12.07.2015 Views

Circo - El circo de la noche

Circo - El circo de la noche

Circo - El circo de la noche

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pia un pegote <strong>de</strong> polvos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara con un pañuelo que en otrostiempos tal vez fue b<strong>la</strong>nco.—‌Yo también me alegro <strong>de</strong> verte, Hector —‌respon<strong>de</strong> elhombre <strong>de</strong>l traje gris, mientras cierra muy <strong>de</strong>spacio <strong>la</strong> puertatras él.—‌Has <strong>de</strong>testado cada minuto <strong>de</strong> <strong>la</strong> actuación, lo sé —‌repiteHector Bowen, con una carcajada—‌. Y no intentes negarloporque he estado observándote.Se vuelve y le tien<strong>de</strong> al hombre <strong>de</strong>l traje gris una mano queéste no acepta. A modo <strong>de</strong> respuesta, Hector se encoge <strong>de</strong> hombrosy agita los <strong>de</strong>dos con aire teatral, en dirección a <strong>la</strong> paredopuesta. <strong>El</strong> sillón <strong>de</strong> terciopelo se <strong>de</strong>sliza hacia a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, apartándoseasí <strong>de</strong> un rincón <strong>de</strong>l camerino atestado <strong>de</strong> baúles y bufandas,mientras el frac se eleva <strong>de</strong>l sillón como si fuera unasombra y, muy obediente, se cuelga a sí mismo en un armario.—‌Siéntate, por favor —‌invita Hector—‌. Aunque me temoque no es tan cómodo como los <strong>de</strong> ahí arriba.—‌No puedo <strong>de</strong>cir que me comp<strong>la</strong>zcan tales espectáculos—‌dice el hombre <strong>de</strong>l traje gris, mientras se quita los guantes ysacu<strong>de</strong> el sillón con ellos antes <strong>de</strong> acomodarse—‌. Me refiero ahacer pasar <strong>la</strong>s manipu<strong>la</strong>ciones por trucos <strong>de</strong> magia e ilusionismo.Y cobrar entrada para verlo.Hector arroja el pañuelo manchado <strong>de</strong> polvos a una mesallena <strong>de</strong> cepillos y botes <strong>de</strong> maquil<strong>la</strong>je.—‌Ni una so<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas <strong>de</strong>l público se cree, ni por unsegundo, que lo que hago ahí arriba sea real —‌comenta, seña<strong>la</strong>ndovagamente en <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong>l escenario—‌. Y eso es lomás maravilloso. ¿Te has fijado en <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> artilugiosque construyen esos mal l<strong>la</strong>mados «magos» para conseguir <strong>la</strong>shazañas más mundanas? No son más que un montón <strong>de</strong> peces19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!