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Historia del Imperio Bizantino

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Alexander A. VasilievTomo I <strong>Historia</strong> <strong>del</strong> <strong>Imperio</strong> <strong>Bizantino</strong>bardos. Desde el punto de vista interior ha de notarse la política rigurosamente ortodoxa de estos emperadoresy la creación de los dos exarcados.La paz de cincuenta años convenida con Persia por Justiniano fue denunciada bajo Justino II, quiense negó a continuar el pago de la suma anual estipulada. La hostilidad común de bizantinos y turcos contralos persas condujo al desarrollo de relaciones muy interesantes entre los dos primeros de dichos pueblos.Los turcos habían aparecido poco antes en el Asia Occidental y en las proximidades <strong>del</strong> Caspio. Ocupabanlos países comprendidos entre China y Persia y veían en ésta su principal enemiga. Una embajada turcafranqueó los montes <strong>del</strong> Cáucaso y tras largo viaje llegó a Constantinopla, donde obtuvo inmejorable acogida.Se comenzó a pensar en una especie de alianza ofensivo—defensiva contra Persia, entre turcos y bizantinos.Al respecto es de notar la propuesta turca al gobierno bizantino: servir los turcos de intermediariosen el comercio de la seda entre China y Bizancio, sin pasar por Persia. O sea que los turcos proponían a losbizantinos lo que había deseado Justiniano, con la sola diferencia de que el último había querido llegar a sufin por vía marítima y meridional y los turcos, bajo Justino II, proponían la septentrional y terrestre. Pero lasnegociaciones turcobizantinas no condujeron a la conclusión de una alianza efectiva seguida de una acciónconcertada contra los persas, porque Bizancio, hacia el 570, estaba más directamente interesada en losasuntos occidentales y sobre todo en los de Italia, que los lombardos habían invadido. Además, las fuerzasmilitares turcas no parecían muy considerables a Justino. En todo caso, el resultado de aquellos tratos bizantino—turcosfue hacer más tirantes aún las relaciones de Bizancio con Persia.Durante los reinados de Justino, Tiberio y Mauricio, se sostuvo guerra con Persia. Hubo de abandonarseel asedio de Nisibe, y Darás, plaza fortificada fronteriza, pasó a manos <strong>del</strong> enemigo. Además de estaderrota en el frente oriental, Bizancio sufrió en sus provincias de la península balcánica una invasión de losavaros, llegados de allende el Danubio. La pérdida de Darás produjo gran impresión sobre el débil Justino,quien enloqueció. Un cronista sirio 45 <strong>del</strong> siglo XII, citando, naturalmente, una fuente anterior, nota: “Sabiendoque Darás había sido tomada... el emperador fue afligido. Mandó cerrar las tiendas y césar el comercio”.La emperatriz Sofía obtuvo, el 574, una tregua de un año, comprada por 45.000 piezas de oro.La guerra sostenida bajo Tiberio y Mauricio fue más feliz para el <strong>Imperio</strong> bizantino, favorecido por losdisturbios interiores surgidos en Persia en torno a la posesión <strong>del</strong> trono. El tratado de paz concluido porMauricio tuvo gran importancia para el <strong>Imperio</strong>. La Armenia persa y la Mesopotamia oriental, con la ciudadde Darás, se cedían a Bizancio; el humillante tributo anual qué debía pagarse a los persas se anulaba, y, enfin, el <strong>Imperio</strong>, libre <strong>del</strong> peligro persa, podía concentrarse en los asuntos de Occidente y sobre todo en lasincesantes invasiones de eslavos y avaros en la península balcánica.En el reinado de Focas se inició una nueva guerra contra los persas, que tuvo considerable importanciapara el <strong>Imperio</strong> bizantino. De ella hablaremos después, ya que sólo concluyó bajo el reinado de Heraclio.Después de La muerte de Justiniano ocurrieron graves sucesos en la península balcánica. Las fuentes sólodan sobre esos hechos datos fragmentarios.Ya indicamos que, bajo Justiniano, los eslavos hacían frecuentes incursiones en dicha península,avanzando bastante hacia el sur e incluso amenazando a veces Tesalónica. Muerto Justiniano, continuarontales incursiones. Pero entonces muchos eslavos quedáronse en las provincias bizantinas y gradualmentefueron ocupando la península. En su invasión les ayudaron las avaros, pueblo de origen turco, que vivíaentonces en Panonia. Eslavos y avaros amenazaron la capital y las orillas <strong>del</strong> mar de Mármara y el Egeo,penetraron en Grecia y llegaron hasta el Peloponeso. La noticia de aquellas invasiones bárbaras se difundióhasta Egipto, donde Juan, obispo de Nikiu, escribía, en el siglo VII, bajo Focas, lo siguiente: “Se refiere,respecto al <strong>Imperio</strong> romano, que los reyes de aquel tiempo, con los bárbaros, pueblos extranjeros, y losilirios, asolaban las ciudades de los cristianos y conducían cautivos a los habitantes. Sólo se salvó la ciudadde Tesalónica, porque sus muros eran sólidos y, gracias a la protección de Dios, los pueblos extranjeros nolograron apoderarse de ella, pero toda la provincia fue despoblada”. En 1830, un sabio alemán pretendióque a fines <strong>del</strong> siglo VI los griegos habían sido completamente destruidos por los eslavos. Después discutiremosesta teoría. Digamos de momento que para el estudio <strong>del</strong> problema <strong>del</strong> establecimiento de los eslavosen la península balcánica debemos apelar sobre todo a las Actas <strong>del</strong> mártir Demetrio, protector de Tesalónica,uno de los principales centros eslavos de la península. Uno de los autores <strong>del</strong> libro de los Milagrosde San Demetrio, fue Juan, arzobispo de Tesalónica, que vivió en la primera mitad <strong>del</strong> siglo VII. Esa fuentecontemporánea nos da una verdadera fuente de informes sobre las invasiones ávaroeslavas en la penínsulabalcánica. Según tal fuente, Tesalónica fue sitiada dos veces en vano, a fines <strong>del</strong> siglo VI, por eslavos yavaros.45 Crónica de Juan, obispo de Nikiu, traducida <strong>del</strong> etíope por Zotenberg, c. CIX, página 550 (Noticeset extraits des manuscrits de la Bibliothéque nationale, t. XXIV, 1883), The Chronicle of John, bishop ofNikiu, translated by R. H. Charles (London, 1916), cap. CIX, 8).96

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