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Libro jazz en español. Derivas hispanoamericanas

El jazz en Latinoamérica y españa

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Sergio PujolEl <strong>jazz</strong> <strong>en</strong> la Arg<strong>en</strong>tina. Del paladar mundano al gusto localNo deja de resultar irónico que el más arg<strong>en</strong>tino de los discos reci<strong>en</strong>tes de Gato —arg<strong>en</strong>tinoporque su sonido remite a un mom<strong>en</strong>to particular de la vida cultural de la ciudad de Bu<strong>en</strong>os Aires,cuando, efectivam<strong>en</strong>te, Gato Barbieri vivía y circulaba <strong>en</strong>tre nosotros de modo cotidiano— no estédesarrollado sobre formas y ritmos latinos sino con base <strong>en</strong> creaciones de Thelonious Monk, John Coltraney Miles Davis. Es cierto que anda por ahí una versión de «Prepár<strong>en</strong>se» de Astor Piazzolla, peroesto no marca ninguna difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> un disco estilísticam<strong>en</strong>te homogéneo.Este Gato clásico despierta interrogantes. ¿Dónde reside la «arg<strong>en</strong>tinidad» de una ejecución<strong>jazz</strong>ística, si acaso es lícito hablar <strong>en</strong> esos términos? ¿Ti<strong>en</strong>e la controvertida expresión <strong>jazz</strong> arg<strong>en</strong>tinoigual significación para todos los arg<strong>en</strong>tinos que amamos y escuchamos <strong>jazz</strong> sin reparar demasiado<strong>en</strong> las proced<strong>en</strong>cias nativas de sus intérpretes? ¿Debemos concluir, como afirma la investigadora Ber<strong>en</strong>iceCorti, que la producción discursiva de los principales músicos arg<strong>en</strong>tinos de hoy se sosti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>la t<strong>en</strong>sión <strong>en</strong>tre la alteridad cultural y la id<strong>en</strong>tidad, y que por lo tanto existe, al m<strong>en</strong>os t<strong>en</strong>tativam<strong>en</strong>te,un <strong>jazz</strong> arg<strong>en</strong>tino? 3 Se trata de un debate abierto, sin conclusiones definitivas.Un debate de nuestro tiempo, imp<strong>en</strong>sable hace veinte o treinta años, cuando los músicosde <strong>jazz</strong> no estadounid<strong>en</strong>ses deseaban sonar del modo más estadounid<strong>en</strong>se posible, así como muchosblancos norteamericanos querían sonar como afroamericanos. En aquel tiempo, preguntar por la id<strong>en</strong>tidadnacional de un intérprete de <strong>jazz</strong> resultaba tan inapropiado como indicar algún rasgo de estiloarg<strong>en</strong>tino <strong>en</strong> la manera <strong>en</strong> que Martha Argerich ejecutaba la Toccata de Prokófiev. La situación ha cambiado,de eso no hay dudas. La interrogación por aquellas marcas que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al patrimonio culturalsudamericano se hace pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los planos articulados de la escritura y la interpretación, toda vezque el <strong>jazz</strong> se define como género musical a partir de la improvisación sobre un determinado material.Quizá no estemos ante una problemática exclusivam<strong>en</strong>te arg<strong>en</strong>tina: sabemos de la idiosincrásicaproducción <strong>jazz</strong>ística italiana, por ejemplo, a la que se le atribuye una especial predilecciónpor las melodías bellas. En el contexto latinoamericano, el caso cubano es bi<strong>en</strong> interesante, ya que laesc<strong>en</strong>a del <strong>jazz</strong> afrocubano ha int<strong>en</strong>tado, no siempre con fortuna, difer<strong>en</strong>ciarse del muy panamericano<strong>jazz</strong> latino. 4Como efecto tardío o secundario de la globalización, el tópico de la id<strong>en</strong>tidad regional y/onacional ha v<strong>en</strong>ido a ocupar distintos territorios del mundo de la cultura. Se habla de id<strong>en</strong>tidades degrupo o de colectividades, si bi<strong>en</strong> esto no necesariam<strong>en</strong>te supone, para las id<strong>en</strong>tidades culturales, laposesión o exhibición de marcas «locales» totalm<strong>en</strong>te definidas.Ciertam<strong>en</strong>te, no podemos desconocer que la Arg<strong>en</strong>tina es un país que ha vivido obsesionadopor la cuestión del «quiénes somos» —hoy seguram<strong>en</strong>te formulada con más delicadeza—; lacuestión forma parte del núcleo duro de los problemas del país, que por cierto no han sido ni sonpocos. Atravesado por corri<strong>en</strong>tes inmigratorias que sucesivam<strong>en</strong>te fusionaron y colisionaron con elelem<strong>en</strong>to vernáculo; sacudido por crisis institucionales y políticas; modelado por una realidad socialy cultural bastante difer<strong>en</strong>te a la de los otros países de la región; escindido <strong>en</strong>tre su capital federal,la poderosa ciudad de Bu<strong>en</strong>os Aires, y las provincias (el «interior») y expuesta su economía nacionala la cruel dialéctica c<strong>en</strong>tro-periferia: ¿cómo negar que el país pres<strong>en</strong>ta una particular susceptibilidadfr<strong>en</strong>te al tema de la id<strong>en</strong>tidad? No debería <strong>en</strong>tonces llamar la at<strong>en</strong>ción que dicho tema haya llegado,finalm<strong>en</strong>te, a las aguas del <strong>jazz</strong>. Piénsese que la Arg<strong>en</strong>tina es uno de los pocos países del mundo —sino el único— <strong>en</strong> el que existe un movimi<strong>en</strong>to cultural d<strong>en</strong>ominado rock nacional.Es indudable que bu<strong>en</strong>a parte del florecimi<strong>en</strong>to del <strong>jazz</strong> <strong>en</strong> la Arg<strong>en</strong>tina de los últimos años—podríamos fechar el comi<strong>en</strong>zo del auge hacia los finales de la década de 1990— se ha sost<strong>en</strong>ido<strong>en</strong> la búsqueda más o m<strong>en</strong>os sistemática de un l<strong>en</strong>guaje musical <strong>en</strong> el que se corporizan las huellasde una id<strong>en</strong>tidad local, sin por ello desertar del <strong>jazz</strong> «a secas». En tal caso, el <strong>jazz</strong> arg<strong>en</strong>tino v<strong>en</strong>dría aser una suerte de estilo difer<strong>en</strong>ciado. Por eso, la proliferación de pies rítmicos folclóricos y el empleode materiales del cancionero arg<strong>en</strong>tino —especialm<strong>en</strong>te del tango, y más reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de llamadorock nacional— no son considerados extraños al universo de una música que seguimos llamando <strong>jazz</strong>.Pero este énfasis <strong>en</strong> la ac<strong>en</strong>tuación de lo propio no puede hacernos olvidar que antes, desdesu irrupción <strong>en</strong> los años veinte hasta las cercanías del fin de siglo, el <strong>jazz</strong> fue, <strong>en</strong> primer y vigorosotérmino, una «alteridad cultural». Y que la historia de esa alteridad, finalm<strong>en</strong>te metabolizada por lacultura arg<strong>en</strong>tina, terminó constituy<strong>en</strong>do la memoria algo des<strong>en</strong>focada del hoy llamado <strong>jazz</strong> arg<strong>en</strong>tino.Algunos músicos jóv<strong>en</strong>es se han dado cu<strong>en</strong>ta de esto, y han ori<strong>en</strong>tado sus trabajos más reci<strong>en</strong>tes<strong>en</strong> dirección al «rescate» o puesta <strong>en</strong> valor de esa tradición sin tradición. Por ejemplo, ahí está la obracompuesta por el contrabajista Mariano Otero <strong>en</strong> hom<strong>en</strong>aje al veterano guitarrista y doc<strong>en</strong>te WalterMalosetti. 5 Lo mismo puede decirse de la fuerza con la que los discos de Oscar Alemán —maestro,<strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to, del propio Malosetti— están <strong>en</strong>riqueci<strong>en</strong>do el horizonte del gipsy swing o «<strong>jazz</strong> concuerdas» <strong>en</strong>tre los guitarristas jóv<strong>en</strong>es. 6A su vez, si bi<strong>en</strong> incompletas y discontinuas, las reediciones de grabaciones hechas <strong>en</strong>Bu<strong>en</strong>os Aires muchos años atrás aportan lo suyo. Desde los trabajos «de protesta» de Jorge LópezRuiz —Bronca Bu<strong>en</strong>os Aires y El grito— 7 hasta el redescubrimi<strong>en</strong>to de Sergio Mihanovich, cuya canción«Some time ago» figura <strong>en</strong> los repertorios de algunos de los más grandes músicos de la historia del<strong>jazz</strong>, ha empezado a instalarse <strong>en</strong> el imaginario cultural de los arg<strong>en</strong>tinos la idea de que, más alláde hipotéticos tintes originales, existió una producción <strong>jazz</strong>ística local que tal vez merecería la p<strong>en</strong>arevisar con más cuidado. Al fin y al cabo, de esa producción nació Gato Barbieri, acaso el improvisadorque, años después de sacarle brillo a los viejos standards americanos, llevó más lejos y con mejoresresultados el desafío de un <strong>jazz</strong> «tercermundista».3 Ber<strong>en</strong>ice Corti: «La otredad <strong>en</strong>carnada: cuestiones de id<strong>en</strong>tidad y alteridad <strong>en</strong> discursos y performance del <strong>jazz</strong> arg<strong>en</strong>tino».Pon<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el coloquio Músicas populares. Aproximaciones teóricas, metodológicas y analíticas <strong>en</strong> la musicología arg<strong>en</strong>tina:Asociación Arg<strong>en</strong>tina de Musicología y Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, agosto, 2010.4 En una <strong>en</strong>trevista que le hicimos al pianista Chucho Valdés, este insistió <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>ciar el <strong>jazz</strong> afrocubano del <strong>jazz</strong> latino. SergioPujol: «Chucho Valdés. Tócala de nuevo Chucho», revista Ñ de Clarín, Bu<strong>en</strong>os Aires, 22 de octubre de 2003, p. 9.5 Mariano Otero: «Desarreglos sobre música de Walter Malosetti». Obra <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dada por Adrián Iales para el Festival Bu<strong>en</strong>osAires Jazz 2008.6 Al mom<strong>en</strong>to de escribir estos apuntes (2011), se anuncia el ix Festival Internacional de Jazz Django <strong>en</strong> la Arg<strong>en</strong>tina. Bu<strong>en</strong>aparte del el<strong>en</strong>co de bandas, grupos y solistas están tan cerca de Django Reinhardt como de Oscar Alemán.7 Ambos discos reeditados por el sello Acqua Records <strong>en</strong> 2006 y 2007.46 47

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