hace este planteamiento paracontinuar su argumentación en elestudio, refiere que éste se elaboróen las trágicas circunstancias quetrajo el terremoto del 4 de febrerode 1976 a gran parte de la poblaciónguatem<strong>al</strong>teca.<strong>En</strong> esta dirección, el autor señ<strong>al</strong>a laimportancia de aplicar este enfoquecuando se intentaba llevar a cabo el‘Plan de Reconstrucción Nacion<strong>al</strong>’,el cu<strong>al</strong> pretendía imponer un solomodelo de reconstrucción físicaque no respetaba el sentido de lastradiciones, del espacio, de los movimientosy de la organización étnicade las poblaciones, provocando queesta reconstrucción terminara provocandomás destrozos <strong>al</strong> desintegrar70


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>locultur<strong>al</strong> y soci<strong>al</strong>mente a las comunidadesafectadas. La identidad, comoidentidad en sí y como identidad conel grupo, tiene componentes que necesariamentedeben considerarse enla reconstrucción no sólo materi<strong>al</strong>,sino de las vidas de los miembros delas comunidades. El no conocer elmecanismo de la conservación y desarrollode la denominada ‘identidadétnica’ de una comunidad <strong>al</strong> utilizarun conjunto de conceptos an<strong>al</strong>íticosmás o menos empíricos por mediode los cu<strong>al</strong>es observamos, cat<strong>al</strong>ogamos,explicamos y juzgamos esta poblacióno situación sin conocer suslímites como entidades lógicas; nopermiten ajustar nuestra experienciaa la re<strong>al</strong>idad, sino que hacemos encajara esta experiencia en categoríasque no permiten comprender susdiversas facetas de transformación 8 eimpiden que dichos conceptos seanmoldeados por ella.Muy atingente a este argumentoresulta an<strong>al</strong>izar las relaciones quemuchas veces se ha buscado establecerentre raza y cultura, cuando seconstata que hay muchas más culturasque razas o cuando se pretendehacer una comparación entre razascuando no hemos ev<strong>al</strong>uado nuestrapropia capacidad para conocerlas.Las denominaciones étnicas comoel binarismo ladino-indígena olos conceptos de clase ofrecen lasmismas dificultades <strong>al</strong> constatarsu incapacidad de amoldarse a lacomplejidad y constantes transformacionesde nuestra situación re<strong>al</strong>,terminando por ver en ella lo quenosotros mismos nos imponemosy quedando en sombra el carácterorigin<strong>al</strong> y específico de la situaciónque se constituye en nuestro objetode estudio. El acercamiento a lare<strong>al</strong>idad propuesto en la primerafi losofía de la cultura de AntonioG<strong>al</strong>lo demarca una de las líneasfundament<strong>al</strong>es de su itinerario comofenomenólogo que hizo presentesen su magisterio: el procedimientode acercarse a la re<strong>al</strong>idad debe tenercapacidad de generar un contactoexperiment<strong>al</strong> directo con ella y unaconstante reflexión de los conceptosan<strong>al</strong>íticos que se utilizan. Laracion<strong>al</strong>idad form<strong>al</strong> y sustantivacomo constituyentes del mundode-la-vidapermiten hacer de lareducción eidética no un momentode distanciamiento, sino más biende enriquecimiento de la experienciatot<strong>al</strong> del mundo soci<strong>al</strong> con diversidadde instrumentos de análisis que8 Op. cit., G<strong>al</strong>lo, p. 1871


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aofrecen posibilidad de ser f<strong>al</strong>sablespara generar una refl exión críticasobre sus verdaderos <strong>al</strong>cances.Cuando el P. G<strong>al</strong>lo nos exponía estasideas en clase, pasaba a enseñarnos<strong>al</strong>gunos criterios para llevar a caboun análisis fenomenológico de losgrupos étnicos: (a) el contacto conel ambiente humano implica laconversación con los informantesno sólo para recolectar datos, sinopara inferir también sus puntos devista sobre el mismo fenómeno; (b)la descripción del grupo deberíacomprenderse como un ejerciciode reducción de los fenómenos a laforma escrita para transformarlos enobjetos de conocimiento expresadoslingüísticamente, teniendo en cuent<strong>al</strong>os moldes teóricos que utilizamosen la captación e interpretaciónde los hechos; (c) la formulaciónde los elementos conceptu<strong>al</strong>es apartir de la descripción debe estardirectamente relacionada con lasdiversas condiciones de estabilidaddel grupo observado para ampliarlas observaciones y convertirlas enun cuadro completo de datos; (d)el ordenamiento de los resultadosy búsquedas efectuadas debe posibilitarla elaboración, siempreconvencion<strong>al</strong>, de los conceptosan<strong>al</strong>íticos incident<strong>al</strong>es en la interpretaciónde la re<strong>al</strong>idad confrontadaplasmándolos según las exigencias deesta re<strong>al</strong>idad dentro de los propioslímites de su v<strong>al</strong>idez; (e) aplicar losconceptos an<strong>al</strong>íticos elaborados paraobtener una visión de conjunto y;(f) elaborar una explicación sobreel fenómeno.Estos criterios formaban partefundament<strong>al</strong> de sus lecciones, connumerosos ejemplos para aquellosque se iniciaban en la reflexiónfilosófica, 9 como con su atenta guíaa quienes en sus Seminarios sobre laCultura desarrollábamos informesde investigación sobre diversos gru-9. Recuerdo haber asistido con el Dr. Miguel Alejandro de León Cardoza, con quien estudiáramosjuntos la Maestría en Filosofía, a una de sus clases de fenomenología en la Licenciatura en Filosofíaen nuestra universidad, cuando explicaba el proceso de construcción subjetiva de la experienciautilizando una cámara con flash y otro flash externo con célula fotoeléctrica, los que situados endistintos puntos para tomar la fotografía indicaban dos perspectivas del uso y aplicación de l<strong>al</strong>uz sobre el mismo objetivo que formaba parte integr<strong>al</strong> de la experiencia de tomar la fotografía,ilustrando así cómo se podían adoptar dos disposicion<strong>al</strong>idades en la observación del fenómenoque forman parte integrante de la experiencia tot<strong>al</strong> en el mundo-de-la-vida. Su efecto, paraquienes eran sus <strong>al</strong>umnos y para quienes observábamos, fue impactante para entender mejor laconstrucción interna de su mirada sobre la re<strong>al</strong>idad como experiencia trascendent<strong>al</strong>.72


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lopos étnicos referidos a estos criterios.Los resultados de estos trabajosaportaban informaciones sobre laorganización soci<strong>al</strong> de los gruposobservados que ponen todavía hoyen cuestión las monografías u otrosinformes de investigación convencion<strong>al</strong>esque terminan reproduciendoo reafirmando preconceptos oplanteamientos teoréticos tot<strong>al</strong>mente<strong>al</strong>ejados de la propia construcciónde subjetividad del grupo observadoy an<strong>al</strong>izado.La preocupación dentro del pensamientodel Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo porparticipar de la experiencia tot<strong>al</strong>del-mundo-soci<strong>al</strong>como reflexiónfenomenológica trascendent<strong>al</strong> enriquecidapor el aporte de las cienciashumanas, es sin lugar a dudas unade las aportaciones no sólo másradic<strong>al</strong>es, sino más novedosas a losestudios sobre la etnicidad en Guatem<strong>al</strong>a,pero también <strong>al</strong> desarrollode esta fenomenología di<strong>al</strong>ógica que,en quienes fuimos sus <strong>al</strong>umnos,tuvo una incidencia fundament<strong>al</strong> ennuestra manera de asumir nuestropropio proceso formativo, así comoen nuestra labor como docentes e investigadoresuniversitarios. El P. G<strong>al</strong>lo,más que querer dejar una escuelade fenomenología en nuestro país, haaportado también con su actividadfilosófica una nueva construcción denuestra propia racion<strong>al</strong>idad sobre lare<strong>al</strong>idad nacion<strong>al</strong>.La construcción de una nueva manerade pensar la re<strong>al</strong>idad étnica deGuatem<strong>al</strong>a estuvo vinculada asimismocon una atención fundament<strong>al</strong> <strong>al</strong>as constantes oscilaciones que sufrela terminología de grupo étnico. <strong>En</strong>este sentido, el Dr. Antonio G<strong>al</strong>lotuvo en la interlocución con lostrabajos del antropólogo noruegoFredrik Barth la posibilidad deofrecer una discusión académicaque en Guatem<strong>al</strong>a había quedadopermeada por posiciones políticas,la posibilidad de desmarcarse deesta oposición de planteamientos –elpunto de vista marxista del análisisde clases y el cultur<strong>al</strong>/antropológicoque tiene en cuenta caracteres étnicospredefinidos– <strong>al</strong> poner en cuestiónla caracterización de los gruposétnicos como unidades discretasy preconstituidas defi nibles taxonómicamentemediante un listadode rasgos cultur<strong>al</strong>es observables,cuando estas entidades emergende una diferenciación cultur<strong>al</strong> subjetivamenteelaborada y percibidaentre grupos que interactúan enun contexto determinado de relacionesinterétnicas (estructura derelaciones entre centro y periferia,73


Cultura de Guatem<strong>al</strong>asituaciones migratorias, fenómenosde colonización y descolonización).Así, el principio de determinaciónrecíproca entre grupos soci<strong>al</strong>espermite apropiarse del dinamismointersubjetivo de una re<strong>al</strong>idad poliétnicacomo la guatem<strong>al</strong>teca.Planteamiento que aunado a unareducción fenomenológica de lo observado,<strong>al</strong>lana el camino para plantearla problemática de definición de laetnicidad desde un desplazamientodel análisis del contenido cultur<strong>al</strong>de los grupos étnicos en un momentodeterminado, <strong>al</strong> análisis de laemergencia y mantenimiento de lascategorías o fronteras étnicas que seconstituyen intersubjetivamente en ya través de las relaciones grup<strong>al</strong>es.O dicho de otro modo, implicapasar del estudio de las característicasde los grupos, <strong>al</strong> estudio de suproceso de construcción soci<strong>al</strong>, de lasustancia a la forma, de los aspectosestáticos a los aspectos dinámicos yrelacion<strong>al</strong>es, de la estructura a losprocesos. 10Bajo estas consideraciones el grupoétnico dentro de la filosofía de lacultura de Antonio G<strong>al</strong>lo, puededescribirse como un conjunto deindividuos delimitado por una frontera.La frontera es precisamente elconjunto de relaciones de oposiciónentre un grupo y otro. La fronteraestablece la división, o sea el puntode intercambio entre los grupos. Deaquí que los grupos consolidan su‘identidad en sí’ <strong>al</strong> ser esta ‘identidadcomo grupo’, ya que varios gruposhumanos bien individu<strong>al</strong>izados seidentifican como auténticas etnias <strong>al</strong>estar relacionados entre sí por la ecología,11 la economía y el intercambiocultur<strong>al</strong> en una situación estable. Almismo tiempo que se desarrolla estesentido de ‘membresía’ del grupo étnicose adquiere también el sentidode organización y la estructura de lasociedad. <strong>En</strong> consecuencia, no podemosreconocer a un grupo étnico pormedio de abstracciones conceptu<strong>al</strong>eso ideologías. La forma más concretade comprobar su existencia empírica,es mirar a su límite externo.La mirada a este límite externo nos10 Cf. Gilberto Giménez: “El debate contemporáneo en torno <strong>al</strong> concepto de etnicidad”. <strong>En</strong>: Culturay representaciones soci<strong>al</strong>es. Revista electrónica de Ciencias Soci<strong>al</strong>es. (Año 1, No. 1, Septiembrede 2006). Disponible en: http://www.culturayrs.org.mx/revista/num1/gimenez.pdf11 <strong>En</strong> el pensamiento de Antonio G<strong>al</strong>lo no sólo atañe <strong>al</strong> cuidado y preservación del medio natur<strong>al</strong>,sino <strong>al</strong> conjunto de relaciones de aprovechamiento de recursos natur<strong>al</strong>es y de organización delas tareas de producción de bienes indispensables.74


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loconduce constitutivamente a las‘razones profundas y desconocidas’por las cu<strong>al</strong>es el grupo escoge suspropios símbolos y elementos deidentificación que refieren los núcleosque fundan dinámicamentesu estabilidad. Por ello, no puedeestablecerse un par<strong>al</strong>elismo entreetnia y cultura, ya que no todos loselementos cultur<strong>al</strong>es que se tomanen cuenta para identificar un grupoparticular no son todos los elementoscomunes <strong>al</strong> mismo. Así tambiénlos elementos que ‘identifican’ a laetnia son solamente aquellos queel grupo adopta para identificarse.Por tanto, la continuidad del grupocon respecto a su propia identidad,depende esenci<strong>al</strong>mente de la conservaciónde los límites que lo separande otros grupos.Se pasa así <strong>al</strong> punto crítico de lapropuesta filosófica del P. G<strong>al</strong>lo sobreGuatem<strong>al</strong>a entendida como unsistema poliétnico, el que reúne ensu territorio a distintos grupos quese identifican no desde preconceptoso posicionamientos ideológicos,sino desde el conjunto de relacionesque los identifican en relación conlos otros. Ningún proyecto quepromueva una superación de lascondiciones de exclusión económica,soci<strong>al</strong> y cultur<strong>al</strong> de los gruposétnicos, puede prescindir de sus elementosde autoidentificación fronteriza;en caso contrario, se asistiráa un proceso de rechazo, involucióny resistencia pasiva por parte delgrupo, planteamiento que permiteexplicarnos cómo a lo largo de lossiglos ciertas comunidades indígenasse hayan resistido a aceptar y absorberelementos cultur<strong>al</strong>es impuestostanto desde el proceso de conquistay colonización como de formacióndel Estado nacion<strong>al</strong> de corte liber<strong>al</strong>.Ahora, el límite étnico no solo poseeun límite soci<strong>al</strong>, sino también unacontraparte territori<strong>al</strong>, pero que estádirectamente relacionada tambiéncon los modos en que se mantienenlos límites sobre ese espacio,en términos breves, la interacciónexistente entre la identidad del grupoy la comunidad de v<strong>al</strong>ores.Uno de los planteamientos críticosincident<strong>al</strong>es en la filosofía de lacultura del P. G<strong>al</strong>lo se refiere a lautilización del concepto horizont<strong>al</strong>de clase soci<strong>al</strong> para elaborar unanálisis sobre los grupos étnicos,ya que nos encontramos ante ladifi cultad dada de que un grupoétnico puede abarcar varias clasessoci<strong>al</strong>es como efectivamente sucedeen diversas regiones del occidentedel país, así como una clase soci<strong>al</strong>75


Cultura de Guatem<strong>al</strong>apuede fragmentarse en varios gruposétnicos. <strong>En</strong> re<strong>al</strong>idad, la división de lasociedad en clases no se basa exclusivamenteen criterios económicos,incluye también elementos cultur<strong>al</strong>esy políticos. Cuando observamosuna nación desde el punto de vistade los grupos, este ejercicio nos llevaa reconocer que constituye unconjunto bastante diferenciado enel cu<strong>al</strong> cada grupo ha desarrolladodiversos mecanismos de subsistencia.Si el conjunto logra produciruna actividad armónica y las relacionesentre grupos son estables ypacíficas, podremos hablar de estanación como un ‘sistema poliétnico’.Los elementos que identifican a ungrupo perduran a través del tiempoaun cuando los límites del grupoexperimenten un proceso de adaptaciónconstante. Podría decirse quecambian los elementos del sistemapero el sistema queda en pie, debidoa que se mantienen las fronteras apesar de que se sustituyan los signosque las determinan. Estas consideraciones,conducen a tener en cuentaque todo análisis sobre la re<strong>al</strong>idad deGuatem<strong>al</strong>a como sistema territori<strong>al</strong>que reúne diversidad de sistemascultur<strong>al</strong>es defi nidos externamentepara hacerlo un sistema poliétnico,debe tener en consideración que elgrupo no es ‘<strong>al</strong>go’ ya definido, comouna tipología, sino más bien como<strong>al</strong>go que puede-definirse, o comoun proceso. 12 El abordaje fenomenológicode la re<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong> nosconduce así a una expresión másradic<strong>al</strong> de sus <strong>al</strong>cances an<strong>al</strong>íticos: nose pueden pensar los grupos étnicosen Guatem<strong>al</strong>a si no se coloca loconceptu<strong>al</strong> <strong>al</strong> lado de lo empíricodebido a que el concepto tiende asufrir multiplicidad de variacionesde las circunstancias. <strong>En</strong> el casoespecífico de la identidad étnica, nopodríamos colocarla en lo ide<strong>al</strong> ni enlo conceptu<strong>al</strong>, sino que en una especiede esencia variable que escoge ycambia constantemente los símbolosde su propia identificación.Abordar en el análisis de la re<strong>al</strong>idadcultur<strong>al</strong> de Guatem<strong>al</strong>a laconstrucción intersubjetiva de lafrontera étnica ha abierto nuevasposibilidades de promoción y decambio de su re<strong>al</strong>idad actu<strong>al</strong> deexclusión y discriminación cultur<strong>al</strong>.La interpretación de los símbolosde identificación y movilizaciónde los elementos ‘sustituibles’ en el12 Op. cit., G<strong>al</strong>lo, p. 4676


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loproceso de identidad ha sido uno delos referentes fundament<strong>al</strong>es de estaprimera filosofía de la cultura de AntonioG<strong>al</strong>lo que se ha ido ampliandoy enriqueciendo a través de toda suproducción filosófica. Las aportacionesde su pensamiento han ofrecidocondiciones reflexivas en las que eltérmino ‘etnicidad’ no se conviertesólo en un término de aplicacióngener<strong>al</strong>, sino que incluye en sí larepresentación de una amplia gamade interrelaciones, entre las cu<strong>al</strong>es elpunto de referencia es el status étnicoatribuido sobre el fundamento delnacimiento, lengua, costumbres ysoci<strong>al</strong>ización.Así el estudio de la etnicidad setransforma de inmediato en el estudiode ‘un proceso’, el cu<strong>al</strong> incluye:el surgir, el continuar y el cambio delas relaciones interétnicas. El estudioIdentidad nacion<strong>al</strong> (1978) aporta <strong>al</strong>pensamiento filosófico y antropológicoguatem<strong>al</strong>teco la definición dellímite del grupo étnico investigadoen relación <strong>al</strong> surgimiento, a la duracióny transformación del mismogrupo: un límite que ya se hace cuyasimbología es a la vez creada y constantementerenovada. La etnicidad,que tanto desde los planteamientosintegracionistas como desde losasidos a la antropología política deorientación marxista, se pretendetratar como un epi-fenómeno,subjetivo y no racion<strong>al</strong> que tiende adesaparecer con el desarrollo de unaconstrucción nacion<strong>al</strong> con bases einspiraciones de tradición polític<strong>al</strong>iber<strong>al</strong>; emerge en el proceso dereconstrucción de nuestra culturademocrática como un problemaincident<strong>al</strong> en la comprensión denuestra comunidad política.Estas ‘interferencias’ preconceptu<strong>al</strong>ese ideológicas en el conocimientode los grupos étnicos, son señ<strong>al</strong>adasen el pensamiento de AntonioG<strong>al</strong>lo como condicionamientosde la relación poliétnica a la formade autoridad centr<strong>al</strong>izada de unEstado unitario, mod<strong>al</strong>idad deorganización política que impide <strong>al</strong>os grupos étnicos la conservaciónde la posibilidad de una interrelacióncomplementaria que permitaformar una unidad poliétnica equilibrada.Unidad que solamente seráposible <strong>al</strong> facilitar los ámbitos decirculación en los que se definen lasidentidades étnicas y el proceso desus transformaciones en curso, tantoen lo interior a los grupos como enel conjunto nacion<strong>al</strong>.Las ideas expuestas que abren posibilidadespara una discusión con77


Cultura de Guatem<strong>al</strong>amayores <strong>al</strong>cances de análisis y comprensiónde la re<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong>de Guatem<strong>al</strong>a, son un procesoen construcción. El pensamientofilosófico del P. G<strong>al</strong>lo ha aportadofundament<strong>al</strong>mente <strong>al</strong> análisis de lare<strong>al</strong>idad nacion<strong>al</strong> el advertir críticamenteque la cultura es un flujo quevaría en forma constante y continua,no solamente como un consistenteejercicio de erudición filosófica,sino ante todo, para que dentro dela acción política se enfoque plenariamentela re<strong>al</strong>idad étnica para que<strong>al</strong> acceder a las fuentes univers<strong>al</strong>esdel crecimiento humano en todosu v<strong>al</strong>or antropológico y soci<strong>al</strong>, sepuedan crear las condiciones deafirmación inclusiva de la particularc<strong>al</strong>idad de vida de cada grupo y decada comunidad en su propia individu<strong>al</strong>idadcultur<strong>al</strong>.Como expone el P. G<strong>al</strong>lo <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> desu libro: “Al mismo tiempo que ungrupo humano se re<strong>al</strong>iza en una culturay él crea su obra, lanza su verdaden la obra a sus venideros, es decir,a una humanidad histórica. Es asíque el hombre crea su historia, quees la revelación de aquello en queel hombre compromete su propiaexistencia histórica. <strong>En</strong> la forma enque cada pueblo vive y hace crecersu verdad histórica y, él mismo,llega a ser verdad existente. Estaverdad-existente es la afirmación delo específico y univers<strong>al</strong>, es a la vezinmediata y trascendente, person<strong>al</strong>y colectiva, ecológica y económica,artística y espiritu<strong>al</strong>: es un restituir <strong>al</strong>hombre todas sus dimensiones”. 133. La fenomenologíacomo ejercicio deresponsabilidadintelectu<strong>al</strong>: vivenciasperson<strong>al</strong>esUn libro como Identidad Nacion<strong>al</strong>es escrito en 1978 en circunstanciastrágicas: no sólo las devenidas deun seísmo devastador, sino tambiéndesde la larga tragedia de la patriasumergida en una guerra civil. Laidentidad negada brut<strong>al</strong>mente porla violencia ha sido una constantedel espacio de experiencia y horizontede expectativa en el que el P. G<strong>al</strong>loha desarrollado toda su labor comofilósofo, docente e investigador. Sutrayectoria de servicio <strong>al</strong> país vaaunada a la presencia académica einstitucion<strong>al</strong> de la URL en la vida13 Op. cit., G<strong>al</strong>lo, p. 14578


nacion<strong>al</strong> para aportar una visióndi<strong>al</strong>ógica, y ante todo, intelectu<strong>al</strong>mentehonesta, de su complejidadsoci<strong>al</strong> y cultur<strong>al</strong>. Cuando en lasreflexiones propuestas en este ensayode <strong>homenaje</strong> a su trayectoriaintelectu<strong>al</strong> se ha hecho referencia <strong>al</strong>a construcción de su pensamientocomo una fenomenología di<strong>al</strong>ógica,es inevitable revisitar gratamenteesos momentos privilegiados dediálogo e intercambio de ideas queeran las clases con el P. G<strong>al</strong>lo dondediscutíamos <strong>al</strong>gunos de los planteamientosque después desarrolló engran parte de su obra filosófica másreciente. Particularmente recuerdosu entusiasmo <strong>al</strong> iniciar el Círculo dehermenéutica en nuestra universidad,queriendo hacer de este espacio ungrupo de estudio de textos indígenasdesde un abordaje fenomenológicoque propusiera una nueva visiónacerca de la Historia del país; tareaa la que invitó a <strong>al</strong>umnos, profesoresdel Departamento de Letras yFilosofía y público interesado ensu propuesta de pensamiento. Estainquietud, ha quedado en buenamedida de manifiesto con su libroLos Mayas del S. XVI (2001), en elque propone una sugerente reuniónde textos sobre los Mayas que invitaa dejar todos los prejuicios y preconceptosy penetrar en la perspectivade los autores de diversas crónicas yrelaciones en la comprensión de laexperiencia cultur<strong>al</strong> de los pueblosoriginarios de Mesoamérica. Sinpretenderlo, el P. G<strong>al</strong>lo aportó coneste libro a la comunidad intelectu<strong>al</strong>del país una propuesta de análisishistoriográfico que es ahora una demis princip<strong>al</strong>es ocupaciones princip<strong>al</strong>escomo historiador, poniendode manifi esto la univers<strong>al</strong>idad desu itinerario intelectu<strong>al</strong> que ofreceposibilidades de enriquecimiento nosólo a la filosofía, sino también a lasciencias soci<strong>al</strong>es en Guatem<strong>al</strong>a.Sin lugar a dudas, uno de los textosampliamente esperado por quieneshemos sido sus <strong>al</strong>umnos ha sido elManu<strong>al</strong> de Hermenéutica (2005), estudiodel que circuló entre nosotrosuna versión preliminar en la que seencuentra una profunda elaboracióngnoseológica, epistemológica ymetodológica de sus lecturas sobrefenomenología y antropología ysus poco conocidos pero ampliosrecorridos por nuestro país; ambosintegrados para ofrecer una propuestade análisis de la diversidad deprocesos de construcción soci<strong>al</strong> dela subjetividad, temática que refierehoy gran parte de las investigacionessobre la etnicidad en el país. Coneste trabajo, dio continuidad a su79


Cultura de Guatem<strong>al</strong><strong>al</strong>ibro Ver de Verdad (2002), en el quepuso las bases de comprensión de lanatur<strong>al</strong>eza fenoménica del conocimientocomo marco de trabajo desu propuesta filosófica.Ambos estudios, fueron culminaciónde un prolongado itinerariode reflexión filosófica que desde1975 orientó los esfuerzos del P.G<strong>al</strong>lo por comprender los <strong>al</strong>tamentecomplejos problemas de la identidadcultur<strong>al</strong>. No debe dejar de reconocerseel extraordinario esfuerzodesarrollado por la colega Eugeniadel Carmen Cuadra por divulgarpertinentemente el trabajo del P.G<strong>al</strong>lo, habiéndose involucrado demanera directa en el siempre arduotrabajo de edición de sus últimoslibros. Tiene ella en la divulgacióny proyección de su pensamiento unmérito que podrá ser v<strong>al</strong>orado únicamentecon la distancia y madurezque da el tiempo. Su trabajo es sinduda una contribución decisiva <strong>al</strong>desarrollo de la filosofía en Guatem<strong>al</strong>ay Centroamérica.La rica reunión de experienciasperson<strong>al</strong>es e intelectu<strong>al</strong>es reunidasen la labor cotidiana del P. G<strong>al</strong>lo,han sido sin lugar a dudas un ámbitoprivilegiado de interlocución académicacomo formador de filósofosy humanistas. Estas experiencias,compartidas sobre todo en pasillosy corredores de nuestra Facultad deHumanidades o en la tranquilidadde la residencia San Borja, incentivaronlos itinerarios intelectu<strong>al</strong>esde muchos, quienes hemos sido sus<strong>al</strong>umnos, posibilitando también sumaduración y consolidación a l<strong>al</strong>uz de sus consejos, orientaciones yp<strong>al</strong>abras de <strong>al</strong>iento a cada inquietudy pregunta.Siempre guardo grato y agradecidorecuerdo del interés del P. G<strong>al</strong>lo porla preparación de mi Doctoradoen Sevilla, Roma y Guatem<strong>al</strong>a,sobre todo cuando se refería conentusiasmo a mis indagaciones sobredocumentos desconocidos sobre laHistoria del país y sobre la laborevangelizadora de la Compañía deJesús en Centroamérica, temas quehasta hoy siguen seduciendo sucuriosidad de investigador.El hoy de Antonio G<strong>al</strong>lo Armosinocomo filósofo y formador de nuevasgeneraciones de intelectu<strong>al</strong>es enGuatem<strong>al</strong>a es promisorio: tiene engran parte de quienes hemos sidosus <strong>al</strong>umnos a profesores e investigadoresuniversitarios destacados quehoy ofrecen <strong>al</strong> país contribucionesen distintas ramas del conocimiento80


que re<strong>al</strong>izan día a día su intuiciónfilosófica fundament<strong>al</strong>: la fundamentacióngenuinamente di<strong>al</strong>ógicade su re<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong> y soci<strong>al</strong> parapensarlo como un espacio de convivenciacomún y de restitución detodas las posibilidades de plenitud yre<strong>al</strong>ización de la existencia humana.Ahora que escribo estas líneas siendoprofesor invitado del Doctorado enFilosofía Iberoamericana de la UCAde El S<strong>al</strong>vador, recinto ampliamentereconocido por la c<strong>al</strong>idad de susaportes en la construcción de unafi losofía desde la re<strong>al</strong>idad centroamericana,me siento orgullosoque aquí se me tome como uno desus <strong>al</strong>umnos. Es para mí el mejor<strong>homenaje</strong> <strong>al</strong> perdurable legado desus enseñanzas en mi itinerario intelectu<strong>al</strong>decir agradecido acerca deél a quienes son hoy mis <strong>al</strong>umnos:“Mi maestro, el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo”.<strong>En</strong> la fenomenología tienen sulugar todos los problemas racion<strong>al</strong>es,por ende también los quetradicion<strong>al</strong>mente se han designadocomo filosóficos en cu<strong>al</strong>quier sentidoparticular; en las fuentes absolutasde la experiencia trascendent<strong>al</strong> ode la intuición eidética reciben porvez primera en la fenomenologíasu formulación genuina y las víastransitables de su solución.Edmund Husserl,del artículo de la<strong>En</strong>ciclopedia Británica de 1925 14San S<strong>al</strong>vador, a 16 de julio de 200714 Cf. Edmund Husserl: Invitación a la fenomenología (Introducción de Reyes Mate). Barcelona,Ediciones Paidós – Instituto de Ciencias de la Educación (Universitat de Barcelona), 1992.p. 69.81


El reconocimiento y escucha del otroLa filosofía de la cultura en laobra de Antonio G<strong>al</strong>lo ArmosinoJuan Blanco 1IntroducciónLa preocupación ético-académica por la <strong>al</strong>teridad es una de las másevidentes aristas de la extensa obra de Antonio G<strong>al</strong>lo. Dejar constancia deello se vuelve una necesidad imperiosa si se quiere establecer los aportesdel filósofo de la cultura <strong>al</strong> quehacer intelectu<strong>al</strong> y antropológico guatem<strong>al</strong>teco.Sus aportes en dicha circunscripción temática linda las esferas de loantropológico y lo ético.Este esfuerzo de comprensión éticadel otro, re<strong>al</strong>izado por G<strong>al</strong>lo, se introducecomo <strong>al</strong>ternativa filosóficaincluyente de la otredad en mediode una sociedad que violenta yexcluye la <strong>al</strong>teridad en forma sistemática,justificada y organizada através de un largo proceso histórico.G<strong>al</strong>lo Armosino, consciente deesta situación de exclusión política,soci<strong>al</strong> y cultur<strong>al</strong> de los gruposétnicos guatem<strong>al</strong>tecos desarrollasendos esfuerzos interpretativoscuya fin<strong>al</strong>idad consiste en establecerlos puntos de comprensión de unare<strong>al</strong>idad olvidada a priori por losgrupos de poder hegemónicos en elpaís. El punto de partida primordi<strong>al</strong>es la experiencia cotidiana a la cu<strong>al</strong>invita la fenomenología, en estecaso el punto de partida consisteen la <strong>al</strong>teridad étnica guatem<strong>al</strong>teca.Esta sintonía con el otro se vislumbraa lo largo de la obra filosófica deAntonio G<strong>al</strong>lo y constituye uno delos más v<strong>al</strong>iosos aportes que desdela fenomenología se ha elaboradoen Guatem<strong>al</strong>a.1 Licenciado en Letras y Filosofía. Catedrático de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>, Facultad deHumanidades.83


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aPodemos dejar constancia de esteesfuerzo interpretativo del reconocimientode la <strong>al</strong>teridad étnica enGuatem<strong>al</strong>a en varios de los escritosde Antonio G<strong>al</strong>lo, en los cu<strong>al</strong>es seestablecen criterios de interpretaciónde una re<strong>al</strong>idad soci<strong>al</strong>, el otro, queha sido silenciada y excluida por losreducidos grupos de poder en Guatem<strong>al</strong>a,y de quien se ha obtenidomayor provecho en beneficio deestos. <strong>En</strong> sus textos parece amanecerun v<strong>al</strong>ioso aporte especulativo a partirdel cu<strong>al</strong> el otro tiene voz, vuelve a deciry se muestra. Siempre ha estado elotro ahí, sin embargo los mecanismosimplementados para su eliminación,asimilación o explotación le han ocultadoy anulado de forma paulatina yplanificada. <strong>En</strong> la nueva etapa históricadel resurgir multiétnico, el otroreivindica su lugar como miembro deuna sociedad que aún no le reconocedebidamente, de una sociedad queno hace los esfuerzos necesarios parael debido reconocimiento e inclusiónparticipante en la vida política delpaís.Este esfuerzo ético de inclusión yreconocimiento del otro desarrolladopor Antonio G<strong>al</strong>lo en Guatem<strong>al</strong>a, sesitúa en una re<strong>al</strong>idad coyuntur<strong>al</strong> másamplia. La actu<strong>al</strong> situación epoc<strong>al</strong> caracterizadapor la crisis posmodernaque devela la actitud violenta que eletnocentrismo occident<strong>al</strong> ha mostradocomo parte del proceso de expansiónde dicha cultura –y consiguienteaniquilación de la diferencia– y trasuna modernidad que encuentra suocaso, hacen factibles las propuestasde nuestro filósofo. Su pensamientoestá inserto en esta época donde sevuelve posible la manifestación de la<strong>al</strong>teridad. Dentro de dicho contextohistórico podemos situar y auscultarel sentido de la obra de Antonio G<strong>al</strong>lo.Por ello re<strong>al</strong>izamos en un primermomento una breve revisión de unode los fenómenos contemporáneosde la modernidad tardía: la crisisde los Estados nacion<strong>al</strong>es monocultur<strong>al</strong>esy, una vez establecida dichapanorámica, procedemos a establecerlos aportes loc<strong>al</strong>es que el pensamientodel filósofo it<strong>al</strong>iano ofrece dentrode un marco gener<strong>al</strong> epoc<strong>al</strong>.1. La situación epoc<strong>al</strong>actu<strong>al</strong>: crisis delEstado-nación1.1 La crisis como vocaciónoccident<strong>al</strong>La crisis que actu<strong>al</strong>mente aqueja <strong>al</strong>a cultura occident<strong>al</strong>, a los hombresy mujeres del primer lustro del sigloXXI, pero también en buena parte a84


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lolas otras tradiciones cultur<strong>al</strong>es (orient<strong>al</strong>es,africanas, etc.), repercute en lasdiferentes dimensiones estructur<strong>al</strong>esde “nuestra civilización”: la sociedad,la economía, la política, la religión, losv<strong>al</strong>ores, etc. Esta crisis contemporáneaproviene, paradójicamente, de la aparentesolución de crisis preliminares:una de ellas la Guerra Fría que, a suvez, fue la heredera de una crisis anterior:la Segunda Guerra Mundi<strong>al</strong>,producto de una Primera GuerraMundi<strong>al</strong> y su polémico Tratado deVers<strong>al</strong>les que, a su vez, fue provocadapor el fin de las monarquías europeasy la expansión del industri<strong>al</strong>ismo y elauge del nacion<strong>al</strong>ismo, cuyo fermentoestuvo en la Revolución Francesa, yasí retrospectivamente. Esta referenciahistórica de la sucesión continua decrisis, que a su vez engendran otrasnuevas, parece ser una tendencia gener<strong>al</strong>y perpetua de la cultura occident<strong>al</strong>.Teniendo en cuenta esta dinámicahistórica Gianni Vattimo recoge, ensu reflexionar filosófico acerca de lainstauración paulatina de la posmodernidaden occidente, la interpretaciónheideggeriana <strong>al</strong>rededor de laetimología del término “occidente”,afirmando queSegún una conocida tesis deHeidegger, el nombre Occidente,Abedland, no designa el lugarde nuestra civilización sólo enel plano geográfico, sino quela denomina ontológicamente,en cuanto Abedland es la tierradel ocaso, del poniente del ser(Vattimo, 1992, p. 47)Esta profunda condición ontológicade declinamiento, de oscurecimientode las estructuras macro de “nuestracivilización” parece mostrar unacaracterología de la condición másauténtica, más propia, del quehacercultur<strong>al</strong> occident<strong>al</strong>. Parece, entonces,que las crisis son parte constituyentede nuestra herencia histórica. Nuestrosino, nuestro hado, coincide conuna constante eclosión de cambiossignificativos en lo más hondo denuestra particularidad cultur<strong>al</strong>;fondo que posiblemente nunca hasido estable, perenne, sino más bienmovedizo, poliv<strong>al</strong>ente, en continuatensión del “paramientras”.¿Pero es esto un <strong>al</strong>egato simplementeaventurado, o es acaso una concretizaciónactu<strong>al</strong> de aquella intuicióncosmológica catastrófica y violentaque desde la mitología y la filosofíagriega nos constituye y determina?¿Acaso las p<strong>al</strong>abras de Anaximandrode Mileto no reflejan esta situación,ya que de donde las cosas s<strong>al</strong>en, <strong>al</strong>líhan de volver de nuevo conforme <strong>al</strong>85


Cultura de Guatem<strong>al</strong>adestino, pues tienen que pagar pena ycastigo por su injusticia según el ordendel tiempo 2 ? ¿O una continuacióndel suplicio que el acto de Zeus yHera nos han transmitido debido <strong>al</strong>a transgresión simbólica de derrocara sus progenitores para ocupar sussitios? ¿No es esta acaso la misma acciónde Edipo contra su padre Layo?Y, ¿acaso no podría, con todo esto,suponerse como una elección esperadael que Occidente recogiera parasí una tradición religiosa orient<strong>al</strong>, nisiquiera la más importante, en la queDios m<strong>al</strong>dice <strong>al</strong> hombre con penasy sufrimientos mientras exista en latierra (Cfr. Génesis 3, 17-23); querecoja las tradiciones de un puebloque sustituyen continuamente a suúnico Dios por dioses más poderososy placenteros y que, por otro lado,crucifican a su Dios encarnado?Sí, Occidente es la tierra del ocasodel ser, declinación, crisis, caráctercultur<strong>al</strong> que muy bien logró recogerJ. P. Sartre en la Nausea diciendo:Todo lo que existe nace sin razón, seprolonga por debilidad y muere porcasu<strong>al</strong>idad. (Sartre, 1947, p. 151)Actu<strong>al</strong>mente ha surgido un nuevopanorama internacion<strong>al</strong> en el cu<strong>al</strong>las crisis de este Occidente unicultur<strong>al</strong>,por lo menos es lo que hastahoy ha intentado ser, comienza atamb<strong>al</strong>ear desde el fondo de susestructuras primordi<strong>al</strong>es.1. 2 La glob<strong>al</strong>ización: <strong>al</strong>go másde lo mismoEsta condición de crisis es, entonces,<strong>al</strong>go común de la configuracióncosmovision<strong>al</strong> occident<strong>al</strong>. ¿Quiénpodría no suponer que nuestrasestructuras soci<strong>al</strong>es, políticas y económicasno están organizadas det<strong>al</strong> manera, “inconsciente”, que deellas se esperen las futuras crisis? <strong>En</strong>referencia a estas estructuras en crisisUlrich Beck describe la actitud delos hijos occident<strong>al</strong>es recientes antesu padre Occidente: los neoliber<strong>al</strong>esson los liquidadores de Occidente, auncuando se presentan como sus reformadores(Beck, 1998, p. 26).<strong>En</strong> la actu<strong>al</strong>idad es la glob<strong>al</strong>ización,entre otras, la que lleva consigoel estandarte contemporáneo denuestra condición histórica. Beckre<strong>al</strong>iza una distinción de tres términosque delimitan las distintasrepercusiones de la actu<strong>al</strong> situación2 J. Fischl, 1967, p. 2586


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loeconómico-político-soci<strong>al</strong>: glob<strong>al</strong>ismo,glob<strong>al</strong>idad y glob<strong>al</strong>ización.La determinación conceptu<strong>al</strong> deestos términos coincide con eldebilitamiento (ocaso, Abendland)del Estado Nacion<strong>al</strong> y su forma deorganización política. Contra esteúltimo se ensaña el glob<strong>al</strong>ismo pueses la concepción, según la cu<strong>al</strong> elmercado des<strong>al</strong>oja o sustituye <strong>al</strong> quehacerpolítico; es decir, la ideologíadel dominio del mercado mundi<strong>al</strong> ola ideología del liber<strong>al</strong>ismo. (Beck,1998, p.27).Esta supremacía de lo económicoparece una lógica reivindicaciónhistórica del papel de la economíaante la política. Todo esto vendría amanifestar el caso contemporáneoque emula aquella situación del nacimientode los burgos en la Europamediev<strong>al</strong> del siglo XIII, que desdeuna diferenciación de la actividadeconómica numerosos grupos deartesanos logran comenzar a romperlas estructuras soci<strong>al</strong>es y políticasfeud<strong>al</strong>es, posibilitando a través desu actividad económica la eclosiónde una nueva era mundi<strong>al</strong>, de unaconciencia cosmopolita impulsadaprecisamente por la búsqueda y expansióndel quehacer comerci<strong>al</strong> burguésque toma las riendas históricasdel poder a partir del Renacimiento,consolidándose definitivamente estahegemonía con el triunfo de loscomunes en la Revolución Francesaen la cu<strong>al</strong> la política, brazo di<strong>al</strong>ógicode la economía, jugó un papeljustificatorio primordi<strong>al</strong>. Ahora, lapolítica es requerida a marginizar sulabor delante de su tutora, delantede sus mecenas históricos, a quientanto le debe.Esta política, que la hemos caracterizadocomo brazo di<strong>al</strong>ógico de laeconomía, pues sin él esta última seconvierte en un monólogo solipsistade sus intereses, ha sucumbido a laactu<strong>al</strong> crisis a partir de la muertedel otro di<strong>al</strong>ogante: la URSS y losestados de ideología comunista. Lapolítica ha comenzado también amorir precisamente ante la ausenciadel enemigo que le confería fuerzasy creatividad, ante el cu<strong>al</strong> se presentabaimprescindible, pero a la vezconsciente de que en el fondo elfrente político, súbdito estratégico,intentaba ganar trincheras para elavance del imperi<strong>al</strong>ismo de lo económico(Beck, 1998. p. 27).La crisis contemporánea del Estadonaciónes una consecuencia o efectodel actu<strong>al</strong> panorama político-económicoaún no del todo ev<strong>al</strong>uadocomo positivo o negativo por el87


Cultura de Guatem<strong>al</strong>amismo pensamiento político, y elloes lo que denuncia constantementeUlrich Beck a dicha actividad políticacontemporánea (Cfr. pp.169-171). Sin embargo, los cambios históricosson constantes en el devenirhumano, y aún más en la historia delhombre occident<strong>al</strong>, Sísifo incansablede una pretendida, pero vana, puestaen su lugar de las cosas. Parece quelo dionisiaco de la re<strong>al</strong>idad se nosescapa repetidamente de las intencionesestructurantes y ordenadorasdel apolineo intento racion<strong>al</strong>.El otro de los términos propuesto porUlrich Beck para establecer un marcode interpretación del actu<strong>al</strong> “estadode las cosas” en Occidente, es el deglob<strong>al</strong>idad, que significa lo siguiente:hace ya bastante tiempo que vivimosen una sociedad mundi<strong>al</strong>, demanera que la tesis de los espacioscerrados es ficticia. (Beck,1998, p. 28).Occidente ha sido en la historia laheredera de la más honda actitudhumana del continuo devenir delas cosas. Los espacios cerrados sonficciones que intentan contener unare<strong>al</strong>idad que se mantiene en plenadinámica de cambios. Los Estadosnacióncerrados son una ilusión, lainfluencia de lo transnacion<strong>al</strong> es evidente.Todo ello nos hace evidentela continua transformación que lassociedades humanas mantienen.Parece, pues, que el ser humano esconstitutivamente cambio interno,externo, ideológico, soci<strong>al</strong>, económico,etc. El <strong>al</strong>emán Peter Sloterdijkve en el humano una predisposiciónparticular <strong>al</strong> cambio de morada:<strong>En</strong> la expresión metoikesis seesconde el último teorema deSócrates. La metáfora de movimiento“traslado” deja entrever,por un instante, una tesis sobreel modo de ser del hombre, unatesis que, si se formulara másexplícitamente, podría decir: elhombre es el anim<strong>al</strong> abocado <strong>al</strong>cambio de domicilio. (Slotedijk,2001, p. 89).Esta particular manera de presentaruna antropología filosófica delmodo de ser del hombre, nos revelacon mucha claridad la posturaoccident<strong>al</strong> que tiende <strong>al</strong> cambioconstante de morada, no sólo física,sino psíquica, soci<strong>al</strong>, política,económica, etc. Esta tendencia <strong>al</strong>cambio, a la huída perenne de la estabilidad,coincide con aquella tesisarriba mencionada de Heideggeracerca de la constitución ontológica88


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lode la inestabilidad del modo de seroccident<strong>al</strong>. Mudarse es devenir,abolir lo estable, acabar con lasautoridades simbólicas impuestaspor la tradición. Esta determinanteontológica ha hecho de “nuestracultura” una buscadora ansiosa demoradas diversas, búsqueda queha llevado a la apropiación de lamorada del otro. Ello ha constituidouna tendencia invasora y colonizadorade los espacios del otro,mundi<strong>al</strong>izando así nuestra cultura,nuestra cosmovisión, ante lo cu<strong>al</strong>la glob<strong>al</strong>idad que Beck proponeen Occidente es una delimitaciónterminológica de dicha tendencia.No es entonces extraño que hay<strong>al</strong>legado el momento de mudarse dela organización política tradicion<strong>al</strong>del Estado-nación, de poner en telade juicio este tipo de organizaciónque evidenció en su momento latransformación emancipante de laorganización monárquico-mediev<strong>al</strong>de las sociedades.Edgar Gutiérrez parece secundar estaopinión cuando afirma:Lo que vive la sociedad es unafuga. Está s<strong>al</strong>iendo de los conceptosy las instituciones inventadasen el siglo XVII, porqueya no caben en la re<strong>al</strong>idad. Perono sabe bien a dónde dirigirsey cómo construir los nuevosespacios públicos. 3Esta tendencia <strong>al</strong> cambio continuoes una fuente de crisis en“nuestra civilización” buscadade modo intrínseco por nosotrosmismos.¿Acaso no existe una especie de“goce” psicológico, inconsciente 4 ,en la destrucción de las autoridadessimbólicas políticas, soci<strong>al</strong>ese ideológicas? Sí, ha llegado unnuevo momento en Occidente deevidenciar la metoikesis histórica aesc<strong>al</strong>a política. ¿Por qué quejarseentonces de “padecer” una crisis, esacaso un goce disfrazado de c<strong>al</strong>amidad?Ya Ortega y Gasset intuía lacontingencia del Estado moderno,del Estado-nación del siglo XVIII,en los años treinta:3 Edgar Gutiérrez, Éxodo. Artículo publicado en elPeriódico: domingo 2 de octubre de 2005, p.12.4 Lo cu<strong>al</strong> Freud ya señ<strong>al</strong>aba diciendo que: Si es verdad que una vez..., en épocas inconcebibles y deun modo irrepresentable, surgió la vida de la materia inanimada, según nuestra hipótesis, tuvo entoncesque nacer un instinto que quiere suprimir de nuevo la vida y restablecer el estado inorgánico.Si en este instinto reconocemos la autodestrucción por nosotros supuesta, podemos ya considerarlacomo manifestación de un instinto de muerte que no dejamos de h<strong>al</strong>lar en ningún proceso vit<strong>al</strong>.Citado en E. Fromm, 2003, pp.50-51.89


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aEl Estado contemporáneo es elproducto más visible y notorio dela civilización. Y es muy interesante,es revelador, percatarse de la actitudque ante él adopta el hombremasa.Este lo ve, lo admira, sabeque está ahí, asegurando su vida;pero no tiene conciencia de que esuna creación humana inventadapor ciertos hombres y sostenidapor ciertas virtudes y supuestosque hubo ayer en los hombres yque puede evaporarse mañana.(Ortega y Gasset, 1993, p. 165)Ha llegado, entonces, el tiempo deevaporarse de esas “virtudes” y “supuestos”que constituyen <strong>al</strong> Estadonacióntradicion<strong>al</strong>. La nueva organizacióneconómica transnacion<strong>al</strong>, a-tópica,omnipresente, exige <strong>al</strong> Estado abrirsus fronteras ideológicas y políticasy reorganizar su estructura jurídicadelimitante ante las exigencias delpoder superestructur<strong>al</strong>: el económico.Hoy más que nunca las reflexiones detipo marxista encuentran justificación<strong>al</strong> develarse la política como un epifenómenosupeditado <strong>al</strong> accionar de lasuperestrutura económica. La políticaha perdido la morada, la economíase ha mudado a la morada de aquéllay con esta también la organizaciónsoci<strong>al</strong> de sus miembros. ¿Hay <strong>al</strong>go delo cu<strong>al</strong> extrañarse, o sólo nos quedadarnos cuenta de la incomodidad denuestra más honda tendencia ontológica<strong>al</strong> debilitamiento?La glob<strong>al</strong>idad es, pues, reflejo dela búsqueda constante de nuevasmoradas, y si no de nuevas sí de lasactu<strong>al</strong>es. Ha llegado el momento deevidenciar la mudanza y de elegir, si esque ello es posible, el nuevo hogar.El último de los términos entoncesa considerar, siguiendo la propuestade Beck, es el de glob<strong>al</strong>ización quesignifi ca los procesos en virtudde los cu<strong>al</strong>es los Estados nacion<strong>al</strong>essoberanos se entremezclane imbrican mediante actorestransnacion<strong>al</strong>es y sus respectivasprobabilidades de poder, orientaciones,identidades y entramadosvariados. (Beck, 1998, p. 29).Ha llegado, entonces, el momentode corresponder a los burgueses delmercado que, <strong>al</strong> contrario de lo queMarx y <strong>En</strong>gels en su Manifi esto delpartido comunista 5 pensaban, con-5 Dicho planteamiento sostenía que es evidente que la burguesía ya no es capaz de seguir desempeñandoel papel de la clase dominante de la sociedad...” (Marx y <strong>En</strong>gels, 1979, p. 138)90


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lotinúan revolucionando sus propiosplanteamientos en búsqueda demayores beneficios para sí mismos.Mientras la mayoría de intelectu<strong>al</strong>esposmodernos consideranque lo teleológico de la historiaha devenido en crisis, los actoreseconómicos transnacion<strong>al</strong>es tienenmuy bien trazadas sus urdimbresteleológicas de la búsqueda de mayoresbeneficios a menores costos deproducción. Esta actitud se vuelve elmotor inherente de sus propuestas,mantienen la metafísica tendenciade sus resultados, mismos quemanifiestan la perentoriedad de ladinámica económica burgués-liber<strong>al</strong>(y también transliber<strong>al</strong>) iniciadadesde el siglo XVIII y aún patenteen el XXI.La apertura de las estructuras históricascontinúa. Ahora la búsquedade los beneficios económicos sevuelve el horizonte de orientaciónante la cu<strong>al</strong> los grupos de poderdirigen el barco de la sociedadhumana.Un barco que se seculariza de lossupuestos clásicos de la organizaciónpolítica liber<strong>al</strong>. Es una épocade crisis en la cu<strong>al</strong> los faros últimosy eternos han sucumbido a los inclementesvaivenes del cambio demorada, cuya hora ya se anunciaineludiblemente, un cambio propiciadopor esa inestable condición delAbendland heideggeriano.Esta conciencia del tránsito a otramorada, es sintetizada por Sloterdijken otro de sus textos paradigmáticos–corto, preciso y sin rodeos en susafirmaciones-, a saber <strong>En</strong> el mismobarco, en el cu<strong>al</strong> afirma queCon la creciente glob<strong>al</strong>ización,las últimas tot<strong>al</strong>idades de las continuidadespolíticas del tardíoclasicismo, que mantuvieronjuntos a los hombres en grandesformatos modernos, comienzana emigrar: se trata de las identidadescuasirreligiosas de losEstados nacion<strong>al</strong>es... (Sloterdijk2002, p. 75).1.3 El multicultur<strong>al</strong>ismo comoextensión de la crisisEl actu<strong>al</strong> tema de las reivindicacionescultur<strong>al</strong>es es otro de los elementoscontemporáneos que en el planode la política y la ética arremeten, <strong>al</strong>igu<strong>al</strong> que la glob<strong>al</strong>ización y comoparte de la misma, contra la estructura¿tradicion<strong>al</strong>? del Estado-naciónt<strong>al</strong> y como lo había configurado laetnocentricidad occident<strong>al</strong>.91


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aWill Kymlicka, desde una perspectiv<strong>al</strong>iber<strong>al</strong> crítica, aborda la temáticatratando de presentar y reflexionarsobre las propuestas reivindicativasdel otro, de las <strong>al</strong>teridades cosmovision<strong>al</strong>esque piden ser reconocidasno sólo tolerantemente, sino jurídicamentey buscan un espacio políticopor medio del cu<strong>al</strong> desenvolver, desdela leg<strong>al</strong>idad, sus más hondas raícesancestr<strong>al</strong>es y perspectivas de la vida.Para ello Kymlicka inserta el tema dela cultura como una problemáticade la reflexión política a través deuna conceptu<strong>al</strong>ización particular: 6...“nación” significa una comunidadhistórica, más o menoscompleta institucion<strong>al</strong>mente, queocupa un territorio, una tie rra nat<strong>al</strong>determinada y que comparteuna lengua y una cultura diferenciadas.La noción de “nación”,en este sentido sociológico 7 estáestrechamente relacionada conla idea de “pueblo” o de “cultura”(Kymlicka, 1996, p. 26).<strong>En</strong>tonces, la cultura aquí es sinónimode nación y viceversa, lo cu<strong>al</strong> nosaclara el panorama para el abordajede la problemática que actu<strong>al</strong>menteconstituye uno de los retos de la políticaen cuanto a la reflexión sobre laorganización y bienestar de la polis.El problema fundament<strong>al</strong> insertola reflexión política contemporáneaemerge ante los reclamos actu<strong>al</strong>es dela reivindicación de las naciones oculturas que dentro de un mismo Estadonacion<strong>al</strong> han sido subordinadasa los preceptos de la nación dominanteque ha impuesto sus leyes, suscostumbres y hasta sus percepcionespolíticas, consiste en el continuoreclamo del reconocimiento leg<strong>al</strong> desus identificaciones cultur<strong>al</strong>es. Ellotrae consigo el replanteamiento dela presente organización del Estado-nacióndecimonónico del cu<strong>al</strong>Kimlicka afirma está cargado de unetnocentrismo propio de la naciónhegemónica que ejerce el control yorganización política de la estructuradel Estado (Cf. 1998, p. 81).6 Hay que recordar que el tema de la cultura como delimitación conceptu<strong>al</strong> trae grandes problemasa la hora de hablar del mismo. La princip<strong>al</strong> dificultad de ello se debe a la poliv<strong>al</strong>encia del términocultura. <strong>En</strong>tre los antropólogos existen diversas formas de definirla y según dicho término seadescrito la antropología se define como cultur<strong>al</strong> o soci<strong>al</strong>. (Cf. Marvin Harris, 1998, p. 20)7 El subrayado es nuestro y se hace énfasis en ello pues el sentido etnográfico de cultura tienesimilitudes pero hace otros énfasis, y se define como: ese todo complejo que comprende conocimientos,creencias, arte, mor<strong>al</strong>, derecho, costumbres y cu<strong>al</strong>esquiera otras capacidades y hábitos adquiridos porel hombre en tanto que miembro de la sociedad. (Harris, 1998, p. 20).92


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loAnte esta re<strong>al</strong>idad intrínseca de denigraciónde las otras naciones, en losEstados-nación en el que aquellasestán presentes, se hace evidente lanecesidad, ante el actu<strong>al</strong> espíritu dereivindicación de estos pueblos, deun repensar las estructuras políticasliber<strong>al</strong>es de dicho Estado-nación, locu<strong>al</strong> nuevamente nos perfila la actu<strong>al</strong>crisis del mismo. Todo ello ha traídocomo consecuencia que en paísescomo el de Guatem<strong>al</strong>a, que es unEstado nacion<strong>al</strong> que no reconoceconstitucion<strong>al</strong>mente las diversasnacion<strong>al</strong>idades existentes (con sulengua, territorio e instituciones), seven exigidos de una revisión concienzudade sus leyes y normas jurídicas.Esta conciencia o necesidad dereconocimiento por parte de lasminorías étnicas o grupos nacion<strong>al</strong>esexcluídos, es cada vez más acucianteen los Estado-nación que olvidaronla plur<strong>al</strong>idad cultur<strong>al</strong> y se enlistaronen el proyecto de homogeneizaciónétnica y de denigración del otro porparte del grupo mayoritario. <strong>En</strong>Guatem<strong>al</strong>a esta ardua búsquedade uniformización cultur<strong>al</strong> tuvodiferentes rostros, el último macrointentode esto fue la pretendida“integración soci<strong>al</strong>” en los añoscincuentas y sesentas, en las que sepretendía que el indígena se incorporaraen el tipo de “civilización”ladina como mecanismo de modernizacióndel país. Este tema hasido reflexionado desde hace muchotiempo en Guatem<strong>al</strong>a, y prueba deello es un comentario del antropólogoJoaquín Nov<strong>al</strong>, cuyas p<strong>al</strong>abrastienen profunda actu<strong>al</strong>idad:Aunque es posible que todaGuatem<strong>al</strong>a esté enlazada poruna misma red de relaciones,particularmente en el terrenoeconómico, es más correctopensar que los guatem<strong>al</strong>tecos noconstituyen una sola sociedad,sino varias sociedades estrechamenterelacionadas, pero diferentes.(Nov<strong>al</strong>, 1992, p. 115).Cuando Nov<strong>al</strong> escribía estas p<strong>al</strong>abrasera 1958, y lo hace en su conocidoResumen etnográfico de Guatem<strong>al</strong>a, yello nos confirma la histórica tareaque representa la configuraciónde un Estado ya no nacion<strong>al</strong> sinomultinacion<strong>al</strong>, lo cu<strong>al</strong> nos dice, enla temática que ensayamos, que elmetarrelato Estado-nación devieneen crisis ante la insistente demandade los diversos grupos nacion<strong>al</strong>es delreconocimiento debido en la organizaciónestat<strong>al</strong> y se les otorgue identidadjurídica, leg<strong>al</strong>idad y derechosdiferenciados en función del grupo: a)93


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aderechos especi<strong>al</strong>es de representación...b) derechos de autogobierno... y c)derechos poliétnicos (lengua, prácticascultur<strong>al</strong>es, etc.) (Kimlicka, 1998, p.61). Estas necesidades políticas tenidasen cuenta hace ya más de mediosiglo por Nov<strong>al</strong>, hoy en día se vuelvencada vez más apremiantes y actu<strong>al</strong>es.<strong>En</strong> el editori<strong>al</strong> de elPeriódico correspondiente<strong>al</strong> 15 de septiembre de2005 podemos observar lo siguiente:Guatem<strong>al</strong>a es un Estado queabarca diversas comunidades ensu seno, que están exigiendo ydemandando respeto, reconocimientoy participación. Un Estadoque enfrenta el reto de dejarde ser uniformador y excluyentepara convertirse en multicultur<strong>al</strong>y descentr<strong>al</strong>izado. 8La necesidad de la reflexión yconfiguración de un Estado multinacion<strong>al</strong>se vuelve, entonces, tareainmediata.¿Qué nos queda entonces en mediode la evidente revelación de nuestramás honda condición inestable, decrisis, de cambio de morada constante?¿Qué propuestas afloran enmedio del devenir político y económicode la actu<strong>al</strong> condición glob<strong>al</strong>?Considero que una ética es la propuestabuscada. Una propuesta éticaque responda <strong>al</strong> interpase actu<strong>al</strong>, <strong>al</strong>“paramientras” estructur<strong>al</strong> de la crisisde la política y el expansionismo beligerantey decisivo de la economía.Una ética que sostenga y oriente deforma insinuante nuestras actitudesy elecciones en este momento detransición del Estado-nacion<strong>al</strong> hacia<strong>al</strong>go incierto, hacia un “por pensar”Estado-multinacion<strong>al</strong>. Uno de estosesfuerzos lo re<strong>al</strong>iza el filósofo it<strong>al</strong>ianoAntonio G<strong>al</strong>lo Armosino.2. La actu<strong>al</strong>idad de lafilosofía de la culturade Antonio G<strong>al</strong>loInserto en esta re<strong>al</strong>idad glob<strong>al</strong>, caracterizadapor la crisis de los grandesmetarrelatos occident<strong>al</strong>es quehan hecho posible que la <strong>al</strong>teridadencuentre un lugar propicio paramanifestarse en toda su diferencia, elpensamiento de Antonio G<strong>al</strong>lo representauna fecunda labor de análisisde dicha condición en la sociedadguatem<strong>al</strong>teca a partir de la reflexiónfenomenológica de la re<strong>al</strong>idad multi-8 elPeriódico p. 14 del jueves 15 de septiembre de 200594


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lonacion<strong>al</strong>. Esta contemporización delquehacer filosófico de G<strong>al</strong>lo permiteque su obra se presente como uno delos primeros y más v<strong>al</strong>iosos esfuerzosre<strong>al</strong>izados con la intención de dejarnoticia del resurgimiento de los gruposétnicos en Guatem<strong>al</strong>a, por unaparte, y de la necesidad que una reconfiguraciónpolítica amerita dichasituación, por otra. Esta concienciade la situación histórica contemporáneaes presentada por el mismo autorde la manera siguiente:El mundo contemporáneo esdefinido a menudo como unmundo en crisis. Y la forma mássimple de enfocar esta crisis, ensu gener<strong>al</strong>idad, hoy, es subrayarel conflicto ideológico entre losdos movimientos opuestos yaparentemente contradictorios:la unidad glob<strong>al</strong> y las diferenciascultur<strong>al</strong>es y étnicas… Unoconsiste en la tendencia hacia laglob<strong>al</strong>ización en todos los niveles:económico, tecnológicos,cultur<strong>al</strong>es y de comunicaciones.Su contrario se muestra en elproceso, por el cu<strong>al</strong> se afirmanlas diferencias, entre gruposhumanos; como la defensa de lasrespectivas identidades, tradiciones,lenguas y costumbres. 9Tres, por lo menos, son las obrassistemáticas que manifiestan la labordel reconocimiento del otro en la filosofíade la cultura de Antonio G<strong>al</strong>lo.La primera de ellas nacía, <strong>al</strong> menosla idea fundament<strong>al</strong>, a fin<strong>al</strong>es de losaños setentas: Identidad Nacion<strong>al</strong>.Un segundo texto, que se enlazaadecuadamente con la problemáticade fondo del antes mencionado, esEl hombre mi hermano. Y un tercero,en donde se hace posible, <strong>al</strong> modolevinasiano, la escucha del otro y delnosotros, lo constituye el v<strong>al</strong>ioso textoque compila las crónicas españolas eindígenas de la época de la conquistay postconquista: Los Mayas delSiglo XVI. Este tríptico representaun particular aporte en pro de laauscultación e interpretación de la<strong>al</strong>teridad étnica en Guatem<strong>al</strong>a. Laspremisas de análisis, en cada uno deestos textos, manifiestan la riquezaintelectu<strong>al</strong> del filósofo it<strong>al</strong>iano. Esteesfuerzo, desarrollado a lo largo detoda una vida de estudio y creaciónfilosófica, es un aporte significativoen los ámbitos referidos a la filosofíade la cultura, la etno-historia y la9 G<strong>al</strong>lo, 2005, p. 39.95


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aética. Estos campos de investigaciónencuentran, en la obra de AntonioG<strong>al</strong>lo, conceptos an<strong>al</strong>íticos interpretativosque estimulan la actividadinvestigativa y fundamentaciónepistemológica de las ciencias soci<strong>al</strong>esen Guatem<strong>al</strong>a, pero tambiénencuentran modos de indagaciónque permitan confrontarse ante unare<strong>al</strong>idad que da de sí los elementosde análisis.Los aportes presentes en dichasobras se vuelven v<strong>al</strong>iosos comocuerpo teórico de interpretación ycomo metodología que haga posibleel acercamiento directo a los gruposétnicos a partir de los cu<strong>al</strong>es surjannuevos conceptos an<strong>al</strong>íticos. Esto últimomanifiesta, como lo veremos acontinuación, un importante aporteen la prevención del uso de conceptosprejuiciosos y tendenciosos en elanálisis de re<strong>al</strong>idades que se niegana ser delimitadas a partir de ideasque no han surgido de la experienciadirecta. Este tríptico filosóficosintetiza los aportes representativosde la fenomenología de la cultura enla prolífica obra de Antonio G<strong>al</strong>lo.Dichos textos están a la espera decientistas soci<strong>al</strong>es que tengan claroque el análisis de la re<strong>al</strong>idad sólo sevuelve factible a partir de la re<strong>al</strong>idadmisma y no de premisas teóricas quedecantan en adulteraciones de lare<strong>al</strong>idad dada.<strong>En</strong> este apartado se pretende establecer,por un lado, las grandes líneasfilosóficas de interpretación quedichas obras manifiestan; y, además,recoger las más v<strong>al</strong>iosas intuicionesintelectu<strong>al</strong>es que Antonio G<strong>al</strong>lo dejóregistradas en los textos en cuestióny que representan puntos de partidapara un renovado acercamiento <strong>al</strong>a re<strong>al</strong>idad étnica guatem<strong>al</strong>teca.Fin<strong>al</strong>mente pretendemos, comomotivación gener<strong>al</strong> de este breveesfuerzo, dejar noticia de la novedady actu<strong>al</strong>idad del discurso filosóficode Antonio G<strong>al</strong>lo Armosino.2.1 El reconocimiento de la<strong>al</strong>teridad: los aportes deIdentidad Nacion<strong>al</strong>A fi n<strong>al</strong>es de los años setentas, elpaís estaba inmerso en un procesode confl icto armado que seprolongaría hasta fin<strong>al</strong>es de losaños noventas. Las dos grandesideologías que se enfrentaban enlucha eran el capit<strong>al</strong>ismo liber<strong>al</strong>y un marxismo latinoamericanono-homogéneo. <strong>En</strong> Guatem<strong>al</strong>a,los años ochentas fueron los máscrueles de aquel conflicto. <strong>En</strong> mediode esta situación yacían los diver-96


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>losos grupos étnicos en Guatem<strong>al</strong>acontra quienes arremetió el poderestat<strong>al</strong> de forma violenta. Mientrascapit<strong>al</strong>istas-liber<strong>al</strong>es defendían unapolítica internacion<strong>al</strong> de seguridadnacion<strong>al</strong>, patrocinada por la granpotencia mundi<strong>al</strong> norteamericanay hecha posible loc<strong>al</strong>mente por lasdictaduras militares de aquellosaños; los grupos de izquierda, por suparte, anidaban la esperanza de unmundo más justo y equitativo. Sinembargo, ambos grupos tenían <strong>al</strong>goen común: la lectura prejuiciosa dela re<strong>al</strong>idad étnica guatem<strong>al</strong>teca. Lasideologías que se enfrentaban entoncesestablecían una comprensiónde la re<strong>al</strong>idad a partir de premisaso supuestos previamente establecidos,que, cu<strong>al</strong> impresión ciegade dichos términos en la re<strong>al</strong>idad,constituían los ejes de comprensiónde una re<strong>al</strong>idad étnica compleja quese resistía a ser anulada por mediode premisas ideológicas. Ambaspropuestas se <strong>al</strong>ejaban de la ricaexperiencia étnica del país, pues <strong>al</strong>no partir de la experiencia concretade los grupos étnicos, la solución <strong>al</strong>a cu<strong>al</strong> se acudía irrefl exivamenteeran las teorías de anulación dela <strong>al</strong>teridad, que respondían másque a intereses legítimos en pro delbien de la diversidad étnica, eranel refl ejo de una red de interesesideológicos y económicos que limitabany volvían insufi ciente elmodo de acercamiento a la re<strong>al</strong>idadsociocultur<strong>al</strong> guatem<strong>al</strong>teca. Ambasformas de interpretación reducían,gener<strong>al</strong>mente, la compleja constituciónde los grupos étnicos a partir deun criterio económico (Cfr. G<strong>al</strong>lo,1994, p. 96ss).<strong>En</strong> medio de esta situación políticay epistemológica se re<strong>al</strong>izó un esfuerzofilosófico que pretendía hacerjusticia a la re<strong>al</strong>idad multiétnicaguatem<strong>al</strong>teca. A partir de la fenomenología,se hacía posible establecerun certero contacto con la situaciónétnica de Guatem<strong>al</strong>a. La experienciadaría ella misma los datos másadecuados de interpretación. Losesfuerzos de imposición de categoríasde comprensión violentaban lare<strong>al</strong>idad, no eran posibilidades deinterpretación que partieran de laexperiencia misma, sino esfuerzosde adulteración de una re<strong>al</strong>idad quese resistía a sucumbir bajo el pesoteórico de prejuicios ideológicos.Debido a todo esto G<strong>al</strong>lo denunciabacu<strong>al</strong>quier tipo de indagacióncon conceptos an<strong>al</strong>íticos que noprovinieran de la re<strong>al</strong>idad sino quehacían encajar violentamente a lamisma en prefijados supuestos teóricosy metodológicos:97


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aEl punto de vista sociológicoutilizado, en el análisis mismopor medio de la idea de clasessoci<strong>al</strong>esy sus interrelacionescuya capacidad explicativa eslimitada para abarcar la complejidadde una situación re<strong>al</strong>,deberá <strong>al</strong>ternarse con el punto devista étnico, teniendo en cuent<strong>al</strong>a idea de grupo-étnico y susimplicaciones. Los dos puntosde vista deberán <strong>al</strong>ternarse yentremezclarse si queremosabordar con verdad una seriede variaciones que presentancon frecuencia la situación re<strong>al</strong>de una región… Sin embargo,estos mismos puntos de vista,por utilizar conceptos evolutivos,deberían flexibilizarse hastaderivar de la re<strong>al</strong>idad misma losinstrumentos an<strong>al</strong>íticos que lasacciones y actitudes humanasnos proporcionan (G<strong>al</strong>lo, 1994,pp. 129-130).El texto de Antonio G<strong>al</strong>lo IdentidadNacion<strong>al</strong>, constituyó un esfuerzo novedosoante aquella miope situaciónpolítico-intelectu<strong>al</strong> occident<strong>al</strong>izante,etnocéntrica, que anulaba la diferenciaen vista a la consecución desus egoístas metas, muchas de lascu<strong>al</strong>es se <strong>al</strong>ejaban de la re<strong>al</strong>idad socio-cultur<strong>al</strong>guatem<strong>al</strong>teca. Su textopropone la elaboración de conceptosan<strong>al</strong>íticos a partir de la re<strong>al</strong>idad específicade los grupos étnicos y, una vezesto logrado, mantener la elasticidadde los mismos (Cfr. 1994, p.111).Identidad Nacion<strong>al</strong> se presentó conuna fuerza descriptiva e interpretativaque la misma experiencia fenomenológicade los grupos humanosen Guatem<strong>al</strong>a hacía patente. Laspropuestas que en el texto se encuentrantienen vigencia aún hoyen día. 10 Dicha vigencia puede sercontrastada con los fracasos de laizquierda marxista en Guatem<strong>al</strong>a10 Una vigencia que proviene de la misma re<strong>al</strong>idad compleja que aún se vive. La re<strong>al</strong>idad de lasituación étnica en Guatem<strong>al</strong>a no puede interpretarse a partir de estructuras teóricas cerradasya que la heterogeneidad cultur<strong>al</strong> del país lo impide. G<strong>al</strong>lo nos ofrece un panorama de dicha“situación re<strong>al</strong>” de Guatem<strong>al</strong>a: 1. <strong>En</strong> los centros urbanos: una mayor preeminencia de la clase soci<strong>al</strong>,etnicidad más fl uida, y límites menos definido. 2. Al contrario mayor rigidez y mayor importancia dela etnicidad en los centros rur<strong>al</strong>es. 3. <strong>En</strong> los poblados bilingües o de marcada acentuación de la lengua,mayor significación de los estigmas soci<strong>al</strong>es. 4. Las áreas, en donde el español es prácticamente un<strong>al</strong>engua exclusiva, tienden a ser estratificadas soci<strong>al</strong>mente, por clases. 5. Los grandes centros urbanosdel <strong>al</strong>tiplano, son caracterizados por estratificaciones de clase por un lado, y marcada etnicidad por elotro; ambos factores están compartiendo el predominio. (G<strong>al</strong>lo, 1994, p. 129)98


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loy el fracaso de su contrincante acausa de la violencia sistemática yestructur<strong>al</strong> que el capit<strong>al</strong>ismo neoliber<strong>al</strong>–ideología que “prev<strong>al</strong>eció”<strong>al</strong> fin<strong>al</strong> de aquel conflicto– ejerceactu<strong>al</strong>mente sobre los pueblos máspobres. Empero, los elementos deanálisis que el texto sugiere y queparten de la experiencia étnicaguatem<strong>al</strong>teca presenta una vigenciacontemporánea inigu<strong>al</strong>able. Fin<strong>al</strong>izadoel conflicto bélico, presente elcapit<strong>al</strong>ismo neoliber<strong>al</strong> actu<strong>al</strong>, siguesiendo imperante en Guatem<strong>al</strong><strong>al</strong>a cuestión étnica. El esfuerzo deIdentidad Nación continúa condicho esfuerzo.El objetivo fundament<strong>al</strong> del textoconsiste en establecer las condicionesde posibilidad multiétnicade una educación no <strong>al</strong>ienante enGuatem<strong>al</strong>a, pero también de undesarrollo integr<strong>al</strong> para cada uno delos diversos grupos que conformannuestra re<strong>al</strong>idad política. Para ellodesarrolla toda una teoría acercade los “grupos étnicos”, con vistaa establecer la configuración de losmismos, las princip<strong>al</strong>es problemáticasde identificación y el “estudio”de dichos grupos a partir de suparticular re<strong>al</strong>idad. El conceptoan<strong>al</strong>ítico “grupo étnico” jugará unpapel fundament<strong>al</strong> a lo largo de laobra. La novedad de dicho conceptoconsiste en la posibilidad de noreducir la experiencia a partir deun concepto limitante, pues dichoconcepto tiene la capacidad deestablecer una amplia significaciónincluyente que hace factible, a travésde él, comprender la profunda re<strong>al</strong>idadde la identidad de los pueblosguatem<strong>al</strong>tecos, ya que el “grupo” no es“<strong>al</strong>go” ya definido, como una tipología,sino más bien como <strong>al</strong>go que puededefinirse,o como un proceso (1994,p.110). El concepto intenta abarcarla gran variedad de aspectos queengloban y configuran la identidaddel grupo, 11 desde aquellos elementosque son casi imposibles tener unconocimiento pleno de los mismos11 <strong>En</strong> consonancia con la denuncia establecida de los prejuicios ideológicos o metodológicos AntonioG<strong>al</strong>lo establece cuatro grandes prejuicios que f<strong>al</strong>sean y deforman el concepto de identidad. Estosson: a) El prejuicio raci<strong>al</strong>: que pone énfasis en la idea de “raza” para establecer la diferenciaciónidentitaria. b) El prejuicio soci<strong>al</strong>: aborda la re<strong>al</strong>idad a partir del concepto de “clase soci<strong>al</strong>”, cuandola re<strong>al</strong>idad étnica va más <strong>al</strong>lá de este criterio económico. c) Prejuicio cultur<strong>al</strong>: en donde el grupohegemónico impone la referencia etnocéntrica a partir de cu<strong>al</strong> v<strong>al</strong>ora y comprende a la <strong>al</strong>teridad.d) Prejuicio político: en donde el tot<strong>al</strong>itarismo político niega la participación de los otros gruposétnicos en el poder. (Cfr. G<strong>al</strong>lo, 1994, pp. 142-151)99


Cultura de Guatem<strong>al</strong>a(debido a la significación profundaque tienen para los miembros delgrupo), hasta aquellos que son laparte más densa del grupo y queconforman los límites externos quepermiten conocer y diferenciar “superfici<strong>al</strong>mente”a un grupo de otro, yque son llamados por G<strong>al</strong>lo frontera(Cfr. G<strong>al</strong>lo, 1994, pp. 90-91).La fin<strong>al</strong>idad de esta presentaciónde los grupos étnicos es la de capacitarnosa entender la re<strong>al</strong>idadpoliétnica que nos rodea, precisamenteen función de nuestracapacidad de comunicación einteracción con los diferentesgrupos en un mundo dinámicoy en búsqueda de renovación(G<strong>al</strong>lo, 1994, p. 115).El grupo étnico presenta, cuandoes t<strong>al</strong>, las siguientes características(G<strong>al</strong>lo, 1994, pp. 86-87):1. Es un grupo de personas biológicamenteautoperpetuado.2. Los miembros del grupo compartenel mismo conjunto dev<strong>al</strong>ores cultur<strong>al</strong>es. Dentro delgrupo existe una esc<strong>al</strong>a de v<strong>al</strong>orescompartida prácticamentepor todos los integrantes delgrupo.3. Desarrolla un campo de comunicacionesque se desarrolla através de cierto típico lenguaje,jerga, modismo, o bien ritos,ceremonias, forma de reconocerla autoridad, percepción delvínculo de las relaciones entrelos miembros del grupo, y elsentido de jerarquías propio decada grupo.4. Cada individuo de un grupoposee el sentido de membresíaque los identifica y, a su vez, losdiferencia de otro.Esta categoría descriptiva permite tenerun acercamiento a la re<strong>al</strong>idad étnicadel país más acorde a las circunstanciasen las que se desenvuelve cadagrupo. Por medio de este concepto seposibilita el reconocimiento de la diversaexistencia de la <strong>al</strong>teridad étnicaguatem<strong>al</strong>teca y, una vez reconocidaesta complejidad multiétnica, establecela comprensión del país comoun sistema poliétnico (1994, p.70). Apartir de esta re<strong>al</strong>idad soci<strong>al</strong>, cultur<strong>al</strong>y política, se vuelve imprescindibledenunciar los discursos monocultur<strong>al</strong>esque el grupo hegemónicodesarrolla en pro del autobeneficio yperpetuación de su poder a costa de laanulación de la <strong>al</strong>teridad. Las posibilidadesdel reconocimiento del otro en100


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lola re<strong>al</strong>idad guatem<strong>al</strong>teca, se convierteen un proyecto en vistas <strong>al</strong> cu<strong>al</strong> sevuelve necesaria la transformacióndel modo de configuración políticadel Estado. Dicha transformaciónimplica el establecimiento de unmodelo político incluyente en dondela diferencia tenga un lugar propicio yadecuado y el poder sea compartido.El Estado, reconfigurado, haría posiblela unidad multiétnica, unidadque no niega la existencia del otro,sino que la estimula y ofrece mediospara la participación política y eladecuado desarrollo de su identidadparticular:El sistema nacion<strong>al</strong> poliétnico noacepta imperi<strong>al</strong>ismos de nacionesextranjeras; ni del mundo capit<strong>al</strong>ista,ni del mundo soci<strong>al</strong>ista,no podrá estrechar vínculos nicon los egoísmos rec<strong>al</strong>citrantesde la extrema derecha, ni conlas utopías suicidas de la extremaizquierda. No es un centro niuna izquierda: es simplemente latot<strong>al</strong>idad del país y su desarrolloes avance de todos y cada unode los grupos según sus propiasactitudes y preferencias. (G<strong>al</strong>lo,1994, p. 332)<strong>En</strong> este texto Antonio G<strong>al</strong>lo desarrollauna fecunda, y poco consideradapor los antropólogos guatem<strong>al</strong>tecos,filosofía de la cultura que linda lasfronteras de una sugerente etnologíaguatem<strong>al</strong>teca, que permiteel acercamiento a los más diversosgrupos étnicos del país a travésde un proceso de comprensiónfenomenológica. Las posibilidadesque las propuestas de dicho textomanifiestan no han sido aúnaprovechadas adecuadamente. Esteolvido puede estar motivado tantopor prejuicios académicos o interesesepistemológicos <strong>al</strong>ejados de l<strong>al</strong>abor fenomenológica. El impulsoque ofrecen sus propuestas teóricaspara los estudios antropológicos decampo, a través de una propuestaespecífica de labor etnográfica queharía posible la interpretación de losdiversos grupos étnicos del país, esuno de los más importantes aportesque dicha obra hace posible. 1212 Dentro del texto se encuentra una completa exposición de un método de investigación etnográficade corte fenomenológico, conformado por seis pasos, a partir del cu<strong>al</strong> se hace posible tener unacercamiento del grupo y, por medio de dicha experiencia, establecer los términos de análisis quemás justicia le hagan a la re<strong>al</strong>idad observada. Cfr. G<strong>al</strong>lo, 1996, pp. 79-85. Por otro lado elaborauna propuesta teórico-metodología de descripción y comprensión de la re<strong>al</strong>idad étnica del país:La teoría de los modelos (Cfr. pp.159-201).101


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aLa preocupación de Antonio G<strong>al</strong>loante el peligro de la tradicion<strong>al</strong>imposición de un modelo educativo,o de cu<strong>al</strong>quier otro modelo dedesarrollo, que no toma en cuent<strong>al</strong>a particular dinámica de los gruposétnicos, que establece sus propuestasdesde un desconocimiento absolutode la re<strong>al</strong>idad del país, caracteriza sulabor. Las consecuencias de los riesgosdel olvido de la re<strong>al</strong>idad plurilingüe,la consideración de la enorme influenciade la propia configuraciónlingüística intragrup<strong>al</strong> y los efectos<strong>al</strong>ienantes de un bilingüismo queestimula los procesos de introducciónde los elementos del grupo étnicopredominante en la re<strong>al</strong>idad de losotros, juegan un papel fundament<strong>al</strong>en la configuración de la identidadcultur<strong>al</strong> de los grupos étnicos. Todoello se convierte en un asunto urgenteque requiere una revisión y actu<strong>al</strong>izaciónde lo hasta ahora desarrolladoen el país. Lo anterior encuentra en lapropuesta de Antonio G<strong>al</strong>lo un aporteteórico-práctico del reconocimientodel otro en Guatem<strong>al</strong>a.2.2 La participación del otro:El hombre, mi hermano<strong>En</strong> 1996, año de la firma de losAcuerdos de Paz en Guatem<strong>al</strong>a,aparece otra obra del fi lósofo dela cultura it<strong>al</strong>iano, El hombre, mihermano, como continuación delgran esfuerzo re<strong>al</strong>izado en IdentidadNacion<strong>al</strong>. La vinculación queaquella fecha tiene con el textoes muy signifi cativa. La re<strong>al</strong>idadguatem<strong>al</strong>teca entraba en una etapasociopolítica que requería nuevasformas de interpretación de unare<strong>al</strong>idad que corre el riesgo dereducirse y anularse por interesesindividu<strong>al</strong>es o de las élites guatem<strong>al</strong>tecas.El texto en cuestiónrepresenta el primero de los pasosque la época de postconflictobélico necesitaba en vistas a unareadecuación de los esquemaspolíticos, soci<strong>al</strong>es y económicosque habían llevado a estimular elconfl icto armado interno, y quede seguir existiendo ponían enpeligro dichos acuerdos. El hombre,mi hermano refleja el espíritude aquellos años, un espíritu quesigue exigiendo ser consideradocon atención ética y profundidadteórica.La continuidad con Identidad Nacion<strong>al</strong>está reflejada, por un lado,en que en El hombre, mi hermanose reedita uno de los capítulosde la segunda edición de aquella102


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loobra. 13 Esto manifiesta la enérgicapreocupación del autor <strong>al</strong>rededorde la re<strong>al</strong>idad étnica guatem<strong>al</strong>teca.Por otro lado, se reitera la temáticade la <strong>al</strong>teridad que sigue teniendovigencia en dicho texto; además,la sistematización del método pormedio del cu<strong>al</strong> podemos acercarnos<strong>al</strong> conocimiento y, sobre todo, reconocimientodel otro, tiene, ahora,un puesto fundament<strong>al</strong> y mayor especificidad.La clarificación de conceptos,la claridad con que los pasosmetodológicos de la fenomenologíason presentados y la referencia explícitaa la combinación de las diversaspropuestas teórico-metodológicasde los grandes fenomenólogos delsiglo XX, hacen del texto un manu<strong>al</strong>introductorio tanto <strong>al</strong> método deanálisis fenomenológico de la sociedad,como a la problemática específica dela diversidad étnica guatem<strong>al</strong>teca a l<strong>al</strong>uz de aquella metodología.<strong>En</strong> El hombre, mi hermano, lafenomenología es presentada, nuevamente,como la metodologíade investigación que permite elacercamiento a la re<strong>al</strong>idad desde lare<strong>al</strong>idad misma. La experiencia delfenómeno de la <strong>al</strong>teridad encuentraen la fenomenología la posibilidadde ser asumida desde su diferencia,de otorgarle su lugar sin por elloanularla en esquemas conceptu<strong>al</strong>esreduccionistas –temático que ensu obra se vuelve reiterativa por suimportancia y novedad. Para ello,G<strong>al</strong>lo elabora una fundamentaciónteórica de los aportes que la fenomenologíahusserliana y heideggeriana,inclusive la gadameriana y las deotros fenomenólogos de la sociedad,pueden ofrecer, estableciendode este modo una fenomenologíahermenéutica que hace factible elreconocimiento de la diferencia guatem<strong>al</strong>tecaa través de un métodoque no c<strong>al</strong>ca categorías an<strong>al</strong>íticasen la re<strong>al</strong>idad, sino que persigueencontrar las mismas a partir de lasposibilidades del fenómeno.Hoy la fenomenología ocupaun importante lugar en elpensamiento contemporáneo.Además, puede afi rmarse quetodas las cuestiones básicas delhombre y de su vida, han sidoestudiadas y desarrolladas desdela fenomenología. Esta ha sido13 El texto en cuestión lleva el nombre de El Yo y la Etnia. <strong>En</strong> Identidad Nacion<strong>al</strong>, pp. 373-428, yen El Hombre, mi hermano pp.113ss. con ciertas variantes especulativas situadas en el sentidogener<strong>al</strong> de la obra.103


Cultura de Guatem<strong>al</strong>acapaz de aportar nuevas visionesde los problemas humanos, de laciencia y del mundo; visiones coherentescon el método rigurosode este pensamiento, y que abrenespacios para nuevos trabajos,acerca de nuestra circunstanciaespecífica, en Centroaméricay Guatem<strong>al</strong>a… Este contexto,especulativo y práctico, ha dadolugar a una nueva filosofía soci<strong>al</strong>y una nueva sociología. (G<strong>al</strong>lo,1996, pp. 23-24)El tema étnico, entonces, continúasiendo preeminente en el texto, t<strong>al</strong>como lo había sido en Identidad Nacion<strong>al</strong>,pero se avanza una propuestapolítica de reconfiguración del Estadonacion<strong>al</strong> etnocéntrico a un Estadomulti-nacion<strong>al</strong> y autonómico. 14 <strong>En</strong>este nuevo Estado la nacion<strong>al</strong>idadmulti-étnica supera el viejo conceptode unidad-nacion<strong>al</strong>. 15 A partir de estapropuesta política Antonio G<strong>al</strong>lo reconocela necesidad, teniendo comopunto de partida ya el reconocimientode la <strong>al</strong>teridad elaborada en IdentidadNacion<strong>al</strong>, de ofrecer espacios departicipación política de los diversosgrupos presentes en el país:La nacion<strong>al</strong>idad multi-étnica noconstituye más que el reconocimientoform<strong>al</strong> de una re<strong>al</strong>idadque se da constantemente enla composición de las sociedades…<strong>En</strong> la nueva concepcióndel Estado multi-étnico seríaimposible soñar con una identidadfabricada artifici<strong>al</strong>menteo impuesta como un ide<strong>al</strong> decolectividad… Exige el desarrollode una sabiduría política queaprecie sus diferencias y evitelas marginaciones económicas,soci<strong>al</strong>es y políticas, fruto de lasideologías asimilacionistas yetnocentristas. (1996, p.283)La sugerida necesidad del reconocimientoy participación de la <strong>al</strong>teridadintra-estat<strong>al</strong> como convicción política,convierte a la obra de G<strong>al</strong>lo enun aporte fundament<strong>al</strong> <strong>al</strong> procesoy consolidación de la paz que siguependiente en Guatem<strong>al</strong>a. Dichosaportes son para los tiempos presentesy los vincula, como utopía, a lostiempos venideros. <strong>En</strong> dicho textose encuentran las sugerencias fundament<strong>al</strong>espara un cambio radic<strong>al</strong> dela política nacion<strong>al</strong>, sugerencias para14 Cfr. G<strong>al</strong>lo, 1996, pp. 282-285.15 1996, p. 282104


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loun proyecto de nación en donde la<strong>al</strong>teridad tiene un lugar concreto,justo y participativo.Osw<strong>al</strong>do S<strong>al</strong>azar reconoce, en el prólogoa la obra, 16 que dicha ocupacióntemática representa la más auténticapreocupación de Antonio G<strong>al</strong>lo, yafirma que el sentido de su obra y desu labor filosófica encuentra comopunto de partida y de aportaciónfi losófi ca en la fenomenología dela cultura su más grande expresión.Ello es evidente. La fenomenologíahermenéutica que propicia AntonioG<strong>al</strong>lo constituye el primer esfuerzoen el país de la posibilidad del abordajede la re<strong>al</strong>idad étnica a partir dela experiencia misma desde la cu<strong>al</strong>se articulan las aristas fundament<strong>al</strong>esde cada grupo étnico.La temática de la interperson<strong>al</strong>idadtiene en esta obra también un papelcentr<strong>al</strong>. El contexto en el cu<strong>al</strong> surgeel escrito exige y vuelve necesariauna reconsideración de la impelentesituación étnica en Guatem<strong>al</strong>a. Elproceso y la firma de la paz traeríaconsigo la absoluta necesidad dereconfi gurar el modo a partir delcu<strong>al</strong> se seguía comprendiendo a la<strong>al</strong>teridad. La obra especula acercade los elementos que permiten <strong>al</strong>ser humano establecer medios decomunicación del individuo dentrodel grupo, es decir de cada personahumana vinculada con los otros,junto a los cu<strong>al</strong>es configuran y vivenel mundo; y la interacción entre losdiversos grupos a partir de su <strong>al</strong>teridad,y no desde los mecanismos dereducción del grupo hegemónico(étnico, político, militar, etc.) a partirde los cu<strong>al</strong>es se impone sobre losotros y no los reconoce. El abordajey recepción de esta problemáticanacion<strong>al</strong> encuentra en la obra deAntonio G<strong>al</strong>lo las luces sugerentesde una manera nueva, y todavíano desarrollada, de elaborar unproyecto de nación que reconozc<strong>al</strong>a multicultur<strong>al</strong>idad y la plurilingüeestructuración del país partiendo delos grupos mismos y reconociendo ladiferencia de aquellos sin eliminarla.Para ello era necesaria una metodologíaacorde a la re<strong>al</strong>idad soci<strong>al</strong>–que todavía no ha sido reconocidaen toda su potenci<strong>al</strong>idad–, para laindagación de la compleja situaciónsoci<strong>al</strong>, política y económica en Guatem<strong>al</strong>a.Esta es una tarea que siguependiente después de diez años del16 Cfr. p. 5.105


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aproceso de la consolidación de aquelproceso de paz que G<strong>al</strong>lo tenía enconsideración.<strong>En</strong> consonancia con el espíritude la época: exigencia de los gruposétnicos de todo el mundo desu reconocimiento, el problemareduccionista de la tradicion<strong>al</strong>metodología de las ciencias soci<strong>al</strong>esque violentan la diferencia étnica, ylas grandes exigencias éticas que sevuelven imprescindibles en esa configuraciónepoc<strong>al</strong>, hacen del textoEl hombre, mi hermano un proyectotentativo de la búsqueda de la maneramás adecuada –adecuada enel sentido que parte de la re<strong>al</strong>idadmisma y se orienta desde ella– delreconocimiento del otro que exigeparticipación política a partir de sudiferencia. Esta participación, empero,no es una especie de homologaciónde los modos occident<strong>al</strong>es dellevar a cabo las políticas estat<strong>al</strong>es,pues el lema de que “todos los guatem<strong>al</strong>tecossomos igu<strong>al</strong>es” y que “todostienen los mismos derechos” pertenece<strong>al</strong> viejo “univers<strong>al</strong>ismo cultur<strong>al</strong>” y <strong>al</strong>a idea de “integración a la culturadel país. (G<strong>al</strong>lo, 1996, p. 113). Laposibilidad de la participación dela <strong>al</strong>teridad, desde su diferencia–promesa todavía incumplida delas tantas ofrecidas a partir de lafirma de los acuerdos de paz–, enla configuración política del país,encuentran en esta obra un tratamientomás acorde a las exigenciasde la época.El olvido y abandono de las propuestasfilosóficas de Antonio G<strong>al</strong>lo –lainsistencia no está de más– por partede los investigadores soci<strong>al</strong>es hanpropiciado que los esfuerzos re<strong>al</strong>izados<strong>al</strong>rededor de la problemáticaétnica sean infructuosos a causa deldistanciamiento de la re<strong>al</strong>idad misma,convirtiéndose en cómplices deuna política de Estado que no muestravoluntad en el reconocimientoy el otorgamiento de espacios departicipación a los diversos gruposétnicos del país.La frescura y actu<strong>al</strong>idad de las premisasde consideración fenomenológicaque la obra de G<strong>al</strong>lo ofrece,promete una reconsideración teóricade los fundamentos epistémicos queharían posible el reconocimiento delotro a partir de la re<strong>al</strong>idad del otromismo, y una contrapropuesta <strong>al</strong> reduccionismoteórico-metodológicode las ciencias soci<strong>al</strong>es, pues graciasa la fenomenología nos encontramosa las puertas de una nueva era delas concepciones sociológicas. (G<strong>al</strong>lo,1996, p. 32).106


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loDesde esta nueva posibilidad puedevislumbrarse la construcción deun Estado multiétnico que hagajusticia a la compleja re<strong>al</strong>idad delpaís.2.3 La escucha del otro y delnosotros: Los Mayas delsiglo XVI<strong>En</strong> el libro Los mayas del siglo XVI,Antonio G<strong>al</strong>lo desarrolla una laborre<strong>al</strong>mente innovadora. El gran méritode dicho texto consiste en hacerfactible la presentación de la re<strong>al</strong>idadde la conquista a través de dosópticas: la del grupo hegemónicoespañol, que se impuso a los diversosgrupos étnicos guatem<strong>al</strong>tecos;y la óptica del grupo perdedor, delgrupo vencido: la cultura indígena;con el único fin de obtener la visiónplur<strong>al</strong> de dicho acontecimiento.Los aportes que permiten reconocerla voz de ambos protagonistas enel proceso de conquista española,nos permite tener una idea másjusta del fenómeno de la invasióneuropea.Otro aspecto fundament<strong>al</strong> y característicodel escrito consiste enestablecer, además de la bipolardivisión, una diferenciación intrapolarde grupo español. Dentro delgrupo español también se demarc<strong>al</strong>os límites y versiones que los diferentessubgrupos, que constituyen<strong>al</strong> invasor, presentan. Apologistasindígenas, misioneros, militares,juristas, etc.; componen el amplioconjunto de voces que presentanla re<strong>al</strong>idad indígena del siglo XVIa partir de sus específicos intereseseconómicos, religiosos, políticos,ideológicos, antropológicos, etc.El texto pretende, ante todo, dejarnoticia de la compleja diversidadde visiones del español cuyas concienciasy relativos enfoques, correspondíana los intereses divergentesde sus empresas y a la capacidadde observación y de juicios. (G<strong>al</strong>lo,2001, p. xvi)Si los textos sobre historia de Guatem<strong>al</strong>aintentan, en ciertas ocasiones,establecer la visión de los vencidos ode los vencedores, la particularidaddel libro de Antonio G<strong>al</strong>lo, resideen la exhaustiva consideración de lasmás variadas fuentes historiográficascon las que se cuentan en la actu<strong>al</strong>idady que son producto de los testimoniosde los mismos protagonistasde aquel acontecimiento.La perspectiva española y la visiónindígena encuentran en un mismotexto la oportunidad de ser107


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aconsideradas, por lo mismo puedeafirmarse que el libro es un mediopor el cu<strong>al</strong> pueden encontrarse lascontraposiciones que desde ambasvisiones se articulan, haciendo posiblereconocer los intereses de ambosgrupos <strong>al</strong> contar su historia. Todoello para que “ellos mismos” diganlo que “no pretendían decir”. (G<strong>al</strong>lo,2001, p. xv).Esta labor única refuerza la idea deque la escritura histórica representa,ante todo, los v<strong>al</strong>ores de un grupo enparticular y no la re<strong>al</strong>idad objetiva,tan anhelada en las perspectivasepistemológicas tradicion<strong>al</strong>es quese olvidaban de la f<strong>al</strong>acia de un errorde perspectiva (2001, p. 247) El ámbitode configuración filosófica deltexto, mediante la cu<strong>al</strong> tiene cabid<strong>al</strong>a posibilidad del reconocimiento dela <strong>al</strong>teridad, responde a la de unafenomenología de la cultura queaspira a presentar las estructurascategori<strong>al</strong>es de la re<strong>al</strong>idad a partirdel fenómeno mismo, a partir de laexperiencia directa con los “objetosde indagación” desde los cu<strong>al</strong>es searticulan las referencias teóricas quese hacen posibles sólo desde ellos ypara ellos. Este aspecto, como es yaevidente, constituye un eje transvers<strong>al</strong>de las obras consideradas deAntonio G<strong>al</strong>lo.El diálogo inconciliable entre ambascosmovisiones es rescatado y puestoa prueba en la obra. La presentaciónsincrónica y diacrónica de ambasperspectivas nos arroja una luz másecuánime sobre el fenómeno de la invasióneuropea que tradicion<strong>al</strong>menteha sido contada por el grupo vencedor.La versión de las víctimas se contrastacon la visión hegemónica ofici<strong>al</strong>. Conello se rompen los prejuicios desde loscu<strong>al</strong>es se conoce y v<strong>al</strong>ora la re<strong>al</strong>idad dela conquista del siglo XVI. La obra,además, permite tener noticia delcomplicado desgarramiento y desestructuraciónde la cultura nativa.Este texto permite <strong>al</strong> lector posesionarsede una más amplia perspectivadel conflicto bélico desarrollado en laépoca en cuestión. Esto nos hace evidenteque la historia de los pueblos esel producto de la interpretación quecada grupo re<strong>al</strong>iza de la misma y nouna simple y “objetiva” descripciónde “hechos re<strong>al</strong>es”. La consideraciónde la lectura re<strong>al</strong>izada por ambos gruposdel mismo evento histórico nospermite reconocer la honda distanciacosmovision<strong>al</strong> que los involucradosen la conquista poseían. Insertarnosen este complejo mundo creado porel discurso de ambos puede permitirnostener una comprensión ampliaday pluri-vers<strong>al</strong> del “hecho” descrito. El108


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loacceso a la interpretación del mundoque cada grupo humano poseeconstituye uno de los más v<strong>al</strong>iososaportes de dicho libro.<strong>En</strong> Los mayas del siglo XVI la voz de la<strong>al</strong>teridad vuelve a decir, posibilita eldecir de la víctima, del nosotros; perotambién es contrastada con la voz delo dicho, con la voz hegemónica quecierra y diluye el sentido complejode la re<strong>al</strong>idad vivida, en este caso elotro, el español, invasor. El clamor, eldolor, la derrota de un pueblo que seenfrenta consigo mismo, que se <strong>al</strong>íaimprudentemente con el extranjeropara hacer sucumbir <strong>al</strong> enemigo sindarse cuenta de la complicidad de suautodestrucción cultur<strong>al</strong>, emite susecos en esta obra. La cosmovisióndesde la cu<strong>al</strong> surge el discurso vuelvepropicio el sentir la re<strong>al</strong>idad. Estesentir está presente en el texto, semedia en él una experiencia emotivaque el vencido y el vencedor dejaronplasmada.La confrontación con los diferenteshorizontes cultur<strong>al</strong>es de ambos gruposnos deja en evidencia la complejay, gener<strong>al</strong>mente, viciada labor delhistoriador tradicion<strong>al</strong>. La caída delos grandes metarrelatos tiene lugaren el texto de Antonio G<strong>al</strong>lo. Lo débilse pone en consideración frente <strong>al</strong>o fuerte, sin justificar ninguna de lados, sino dejando propuesto el problemáticosentido de interpretaciónque ambos poseen. El nosotros vuelvea decir, presenta su visión y perspectiva,sus vivencias, sus sufrimientosfrente a la catástrofe aniquiladora dela invasión europea, del otro.La polifonía a la que nos enfrenta eltexto es la manifestación más p<strong>al</strong>pabledel problema de la escritura histórica.La dinámica de los textos históricosque le otorgan prioridad a una dedichas voces anulan, a su vez, a la otrau otras y niegan la posibilidad de tenerun acercamiento a las diversas perspectivasinterpretativas. El uso amañadoque una visión parci<strong>al</strong> re<strong>al</strong>iza encada perspectiva no permite re<strong>al</strong>izaruna actividad histórica integr<strong>al</strong>.Sin embargo, tampoco la síntesispolifónica puede hacer justicia <strong>al</strong>complejo interpretativo de los gruposen cuestión. Es decir, no por incluirlas diversas perspectivas desde las cu<strong>al</strong>esse nos trasluce un mismo “hecho”se logra con ello la transparencia dela situación. No, lo que podemosobtener de dicha síntesis es la comprobaciónde que no existen hechossólo interpretaciones. La historia esun quehacer mediado por la propiacosmovisión. El esmerado intento109


Cultura de Guatem<strong>al</strong>are<strong>al</strong>izado por G<strong>al</strong>lo nos permite teneren un mismo texto las diversas versionesde los documentos de la época.Este ingente trabajo de presentaciónde las diversas vivencias de la épocade la conquista constituye una fuentev<strong>al</strong>iosa de indagación histórica.Los Mayas del siglo XVI reconstruyede forma etno-histórica un eventofundacion<strong>al</strong> de la historia guatem<strong>al</strong>teca,que necesita aún ser tratadopara auscultar del mismo el sentidoque ofrece a la configuración sociocultur<strong>al</strong>contemporánea de nuestropaís. Este primer esfuerzo, que laobra de Antonio G<strong>al</strong>lo ofrece, nopuede ser tomado a la ligera. Laexperiencia del nosotros y del otro estámediada a lo largo del libro a travésde las diversas crónicas indígenas ydocumentos ofici<strong>al</strong>es de la época.Las voces de la <strong>al</strong>teridad encuentrancabida en él. Esta creación polifónicatiene un especi<strong>al</strong> lugar en los intentosde comprensión de la complejare<strong>al</strong>idad guatem<strong>al</strong>teca actu<strong>al</strong>es.La obra Los Mayas del siglo XVI,refleja una vez más la honda preocupaciónmanifestada por AntonioG<strong>al</strong>lo para con los diversos gruposétnicos guatem<strong>al</strong>tecos. El aporteetno-histórico que dicha obraofrece está claramente vinculadocon los particulares esfuerzos querepresentan Identidad Nacion<strong>al</strong> y Elhombre, mi hermano. El conjunto deestos textos hacen evidente el hondoacercamiento a la re<strong>al</strong>idad étnicaguatem<strong>al</strong>teca por parte del filósofoit<strong>al</strong>iano. La opción por los gruposdébiles del país, las propuestas de unacercamiento metodológico para suestudio desde la fenomenología, lossendos esfuerzos de sistematizaciónteórica que ofrece conceptos an<strong>al</strong>íticosa partir de los cu<strong>al</strong>es comprenderlos grupos étnicos guatem<strong>al</strong>tecos yla reconstrucción de la visión delos vencidos y los vencedores en laconquista, constituyen los aportesfundament<strong>al</strong>es de una afanosa esferafilosófica que Antonio G<strong>al</strong>lo cultiva:la filosofía de la cultura.CONCLUSIÓNEl panorama internacion<strong>al</strong> presentado<strong>al</strong> inicio, vuelven importantes,contemporáneas y retadoras lasconsideraciones fi losófi cas de AntonioG<strong>al</strong>lo Armosino. Las actu<strong>al</strong>esposibilidades que la época históricaque vivimos nos otorga se ofrecencomo una fecunda oportunidad paraaprovechar a desarrollar las continuaspropuestas de configuración políticade un país, en la utopía, en que todostienen su lugar, en donde se recono-110


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>locen las diferencias y no se teme a vivirentre las <strong>al</strong>teridades étnicas.El proyecto propuesto a lo largo de lafilosofía de la cultura de G<strong>al</strong>lo es unesfuerzo que puede tener cabida enel contexto mundi<strong>al</strong> actu<strong>al</strong>. Volverfecunda las propuestas del filósofoes la tarea tanto de sus discípulos,como de aquellos cientistas soci<strong>al</strong>esque lleguen a la certeza del enormeinconveniente de acercarse a la re<strong>al</strong>idadguatem<strong>al</strong>teca con principiosteórico-metodológicos que la anulany la vuelven extraña, que la homogenizany hacen perecer la complejidady particularidad de la misma.El conocimiento del país, desde loque dicho país es, se vuelve posiblecon los aportes fenomenológicos deAntonio G<strong>al</strong>lo. Estar atentos a lossignos de los tiempos es la característicamás propia del filósofo it<strong>al</strong>iano.Aplicarlos en la investigación soci<strong>al</strong>es el reto que nos ha dejado.El fracaso de las ciencias soci<strong>al</strong>es ensu búsqueda de la comprensión y elestablecimiento de un mundo máshumano –por los menos <strong>al</strong> nivel desus posibilidades–, se convierte enuna llamada de atención a revisarlos supuestos teóricos con los quese desarrolla la interpretación de lare<strong>al</strong>idad. El problema común, de laanulación y olvido de la <strong>al</strong>teridad, ennuestra situación contemporánea hasido propiciado, entre otras causas,por la <strong>al</strong>ienación conceptu<strong>al</strong> de losimitadores de modelos prefi jadosque el pensamiento occident<strong>al</strong> ofrecey que distancia de la re<strong>al</strong>idad misma.Quien quiera recorrer el caminoque haga factible el conocimientode la re<strong>al</strong>idad desde la re<strong>al</strong>idad,verá en la obra de Antonio G<strong>al</strong>lo unestímulo inigu<strong>al</strong>able y enriquecedor,una oportunidad de comprender lacomplejidad sociocultur<strong>al</strong> guatem<strong>al</strong>tecadesde la experiencia mismaguatem<strong>al</strong>teca.El reconocimiento y la escucha del otro,son los dos grandes aportes que puedenreconocerse en la obra filosóficade Antonio G<strong>al</strong>lo. El papel que juegao debiese jugar el intelectu<strong>al</strong> insertoen la sociedad guatem<strong>al</strong>teca tiene enel quehacer filosófico de G<strong>al</strong>lo unreferente teórico, metodológico yético fundament<strong>al</strong> para desarrollarsu labor.Antropólogos, historiadores, sociólogos,politólogos, etc., tienen uncampo todavía por explorar y hacerfecundo en las propuestas de G<strong>al</strong>lo.Los tiempos nuevos pueden aparecercuanto antes, los humanistas tenemosuna labor todavía pendiente.111


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aBIBLIOGRAFÍABeck, Ulrich (1998) ¿Qué es la glob<strong>al</strong>ización?Barcelona: PaidósFischl, Johann (1994) Manu<strong>al</strong> dehistoria de la filosofía. 7ª. Edic.Barcelona: Herder.Fromm, Erich (2003) El corazóndel hombre. 2da. ed.México: Fondo de CulturaEconómica.G<strong>al</strong>lo Armosino (2001) Losmayas del siglo XVI. Guatem<strong>al</strong>a:<strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong><strong>Landívar</strong>.(1996) El hombre, mi hermano.Guatem<strong>al</strong>a: Cultura.(1994) Identidad Nacion<strong>al</strong>. 2ª.ed. Guatem<strong>al</strong>a: <strong>Universidad</strong><strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>.(2005) “Pluridad étnica de identidadesen la educación del sigloXXI glob<strong>al</strong>izado”, II CongresoInternacion<strong>al</strong> de Filosofía.Educación para la DemocraciaParticipativa: Paradojas en laLógica de la Glob<strong>al</strong>ización.Guatem<strong>al</strong>a: <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong><strong>Landívar</strong>. págs. 39-54.Harris, Marvin (1990) Antropologíacultur<strong>al</strong>. Madrid: AlianzaEditori<strong>al</strong>Kimlicka, Will (1996) Ciudadaníamulticultur<strong>al</strong>. Barcelona: PaidósIbérica.Marx, Carlos y Federico <strong>En</strong>gels(1979) La ideología <strong>al</strong>emana.El manifiesto Comunista. El papeldel trabajo en la transformacióndel mono en hombre.Colombia: Andreus.Nov<strong>al</strong>, Joaquín (1992) Resumenetnográfico de Guatem<strong>al</strong>a.Guatem<strong>al</strong>a: Piedra Santa.Ortega y Gasset, José (1999) Larebelión de las masas. 13ª. ed.Barcelona: Espasa C<strong>al</strong>pe.Sartre, Jean-Paul (1947) La Nausea.Buenos Aires: Losada.Sloterdijk, Peter (2002) <strong>En</strong> el mismobarco. 3ª. ed. Madrid: Siruela.(2001) Extrañamiento del mundo.V<strong>al</strong>encia: Pre-textos.Vattimo, Gianni (1992) Más <strong>al</strong>láde la Hermenéutica. 2ª. ed.Barcelona: Paidós.112


La verdad del texto 1M.A. Eric ByrneLicenciado en Letras y Filosofía, Magister en Filosofía yCatedrático de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>.Se me ha concedido el honor de hacer una breve presentación del Manu<strong>al</strong>de Hermenéutica, del Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo, como parte de la entrega ofici<strong>al</strong> deeste libro.Quiero hacer constar que la p<strong>al</strong>abra“honor”, en este caso, no constituyeun lugar común de la introducciónimprescindible, sino que da cuentade la doble circunstancia en la quehonrar un acontecimiento memorablesolo puede nacer del momentoen que el acontecimiento mismo yanos ha honrado a nosotros. De lamisma manera que este libro sólopuede ser “entregado” cuando ya nosha sido recibido por nosotros. Todaobra humana tiene ese carácter dereciprocidad; está producida frentea la constante presencia del otro ydestinado para el otro.Y estos comentarios se vinculan yade lleno a la cuestión de la herme-néutica, en cuanto a que el asuntodel otro nos impone necesariamentela necesidad de traducir o interpretarsu presencia, como ya lo dice Heideggerexplícitamente:Siendo con otros,[el ser ahí] semantiene en un “estado de interpretado”medio que es articuladoen el habla y expresado en el lenguaje.2De eso expresado en el lenguaje,aquí debemos subrayar, el lenguajeescrito, manifestación privilegiadapara la tarea hermenéutica, y queadquiere su re<strong>al</strong>idad lingüísticaconcreta en eso que se denominael texto.1 Texto leído en la tarde del 5 de abril del 2006 como parte de la entrega ofici<strong>al</strong> del libro “Manu<strong>al</strong>de Hermenéutica” a su autor, Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo, s.j.2 Heidegger, Martin (1986). El ser y el tiempo. México: Fondo de Cultura Económica. (Traducciónde José Gaos). p 438.113


Cultura de Guatem<strong>al</strong>a<strong>En</strong> la tarea de traducción del texto,su <strong>al</strong>teridad se nos ofrece desde diferentesángulos y en grados distintosmás <strong>al</strong>lá de su trascendencia comomera noticia. Pero sobre todo nosenfrenta <strong>al</strong> evento más originariodel texto mismo, la primera tensiónque en él se asume: el deseode expresión frente a la necesidadde transformar ese deseo en habla,elección y limitación de p<strong>al</strong>abrasy giros, en fin, voluntad expresivafundament<strong>al</strong>. Primera tensión quees ya traducción, concordancia ydisidencia entre el logos interior yel logos expresado.Todo manu<strong>al</strong> se destina <strong>al</strong> uso, seofrece como un instrumento siempre<strong>al</strong> <strong>al</strong>cance, nos introduce y guía<strong>al</strong> comienzo del aprendizaje y sevuelve referencia sostenida cuandose <strong>al</strong>canza el dominio de la técnica.Pero si decimos que el manu<strong>al</strong> estádispuesto y orientado a la prácticatampoco podemos olvidarnos quela praxis particular de la fi losofíaconsiste en una teoría, es decir, enuna actividad especulativa en tornoa la verdad de las cosas y los hechos.Así pues, como verdad aquí nosreferimos a la verdad hermenéuticay como cosa y hecho, <strong>al</strong> textomismo.El libro del Dr. G<strong>al</strong>lo se construyeatendiendo a una estructura circulare interactiva compuesta por 34artículos.No es para nada fortuita la elecciónde esa forma geométrica, obedece–en primer lugar– <strong>al</strong> carácter circular,<strong>al</strong> modo de aproximación propiode la interpretación.Este “rondar” hermenéutico entorno <strong>al</strong> significado que se descubrepaulatinamente “ronda” tras “ronda”,parte de un análisis estricto ycuantitativo del examen lingüísticomás periférico, <strong>al</strong> análisis de la dinámicadel discurso para fin<strong>al</strong>menteadentrarse en la zona más profundade la significación filosófica del texto,el nivel propiamente hermenéutico:la búsqueda interpretativa dela recóndita dimensión del “verbusinterius” agustiniano que constituye,para usar las p<strong>al</strong>abras del autor, la“verdad” del texto.Viene <strong>al</strong> caso ampliar el contenidoy el ámbito de la expresión “verbusinterius” que ya he utilizado dosveces. Aclarar su sentido serviráde guía para esta presentación enla medida en que apenas sea capazde señ<strong>al</strong>ar la importancia de la siguientepregunta: ¿de qué manera114


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lodecimos que un texto guarda unaverdad y cómo esta verdad se haceaccesible a nosotros? La profundacomplejidad del cuestionamientonos previene ya del carácter meramenteindicativo y promocion<strong>al</strong>de estas p<strong>al</strong>abras introductorias delManu<strong>al</strong> de Hermenéutica del doctorG<strong>al</strong>lo en tanto fuente auténtica derespuesta.Cuestionado por Jean Grondin, 3 ycitado por este en su libro “Introduccióna la hermenéutica filosófica”,sobre la pretensión univers<strong>al</strong>ista de laHermenéutica, Hans Georg Gadamercontestó lo que a la letra dice:La univers<strong>al</strong>idad se encuentra enel lenguaje interior, en el hechoque no se puede decir todo.No se puede expresar todo loque hay en el <strong>al</strong>ma, el λογοςενδιαϑετος (logos endiázetos).Es <strong>al</strong>go que adopto de Agustín,de su De Trinitate. Estaexperiencia es univers<strong>al</strong>: el actussignatus nunca se recubre con elactus exercitus. 4Grondin continúa su reflexión diciendoque:La enunciación hablada siemprese queda atrás con respecto delcontenido de la enunciación,esto es, de la p<strong>al</strong>abra interior, yque sólo se puede comprender<strong>al</strong>go hablado si se reconstruye yverifica el hablar interior que está<strong>al</strong> acecho de lo dicho”. 5Un primer principio gener<strong>al</strong> de lainterpretación tendrá que ver conesa comprensión: que el contenidodel texto rebasa su enunciación meramenteproposicion<strong>al</strong>. Siguiendoel pensamiento de Gadamer, el lenguajese concibe mejor como diálogoque como enunciado. De esa maneramás <strong>al</strong>lá de la proposición o el enunciado,se pre-siente la estructura implícitaque lo articula y la intencióndel pensamiento que lo insufla; t<strong>al</strong>esrelaciones, importa mucho dejarclaro, tienen lugar estrictamente enlas relaciones internas del lenguajeque modela el texto porque “todoeste proceso es lingüístico.” 63. Grondin, Jean (2002). Introducción a la Hermenéutica Filosófica. Barcelona: Herder, p. 15.4. Idem.5. Ibidem, p. 166. Gadamer, Hans-Georg (1996). Verdad y Método. S<strong>al</strong>amanca: Ediciones Sígueme.(Traducción de Ana Agud Aparicio y Fardel de Agapito). p115


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aAmpliando su concepción, Gadamerdice queNo hay proposición que sepueda concebir sólo por elcontenido que presenta si laquiere captar en su verdad. Todaproposición está motivada. Todaproposición tiene presupuestosque no enuncia. 7Esta afirmación significa por lomenos dos (2) cosas: que <strong>al</strong>lende elmero contenido de la proposiciónla motivación no solo subsiste enlas p<strong>al</strong>abras y en ciertas relacionesde estas, sino que el lenguajeestá destinado a este propósito deintegración. <strong>En</strong> segundo lugar esevidente suponer que si concebimosla proposición “en su verdad”,los presupuestos origin<strong>al</strong>es en losque reside el sentido son en ciertamedida determinables más <strong>al</strong>lá delas correspondencias lógicas delenunciado. El término “verdad”está vinculado a esa función supra-liter<strong>al</strong>o trans-liter<strong>al</strong> del textoque no es accident<strong>al</strong> de manera<strong>al</strong>guna sino que, por el contrario,constituye la natur<strong>al</strong>eza propia dellenguaje.¿Se postula, pues, la existencia deotro texto moviéndose par<strong>al</strong>elo yoculto? ¿Se consigna que, entre lasp<strong>al</strong>abras inconfundibles del primertexto y recubierto con ellas, aflora unnuevo sentido bajo la influencia deuna distinta signatura, un segundosentido que emana del juego de lossignos escritos? El texto porta enla tot<strong>al</strong>idad de su significación elconjunto de relaciones vit<strong>al</strong>es quelo sostiene y desnuda abriéndose <strong>al</strong>a lectura ingenua y liter<strong>al</strong>. Pero aúnsuponiendo este primer y pasivoencuentro se conjetura en el lectorla sospecha de otro sentido que merodeaen la proposición y el discurso.La pre-comprensión de un <strong>al</strong>go quese oculta y disimula. El texto parecereservar su carácter enigmático parauna lectura de profundidad.La visión person<strong>al</strong> del autor sedesarrolla en y desde el ambientepolimórfico, multi-impresivo yconceptu<strong>al</strong> de su vida; conjunto semodela lingüísticamente a partirde ese momento fundament<strong>al</strong> de laconcepción gadameriana en que elverbo interior lucha por concretarseen el verbo expresado. <strong>En</strong> la mismamedida y de forma equiv<strong>al</strong>ente, el7 Idem, p. 68116


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loautor o la comunidad productora deltexto se enfrentan a una existenciatambién urgida de interpretación, ycuando esta experiencia se destina <strong>al</strong>lenguaje escrito, en este sobrevivensus condiciones, sus posibilidades ytambién sus enigmas.A la luz del concepto de verbusinterius, el medio escrito registraprimero la proposición (lo dichoexplícitamente); en segundo lugar,registra la huella de un querer decirmás amplio (la intención implícita);y, fin<strong>al</strong>mente, quizá un tercersentido, lo que no puede evitardecirse y que tiene lugar más <strong>al</strong>láde su conciencia productora. Pero¿qué es esto de lo cu<strong>al</strong> el decir nopuede desembarazarse a pesar desu enrarecida y casi indistinguiblepresencia?El lenguaje proyecta la interpretacióndel mundo en que se produce y,aunque el autor del texto no tengaclaro hasta qué punto se lo apropia, loasume como ambiente y como origen.La verdad, manifiesta como segundoplano más <strong>al</strong>lá de lo explícitodel enunciado, sobrevive tambiéncomo ocultamiento. La verdad es elaglutinante de la experiencia que setiene que desplegar en la forma demundo. Y en el mundo el hombrese sumerge, a veces en la vigilia y aveces en el sueño.Este ocultamiento de la verdad, sinembargo, no es una f<strong>al</strong>sificación ouna mentira en el sentido de unno-ser sino, por el contrario, es unade las formas en que el ser mismoaparece. La ocultación, como revestimientodel ser, es una razónde ser y es labor de la hermenéuticaponer en claro esa razón intrínsecade la verdad en el devenir de latextu<strong>al</strong>idad. La hermenéutica debedar cuenta de cómo el mundo, ensu juego de exposición y reserva,estructura y sostiene su propia ydiversa manifestación.El texto es el terreno que extiendeesa lucha de quietud y aspiración,polisémico ámbito de la vidasoci<strong>al</strong> y person<strong>al</strong> en su indivisiblehumanidad. Texto y mundovienen a conformar una mismare<strong>al</strong>idad.Me parece inevitable una cita deVerdad y Método:No sólo el mundo es mundoen cuanto accede <strong>al</strong> leguaje: ellenguaje sólo tiene su verdadera117


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aexistencia en el hecho de que enél se representa el mundo. 8Nuestra reflexión ha estado guiadapor la idea de que el lenguajees un centro en el que se reúnenel yo y el mundo, o mejor, enel que ambos aparecen en suunidad originaria. 9La di<strong>al</strong>éctica fundament<strong>al</strong> entre lointerior y lo expresado, transparentey unificadora del texto, como se hadicho de la obra de arte, proyectaun universo que se autosustenta;y es un universo que dispone, parautilizar una p<strong>al</strong>abra de Bergson, deuna memoria, de un registro de sutempor<strong>al</strong>idad; y también de un horizonteen el que despliega el conjuntode sus posibilidades.<strong>En</strong> el tiempo del texto, que es sulectura, se despliega el tiempo de laexperiencia del autor como horizontede su mundo, y esa construcción delpasado adviene como presente, y lap<strong>al</strong>abra encriptada hasta el momentoen su quietud <strong>al</strong>fabética vuelve a desplegarla vit<strong>al</strong>idad de su angustia y suinevitable red de significaciones.De esta manera, el autor, individu<strong>al</strong>o colectivo, sujeto de su contexto yplantado por él y ante él, no puedeevitar la verdad en la que él mismo seha constituido. Consecuentementeno importa sus evasiones voluntariasni sus f<strong>al</strong>sificaciones casu<strong>al</strong>es, está, porasí decirlo, condenado a la verdad.La labor hermenéutica da cuenta deesa historización de la experienciasuper-viviente en el texto mientras serenueva en la lectura y en la voluntadde interpretación que lo transformade nuevo en experiencia, en estecaso, la nuestra. Una operación quenos abre el acceso, usando las p<strong>al</strong>abrasdel doctor G<strong>al</strong>lo, a un ser quellega de otra dimensión. 10Así, pues, lo que entendemos conel asunto del “verbo interior” deGadamer es el hecho que el verbointerior desborda el lenguaje proposicion<strong>al</strong>;que este último oculta<strong>al</strong> primero, hasta cierto punto, peroque de muchas y necesarias maneraslo contiene. El texto es la única pistaque permite <strong>al</strong>canzar su verdad;toda su posibilidad está cifrada enel lenguaje cuya natur<strong>al</strong>eza, como8 Op. cit. p. 531.9 Ibidem p. 567.10 G<strong>al</strong>lo, Antonio (2005). Manu<strong>al</strong> de Hermenéutica. Guatem<strong>al</strong>a: <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>. p. 14.118


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lola del hombre, es un juego de lucesy de sombras. Lo que se nos dice esque la verdad no está a la vista, y poreso la Hermenéutica “ronda” el significadopara llegar <strong>al</strong> verbo interiorque “acecha” desde el texto.Sin embargo, f<strong>al</strong>ta comprenderque la verdad del texto todavía no<strong>al</strong>canza la categoría de verdad hermenéutica.La circularidad de la interpretaciónvuelve sobre sus pasos una y otravez, aquí retroceder es una formade avanzar, por eso el doctor G<strong>al</strong>lohabla de una espir<strong>al</strong> hermenéuticaque se enriquece, ampliando lasignificación de la tot<strong>al</strong>idad de sucircuito, en un viaje que terminauniendo el centro con la periferia enla experiencia hermenéutica.La experiencia hermenéutica constituyeel nivel más <strong>al</strong>to de los tresniveles considerados en el Manu<strong>al</strong>de Hermenéutica. Los dos nivelesinferiores se proponen la elucidaciónsistemática de ese evento lingüísticodel texto para descubrir, utilizandouna expresión heideggeriana, <strong>al</strong> serque habita en el lenguaje del texto. Laexperiencia hermenéutica consistirá,pues, en su último grado, en la apropiaciónde la verdad del ser del texto.Si hemos referido el lenguaje escritoen cuanto primera tensión del logosinterior frente <strong>al</strong> logos expresado;la segunda tensión consiste en lafundament<strong>al</strong> apertura del logosexpresado <strong>al</strong> horizonte del lector.Y es en esa relación de encuentrode dos horizontes, y en el caráctertransformador de ese encuentro, endonde se juega la posibilidad de laexperiencia hermenéutica.El lector, hasta el momento separadodel texto, se descubre como interlocutorde una irresistible invitación <strong>al</strong>diálogo, se siente atraído a ser la vozque completa el coro trágico y a vera través del punto Aleph todas lasdimensiones de un mundo propioredimensionado por el ser del texto.El pasado del texto irrumpe ennuestro ahora cuando el lector seha vuelto intérprete, argonauta quenavega a la búsqueda del enriquecimientode su propio horizonte.Volverse intérprete significa padecerel viaje, participar en una aventurade la que no s<strong>al</strong>drá igu<strong>al</strong>.La apropiación de la verdad deltexto, último y auténtico propósitode la interpretación, se produce enla conciliación del tiempo del textoen la tempor<strong>al</strong>idad del investigador,119


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aacontece como evento transformadory se inscribe en el mundo de lavida del intérprete.Tres niveles del métododel Dr. G<strong>al</strong>lo se ordenan,ya dijimos, en 34instanciasDe manera intencionada he utilizadola p<strong>al</strong>abra “instancia” paradestacar, en este caso, su acepciónespecífica de solicitud. Instar espues, solicitar, hacer una llamada,llamar la atención sobre un contenidoa partir de un determinado modode ver. Por esta razón he preferidoesta p<strong>al</strong>abra por sobre otras másespecíficas y, en cierto modo, másestáticas como “puntos” o “partes”por cuanto lo que aquí puedeaparentarse como mera cláusula dela enumeración progresiva, es enre<strong>al</strong>idad una referencia a disciplinascompletas y complejas. Las instanciasdel Manu<strong>al</strong> solicitan, pues, unaactitud rigurosa y un conocimientovasto que faculte su voluntadheurística. Nada más <strong>al</strong>ejado de laacumulación superfi ci<strong>al</strong> de informacióncon miras a conclusionesautomáticas.Las 34 instancias son llamadas a laatención y consideración reflexivasde aproximaciones diferentes y complementarias,de especi<strong>al</strong> profundidady progresión, con respecto a untexto que se constituye como objetode multisémica reflexión.Desde el 1er. Nodo del nivel lingüístico(el estudio de metáforas,sinestesias e índices) la guía metódicanos enfrenta con la teoría dela Retórica clásica y con la introducciónde la teoría semiótica. Deartículo en artículo, la descripciónpasa <strong>al</strong> análisis y viceversa hastael momento de la comprensiónhermenéutica.El entusiasta ofrecimiento de lasp<strong>al</strong>abras preliminares del libro, quedice a la letra:Este manu<strong>al</strong> no ha sido escritopara filósofos profesion<strong>al</strong>es, sinopara todos los estudiosos quequieren leer y comprender untexto importante o una serie detextos, sin tener el tiempo o lavoluntad de entrar <strong>al</strong> mar de laspolémicas que agitan la hermenéutica.1111 Op. cit. p. ix120


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo<strong>al</strong>ude <strong>al</strong> sentido de aplicaciónunivers<strong>al</strong> de la Hermenéutica,no exclusivo de la filosofía comodisciplina rigurosa; pero de ningunamanera significa que, sóloarmados de <strong>al</strong>egre ingenuidad yprescindiendo de la actitud filosóficaque anima profundamente sucontenido, podamos tener el éxitocasu<strong>al</strong> del que apuesta en empresasarriesgadas.Esta aclaración tiene el propósitode prevenirnos del desencanto deaquellos que sin ser estudiosos, y sinla voluntad de llegar a serlo, se acercan<strong>al</strong> manu<strong>al</strong> de Hermenéutica enbusca de un procedimiento simpley mecánico.Pero, satisfecha esta precauciónbásica, disponemos de una ayudaprogresiva y segura que nos <strong>al</strong>ejade la doxa sin fundamento y delas opiniones gratuitas a las que,por una cierta desorientación de lasociedad y un cierto relajamientode la academia, nos hemos vueltoexcesivamente tolerantes.El trabajo del Dr. G<strong>al</strong>lo, en uncontexto cultur<strong>al</strong> y pedagógicoadverso a la investigación y, portanto, des<strong>al</strong>entador para la producciónde obras creativas y origin<strong>al</strong>es,representa uno de los esfuerzos mássolitarios, a la vez que fecundos, delos que tenemos la suerte de disponerpara el estudio.Cuidadosamente construido, fundamentadoy adaptado, el Manu<strong>al</strong>de Hermenéutica es el resultado deuna larga labor de estudio: los 34artículos son también el diálogoentre los más importantes exponentesde la investigación teórica ypráctica de la Hermenéutica cuyosvariados logros se ponen a la manocomo instrumentos depurados yarticulados.No habrá nadie que pueda dudarde la incansable y enciclopédicacapacidad intelectu<strong>al</strong> vertida enesta obra, ni de la auténtica vocaciónpedagógica necesaria para suconsecución.Por eso hoy celebramos, a través deeste último libro editado del Dr.Antonio G<strong>al</strong>lo, toda la distinciónde su extensa obra. Celebramos eneste libro como en cu<strong>al</strong>quiera de losque ha escrito, en las p<strong>al</strong>abras del Dr.G<strong>al</strong>lo, pero sobre todo más <strong>al</strong>lá de lasp<strong>al</strong>abras, la sabiduría y persistenciade su voz interior.121


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Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loLa distancia entre la p<strong>al</strong>abray el movimientoSabrina Castillo G<strong>al</strong>lusser 1“Su discurso se expresa en signos inteligibles, pero es undiscurso dicho en voz baja, como <strong>al</strong> oído; en él las p<strong>al</strong>abrasse confunden y se vuelven música.” 2Antonio G<strong>al</strong>lo A.Cada año trabajo en una nueva obra coreográfica. Me gusta desarrollar,por lo menos, una hora de nuevas danzas. 3 Esto se consigue después de mesesde trabajo diario en el estudio de danza y fuera de él.De esta forma han nacido obrascomo No se puede bailar llorando,Superhéroes Remixed y, el año pasado,Onomástico. Cuando inicio estetrabajo gener<strong>al</strong>mente lo hago a partirde movimientos, imágenes o frasesde ritmos. Para Onomástico decidí,por primera vez, basarme en uncuento. Escogí No sólo en Navidadde Heinrich Böll. Este cuento lo leíhace <strong>al</strong>gunos años. Fue mi herman<strong>al</strong>a que me prestó el libro de Los Silenciosdel Dr. Murke. Mientras leía Nosólo en Navidad pensaba que estabaescrito en la forma music<strong>al</strong> que seconoce como Rondó. La manera enla cu<strong>al</strong> Böll describía la necesidadque tía Mila tenía de repetir cadanoche la Navidad, única cura para sullanto, sus gritos y su desesperación,era el tema recurrente. Me llenó deternura la respuesta solidaria de lafamilia, su cansancio pasados ya dosaños de Navidad diaria, el momento1 Directora del Instituto de Danza e Investigación del Movimiento de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong><strong>Landívar</strong> y coreógrafa de la Compañía Momentum de Danza Contemporánea.2 Cita del <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo en su ensayo El crítico y el arte, en referencia <strong>al</strong> trabajo de un grupo deartistas contemporáneos que expusieron en la G<strong>al</strong>ería El Túnel.3 Las coreografías, para fines prácticos, se miden en minutos.123


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aen que contrataron actores para quelos reemplazaran en la celebración y,en fin, todo el chaparrón de problemasque fueron solucionando paraque tía Mila dejara de gritar. <strong>En</strong>esta lectura había encontrado, segúnyo, un cuento que quería ser Rondóen danza. La llamé Onomástico en<strong>homenaje</strong> a las secciones de soci<strong>al</strong>esde los periódicos de los años setenta.Cuando vi la obra acabada por primeravez en el teatro, me sentí unpoco confundida. Definitivamentela experiencia de la lectura de laobra había sido completamente diferentea lo que ahora vivía a travésde las bailarinas. El paso del vestidovacío, Claudia consolando a W<strong>al</strong>eska.Lillian enmarcada por la mesa,llorando. Onomástico me recordab<strong>al</strong>a distancia entre la p<strong>al</strong>abra y elmovimiento: no era lo mismo leeracerca de tía Mila gritando que vera Mila, en Lillian, haciendo el gestode gritar.Los que estamos inmersos en elquehacer de la danza a veces perdemosde vista las reflexiones quepueden hacerse sobre la danza y elCuerpo. 4 Muchas veces aunque sehagan estas reflexiones, se quedanen trabajos de movimiento o en experienciasde las que no se escribe.Esto sucede no sólo por el hechode que la danza elude las p<strong>al</strong>abras,sino que también porque las personasque se dedican a este arte lasevitan a toda costa. Los bailarinesen gener<strong>al</strong> son personas de pocasp<strong>al</strong>abras que envueltos en el movimientono pueden distanciarse de ladanza. Los coreógrafos son tambiénmuchas veces individuos de pocasp<strong>al</strong>abras que cuando son cuestionadospor su trabajo responden enforma parca y más bien utilizandosonidos y ritmos. El coreógrafo sinembargo, puede ubicarse en un lugarentre el bailarín y el que mira laobra, con la distancia necesaria paraver la coreografía y así reflexionarsobre ella. Fue como coreógrafaque entré <strong>al</strong> mundo de la fenomenología,gracias <strong>al</strong> doctorado quese ofrecía en la Facultad de Letrasy Filosofía, revivido por EugeniaDel Carmen, Osw<strong>al</strong>do S<strong>al</strong>azar yapoyado por el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo en1996. Esto me dio la oportunidadde pensar, desde la fenomenología,sobre <strong>al</strong>gunos temas relacionados <strong>al</strong>4 <strong>En</strong> la Fenomenología del Cuerpo se utiliza la p<strong>al</strong>abra Cuerpo con mayúscula para hablar de Leib,cuerpo vivido; cuerpo con minúscula se refiere a Korper, cuerpo como objeto físico.124


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loCuerpo y el movimiento. Al mismotiempo encontré que la danza teníaun saber que podría aportar a lafilosofía dado que ésta se habíaenfocado tradicion<strong>al</strong>mente en otrasartes (música, pintura y teatro), yen gener<strong>al</strong>, se encontraba <strong>al</strong>ejadadel Cuerpo.La fenomenología resultó unainvitación para la investigaciónen danza. Desde Ideas II, Husserldescribe las series quinestésicas quese desenvuelven en la experiencia dela percepción del espacio-tiempo.Husserl descubrió la importancia delmovimiento en un momento dondeel Cuerpo aún era relegado <strong>al</strong> campode los objetos. Llama singularmentela atención sus descripciones dedicadas<strong>al</strong> sentido del tacto y su papelen la corporeización. Actu<strong>al</strong>mente elsentido del tacto y el descubrimientodel sentido proprioceptivo son áreasde mucho avance en la neurología yen estudios de movimiento. Graciasa Husserl se comprendió que somosCuerpo y con ello se inició una nuevaetapa para la filosofía. 5Más tarde, Maurice Merleau-Ponty,en sus reflexiones sobre la percepción,planteó <strong>al</strong> movimiento comoel “pensamiento del Cuerpo”. Estepensamiento pre-reflexivo, pre-lógicoy pre-conceptu<strong>al</strong> es <strong>al</strong>go conocidoen la danza donde se habla de cuerposinteligentes o que comprenden. <strong>En</strong>este sentido, <strong>al</strong>gunas personas dela danza, encabezadas por Rudolphvon Laban 6 han desarrolladoestudios de movimiento que hanahondado en este pensar del Cuerpo<strong>al</strong> que se refiere Merleau Ponty. Apesar de que su trabajo presentaciertas limitaciones, su contribuciónpara reflexiones fenomenológicas escruci<strong>al</strong>. 7 Merleau–Ponty habla delfenómeno del movimiento comouno que nos dirige hacia un mundode puras transiciones donde semanifiesta la implicación espaciotempor<strong>al</strong>.<strong>En</strong> estudios más recientesen donde la fenomenología ha cola-5 Actu<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>gunos filósofos se dedican a la Fenomenología del Cuerpo. Elizabeth Behnkedirige el “Study Project on the Phenomenology of the Body”.6 Rudolph von Laban se dedicó <strong>al</strong> estudio del movimiento en Alemania y más tarde en Inglaterraa principios del siglo XX. Actu<strong>al</strong>mente sus ideas continúan desarrollándose en el Laban Instituteof Movement Studies en Nueva York y en Laban en Londres.7 Elizabeth Behnke discute sobre este tema en su artículo Space-Time Concepts as World-Dimensions.125


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aborado en el proceso de des-cubrirestructuras fenomenológicas inherentesde la danza, el movimientoha sido descrito como revelación defuerza (revelation of force), y la danzacomo forma-en-el-hacerse (form-inthe-making).8 <strong>En</strong> la Fenomenologíade la Percepción 9 el Cuerpo atrapay comprende el movimiento convirtiéndoseeste último en un anclaje enel mundo. <strong>En</strong> esta obra, los hábitosson un saber que está en las manos y elCuerpo, lo que resulta ser lo mismoque, tengo la danza en el Cuerpo,expresión usada corrientemente porlos bailarines.La fenomenología puede colaborarcon la danza favoreciendo unacomprensión desde el Cuerpo y elmovimiento. Una de las maneras enlas que se ha conocido la danza hasido a través del lente del teatro, ladramaturgia y la narrativa. La danzano dice en la forma de las p<strong>al</strong>abras,más bien se mueve, o es simplementeapetito por el movimiento. 10El compositor John Cage, haceevidente la distancia o la diferenciaque acontece entre la p<strong>al</strong>abra, lamúsica y la danza <strong>al</strong> decir, acerca desus colaboraciones con el coreógrafoMerce Cunningham:“We are simple-minded enoughto think that if we were sayingsomething we would usewords” 11(Somos de un pensar tan simple,que si pensáramos en decir<strong>al</strong>go, simplemente usaríamosp<strong>al</strong>abras)Merleau–Ponty insiste en la ambigüedadde los límites en la experiencia.La experiencia del Cuerpoes cab<strong>al</strong>mente una que se opone <strong>al</strong>os límites claros. Es más bien, unaunidad que se niega a ser atomizada.A pesar de que en la danza no secuestiona directamente sobre estostemas, en su experiencia se conoceampliamente sobre la unidad del8 Estos estudios están descritos en el libro Phenomenology of Dance de Maxine Sheets Johnstone.9 Merleau-Ponty, M. (1957). Fenomenología de la Percepción. México:10 Expresión usada por el coreógrafo Merce Cunningham.11 Sheets-Johnstone, M. (1984) Phenomenology as a way of illuminating dance. <strong>En</strong> M. Sheets-Johnstone (Ed). Illuminating Dance (pp.124-145). Lewisburg: Associated University Presses.El subrayado en la cita es mío.126


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loCuerpo y las transiciones que sellevan a cabo de un momento aotro. 12 <strong>En</strong> el trabajo en danza esmuy común encontrarse con vulnerabilidadesfísicas que se vuelvenemocion<strong>al</strong>es, movimientos queencuentran historias en pasadosperson<strong>al</strong>es, gestos que se vuelvenlíneas o risas que se vuelven frasesde movimiento.El lenguaje utilizado en la danzay en estudios como los llevadosa cabo en las últimas décadas enorganizaciones como el Laban Instituteof Movement Studies o BodyMind Centering 13 arrojan lucesa problemas fundament<strong>al</strong>es de lafilosofía como es la unidad cuerpomente-espíritu.<strong>En</strong> estos estudios,después de años de un trabajo corpor<strong>al</strong>concienzudo, se ha llegado autilizar cotidianamente p<strong>al</strong>abrascomo minded body, o the mind inthe body, que nos hacen evidenteuna nueva forma de ver el Cuerpo.Este tipo de investigaciones que sehacen en la danza y el movimientocorpor<strong>al</strong> aunado <strong>al</strong> trabajo de lafenomenología llevaría a una mejorcomprensión del Cuerpo. El arte y lafilosofía pueden trabajar de la manopara aterrizar en nuevos espacios dedescubrimiento.El arte, dice Peter Brook, 14 vuelvevisible lo invisible. Para MauriceMerleau–Ponty, contribuye a sacara las sociedades de sus círculos viciosos.El arte tiene todas esas virtudes,sin embargo, la vida diaria a vecespareciera convencernos de que esuna actividad tot<strong>al</strong>mente innecesaria.Los problemas que abruman aGuatem<strong>al</strong>a hacen que su quehacerparezca un lujo. Ha habido, sinembargo, personas en nuestro país,como el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo, que han comprendidola importancia del arte <strong>al</strong>apoyar proyectos de esta índole. Lafundación de la G<strong>al</strong>ería El Túnel 15en 1971 es uno de estos ejemplos.El arte como arte y como fruto desaber para posteriores reflexiones meparece que brinda una oportunidadque se abre para el filósofo. Las12 Estabilidad-movilización, adentro-afuera, físico-psicológico, son momentos vividos en el Cuerpodonde los límites se desdibujan.13 Ambas organizaciones se mantienen activas, en Estados Unidos, hasta la fecha.14 Era co-director del Roy<strong>al</strong> Shakespeare Theatre, actu<strong>al</strong>mente es director del Centro Internacion<strong>al</strong>de Investigación del Teatro en París.15 <strong>En</strong> la antigua sede de la Facultad de Humanidades de la <strong>Universidad</strong> <strong>Rafael</strong> <strong>Landívar</strong>. Ver Veinteaños de El Túnel.127


Cultura de Guatem<strong>al</strong>apreguntas sobre el Cuerpo resultanfundament<strong>al</strong>es para nuestra existencia.¿Qué hay más cercano pero máslejano que el Cuerpo? Su experiencianecesita ser ap<strong>al</strong>abrada a partir deun lenguaje que le haga justicia asu riqueza.Acarreamos en el lenguaje prejuiciosy formas que simplemente no estáncontribuyendo a la comprensión delo que somos. ¿Por qué hablamosde nuestro Cuerpo?, ¿anteponiéndoleun artículo posesivo? ¿Somosnosotros o es que nos pertenece? ¿Aquién? ¿Es entonces un títere de<strong>al</strong>go más?El saber que se tiene en la creacióny en el trabajo de danza me ha dadomuchas lecciones como la que medio Onomástico.La fuerza que acarrea el movimientoy la riqueza en la que nos vemosenvueltos porque somos Cuerpome parece que es una posibilidadde incursionar en esa fi losofía dela que el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo 16 nos habla,que nos obliga a vernos a nosotrosmismos: un verdadero pensamientoindependiente.BIBLIOGRAFÍABehnke, E.A. (1974). Space-TimeConcepts as World-Dimensions.Main Currents in ModernThought 31 (13-17).G<strong>al</strong>lo, A. (1984). “El crítico y el arte”.Cultura de Guatem<strong>al</strong>a. Año V,Vol. III (133-134).G<strong>al</strong>lo, A. (1991). “Veinte años deEl Túnel”. Cultura de Guatem<strong>al</strong>aAño XII, Vol.1 (103-109).G<strong>al</strong>lo, A. (1996) “Exploración delmundo interior. Cultura deGuatem<strong>al</strong>a Año XVII, Vol. 1(11-58).16 Incluído en su ensayo Exploración del mundo interior.128


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loHusserl, E. (1989). Ideas Pertainingto a Pure Phenomenology and toa Phenomenologic<strong>al</strong> Philosophy.Dordrecht: Kluwer AcademicPublishers.Merleau-Ponty, M. (1957). Fenomenologíade la percepción.México: fondo de CulturaEconómica.Mickunas, A. (1974). The Primacy ofMovement. Main Currents inModern Thought, 31 (speci<strong>al</strong>Laban issue), 8-12.Sheets-Johnstone, M. (Ed.). (1984).Illuminating Dance: Philosophic<strong>al</strong>Explorations. Lewisburg:Associated UniversityPresses.129


130Cultura de Guatem<strong>al</strong>a


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loEl yo y la etnia: mestizaje cultur<strong>al</strong>Iván Azurdia BravoIng. Civil, M.E., Ms.C., Ph.D.“Por la cultura étnica el ser humano se re<strong>al</strong>iza como“yo” en su dimensión epistemológica y soci<strong>al</strong>”Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo, s.j.1. IntroducciónE l propósito de este breve ensayo es intentar describir fenomenológicamentela fundamentación epistemológica de mi ser guatem<strong>al</strong>teco a partir dela guía metodológica que establece el Dr. Antonio G<strong>al</strong>lo A. s.j. (1986) en sutrabajo: “El yo y la étnia” (segunda parte). La referencia para este ensayo es lavida y experiencia vivida por mi propio “yo” en mi comunidad, conformadapor la cultura guatem<strong>al</strong>teca.El ensayo tiene la siguiente estructura:i) Establece un propósito y sumarco de referencia metodológico;ii) Establece por qué es importanteel ejercicio; iii) Describe una vivenciade identidad intercultur<strong>al</strong>y iv) Intenta dar cuenta de la fundamentaciónepistemológica del“yo” guatem<strong>al</strong>teco, a partir de miexperiencia de vida remitida a unavivencia específica: La CeremoniaMaya.2. Propósito ymarco de referenciametodológicoMi experiencia de vida en Guatem<strong>al</strong>ame ha permitido experimentar uncontacto multicultur<strong>al</strong>, interétnicoy plurilingüe. Esta convivencia congrupos étnicos diversos me ha impresionado,de t<strong>al</strong> manera, que heido fabricando e intern<strong>al</strong>izando unaidentidad étnica de mi “yo”. Esta131


Cultura de Guatem<strong>al</strong>avivencia me despierta ciertas preguntas:¿Cuál es mi identidad comoguatem<strong>al</strong>teco? y ¿Cuál es mi culturavivida? Para intentar dar respuestas aestas preguntas el análisis fenomenológiconos da herramientas para unacercamiento vivenci<strong>al</strong> y sistémico <strong>al</strong>as preguntas. Tratar de contestar laspreguntas me permite situar mi vidaen una cultura compartida.A B A1R1 R2MODELO EPISTEMOLÓGICOVIVE LA CORRELACIÓNIntentaré dilucidar las interrogantesa partir de la experiencia inmediata.<strong>En</strong> este proceso he escogido establecerciertas vivencias person<strong>al</strong>es comolas referencias de discusión, que sedesglosan a continuación:ConcienciaSingularPensamientoComunitarioa) Una situación existenci<strong>al</strong> contempl<strong>al</strong>as condiciones históricasy geográficas de las comunidadesque conviven en nuestro propioentorno cultur<strong>al</strong> guatem<strong>al</strong>teco.b) El acercamiento epistemológico<strong>al</strong> mundo que vivo me posibilitaestablecer una correlación queconecta mi conciencia singulary el pensamiento comunitariode los grupos que integran lasetnias con las que convivo.c) El modelo epistemológico sebasa en la fórmula propuesta porG<strong>al</strong>lo (1986), así:<strong>En</strong> donde:A: YoB: ComunidadA1: Yo conscienteR1: Comunicación efectuada con el“otro” por el entendimiento (experiencia)de los signos cultur<strong>al</strong>es de lacomunidad. Es la presencia mismade la persona humana en su mundointerpretado, en su comunidad deyos que se percibe por una experienciafundament<strong>al</strong> del conocimientoinmediato en un contexto dado yun espacio-tiempo histórico.132


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loR2: Sentido y significado del códigocultur<strong>al</strong> del grupo, y en la fórmulasignifica desciframiento del código.R2 existe si el “yo” que habla dominael mundo cultur<strong>al</strong> de las significacionesy no únicamente el nivelmateri<strong>al</strong> de las p<strong>al</strong>abras.<strong>En</strong> este modelo de conjunto humanoen el que estoy inmerso, del quesoy parte tiene y co-crea su culturade una forma transtempor<strong>al</strong>, transespaci<strong>al</strong>y transgeneracion<strong>al</strong>, endonde este continuo, <strong>al</strong> parecer, vaconstituyendo la identidad étnica.Una identidad que establece correlacionesmúltiples por medio dela participación comunitaria. Estavivencia de comunización provee elfundamento epistemológico que habita,radica en la persona individu<strong>al</strong>(yo). De esta correlación sistémicase fundamenta el grupo humanoen interacción. La comunización seexperiencia como el sistema de intercambioy de comunicación, que a suvez muestra como se co-crea, autoconstruyela correlación en dondela identidad –mi identidad– se da apartir de la necesidad que, a su vez,se da en la singularidad de mi yo.Tenemos así una dinámica de equilibriohomeostático de intercambio-comunicaciónexperienci<strong>al</strong> queda fundamento <strong>al</strong> fenómeno de lacorrelación de auto-constituciónde un ser haciéndose, de un seren devenir. Este ser toma la formade mi “yo” y de los “otros”, y estambién el conjunto “yo-los otros”haciéndose.3. Análisis de situaciónMi experiencia de vida en Guatem<strong>al</strong>ame ha posibilitado un horizontede posibilidades y limitaciones, uncampo de experiencias multi e intercultur<strong>al</strong>esde conocimientos (“lodado”, en el lenguaje de Husserl).Mi experiencia viviente y sentientese fundamenta en el contacto inmediatocon mi entorno humanogeográfico y tempor<strong>al</strong> constituidopor una relación inter-etnica. Par<strong>al</strong>os propósitos de esta descripciónme limitaré a la experiencia vividacon las etnias Mayenses que cuentancon una serie de idiomas propios ycon un pensamiento cosmogónicocomún fundamentado in illo tempore,o sea en el tiempo primero, enun tiempo sin tiempo.Esta elección de vivencia, radica enmi intuición, de que la armonía interétnicapodría construirse a partirde la constitución de un “yo” como133


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ayo en el pleno ejercicio de mi propiaconsciencia.<strong>En</strong> donde esta auto-conscienciadel “yo” como yo y en correlacióncon los “otros” se logra conel acercamiento, conocimiento einterpretación y la adaptación oreconocimiento de la existencia, delos signos cultur<strong>al</strong>es del grupo étnico(la relación R2 anterior).Otra limitación metodologíca autoimpuestacentra la atención en losgrupos étnicos mayas. Como estosgrupos étnicos mayenses son varios,evito el acercamiento vía el idiomay me remito a la cosmogonía, a lacosmovisión compartida por losgrupos mayas, así como la vivo enmi interactuar y convivir con ungrupo representativo de dos elementoscentr<strong>al</strong>es: la cosmovisión ylos grupos lingüísticos. Este gruporepresentativo específico está constituidopor un grupo de ancianosprincip<strong>al</strong>es y guías espiritu<strong>al</strong>esmayas, pertenecientes <strong>al</strong> Consejode Ancianos Princip<strong>al</strong>es y GuíasEspiritu<strong>al</strong>es maya, Xincas y Garífunas.<strong>En</strong> esta situación reconozco dosexperiencias.Primero, que en Guatem<strong>al</strong>a vivoun mestizaje étnico y cultur<strong>al</strong>, yque me es más atractivo explorary dar cuenta del mestizaje cultur<strong>al</strong>para dilucidar una relación harmoniosadel “yo” y los “otros”. Estoes importante ya que experimentoun horizonte de vida conflictivo(racista, excluyente y no equitativo)entre los grupos étnicos queinteractúan en Guatem<strong>al</strong>a, y quesegún mi experiencia no han establecidoauto-consciencia de nuestraauto-constitución de una identidadcultur<strong>al</strong>mente mestiza.Y que por otro lado, el conflicto otensión interétnica puede transformarseen una correlación sana derespeto por una cultura compartida,y esto lo estimo como v<strong>al</strong>ioso.Segundo, la experiencia vivenci<strong>al</strong>tiene notas existenci<strong>al</strong>es denotadasen la signifi cación. Para llegar <strong>al</strong>a significación requiero de losidiomas (mayas y castellano), perotambién puedo acceder a la significacióncultur<strong>al</strong> por la puerta queabre la experiencia inmediata, quetiene en su fundamento el mundovivido no interpretado, pre-predicativoo pre-consciente (como loestablecería Merleau-Ponty) o sea“el sin sentido, el vacío semántico,la oscuridad gnoseológica”, (G<strong>al</strong>lo,1986).134


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loLa observación, se da a partir demi participación intercultur<strong>al</strong> conancianos y ancianas princip<strong>al</strong>es representantesde varias comunidades lingüísticas.Esto es problemático ya que“el sentido se origina en un diálogo,un encuentro, un intercambio de elsujeto con el otro”, (G<strong>al</strong>lo, 1986).El problema se supera, parci<strong>al</strong>mente,<strong>al</strong> reconocer dos vivencias: i) Elmultilingüismo maya implica quepara “ellos” el castellano sea unpuente de comunicación interétnica,facilitando mi acceso <strong>al</strong> diálogo delos “otros”; ii) La cosmovisión escomún a los grupos mayas, por lotanto es otro puente vinculante deentendimiento.La cosmovisión conlleva expresionesfísico-psíquicas que se viven, entreotras maneras, en el rito de la ceremoniamaya, lo que permite la interaccióncomunitaria que se efectúa enla participación ritu<strong>al</strong> <strong>al</strong> cu<strong>al</strong> tambiénhe tenido acceso. Esta vivencia del<strong>al</strong>ter ego (otro – yo) es más bien un“yo – del- otro”, y según mi vivenciaintercultur<strong>al</strong>, es <strong>al</strong> parecer, un espejofenomenológico de un “yo – soy – un–otro– tú”. Un yo que reconocetú-yo en nosotros. Ahora bien estaposición se hace a partir del contextode la experiencia: Los “otros” sonaquellos que yo veo, que surgen enmi consciencia como figuras, color,sensación antes de que, como idea,o concepto”, (G<strong>al</strong>lo 1986).“La unidad e independencia de mipropio ser, vienen a confrontarsecon la unidad e independencia delotro”, (G<strong>al</strong>lo, 1986). <strong>En</strong>tonces lareferencia para esta discusión es laexperiencia de mi yo con los otros:guías espiritu<strong>al</strong>es de diversos gruposmayas en términos etareos, étnicosy de género, en cuanto “otros” quere<strong>al</strong>mente son, en las multiciplicidadesvariables y concordantes de laexperiencia, (G<strong>al</strong>lo, 1986).“Esta avanzada epistemología de mi“yo” hacia el “yo-del-otro” el puntode intersección de mi yo con su yoes siempre la experiencia concretadimensionada por el espacio re<strong>al</strong>mundano, el tiempo presente demi experiencia, el horizonte comprensivode mis cinco sentidos”,(G<strong>al</strong>lo, 1986).Estos guías espiritu<strong>al</strong>es, estos ancianosy ancianas princip<strong>al</strong>es, estos (as)ajq’ijab y ajkunab’ son en el mundo,en las ceremonias compartidas, enmi pueblo, mi país, experimentandoel mundo e incluyendo a los“otros”.135


Cultura de Guatem<strong>al</strong>a“La esencia de los “extraño” consisteen su inapropiabilidad. Está <strong>al</strong>lípero no es “para-mi” (diría Sartre).Quizás pueda engendrar en nosotrosuna frustración, una visión negativadel otro, por no ser asimilablecomo otro. Pero no es únicamentenegativa.El otro vive, se determina, produce,y nos fuerza a aceptarlo activamentecomo es: como otro-sujeto. Nossituamos en una “intencion<strong>al</strong>idad”abierta e implícita, en que el “ser” delos otros se hace para mí y se explicarespecto de su contenido legítimo”,(G<strong>al</strong>lo, 1986).El rito maya comunizado permiteun horizonte de experiencia consignos que muestran el del ahí paramí de los otros. El rito y sus símbolos(invocaciones, fuego, plegarias, danzas,etc.) posibilitan un “contacto”que deviene en movimiento comosigno. La esencia de la significación,pareciera, que se “da” en elmovimiento con-partido. El signodel rito maya, es lo que muestra unmomento especi<strong>al</strong>mente sagrado deuna vida sagrada.El rito es símbolo y por lo tanto contribuyea la formación del significadocultur<strong>al</strong>. No se podría “hablar”, creoyo, sin conocer las reglas y de cómoestas fijan el sentido. No puedoreferirme <strong>al</strong> mestizaje intercultur<strong>al</strong>guatem<strong>al</strong>teco, sin conocer las reglasde la cultura en juego. Y no puedoestablecer una correlación cultur<strong>al</strong>auto constitutiva del mestizaje, sinconocer las reglas de las culturas encorrelación (occident<strong>al</strong> y maya).Las reglas nos remiten <strong>al</strong> código, nopara traducir las convenciones deuna cultura en la otra. Ni siquierapara traducir el idioma y su significado,sino como signo encarnado quepermite la conmensurabilidad deparadigmas diferentes: el occident<strong>al</strong>y el maya.Las reglas, son el código, voy deun paradigma a otro por medio deuna acción de convivencia única eirrepetible que se da en la ceremoniamaya.Será la vivencia comunizada dela ceremonia maya la re<strong>al</strong>idadconcreta que funda mi experienciamundana del mestizaje cultur<strong>al</strong>.<strong>En</strong> este encuentro sagrado y fundament<strong>al</strong>se me posibilita trascenderhacia el “otro” maya, “como otro”,aun partiendo de la consideracióninmanente de mi conscienciaperson<strong>al</strong>.136


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loLa cosmovisión (maya) como convivientede la metafísica (occident<strong>al</strong>)fundamenta el ser de mi <strong>al</strong>teridad.“Es precisamente en esta diferenciaambiv<strong>al</strong>ente de la experiencia re<strong>al</strong>e inmediata en donde el individuohumano se abre hacia la <strong>al</strong>teridad”,(G<strong>al</strong>lo, 1986).La ceremonia es la acción en movimientocompartido y encarnado, deuna forma de ser-en-el-mundo. Loque Husserl llama la “trascendenciainmanente”.El énfasis se concentraen la “trascendencia” en cuanto queel mundo y el otro son “dados”, osea que fuerzan <strong>al</strong> ser individu<strong>al</strong>del conocimiento a “hacerse” a-ese“dado”, físico-y-cultur<strong>al</strong> a la vez; osea re<strong>al</strong>idad y signo. Es un mundoque se nos da en la experiencia yúnicamente a través de la “reducción”.Como mundo “reducido” seencarna en la subjetividad o sea en lainmanencia”, (G<strong>al</strong>lo, 1986).La vivencia y posterior análisis, dela experiencia ritu<strong>al</strong> de la ceremoniamaya me ofrece lo “dado” con elsentido del ser y el sentido del signo.Se trata de vivir esta experienciade compartir el espacio sagrado ysentir intencion<strong>al</strong>mente cómo laceremonia, que evoca el rito-mitode origen de una cultura a la quesoy extraño (kashlan), y de cómo laceremonia sistémicamente con sussignos, es un signo en sí misma queda sentido.Así esta experiencia ceremoni<strong>al</strong> dacuenta y es evidencia de la esenciadel ser maya, con su esencia propia“explicable”, pero que no es miesencia propia y de los mensajes de“otros”. Así mi posibilidad de conocerun mestizaje cultur<strong>al</strong> ya intuidopasa por un conocer humanamente,cuya trascendencia se hace <strong>al</strong> otro.“Y el trascender nos significa s<strong>al</strong>irde-sí,volverse otro o ser-otro, locu<strong>al</strong> equiv<strong>al</strong>dría a una <strong>al</strong>ienaciónno a una epistemología. No se tratade ser-otro, sino conocer-<strong>al</strong>-otrocomootro”.4. La vivencia dela ceremoniamaya como signoencarnadoLa ceremonia maya:“Esta es la relación de cómo todoestaba en suspenso, todo en c<strong>al</strong>ma,en silencio, todo inmóvil, c<strong>al</strong>lado,y vacía la extensión del cielo…Sólo estaba el mar en c<strong>al</strong>ma y elcielo en toda su extensión… sólo137


Cultura de Guatem<strong>al</strong>ael agua en reposo, el mar apacible,solo y tranquilo”.“Solamente por un prodigio… sere<strong>al</strong>izó la formación de las montañasy de los v<strong>al</strong>les; y <strong>al</strong> instantebrotaron juntos los cipres<strong>al</strong>es ypinares en la superficie.”Popol VuhTengo la intuición, por lo vividoen el transcurso de esta experiencia,que en la cosmogonía maya lascosas no se hacen, más bien nacen.<strong>En</strong> la tradición or<strong>al</strong>, las prácticasde vida cotidiana tradicion<strong>al</strong>es, losritu<strong>al</strong>es y el uso e interpretación delc<strong>al</strong>endario sagrado son fundamentosdel conocimiento cosmogónico,de esta manera lo que en una visiónmetafísica occident<strong>al</strong> consideramosciencia (e.j. astronomía) y pseudo-ciencia(e.j. astrología) en lacosmovisión maya la co-relaciónastronomía-astrología en re<strong>al</strong>idadson una unidad, que tiene que vercon el espacio-tiempo, en dondelos cuidadores del tiempo (ajq’ijab’y ajkunab’), son también acarreadoresdel conocimiento, que es dadopor un cosmos que habla, a travésde todo lo que existe. Esta fusiónde lo observable y lo invisible sedenomina Cuxol<strong>al</strong>ob, el conocimientode lo que es a la vez racion<strong>al</strong>y sobrenatur<strong>al</strong>.Todos los días son sagrados, eltiempo es sagrado porque permitevivir la consciencia, el tiempo en símismo no es una recta numéricaque mide, en línea recta apuntandohacia el futuro, como es entendidoy vivido en occidente. El espacio-tiempomaya no es un ente“creado” por el ser humano paramedir y cuantifi car el transcurrirde los días, no es un instrumento.El tiempo maya, es como una flor,estrella, río o niña, es un ser vivo…y este descubrimiento, nuevo enmi experiencia, sólo fue posible <strong>al</strong>vivir la ceremonia maya. Lo queintentaré describir a continuaciónes una ceremonia en particular laque corresponde a la celebracióndel año nuevo maya (5123 d.C.),que se llevó acabo en la antiguaciudad de Mixco Viejo. <strong>En</strong> estaceremonia se recibió <strong>al</strong> cargadordel año: 8 E.Esta ceremonia tuvo lugar desde eldía 7 B’atz’ (jueves 22 de febrero de2007d.C.) desde las 5:00 p.m. hast<strong>al</strong>as 5:00 a.m. del día 8 E (viernes 23de febrero de 2007d.C.), y la celebracióninicio el día 3 kej (domingo18) en lo que fueron los días del mes138


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loUayeb (único mes de 5 días), que sondías de preparación dedicados a meditar,son como diríamos un espacioíntimo, de reflexión que prepara auna persona para trasladarse de unperíodo c<strong>al</strong>endárico a otro.El viaje inició con buenos auguriosun atardecer espectacular con uninmenso sol que bañaba de celajesel horizonte acompañó la llegada, elabuelo sol nos daba la bienvenida.Al llegar pedimos permiso para entrar,este fue concedido, llegábamosa un enclave especi<strong>al</strong> Mixco Viejo,este es un centro de transición delmundo clásico <strong>al</strong> post-clásico, estefue un sitio habitado a la hora dela conquista por un grupo lingüísticomaya que todavía vive losPokomames.El atardecer dejó entrar la nochecon una media luna creciente quese posaba sobre la montaña, elWakah-Chan o vía láctea iniciabasu viaje en la bóveda de los viajerosinterestelares (planetas, estrellas,g<strong>al</strong>axias, etc.) Desde el eje polar delnorte (la estrella del norte) hastaescorpión en el sur.Al acercarnos <strong>al</strong> <strong>al</strong>tar ubicadoenfrente de la pirámide la músicade una marimba nos recibía a l<strong>al</strong>uz de cirios blancos encendidos.Alrededor del instrumento music<strong>al</strong>ancestr<strong>al</strong> había 70 personas,20 Ajq’ijab’ y Ajkunab’, 19 hombresy 1 mujer. Los marimberosentonaban melodiosamente, ysu música me <strong>al</strong>egró tantísimo elcorazón. Todos los asistentes eranmayas, excepto 6, los invitados3 de Fundación Solar (2 mujeresy 1 hombre), 3 druidas g<strong>al</strong>os (2hombres y 1 mujer). Había jóvenesuniversitarios, en cuenta unainiciada mujer joven que seguía asu maestro ajq’ijab’ y lo consultabaconstantemente. Al centro del <strong>al</strong>tarestaban los ancianos princip<strong>al</strong>esy guías espiritu<strong>al</strong>es “ordenando”la ceremonia, en donde lo que seordena como réplica del origin<strong>al</strong> esel Axis Mundi, una representaciónde el fundamento fundamentantedel cosmos el mismo.Mientras los preparativos se daban,los Kashlanes nos ubicábamos <strong>al</strong>oeste del sitio. La mayoría de mayasestaban ubicados <strong>al</strong> este, los músicos<strong>al</strong> norte, los estudiantes <strong>al</strong> sur,pequeños grupos se conformaron<strong>al</strong>rededor del <strong>al</strong>tar, que en un cosmosinfinito, es el centro del cosmos,ya que en un universo infinitocu<strong>al</strong>quier punto puede constituirseen el centro.139


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aFui a caminar en la noche, sin linternaguiado por la luz de la abuel<strong>al</strong>una, entré <strong>al</strong> port<strong>al</strong> de la pelotamaya, ahí comprendí que todosmis viajes por las antiguas ciudadesMayas habían estado velados pormi cultura occident<strong>al</strong>. No me encontrabaen un “juego” de pelota,me encontraba en un port<strong>al</strong> interdimension<strong>al</strong>,un escenario que permitere-crear el mito de origen, unencuentro entre la vida y la muerteen donde se vivía, un rito de pasaje<strong>al</strong> otro mundo en este port<strong>al</strong> interdimension<strong>al</strong>en donde se re-crea unacontecimiento ocurrido in illo tempore,el encuentro entre los señoresde Xib<strong>al</strong>bá y los hermanos héroesHunahpu (uno-Ahaw) y Xb<strong>al</strong>anke(yax-B<strong>al</strong>am).Al levantar la mirada sobre una pirámidey con un cielo no contaminadopor el resplandor de la luz eléctricay el ruido de las ciudades, estaba viniendodel norte lo que en occidenteconocemos como Orión, que en elmundo Maya representa la constelaciónde la tortuga y las tres piedrasque contienen el centro del hogarMaya, el sagrado fuego con el que sepreparan los <strong>al</strong>imentos sagrados.<strong>En</strong> ese momento, pensé en los 25años de vida profesion<strong>al</strong>, que en partese han enfocado en la promoción yconstrucción de sistemas tecnológicosque aprovechan la energía renovable,y en una ecotécnica en particular, laestufa mejorada para leña; y hastaeste momento comprendía, por quéaun cuando las comunidades Mayascontemporáneas tienen acceso a otrasfuentes de energía moderna (e.j. gaslicuado y electricidad), todavía preferíanla leña (aun cuando pudieranpagar los energéticos modernos),y por qué las tres piedras siempreaparecen en cuestiones ceremoni<strong>al</strong>eso celebraciones hogareñas…. Y estose debe a que estas tres piedras representanla preparación mítica delsagrado maíz, el sustento del mundoMaya de ayer y de hoy.La estela C de Quiriguá evoca unaimagen de creación mítica que inscribe,<strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que en Koba, la fechade creación del cosmos “actu<strong>al</strong>”como 13.0.0.0.0 4 Ahaw 8 Kumk’u.Ahí la imagen de creación vino a mimemoria “el arreglo de tres piedras”,de donde proviene el sagrado maízrenaciendo de la caparazón de latortuga (las estrellas de Orión), endonde los gemelos héroes asisteneste nacimiento…Para mí, el cosmos visto desde otracosmogonía resulta impactante,140


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loestos fueron momentos de unaauténtica re-ligación con lo sagrado,por fin después de 47 años erainvitado a una auténtica visita <strong>al</strong>cosmos Maya.Regresé de mi paseo-pensamiento <strong>al</strong><strong>al</strong>tar, ahí el ajq’ijab’ princip<strong>al</strong> dirigíaa los otros (18 hombres + 1 mujer),otro de los ancianos princip<strong>al</strong>es seencontraba sobre el <strong>al</strong>tar arreglandolas ofrendas de la ceremonia, él era elúnico que podía estar sobre el <strong>al</strong>tar,y esto era <strong>al</strong>go que sucedía en esemismo momento en toda Anawak(Mesoamérica), en donde en lossitios sagrados se sincronizaban lasceremonias del año nuevo 5,123,y la llegada de uno de los cuatrocargadores: “E” que se vive comoel camino o el porvenir. Los otrostres cargadores son No’j (sabiduría ypensamiento); Iq’ (aire/viento) y Kej(venado/los bosques).Estábamos así conmemorando unafecha del Hab’ Tun, Haab, o cuentac<strong>al</strong>endárica solar, basado en el recorridode la tierra (madre Ix) <strong>al</strong>rededordel abuelo sol. Esta ceremoniatiene que “ver” (en un sentido liter<strong>al</strong>)con la lluvia, la sequía, la siembra, yla cosecha. Consta de 365, 24 díasdivididos en 18 meses, de 20 díascada uno, seguidos, por el mes Uayeb(o Wayeb), único mes de cincodías dedicados para la reflexión, queterminará esa noche con la llegadade 8E (5,123 d.c).Tata Taquirá, quien se encontrabasobre el <strong>al</strong>tar, sigue instruccionesdel ajq’ijab’ princip<strong>al</strong>, los otrosse preparan, o participan en elordenamiento de los componentesdel fuego sagrado que incluyevarios elementos, todos con unsignificado y un orden para serofrendados.Se da el primer paso, pidiendo permiso,besando el suelo, e invocandoa los ancestros, simultáneamente semarca un círculo de azúcar en laperiferia del <strong>al</strong>tar que es circular. El<strong>al</strong>tar es un sitio sagrado, es tambiénun espacio donde se conecta elcontinuo trinitario pasado-presentefuturo,es un punto que recrea el axismundi, estableciendo un continuoentre el otro mundo –la tierra– elcielo. El fuego sagrado constituyeotro demiurgo mítico, así comola ceiba.La esfera celeste tiene 13 niveles,cada nivel tiene su nahu<strong>al</strong> (Ajaw) yconforman el Oxlajujtiku, consejopresidido por Itzamná. El planetatierra (la madre Ix) es otro nivel y141


Cultura de Guatem<strong>al</strong><strong>al</strong>uego nueve niveles del inframundoo B’eljiku.El cosmos recreado tiene así unaubicación relacionada con los cuatropuntos cardin<strong>al</strong>es, que son marcadospor el ajq’ijab’ con azúcar,después de cerrar el círculo sobreel <strong>al</strong>tar. Luego se coloca el pom, unincienso hecho del árbol sagradop<strong>al</strong>o de jiote (Bursera simaruba),cubriendo el círculo y evocando <strong>al</strong>os antepasados. Luego centrará encada punto energético candelas quecorresponden <strong>al</strong> significado de cadapunto energético del mundo. Caminando,en contra el de el sentido dela agujas del reloj, centra primerolas candelas rojas, que señ<strong>al</strong>an eloriente, la s<strong>al</strong>ida del abuelo sol, lafuerza, el fuego, el maíz rojo. Luegoen el poniente, la muerte, la caídadel sol, se sitúa el color negro, significadode oscuridad, pensamientosperturbadores, la noche, el maíznegro, ahí el ajaw “muere” paradar vida <strong>al</strong> ser humano renovado,de ahí se ubican las velas blancasque marcan el norte (Uxukut Kaj),el nacimiento, la pureza, bienestar,maíz blanco, el semen, la vida delser humano.Le corresponde a otro ancianoprincip<strong>al</strong> colocar las velas amarillas,el sur (Uxukut Ulew) la muerte delser humano, pero también la semillafértil, la cosecha, madurez, esterilidad.Conectando circularmente loscuatro puntos de energía se colocanlas candelas amarillas, que dirigenla mirada de Tata Taquirá hacia eloriente: completando el círculo.<strong>En</strong> el centro se colocan dos manojosde candelas uno de velas verdes(Corazón de la Tierra) y velas azules(Corazón del Cielo); marcando así elencuentro del cielo y la tierra.Se me explica que el orden esimportante, que el norte (blanco)representa la vida del ser humano,ahí está el origen, la tierra de dondeprovenían los abuelos y las abuelas.El sur (amarillo) es donde el serhumano se transforma, el retorno <strong>al</strong>a tierra, es un tributo a los ancestrosque nos acompañan.El transcurrir de norte-a-sur es elcamino-destino de la humanidad.<strong>En</strong> el crucero de este camino radicael corazón del cielo (azul) yel corazón de la tierra (verde), enel azul mora Itzamná’, en el verdeestá el árbol sagrado, La Ceiba, queconecta como demiurgo arbóreo elcielo y el inframundo, en el corazónde la tierra.142


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo<strong>En</strong> este momento estamos todos losseres humanos presentes, pero de<strong>al</strong>guna manera que no logro explicarme,también “están” los ancestros,y los que están por venir, y así ¡compartimosla esencia del Ajaw, que asu vez se co-relaciona con nosotros,co-participando de la vida humana!Se van entonces, colocando lasofrendas, moviéndose siempre enel mismo sentido ya indicado, secoloca chocolate, canela, ajonjolí,pan dulce, y candelas rosadas. Estasúltimas son muy importantes, yaque representan lo que no ha nacido,la niñez, el futuro de la humanidad,este momento fue re<strong>al</strong>mente esperanzadory hermoso.<strong>En</strong> el transcurso de estos eventos dere-creación, sentí que esta era unatarea colectiva, no era una tareaindividu<strong>al</strong>ista – de un ser <strong>al</strong>ejadode todo, era una comunión, unacomún-unión de todos y todas conel uni-verso, con el verso único delcosmos.Así, empezaba el tz’akah, que mehacía recordar la pioesis griega, eldejarse ser de las cosas, la manifestación.Se detiene la marimba,cuatro ancianos princip<strong>al</strong>es se sitúanen cada punto cardin<strong>al</strong>, atrás losotros ajq’ijab’ distribuidos en orden,excepto la mujer, quien se ubicaen el oriente, en el rojo habitandoentre la pirámide y los materi<strong>al</strong>esceremoni<strong>al</strong>es.Nos piden con voz solemne quenos acerquemos, se nos pide descansar,reposar, <strong>al</strong>gunos meriendan,pronto iniciará la re-creación delmundo aquí en Mixco Viejo y entoda Anawak (Mesoamérica), y estose hace con la intención sincera detraer un mensaje por medio de,una ceremonia que “es” para todoel planeta y su humanidad pasada,presente y futura.Nos llaman hacia el <strong>al</strong>tar, me ofrecenel honor de leer un texto preparadopor el Consejo de ancianos princip<strong>al</strong>esy guías espiritu<strong>al</strong>es mayas,el texto contiene un s<strong>al</strong>udo y unaserie de explicaciones astronómicasrelacionadas con el espacio-tiempo.Lo más impactante del texto, queleo por primera y única vez, sonlas profecías mayas en especi<strong>al</strong> laprofecía del quinto sol.Al momento de preparar este reportesobre lo ocurrido en la ceremonia,solo puedo evocar el sentimientode que la profecía del quinto solme hizo sentir una gran esperanza143


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aen la renovación espiritu<strong>al</strong> del serhumano, que este quinto cosmostrae consigo la posibilidad grandede la armonía y de una concienciahumana compartida…Inició el fuego sagrado, la marimba,la vigilia, la magia y la reverencia aun mundo sagrado. Al ver el cielo,que estuvo despejado, prácticamenteen toda la vigilia, este se cerró denubes justo antes de encender elfuego, solo era posible divisar a laspléyades, <strong>al</strong> oeste del zenith, ¡loscuatrocientos muchachos!, exclamé.Tata Taquirá viéndolas, sonrió… Loque sucedió hasta el amanecer en lacelebración del año nuevo en MixcoViejo, pertenece a una vivencia de uncompartir sagrado por lo que no serádescrita aquí.Al momento de preparar este documentoel respeto, la energía positiva,la armonía, belleza, música, danza ylos mensajes del fuego (vi con mispropios ojos formarse llamas conla forma de la doble-elix, y otrasseñ<strong>al</strong>es inequívocas en relación a susimilitud con cosas y fenómenos quesuceden en el mundo).Al momento de preparar este documentoocurre el eclipse de luna, en3 Ajpu’, sábado, 3 de marzo 2007, ypuedo mencionar que la ceremoniapermitió un auténtico convivir.Por momentos cerraba mis ojos, ydejaba que el resto de los sentidossintieran (estaba desc<strong>al</strong>zo por unbuen período de la vigilia), en <strong>al</strong>gúnmomento <strong>al</strong> abrir los ojos y ver <strong>al</strong>os ancianos(as) princip<strong>al</strong>es trabajarel fuego sagrado, comprendí queel mundo maya nunca murió, estáaquí vivo y dispuesto a hablarle <strong>al</strong>mundo…Que los pueblos tengan paz, muchapaz y sean felices. Buena viday útil existencia… ¡Que amanezcay que llegue la aurora!5. Fundamentaciónepistemológicade mi yoguatem<strong>al</strong>teco(Popol Vuh)La ceremonia maya abrió, para mí,un punto de intersección entre mimundo y el de los mayas (como los“otros”). La ceremonia es un vérticede intersección entre yo y los mayas,como mayas, y mi “yo”, como yoconsciente. La ceremonia se da enel mundo en cuanto mundo y encuanto mundo vivido.144


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loUn mundo particular, que no sóloes específico y concreto, (la ciudadde Mixco Viejo, el consejo de ancianos,el fuego, las profecías reveladas,etc.). Un mundo que, además, poseela particularidad de ser el mismomundo de los demás yos que compartenconmigo; es un solo mundomúltiple, indivisible, enigmático,hermoso: “nuestro mundo”.Esta comunidad de yos, crea unhorizonte, una comunización acaeceen el entorno vit<strong>al</strong> de las culturasen interacción y auto-constitucióninexorable, sin esenci<strong>al</strong>ismos, endonde lo único puro es la ilusiónde una cosmovisión absolutamenteajena a la metafísica. La coexistencia,cosmovisión-metafísica creacontradicciones y también construyepuentes; <strong>al</strong>eja y acerca, dividey une.Lo maya y lo no-maya compartenun contacto encarnado en unespacio-tiempo en devenir. “Estáimplícito en la esencia de estaconstitución, que se eleva a partirde los puros-otros, el hecho quelos “otros” para mí no permanecenaislados; sino que por el contrario seconstituye una comunidad de yos,que me incluyen a mí mismo, comouna comunidad de yos que existenlos unos con y para los otros, y enúltima instancia una comunidad demonadas en cuanto comunidad que(en su intencion<strong>al</strong>idad comunizada)constituye el mundo uno e idéntico”,(G<strong>al</strong>lo, 1986).El reto, <strong>al</strong> parecer, consiste en escucharesta otra manera del ser en elmundo, esta manera afincada en lacosmogonía maya se abre y ofreceun mundo único, compartido, indivisibley sagrado.Y que esta concepción posible resultadeseable desde una perspectivaestrictamente metafísica.Osea que, la inconmensurabilidadparadigmática entre cosmovisión(maya) y metafísica (occident<strong>al</strong>) essuperada por el accionar “receptivo”,respetuoso y tolerante de individuoscuya proximidad permite lacirculación de las experiencias y elcontacto person<strong>al</strong> de los signos y delos mensajes de “otros”.Mi participación activa en la ceremoniamaya me permitió “conocer”mejor a los “otros” (maya) y esteconocerse mutuo en un espaciosagrado (simbólico y mítico) dependíamás de lo vivido que de lonombrado.145


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aHaciendo referencia <strong>al</strong> fundamentofundamentante de aquello quees absolutamente absoluto (comodiría Zubiri). Es posible superarla aparente inconmensurabilidada partir de la experiencia genuinamentecompartida y convivida, conaquellos (as) que consideramos los(as) otros (as).“La cultura asume de esta formaun v<strong>al</strong>or epistemológico que abre ycierra las posibilidades de interacciónen la participación <strong>al</strong> códigocomunitario”, (G<strong>al</strong>lo, 1986).Al ir relacionando los signos y símbolosritu<strong>al</strong>izados en la cere moniamaya se crea cultura, en donde“cultura es aquí dimensión del serconsiente, participación en la vidacomunitaria de los yos, plataformaintencion<strong>al</strong> de la comunicación”.Lo centr<strong>al</strong> en esta comunicación esque una conversación, unos versoscompartidos que constituyen unpuente vinculante entre cosmovisióny metafísica. Un puente demestizaje cultur<strong>al</strong>, de sincretismoparadigmático, de intimidad deyos. “Solo entonces se elabora lacultura como una expresión delibertad y de colaboración”, (G<strong>al</strong>lo,1986).Lo importante aquí no son lasdiferencias, ni siquiera las similitudes,sino el puente vinculante,la apertura de horizontes de autoconstituciónrespetuosa y novedosaen cuanto descubre nuevas formasde ser-en-el-mundo.“La trascendencia es trascendenciade consciencia, o sea a la vez descubrimientoy construcción, conquistay devenir de uno mismo. ¿Devenirhacia adónde? Hacia lo que significa.Lo que adquiere significación en elcontacto de la comunidad de yosy del marco circundante; la natur<strong>al</strong>eza,el paisaje, las energías de lavida, y las expresiones del espíritu”,(G<strong>al</strong>lo, 1986).“M<strong>al</strong>tyoox chaawe xaab’an utziilchwe”.BIBLIOGRAFÍA• Allport, Gordon W., The Natureof Prejuice. Doubleday, N.Y.1958 (54).• Cassirer, Ernest, Filosofía de lasFormas Simbólicas. F.C.E. México1972. 1979 (Vol. I y II).• G<strong>al</strong>lo, Antonio, El yo y la etnia,en Cultura de Guatem<strong>al</strong>a, AñoXII, Vol. I, <strong>En</strong>ero-Abril 1986:13-82.146


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EpílogoEl camino más largoOsw<strong>al</strong>do S<strong>al</strong>azar 1La vida humana, donde quiera que se desarrolle, tiene siempre múltiplesfacetas. Nosotros, angustiados por los rigores de la representación, tenemosla tendencia o manía de etiquetarla. Lo que nos negamos a reconocer esque el uso de las etiquetas es un ejercicio de la reducción, y que ésta es unproceso de sustitución de la re<strong>al</strong>idad vivida por su imagen anticipadamenteproyectada.Curiosamente, esta situación seaplica menos a los objetos delmundo natur<strong>al</strong> que a los del mundohumano. Al menos después deKant, el mundo occident<strong>al</strong> tiendea pensar que el conocimientoracion<strong>al</strong> de lo que es esenci<strong>al</strong> <strong>al</strong>ser humano es un conocimientoinfinitamente más confiable ycompleto que el de las formas deaparecer del mundo de los objetosnatur<strong>al</strong>es. Sin embargo, las cienciasilustradas parecieron conformarsecon el “para-sí” del mundo natur<strong>al</strong>,siempre y cuando el conocimientode la verdad entera estuvieradel lado de la autoreflexión, estoes, siempre y cuando el mundoexterior pudiese ser concebido yasimilado como una ilustración delo apercibido en las profundidadesdel “hecho mor<strong>al</strong>”. De esa maneraera posible seguir diciendo (conla Escolástica) que el mundo erabueno, no porque fuera creaciónde Dios, sino porque era humanoy, por supuesto, que el hombreera verdadero, no porque fuera laimagen del Creador, sino porque,en esencia, uno es el espejo del otroy eso permite hablar de su re<strong>al</strong>idaden términos metafísicos.1. Doctor en Filosofía. Escritor y catedrático universitario.149


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aCon estas convicciones en el bolsillo,el mundo occident<strong>al</strong> renovósu proyecto racion<strong>al</strong>, lo ilustró,y en lugar de excluir de sí lo queno puede ser explicado racion<strong>al</strong>mente,lo puso de lado a título depostulado. Así nació el proyectoilustrado, ambicioso como el quemás, un proyecto que no se limitaa la discusión metafísica de si hay ono una dimensión apriorística de laexperiencia humana, sino trató deabarcar esa experiencia en sus másdiversas manifestaciones. Esos sonlos años de la Revolución Francesay del advenimiento de Napoleón,de la di<strong>al</strong>éctica de la historia, delGeist hegeliano; pero son tambiénlos años de la crítica materi<strong>al</strong>istaa la gran filosofía romántica de lahistoria y de la reacción vit<strong>al</strong>istaque revisó el pensamiento desde lateología hasta la ética y la política,y desde Sócrates hasta el mismoHegel.Quedaba, por tanto, una cuentapendiente para la filosofía. Despuésde la caída del imperio napoleónico,de la expansión del imperiobritánico, de la ruina definitivade los últimos remanentes delabsolutismo y del surgimiento denuevas formas de lucha, así comoel nacimiento de nuevas nacionesen busca de identidad, el cansadooccidente debía enfrentar uno delos problemas centr<strong>al</strong>es de su ciencia:¿es posible para el pensamiento<strong>al</strong>canzar sus objetos? ¿Es posiblepara el sujeto <strong>al</strong>canzar su objeto sinproyectarse en él?Doctor en Filosofíay escritor¿Hasta qué punto es válido construiruna ciencia sin saber si loque vemos es t<strong>al</strong> y como aparece?Si la ciencia del mundo natur<strong>al</strong> esciencia de apariencias, ¿hasta quépunto es confiable? ¿Por qué elconocimiento más profundo tieneque limitarse a los contenidos de laautoreflexión? Si la ciencia natur<strong>al</strong>ilustrada no puede ser una cienciadel objeto en sí, ¿qué tipo de cienciaes en última instancia? ¿Qué nossepara tan radic<strong>al</strong>mente de los objetosnatur<strong>al</strong>es? ¿Qué nos ha llevadoa distinguir entre un exterior y uninterior? ¿<strong>En</strong> qué tipo de “re<strong>al</strong>idad”vivimos los humanos si estoes cierto? Al repasar una por unaestas agudas preguntas, recuerdoel monólogo desespera(nza)do delsoldado que narra la historia de TheRed Thin Line cuando se enfrenta aun campo sembrado de cadáveres:“¿Quién nos está haciendo esto?”150


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loDonde el “nos” no habla exclusivamentede los americanos. ¿Cómohemos llegado hasta aquí?, cabríapreguntar todavía hoy a la vista detanto evento trágico plenamentejustificado por <strong>al</strong>guna “política”que busca el bienestar y la pazperpetua.Pero si pensamos estos problemasen el horizonte de la historia dela fi losofía, es fácil recordar queestas eran precisamente las preguntasque angustiaban <strong>al</strong> Husserlrecién doctorado en matemáticas.Allí empezó una lucha contra esaseparación del mundo, contraese extrañamiento del objeto ennombre de la misma verdad de eseobjeto. Lucha que se convirtió enun apostolado intelectu<strong>al</strong> <strong>al</strong> sertestigo impotente ante la devastaciónque trajo consigo la PrimeraGuerra Mundi<strong>al</strong>. Durante lacruci<strong>al</strong> década de los años veinte,Husserl empieza a darse cuenta queesa búsqueda, que había permanecidoen los territorios de la lógicay la elucidación del conocimiento,tiene profundas y perdurablesconsecuencias en la esfera de laexperiencia del otro humano. Allínació la preocupación por unacrisis de las ciencias europeas, poruna recuperación del otro en elcampo de la verdad, en suma, poruna conversión, por un retorno <strong>al</strong>as cosas mismas.¿Por qué esta introducción a propósitodel pensamiento del <strong>Padre</strong>Antonio G<strong>al</strong>lo Armosino? Cuentael <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo que su decisión devenir a América, y específicamentea Guatem<strong>al</strong>a, se derivó de tomarconciencia de cuán necesitada estab<strong>al</strong>a población de nuestro país de sacerdotescatólicos. <strong>En</strong> aquellos años,<strong>al</strong> menos del continente americano,Guatem<strong>al</strong>a era de los países que menossacerdotes tenía por número dehabitantes. Eran los años previos <strong>al</strong>Concilio Vaticano II, a la revoluciónestudiantil de Mayo de 1968, a latransformación del pensamiento filosóficoen las nuevas tendencias quecerrarían el siglo. Al llegar, despuésde un breve paso por Colombia, el<strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo, lejos de encontrarse conuna re<strong>al</strong>idad distinta en todo a lavivida en Europa (y específicamenteen It<strong>al</strong>ia, esa It<strong>al</strong>ia del Piamonte, quees la suya), se encuentra con un paíslleno de similitudes a la vieja It<strong>al</strong>ia.Me refiero a la diferencia cultur<strong>al</strong>y a las múltiples facetas que esadiferencia muestra. Sus primerosintereses, todos lo sabemos, tienenque ver con los vestigios plásticos deuna cultura coloni<strong>al</strong> poco estudiada.151


Cultura de Guatem<strong>al</strong>aPero tan pronto como diez añosdespués, hacia inicios de la décadade los años 70, el <strong>Padre</strong> empiezaa preocuparse por una sociedadguatem<strong>al</strong>teca que lleva a cuestas nosólo una historia de segregación,sino también una re<strong>al</strong>idad presentede desconocimiento y violenciasubjetiva. Esos son también losaños en que empieza a desarrollarseen Inglaterra una nueva forma deacercarse a las relaciones soci<strong>al</strong>es,más acorde a la ciencia antropológicacontinent<strong>al</strong> más reciente, esdecir, más acorde a un análisis simbólicoy sistémico de las relacionessoci<strong>al</strong>es. Todo este esfuerzo, que lollevó a Inglaterra por aquellos años,culmina con la primera edición deIdentidad Nacion<strong>al</strong>.Ya estaba definida en este punto lacolumna vertebr<strong>al</strong> de la preocupaciónfi losófi ca que iba a orientarlas investigaciones del <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lodurante los siguientes treinta años.Sin embargo, a diferencia de otrosinvestigadores que se conformancon los resultados de una cienciasoci<strong>al</strong> y sus métodos particulares,el <strong>Padre</strong> siempre supo que, comoHusserl meditaba en nombre delmundo occident<strong>al</strong>, tenía que volvera la filosofía para encontrar en ellael único vehículo que podía llevarlo<strong>al</strong> encuentro no sólo con el en sí delobjeto natur<strong>al</strong>, sino sobre todo y enúltima instancia, <strong>al</strong> encuentro conel otro hombre.La década de los años 80 es el momentoen que el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo iniciauna seria revisión del pensamientofenomenológico. Si tomamos encuenta el momento de esta decisión,es fácil advertir que se tratade una reflexión post-existenci<strong>al</strong>ista.<strong>En</strong> este sentido, y a título dehipótesis de trabajo, podría aventurarseque, en re<strong>al</strong>idad, estamosante lo que podríamos llamar un“retorno a Husserl”, es decir, unarelectura del pensamiento del granfundador procurando no tomar eldesvío ontológico de Heideggerni, menos aún, el desvío existenci<strong>al</strong>istade Sartre y la filosofía de lainmediata post-guerra. Solitariamente,y con sus fines particulares,el <strong>Padre</strong> emprendió un proyectoparecido <strong>al</strong> del filósofo francésMaurice Merleau-Ponty quien, enel medio de las tormentas del existenci<strong>al</strong>ismo,el fin del coloni<strong>al</strong>ismofrancés y la militancia radic<strong>al</strong> dela izquierda intelectu<strong>al</strong>, recuperóaspectos casi desconocidos poraquellos años del pensamientohusserliano como, por ejemplo,el tema del cuerpo y el análisis152


Homenaje <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loconstitutivo que hoy podemosencontrar en la segunda parte delgran proyecto de Ideas.Ahora bien, el significado vit<strong>al</strong>, biográficode estos hechos es que, apropiarsede este proyecto, apropiarse delas preguntas por la posibilidad delobjeto en sí, es apropiarse de unacrisis. Guatem<strong>al</strong>a, podríamos decir,con toda su diversidad, su historiade violencia, sus divisiones aparentementeirreconciliables, detonóen la historia intelectu<strong>al</strong> del <strong>Padre</strong>G<strong>al</strong>lo, la apropiación de esa crisisdel espíritu ilustrado de la culturaoccident<strong>al</strong>. Los márgenes, podríadecirse con filósofos más contemporáneos,hablan de lo que habita einquieta <strong>al</strong> centro. La apropiaciónde esta crisis epistémica de occidentees, en un sentido gener<strong>al</strong>, la tomade conciencia del m<strong>al</strong>estar en lacultura. Estoy hablando, en primerainstancia, del enfrentamiento entreel mundo indígena y el ladino, y ensegunda, del enfrentamiento entrelos mundos indígenas y ladinos, asíen plur<strong>al</strong>.Este interés llevó <strong>al</strong> <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loa replicar, de <strong>al</strong>guna manera, elitinerario intelectu<strong>al</strong> del mismoHusserl. Si en el filósofo <strong>al</strong>emánpodemos distinguir dos etapas: l<strong>al</strong>ógico-lingüística y la que gira entorno a los problemas del otro y elmundo-de-la-vida, en el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>loencontramos su Ver de Verbo y suVer de Verdad, seguido del Hombre,mi hermano y el Manu<strong>al</strong> de Hermenéutica.Si hemos de destacar el v<strong>al</strong>orde este aporte, hay que destacar,básicamente, dos cosas.<strong>En</strong> primer lugar, se trata de un análisisque no abandona, en ningúnmomento, la preocupación didáctica.El trabajo del <strong>Padre</strong> no cae enla tentación (¿o el laberinto?) deldebate académico especi<strong>al</strong>izado. Sininterlocutores que pudieran tomarestas investigaciones en el plano dela discusión y la creatividad intelectu<strong>al</strong>,el <strong>Padre</strong> orientó su “retorno aHusserl”, primero, en la direcciónde la formación de futuros investigadoresy, segundo, en el llevar estosprofundos y técnicos problemas dela lógica y la epistemología del diálogohumano a un plano en el quepudieran ser discutidos sin necesidadde adentrarse en la formaciónnecesaria para apreciarlos en todasu dimensión histórica.<strong>En</strong> segundo lugar, estamos hablandode lo que, en sentido estricto,significa sentar las bases filosóficasdel análisis de las relaciones inter-153


Cultura de Guatem<strong>al</strong>asubjetivas e intergrup<strong>al</strong>es. Es poreso que, como dice el título de estepequeño acercamiento a una vidaintelectu<strong>al</strong>, el camino del filósofoes, ciertamente, el camino máslargo. De la ciencia soci<strong>al</strong> empírica,<strong>al</strong> estudio de la antropologíacultur<strong>al</strong>, del retorno a la filosofíafenomenológica a la formulación deun manu<strong>al</strong> de lectura hermenéuticade textos y culturas, ése es el caminorecorrido por el <strong>Padre</strong> G<strong>al</strong>lo. De lamano de Paul Ricoeur, una menteerudita y sabia, muy cercana entodo sentido a la del <strong>Padre</strong> MaestroAntonio G<strong>al</strong>lo, podemos decir queel camino de la filosofía es el caminode la vida, el más largo pero, <strong>al</strong>mismo tiempo, el más fecundo yperdurable.154


Este documento fue impreso en los t<strong>al</strong>leresgráficos de Serviprensa, S.A. en el mes deagosto de 2007. La edición consta de 1,000ejemplares en papel bond 80 gramos.155

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