¿De la reivindicación a la cogestion?
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112de convivencia, en ningún caso como <strong>la</strong> forma de facilitar ayudas financierasa futuras comunidades de propietarios.Esta visión del cooperativismo también nos hace comprender queel problema actual de vivienda no queda ni mucho menos constreñidoa <strong>la</strong> solución cooperativa, <strong>la</strong> iniciativa pública sigue siendo básicapara que el invento funcione; entendemos entre otras cosas que sinel<strong>la</strong> es imposible lograr aumentar el parque de alquileres y rebajar acotas racionales su precio; para ello debería p<strong>la</strong>ntearse desde medidasde subvención pública de alquileres tasados, hasta medidas de penalizaciónde vivienda vacía, tocio ello unido por supuesto a <strong>la</strong> derogacióndel Decreto Boyer, que tan nefasto ha resultado para el sector alpermitir, entre otras aberraciones, <strong>la</strong> conversión de vivienda en oficina.Sólo <strong>la</strong> iniciativa pública puede ser capaz de afrontar operacionessingu<strong>la</strong>res destinadas a buscar alojamiento a sectores de escaso poderadquisitivo como <strong>la</strong> Tercera Edad, <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción emigrante u otros colectivosque de acuerdo con <strong>la</strong> Constitución tienen también derechoa un alojamiento digno.A MODO DE CONCLUSIONEn <strong>la</strong>s pasadas elecciones locales se anunciaba a bombo y p<strong>la</strong>tillopor el Partido que sustenta el Gobierno el desarrollo de un P<strong>la</strong>n deVivienda para <strong>la</strong> financiación de 400.000 viviendas en cuatro años;con posterioridad al Gobierno, por boca de su Ministro de Economía,no le quedaba otro remedio que cumplimentar ese anhelo anunciandomedidas de financiación que reducirían a un nivel cercano al7% de media los intereses de los créditos hipotecarios (situados paraeste año en un 13,25 %).Como si de un juego de ma<strong>la</strong>barismo se tratara, <strong>la</strong> presentaciónde los Presupuestos Generales del Estado para 1992 nos anuncianuna «pequeña» reducción del gasto destinaclo a vivienda; sin salir de<strong>la</strong>sombro, en seguida sesudos analistas económicos nos cuentan que el«nuevo P<strong>la</strong>n» necesitará presupuestarse en 1993. Mientras tanto en <strong>la</strong>Comunidad Autónoma Madrileña se hacen caba<strong>la</strong>s para seguir tirandodel IVIMA ante los más de mil millones que adeuda el MOPTpor <strong>la</strong> operación de barrios remode<strong>la</strong>dos, y por supuesto habrá quepelearse una vez más por <strong>la</strong>s migajas que supone <strong>la</strong> existencia de un