Leer los últimos libros que componen La República hace que encontremos a un Platón místico, al estilo de los santos que conforman la Iglesia Católica, pero sólo aquéllos que fueran reprendidos por la institución, a los cuales tuvieron que reconocer siglos después como santos. Curiosa historia la del Catolicismo, que perseguía a los que, más tarde, reconocería más cercanos a Dios. Es importante hacer crítica de estos sucesos para comprender el papel de la institución de estas épocas, y cómo antes defendían el error que la justicia divina. He ahí también una sencilla visión de lo que estaba pasando realmente en el territorio americano conquistado por los invasores católicos. Regresando a Platón, el lector se dará cuenta de que el dios descrito por los místicos católicos, como Santa Teresa de Ávila, existe antes de la creación de la institución católica. Gran sentido tiene esto si además añadimos que la existencia de Dios es eterna, y que santos han podido existir en todas la épocas de la humanidad, incluso antes que las religiones. -[...] Pero he aquí mi querido Glaucón, lo que es preciso examinar en ella. -Su amor por la verdad. Es preciso que fijemos nuestra reflexión en las cosas a que el alma se dirige, en los objetos con que quiere comunicarse, en el enlace íntimo que naturalmente tiene con todo lo que es divino, inmortal, imperecedero, y en lo que debe convertirse, cuando entregándose por entero a este sublime fin, se eleve mediante un noble esfuerzo desde el fondo de este mar en que está sumida, y se desembarace de las conchas y guijarros, que se pegan a ella a causa de la necesidad que merece el aplauso de muchos, considerándola como una felicidad. Entonces es cuando verás claramente cuál es la naturaleza del alma, si es simple o compuesta, en una palabra, cuáles son su esencia y su manera de ser. En cuanto al presente, hemos explicado, a mi parecer, bastante bien las pasiones y las inclinaciones a que está sujeta en este mundo. Como siempre, animamos a nuestros lectores a que se impregnen bien de los libros, invitando, en esta ocasión, a leer esta obra de Platón, para que compruebe personalmente estos datos que compartimos, más muchos otros que por falta de tiempo y espacio nos permitimos omitir en este artículo. Les recordamos que no pretendemos encender la mecha de la polémica, sino hacer llegar la verdad con que tantas ansias perseguimos y ha de perseguir por siempre todo medio de comunicación, siempre que no exprese la intención de ser ficticio a su espectador/lector. Que signifique el saber un agradecimiento por acercarnos a la verdad; que sólo se moleste el ignorante radical. Francisco Javier González de Córdova -¿Qué? PÁGINA 16
Publicidad PÁGINA 17