BIEN DESAYUNADOS

ABRIL 2016
Grasas buenas y malas
Las grasas son importantes, sólo debemos comer las nutritivas
y evitar las que no lo son. Por eso te enseñaremos a diferenciarlas
Cuando nos hablan de
que debemos llevar una
correcta nutrición, una de
las cosas en la que más nos piden
atención es sobre las grasas y la
cantidad que consumimos.
Pues bien, primero hay que
aclarar que no todas las grasas
son malas, de hecho hay algunas
que son indispensables
para nuestra salud y saber distinguirlas
es el primer paso para
evitar las que pueden dañar
nuestro cuerpo y elegir las que
le hacen bien.
¿Cuáles son las
grasas buenas?
Muy fácil: las naturales. Las que
puedes encontrar en pescados como
el atún, en aceite vegetal para cocinar, en
los cacahuates o en el aguacate.
De estas grasas existen dos tipos: las monoinsaturadas
y las poliinsaturadas. Ambas
cumplen funciones importantes en nuestro cuerpo
(como el crecimiento de las células y el funcionamiento
del cerebro) y hay que consumirlas
regularmente.
¿Cuáles son las grasas malas?
Las grasas que normalmente tienen los alimentos
procesados, llamadas grasas trans, son
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AHORA LO VES,
AHORA NO LO VES
La forma más sencilla de
distinguir las grasas es que: si la
ves, las puedes quitar
de los alimentos,
esas son grasas
malas (como la
comida que brilla
de grasosa). Si no
las ves, son grasas
buenas
SALUD
grasas agregadas artificialmente
a los alimentos para
darles más sabor o evitar que
se echen a perder. Estas son
las grasas que pueden dañar
nuestro corazón, hígado y riñones
y las que debemos evitar
lo más posible.
¿Por qué
son malas?
Cuando comemos
este tipo de
grasas trans, nuestras
venas se comienzan
a llenar
de sustancias
malas, como el
colesterol, que
no deja correr la
sangre como
debería. Éstas
provocan enfermedades
al corazón
como la aterosclerosis
(estrechamiento
de las arterias).
No dejes las grasas
a un lado, sólo
escógelas sabiamente
y alimenta
mejor a tu familia.