12.07.2015 Views

Interactuando sin miedo - Partituras, libros, pedagogía, música de ...

Interactuando sin miedo - Partituras, libros, pedagogía, música de ...

Interactuando sin miedo - Partituras, libros, pedagogía, música de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

PRÓLOGOUn nudo en la garganta, una sudoración intensa, el corazón <strong>de</strong>sbocado, un<strong>de</strong>seo irresistible <strong>de</strong> huir. Todo el mundo –cantantes, músicos, gente- pue<strong>de</strong>ser presa <strong>de</strong> un sentido <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto ante el público: temer equivocarnos<strong>de</strong> acor<strong>de</strong>, olvidar las palabras <strong>de</strong> una canción o los pasos <strong>de</strong> una coreografía.El <strong>miedo</strong> es una reacción normal frente a lo que podría amenazar nuestra integridad,el síntoma que, en casos no patológicos, se supera con el conocimiento<strong>de</strong>l objeto en cuestión, la experiencia y la edad.Des<strong>de</strong> hace algunas décadas, los neurocientíficos estamos estudiando lasactuaciones en público <strong>de</strong> los músicos –pues son contextos <strong>de</strong> alto índiceemocional-, para compren<strong>de</strong>r mejor el funcionamiento <strong>de</strong> la mente humana.Las evi<strong>de</strong>ncias recogidas están suministrando importantes nociones sobrelos procesos cognitivos, que se ponen en juego en la ejecución <strong>de</strong> un pasajemusical en el curso <strong>de</strong> una actuación pública. Se ha observado que entre losfactores extra-musicales que interfieren potencialmente en la ejecución públicase encuentra la personalidad <strong>de</strong>l músico. Hay, en efecto, personalida<strong>de</strong>shuidizas, por hablar así <strong>de</strong>l alto índice <strong>de</strong> emociones expresadas, y otras que,en cambio, buscan las emociones, pareciendo por el contrario estimularse enla continua exposición a intensas situaciones emocionales. Si esto representauna ventaja para algunos frente a otros (la exhibición musical no recibe talimpulso), no constituye <strong>sin</strong> embargo un factor automático para una eficaz ybrillante actuación. Como todos los <strong>de</strong>más, el universo musical está pobladopor individuos con diferentes caracteres <strong>de</strong> personalidad: introvertidos quellevan a cabo una vida solitaria, extrovertidos que viven inmersos en una ampliared social. Por lo tanto, es totalmente infundado apoyar la existencia <strong>de</strong> una“personalidad musical”. Hay, más bien, individuos con rasgos caracterológicoscapaces <strong>de</strong> afrontar fácilmente el impacto con el público, pero po<strong>de</strong>mosafirmar que ni siquiera los individuos con la más larga experiencia están libres<strong>de</strong> problemas imprevistos, si su condición psicofísica no se mantiene <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> los niveles fisiológicos.Frente a acontecimientos estresantes o potencialmente peligrosos,todos nosotros experimentamos un aumento <strong>de</strong> la frecuencia cardíaca,13


interactuando <strong>sin</strong> <strong>miedo</strong><strong>de</strong> la respiración, <strong>de</strong> la sudoración y <strong>de</strong> otros indicios fisiológicos que,asociados a un acontecimiento externo que ha <strong>de</strong>satado la reacción,<strong>de</strong>finimos como <strong>miedo</strong>. En su doble nivel (parasimpático y simpático),nuestro sistema nervioso autónomo es responsable <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> equilibrio<strong>de</strong> un organismo, así como <strong>de</strong> sus cambios internos que <strong>de</strong>terminanel estado <strong>de</strong> alerta frente a un acontecimiento interpretado comoamenazante. Un exceso <strong>de</strong> emociones y expectativas pue<strong>de</strong> inducir a unmúsico a cometer los mismos posibles errores que otro menos motivado ycomprometido, cuyas reacciones parecen ina<strong>de</strong>cuadas para una situaciónque requiere viva concentración y reactividad. En casos diversos, músicosmuy motivados para empren<strong>de</strong>r y proseguir una carrera concertística hanobtenido resultados insatisfactorios o poco convincentes a causa <strong>de</strong> unestado arousal (...) <strong>de</strong>bido a una gestión poco astuta <strong>de</strong> sus expectativas.Sin embargo, sería infundado afirmar que las personas muy motivadastienen <strong>de</strong>sventaja en público. Al contrario, la motivación es esencial,más que el factor <strong>de</strong> la personalidad, que es a veces sobrevalorado yque constituye para la mayoría una variable predictiva <strong>de</strong> una actuaciónmusical satisfactoria. Varios estudios relevantes mediante brain imagin,en el curso <strong>de</strong> la ejecución musical, muestran que en la clave <strong>de</strong>l éxito nohay una predisposición natural específica.Si nos basamos en la teoría <strong>de</strong> que la ansiedad es mantenida por unaevaluación situacional errónea, entonces, para atemperar las tensionesque hipotecan las actuaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados músicos, sería necesarioredimensionar el alcance <strong>de</strong> ciertos eventos. La ansiedad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñoconsiste, <strong>de</strong> hecho, en una preocupación excesiva por tener que afrontaruna prueba que es importante, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> otras personas, cuyo juicio puedaconvertir en dramática la experiencia <strong>de</strong> un espectáculo. No es necesarioque sea un público amplio: la ansiedad y la angustia pue<strong>de</strong>n presentarseincluso ante una sola persona. No basta siquiera la certeza <strong>de</strong> haber puestotodo el empeño, en ser capaces <strong>de</strong> mitigar la sensación <strong>de</strong> no estar a la altura<strong>de</strong> las expectativas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Como dijera Jacob Levi Moreno, “cadaansiedad es el <strong>miedo</strong> a salir al escenario: <strong>de</strong> entrar, <strong>de</strong> comprometerse, <strong>de</strong>actuar”.Aunque se trata <strong>de</strong> un malestar que pue<strong>de</strong> asaltar a cualquiera –losestudiantes ante los exámenes, los atletas en competición y cualquierpersona que se encuentra con una audiencia-, para un músico, la ansieda<strong>de</strong>n el rendimiento adquiere características especiales. Por dos razones. Enprimer lugar, porque el músico comienza a estudiar un instrumento queprobablemente será para siempre el mismo, mientras que en la mayoría <strong>de</strong> loscasos, se toman <strong>de</strong>cisiones importantes para una carrera en la adolescencia14


interactuando <strong>sin</strong> <strong>miedo</strong>y la edad adulta. Esto significa que un niño pasa los años más críticos <strong>de</strong> suformación, centrando su atención en un objetivo preciso; por otra parte, elaislamiento <strong>de</strong>l ambiente musical, ro<strong>de</strong>ado por los maestros y personajes,se convertirá en su “transferencia <strong>de</strong> objetos”. En segundo lugar, porque laposibilidad <strong>de</strong> empleo para un intérprete clásico es bastante limitada y, paralos pocos que se hacen famosos, son muchos los que tendrán que recurrir aotros perfiles <strong>de</strong> puestos <strong>de</strong> trabajo.Aunque el caso más evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la ansiedad en el rendimiento semanifiesta como un temor preciso a la exhibición, las cosas no siempreson tan claras. También hay formas <strong>de</strong> ansiedad somatizada, trastornosdolorosos que impi<strong>de</strong>n el funcionamiento normal, para lo que no se pue<strong>de</strong>encontrar una causa orgánica. A menudo le es difícil <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r, a quiensufre <strong>de</strong> trastornos <strong>de</strong> somatización, que no encontrar una causa orgánica almalestar no implica ningún indicio sobre su equilibrio mental. En estos casos,es esencial consultar a un médico, tal vez con experiencia en este ámbito,evitando improvisaciones y sugerencias impropias.No se nace concertista. El éxito <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la motivación que sustentael esfuerzo, que hace que un músico acabe por llegar al éxito. Esta energíainterna, <strong>sin</strong> embargo, <strong>de</strong>be ser utilizada para situaciones <strong>de</strong> estrés como unaactuación: basta la incertidumbre en la gestión <strong>de</strong> las propias emocionespara aumentar el arousal y afectar al rendimiento. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los rasgos<strong>de</strong> personalidad, las motivaciones y reacciones estrictamente fisiológicas,también hay factores cognitivos que juegan un papel crucial en contextos <strong>de</strong>alta <strong>de</strong>nsidad emocional. Consi<strong>de</strong>remos el papel <strong>de</strong>sempeñado por la atencióna los errores <strong>de</strong> ejecución <strong>de</strong> los músicos. Según los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la teoría<strong>de</strong> la distracción, una interpretación pobre <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> un cambio <strong>de</strong> laatención hacia la información irrelevante. Por ejemplo, el <strong>miedo</strong> a olvidar lasnotas <strong>de</strong> una obra o pensar en la opinión <strong>de</strong>l público sobre la ejecución, pue<strong>de</strong>poner en peligro toda la actuación. Por el contrario, según los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> lateoría <strong>de</strong>l control voluntario <strong>de</strong> los gestos, la presión psicológica ejercida porlos acontecimientos <strong>de</strong> fuerte contenido emocional incrementa la atenciónprestada a los gestos, con el fin <strong>de</strong> hacerlos más precisas, con el resultadoparadójico <strong>de</strong> la fragmentación <strong>de</strong> la automatización.La psicología cognitiva ha <strong>de</strong>mostrado hace tiempo que reflexionarprofundamente sobre los puntos <strong>de</strong> acción, “ahoga” las sensaciones visceralesy nuestras emociones, privándonos <strong>de</strong> su “sabiduría”. Este fenómeno,conocido como efecto choking (asfixia), pue<strong>de</strong> ser perjudicial tanto para unartista como para un atleta profesional. De hecho, si para el principiante esnecesario focalizar la atención en su actuación para realizar correctamenteun gesto técnico, para los profesionales, un grado <strong>de</strong> atención en una tarea ya15


interactuando <strong>sin</strong> <strong>miedo</strong>automatizada podría ser contraproducente. En otras palabras, cuando realizanuna actuación en condiciones <strong>de</strong> presión psicológica (un estreno importante,una audición o un examen), tien<strong>de</strong>n a centrarse más en los <strong>de</strong>talles técnicos,que solamente se ejecutan <strong>de</strong> forma automática con la adquisición <strong>de</strong> laexperiencia. El resultado es un cambio <strong>de</strong> rutina que a menudo se traduceen rendimiento sub-óptimo: el músico se esfuerza por mantener el ritmo,el actor se vuelve ansioso con cualquier broma y se bloquea, el bailarínpier<strong>de</strong> la flui<strong>de</strong>z <strong>de</strong> sus movimientos, el jugador <strong>de</strong> béisbol pier<strong>de</strong> el control<strong>de</strong> la pelota, y así sucesivamente. En todos estos casos, la naturalidad <strong>de</strong> laactuación es menor y <strong>de</strong>saparece la gracia <strong>de</strong>l talento.En realidad, la atención podría estar en la base <strong>de</strong> muchos errores, tambiénen función <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> la obra (más o menos consolidadaen nuestra memoria). Al recordar acontecimientos lejanos, la atención pue<strong>de</strong>afectar el rendimiento <strong>de</strong> los engramas motores <strong>de</strong> una obra (y por lo tanto,a la planificación <strong>de</strong> acciones) que tienen que ver principalmente con lamemoria a corto plazo. Con la práctica, los movimientos son progresivamentememorizados y la ejecución <strong>de</strong> la obra es casi automática: focalizar, por tanto,los movimientos que se están llevando a cabo pue<strong>de</strong> ser perjudicial si estosprovocan errores, como pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r si el resto <strong>de</strong> la atención se presta a loseventos extra-musicales.Hay que <strong>de</strong>cir que muchos músicos interpretan perfectamente obrasconocidas, teniendo otra cosa en mente. El resultado es un <strong>de</strong>sempeñocarente <strong>de</strong> presencia escénica, incluso aunque la ejecución motora puedaser impecable a nivel técnico. Al contrario, pensar en qué <strong>de</strong>do se <strong>de</strong>seamover comporta el riesgo <strong>de</strong> tomar el control <strong>de</strong> las estructuras nerviosasque permiten el <strong>de</strong>sarrollo automático <strong>de</strong>l gesto, con el consiguiente riesgo<strong>de</strong> cometer errores. Naturalmente, hay errores técnicos y siempre los habrá.Tenemos que saber que pue<strong>de</strong> pasar. Incluso los músicos más experimentados,motivados y capaces <strong>de</strong> gestionar sus emociones pue<strong>de</strong>n cometer errores,aunque en estos, en comparación con otros colegas, ten<strong>de</strong>rán a ocurrir conmenor frecuencia.El gesto musical es a menudo un movimiento finísimo, un conjunto <strong>de</strong>operaciones motoras coordinadas que pue<strong>de</strong> conducir a un movimientopreciso <strong>de</strong> un solo <strong>de</strong>do, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l resto. La coordinación armónicaentre los <strong>de</strong>dos es la expresión <strong>de</strong> una coordinación entre el cerebro y lamano, <strong>de</strong>sarrollada en el curso <strong>de</strong> la evolución, aunque hay que <strong>de</strong>cir queel arte <strong>de</strong>l concierto es más reciente, una historia que se remonta al últimomilenio, a un breve período <strong>de</strong> una vicisitud que dura millones <strong>de</strong> años. Laperfecta interacción entre el sistema nervioso central, periférico y muscularpermite a un músico llevar a cabo movimientos rapidísimos y complejos. Sin16


interactuando <strong>sin</strong> <strong>miedo</strong>embargo, las manos son una parte <strong>de</strong>l cuerpo que no está preparada para esafunción, y por lo tanto no está totalmente disponible para el virtuosismo <strong>de</strong> loscompositores, al menos no con sistemática infalibilidad. En este sentido, unconcertista <strong>de</strong>be aceptar menos traumáticamente la posibilidad <strong>de</strong> error. Másbien, <strong>de</strong>bería ser capaz <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar el tipo <strong>de</strong> error. Hay algunos <strong>de</strong> interésneurocientífico, <strong>de</strong>bido a factores fisiológicos, emocionales y cognitivos, quepue<strong>de</strong>n interferir con el correcto <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> la obra. Pero también hayerrores que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un método equivocado <strong>de</strong> estudio: errores en ciertosentido inevitables, <strong>de</strong>bido a la falta <strong>de</strong> empeño, a una subestimación <strong>de</strong>lproblema o a un aprendizaje erróneo. Ser consciente <strong>de</strong> cómo funciona lamente pue<strong>de</strong> ayudar al instrumentista a dar cabida a los procesos espontáneos<strong>de</strong>l cerebro, simplificando el proceso <strong>de</strong> aprendizaje <strong>de</strong> la partitura. En estesentido, quizás sea el momento <strong>de</strong> que los académicos y los músicos seencuentren con más frecuencia.Este libro <strong>de</strong> Rosa Iniesta Masmano nos invita a una conversión <strong>de</strong> lamirada, a experimentar, a iniciar un viaje a lo largo <strong>de</strong> los muchos y diferentesterritorios <strong>de</strong> la ciencia y el arte, más allá <strong>de</strong> los antiguos límites entre las“dos culturas”: humanística y científica. En su investigación, los universoshumanístico y (neuro)científico se encuentran acortando la distancia. Hastaahora, los investigadores han estudiado la realidad musical (y artística, másen general) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva científica, ignorando las experienciasque intercambian los músicos; por su parte, los músicos se han enfrentadoal universo musical mediante el instrumento interpretativo <strong>de</strong> naturalezaempírica, en su mayoría <strong>sin</strong> la necesaria (meta)cognición sobre los factoresque entran en juego en las situaciones públicas. Esta separación, por un lado,y la confusión <strong>de</strong>l lenguaje por otro, <strong>de</strong>jan al mundo artístico-musical y a laneurociencia <strong>sin</strong> una comunicación efectiva.La autora muestra, <strong>sin</strong> ninguna intención programática y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unmarco teórico complejo, cómo la tarea <strong>de</strong> la ciencia es ir más allá <strong>de</strong> laantigua y artificial controversia entre las diferentes formas <strong>de</strong> conocimiento,teniendo en el corazón las primeras preguntas, el <strong>de</strong>scubrimiento, el asombro.Durante <strong>de</strong>masiado tiempo, <strong>sin</strong> embargo, los criterios <strong>de</strong> objetividad <strong>de</strong>las ciencias físicas han eliminado este diálogo. Recientemente, algunospensadores y científicos han hemos apoyado la urgente necesidad <strong>de</strong> escapar<strong>de</strong> tal oposición. Aunque con dificultad, está naciendo una nueva concepción<strong>de</strong>l conocimiento científico, que evi<strong>de</strong>ncia el carácter complementario y nocontradictorio <strong>de</strong> las consi<strong>de</strong>radas ciencias experimentales y humanas. Estaconcepción no inaugura otro tipo <strong>de</strong> ciencia. No cuestiona la tradición clásica.Es más bien el intento –como el realizado brillantemente por Rosa IniestaMasmano- <strong>de</strong> renovar el tema <strong>de</strong> la investigación en esta misma tradición17


interactuando <strong>sin</strong> <strong>miedo</strong>(que es una tradición <strong>de</strong> la invención), a través <strong>de</strong> un lenguaje que haceposible los procesos <strong>de</strong> comprensión y los eventos que, hasta el momento,las ciencias tradicionales han <strong>de</strong>finido por aproximaciones fenomenológicas.Todo esto a sabiendas <strong>de</strong> que, si bien es cierto que, en la actualidad, ni laciencia ni el conocimiento humanístico pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cirnos mucho acerca<strong>de</strong> tantas cuestiones, no es menos cierto que tienen en común los mismosproblemas.Nápoles, 24 octubre 2011Mauro Maldonato18

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!