Alexander A. VasilievTomo I <strong>Historia</strong> <strong>del</strong> <strong>Imperio</strong> <strong>Bizantino</strong>bardos. Desde el punto de vista interior ha de notarse la política rigurosamente ortodoxa de estos emperadoresy la creación de los dos exarcados.La paz de cincuenta años convenida con Persia por Justiniano fue denunciada bajo Justino II, quiense negó a continuar el pago de la suma anual estipulada. La hostilidad común de bizantinos y turcos contralos persas condujo al desarrollo de relaciones muy interesantes entre los dos primeros de dichos pueblos.Los turcos habían aparecido poco antes en el Asia Occidental y en las proximidades <strong>del</strong> Caspio. Ocupabanlos países comprendidos entre China y Persia y veían en ésta su principal enemiga. Una embajada turcafranqueó los montes <strong>del</strong> Cáucaso y tras largo viaje llegó a Constantinopla, donde obtuvo inmejorable acogida.Se comenzó a pensar en una especie de alianza ofensivo—defensiva contra Persia, entre turcos y bizantinos.Al respecto es de notar la propuesta turca al gobierno bizantino: servir los turcos de intermediariosen el comercio de la seda entre China y Bizancio, sin pasar por Persia. O sea que los turcos proponían a losbizantinos lo que había deseado Justiniano, con la sola diferencia de que el último había querido llegar a sufin por vía marítima y meridional y los turcos, bajo Justino II, proponían la septentrional y terrestre. Pero lasnegociaciones turcobizantinas no condujeron a la conclusión de una alianza efectiva seguida de una acciónconcertada contra los persas, porque Bizancio, hacia el 570, estaba más directamente interesada en losasuntos occidentales y sobre todo en los de Italia, que los lombardos habían invadido. Además, las fuerzasmilitares turcas no parecían muy considerables a Justino. En todo caso, el resultado de aquellos tratos bizantino—turcosfue hacer más tirantes aún las relaciones de Bizancio con Persia.Durante los reinados de Justino, Tiberio y Mauricio, se sostuvo guerra con Persia. Hubo de abandonarseel asedio de Nisibe, y Darás, plaza fortificada fronteriza, pasó a manos <strong>del</strong> enemigo. Además de estaderrota en el frente oriental, Bizancio sufrió en sus provincias de la península balcánica una invasión de losavaros, llegados de allende el Danubio. La pérdida de Darás produjo gran impresión sobre el débil Justino,quien enloqueció. Un cronista sirio 45 <strong>del</strong> siglo XII, citando, naturalmente, una fuente anterior, nota: “Sabiendoque Darás había sido tomada... el emperador fue afligido. Mandó cerrar las tiendas y césar el comercio”.La emperatriz Sofía obtuvo, el 574, una tregua de un año, comprada por 45.000 piezas de oro.La guerra sostenida bajo Tiberio y Mauricio fue más feliz para el <strong>Imperio</strong> bizantino, favorecido por losdisturbios interiores surgidos en Persia en torno a la posesión <strong>del</strong> trono. El tratado de paz concluido porMauricio tuvo gran importancia para el <strong>Imperio</strong>. La Armenia persa y la Mesopotamia oriental, con la ciudadde Darás, se cedían a Bizancio; el humillante tributo anual qué debía pagarse a los persas se anulaba, y, enfin, el <strong>Imperio</strong>, libre <strong>del</strong> peligro persa, podía concentrarse en los asuntos de Occidente y sobre todo en lasincesantes invasiones de eslavos y avaros en la península balcánica.En el reinado de Focas se inició una nueva guerra contra los persas, que tuvo considerable importanciapara el <strong>Imperio</strong> bizantino. De ella hablaremos después, ya que sólo concluyó bajo el reinado de Heraclio.Después de La muerte de Justiniano ocurrieron graves sucesos en la península balcánica. Las fuentes sólodan sobre esos hechos datos fragmentarios.Ya indicamos que, bajo Justiniano, los eslavos hacían frecuentes incursiones en dicha península,avanzando bastante hacia el sur e incluso amenazando a veces Tesalónica. Muerto Justiniano, continuarontales incursiones. Pero entonces muchos eslavos quedáronse en las provincias bizantinas y gradualmentefueron ocupando la península. En su invasión les ayudaron las avaros, pueblo de origen turco, que vivíaentonces en Panonia. Eslavos y avaros amenazaron la capital y las orillas <strong>del</strong> mar de Mármara y el Egeo,penetraron en Grecia y llegaron hasta el Peloponeso. La noticia de aquellas invasiones bárbaras se difundióhasta Egipto, donde Juan, obispo de Nikiu, escribía, en el siglo VII, bajo Focas, lo siguiente: “Se refiere,respecto al <strong>Imperio</strong> romano, que los reyes de aquel tiempo, con los bárbaros, pueblos extranjeros, y losilirios, asolaban las ciudades de los cristianos y conducían cautivos a los habitantes. Sólo se salvó la ciudadde Tesalónica, porque sus muros eran sólidos y, gracias a la protección de Dios, los pueblos extranjeros nolograron apoderarse de ella, pero toda la provincia fue despoblada”. En 1830, un sabio alemán pretendióque a fines <strong>del</strong> siglo VI los griegos habían sido completamente destruidos por los eslavos. Después discutiremosesta teoría. Digamos de momento que para el estudio <strong>del</strong> problema <strong>del</strong> establecimiento de los eslavosen la península balcánica debemos apelar sobre todo a las Actas <strong>del</strong> mártir Demetrio, protector de Tesalónica,uno de los principales centros eslavos de la península. Uno de los autores <strong>del</strong> libro de los Milagrosde San Demetrio, fue Juan, arzobispo de Tesalónica, que vivió en la primera mitad <strong>del</strong> siglo VII. Esa fuentecontemporánea nos da una verdadera fuente de informes sobre las invasiones ávaroeslavas en la penínsulabalcánica. Según tal fuente, Tesalónica fue sitiada dos veces en vano, a fines <strong>del</strong> siglo VI, por eslavos yavaros.45 Crónica de Juan, obispo de Nikiu, traducida <strong>del</strong> etíope por Zotenberg, c. CIX, página 550 (Noticeset extraits des manuscrits de la Bibliothéque nationale, t. XXIV, 1883), The Chronicle of John, bishop ofNikiu, translated by R. H. Charles (London, 1916), cap. CIX, 8).96
Alexander A. VasilievTomo I <strong>Historia</strong> <strong>del</strong> <strong>Imperio</strong> <strong>Bizantino</strong>A fines <strong>del</strong> siglo VI y principios <strong>del</strong> VII prosiguió el empuje de eslavos y avaros hacia el sur, sin quelos bizantinos pudiesen contenerlo. Ello motivó en la península importantes cambios etnográficos, ya que seencontró ocupada, en su mayoría, por eslavos advenedizos. Ciertas fuentes, al referirse a este período,hablan de los avaros como si fuesen eslavos. Esto se explica porque los escritores contemporáneos teníaninformes harto vagos sobre las tribus nórdicas y confundían a eslavos y avaros, viendo que ambos pueblospracticaban juntos sus incursiones.Muerto Justiniano, Italia no fue protegida lo suficiente contra las invasiones de sus enemigos, y portanto, cayó fácil y rápidamente en manos de un nuevo pueblo bárbarogermánico: los lombardos, quieneshabían aparecido en las inmediaciones de aquellos países sólo pocos años después <strong>del</strong> aniquilamiento <strong>del</strong>reino ostrogodo por Justiniano.A mediados <strong>del</strong> siglo VI, los lombardos, de concierto con los avaros, destruyeron el reino fundado porla tribu bárbara de los gépidos sobre el Danubio central. Más tarde, acaso por temor a sus propios aliados,los lombardos pasaron de Panonia a Italia mandados por su rey Alburno. Les acompañaban sus mujeres ehijos y sus tropas comprendían tribus diversas, entre las cuales resaltaban por su número las sajonas.La tradición popular ha cometido la injusticia de acusar al anciano gobernador de Italia y antiguo generalde las tropas de Justiniano, Narsés, de haber llamado a Italia a los lombardos. Semejante acusacióndebe considerarse desprovista en absoluto de fundamento. A raíz de la exaltación de Justino II al trono,Narsés se retiró a causa de su avanzada edad y falleció en Roma.En 568 los lombardos invadieron el norte de Italia. Avanzaban como una horda salvaje, devastandocuantas localidades atravesaban. Eran arrianos de religión. No tardaron en someter la Italia septentrional,que tomó el nombre de Lombardía. El gobernador bizantino, falto de bastantes fuerzas para resistir a loslombardos, permaneció al amparo de los muros de Ravena. Los bárbaros, luego de conquistado el norte deItalia, se dirigieron hacia el sur, eludiendo Ravena. Sus numerosas hordas se esparcieron por casi toda lapenínsula y ocuparon con la mayor facilidad, las ciudades, carentes de defensa. Así llegaron al sur de Italia,tomando Benevento. Si bien no entraron en Roma, ésta se halló rodeada de bárbaros por el norte, el este yel sur. Los bárbaros cortaban toda comunicación entre Ravena y Roma, de suerte que la última no podíacontar con socorros <strong>del</strong> gobernador bizantino de Ravena. Y menos con la ayuda de los emperadores deConstantinopla, más lejanos todavía y atravesando a la sazón, según vimos, uno de los períodos más críticosy turbados de la historia <strong>del</strong> Oriente. Así, pronto asistió Italia a la fundación de un gran reino germánico:el lombardo. El emperador Tiberio, y más aun Mauricio, trataron de hacer alianza con el rey de Austrasia,Childeberto II (570—595), a fin de inclinarle a emprender las hostilidades contra los lombardos y arrojarlosde Italia. El emperador y el rey cambiaron varias embajadas y el Mauricio envió a Childeberto o a su madre,Brunequilchi, cincuenta mil piezas de oro (solidi), adoptando, además, a Childeberto, que así pasó a ser suhijo, como Justiniano adoptara a Teodoberto. Pero los esfuerzos de Mauricio para asegurarse el auxilioaustrasiano fracasaron repetidas veces. Childeberto envió sus tropas a Italia, mas fue con la intención derecuperar las antiguas posesiones francas y no de conquistar Italia para Mauricio. Más de un siglo y mediohabía de pasar antes de que los reyes francos, llamados esta vez por el Papa y no por el emperador, destruyesenla dominación lombarda en Italia. Abandonada a su destino, Roma hubo de sufrir varios asedioslombardos, pero halló un defensor en la persona <strong>del</strong> Papa, quien, por la fuerza de las cosas, se vio obligadoa ocuparse, no sólo de la vida espiritual de su grey romana, sino de organizar la defensa de la ciudad contralos lombardos. Por entonces —fines <strong>del</strong> siglo VI— tuvo la Iglesia romana a su cabeza uno de sus hombresmás eminentes: el Papa Gregorio I el Grande. El tal había pasado seis años como apocrisiarius o nuncio <strong>del</strong>Papa en Constantinopla, sin llegar a aprender ni siquiera los rudimentos de la lengua griega, pero, pese asu ignorancia en ese punto, mostró conocer perfectamente, al llegar al Pontificado, la vida y la política <strong>del</strong><strong>Imperio</strong>.La conquista de Italia por los lombardos demostró con toda evidencia el fracaso de la política exteriorde Justiniano en Occidente, donde el <strong>Imperio</strong> no poseía fuerzas bastantes para conservar el reino ostrogodosometido. Por otra parte, las invasiones lombardas pusieron los cimientos a la progresiva separación deItalia y <strong>del</strong> <strong>Imperio</strong> bizantino, así como <strong>del</strong> debilitamiento de la influencia <strong>del</strong> emperador en Italia.En su política religiosa, los sucesores de Justiniano favorecieron a los ortodoxos, y los monofisitas sufrieronen ciertos momentos persecuciones muy severas. Así sucedió durante Justino II. Es interesanteexaminar las relaciones <strong>del</strong> <strong>Imperio</strong> bizantino y la Iglesia romana bajo Mauricio y Focas. La Iglesia romana,representada por Gregorio el Grande, se pronunció contra el título de “ecuménico” asumido por el patriarcade Constantinopla. En carta a Mauricio, Gregorio acusaba a Juan el Ayunador de excesivo orgullo.“Me veo obligado —escribía el Papa— a lanzar una gran voz, diciendo: O témpora! O more! Cuandotoda Europa ha caído en poder de los bárbaros, cuando las ciudades son destruidas, las fortalezas arrasadas,las provincias despobladas; cuando el hombre ya no labora el suelo, cuando los adoradores de ídolosestán desencadenados y reinan para perdición de los fieles, en este momento los sacerdotes, que deberíantenderse, llorando, en tierra y cubrirse de cenizas, ambicionan nuevos títulos profanos, orgullosos de esagloría vana. ¿Es que en este asunto, muy pío emperador, defiendo mi propia causa? ¿Es que vengo una97
- Page 2:
Alexander A. VasilievHistoria del I
- Page 8:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 14 and 15:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 16 and 17:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 18 and 19:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 20 and 21:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 22 and 23:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 24:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 27 and 28:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 29 and 30:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 31 and 32:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 33 and 34:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 35 and 36:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 37 and 38:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 39 and 40:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 41 and 42:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 43 and 44:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 45 and 46: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 47 and 48: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 49 and 50: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 51 and 52: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 53 and 54: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 55 and 56: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 57 and 58: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 59 and 60: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 61 and 62: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 63 and 64: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 65 and 66: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 67 and 68: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 69 and 70: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 71 and 72: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 73 and 74: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 75 and 76: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 77 and 78: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 79 and 80: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 81 and 82: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 83 and 84: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 85 and 86: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 87 and 88: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 89 and 90: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 91 and 92: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 93 and 94: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 95: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 99 and 100: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 101 and 102: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 103 and 104: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 105 and 106: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 107 and 108: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 109 and 110: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 111 and 112: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 113 and 114: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 115 and 116: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 117 and 118: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 119 and 120: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 121 and 122: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 123 and 124: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 125 and 126: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 127 and 128: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 129 and 130: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 131 and 132: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 133 and 134: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 135 and 136: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 137 and 138: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 139 and 140: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 141 and 142: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 143 and 144: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 145 and 146: Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 147 and 148:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 149 and 150:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 151 and 152:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 153 and 154:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 155 and 156:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 157 and 158:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 159 and 160:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 161 and 162:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 163 and 164:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 165 and 166:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 167 and 168:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 169 and 170:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 171 and 172:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 173 and 174:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 175 and 176:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 177 and 178:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 179 and 180:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 181 and 182:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 183 and 184:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 185 and 186:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 187 and 188:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 189 and 190:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 191 and 192:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 193 and 194:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 195 and 196:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 197 and 198:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 199 and 200:
Alexander A. VasilievTomo I Histori
- Page 201 and 202:
Tomo II
- Page 203 and 204:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 205 and 206:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 207 and 208:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 209 and 210:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 211 and 212:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 213 and 214:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 215 and 216:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 217 and 218:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 219 and 220:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 221 and 222:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 223 and 224:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 225 and 226:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 227 and 228:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 229 and 230:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 231 and 232:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 233 and 234:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 235 and 236:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 237 and 238:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 239 and 240:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 241 and 242:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 243 and 244:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 245 and 246:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 247 and 248:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 249 and 250:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 251 and 252:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 253 and 254:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 255 and 256:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 257 and 258:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 259 and 260:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 261 and 262:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 263 and 264:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 265 and 266:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 267 and 268:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 269 and 270:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 271 and 272:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 273 and 274:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 275 and 276:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 277 and 278:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 279 and 280:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 281 and 282:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 283 and 284:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 285 and 286:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 287 and 288:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 289 and 290:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 291 and 292:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 293 and 294:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 295 and 296:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 297 and 298:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 299 and 300:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 301 and 302:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 303 and 304:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 305 and 306:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 307 and 308:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 309 and 310:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 311 and 312:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 313 and 314:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 315 and 316:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 317 and 318:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 319 and 320:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 321 and 322:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 323 and 324:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 325 and 326:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 327 and 328:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 329 and 330:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 331 and 332:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 333 and 334:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 335 and 336:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 337 and 338:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 339 and 340:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 341 and 342:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 343 and 344:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 345 and 346:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 347 and 348:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 349 and 350:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 351 and 352:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 353 and 354:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 355 and 356:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 357 and 358:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 359 and 360:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 361 and 362:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 363 and 364:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 365 and 366:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 367 and 368:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 369 and 370:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 371 and 372:
Alexander A. VasilievTomo II Histor
- Page 373 and 374:
Alexander A. VasilievTomo II Histor