PRIMERA EDICIÓN REVISTA CIUDAD LUNA

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“Un ansia irrefrenable
de trascendencia hierve
en mí como fuego atroz;
no puedo evitarlo, estoy
al acecho de algo que
no se puede contar, en
tensión perpetua; mi cerebro
está mojado y cubierto
de intensidades
y visiones que tiemblan
en la noche con una dulce
agresividad y una extraña
tranquilidad, sólo
quiero desplegar mi ser
al máximo, fluir en una
profunda eternidad.”
A
Esta fue la nota que encontraron los forenses dentro
de la mano apretada del cadáver, la cual dejó
Reed allí meticulosamente antes de encerrarlo en
una cámara hermética infestada de monóxido de
carbono. Él bien sabía que lo más probable es que
durmiese antes de morir y que si intentase huir no
podría moverse.
Al otro día, en la mañana, llegaron un par de hombres
a la puerta de su hogar inavadiéndolo todo,
saqueando todas sus pertenencias y colmándolo de
impaciencia y humillación.