Venezuela<strong>El</strong> Diario del PersonalSemana en GuasdualitoLunes:Después de haber pasado el fin desemana en la comunidad de Palmarito,donde hemos trabajado en la organizaciónde un curso de tejido con mujeresrefugiadas y venezolanas, el lunes lo reservamospara actividades en el cascourbano de Guasdualito, donde elACNUR tiene una pequeña oficinade campo. <strong>El</strong> trabajo de protección yacompañamiento en el extenso estadoApure (nuestra área de responsabilidadincluye más de 700 Km. de extensiónfronteriza con Colombia) se hace en lascomunidades rurales, ubicadas a horasde distancia, a través de las pocas carreterasque cubren la región, u horasen canoas por los ríos Arauca, Apure,Sarare, entre otros ríos que componenel lindo paisaje de Los Llanos. Estelunes por la mañana mantenemos conValentina, nuestra colega responsablede protección, una reunión con laoficina local de la Secretaria Técnicapara los Refugiados, ya que tenemosel plan de traer algunos solicitantesa Guasdualito que están viviendo encomunidades lejanas, de difícil acceso.Necesitamos tener el apoyo y aprobaciónde la instancia del gobierno. Sineso no podremos pasar por los retenes,o alcabalas, que se encuentran esparcidaspor toda la región fronteriza y queejercen un fuerte control militar en elárea. La reunión fue positiva, tenemosel apoyo de la oficina local para los refugiadosy la entrega de documentacióna algunas familias vulnerables será posibleesta semana.Martes:Hoy tenemos una misión a la comunidadde Santa Paula, donde el ACNURquiere apoyar el fortalecimiento de laescuela, con el apoyo de los miembrosde la comunidad. Familias colombianasrefugiadas y venezolanas han dedicadosu tiempo para participar en reunionescomunitarias y discusiones sobre lasnecesidades de la escuela local, la cualha abierto sus puertas a niños y niñasque han llegado desde Colombia buscandotranquilidad y una oportunidadde reiniciar sus vidas. La comunidadrecibe de manera cariñosa a los colegas:Javier, encargado de programas,y a Darío, nuestro apoyo permanenteen el terreno; hacen buen uso de latradición hospitalaria de los llanos venezolanos;viven en la ribera de uno delos ríos fronterizos más importantes dela región. Es interesante ver cómo losríos crean un estilo de vida particular enestas comunidades. <strong>El</strong> río es el mediode transporte, la protección, la fuentede casi todo lo que se vende y se consumeen la comunidad. Sin el río nopodrían estar allá, no tendrían acceso anada, incluso a derechos o a la mismaprotección internacional como refugiadosy refugiadas. Es a través del río quelas familias venezolanas y colombianas,quienes comparten sus vidas en frontera,pueden acceder a educación, salud,documentación, entre otros. La comunidadnos ha presentado un plan delas necesidades de la escuela. <strong>El</strong> planfue el resultado de muchas reuniones yconversaciones con los miembros de lacomunidad, sus líderes, madres, padrese incluso niños, que también exigen lainclusión de un columpio; tienen derechoa jugar. Con este plan, podremospreparar un proyecto en el marco delPrograma de Apoyo Comunitario y deIntegración (PACI) que ACNUR llevaadelante en la frontera. Regresamos a laoficina, incorporamos el plan comunitarioy tratamos de finalizar este proyecto.Miércoles:Misión al otro extremo de la frontera.Una vez más el compañero de misión:el río! Ahora el viaje lo hacemos todopor canoa. Son 5 horas en canoapara llegar a <strong>El</strong> Mangal, en las orillasdel río que delimita las fronteras entreVenezuela y Colombia. Allá hemosrealizado ya varios proyectos de apoyocomunitario, incluso el apoyo para quela escuela local tenga su propia canoade transporte escolar. La canoa estáfuncionando, los padres y madres, venezolanosy colombianos, aportan parael combustible, la Alcaldía local apoyaen el mantenimiento y el profesor de laescuela es el “capitán” de esta canoaque transporta el futuro de la fronterade un lado al otro del río; recoge losniños y niñas para la escuela y los llevade regreso a sus casa, distribuidasen las orillas del río. Al llegar pudimosobservar que el transporte sigue funcionando.Muchos niños y niñas yano necesitan caminar dos ó tres horaspara llegar a la escuela, ya que con lacanoa lo hacen de manera segura yeficiente, ganan tiempo para estar consus familias, hacer las tareas de casa,jugar con los amigos y pescar algúncoporo, bocachico, cachama o bagre,peces abundantes en el río. Debido a ladistancia, dormimos en la comunidad.Llevamos nuestras hamacas, o “chinchorros”,en su cómoda y liviana versiónllanera. Pedimos permiso al profesor dela escuela, quien gentilmente nos cedeun espacio cubierto (las lluvias anuncianel invierno mojado que está por llegar),extendemos nuestros “chinchorros” ynos preparamos para un anochecerde planificación, consultas y charlascon las familias refugiadas en la zona.26 refView EL DIARIO DEL PERSONAL
Comparten sus planes, sus deseos defortalecer la capacidad comunitaria dedesarrollo, a su manera, a su estilo. Esparte del trabajo adecuar lo que llamamosprotección internacional o desarrolloa cada realidad comunitaria en lafrontera.En el trabajo con comunidadesen el Alto Apure hemos aprendidoa escuchar, a entender las necesidadescompartidas entre familias venezolanasy colombianas refugiadas. Entendiendolas necesidades y principalmente acompañandoel día a día de las comunidadesy de los refugiados y refugiadas queahí son acogidos(as), hemos podidofortalecer las capacidades de las comunidadesy de sus miembros, y sonellos(as) mismos(as) quienes encuentranlas respuestas, a su manera, a suestilo. Los proyectos, por lo tanto, sonpreparados en consulta, los planes soncompartidos, así como los logros, quepertenecen siempre a cada miembro dela comunidad, sea éste nacido en unou otro lado del río. Nos vamos a dormirtarde, después de una larga conversacióncon Darío, Javier y líderes y miembrosde las familias refugiadas.Jueves:Nos despertamos temprano, la canoaque nos lleva de regreso sale a las06:00 horas. Poco antes estamos conlos morrales, o mochilas, en las orillasdel río para poder tomar la canoa.Llegamos a la oficina alrededor de las11:30 horas. Las noticias son buenas,Valentina nos informa que las familiasque esperaban sus documentos los hanrecibido el día anterior, todo salió bien yya han regresado a sus comunidades,con los documentos! Tenemos quehacer el informe de misión, Darío meayuda con la información recogida enACNUR/PisaniEn las afuera de Guasdualito (Estado de Apure), José Francisco Sieber visita a una madrerefugiada colombiana con sus tres hijos. La madre es beneficiaria de un microcréditootorgado por el ACNUR, a través del cual ha podido instalar un negocio en su propiacasa para generar ingresos.las comunidades. Este mismo día hemosregistrado nuevas familias, vienende veredas en Colombia y nos relatanque posiblemente otras familias siguenen camino. Las historias son de guerra,violencia y persecución. Vivían dondeparecía ser prohibido vivir, los casos delos solicitantes de asilo en Colombiason así, muchas veces huyen simplementeporque vivían en la vereda “equivocada”,o mejor, amenazada. Los(as)recibimos con un “tintico” y tiempopara escuchar sus experiencias y comolas han sobrevivido y logrado llegar hastanuestra oficina.Viernes:Empezamos el día con una reunión conManelly, nuestra especialista en prevenciónde conflictos y parte del equipo enel Alto Apure venezolano. Estamos organizandoalgunas actividades con lascontrapartes locales; son cursos de derechoshumanos, formación de líderescomunitarios, talleres de capacitaciónlaboral, reuniones comunitarias, entreotros temas. Las actividades principalesinvolucran a las mujeres en las comunidadesreceptoras. También tenemospor la tarde una reunión de personal.Intentamos hacerlo una vez por semana,pero muchas veces es difícil. Estasemana lo hicimos: discutimos los proyectos,las prioridades y el plan de lapróxima semana. También finalizamosel proyecto para apoyar a la escuela deSanta Paula. ¡Listo! <strong>El</strong> proyecto ya podráser compartido con los colegas enla capital y la sede.Por José Sieber en Venezuela.EL DIARIO DEL PERSONAL REFVIEW 27