Sexualitatea eta afektibitatea atzerapena duten pertsonengan ...

21temente la comprensión de la sexualidad, tanto la nuestra propia, como la denuestros hijos e hijas. Así lo explica una madre:"Cada vez que me propongo hablar con mi hijo de algo relacionadocon la sexualidad, me pongo a temblar. Es más difícil para mí quepara él".La sexualidad afecta a las áreas más íntimas y sensibles dónde laspersonas nos sentimos más vulnerables. Como nuestra educación sexual, elaprendizaje en este ámbito, probablemente se hizo en condiciones muy negativas,este hecho ha podido generar en nosotros miedos, dudas e inseguridad. Esfácil, por tanto, que el problema esté más en nosotros que en nuestros hijos.Es fácil también que tendamos a proyectar en ellos nuestras propias dificultadesy limitaciones.¿Qué podemos hacer ante estos hechos?En primer lugar, reconocer estas limitaciones personales. No se tratade sentirnos nuevamente culpables, sino aceptar que formamos parte de unasgeneraciones que han vivido un momento histórico determinado, caracterizadopor un pésimo tratamiento de la sexualidad. Se trata de comprender que somoshijos de nuestra propia historia, de comprendernos a nosotros mismos, tratandode no proyectar nuestros miedos e inseguridades a nuestros hijos.En segundo lugar, en este ánimo de comprendernos a nosotros mismos,debemos tratar de localizar los miedos irracionales que dificultan la intervencióncon nuestros hijos. Por ejemplo, cuando nos hacen alguna pregunta referidaa la sexualidad (qué es la masturbación, qué es hacer el amor), se suele tenerla tendencia a sentir un gran apuro. En esta situación la pregunta que deberíamoshacernos es la siguiente: "¿Qué me está pasando para sentir esta fuerteinseguridad?", antes de pensar en: "Qué difícil es esto de la sexualidad"..Sexualidad y afectividad en personas con deficiencia