(viene, de la página anterior)¿De dónde proviene este desorden? Yo mencionaría:(1) la presencia de un "patán" en la clase,¿qué es un "patán"? Es una persona malcriada, impertinentey con pésimos modales. (2) Falta deinterés. (3) Un maestro mal preparado. ¿Cómo podemoseliminar estas tres causes de desorden?Primero, en cuanto al niño que probablementeviene de un hogar en el que no se le ha enseñado laimportancia del autodominio, sus padres no le haninculcado la necesidad de tener consideración hacialos otros miembros de la familia, lo primero que debenprocurar los padres. Hay un estudio que recientementese ha ido generalizando, y es lo que llamamos"comprensión del prójimo", lo que da a entenderuna proyección imaginaria de nuestro propio ser enuna personalidad ajena, o mejor dicho aún, la habilidadde apreciar los sentimientos de otra persona.Antes de condenar a este niño desordenado—esde notarse que muy pocas veces es una niña—seríaconveniente entender la situación de su hogar. Elmaestro puede enterarse de las condiciones. Quizátenga que ponerse en contacto con los padres mástarde. Pero antes de excederse en condenar al niño,tratemos de ponernos en su lugar y averiguar qué eslo que lo impulsa. Tal vez en el hogar se le hayapermitido desarrollar el egoísmo, o un deseo de quese le tenga en cuenta.Creo que descubriremos que en dicho hogar lospadres tratan de hacer del niño el centro de atencióncuando tienen visitas. El es quien debe ser notadopor los demás, y han desarrollado en él undeseo de ser el foco de la atención. A él es a quienlos visitantes deben escuchar. Y es probable que enel hogar no se le haya enseñado a que se domine, sinoque haga todo por convertirse en el centro de laatención.Un ejemplo que debe enseñarse al "patán"Esto probablemente ayudará al maestro a tenerinfluencia en el niño, pero no por la fuerza, sino presentándole,de sorpresa, alguna mañana, una lecciónque le enseñe cómo debe considerar a otros. El maestropodría presentar la historia enteramente parabeneficio de este niño. Supongamos que el chico estádesarrollando la idea de que va a hacer todo lo quele plazca, que no va a ayudar a los demás ni a tenerninguna consideración hacia ellos. Tal vez podamosllegar al niño narrándole el cuento de Sidney Cartón,uno de los personajes de la obra de Charles Dickens,titulada "Historia de dos ciudades". Sidney Cartónera un destacado abogado, pero era un libertino yno tenía consideración por los demás, sólo se preocupabapor sí mismo. O mejor dicho, había unapersona en quien estaba interesado, una dulce mujerde la que había estado enamorado por varios años.Pasó toda su vida ocupado en sus propios intereses,tratando de lograr todo lo que podía para sí mismoy nunca pensó en el bienestar de los demás. Hastaque un día, al encontrarse en presencia de un ancianode 78 años, se dio cuenta que había desperdiciadosu vida. Dijo a su viejo amigo:—Usted tiene una larga vida para recordar,amigo.—Es verdad, tengo 78 años—contestó el anciano.—Usted ha sido una persona útil toda su vida,constantemente ocupada, estimada, respetada y honrada.—Oh, he sido siempre un hombre de negocios,desde que soy hombre. En verdad, creo que trabajéen negocios desde que era un muchacho.—Pero observe el lugar que ocupa a los setentay ocho años. Cuánta gente lo va a extrañar cuandolo desocupe—le dijo Sidney.—No, no,—dijo el señor Lorry—yo no soy másque un viejo solterón. Nadie me va a llorar.—¿Cómo puede usted decir eso? ¿Acaso ella ysu hijo no llorarían por usted?—dijo Sidney refiriéndosea la joven que por tantos años había amado.—~Ah, sí, por suppesto. Realmente no quise decireso.—Realmente puede estar agradecido a Dios queno es así—dijo Sidney. Y luego se pintó a sí mismocon estas palabras:—Si esta noche uno pudiera decir francamente asu corazón solitario: No me he asegurado ni el amor,ni el cariño, ni la gratitud, ni el respeto de ningúnser humano; no he ganado un lugar bueno en ningúnaspecto; no he hecho nada bueno o constructivopor lo que se me recuerde. Si usted pudiera deciresto, sus setenta y ocho años serían setenta y ochomaldiciones, ¿no es cierto?—Concuerdo con usted, señor Cartón—respondióel anciano—creo que lo sería.Si para entonces nos hemos captado la atencióndel niño molesto, podríamos terminar diciéndole:Cuando Sidney Cartón ofreció su propia vida por ladel esposo de la mujer que amaba, se reflejó en susojos un brillo especial que parecía decir—como loexpresa Charles Dickens: "Este es el momento másfeliz de mi vida, estoy haciendo de ella algo quevale la pena."Si ese día no logramos llegar hasta el niño, podemoshacer una convocación a la lealtad de la clase:"Hagamos de nuestra clase la mejor del distrito (ode la misión). Que nuestra clase sea la más quietade la Escuela Dominical. Que nuestros registros seanlos mejores de la misión para que pueda informar alpresidente del distrito que nuestra clase no tienenada que la distraiga.Creo que ésta será una manera de atraernos aeste niño malcriado. Podemos convertirlo en el principal,posiblemente en el primero en lealtad hacia laclase. Si esto fracasa, se puede recurrir a los padresy decirles: "Si su niño sigue portándose mal, vamosa tener que quitarlo de la lista." Esta es una medidaextrema. Cualquier maestro puede expulsar a unalumno, pero antes de hacerlo deben agotarse todoslos otros medios. Es necesario tener orden en la clase—se necesita para el desarrollo del alma, y si uno odos niños se niegan a ayudar ai orden, tendrán queapartarse de la clase. Es preferible que un niñoquede privado y no que una clase entera se envenenelentamente.La segunda causa del desorden es la falta deinterés. El interés probablemente lo podemos(sigue en Ja. página 68)50 LIAHONA
Decimotercero de una serie de artículos sobre el nuevo Programa de la Noche de Hogar para la FamiliaLas mayordomíaspor Reed H. Bradford(Tomado de The Instructor)EN muchas organizaciones humanas un determinadocargo se considera como símbolo de categoríao prominencia. De modo que el cargo depresidente, por ejemplo, es reconocido como la posiciónmás alta. Como resultado de esta tendencia,muchos individuos buscan concientemente ocuparuna posición que les dé cierta categoría. Es muycomún también, que estos individuos dediquen másdevoción a estos cargos de renombre que a los queconsideran de poca importancia.Otra tendencia característica de muchas personases querer que otros resuelvan sus problemasdifíciles. Esto es comprensible ya que muchas de lassituaciones a las que diariamente nos enfrentamosno son fáciles de resolver. Para llegar a una resoluciónadecuada, una persona debe tener considerableconocimiento y sabiduría. Deberá ser capaz de valorarsus decisiones y de poner lo más importanteen primer lugar, lo de importancia secundaria en seguiday así sucesivamente.Estas dos tendencias, sin embargo, pueden tenerserias desventajas. En primer lugar, una organizaciónse perjudica cuando los que ocupan ciertos cargosno dan la medida completa de su devoción a laresponsabilidad que la misma implica. En segundo,lugar, en muchos casos la persona no logra progresary crecer como debiera. Tercero, cuando alguien tratacontinuamente que otras personas resuelvan sus problemas,no está logrando uno de los propósitos principalesde su existencia terrenal.¿Cómo debe considerar uno las distintas posicionesdentro de una organización? El apóstol Pablocontestó esta pregunta comparando una organizacióncon el cuerpo. ". . . El cuerpo no es un solomiembro, sino muchos."Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soydel cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?"Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soydel cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?"Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría eloído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?"Mas ahora Dios ha colocado los miembros cadauno de ellos en el cuerpo, como él quiso."Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dóndeestaría el cuerpo?"Pero ahora son muchos los miembros, pero elcuerpo no es uno solo."Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito,ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidadde vosotros."Antes bien, los miembros del cuerpo que parecenmás débiles, son los más necesarios." (1 Corintios12:14-22.) Por lo tanto, uno podría decir si unaposición es necesaria en una organización, entonceses importante que la persona que desempeña lasfunciones consiguientes a su puesto de la mejor maneraque puede, goce, desde luego, de alta estimación.Esto significa que uno no debe buscar un cargo porla categoría, sino que ésta más bien debía procederde dos fuentes principales: su propia conciencia yel Señor.En la historia de Henry Van Dyke, titulada "Elcuarto Rey Mago", Artabán debía ir con los otrostres Reyes Magos a llevar regalos al Salvador altiempo de su nacimiento. Sin embargo, se demoróporque "se detuvo a manifestar misericordia por losdemás". . . "En su camino halló muchos a quienayudar. Dio de comer al hambriento, vistió al desnudo,sanó al enfermo y llevó consuelo al cautivo."Cuando Artabán ya estaba muriendo, sin haber logradoencontrar al Salvador, oyó una voz muy dulceque le dijo: "De cierto os digo que en cuanto lohicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños,a mí lo hicisteis." Una expresión de asombro y gozoiluminó el pálido rostro de Artabán, como el primerrayo de sol en el pico nevado de una montaña. Unlargo y último suspiro salió de entre sus labios. Sujornada había terminado; sus tesoros habían sidoaceptados. El cuarto Rey Mago había encontrado asu Rey."El Señor ha dicho que uno de los propósitos principalesde esta vida, es que el hombre crezca en conocimiento,sabiduría y habilidad. "De cierto os digo,los hombres deberían estar anhelosamente consagradosa una causa justa, haciendo muchas cosas desu propia voluntad, y efectuando mucha justicia."(Doc. y Con. 58:27.) Y también dijo: ". . . Atesoradconstantemente en vuestras mentes las palabrasde vida. . . ." (Ibid., 84:85.) Ciertamente, al hacerdecisiones el individuo debe procurar el mejor conocimientodisponible, sujeto al tiempo y energías del(sigue en la página 53)MARZO DE <strong>1966</strong> 51