B a s u r t o4Colaboración especialJuanjo San SebastiánContrastes navi<strong>de</strong>ñosOrain <strong>de</strong>la 11 urte hasi ziren BBK erakun<strong>de</strong>ak Pagasarriraantolatzen dituen irteerak eta orduzgero igarotzen ditut Gabonak Bilbon edo, gutxienez,Bilbo eta Tenerife artean, hangoa baitaVioleta, nire emaztea. Badakit mundua zabalaeta anitza <strong>de</strong>la, giro eta baldintza atmosferikougarikoa, baina nire buruan beti Gabonak hotzarekinloturik irudikatzen dira. Horregatik, Kanarietaraegiten ditudan bisitaldietan beti harritzennau egun hauetako sinboloekin baterahango tenperatura gozo eta epelak ikusteak.Des<strong>de</strong> hace 11 años, el mismo número que sumanlas ediciones realizadas <strong>de</strong> la marcha BBK al Pagasarri,y como consecuencia <strong>de</strong> ella paso las navida<strong>de</strong>sen Bilbao o, a lo sumo, entre Bilbao y Tenerife,lugar <strong>de</strong>l que proce<strong>de</strong> Violeta, mi mujer. Me constaque el mundo es gran<strong>de</strong> y variado, como variadasson sus condiciones atmosféricas, pero no puedoevitar asociar Navidad y frío. Por eso, en mis visitasa Canarias, nunca <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rme el contrasteentre los símbolos típicos <strong>de</strong> estas fechas y la característicabonanza <strong>de</strong> sus temperaturas.
Colaboración especial 5 B a s u r t oLa historia<strong>de</strong> unas navida<strong>de</strong>s atípicasPersonalmente nunca pongo en mi casa símbolosnavi<strong>de</strong>ños: no soy creyente; si bientampoco cuestiono – ni <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> aprovechar –el que existan estas fechas festivas, ni <strong>de</strong>jo<strong>de</strong> caer en la tentación <strong>de</strong> pensar que sonsinceros la mayoría <strong>de</strong> los <strong>de</strong>seos expresos<strong>de</strong> felicidad, ausentes en otras épocas <strong>de</strong>laño. Para mí las navida<strong>de</strong>s son como cualquierotra fecha, buenas, aunque cada vezsean menos frías. No lo puedo evitar: megusta el frío o mejor, me gustan los contrastesy dado que vivimos en un lugar benigno(por tantas cosas) <strong>de</strong>l mundo, me gusta quehaga frío en invierno mucho más que calor enverano. Y <strong>de</strong> eso, <strong>de</strong> contrastes, va la historiaque quiero contar, la historia <strong>de</strong> las navida<strong>de</strong>smás atípicas que recuerdo.Muy cerca <strong>de</strong> la cima principal. Al fondo pue<strong>de</strong> verse la cima sur y la cresta <strong>de</strong>l Guanaco.Final <strong>de</strong> 1988...Fue entre finales <strong>de</strong> 1988 y principios<strong>de</strong>l 89: salimos <strong>de</strong> Madrid un día <strong>de</strong> finales<strong>de</strong> diciembre rumbo al hemisferiosur. En este hemisferio, la gente no vivecabeza abajo como en alguna ocasiónllegué a pensar <strong>de</strong> pequeño, perosí hay cosas que ocurren al revés queaquí en el norte. En Madrid hacía frío ysin embargo al llegar a Buenos Aireshacía calor, y es que allí en diciembrees verano. Después <strong>de</strong> Mendoza, unalocalidad más próxima al pacífico queal Atlántico, al pie <strong>de</strong> la cordillera andina,seguía haciendo calor a pesar <strong>de</strong>que ocurrían cosas parecidas a las queocurren aquí. Por ejemplo: el vino erabueno, y la carne, mejor. Lo pasábamosbien.Camino <strong>de</strong>l AconcaguaMás tar<strong>de</strong> salimos <strong>de</strong> Mendoza con elAconcagua como punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>stino ymuchas cosas se acabaron a partir <strong>de</strong>Puente <strong>de</strong>l Inca. No había comodida<strong>de</strong>s,dormíamos en el suelo no habíavino ni nadie servía carne asada, sólocomíamos arroz, pasta y poco más.A<strong>de</strong>más, empezó a hacer frío, muchofrío, y a veces soplaba un viento fuertetan espantosamente frío como yo sólohabía conocido en pocas ocasionescomo en el Himalaya. Lo curioso eraque aunque sin euforias, seguíamospasándolo bien. Tan bién como si estuviéramosen nuestras casas, o en BuenosAires o en Mendoza, o… inclusomejor.Una sorpresa en la cumbreMás tar<strong>de</strong>, con frío no excesivo, subimosal Aconcagua, subimos varias veces,ya que teníamos que hacer allíunas cuantas tonterías estupendas yno nos daba tiempo a terminarlas todasen una sola visita a la cumbre. Unacosa nos consoló durante aquel peregrinar:había un “majara” <strong>de</strong> Llodio quesubía con una bicicleta <strong>de</strong> montaña,nadie le pagaba ni esperaba que lo hicieranpor ello, pero quería bajar <strong>de</strong> lacima montado en la bici. Eneko, queasí se llamaba el chaval, logró finalmentesu propósito, no sin salir por losaires varias veces en la empinada “canaleta”.A partir <strong>de</strong> entonces establecimosuna buena amistad, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>aquella experiencia, Eneko cambió biciy montaña por vela y mar y hoy llevamuchas millas recorridas en diferentesembarcaciones, incluida una vuelta almundo.Un buen amigollamado EnekoYa he dicho que aquello ocurrió en elinvierno entre 1988 y 1989, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entoncestanto Eneko como yo hemoshecho algunos pocas cosas pintorescasy otras muchas absolutamente normales.Por ejemplo, ambos tenemosun hijo, pero también ésta es una cuestión<strong>de</strong> contrastes, el <strong>de</strong> Eneko tienealgo que no tiene el mío, el hijo <strong>de</strong>Eneko tiene un cáncer y yo –ya he dichoque no soy, creyente- <strong>de</strong>seo y espero<strong>de</strong> la ciencia, <strong>de</strong> nuestro sistemasanitario y <strong>de</strong> la propia naturaleza <strong>de</strong>lchaval, que nunca le falten oportunida<strong>de</strong>spara disfrutar, cuando lo hemoshecho su padre y yo <strong>de</strong> inviernos y veranosopuestos, <strong>de</strong> la buena comida ytambién <strong>de</strong>l hambre como no quedaotro remedio, <strong>de</strong> la abundancia y también<strong>de</strong> la escasez, <strong>de</strong> la tibieza <strong>de</strong>l aire<strong>de</strong> la primavera y también <strong>de</strong> losvientos fríos <strong>de</strong> lugares lejanos.Una pequeña cruz <strong>de</strong> aluminio señala el puntomás elevado <strong>de</strong>l continente americano (6.959 m).