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APÉNDICE II.1 DESCRICIÓN DO MODELO ... - Augas de Galicia

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APÉNDICE <strong>II.1</strong>DESCRICIÓN <strong>DO</strong> <strong>MODELO</strong> UTILIZA<strong>DO</strong> PARA ASIMULACIÓN <strong>DO</strong>S RECURSOS HÍDRICOSDemarcación Hidrográfica <strong>de</strong> <strong>Galicia</strong>-Costa


Como se mencionou no apartado 4.2.1 <strong>de</strong>ste documento, o mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> simulaciónutilizado para a avaliación dos recursos hídricos naturais (RRHHNN) na DHGC, foi omo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> precipitación-achega SIMPA. Neste apartado pretén<strong>de</strong>se dar unha<strong>de</strong>scrición <strong>de</strong> maior <strong>de</strong>talle sobre este mo<strong>de</strong>lo para unha mellor compresión dolector.O mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> simulación <strong>de</strong> achegas mensuais <strong>de</strong> SIMPA (Cabezas et ao., 2000;Ruiz, 2000; Estrela e Quintas, 1996) reproduce os procesos esenciais <strong>de</strong> transporte<strong>de</strong> auga que teñen lugar nas diferentes fases do ciclo hidrolóxico. É un mo<strong>de</strong>lohidrolóxico conceptual e cuasidistribuido que permite obter caudais mediosmensuais en réxime natural en puntos da re<strong>de</strong> hidrográfica dunha bacía.En cada unha das celas en que se discretiza o territorio expón o principio <strong>de</strong>continuida<strong>de</strong> e leis <strong>de</strong> repartición e transferencia entre os distintosalmacenamentos. A resolución temporal que utiliza é o mes, polo que po<strong>de</strong> obviar asimulación dun gran número <strong>de</strong> almacenamentos intermedios e a propagación dofluxo na bacía.A información <strong>de</strong> partida do mo<strong>de</strong>lo está constituída polos datos <strong>de</strong> precipitacións etemperaturas mensuais nas estacións meteorolóxicas e os datos <strong>de</strong> caudaishistóricos nos puntos <strong>de</strong> contraste. Toda esta información xestiónase na base <strong>de</strong>datos HIDRO (Quintas, 1996) do Centro <strong>de</strong> Estudos Hidrográficos do CEDEX.A continuación móstrase o resumo sobre o mo<strong>de</strong>lo presentado como artigo invitadoe publicado en Enxeñería da auga. Vol.6 Num.2 (xuño 1999), páxinas 125-138realizado por Teodoro Estrela Monreal, Francisco Cabezas Calvo-Louro e Fe<strong>de</strong>ricoEstrada Lorenzo.


INTRODUCCIÓNEn diciembre <strong>de</strong> 1998 el Ministerio <strong>de</strong> Medio Ambientepresentó al Consejo Nacional <strong>de</strong>l Agua el Libro Blanco <strong>de</strong>lAgua en España, abriendo un periodo <strong>de</strong> comentarios,discusiones y <strong>de</strong>bates públicos que se ha prolongadodurante meses.Uno <strong>de</strong> los objetivos perseguidos al elaborar el Libro fuedisponer <strong>de</strong> un soporte material or<strong>de</strong>nado, extenso yriguroso para la discusión y el <strong>de</strong>bate social, mediante elcual los procesos <strong>de</strong> maduración interna y contraste <strong>de</strong>opiniones adquirieran la mayor transparencia posible, alfundamentarse en bases documentales objetivas yexplícitasPor este motivo, el Libro consta <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> naturalezabásicamente técnica y expositiva, que refleja el estado <strong>de</strong>larte en lo referente a la situación actual <strong>de</strong> conocimientosen materia hídrica, incluyendo una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> losproblemas básicos existentes y previsibles, eincorporando contribuciones documentales yperspectivas <strong>de</strong> diferentes órganos administrativos sectoriales.Tal estado <strong>de</strong>l arte no se limita a una mera recopilacióny exposición documental, sino que incorpora<strong>de</strong>sarrollos tecnológicos propios, específicamente realizadospara el Libro. Esta parte <strong>de</strong> <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> datos,situaciones y problemas <strong>de</strong>l agua en España se haconsi<strong>de</strong>rado, en todo momento, esencial y, <strong>de</strong> hecho,ocupa una importante extensión <strong>de</strong>l documento.Atendiendo a su posible interés técnico y científico se hanseleccionado algunos <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>sarrollos tecnológicoscon la intención <strong>de</strong> presentarlos en sucesivos números <strong>de</strong>esta Revista. En concreto, para este primer artículo se haelegido el mo<strong>de</strong>lo hidrológico distribuido utilizado para laevaluación <strong>de</strong> los recursos hídricos en régimen natural.En posteriores artículos se preten<strong>de</strong>presentar otros <strong>de</strong>sarrollos, como el procedimiento <strong>de</strong>regionalización hidrometeorológica, el mo<strong>de</strong>lo cartográfico<strong>de</strong>sarrollado para la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibriosterritoriales, el mo<strong>de</strong>lo analítico para el estudio <strong>de</strong>l sistema<strong>de</strong> utilización <strong>de</strong>l agua o el procedimiento paraacotar las incertidumbres asociadas al posible cambioclimático. El objetivo es <strong>de</strong>scribir estos instrumentos yprocedimientos con un nivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle apropiado parauna revista especializada, pero que no se consi<strong>de</strong>ró proce<strong>de</strong>ntealcanzar en el Libro Blanco por su orientacióneminentemente divulgativa.Quizá otro <strong>de</strong> los avances técnicos más importantes <strong>de</strong>lLibro haya sido la recopilación <strong>de</strong> los datos básicos <strong>de</strong>lagua en España, cuya necesidad y utilidad se manifestaron<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong>de</strong> los trabajos como algo evi<strong>de</strong>nte. Estosdatos básicos se encontraban en una situación <strong>de</strong> enormedispersión en numerosas instancias administrativas yprivadas, y su mera síntesis y unificación, ciertamentecomplicada, ya posee un gran interés intrínseco. Laingente labor <strong>de</strong> recopilación y unificación <strong>de</strong>sarrollada hapermitido darles un tratamiento sistemático y uniforme,organizándolos y actualizándolos, creando archivoscomunes consistentes, y permitiendo su integración enbancos <strong>de</strong> datos homogéneos. A pesar <strong>de</strong> la indudabletrascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta labor, en este artículo no se hacenreferencias explícitas a la estructura y contenidos <strong>de</strong> estosbancos <strong>de</strong> datos, si bien, y como es fácil compren<strong>de</strong>r, sinesta organización <strong>de</strong> la información no habría sido posibleaplicar <strong>de</strong> modo práctico la mayor parte <strong>de</strong> losprocedimientos <strong>de</strong>sarrollados.Tampoco se analizan ni se ofrecen con <strong>de</strong>talle los resultadosobtenidos, centrándose en la <strong>de</strong>scripción técnica <strong>de</strong>los métodos y procedimientos <strong>de</strong>sarrollados. Para unaconsulta pormenorizada <strong>de</strong> los resultados se recomiendaacudir al propio Libro Blanco.


Con objeto <strong>de</strong> actualizar las series hidrológicas hasta elaño hidrológico 1995/96 mediante una metodología homogéneapara todas las cuencas españolas, en el LibroBlanco se ha utilizado un mo<strong>de</strong>lo matemático <strong>de</strong> simulación<strong>de</strong> las aportaciones naturales. El procedimiento <strong>de</strong>evaluación ha consistido en la mo<strong>de</strong>lación distribuida <strong>de</strong>los componentes básicos <strong>de</strong>l ciclo hidrológico con periodotemporal mensual y a la escala global <strong>de</strong> todo el territorionacional.En las últimas décadas se han <strong>de</strong>sarrollado numerososmo<strong>de</strong>los con el objetivo <strong>de</strong> generar series <strong>de</strong> aportacionesnaturales. Estos mo<strong>de</strong>los simulan el proceso <strong>de</strong> generación<strong>de</strong> la escorrentía a partir <strong>de</strong> informaciónmeteorológica y <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> las cuencas, yhan jugado un importante papel en los procesos <strong>de</strong> planificaciónhidrológica y <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> recursos (Chairat yDelleur, 1993).Si bien en el pasado ha sido habitual la utilización <strong>de</strong>mo<strong>de</strong>los agregados, como el clásico STANDFORD IV(Crawford y Linsley, 1966) o el mo<strong>de</strong>lo SACRAMENTO(Burnash et al., 1973) , hoy en día es común <strong>de</strong>sarrollarmo<strong>de</strong>los distribuidos, que consi<strong>de</strong>ran explícitamentela variabilidad espacial <strong>de</strong> los datos y parámetroshidrológicos. Si estos mo<strong>de</strong>los se plantean bajo basesteóricas, como por ejemplo hace el mo<strong>de</strong>lo SHE (DHI,1985; Abbot et al., 1986) al formular e integrar <strong>de</strong> formaconjunta las ecuaciones diferenciales que rigen losdistintos procesos físicos <strong>de</strong>l ciclo hidrológico, no suelenser operacionales para el tratamiento <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s cuencasy es por ello que sólo se han aplicado -y no sindificulta<strong>de</strong>s- a cuencas <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> kilómetros cuadrados.Una interesante experiencia al respecto es la <strong>de</strong>sarrolladaen la cuenca <strong>de</strong>l Segura, en el marco <strong>de</strong>l proyectoMedalus. Según Deursen y Kwadijk (1993) otra solución <strong>de</strong>compromiso para evaluar los recursos en gran<strong>de</strong>s cuencasconsistiría en plantear mo<strong>de</strong>los distribuidos conceptuales.En todo caso, es crucial compren<strong>de</strong>r el problema <strong>de</strong> lasescalas espacio-temporales y el <strong>de</strong> la sobreparametrización<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los. Una a<strong>de</strong>cuada consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>ambas cuestiones resulta esencial para una correctamo<strong>de</strong>lación hidrológica.LA APROXIMACIÓN DEL LIBRO BLANCODadas las condiciones, necesida<strong>de</strong>s y objetivos <strong>de</strong>l LibroBlanco, se ha utilizado el mo<strong>de</strong>lo hidrológico <strong>de</strong>nominadoSIMPA (Simulación Precipitación-Aportación), <strong>de</strong> tipoconceptual y distribuido, y que simula caudales mediosmensuales en régimen natural en cualquier punto <strong>de</strong> la redhidrográfica <strong>de</strong> una cuenca (Estrela y Quintas, 1996a y1996b, Ruiz, 1998). Reproduce los procesos esenciales <strong>de</strong>transporte <strong>de</strong> agua que tienen lugar en las diferentes fases<strong>de</strong>l ciclo hidrológico (Figura 1) planteando el principio<strong>de</strong> continuidad y estableciendo leyes <strong>de</strong> reparto ytransferencia entre almacenamientos, en cada una <strong>de</strong> lasceldas en que se discretiza el territorio. La resolucióntemporal que utiliza es el mes, por lo que pue<strong>de</strong> obviarsela simulación <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> almacenamientosintermedios y la propagación <strong>de</strong>l flujo en la cuenca.En cuanto a la resolución espacial, el tamaño <strong>de</strong> celdaseleccionado es <strong>de</strong> 1 km 2 , lo que supone que en cada paso<strong>de</strong> tiempo se simulan los distintos componentes <strong>de</strong>lciclo hidrológico en más <strong>de</strong> 500.000 celdas.A partir <strong>de</strong> las precipitaciones, las evapotranspiracionespotenciales y los parámetros hidrológicos, el mo<strong>de</strong>loobtiene los mapas <strong>de</strong> los distintos almacenamientos,humedad en el suelo y volumen <strong>de</strong> acuífero, y <strong>de</strong> lasvariables <strong>de</strong> salida <strong>de</strong>l ciclo hidrológico, evapotranspiracióny escorrentía total, obtenida esta última comosuma <strong>de</strong> la escorrentía superficial y la subterránea. Loscaudales mensuales, en cada intervalo <strong>de</strong> tiempo, seobtienen integrando la escorrentía total en las cuencasvertientes a los puntos <strong>de</strong> simulación.Figura 1. Diagrama <strong>de</strong> flujo <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo distribuido SIMPAP


Figura 2. Red <strong>de</strong> estaciones pluviométricas sobre el mo<strong>de</strong>lodigital <strong>de</strong>l terreno (cotas en metros)mapas <strong>de</strong> precipitaciones se obtienen a partir <strong>de</strong> la interpolación<strong>de</strong> los datos registrados en los pluviómetrosmediante el método <strong>de</strong>l inverso <strong>de</strong> la distancia al cuadrado.El procedimiento <strong>de</strong> interpolación seguido utiliza losdatos <strong>de</strong> las más <strong>de</strong> 5.000 estaciones meteorológicasoperativas existentes en España (Figura 2). Sin embargo,a pesar <strong>de</strong>l elevado número <strong>de</strong> estaciones, la estimación <strong>de</strong>la distribución espacial <strong>de</strong> la precipitación se encuentra,en ocasiones, con el inconveniente <strong>de</strong> que muchos <strong>de</strong> lospluviómetros sólo disponen <strong>de</strong> series cortas o incompletas,que <strong>de</strong>jan en algunos periodos amplias zonas sininformación, sobre todo en los primeros años <strong>de</strong> la serie.En esos casos se ha utilizado un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> regresióndoblepara rellenar las lagunas <strong>de</strong> una estación a partir <strong>de</strong> losdatos <strong>de</strong> las estaciones próximas. Este mo<strong>de</strong>loestacionariza previamente los datos mensuales originales<strong>de</strong> cada estación, restándoles la media <strong>de</strong>l mes ydividiendo la diferencia por la <strong>de</strong>sviación típica, tambiénmedia <strong>de</strong>l mes. Para preservar la varianzaFigura 4. Distribución <strong>de</strong> las estaciones meteorológicassegún su altitud<strong>de</strong> la serie completada se ha introducido un ruido blancoen la ecuación <strong>de</strong> regresión. Una vez aplicada la ecuación<strong>de</strong> correlación se proce<strong>de</strong> a <strong>de</strong>sestacionarizar los datoscompletados.Por otra parte, las estaciones meteorológicas no siemprese distribuyen <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>seada sobre la cuenca, ya quees habitual que se localicen en los valles y no en las zonas<strong>de</strong> mayor altitud. Esta distribución pue<strong>de</strong> apreciarse en laFigura 2 y, con mayor <strong>de</strong>talle, en la Figura 3, don<strong>de</strong> semuestra la distribución espacial <strong>de</strong> estacionespluviométricas en los Picos <strong>de</strong> Europa sobre un mo<strong>de</strong>lodigital <strong>de</strong>l terrenoEste mismo efecto pue<strong>de</strong> observarse en la Figura 4, quemuestra la distribución <strong>de</strong> las estaciones meteorológicasen España según su altitud.La Figura 5 muestra, asimismo, la curva porcentual acumulada<strong>de</strong> superficie <strong>de</strong>l territorio frente al número <strong>de</strong>Figura 3. Mapa <strong>de</strong> distribución espacial <strong>de</strong> estacionespluviométricas en los Picos <strong>de</strong> Europa, sobre unmo<strong>de</strong>lo digital <strong>de</strong>l terrenoFigura 5. Curva porcentual acumulada <strong>de</strong> superficie <strong>de</strong>lterritorio frente a número <strong>de</strong> estacionesmeteorológicas a las distintas cotas


Figura 6. Establecimiento <strong>de</strong> regresiones precipitación-alturaestaciones, con un punto <strong>de</strong> la curva para cada una <strong>de</strong> lascotas dadas en la figura anterior. Pue<strong>de</strong> apreciarse conclaridad el sesgo <strong>de</strong> las estaciones hacia las cotas másbajas, frente a lo que sería una distribución perfectamenteuniforme a lo largo <strong>de</strong> todo el relieve <strong>de</strong>l país (línea azul<strong>de</strong> 45°).La falta <strong>de</strong> estaciones en las zonas más altas produceinfravaloraciones importantes <strong>de</strong> la lluvia en muchascuencas <strong>de</strong> cabecera al aplicar directamente los algoritmos<strong>de</strong> interpolación espacial. Esta infravaloración en laslluvias <strong>de</strong> las cuencas <strong>de</strong> cabecera da lugar a unainfravaloración muy importante <strong>de</strong> los recursos estimadosa partir <strong>de</strong> las lluvias y pone <strong>de</strong> relieve la necesidad <strong>de</strong>disponer <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> medida meteorológicas que tengancobertura en las zonas <strong>de</strong> montaña. Para suplir estacarencia se han generado series <strong>de</strong> precipitaciones enestaciones ficticias teniendo en cuenta la correlación <strong>de</strong>la lluvia con la altitud.Para la obtención <strong>de</strong> estas series se han realizado estudiosespecíficos regionales que mejoran la interpolación en laszonas don<strong>de</strong> no se dispone <strong>de</strong> suficientes pluviométros.Así se han realizado análisis <strong>de</strong> regresión (Figura 6) entrela precipitación y la altitud que tienen en cuenta laorientación o exposición <strong>de</strong> las la<strong>de</strong>ras a las tormentas ylos balances regionales precipitación-apor-tación en lascuencas vertientes a las estaciones <strong>de</strong> aforo. Comoconsecuencia <strong>de</strong> estos análisis se han generadoFigura 7. Estaciones pluviométricas ficticias introducidasFigura 8.Precipitación media anual (mm) en el periodo comprendidoentre los años hidrológicos 1940/41 y 1995/96una serie <strong>de</strong> pluviómetros ficticios en cuyos datos sepreservan las relaciones lluvia-altitud obtenidas en cadaregión. Este procedimiento se ha realizado básicamente(Figura 7) en las vertientes <strong>de</strong> la Cordillera Cantábrica yMontes <strong>de</strong> León, Pirineos, Picos <strong>de</strong> Urbión y Sierra <strong>de</strong>Albarracín, Sistema Central y Macizo <strong>de</strong> Gredos, Sierra <strong>de</strong>Alguazas, Sierra <strong>de</strong> Cazorla y Sierra Nevada.Aunque este trabajo ha sido realizado <strong>de</strong> forma iterativa,<strong>de</strong>finiendo regiones, analizando las correlaciones en ellas,volviendo a modificar las regiones, y así hasta encontrarunas regiones en las cuales se i<strong>de</strong>ntificaran claramente lascorrelaciones entre las lluvias y la altitud, en laactualidad, y como continuación <strong>de</strong> estos trabajos, seestán realizando análisis que persiguen laautomatización <strong>de</strong> este proceso mediante el uso <strong>de</strong> técnicasgeoestadísticas. Con estas técnicas se están analizandolos factores que condicionan el proceso(precipitación, altitud, orientación, pendientes, etc.), losprocedimientos para el establecimiento <strong>de</strong> regiones enfunción <strong>de</strong> los factores seleccionados y, finalmente, seestán <strong>de</strong>finiendo las ecuaciones a aplicar.Mediante el procedimiento <strong>de</strong>scrito se han estimado losmapas <strong>de</strong> precipitaciones mensuales para el periodo <strong>de</strong>simulación. En la Figura 8 se muestra el correspondiente ala media anual <strong>de</strong>l periodoEn cuanto a la evapotranspiración potencial se ha utilizadouna combinación <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> Thornthwaite yPenman-Monteith, y se ha introducido un coeficientereductor que tiene en cuenta el efecto <strong>de</strong> la vegetación.El método <strong>de</strong> Thornthwaite ha venido utilizándose tradicionalmenteen España <strong>de</strong>bido a que básicamente sólonecesita datos <strong>de</strong> temperatura, información que habitualmentese encuentra disponible cubriendo amplias regiones<strong>de</strong>l territorio (Figura 9). Sin embargo este método, válidoen zonas húmedas y subhúmedas con precipitacionesestivales, suele infravalorar las evapotranspira-cionespotenciales en zonas con climas distintos a los anteriores.En concreto, es conocido que en zonas áridas ysemiáridas infravalora la evapotranspiración po-V


Figura 9. Distribución espacial <strong>de</strong> las estaciones termométricasen Españatencial. Otros métodos <strong>de</strong> estimación <strong>de</strong> la evapotranspiraciónpotencial, como el <strong>de</strong> Penman-Monteith, que hasido recomendado por la FAO, <strong>de</strong>finen físicamente mejorel fenómeno y logran ajustar sus resultados a las diferentescondiciones climáticas, aunque por el contrario necesitan<strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong> variables. La información queprecisan para su aplicación sólo suele estar disponible enlas estaciones meteorológicas completas, que registrandatos <strong>de</strong> temperatura, radiación solar, humedadatmosférica, velocidad <strong>de</strong>l viento, etc., y cuyo número esmuy reducido en España (Figura 10).El procedimiento seguido para estimar la evapotranspiraciónpotencial ha consistido en aplicar el método <strong>de</strong>Thornthwaite en cada celda y para cada uno <strong>de</strong> los meses<strong>de</strong>l periodo y modificar posteriormente los mapascalculados mediante unos mapas mensuales <strong>de</strong> coeficientescorrectores. Estos 12 mapas correctores se hanobtenido interpolando los coeficientes que resultan <strong>de</strong>dividir la evapotranspiración potencial media mensualcalculada según Penman-Monteith y la calculada segúnThornthwaite en las estaciones meteorológicas completas,don<strong>de</strong> como ya se ha mencionado existe suficienteFigura 10. Distribución espacial <strong>de</strong> las estaciones completas enEspañainformación para aplicar ambos métodos. En las Figuras11 y 12 se muestra un ejemplo <strong>de</strong> la estimación <strong>de</strong> laevapotranspiración potencial en el mes <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1990según el método <strong>de</strong> Thornthwaite y según el procedimientoaquí <strong>de</strong>scrito.La temperatura es una variable <strong>de</strong>terminante para el cálculo<strong>de</strong> la evapotranspiración potencial, y al igual quesuce<strong>de</strong> con la precipitación muestra una correlación significativacon la altitud. Dado que las estaciones meteorológicasque registran la temperatura también escasean enlas zonas más montañosas, se han introducido estacionesficticias cuyas series <strong>de</strong> temperaturas mensuales se hanobtenido en función <strong>de</strong> los valores registrados en lasestaciones vecinas y <strong>de</strong> las correlaciones existentes con laaltitud. En estos estudios se ha encontrado que, en valoresmedios, el gradiente entre la temperatura y la altitud sigueun comportamiento similar al <strong>de</strong>l gradiente adiabático,0,6°C/100 m (Figura 13).Seguidamente se procedió a interpolar los mapas <strong>de</strong> temperaturasmensuales, que se utilizaron posteriormentepara el cálculo <strong>de</strong> la evapotranspiración mensual segúnThornthwaite. Aplicando los mapas <strong>de</strong> coeficientes co-Figura 11. Cálculo <strong>de</strong> la ETP (mm) según Thornthwaite (julio1990)Figura 12. Cálculo <strong>de</strong> la ETP (mm) según el procedimiento utili zadoen el Libro Blanco (julio 1990)


Figura 13. Comportamiento <strong>de</strong> la temperatura con la altitud enla Cordillera Cantábricarrectores mensuales antes mencionados se obtuvieron losmapas <strong>de</strong> evapotranspiraciones potenciales segúnPenman-Monteith, que a su vez fueron afectados por uncoeficiente <strong>de</strong> vegetación variable en el espacio, aunqueinvariante en el tiempo. Este coeficiente tiene en cuentael efecto <strong>de</strong> la vegetación, ya que no es lo mismo laevapotranspiración potencial en una zona sin vegetaciónque en otra <strong>de</strong>nsamente cubierta por ésta. Este mapa <strong>de</strong>coeficientes (Figura 14) se obtuvo a partir <strong>de</strong> los usos <strong>de</strong>lsuelo proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> CORINNE LAND COVER. Losvalores asignados a cada clase <strong>de</strong> uso suelo (Tabla 1) seestimaron mediante balances hídricos en cuencasaforadas. De esta manera se modificó la evapotranspiraciónpotencial calculada por la fórmula <strong>de</strong> Penman-Monteith para un cultivo <strong>de</strong> referencia y se tuvo en cuenta elconocido hecho, <strong>de</strong>mostrado teórica y experimentalmente,<strong>de</strong> que la evapotranspiración no sólo se controlapor factores meteorológicos sino que viene regulada tambiénpor el tipo <strong>de</strong> vegetación.Como resultado final se obtuvieron los mapas mensuales<strong>de</strong> evapotranspiraciones potenciales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1940hasta el año 1995. La Figura 15 muestra el valor medioanual para ese periodo, que es el que finalmente se ofreceen el Libro Blanco.Tipo <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l sueloCoeficiente <strong>de</strong> cultivoEspacios con poca vegetación 80%Tierras <strong>de</strong> labor 87%Sistemas agrícolas heterogéneos 91%Cultivos permanentes 93%Vegetación arbustiva 95%Bosque mixto 97%Bosques <strong>de</strong> frondosas y98%coníferasZonas húmedas, superficies <strong>de</strong>agua y artificiales 100%Pra<strong>de</strong>ras 100%Tabla 1. Coeficiente reductor <strong>de</strong> la evapotranspiraciónpotencial en función <strong>de</strong>l <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l sueloFigura 14. Coeficiente reductor (x100) <strong>de</strong> laevapotranspiración potencial según el uso <strong>de</strong>l sueloFigura 15. Estimación <strong>de</strong> la distribución espacial <strong>de</strong> la ETPmedia (mm) en España (1940-1995)CALIBRACIÓN DEL <strong>MODELO</strong>La calibración <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo consiste en ajustar los mapas <strong>de</strong>parámetros <strong>de</strong> forma que se reproduzcan satisfactoriamentelos caudales en los puntos don<strong>de</strong> esta informaciónes conocida. La mayoría <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong> calibración<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo correspon<strong>de</strong>n a estaciones <strong>de</strong> aforo don<strong>de</strong> semi<strong>de</strong>n caudales en régimen natural, aunque también sehan utilizado series restituidas a régimen natural proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> los Planes Hidrológicos <strong>de</strong> cuenca. En laFigura 16 se muestran los más <strong>de</strong> 100 puntos <strong>de</strong> controlseleccionados para la calibración, así como la situación <strong>de</strong>los embalses y <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> riego, informaciónutilizada para realizar esa selección. Los mo<strong>de</strong>losdistribuidos <strong>de</strong>ben superar el problema <strong>de</strong> estimar losnumerosos parámetros que utilizan en sus cálculos, paralo cual el mo<strong>de</strong>lo utilizado en el libro Blanco incorporadiferentes herramientas que facilitan el establecimiento<strong>de</strong> relaciones entre parámetros hidrológicos ycaracterísticas <strong>de</strong> las cuencas. Tratándose <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lodistribuido sus parámetros no son escalares, sino matricesrepresentativas <strong>de</strong> los distintos atributos territorialesconsi<strong>de</strong>rados: mapas <strong>de</strong> capacidad


Figura 16. Mapa con la selección <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> control parala calibración <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lomáxima <strong>de</strong> almacenamiento <strong>de</strong> humedad en el suelo,capacidad máxima <strong>de</strong> infiltración y coeficientes <strong>de</strong> agotamiento<strong>de</strong> los acuíferos. Estos mapas no se han estimadoregionalizando los parámetros calibrados en lascuencas aforadas sino que se han obtenido <strong>de</strong> forma distribuidapara todo el territorio a partir <strong>de</strong> característicasfísicas <strong>de</strong> las cuencas y <strong>de</strong> los acuiferos, tales como usos <strong>de</strong>suelo, litología, etc. De esta manera los parámetros <strong>de</strong> lascuencas no aforadas, que cubren un gran porcentaje <strong>de</strong>lterritorio, son coherentes con sus características y pue<strong>de</strong>nser estimados con mayor fiabilidad.En el proceso <strong>de</strong> calibración realizado se ha hecho lahipótesis, confirmada con posterioridad, <strong>de</strong> estacionariedado invarianza <strong>de</strong> los parámetros en el periodo <strong>de</strong>simulación. Esto supone admitir, consecuentemente, lainvarianza en los usos <strong>de</strong> suelo. Aunque, como es obvio,se han producido cambios en los usos <strong>de</strong> suelo en lasúltimas décadas en algunas zonas <strong>de</strong>l territorio nacional,su inci<strong>de</strong>ncia global sobre las aportaciones <strong>de</strong> los ríos esmuy escasa, como <strong>de</strong>muestra el hecho <strong>de</strong> que los residuos(diferencia entre valor observado y simulado) no muestransesgos a lo largo <strong>de</strong>l periodo <strong>de</strong> simulación, tal y como mása<strong>de</strong>lante se pue<strong>de</strong> observar en los distintos gráficos <strong>de</strong>ajuste.Uso <strong>de</strong>l sueloCapacidad máxima <strong>de</strong>humedad <strong>de</strong>l suelo (mm)Superficies artificiales 40Espacios con poca vegetación 100Tierras <strong>de</strong> labor en secano 155Tierras <strong>de</strong> labor en regadío 215Pra<strong>de</strong>ras y pastizales naturales 150Sistemas agrícolas heterogéneos 195Cultivos permanentes 210Vegetación arbustiva 135Bosque mixto 220Bosques <strong>de</strong> frondosas yconíferasZonas húmedas, superficies <strong>de</strong>agua y artificiales230300Tabla 2 Regionalización <strong>de</strong> la capacidad máxima <strong>de</strong> humedad<strong>de</strong>l suelo a partir <strong>de</strong> los usos <strong>de</strong>l sueloEste efecto, ciertamente significativo a la escala <strong>de</strong> lala<strong>de</strong>ra, la parcela o la pequeña cuenca, resulta ser irrelevantea las escalas <strong>de</strong> las cuencas fluviales estudiadas en elLibro, y su efecto queda ampliamente absorbido por lasincertidumbres y ruidos propios <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los hidrológicos,aun <strong>de</strong> los más complejos y parametrizados. Encualquier caso, el mo<strong>de</strong>lo no presenta ninguna limitaciónpara tratar parámetros que varían en el tiempo, sino todolo contrario: el procedimiento seguido permite relacionarlos usos <strong>de</strong> suelo y el parámetro <strong>de</strong> capacidad máxima <strong>de</strong>almacenamiento <strong>de</strong> agua en el suelo <strong>de</strong> forma directa ytransparente a través <strong>de</strong> la Tabla 2. Lamentablemente noexiste información para todo el territorio nacional sobre laevolución temporal <strong>de</strong> los usos <strong>de</strong>l suelo.En la Figura 17 se muestra el mapa <strong>de</strong>l parámetro <strong>de</strong>capacidad máxima <strong>de</strong> almacenamiento <strong>de</strong> humedad en elsuelo, que regula el volumen <strong>de</strong> agua o exce<strong>de</strong>nte queacaba convirtiéndose en escorrentía. Tal como ya se hamencionado, se ha estimado a partir <strong>de</strong> información sobreusos <strong>de</strong>l suelo, según la Tabla 2.Figura 17. Mapa <strong>de</strong> capacidad máxima <strong>de</strong> almacenamiento <strong>de</strong>aguạ en el suelo (mm)Figura 18. Mapa <strong>de</strong> capacidad <strong>de</strong> infiltración máxima(mm)


LitologíaInfiltración máxima (mm)Mat.aluvial <strong>de</strong> origen indiferenciado 400Calizas y dolomías 1000Margas 85Margas yesíferas 75Yesos 64Materiales arenosos 450Materiales gravo-arenosos 500Calcarenitas (Macigno) 250Arcosas 150Rañas 95Granitos 65Rocas metamórficas 20Gneiss 55Pizarras 40Rocas volcánicas 275Tabla 3. Regionalización <strong>de</strong> la capacidad máxima <strong>de</strong> infiltracióna partir <strong>de</strong> la litologíaEl parámetro capacidad <strong>de</strong> infiltración máxima (Figura18), que interviene en la ley que regula el reparto <strong>de</strong>lexce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> agua entre escorrentía superficial e infiltraciónal acuífero, se ha obtenido básicamente a partir <strong>de</strong>la litología, según las equivalencias reflejadas en la Tabla3. Los valores asignados a cada clase litológica en estatabla proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> los flujos base en lasestaciones <strong>de</strong> aforo <strong>de</strong> los ríos.El intercambio <strong>de</strong> agua entre acuífero y río se ha simuladomediante el mo<strong>de</strong>lo unicelular, cuyo parámetro<strong>de</strong>nominado coeficiente <strong>de</strong> agotamiento (Figura 19) se haobtenido a partir <strong>de</strong>l conocimiento cualitativo <strong>de</strong>lfuncionamiento <strong>de</strong> los acuíferos, <strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s hidrodinámicas,si eran conocidas, y, fundamentalmente, <strong>de</strong>las curvas <strong>de</strong> agotamiento <strong>de</strong> los acuíferos observadas enlas estaciones <strong>de</strong> aforo <strong>de</strong> los ríos.Para ofrecer una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l buen grado <strong>de</strong> ajuste conseguidocon el mo<strong>de</strong>lo, en la Figura 20 se muestran losFigura 20. Contraste <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo en valores medios anualesvalores medios anuales <strong>de</strong> las aportaciones específicas,simuladas y observadas, en todos los puntos <strong>de</strong> controlseleccionados.También se representan en las figuras siguientes las seriescompletas <strong>de</strong> aportaciones mensuales (en m 3 /s), simuladasy observadas, en distintos puntos <strong>de</strong> control. Se pue<strong>de</strong>afirmar que la calibración es muy satisfactoria, y losuficientemente fiable como para permitir la aplicacióngeneralizada <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo en todo el territorio.En las Figuras 21 a 29 se muestran los ajustes <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>loen algunos <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> control seleccionados. Losajustes obtenidos no muestran un sesgo a lo largo <strong>de</strong> laserie temporal, lo que ratifica la hipótesis <strong>de</strong> invarianza <strong>de</strong>los parámetros asumida en el mo<strong>de</strong>lo. Incluso seríestemporales observadas, como la <strong>de</strong>l Tajo en Entrepeñas,que en principio podría parecer que muestra unaten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años sesenta quizás<strong>de</strong>bida a cambios en los usos <strong>de</strong>l suelo, pue<strong>de</strong>n reproducirsecon el mo<strong>de</strong>lo a partir <strong>de</strong> las lluvias y bajo lahipótesis <strong>de</strong> invarianza <strong>de</strong> los parámetros <strong>de</strong> usos <strong>de</strong>lsuelo en su cuenca vertiente.Figura 21. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l río Miñoen Lugo (periodo 1940 ⋅⋅⋅ 1995)Figura 19. Mapa <strong>de</strong> coeficientes <strong>de</strong> recesión (dias-1x100.000)Figura 22. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoAlberche (periodo 1940 - 1995)


Figura 23. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoGuadalquivir en La Cubeta (periodo 1940 – 1995)Figura 24. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoGuadalquivir en Tranco <strong>de</strong> Beas (periodo 1940 –1995)Figura 25. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoTurón en Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Guadalhorce (periodo 1940 –1995)Figura 26. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoSegura en Fuensanta (periodo 1940 – 1995Figura 27. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoJúcar en Alarcón (periodo 1940 – 1995)Figura 28. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l río Tajoen Entrepeñas (periodo 1940 a 1995)Figura 29. Series mensuales simuladas e históricas <strong>de</strong>l ríoEbro en Castejón (periodo 1940 a 1995)SIMULACIÓN HIDROLÓGICATerminada la fase <strong>de</strong> calibración se procedió a la simulaciónpara el periodo seleccionado (octubre <strong>de</strong> 1940 aseptiembre <strong>de</strong> 1996). En la Figura 30 se muestra unejemplo <strong>de</strong> las distintas variables hidrológicas simuladascon el mo<strong>de</strong>lo en uno <strong>de</strong> los intervalos <strong>de</strong> tiempo.Como resultado <strong>de</strong> la evaluación <strong>de</strong> recursos realizada elvalor medio anual <strong>de</strong> la escorrentía total en España es<strong>de</strong> 220 mm (equivalentes a unos 111.000 hm 3 ), cifra querepresenta aproximadamente un tercio <strong>de</strong> la precipitación.En cuanto a la distribución espacial (Figura 31)son evi<strong>de</strong>ntes las gran<strong>de</strong>s diferencias territoriales quemuestra, variando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> áreas don<strong>de</strong> la escorrentía es <strong>de</strong>menos <strong>de</strong> 50 <strong>de</strong> mm/año (sureste <strong>de</strong> España, la Mancha, elvalle <strong>de</strong>l Ebro, la meseta <strong>de</strong>l Duero y las Islas Canarias)hasta otras don<strong>de</strong> supera los 800 mm/año (cuencas <strong>de</strong>lNorte y áreas montañosas <strong>de</strong> algunas cuencas).En la Figura 32 se muestra la distribución estacional <strong>de</strong> laescorrentía. Las reducidas lluvias y las elevadas evapotranspiracionespotenciales <strong>de</strong> los meses <strong>de</strong> primavera yverano <strong>de</strong>terminan que en una gran parte <strong>de</strong>l territoriono se genere escorrentía en esos meses. El agua que portanto circula por los ríos en esa época es la que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>la <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong> los acuíferos y cuando éstos no existen laescorrentía es prácticamente nula. Con carácter general sepue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que el agua que marca la abundancia hídrica<strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado año en muchas regiones <strong>de</strong> España esla que precipita en otoño e invierno.


Figura 30. Ejemplos <strong>de</strong> mapas <strong>de</strong> variables hidrológicas simuladas con el mo<strong>de</strong>lo en el mes <strong>de</strong> abril 1969Figura 31. Mapa <strong>de</strong> escorrentía total media anual en mm(periodo 1940-1995En la Figura 33 se ha realizado, a modo ilustrativo, unaampliación <strong>de</strong>l mapa <strong>de</strong> la escorrentía correspondiente almes <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1970 en una parte <strong>de</strong>l territorionacional, concretamente en <strong>Galicia</strong>. A partir <strong>de</strong> ese mapa <strong>de</strong>escorrentía y <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo digital <strong>de</strong>l terreno <strong>de</strong> la zona(Figura 34) se han obtenido <strong>de</strong> forma automática, medianteun módulo que incorpora el mo<strong>de</strong>lo, las aportacionesque circulan por la red fluvial (Figura 35) en esemes.Figura 32. Distribución estacional <strong>de</strong> la escorrentía (mm)Dentro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> la evaluación <strong>de</strong> recursos hídricosrealizada en el Libro Blanco, y con objeto <strong>de</strong> disponertambién <strong>de</strong> una evaluación <strong>de</strong> la recarga natural a losacuíferos en un período común (1940/41 a 1995/96) ycon una metodología <strong>de</strong> cálculo homogénea, se ha realizado,para toda España, con este mo<strong>de</strong>lo, una estimación<strong>de</strong> la recarga <strong>de</strong>bida a la lluvia caída sobre cada unidadhidrogeológica. Esta estimación no tiene en cuenta, portanto, las transferencias entre unida<strong>de</strong>s que, aun-


Figura 33. Detalle <strong>de</strong>l mapa <strong>de</strong> escorrentía (mm) en lazona <strong>de</strong> <strong>Galicia</strong> (febrero 1970)Figura 36. Mapa <strong>de</strong> recarga natural (infiltración porlluvia directa) en las unida<strong>de</strong>s hidrogeológicas(mm/año)Figura 37. Recarga por infiltración <strong>de</strong> lluvia (hm 3 /año) en launidad hidrogeológica <strong>de</strong> la Mancha Oriental(periodo 1940/41 a 1995/96)Figura 34. Detalle <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo digital <strong>de</strong>l terreno en lazona <strong>de</strong> <strong>Galicia</strong> (cotas en metros)Figura 38. Recarga por infiltración <strong>de</strong> lluvia (hm 3 /año) enla unidad hidrogeológica <strong>de</strong> Madrid-Talavera(periodo 1940/ 41 a 1995/96)Figura 35. Detalle <strong>de</strong>l mapa <strong>de</strong> aportaciones en la red fluvial(hm 3 /mes) en la zona <strong>de</strong> <strong>Galicia</strong> (febrero 1970)que con carácter general son pequeñas, pue<strong>de</strong>n ser importantesen algunas unida<strong>de</strong>s concretas. Tampoco consi<strong>de</strong>ra,como se dijo, las pérdidas por infiltración en loscauces superficiales. Estas dos componentes <strong>de</strong> la re-Figura 39. Recarga por infiltración <strong>de</strong> lluvia (hm 3 /año) en laPenínsula (periodo 1940/41 a 1995/96)


Figura 40. Esquema con los principales flujos <strong>de</strong> agua (km 3 /año) en España (periodo 1940-1995)carga <strong>de</strong>berían añadirse a la estimación aquí realizada, yaunque globalmente no representan unos valores importantes,pue<strong>de</strong>n ser significativas en algunas unida<strong>de</strong>sconcretas. En cualquier caso, como se compren<strong>de</strong>rá, esteanálisis particularizado está fuera <strong>de</strong>l alcance <strong>de</strong> losobjetivos <strong>de</strong>l Libro Blanco.En la Figura 36 se muestran los valores medios anuales <strong>de</strong>recarga <strong>de</strong>bidos a infiltración por lluvia directa, enmm/año, obtenidos en cada unidad hidrogeológica.En las Figuras 37, 38 y 39 se muestran las series anuales<strong>de</strong> recargas por lluvia directa correspondientes a dosunida<strong>de</strong>s hidrogeológicas concretas, la <strong>de</strong> la ManchaOriental y la <strong>de</strong> Madrid-Talavera, así como la correspondientea todo el territorio peninsular español.Finalmente, y como gran síntesis <strong>de</strong> la evaluación <strong>de</strong>recursos realizada, en la Figura 40 se muestra un esquemacon las cifras medias anuales <strong>de</strong> los principales flujos <strong>de</strong>agua en régimen natural en España. La aportación total,111 km 3 /año, es aproximadamente la suma <strong>de</strong> laescorrentía superficial directa, 82 km 3 /año, y la recarga alos acuíferos, 29 km 3 /año. Esa aportación total pue<strong>de</strong>también dividirse en aportación <strong>de</strong> la red fluvial, 109km 3 /año, y en escorrentía subterránea al mar, 2 km 3 /añoincluyendo las islas.Con la mo<strong>de</strong>lación efectuada se ha podido constatar que laconsi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los últimos 10 años, es <strong>de</strong>cir, el empleo<strong>de</strong> las series 1940/41-1995/96 en lugar <strong>de</strong> las habituales1940/41-1985/86, utilizadas en muchos <strong>de</strong> los Planes <strong>de</strong>cuenca, supone, por término medio, casi un 4% <strong>de</strong>disminución <strong>de</strong> los recursos naturales totales. En<strong>de</strong>finitiva, y como conclusión, podría resaltarse el hecho<strong>de</strong> que se ha realizado una compleja y sistemáticaevaluación <strong>de</strong> recursos que contempla e integra, para unmismo periodo y con la misma metodología, los datos<strong>de</strong> precipitaciones, evapotranspiraciones, usos <strong>de</strong> suelo,litologías, recargas a los acuíferos y aportaciones en losríos a la escala <strong>de</strong> todo el territorio nacional. Esta aproximaciónpasa a integrarse al acerbo tecnológico disponibleen nuestro país para un cada vez mejor conocimiento <strong>de</strong>nuestros recursos naturales..

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