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PRIMERAS JORNADAS DE HISTORIA REGIONAL ... - FEE

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La actual provincia de Entre Ríos no tuvo entidad propia hasta la segunda década del Siglo XIX. Desde el RíoGualeguay (que la divide de Norte a Sur) hasta el Río Paraná pertenecía a la jurisdicción de Santa Fe; desde elGualeguay hasta el Uruguay, a Buenos Aires. Desde septiembre de 1810, su autoridad, una comandancia, quedódependiendo del Teniente de Gobernador de Santa Fe. En el último cuarto de siglo, D.Tomás de Rocamora, AyudanteMayor del Regimiento de Dragones había hecho por encargo del Virrey Vértiz un padrón de familias de los 5 partidos:Gualeguay Grande, Gualeguaychú, Arroyo de la China, Paraná (Villa formada sobre el curato de la Bajada, viejoasentamiento de puestos ganaderos de los vecinos santafesinos) y Nogoyá. Tanto el establecimiento de poblacionessobre estos núcleos poblados como la creación de cargos de comisionados de justicia de Paraná y Nogoyá, (conindependencia de los jueces de la ciudad de Santa Fe), más las autoridades Alcalde, Regidores, escribano yComandante de Milicias en Gualeguay eran medidas que respondían a un plan estratégico-militar. Uno de los motivosque justifica la fundación de los pueblos es "organizar convenientemente la milicia". (10)Se tendía a tener control de un espacio visto como un "asilo de forajidos que se emboscaban y abrigaban acontrabandistas". Los traslados de pobladores a las nuevas fundaciones (hecho similar al verificado en Santa Fe) noeran siempre aceptados: muchos pobladores regresaban a sus lugares de origen en la campaña. Dadas estas necesidadesde control, desde 1810, en los Partidos de Entre Ríos, los comandantes tenían poder y autoridad equivalente a los de losTenientes de gobernadores.La Banda Oriental, Entre Ríos y Corrientes formaban una de las Provincias Unidas con la denominaciónProvincia Oriental del Río de la Plata regida por un Gobernador Intendente. Hasta que por decreto de 1814 del DirectorSupremo Posadas, se formó laProvincia de Entre Ríos teniendo por límite Norte el Río Corrientes en confluencia con el Uruguay, los RíosUruguay y Paraná, y por Capital de la Provincia, la Villa de Concepción del Uruguay. El 26 de Agosto de 1826,lasvillas Bajada del Paraná y Uruguay fueron elevadas al rango de ciudades.Por lo anterior, mientras que Santa Fe estuvo desde más largo tiempo poblada en núcleos con control desde elCabildo de la ciudad o bien por curatos o alcaldes de la Hermandad y Comisionados de Armas, Entre Ríos careció defundaciones hasta el Siglo XVIII, y el poblamiento dependió en su institucionalización desde Santa Fe y Buenos Aires.A pesar de esto, Entre Ríos se yergue como entidad autónoma en 1814 (aunque es difícil reconocer un poderhegemónico), y recién en 1816 lo hace Santa Fe, donde es manifiesto el predominio de la ciudad del mismo nombresobre Rosario y Coronda.Como la milicia está distribuida en los territorios adyacentes a los núcleos urbanos,la autoridad ejecutiva,gobernador-comandante debe recorrer permanentemente su jurisdicción.Este comportamiento es común a Santa Fe yEntre Ríos: el gobernador delega el cargo varias veces por año de gestión para "visitar la campaña". (11)Familia, milicia y política provincial y supraprovincialAsí como durante la colonia las élites locales hacían alarde para conformar las milicias, las jefaturas milicianasdel Siglo XIX también están identificadas con las familias beneméritas o confederadas de las élites rioplatenses. Laasociación de intereses se hace también visible en las delegaciones del mando cuando los comandantes van a campañay cuando cada gobernador elige su secretario o encargado de gobierno en lo civil. Una de las primeras figuras en SantaFe en la primera mitad del Siglo XIX es Don Francisco Antonio Aldao, comandante de los Blandengues cuando seprestó apoyo a Belgrano. Era hijo de D.Juan Francisco Aldao, con Mayorazgo en España y de Leonor Candioti, defamilia emparentada con los Zeballos y Larramendi. Don Luis Aldao será luego delegado de López en 1818. La familiaEchagüe, de origen navarro, emparentada entre otras con las familias Lacoizqueta, Lassaga, Maciel, Diez de Andino,extiende su poder económico a Entre Ríos, razón por la cual Don Pascual Echagüe aparece en Santa Fe con funcionesde apoyo a López en la primera década de su gobierno, y luego en aquella provincia como gobernador entre 1832 y1841. (12) Esta actuación política es demostrativa de la relevancia de Santa Fe por sobre la de Entre Ríos.Aunque las familias conforman redes, suele haber diferencias que se evidencian en enfrentamientos que tambiénse dirimen con fuerza armada. Uno de los motivos que marcan sus rivalidades es la relación política entre Santa Fe yBuenos Aires. Esta relación no siempre es de enemistad, pero tampoco es homogénea. La oposición de las familias


santafesinas a los gobernadores designados por Bs.As. mereció del Gobernador Pereyra el comentario "No se puedegobernar una ciudad donde son todos parientes!".Entre 1810 y 1815, seis gobernadores de Buenos Aires fueron resistidos. El último, Eustaquio Díaz Vélez fuedestituido por una insurrección apoyada por tropas de Artigas. Una designación provisoria por el Cabildo al vecinoFrancisco Antonio Candioti fue seguida más tarde de una elección por el pueblo congregado frente al Cabildo. Estaactitud marca la defensa de la autonomía, simbolizada en la bandera de la libertad (tres bandas cruzadas por una bandaroja). Como no había una posición homogénea, pronto se verían Como no había una posición homogenea, pronto severían las disidencias en la elección de Don Francisco Antonio Tarragona: éste quitó la bandera santafecina, levantó lanacional y depuso al cabildo y a la gestión de Candioti. La reacción con uso de la milicia no se hizo esperar. Viamonte,quien con tropas del Directorio estaba en Santa Fe, nombró a López Teniente de una compañía de Dragones, parahacerse cargo de la lucha contra los indios. Esperando el momento adecuado y armando milicias en Coronda, Añapiré yRincón, Vera derrotó a Viamonte con participación de Estanislao López, quien fue luego designado como Comandantede armas de la provincia. Después de estas acciones, el nombre de Blandengues fue sustituido por el de Dragones de laIndependencia. Tarragona y su grupo (más proclives al gobierno central) fugaron a Paraná. Es llamativo que cuandohay disidentes en Entre Ríos huyen hacia Santa Fe y los de Santa Fe a Entre Ríos.La autoridad de Buenos Aires utilizaba estas diferencias. El Director Alvarez Thomas, quien hizo amistadesdurante su estadía en Santa Fe logró establecer un acuerdo con el Cabildo para separarse de Artigas a cambio de tropa,la independencia de la provincia y protección contra los indios.El interés local es el que suele predominar por sobre el conciliador con Buenos Aires y aún con Artigas. En 1816D.Mariano Vera puso condiciones a los comisionados de Buenos Aires pero también a Artigas. D. Ramón ToribioFernández, enviado por Artigas, lo tomó preso y convocó luego al pueblo a elegir gobernador, pero éste pidió el retornode Vera. Los testimonios indican que fue recibido por la mayoría de la población de uno y otro sexo, llevado a la plazay aclamado. (13) Estas prácticas se reiteraron en Santa Fe (como veremos luego con López), en las que participabagente de la campaña. Estanislao López era para Zinny un jefe de bandoleros a quien acompañaban los soldadosblandengues y "otra gente". La utilización de milicia para mostrar fuerza a Buenos Aires queda demostrada ennumerosas ocasiones. Por ejemplo, a partir de Cepeda, López guarda relaciones positivas con el gobierno de la "felizexperiencia" con quien combina medidas para combatir a Ramírez "El Supremo".La posición geográfica de Entre Ríos, era más importante que la de Santa Fe respecto al peligro de ataque de laflota de España primero, y del acceso de Artigas más tarde. Producida la revolución, era clave el control del territorioentrerriano para impedir que las fuerzas españolas de la Banda Oriental atacaran por el este. El Comandante José deUrquiza (del Partido de Concepción del Uruguay desde 1804 y bajo la dependencia de la tenencia de gobierno Santa Fepor orden de la Junta de Bs. As. desde 1810) había adoptado las medidas de recoger armas y desertores impidiendocorrespondencia entre Paraguay y Montevideo. Sin embargo, no era fácil reclutar tropas. Cuando en 1814 el TenienteCoronel José Melián comisionado por el director Posadas para hacerse cargo de la Comandacia Gral. de las milicias dela E R con la orden de formar allí cuatro regimientos, el Gdor. Pico le informó de la imposibilidad por el estado deinsubordinación en que se encontraban los paisanos sostenidos por las montoneras del Gral. Artigas. Además, éstecontaba con apoyos locales, entre ellos el del coronel José Eusebio Hereñu. Este quedó en posesión de Paraná bajo elprotectorado de Artigas declarándose independiente hasta diciembre de 1817 en que se sublevó contra el protectorsometiéndose al Director.Desde 1818 gobernó Entre Ríos el General Francisco Ramírez, Supremo Entrerriano hasta julio de 1821. Ramírezno era general: su generalato debe su origen a un principio popular, pues desde el primer jefe que tuvo la provinciatodos eran apellidados generales. Las denominaciones de "gobernador" o "general" fueron sinónimos (igual sucediócon López Jordán y Lucio Mansilla) hasta la Constitución Nacional. En Santa Fe, una trayectoria más especializada enel desempeño militar con ascensos de carrera, es el caso de López) quien contaba con intervenciones desde niño al ladode su padre, el Capitán Juan Manuel Roldán.La milicia es un instrumento utilizado tanto por los caudillos locales como por las autoridades porteñas. El GralLucio Mansilla, porteño, comandante de un regimiento de infanteria con 700 hombres, se sublevó contra Dr. LópezJordán, reasumiendo el mando político y militar del Dpto. del Paraná y Provisorio de Entre Ríos hasta que fue electo enpropiedad. Habiéndose instalado en la ciudad de Paraná el primer Congreso Provincial de Entre Ríos, fue nombrarloGdor. propietario por dos años. Dictó y sancionó la primera Constitución en 1822, la primera de las demás provincias.


Consecuente representante del gobierno central, dispuso que no se enarbolase en la provincia otro pabellón que elnacional, aboliendo el provincial, insignia de caudillos particulares. Declaro que el sello de la provincia sería un escudocon la inscripción "Unión Libertad y Fuerza".Mientras que en Santa Fe, las autoridades residen siempre en la ciudad en Entre Ríos las autoridades seidentifican con uno u otro lugar. En efecto, la lucha miliciana y el respectivo triunfo de cada tropa lleva a diferentesjefes al poder. Cada lugar tiene un número de familias desde las que surgen sucesivos jefes. En 1826 gobierna el Tte.Cnel. Vicente Zapata de Nogoyá; en 1827 el Gral. Ricardo López Jordán, de Arroyo de la China, (quien actúa comodelegado de Zapata). En 1827 se sucedieron varios gobernadores por movimientos revolucionarios de unos contraotros.La significación social de la milicia se evidencia también en las medidas de tipo legislativo. En 1832 Gral. Dr.Pascual Echagüe (santafesino) fue nombrado gobernador de Entre Ríos con el título "restaurador del sosiego público".Por esta razón es sugestiva la creación del empleo de Juez o Jefe de Policía para las ciudades del Paraná y Uruguay.Reelecto en 1837 por otros 4 años cuyo período llegó a terminar, le sucedió el Gral. Urquiza. En 1836 su delegado elCnel. Evaristo Carriego promulgó la reforma del estatuto provincial en la parte relativa a la organización de lostribunales de justicia, suprimiéndose las comandancias generales de departamentos y conservando solamente un Cmte.Gral. en la frontera del Uruguay cuyo nombramiento había de hacerse por el gobierno (en vez de serlo por el Congresocomo antes).El parentesco entre quienes ejercen las jefaturas de las milicias se muestra reiteradamente. Al terminar Echagüesu gobierno (1832-1841) la sala de representantes de Entre Ríos confirió a su hijo mayor Don Leónidas, el empleo deCapitán de Artillería. Justo José de Urquiza, hijo de José y gobernante después de Echagüe, también tiene a su hermanoD. Cipriano J. de Urquiza en una jefatura política en 1840 en la Ciudad del Uruguay. Igual sucedió en Santa Fe conEstanislao López y Juan Pablo López.Con posterioridad a Cepeda y en buenas relaciones con el gobierno de Martín Rodríguez, por encargo de éste, elgobernador de Santa Fe Estanislao López emprende su campaña contra los indios ranqueles, a quienes vence. Asícomienza a manifestarse la capacidad de López de operar supraprovincialmente y en consecuencia de ser respetado enBuenos Aires.La convocatoria al Congreso de 1824 es respondida con la designación como representantes a Don JoséAmenábar por Santa Fe y a Lucio Mansilla y Evaristo Carriego por Entre Ríos. (14) La guerra con Brasil pone a Lópeznuevamente como Jefe en 1828 por encargo del gobierno Nacional (Dorrego) de las tropas nacionales que se hallabanen los pueblos de Misiones. Las delegaciones de mando de López comienzan a desdoblar las funciones: Larrechea en locivil y su hermano J.P. López en lo militar.La oposición a la liga unitaria en la figura del Gral. José María Paz hace que a su regreso, López fuera recibidopor las autoridades civiles, militares y eclesiásticas y por la población. Su recorrido por las calles de la ciudad bajo unalluvia de flores, repique de campanas, tronar de cañón se continúe luego por bailes, diversiones, Tedeum, y por lasdesignaciones de "Libertador", "Angel tutelar de la patria", "Salvador de la república". Las milicias unificadas en tornoa López retornan a la lucha contra el indio: en 1833 contra los del Chaco primero y contra los del desierto con Rosasdespués.Los aliados de López están en funciones institucionales. En la Comisión representativa en 1832, D. DomingoCullen Presidente por Santa Fe, D. José Elías Galisteo (santafesino) por Entre Ríos, D. Manuel Leiva por Corrientes, D.Manuel Corvalán por Mendoza, D. Urbano de Iriondo por Tucumán. En 1833, D. Domingo Cullen de origen ingléspero natural de Lanzarote, canario, será en adelante ministro secretario de confianza de López.La autoridad de López como jefe militar crece al punto que marcha nuevamente a luchar contra los indios delChaco. Dispone de 1500 hombres a los que se unen tropas de Córdoba y San Luis. En 1835 Cullen comienza areemplazarlo por razones de salud, enfermo de tisis pulmonar.El bloqueo francés en l838 pone al Interior como cautivo de la política rosista y marca el comienzo de unafractura en la relación Estanislao López- Juan Manuel de Rosas. Cullen comisionado por López con credenciales (si


Urquiza no estaba de acuerdo con la política de Rosas desde la pasada de la Escuadra Anglo Francesa con elconvoy después del Combate de Obligado. Una correspondencia entre Urquiza y Rosas pone de manifiesto ladesinteligencia entre el primero y Echagüe, por quien era vigilado.Luego de firmar un convenio entre Brasil, la República Oriental del Uruguay y Entre Ríos para una alianzaofensiva y defensiva, Urquiza tomó una serie de medidas políticas y de gran fuerza simbólica: mandó erigir unacolumna en honor a San Martín en el centro de la Plaza principal en la Capital de Provincia, erigió en ciudades a todaslas villas de la provincia y en villas a todos los pueblos; luego, en el Campo de Caseros Urquiza venció Rosas.Las milicias en la segunda mitad del Siglo XIXEn la segunda mitad del siglo XIX la evolución de la institución miliciana adquiere una definición considerableen directa relación con el proceso de concentración de la autoridad nacional. La realidad de la situación del PresidenteUrquiza no era un fiel reflejo del diseño presidencial contenido en la Constitución de 1853 que prescribió una altaconcentración de su autoridad. Sin embargo en 1880, el roquismo había resuelto esta adecuación. Este proceso fuecubierto en buena parte por el papel que las milicias provinciales tuvieron en su consolidación, especialmente las de lasprovincias de Santa Fe y Entre Ríos. (16)Con el nombre de Guardia Nacional de las Provincias las milicias comenzaron un ordenamiento institucionaldesde 1854 en el ámbito de la Confederación y obligaron a prestar servicio a todo ciudadano varón entre 17 y 60 añosen los cuerpos provinciales. La Constitución autorizó en 1860 al Congreso Nacional para reunir las miliciasprovinciales o parte de ellas cuando fuera necesario para ejecutar la ley, o contener insurrecciones o repeler invasionesquedando a su cargo la organización, el armamento y su disciplina. Las provincias no podían levantar ejércitos por sí,salvo en el caso de invasión y dando cuenta inmediata al Gobierno Nacional, quien debía contar a su vez con laaprobación del Congreso.En la práctica, las provincias organizaron sus cuerpos y designaron sus jefaturas y movilizaron con o sin permisodel Congreso, y con una eficiencia tan probada que no sólo les permitió a los gobiernos que las movilizaron suafirmación local, sino que contribuyeron de manera importante a la afirmación del autonomismo en el orden nacional(1868-1880) y en el mantenimiento del roquismo (1880-1912) aún cuando fueran institucionalmente suprimidas.Estas milicias no sólo cumplieron funciones militares, sino que se convirtieron en un elemento decisivo en elreclutamiento electoral y también en el regulador de esta vía en la vida política de las provincias. Sus procedimientos,condenados en esa época por la legislación vigente, fueron la garantía de elecciones favorables para los gobiernoslocales y nacionales y un motivo importante para provocar la muy escasa participación electoral que osciló entre un10% y 20% de los votantes posibles durante toda la época, de la cual estaban marginados los extranjeros.La militarización de los procesos electorales fue el motivo principal que obligó a la oposición a optar por elcamino revolucionario desde 1870. En ambas provincias las deficientes conducciones que no pudieron coordinartrabajos revolucionarios sólo contribuyen a robustecer los gobiernos que combatían. Estos fracasos fueronespecialmente importantes en los casos de intento de soborno a militares con mando de tropa.La muy larga disputa sobre la organización del Ejército de Línea a partir de la Guardia Nacional de las provinciastuvo momentos importantes en las crisis de 1879-80, 1884 y definitivamente frente al conflicto con Chile en 1898-1901; el roquismo suprimió las milicias en 1880 pero no impidió que se siguieran utilizando para controlar elecciones,precisamente un instrumento central para consolidarlo. Esta disputa se cierra concluyentemente cuando el mismorégimen organiza el sistema militar obligatorio (1901) y se aprueba la Ley Sáenz Peña que implanta el voto secreto yobligatorio. El uso del padrón militar, la custodia del comicio por el Ejército Nacional, y la intervención del Ministeriodel Interior acabaron con su participación en la política provincial. (17)La institucionalizaciónEl crecimiento material, objetivo manifiesto del texto constitucional es un dato desparejo en las dos provinciaslitorales a mediados del S. XIX. Desde 1846, y luego de años de guerra en su propio territorio, Urquiza inicia


eparaciones materiales sobre un territorio asolado por años. Benjamín Virasoro en Corrientes le asegura tranquilidaden el norte. En Entre Ríos, las Estancias del Estado le permiten recuperar ganado y yeguarizos para consumo, saladerosy provisión del ejército miliciano y gasto público. En 1850, las cuentas de estas empresas daban 13.000, 2.500 lanares y500 yeguarizos.También en 1848 hizo aprobar un reglamento del trabajo de los jornaleros, creador de una papeleta de conchavoen la constaba el comportamiento del peón-miliciano. En estos años son frecuentes las expresiones acerca de lavelocidad con que se reúnen hombres en cantidades importantes para la milicia (15.000 en seis días). Esto parece estarvinculado con el modo de instalar las Comandancias en las cabezas de cada Departamento ( Victoria, Gualeguay,Gualeguaychú y Concepción del Uruguay). Estas Comandancias suelen tener intereses ganaderos en la región y elmanejo de las papeletas de conchavo, circunstancia que determina el control sobre el miliciano.Las "habitudes de cada localidad" previstas en la ley de 1854, determinaron que la infantería ( artesanos,comerciantes y empleados urbanos) fuera reclutada en las ciudades y la caballería en el campo. El patrón miliciano esun "fusilero a caballo", pero en estos años todavía era un "lancero a caballo". Esta fuerza tuvo una participacióndefinitiva en la definición de su espacio físico (la provincia de Entre Ríos) y en el control de sus vecinos (Corrientes yla Banda Oriental).El 1° de mayo de 1851 y en Concepción del Uruguay, Urquiza se pronunció contra Rosas frente a susComandancias, el Gobernador Virasoro y sus Comandantes de Corrientes. El Ejército Grande, en rigor se formó sobrela base del de Operaciones en la Banda Oriental y la reserva de Paraná, la convocatoria de la milicia provincial y susjefaturas; la estimación fue de 28.000 hombres, 50.000 caballos, 345 piezas de artillería, naves y tripulación. Estosnúmeros incluían milicias correntinas y de la provincia de Santa Fe. (18)En 1869 Santa Fe tiene menos de 90.000 habitantes, dos ciudades de menor importancia, un proceso colonizadorque no muestra sus rasgos futuros, ni educación, ni caminos, ni servicios fluviales importantes, ni ferrocarriles, y unasituación de su política interna y nacional muy fragmentada. Tributaria del federalismo urquicista desde Caseros, unaincipiente corriente opositora se definió a lo largo de los años 60 estallando contra esta última una revolución instigadapor Urquiza que proyecta un nuevo líder provincial. Simón de Iriondo dirigirá la política de Santa Fe hasta 1883,definiendo un amplio apoyo a los gobiernos nacionales de Sarmiento, Avellaneda y Roca y su corriente política -mediante sucesivas alianzas- a la evolución del régimen hasta 1910. Aún cuando parte de la familia termina dirigiendoel radicalismo temprano, originó una tradición política en la provincia que tributó al roquismo a lo largo del siglo. (19)Santa Fe inicia más tempranamente el proceso de institucionalización de sus fuerzas, aún cuando -comparativamente con Entre Ríos- su crecimiento material es posterior. En 1868 y ante la amenaza de una intervencióndesde la Presidencia de Sarmiento, el Ministro de Gobierno provincial, Simón de Iriondo organizó la InspecciónGeneral de Armas. La estructura dio empleo a militares urquicistas sin empleo en la provincia. Pascual Rosas, exgobernador y refugiado político en Entre Ríos, ocupó la Jefatura Política de Rosario. El Comandante PatricioRodríguez, otro urquicista que con anterioridad había servido a la oposición oroñista de la provincia, se hizo cargo de laComandancia del Departamento Rosario, y al sur de este último se organizó la División Goytea hasta el límite de VillaConstitución. Hacia el norte se creó la Jefatura Política de San José y la División Norte (capital y San José) y se pusobajo órdenes de Silvestre Hernández, miembro de una familia de militares de mucho prestigio en las dos provincias. Ladivisión del Centro estuvo a cargo de otro leal, el Coronel José Rodríguez y el Oeste estuvo protegido por una unidadde Lanceros indios al mando del Cacique Denis, instalado en el Sauce desde niño.Esta organización demostró un alto grado de flexibilidad que cumplió funciones en la frontera, en la puja políticaprovincial y en distintas instancias de la política nacional que debieron decidirse en la geografía de la provincia o fuerade ella.Después de los sucesos de junio de 1880 y de la elección de Julio A. Roca como Presidente de la República, lasmilicias fueron suprimidas como primer paso para la reorganización del Ejército Nacional. Sin embargo, yparadójicamente, las milicias provinciales siguieron organizadas como tales y se convirtieron en un principal engranajedel sistema político, especialmente en lo que se refiere al acceso a los cargos y la transferencia del poder. Losgobernadores no renunciaron a su convocatoria para controlar las elecciones y a sus oposiciones provinciales,garantizando la continuidad de la influencia del roquismo en las provincias y en la Presidencia de la República. (20)


Milicias, control social y poder político (21)Desde 1860 las milicias debían movilizarse mediante el Congreso estando a su cuidado la organización, suarmamento y disciplina. Las Provincias no podían levantar ejércitos por sí mismas. Por otra parte existía legislaciónprovincial que impedía su movilización por motivos electorales. La doble dependencia del Gobierno Nacional yProvincial de estas milicias y las necesidades de constitución del poder central hasta 1880, suscitaron un prolongadodebate en el Congreso y en órganos de la opinión pública acerca de las funciones en el conjunto de tareas del Ejércitode Línea y a la posibilidad de restringir el poder del gobernador en el control de la movilización. Sin embargo, y aúncuando en 1880el mismo gobierno ordenará su disolución, los gobernadores crearon, organizaron, armaron yejercitaron un conjunto notable de estas fuerzas que desarrollaron una importante función de apoyo a los gobiernoslocales y al roquismo a lo largo de la segunda mitad del siglo.Especialmente por su localización geográfica, su velocidad para movilizarse y transportarse y la eficiencia de suentrenamiento, las milicias santafesinas y entrerrianas definieron con su apoyo la permanencia de las presidenciasautonomistas.El gobierno central proveyó su parque y parte de sus caballos, cuando las movilizaba, pero en general fueron lasprovincias las que vigilaron su propia movilidad. Urquiza con sus Estancias del Estado, una reserva de caballos al nortede la ciudad de Santa Fe y sus islas, y las reservas entrerrianas en cada Comandancia de Departamento, aseguraron lamisma. Aún así, los caballos se robaron en el Uruguay, se robaron al gobierno nacional de las partidas que seautorizaban o se expropiaron con vales o sin vales de recuperación de la misma manera ocurría con el armamento;desde el rescate en el campo de los derrotados, o la compra en Montevideo o Buenos Aires por los gobernadores,también se restaron con argucias de los inventarios nacionales.La provista de alimentos y vestimenta era tanto o más azarosa que la de armas o caballos. Sólo en contadasocasiones se pagaron los conchavos para la frontera y sólo en contadas ocasiones los comandantes se beneficiaron concampos (una legua) o pensiones a sus viudas (Hernández y Manuel Vázquez).No resulta difícil encontrar una explicación a los altísimos niveles de lealtad que demostraron los integrantes delos cuerpos provinciales a sus comandancias y la de éstas a los respectivos gobernadores. La organización vertical quemostraron estas fuerzas en momentos de su movilización tuvo una continuidad en la vida civil del miliciano. Por logeneral, los gobiernos provinciales cuidaron que los titulares de jefaturas de milicias fueran ciudadanos radicados en lajurisdicción de sus fuerzas militares de probada lealtad política a estos gobiernos; hubo casos de propuestas hechas porlas propias fuerzas y también transferencias desde otros lugares si el jefe local no era suficientemente confiable. Elrégimen de ascensos estaba influído y determinado por esta lealtad.Estos cuidados se tuvieron para preservar la función de control social que tuvieron estas jefaturas militares. Tantolos Jefes Políticos, como los Comandantes con divisiones a cargo el Inspector de Armas en el caso de Santa Fe o lasjefaturas de regimientos eran "enroladoras", es decir, que podían incorporar en los cuerpos de su mando a ciudadanosradicados en el domicilio de sus jurisdicciones. Estos procedimientos, cumplidos con escrupulosidad, delimitaban elámbito geográfico de cada regimiento de caballería y de cada batallón de infantería en el cual el jefe referido podía"papeletear", es decir, entregaba a cada ciudadano censado una "papeleta" que lo registraba como miliciano, dabacuenta de su regimiento o batallón, sus jefaturas y datos militares complementarios. Mediante este procedimiento el"enrolador" no sólo tenía jurisdicción militar en el ámbito de su regimiento, sino que otorgaba "estado de legalidad" asus integrantes dado que si alguna autoridad solicitaba su papeleta al titular de la misma, y éste no la tenía, era penadocon servicio de frontera. En sentido contrario, fuera del ámbito de la movilización, el miliciano conseguía empleo en elestablecimiento de campo de su jefe y también su protección frente a acusaciones de delitos o a las siempre temibleleva para la frontera. De este modo, la subordinación del soldado a su comandante era la lealtad al gobierno si su jefeasí lo decidía.Estas capacidades se convirtieron en "jurisdicción política" en épocas electorales. El Comandante convocaba asus fuerzas para inscribirse en el Registro Cívico que funcionaba en las ciudades, a la vez que se encargaba de que nose inscribieran los opositores. Luego movilizaba el día de la elección con las boletas controladas para hacer votar a sussubordinados. En esta tarea se mostraron generalmente muy eficientes vinculando su tarea con la de la justiciaprovincial de la época. A menudo, Jueces de Paz y Comisarios eran jefes de milicias y esta doble dependencia del


partido y de la estructura miliciana parece haber consolidado los niveles de lealtad, así como la circunstancia de que lasunidades militares no cambiaban sus jefaturas, ni su estructura aún cuando fueran movilizadas por el gobierno nacional.A manera de conclusiónLos sucesivos gobiernos provinciales (Santa Fe y Entre Ríos ) que apoyaron al autonomismo primero y alroquismo después, capitalizaron una larga tradición de "milicias a caballo" que caracterizó a las sociedades del Litoraldesde la época colonial. Sus modos de hacer política incorporaron formas tradicionales de relación en la organizaciónde cada cuerpo y permitieron contraprestaciones -ilegales- que eran de uso consuetudinario en la historia de estasprovincias.Aún cuando la participación electoral ha sido escasa en la época (10% al 15%), estos gobiernos parecen habertenido un grado de representación importante de estos sectores tradicionales y su papel resultó decisivo en laafirmación de gobiernos nacionales que -a su vez- los consolidaron localmente. Puede decirse que la organizaciónmiliciana fue una forma de vida que evolucionó desde la colonia y a lo largo del siglo XIX, fue un instrumentoimportante y definitivo en el control territorial de cada una de las provincias y se adaptó a formas deinstitucionalización que le permitió ejercer influencia en el ámbito nacional.Razones de espacio impiden un comentario amplio sobre lo que fue la evolución de la economía en la segundamitad del siglo XIX en la región litoral, por otra parte bien conocida. Este conjunto de datos tuvo incidencia importanteen la desaparición de la influencia miliciana en la vida política del país. La mayor oportunidad de empleo, la afirmacióninstitucional de la justicia, sumados al proceso de democratización que culminó con la ley Sáenz Peña que instaló elvoto secreto y obligatorio con padrón militar y custodia del Ejército Nacional, configuraron un conjunto de nuevascircunstancias en las que la "operatividad" miliciana cedió su lugar al Ministerio del Interior.Notas(1) Para el caso Santa Fe, ver "Familias vagantes y gentes de mal vivir en Santa Fe. Decisiones políticas sobre lafrontera en el último cuarto del Siglo XVIII" ponencia presentada por Teresa Suárez y Laura Tornay en el"Encuentro de Historia Regional Comparada. Siglos XVII a mediados del XIX". Segunda Reunión 12 y 13 de Mayode 2000, UNR. Para el caso Entre Ríos, se analiza el planeamiento urbano de Rocamora en este trabajo.(2) Marfany citado por Di Stéfano en "Un rincón de la campana rioplatense colonial: San Pedro durante la primeramitad del Siglo XVIII. Cuadernos del Inst. Ravignani No.1, 1991.(3) Hilda Sabato coordinadora,"Introducción".En ciudadanía política y formación de las naciones. Perspectivashistóricas de América Latina. México, FCE, 1999.(4) Se denomina "tropa" igualmente al conjunto de carretas que integra una caravana, conducida por arrieros,carreteros,cargadores, o sea los sujetos que también se enlistan en la milicia.(5) Sábato ob.cit.(6) Antonio Zinny. Historia de los gobernadores de las Provincias Argentinas, II. Bs.As., Hyspamérica, 1987. (original:1879), pág. 17(7) Cita extraída de los Papeles de López, vol II doc. 317, utilizada por Sonia Tedeschi en "Política y prácticas en AreasFronterizas. Santa Fe entre 1820 y 1840", ponencia presentada en el(8) José Rafael López Rosas. El pronunciamiento Federal de Santa Fe. Santa Fe, UNL, 1968. El autor cita (pág. 13) eneste tema las Memorias de Domingo Crespo.(9) Leoncio Gianello. Historia de Santa Fe. I Segunda parte. Bs.As. Plus Ultra, 1978.


(10) Agustín Zapata Gollán. La urbanización hispanoamericana en el Río de la Plata. Santa Fe, Ministerio deEducación, 3ª Edición, 1981. La decisión del Virrey procedía de un informe que el Obispo del Río de la Plata,Malvar y Pinto, le hiciera a aquél luego de su visita en 1780 y en el que veía la necesidad de formar parroquias,120-1.(11) Antonio Zinny ob. cit.(12) Crespo Naón. Familias de Santa Fe, memo, 1983.(13) Zinny, ob. cit.(14) Junto con Corrientes: Pedro Díaz Colodrero y D.Pedro Acosta, y Misiones: D.Manuel Pinto todos formaban la"carrera del Paraguay con 1 representante cada 15000 almas".(15) Echagüe se presentó en. Santa Fe con 700 hombres, hizo una demostración de poder practicando un paseo militarde triunfo en la plaza y luego se llevó el armamento que saco de la aduana donde López lo había guardado. Oag. 47-8 de Zinny, ob. cit.(16) Comando en Jefe del Ejército. Reseña histórica y orgánica del Ejército Argentino. T.1, cap. XLV. Buenos Aires,1972.(17) Cervera, Federico Guillermo. Las milicias santafesinas en Historia de las Instituciones de la Provincia. T. III, p.36.Santa Fe, 1970. Wilde, María Josefa. Las milicias santafesinas 1868-1880 en Revista Histórica N° 10. BuenosAires, 1982.(18) Gianello, Leoncio. Historia de Entre Ríos, cap. XIX y XX. Paraná, 1951. Vázquez, Aníbal. Períodicos yperiodistas de Entre Ríos, pp. 60-70. Entre Ríos, 1970.(19) Wilde, María Josefa. El Iriondismo. 1987. Inédito.(20) Op. cit.(21) Archivo de la familia Molinas. Hernández e Iriondo. Paraná 18 de enero de 1868; AGN. Urquiza, leg. 156.AG. Prov. Santa Fe, Federico de la Barra a Patricio Rodríguez. Gobierno. Leg. 9 y colección Iriondo.Cervera, Manuel. Historia de Santa Fe, T. II, pp. 944-46, Santa Fe, 1997.Carrasco, Gabriel. Descripción geográfica y estadística de la provincia de Santa Fe. Buenos Aires, 1886.López, Juan P. Memorias en Boletín nº 3. Archivo General de la Provincia de Santa Fe. Año III, nº 3. Santa Fe,1971.

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