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RD MARZO 2016<br />
GENTE DE RIVAS<br />
Manuel y Cristina relatan sus vidas atravesadas por las desapariciones.<br />
Manuel y Cristina,<br />
contra el olvido<br />
GENTE DE RIVAS> Vecinos y vecinas se suman, a través<br />
de su Ayuntamiento, a la querella contra el franquismo<br />
abierta en Argentina - Manuel Blanco perdió a toda<br />
su familia; Cristina Serrano busca un bebé robado<br />
Texto: Patricia Campelo Fotografia: Luis García Craus<br />
Su vida de jubilado de paseos y<br />
mañanas en el centro de mayores<br />
no hacen sospechar el inmenso<br />
dolor que sintió tiempo atrás, fruto de<br />
una vida atravesada por las despedidas.<br />
Manuel Blanco Mesón (Madrid,<br />
1934) encierra en sus apellidos la historia<br />
amarga de su familia. Apenas<br />
tenía dos años cuando estalló la Guerra<br />
Civil, pero el recuerdo del horror se<br />
le quedó grabado bien pronto. “Mi<br />
madre huyó conmigo y con mi hermano,<br />
de 6 años, a un pueblo de Ciudad<br />
Real, Almadén, y regresamos a Madrid<br />
cuando ella pensaba que había acabado<br />
todo y que empezaba la paz”, relata<br />
entrecomillando la palabra ‘paz’.<br />
En la capital les esperaba la sorpresa:<br />
“Toda la familia de mi madre estaba en<br />
la cárcel, toda”. Incluida su famosa tía,<br />
Juana Doña, dirigente comunista condenada<br />
a pena de muerte, conmutada<br />
después por 30 años de prisión tras<br />
interceder por ella la argentina Eva<br />
Perón, que visitó la España franquista<br />
de 1947. El marido de Juana Doña, y tío<br />
de Manuel, Eugenio Mesón, activo militante<br />
que propició junto a otros compañeros<br />
la unificación de las juventudes<br />
comunista y socialista, no corrió la<br />
misma suerte. “Estaba en la cárcel de<br />
Porlier, y le sacaron a fusilar frente a<br />
las tapias del cementerio del Este, en<br />
julio de 1941”, recuerda Manuel. “Teníamos<br />
un apellido maldito”, lamenta.<br />
Tanto, que su madre, Elena Mesón, no<br />
paró de salir y entrar de prisión desde<br />
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