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Revista-USAC-No.-32

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1


Universidad de San Carlos<br />

de Guatemala<br />

Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo<br />

Rector<br />

Dr. Carlos Enrique Camey Rodas<br />

Secretario General<br />

Lic. Julio Sebastián Chilín<br />

Jefe de la División de<br />

Publicidad e Información<br />

Rafael Gutiérrez Esquivel<br />

Director de <strong>Revista</strong> <strong>USAC</strong><br />

Comité Editorial<br />

Julio Sebastián Chilín<br />

Roberto Ganddini Gudiel<br />

Raúl Monterroso<br />

Rafael Gutiérrez Esquivel<br />

Apoyo Administrativo<br />

Milvia Dardón<br />

Difusión Electrónica<br />

Jaime Cabrera Letona<br />

Lourdes Gallardo Shaul<br />

Colaboradores<br />

Juan B. Juárez / José Mejía/Dina Posada /<br />

Anabella Paiz / Miguel Ángel Barrios /<br />

Luis Díaz / Edelberto Torres-Rivas /<br />

Moisés Barrios / Javier Payeras /<br />

Luis Aceituno / Gustavo Berganza /<br />

Anabella Giracca<br />

Ilustración de portada,<br />

separadores e ilustraciones interiores<br />

Eny Roland Hernández<br />

Diseño<br />

Rafael Gutiérrez Esquivel /<br />

Alejandro Marré<br />

Diagramación<br />

Work And Feeling<br />

Abril-Junio / Número <strong>32</strong> / 2015<br />

Correspondencia y canje<br />

Universidad de San Carlos de Guatemala<br />

Ciudad Universitaria, zona 12 Ciudad<br />

Guatemala. Edificio de Rectoría,<br />

Oficina 310<br />

Teléfonos: (502) 24187640 y 24187642<br />

Correo electrónico:<br />

cazadorocote@gmail.com<br />

Ensayos<br />

Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

Mi David Bowie en tres acercamientos<br />

Un país incómodo<br />

Escritos radiográficos tras un año convulso<br />

Letras<br />

Poemas<br />

Poemas<br />

Poemas<br />

Relato<br />

Debate<br />

Treinta años de una democracia quimérica<br />

Arte<br />

Luisa González-Reiche / 5<br />

Pablo Bromo / 13<br />

Carlos González Orellana / 17<br />

Sergio Castañeda / 25<br />

Joss Pinto / 37<br />

Dulcinea Gramajo /40<br />

Cristian Garzaro / 43<br />

Juan B. Juárez / 47<br />

Leo de Soulas / 55<br />

De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland Hernández<br />

Denise Phé-Funchal / 73<br />

Comentario<br />

Fantasmas con chaqueta de cuero: Black Rebel Motorcycle Club<br />

Álvaro Sánchez / 83<br />

2


I<br />

ntenté, un par de veces, escribir sobre la obra de Eny Roland Hernández<br />

desde una perspectiva un tanto más académica, un tanto<br />

más sociológica e impersonal, pero era imposible quedar satisfecha<br />

con el resultado simple y sencillamente porque la misión<br />

del arte, del verdadero, es impactar, es dejarnos pensando en nuestra<br />

propia humanidad a partir del registro que un artista hace de las peripecias<br />

de la vida, de las contradicciones en las que nos vemos sumergidos<br />

al ser esta combinación divina y fatal de cuerpo y mente viviendo<br />

en un espacio cerrado –el mundo– y lleno de reglas –la sociedad–.<br />

La primera vez que vi el trabajo de Eny, fue una foto –que aparece<br />

en esta colección– que llenó de alegría mi alma y que guardo en la memoria<br />

para aquellos momentos en los que la vida necesita una sonrisa.<br />

Era un perro callejero cruzando la calle sobre una alfombra de semana<br />

santa. La gente lo miraba sin rabia, con sonrisas que se adivinaban en<br />

los ojos. Esa humanidad capaz de sonreír me dejó con ganas de conocer<br />

más del trabajo de este fotógrafo que ahora se perfila como uno de los<br />

mejores y que tiene lo que más aprecio en el arte: una voz propia. La<br />

colección de fotografías que aparece en esta revista muestra una visión<br />

más descarnada de la vida, las pasiones y la sensualidad, de la sexualidad<br />

que todos llevamos dentro y que ha sido domada, coartada por lo<br />

religioso –esencialmente–, por la prohibición de ser, cuando es precisamente<br />

la exploración de nosotros mismos y de los otros, lo que nos<br />

lleva a descubrirnos a través de las contradicciones, de los contrastes y<br />

de las semejanzas.<br />

Denise Phé-Funchal<br />

3


4


SUPERAR A NUESTROS<br />

PADRES Y SUS MITOS<br />

Luisa González-Reiche<br />

El psicoanálisis desde sus inicios hace<br />

referencia a la identidad del ser, desde la<br />

infancia, ligada a las figuras materna y paterna.<br />

Según Lacan, el niño ingresa a lo<br />

simbólico 1 a partir del reconocimiento de<br />

la autoridad del nombre del padre y de la<br />

ruptura que ello implica entre el niño y la<br />

madre. Para Freud las figuras materna y paterna<br />

estaban intrínsecamente atadas al pasado<br />

de todo individuo, son la frustración de<br />

sus deseos y de sus impulsos.<br />

A principios de los años ochenta, la psicoanalista<br />

François Dolto planteó que los<br />

hijos son los síntomas de sus padres. “Los<br />

hijos son los detectores de sus padres”, escribe,<br />

y agrega: “al traer a ese hijo al mundo<br />

lo perturbaron completamente al transferirle<br />

su propia vivencia arcaica. Es una relación<br />

de transferencia en lugar de una relación<br />

auténtica (…). Los padres desempeñan una<br />

función de objeto falseado por la repetición<br />

de su pasado en el hijo” (1982. P. <strong>32</strong>).<br />

Esta idea se conecta también con Freud,<br />

quien concibe el psicoanálisis como un proceso<br />

de excavación cuasi arqueológica del<br />

pasado del paciente. Así, más que la idea del<br />

lazo de carácter sexual entre el niño y sus<br />

padres, desarrolla una teoría alrededor de la<br />

Historia.<br />

En su obra El Malestar en la cultura<br />

(1929) Freud expone la idea de que la histeria<br />

y la psicosis de la sociedad de inicios del<br />

siglo XX en realidad se debían a la historia,<br />

es decir, al pasado. El pasado enferma a las<br />

personas (su pasado individual y el de su<br />

sociedad) pues ese pasado está fundamentado<br />

por la “moral burguesa” (ese producto<br />

contradictorio del progreso iluminista) que<br />

define a la civilización occidental, la cual<br />

se ha encargado de alejar cada vez más al<br />

individuo de su verdadera esencia, a la vez<br />

que ha profundizado en éste un sentimiento<br />

de culpa.<br />

Para Nietzsche la sociedad occidental<br />

era un sistema de deuda permanente con<br />

el ideal, algo contradictorio por naturaleza<br />

5


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

pues ese ideal es inalcanzable por ser irreal<br />

y lo único que produce es frustración, y<br />

también culpa. Nietzsche había mostrado en<br />

su genealogía (1887) cómo conceptos como<br />

ética y moral eran conceptos construidos<br />

por las sociedades a conveniencia de cada<br />

momento histórico y la manera cómo en<br />

nombre de dichos conceptos los entes de<br />

poder habían alejado a las personas de su<br />

verdadera fortaleza.<br />

Diversos pensadores occidentales, principalmente<br />

en la posmodernidad, harán referencia<br />

a la historia como una manera de<br />

comprender la fuente de los problemas sociales,<br />

sus instituciones fallidas y los discursos<br />

que los habían provocado.<br />

Descubrir gracias al estudio de la historia<br />

la raíz de las tradiciones, así como de<br />

la creación de las grandes verdades (que<br />

en la mayoría de casos no han hecho más<br />

que oprimir y manipular a las sociedades)<br />

ha sido un legado que muchos autores de la<br />

posmodernidad nos dejaron. Sin embargo<br />

esa noción no parece haber llegado a nuestra<br />

sociedad, tan urgida de cuestionarse a sí<br />

misma a partir de la comprensión de su propia<br />

historia.<br />

Vivimos en un país donde la sombra de<br />

nuestros padres sigue pesando sobre nosotros<br />

como una deuda impagable. <strong>No</strong>s hemos<br />

dedicado a consolidar las reglas y las<br />

convenciones del pasado casi afanosamente,<br />

aun ante la evidencia de su fracaso. Somos<br />

como ese hijo en la obra de Dolto, reflejo<br />

de los síntomas de sus padres y ese paciente<br />

histérico de Freud privado de su esencia<br />

y su libertad por culpa de su cultura, pero<br />

que conscientemente reprime esa esencia en<br />

función de una supuesta moral, fundamento<br />

de dicha cultura.<br />

A través del psicoanálisis, el individuo<br />

busca comprender su historia y conciliarse<br />

con ella. Al entender de dónde vienen sus<br />

frustraciones y sus síntomas, tendría la posibilidad<br />

de una vida más acorde a su realidad<br />

y a sus necesidades.<br />

La libre asociación es una manera de acceder<br />

a su propio pasado sin dejarse influir<br />

por la conciencia –esa parte forjada por la<br />

cultura y sus convencionalismos–.<br />

Partiendo de esas ideas, y sin pretensión<br />

de novedad, me atrevo a proponer un ejercicio<br />

psicoanalítico a nivel de sociedad en<br />

su forma más elemental: analicemos nuestra<br />

historia más allá de los mitos que nos rigen<br />

y conciliémonos con nosotros mismos.<br />

Historias e historias<br />

¿Qué es la historia? Una manera sencilla<br />

de responder a esta pregunta es que la historia<br />

es una sucesión de hechos en el tiempo,<br />

6


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

que han dado como resultado diversas culturas,<br />

conformadas por creencias, instituciones<br />

y particulares artefactos (encargados<br />

de hacer palpables las ideas construidas por<br />

cada cultura). <strong>No</strong> podemos caer en la idea<br />

de una sucesión lineal de hechos donde lo<br />

que viene siempre supera a lo anterior ni<br />

como un proceso de búsqueda y alcance de<br />

progreso. Cada momento histórico posee<br />

sus propios procesos y retrocesos.<br />

La historia del ser humano ha sido creada,<br />

a su vez, por historias. Según diversas<br />

teorías sobre la evolución del cerebro de la<br />

especie Homo Sapiens, su éxito radica en<br />

su posibilidad de lenguaje ficticio, es decir,<br />

nuestra capacidad de hablar de cosas que no<br />

existen (Harari, 2013).<br />

Esas historias inventadas nos dieron la<br />

posibilidad de colaborar de manera efectiva<br />

y flexible en grupos humanos cada vez mayores.<br />

Son las que definen una meta común:<br />

un mito fundacional, un imaginario colectivo<br />

que rija nuestro comportamiento, nuestra<br />

visión, nuestras decisiones.<br />

Así, una de las historias que más éxito<br />

ha tenido ha sido la de la religión. En<br />

ella se han justificado guerras, jerarquías,<br />

desigualdades que han contribuido a definir<br />

y a redefinir culturas. Con la llegada de la<br />

modernidad, el mito de la religión converge<br />

–y por momentos se pelea– con el mito<br />

del liberalismo y la visión nacionalista, una<br />

nueva historia en la cual se justificarían diferencias,<br />

coacción, manipulación y hasta<br />

crímenes en nombre de la “libertad”.<br />

Al día de hoy algunos grupos insisten<br />

en justificar y defender crímenes de lesa humanidad,<br />

siendo consecuentes con la visión<br />

capitalista contemporánea de que el crecimiento<br />

económico es el bien supremo y que<br />

la justicia, la libertad y la felicidad dependen<br />

de ese crecimiento.<br />

Cuando la economía se ve amenazada<br />

por la historia misma, se vale hasta negarla.<br />

“La praxis subversiva depende de<br />

la intransigencia de la teoría respecto a la<br />

inconsciencia con que la sociedad deja que<br />

el pensamiento se endurezca”, escriben<br />

Horkheimer y Adorno (1947, P. 33). Ese<br />

conjunto de historias han moldeado en cada<br />

cultura un ideario que define la manera en<br />

que la sociedad se concibe a sí misma, a la<br />

naturaleza, a la ciencia, las ideas y el conocimiento.<br />

La teoría del conocimiento, o epistemología,<br />

se va construyendo al lado de las<br />

historias más poderosas, las que rigen a la<br />

sociedad. Estas combinan saberes de la realidad<br />

objetiva con esa realidad subjetiva que<br />

se concibe como buena o necesaria.<br />

Esto implica que los conocimientos o<br />

saberes que la sociedad posee están restringidos<br />

hasta cierto punto. En la mayor parte<br />

de los casos sabremos lo que convenga saber<br />

o lo que el “orden imaginado” (Harari,<br />

2013) por excelencia –el episteme 2 de Foucault–<br />

defina.<br />

Hoy, por ejemplo, alrededor del mundo<br />

muchas publicaciones, programas educativos<br />

e incluso investigaciones científicas<br />

dependen del interés económico que haya<br />

detrás de estas, perdiendo de vista valiosos<br />

conocimientos. En su obra “Verdad y mentira<br />

en sentido extramoral” (1873) Nietzsche<br />

ya había hecho este planteamiento (Pp. 77<br />

– 97). Según él, los conceptos científicos<br />

son cadenas de metáforas ligadas a verdades<br />

aceptadas. Esto significa que hay otros<br />

saberes que se quedan restringidos a una mínima<br />

esfera de la sociedad y cuya influencia<br />

es demasiado débil como para llegar a influir<br />

la narrativa general.<br />

Foucault habla de saberes sometidos<br />

(1975, P. 27) para referirse a aquellos contenidos<br />

históricos presentes “pero enmascarados<br />

en coherencias funcionales o sistematizaciones<br />

formales” y a los saberes<br />

particulares, locales, regionales, diferenciales,<br />

incapaces de unanimidad, opuestos al<br />

saber general, los cuales son siempre descalificados<br />

por el sistema. Ambos tipos de<br />

saberes se mantienen limitados también en<br />

nuestra sociedad.<br />

La memoria se ha mantenido a raya<br />

mientras los “conocimientos” establecidos<br />

se han encargado de hacernos pensar que<br />

poseemos un entendimiento claro de la verdad<br />

y de nosotros mismos cuando en realidad<br />

es todo lo contrario. Abrazamos la<br />

tradición y evitamos el escepticismo a la<br />

vez que desconfiamos de lo nuevo y de lo<br />

que no nos pueda sacar de nuestro estado<br />

7


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

de confort; volteamos a ver con ojos de<br />

quien pide permiso a la autoridad antes de<br />

emitir nuestra “opinión” y despotricamos<br />

sin fundamento al sentirnos amenazados.<br />

Las verdades que gobiernan nuestra sociedad<br />

son verdades consensuadas en círculos<br />

reducidos basados en la protección<br />

de sus intereses. Las historias que definen<br />

nuestra cultura e incluso nuestra realidad<br />

objetiva han sido transmitidas de generación<br />

en generación con pequeñas variables,<br />

por momentos breves creando historias más<br />

acordes a nuestras necesidades, por momentos<br />

más largos regresando a las anteriores o<br />

creando otras aún más despóticas. Y somos<br />

nosotros, como sociedad, los que le damos<br />

vida a esas historias, perpetuando nuestros<br />

peores vicios. Nuestra cultura está definida<br />

por el egoísmo y la negación. Cardoza y<br />

Aragón (1955) escribe: “<strong>No</strong> salimos de nosotros<br />

y si lo hacemos no es para entablar el<br />

diálogo, sino para estallar encima del monólogo<br />

mismo”.<br />

Las nuevas generaciones heredan la tendencia<br />

a negar su realidad y a escaparse de<br />

sí mismos. Si pensamos en el papel que el<br />

alcohol, los ritos religiosos, el machismo –<br />

la figura autoritaria del Padre– y la violencia<br />

juegan en nuestra sociedad, es probable que<br />

todos estos elementos tengan una relación<br />

estrecha con ese sentimiento de enajenación<br />

y refuercen la represión.<br />

Nuestra historia es contradictoria. Hemos<br />

sido víctimas y victimarios. El liberalismo<br />

del siglo XIX, basado en el mito de la<br />

Ilustración, se integró a la derecha a partir<br />

de la segunda mitad del siglo XX, dando<br />

paso al nuevo mito de derecha versus izquierda.<br />

Esa derecha es una mezcla de conservadores<br />

(“cachurecos” del siglo anterior)<br />

y liberales. Una de las causas de dicha unión<br />

es el nexo de la izquierda con el ateísmo,<br />

algo que ni los liberales estaban dispuestos<br />

a aceptar, así como tampoco aceptarían las<br />

propuestas del mito socialista en relación al<br />

mercado y la propiedad. Esa derecha ahora<br />

se divide en el fanatismo religioso y el fanatismo<br />

capitalista. Ambos mitos –el del<br />

liberalismo y el de la religión– coinciden en<br />

una visión particular de un país: un país caracterizado<br />

por la censura, la desigualdad, la<br />

8


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

pobreza y la ignorancia. Para las dictaduras<br />

liberales de la primera mitad del siglo XX la<br />

educación fue secundaria, el credo “orden<br />

y progreso” que buscaron poner en práctica<br />

al pie de la letra, era ya una mezcla entre<br />

visiones antagónicas históricamente: el orden<br />

era un aspecto conservador mientras el<br />

progreso era liberal.<br />

Esta combinación implicaba que hasta<br />

que no hubiera orden no habría progreso.<br />

Los liberales, al día de hoy, conciben<br />

la educación como la última consecuencia<br />

de un sistema centrado en la economía: es<br />

el crecimiento económico y la generación<br />

de infraestructura la que dará lugar, eventualmente,<br />

a una sociedad educada. Y sólo<br />

cuando esa sociedad sea educada tendrá acceso<br />

a la participación política.<br />

Irónicamente, los hechos que desembocaron<br />

en la Revolución de 1944, se dieron<br />

gracias a la educación (los saberes particulares)<br />

que se desarrolló en la clase media,<br />

la que imposibilitó la extensión de la dictadura.<br />

La educación, sin embargo, sigue<br />

siendo un adoctrinamiento de los mitos dominantes,<br />

quizás un engaño. Más que formar,<br />

responden a estrategias de marketing o<br />

fundamentan sus “verdades” en seres imaginarios.<br />

En los años sesenta del siglo XX la crítica<br />

se convirtió en una tendencia filosófica<br />

de gran influencia social y cultural, partiendo<br />

de algunas de las propuestas de la Escuela<br />

Crítica de Frankfurt fundada en los años<br />

treinta. Para pensadores como Horkheimer,<br />

la teoría crítica buscaba la emancipación del<br />

hombre, actuando como una influencia liberadora<br />

y creando un mundo que satisfaciera<br />

las necesidades y fortalezas de los seres humanos<br />

(1972, 246).<br />

Esa emancipación significaba liberarse<br />

de circunstancias de dominación y opresión,<br />

a partir de identificar problemas en la realidad<br />

social, identificar factores para cambiar<br />

dicha realidad y brindar normas claras de<br />

criticismo así como metas prácticas y alcanzables<br />

para la transformación. Esto hacía<br />

sentido en una sociedad heredada del pensamiento<br />

hegeliano y la visión marxista de<br />

la filosofía como praxis. Sin embargo, tras<br />

la Segunda Guerra Mundial esa concepción<br />

9


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

de la historia y de la sociedad no parecían<br />

tener tanto sentido, y la posibilidad de integrar<br />

las complejidades sociales e históricas<br />

a una estructura o serie de normas basadas<br />

en un concepto de “verdad” resultaba inútil.<br />

La posmodernidad, a partir de la segunda<br />

mitad del siglo XX, desarrolló una<br />

una serie de prácticas críticas, estratégicas<br />

y retóricas que aplicaban ideas como diferencia,<br />

repetición, trazo, simulacro e hiperrealidad<br />

con el propósito de desestabilizar<br />

conceptos tradicionales como presencia,<br />

identidad, progreso histórico, certeza epistémica<br />

o significado unívoco 3 . Con énfasis<br />

en lo histórico, el posmodernismo encontró<br />

diversas maneras de explorar el pasado sin<br />

las restricciones del estructuralismo y la visión<br />

metadiscursiva de la modernidad.<br />

La idea de una narrativa coherente se<br />

pierde con la concepción de la autoridad.<br />

La posmodernidad se libera de la modernidad<br />

criticándola pero no pretendiendo sustituirla<br />

con nuevos moldes. Para Lyotard, la<br />

posmodernidad es, de hecho, no el fin de la<br />

modernidad sino su estado naciente (1979,<br />

79). La concepción posmoderna de la Historia<br />

no traza sucesos de manera lineal ni genera<br />

datos cuantitativos bajo criterios como<br />

el del progreso sino desmenuza el momento<br />

histórico para poner en evidencia los conceptos<br />

e instituciones que han dominado a<br />

las sociedades. La deconstrucción no impone<br />

un nuevo significado o interpretación a<br />

la lectura que hace de la historia sino señala<br />

sus incongruencias o contradicciones. Ese<br />

tipo de ejercicio no llegó a nuestro país 4 .<br />

Nuestro ejercicio histórico se ha limitado<br />

al señalamiento a través del lente del mito<br />

que cada quien ha heredado o ha elegido.<br />

Ahora estamos dando un salto desde la<br />

temprana modernidad en que nos encontramos<br />

hasta la hipermodernidad a causa de la<br />

globalización. La “disolución de la moral<br />

civilizada”, apunta Miller (2004).<br />

La modernidad nos hizo caer en la trampa<br />

de la Ilustración, nos dejamos guiar por la<br />

idea de “verdades absolutas”. Esas verdades<br />

autoritarias han definido nuestro camino,<br />

nuestras estructuras sociales, nuestras<br />

decisiones. El estructuralismo nos hizo ver<br />

10


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

la historia reducida a un compuesto cuya expresión<br />

estaba resuelta de antemano. Ahora,<br />

ignorando nuestro pasado, no habiendo sido<br />

capaces de entenderlo para entendernos a<br />

nosotros mismos, siendo autocríticos, le damos<br />

paso a un nuevo marco de referencia.<br />

La hipermodernidad es la explosión de la<br />

expresión total de los deseos individuales y<br />

la búsqueda de la autocomplacencia. Los jóvenes<br />

emprendedores marchan convencidos<br />

de que los sueños son la mejor guía y que la<br />

mejor herramienta para alcanzar la felicidad<br />

es “hacer cosas extraordinarias de la nada”.<br />

Lopovetsky (2005) afirma que la cultura<br />

occidental ha entrado a una fase definida<br />

por el “individuo hiper-moderno” producto<br />

del “triunfo americano del hiper-poder, el<br />

hiper-consumo y el hiper-narcisismo”.<br />

Por supuesto que esta tendencia no nos<br />

influye a todos por igual. Nuestra sociedad<br />

se caracteriza por estar conformada por burbujas<br />

que subsisten como universos paralelos,<br />

ajenos unos de otros, apenas mirándose<br />

sorprendidos de vez en cuando en momentáneos<br />

dejá-vu 5 . Mientras la hipermodernidad<br />

abraza con su corriente a un sector de<br />

nuestra sociedad, otro permanece en la modernidad<br />

temprana, osificada en sus propios<br />

mitos. “En ocasiones, no sabemos qué hacer<br />

y nos esforzamos en ser lo que no somos,<br />

y cargados de resentimiento embestimos<br />

contra lo europeo. Tal resentimiento es tan<br />

fuerte que negamos lo indígena y pasamos<br />

al menosprecio de lo que poseemos –firme<br />

y grande– y caemos en el extremo opuesto:<br />

europeísmo desenfrenado y falso” escribió<br />

Cardoza y Aragón (1955, 375).<br />

Hoy nos influye más la cultura de masas<br />

norteamericana y las aspiraciones de<br />

muchos de nuestros jóvenes citadinos se<br />

pueden resumir en el apellido de una familia<br />

artificial de televisión. ¿Estamos listos<br />

para analizar y cuestionar nuestra episteme?<br />

¿Podemos provocar una ruptura radical con<br />

los mitos? <strong>No</strong>s encontramos en un momento<br />

donde la posibilidad de explorar otras<br />

realidades, de estar en contacto con otras<br />

versiones de nosotros mismos, parece demandante.<br />

Nuestra historia es esa, nuestras<br />

faltas históricas aquellas. La culpa la tene-<br />

11


Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />

mos todos y también la responsabilidad de<br />

permitirnos hacer algo. Nuestras acciones –<br />

manifestaciones– no pueden ser mediáticas<br />

pues mientras no sean conscientes de lo histórico<br />

resultarán aisladas.<br />

El pasado moldea nuestros anhelos,<br />

nuestras esperanzas, nuestros temores: nos<br />

limita. Enfrentar la historia, comprenderla<br />

y conciliarnos con esta podría significar liberarnos<br />

de sus instituciones y de sus mitos.<br />

Liberarnos del pasado mismo. Freud no<br />

pretendía curar a sus pacientes o ayudarlos<br />

a ser más felices pero sabía que una vez éstos<br />

identificaran las causas de su sufrimiento<br />

tendrían la posibilidad de una vida más<br />

llevadera.<br />

<strong>No</strong>tas<br />

1<br />

Accedemos a lo simbólico –al inconsciente– por<br />

medio del habla: verbalizando. El inconsciente es<br />

para Lacan el parlêtre. A diferencia de Freud, Lacan<br />

considera que el inconsciente no es el un lado irracional,<br />

anárquico, ligado a nuestros instintos animales<br />

(el id) sino que está estructurado como el lenguaje y<br />

que es un reflejo de la influencia de las estructuras<br />

externas y la interpretación que hacemos de éstas en<br />

nuestra imaginación.<br />

2 La episteme en la que los conocimientos, considerados<br />

fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor<br />

racional o a sus formas objetivas, hunden su positividad<br />

y “manifiestan así una historia que no es la de<br />

su perfección creciente, sino la de sus condiciones de<br />

posibilidad” (Foucault, 1966. P. 7).<br />

3 Posmodernism http://plato.stanford.edu/<br />

4<br />

Las ideas de la posmodernidad se quedaron y<br />

continúan restringidas al ámbito cultural, y más<br />

específicamente al arte contemporáneo, y más en teoría<br />

que en la práctica.<br />

5 Haciendo referencia a la teoría de Michiu Kaku<br />

(2006).<br />

12


MI DAVID BOWIE<br />

(EN TRES ACERCAMIENTOS)<br />

Pablo Bromo<br />

Strange fascination, fascinatingme.Changes are<br />

taking the pace I’m going through.<br />

Todos tenemos un David Bowie que idolatramos<br />

y celebramos a nuestra manera. Un<br />

David Bowie que nos inunda el corazón de<br />

ternura y paraliza nuestros sentidos con maquillaje,<br />

lentejuelas y euforia.<br />

Tu Bowie no tiene nada que ver con el<br />

mío, o tal vez sí, pero en una dimensión<br />

everettiana que estruja toda la música hasta<br />

desaparecerla y atomizarla en diminutas<br />

partículas que contienen todo el funk, rock,<br />

pop, soul y glam de la historia. <strong>No</strong> es fácil<br />

asimilarlo de un solo cuentazo, pero poco a<br />

poco se digiere como ayahuasca exquisita y<br />

el panorama completo va cediendo.<br />

Digamos que tu Bowie puede ser la<br />

ecuación perfecta del algoritmo musical<br />

que Bach (o Bartók) tenían trabado en la<br />

modorra intelectual que los agitaba y matematicalizaba<br />

todo el tiempo. En mi caso<br />

particular, mi Bowie tiene mucho que ver<br />

con omnipresencia y vacuidad infinita. Una<br />

especie de estalacmita que se erige desde el<br />

epicentro de la tristeza y explota los universos<br />

más desolados con una cuasi felicidad<br />

incierta («Far above the Moon, Planet Earth<br />

is blue and there’s nothing I can do…»,<br />

Bowie dixit).<br />

Por otro lado, puedo imaginar que tu<br />

Bowie y el mío están conectados. <strong>No</strong> lo<br />

dudo. Seguramente tu Bowie personal es un<br />

“Personal Jesus” que todo lo puede hasta en<br />

los tiempos más difíciles, donde sacar agua<br />

del pozo creativo es una mera tarea lógica<br />

que por necedad hacemos sensible. Pero a<br />

ver, vamos por partes. Mi Bowie tiene tres<br />

episodios cruciales que extrapolan situaciones<br />

y circunstancias disímiles totalmente<br />

encantadoras. Desde que me infectó con su<br />

genio (al igual que el Capitán Beto: Luis Alberto<br />

Spinetta) una hiedra sonora me sigue<br />

inyectando poesía, ternura y asombro.<br />

13


Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />

Mi Bowie tiene que ver con espaciotiempo,<br />

y más o menos así fue el acercamiento:<br />

1) Adolescencia. 2) Irreverencia. 3)<br />

Conciencia. De estos tres episodios puedo<br />

decir que está completo mi Bowie. Un tipo<br />

singular, atemporal, inspirador, poético,<br />

multifacético y hermoso. Todo en él acarrea<br />

vibraciones sinfónicas y experimentos<br />

valiosísimos que también inspiraron a muchos,<br />

sobre todo a estos “joyas”: Ian Curtis<br />

(Joy Division), Jarvis Cocker (Pulp), Robert<br />

Smith (The Cure), James Murphy (LCD<br />

Soundsystem), Kurt Cobain (Nirvana), Lou<br />

Reed (Velvet Underground), Brian Molko<br />

(Placebo), Freddy Mercury (Queen), David<br />

Graham (Depeche Mode), Trent Reznor<br />

(NIN), Alex Turner (Arctic Monkeys), The<br />

Smiths, Marilyn Manson, Lady Gaga, Vanilla<br />

Ice y demás. Pero bueno, quería hablarles<br />

de mi Bowie y sigamos adelante.<br />

1. ADOLESCENCIA o cuando Vanilla<br />

Ice y MC Hammer inundaban los repasos<br />

con Giorgo Bottinelli y pantalones<br />

pachucos<br />

Sucedían los repasos, esas fiestas inocentes<br />

en las que los nenes hormonales se<br />

ponían frente a una fila de nenas copetudas<br />

–a lo Cyndi Lauper o Madonna– para bailar<br />

14


Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />

un sinfín de canciones malas que salían de<br />

una radiograbadora ochentera con casetera<br />

y orillas cromadas. Las rolas: Los Chicos,<br />

Vilma Palma, Magneto, Timbiriche y otro<br />

repertorio de maldiciones en las que se colaban<br />

algunas “gringadas” como MC Hammer,<br />

Technotronic, Ace of Base o Vanilla<br />

Ice. De este último retumbaba la clásica:<br />

«All right stop, collaborate and listen…»,<br />

Robert Matthew Van Winkle dixit, su verdadero<br />

nombre. La línea rítmica era tan<br />

pegajosa que sólo daban ganas de bailarla.<br />

Esto, porque daba la casualidad que estaba<br />

inspirada en la famosa “Under Pressure”<br />

de Mercury con Bowie. Algo que Vanilla<br />

Ice repetiría con la homónima “Fame” de<br />

su siguiente disco: Rollem Up.<br />

Y así, mientras este rapero homenajeaba<br />

con sus samples al gran Bowie, una parte de<br />

mi niño adolescente se adentraba en lo que<br />

sería mi primer encuentro (aún desconocido)<br />

con toda su influencia y genio.<br />

2. IRREVERENCIA o cuando los Maxell<br />

Cromados eran la onda<br />

Tenía quince años, jugaba básquet y por<br />

las tardes escuchaba Nirvana, Pearl Jam,<br />

STP y esos grupos grunge de la época. Todo<br />

era incierto y un pasatiempo. Después de<br />

los entrenos, mi vieja pasaba por mí frente<br />

al colegio. Ya en el carro abría mi mochila<br />

y metía uno de mis dos casetes favoritos al<br />

estéreo: Nevermind o MTV Unplugged.<br />

La estridencia de Cobain parecía hipnotizarme<br />

junto a la línea de <strong>No</strong>voselic y el<br />

retumbo maravilloso de Grohl. Todo en su<br />

música era un delirio contenido, en especial<br />

con las versiones acústicas que parecían más<br />

melancólicas. Siempre fui melancólico, y<br />

ahí estaba el secreto que me conectaría con<br />

Bowie. De entre toda esa resonancia rebelde<br />

me encantaba rebobinar “The man who<br />

sold the world”, sin saber que era una rola<br />

de este canchito que había transformado la<br />

historia de la música décadas antes. Luego,<br />

años después con la llegada del Internet,<br />

supe que la canción no era de los peluditos<br />

de Nirvana sino de este tipo a quien le dediqué<br />

admiración bajando todas sus rolas en<br />

Kazaa y Audiogalaxy, ya cuando los Maxell<br />

Cromados estaban pasados de moda.<br />

Poco a poco, rolas como Space Oddity,<br />

Heroes, Diamond Dogs, China Girl, Modern<br />

Love, Sorrow, Ziggy Stardust, Let’s<br />

Dance, Changes y otras más se convertirían<br />

en la piedra angular de mis recién cumplidos<br />

veintidós años. Pero siempre recordaría<br />

a Cobain con esa guitarra misteriosa y ese<br />

cantadito espectral del cover, porque pare-<br />

15


Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />

recía recordarme a un lugar que había existido<br />

en otro tiempo, un lugar que después<br />

descubrí con la llegada de Joy Division y el<br />

postpunk a mi disco duro.<br />

3. CONCIENCIA o cuando las fiestas<br />

duras duraban hasta el amanecer y la<br />

resaca era algo que se quitaba bailando<br />

Pasé mis veintes descubriendo y descu<br />

briendo música. De fiesta en fiesta me<br />

aprendía los nombres de bandas y cantantes<br />

que me gustaban. La lista es enorme pero<br />

empezó con cinco bandas que son el epicentro<br />

del poema: Joy Division, The Velvet<br />

Underground, The Cure, Depeche Mode y<br />

Placebo. Por estas cinco bandas conocí a<br />

otras cinco, y así a otras cinco, y así sucesivamente<br />

continúa la historia.<br />

De madrugada en madrugada o de afterparty<br />

en afterparty fui empapándome de<br />

todo lo que significaba Bowie. Toda la música<br />

de los ochentas y noventas me parecía<br />

tener un aire melancólico con el mejor sonido<br />

del Ziggy Stardust setentero, inclusive<br />

Arcade Fire, inclusive Beck, inclusive LCD<br />

Soundystem.<br />

Así, poco a poco, me fui dando cuenta que<br />

hay músicos que todo lo inspiran sin darse<br />

cuenta. Siempre hay esos Morrison, Dylan<br />

y Barrett que pasan por esta vida para dejar<br />

una estela de genio y buena racha. Con el<br />

tiempo, Bowie se me fue pegando más de lo<br />

quisiera. Todo en su música me pareció un<br />

ejercicio necesario y una fuerza que lo llenó<br />

todo de estruendo. Una especie de vara<br />

que mide lo que es bueno y un estandarte<br />

cabrón para futuras generaciones de artistas<br />

y músicos.<br />

Por eso está de más contarles que no tengo<br />

un disco favorito. Todos me parecen especiales<br />

en su hallazgo, poética y momento.<br />

Pero si me tocara recomendar alguno, claro<br />

que me quedo con Ziggy Stardust. O bueno,<br />

por qué no Heroes, o Let’s Dance o Hunky<br />

Dory. Ya ven, no puedo. Hay que escuchar<br />

a todos los Bowie. Empecemos con el tuyo<br />

o el mío.<br />

16


UN PAÍS INCÓMODO<br />

Carlos González Orellana<br />

Siempre que el perdón está al servicio de una finalidad, aunque sea noble y espiritual (rescate o redención,<br />

reconciliación, salvación) siempre que tiende a restablecer la normalidad (social, nacional, política, psicológica)<br />

mediante el trabajo del duelo, mediante alguna terapia o ecología de la memoria, entonces el perdón no es<br />

puro –ni su concepto–. El perdón no es, ni debería ser, ni normal ni normativo ni normalizador. Debería seguir<br />

siendo excepcional y extraordinario, a prueba de lo imposible: como si interrumpiera la corriente ordinaria de<br />

la temporalidad histórica.<br />

Jacques Derrida, citado por Paul Ricoeur. La memoria. La historia. El olvido.<br />

Observa el rebaño que está paciendo pasa ante ti: no sabe qué significa el ayer ni el hoy, salta de un lado para<br />

otro, come, descansa, digiere, salta de nuevo, y así de la mañana a la noche y día tras día, atado estrechamente,<br />

con su placer o dolor, al poste del momento y sin conocer, por esta razón, la tristeza ni el hastío.<br />

Friedrich Nietzsche. Consideraciones intempestivas.<br />

Hace unos días, conversábamos con unos<br />

compañeros del trabajo sobre las capturas<br />

recientes realizadas por el Ministerio Público<br />

contra los exmilitares vinculados con<br />

el terrible hallazgo de las osamentas encontradas<br />

en el Comando Regional de Entrenamiento<br />

de Operaciones de Paz (Creompaz).<br />

El argumento de uno de mis compañeros<br />

era que no había visto nunca un juicio<br />

contra exguerrilleros. Luego hablamos de<br />

las pruebas y las exhumaciones, pero como<br />

siempre sucede en estos casos, los sesgos<br />

ideológicos pueden más que la argumentación<br />

lógica.<br />

El nombre de la antigua zona militar 21<br />

encierra de por sí una verdad siniestra. Esa<br />

paz institucional cuya intención es imponer<br />

una forma de olvido está construida sobre<br />

un montón de huesos rotos, quebrantados,<br />

torturados. Sobre un montón de gritos olvidados<br />

y heridas abiertas.<br />

Pero ahí están las osamentas, testimonios<br />

silenciosos y terribles que evidencian y quebrantan<br />

cualquier sesgo, cualquier verdad a<br />

medias, cualquier sospecha.<br />

Como la mayoría de las ocasiones en las<br />

que se tocan estos temas, la conversación se<br />

evitó por ser un tema incómodo. Y pensé<br />

yo para mis adentros, en ese ratito, que por<br />

tratarse ni más ni menos que de nuestra historia<br />

reciente, el país en el que vivimos es<br />

un país incómodo. Así como evitamos hablar<br />

de la guerra, evitamos hablar también<br />

de los objetivos de desarrollo, de los índices<br />

17


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

de pobreza y de extrema pobreza. Hasta evitamos<br />

pasar por zonas marginales, o cerramos<br />

los vidrios de los carros para no ver la<br />

cara de la anciana indigente que se asoma a<br />

pedir limosna.<br />

Todos estos fenómenos de injusticia y<br />

desigualdad no resultan incómodos únicamente<br />

para las élites políticas y económicas<br />

(de hecho, es posible que sea a ellos a quienes<br />

menos incómodos resulten). Resultan<br />

incómodos para cualquier persona que pueda<br />

suplir de forma paupérrima sus necesidades<br />

vitales.<br />

Al ir de vacaciones, por ejemplo al área<br />

rural, procuramos hospedarnos en un hotel<br />

que nos ahorre el contacto con la gente, con<br />

la pobreza que a gritos está rodeando los sitios<br />

turísticos, las ventas de artesanías, los<br />

restaurantes, los paseítos en lancha. Sí, a<br />

cualquiera incomodaría esta situación. Pero<br />

en lugar de cuestionarnos, de adentrarnos en<br />

esa realidad profunda, en lugar de pensarnos<br />

como turistas extranjeros en otra Guatemala,<br />

elegimos mirar hacia otro lado, así como<br />

evitamos hablar de la guerra por temor a ser<br />

tachados de comunistas o de guerrilleros o<br />

de ignorantes.<br />

Las razones que se dan para desconocer<br />

y evitar de esa manera nuestra historia<br />

son varias. Por un lado está la amenaza que<br />

el conocimiento generalizado de la historia<br />

podría suponer en las luchas reivindicativas,<br />

y las consecuencias negativas que supondría<br />

para el régimen de conservación y<br />

distribución actual de la riqueza.<br />

Por otro lado, es parte de la política de<br />

la memoria, que señala Edgar Balsells en su<br />

libro Olvido o memoria. Dicha política busca<br />

ocultar y tergiversar los hechos ocurridos<br />

como parte de una desorientación de valores<br />

18


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

ideológicos y motivaciones políticas que<br />

conduce a la inacción y a la preservación<br />

de un statu quo de las condiciones estructurales<br />

que fueron las causas principales del<br />

conflicto armado mismo.<br />

Por otro lado, existe la postura que adopta<br />

el argumento de Friedrich Nietzsche, en<br />

la que se critica el exceso de la cultura histórica<br />

como un factor que impide el desarrollo<br />

de las sociedades. “El exceso de historia<br />

aniquila al hombre” (Nietzsche, 2002).<br />

Parte de este argumento cuestiona que al<br />

tener los ojos vueltos hacia el pasado, sería<br />

imposible emprender acciones nuevas, “seguir<br />

adelante como país”, de cara al futuro.<br />

La ley de reconciliación nacional (decreto<br />

número 145-1996) es un ejemplo de<br />

la ejecución de este tipo de argumentos en<br />

un grado jurídico. Para Nietzsche, el objeto<br />

último de bienestar es el concepto de vida<br />

(en su concepción pragmática). Para la ley<br />

guatemalteca, el objeto último es la paz:<br />

“obtener la paz constituye un interés nacional,<br />

primario e insoslayable” (Ley de reconciliación<br />

nacional, 1996).<br />

El texto nietzscheano, como bien señala<br />

Ricoeur, es claro en sus planteamientos,<br />

pero ambiguo en su resolución. A pesar de<br />

que va en defensa de lo ahistórico, adopta<br />

un posicionamiento opuesto radical, es decir,<br />

“anti-histórico”.<br />

Contradiciendo la premisa inicial del<br />

desarrollo de su discurso, que establecía en<br />

igual grado de necesidad la historia y la memoria,<br />

como el olvido para la vida. Sin embargo,<br />

en ningún momento de la argumentación<br />

establece las características y el grado<br />

de este equilibrio. Se trata de una consideración<br />

filosófica que puede malinterpretarse y<br />

tergiversarse como una justificación social.<br />

19


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

Que es como se ha hecho en países como<br />

el nuestro, en los que el pasado reciente (y<br />

remoto) representa problemas estructurales<br />

que empañan el desarrollo justo y equitativo<br />

de las relaciones económicas y sociales.<br />

¿Hacia dónde nos conduce el olvido de<br />

nuestra memoria? El perdón difícil es el título<br />

que Paul Ricoeur le da al epílogo de su<br />

libro La memoria, la historia, el olvido. Dicho<br />

libro es el penúltimo publicado por Ricoeur,<br />

luego de un extenso y vital ejercicio<br />

de profundización y reflexión humanística y<br />

filosófica. En él, el olvido es problematizado<br />

como un fenómeno más complejo que el<br />

cierre del ciclo constituido por la memoria<br />

y la historia.<br />

El olvido representa en primer lugar una<br />

amenaza, que evidencia la vulnerabilidad de<br />

la memoria y pone en riesgo el desarrollo<br />

epistemológico de la historia. Si nos ubicamos<br />

en el caso de Guatemala, el olvido está<br />

vinculado con un ejercicio de manipulación<br />

de la memoria.<br />

Es común que las instituciones educativas<br />

corran un tupido velo sobre la historia reciente<br />

para evitar tratar el tema del conflicto<br />

armado. Incluso, es posible que se niegue o<br />

que sea representado como una gesta heroica<br />

gracias a la cual hoy tenemos elecciones<br />

democráticas y podemos tomar Coca Cola<br />

y comer en McDonald’s mientras estamos<br />

conectados a Internet a través de nuestros<br />

teléfonos hechos en la maquila de un país<br />

extranjero con condiciones laborales igual<br />

de depauperadas que las nuestras.<br />

En primer lugar, debemos recordar que<br />

toda epopeya es un constructo retórico, que<br />

busca crear una obra literaria.<br />

En segundo lugar, las epopeyas que podemos<br />

leer hoy a través de la historia están<br />

hechas siguiendo el discurso de los vencedores<br />

1 .<br />

En tercer lugar, esta argumentación se<br />

vuelve inválida, ya que la epopeya es una<br />

construcción con valor literario y, vamos,<br />

es aberrante llamar epopeyas a todas las<br />

construcciones discursivas de los vencedores<br />

guatemaltecos. Este tipo de relatos surge<br />

gracias a la construcción de la subjetividad<br />

heroica de la posguerra. En este tipo de casos,<br />

contra la falsa epopeya está la historia,<br />

esclarecida y documentada. La labor de la<br />

Comisión para el Esclarecimiento Histórico<br />

(CEH, de aquí en adelante) es valiosísima<br />

para este fin, ya que representa una narración<br />

lejana en la medida de lo posible de los<br />

sesgos políticos.<br />

Dentro de ese tipo de ejercicios de duelo,<br />

fincados en el conocimiento mismo de<br />

la pérdida, es posible ejercer el perdón. El<br />

único perdón posible para la sociedad guatemalteca<br />

llegará el día que las condiciones<br />

de vida respondan a las necesidades de la<br />

totalidad de la población.<br />

Llegará el día que en las instituciones<br />

educativas el informe de conclusiones de la<br />

CEH: Guatemala, memoria del silencio, sea<br />

una lectura obligatoria y que aunado al desarrollo<br />

personal y al cuadro profesional de<br />

las personas se valore también la dimensión<br />

del conocimiento que tiene sobre su país.<br />

De lo contrario, estaremos inmersos en acciones<br />

fallidas, tratando de salvar un país<br />

que jamás llegó a conformarse como tal.<br />

La confrontación<br />

Las reacciones ante los juicios de los exmilitares<br />

vinculados con asesinatos civiles<br />

durante el conflicto armado se fundan en<br />

dos argumentos: primero reclaman que el<br />

juicio fue viciado por la ideologización del<br />

sistema de justicia. Argumento que resulta<br />

inválido, ya que tanto los militares como las<br />

fuerzas populares están sujetas a los dictámenes<br />

jurídicos del sistema.<br />

Por otro lado, el segundo argumento es<br />

recurrir a la rememoración del pasado desde<br />

la subjetividad heroica, diciendo que fue<br />

gracias a los militares que se evitó que las<br />

garras oscuras del comunismo se apoderaran<br />

del país. En conjunto con este argumento<br />

se estableció una compleja y enorme<br />

estructura de propaganda que satanizaba el<br />

comunismo como una especie de bestia infernal<br />

que devoraba a las naciones. Este último<br />

argumento es el más alarmante, ya que<br />

es inaudito que en pleno siglo XXI se sigan<br />

utilizando este tipo de fundamentalismos<br />

ideológicos. Sobre todo porque fue gracias<br />

a estos fundamentalismos absolutos que se<br />

llegaron a concebir las políticas y prácticas<br />

20


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

contrainsurgentes más inhumanas por parte<br />

del Estado en las décadas del conflicto. Lo<br />

que es inquietante y descorazonador es la<br />

existencia y la posibilidad de que se den aún<br />

este tipo de confrontaciones.<br />

Un fenómeno similar sucedió con el juicio<br />

por genocidio: es posible polarizar la sociedad<br />

en dos bandos completamente opuestos<br />

y que aflore el discurso del odio, con sólo<br />

mencionar el tema. Como recurso desesperado,<br />

se ha hablado del tema de la amnistía<br />

suscrita en la Ley de Reconciliación Nacional<br />

(aunque esta se refiere únicamente a<br />

crímenes políticos, no de lesa humanidad).<br />

La amnistía pone fin a graves desórdenes<br />

políticos que afectan a la paz social, que la<br />

amnistía interrumpe. Se distingue por la institución<br />

que instaura.<br />

Con astucia erudita, Paul Ricoeur señala<br />

que el parecido entre las palabras amnistía<br />

y amnesia no se limita al ámbito fonético,<br />

sino que finca sus raíces en el ámbito semántico-etimológico.<br />

La amnistía señala en<br />

realidad un pacto secreto con el olvido, con<br />

el negacionismo, con la amnesia.<br />

Un duelo inconcluso<br />

El ejercicio de duelo es esencial para la<br />

salud mental de una sociedad. Fundar una<br />

nación, un país, sobre la base del olvido es<br />

comenzar de nuevo un ciclo vicioso, que<br />

inevitablemente nos conducirá a su repetición.<br />

La falta de educación, hermana cómplice<br />

con la alienación, la pobreza y la memoria<br />

manipulada han generado un mandato de<br />

impunidad, dentro del cual, el cumplimiento<br />

de la norma es la excepción. De ahí que<br />

cuando esta se cumple, las reacciones son<br />

inmediatas.<br />

Ricoeur aborda el fenómeno del duelo y<br />

lo proyecta socialmente a partir de dos ensayos<br />

de Sigmund Freud: Rememoración, repetición,<br />

per-elaboración (1904) y El duelo<br />

y la melancolía (1915).<br />

En el primer ensayo, Ricoeur señala el<br />

peligro que para Freud implica la resistencia<br />

de la represión a remontar un hecho traumático<br />

a través de la memoria. Dicha represión<br />

conduce a una repetición compulsiva que<br />

21


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

tiende a replicar el hecho para sustituir el<br />

recuerdo. Al trasladar el análisis clínico al<br />

plano de la moral colectiva, la represión de<br />

hechos traumáticos a través de políticas de<br />

olvido violentas y sistemas de justicia amnésicos,<br />

conduciría inevitablemente a su<br />

réplica. El “trabajo de rememoración” se<br />

hace indispensable para liberar la conciencia<br />

moral colectiva del riesgo de la repetición<br />

compulsiva. En el segundo ensayo,<br />

Freud, citado y trabajado por Ricoeur, trata<br />

el tema del duelo en oposición al fenómeno<br />

de la melancolía.<br />

El duelo es la resistencia de la libido a la<br />

pérdida de un objeto o persona amada. La<br />

melancolía en cambio es un padecimiento<br />

sin objeto alguno, ejecutado desde un yo<br />

empobrecido. Al no haber trabajo de duelo,<br />

consciente de la pérdida, pueden erigirse, en<br />

la conciencia individual, sustitutos de valor:<br />

la patria, el trabajo, la libertad. De ahí la necesidad<br />

de desconfiar del discurso que trata<br />

de sustituir el trabajo del duelo por el amor<br />

a la patria y al progreso, que se trató con<br />

anterioridad y que se funda en el exceso de<br />

la memoria como obstáculo.<br />

La idea de progreso, de hecho, que se<br />

enarbola en la actualidad es de sí cuestionable,<br />

y este cuestionamiento se puede intensificar<br />

en países en vías de desarrollo, como<br />

el nuestro, en los que el ciclo del progreso<br />

está relacionado siempre con ciclos de generación<br />

del binomio dialéctico riqueza/<br />

pobreza, y el crecimiento de estas dos condiciones.<br />

Mientras no haya justicia, seguiremos<br />

divididos. Seguiremos entendiendo esa ficción<br />

de país que nos han creado como tal:<br />

élites urbanas que polarizan el poder económico<br />

y una especie de país subalterno, que<br />

tales élites desconocen.<br />

Ese país subalterno del cual los políticos<br />

han tratado de esconderse, protegiéndose<br />

a través de círculos privados de seguridad.<br />

Ese país subalterno que queda ahí, fuera de<br />

la garita de seguridad de las colonias privadas.<br />

Ese país subalterno que merece, según<br />

las élites urbanas, un salario mínimo (de por<br />

sí pírrico) menor al del promedio. Que no<br />

importa si muere en los hospitales porque<br />

no hay una sonda o un antibiótico. Llora<br />

san<br />

22


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

sangre que la memoria, matriz originaria<br />

de la historia, haya sido relegada como un<br />

obstáculo en las carreras de desarrollo empresarial.<br />

Llora sangre que aun hoy en día,<br />

las decisiones jurídicas de carácter penal<br />

que pesan sobre los responsables de los vejámenes<br />

acontecidos en el pasado, puedan<br />

llegar a ser un motivo para polarizar a la<br />

sociedad guatemalteca. ¿Por qué aún somos<br />

capaces de dividirnos? <strong>No</strong> se trata de buscar<br />

un culpable, un “enemigo interno”, alguien<br />

a quien echarle las culpas. Se trata solo de<br />

hacer justicia.<br />

Conclusión<br />

La petición ampliar la ley de amnistía sobre<br />

los delitos de lesa humanidad es mucho<br />

más seria de lo que aparenta. La consecuencia<br />

evidente es la impunidad y la injusticia<br />

social, que imposibilita la reconciliación.<br />

Si quien comete la falta no está capacitado<br />

para aceptarla como propia y hacerse<br />

responsable de ella, no puede existir por<br />

otro lado un perdón auténtico de la otra<br />

parte. Sin embargo, y salvando esta trágica<br />

consecuencia social, la petición atenta contra<br />

la constitución del sistema de justicia.<br />

Durante el conflicto armado, uno de los<br />

elementos del gobierno fue la suplantación<br />

de la acción judicial por medio de la instauración<br />

de un sistema punitivo ilegal dirigido<br />

por las estructuras de inteligencia militar<br />

(informe de la CEH, conclusión 9).<br />

El nuevo riesgo de mancillar el sistema<br />

de justicia es la reinstauración de un recurso<br />

manido del conflicto.<br />

La principal incomodidad que las personas<br />

conscientes tendrían que sentir de vivir<br />

en este país es precisamente la circunstancia<br />

del duelo inconcluso, ocasionado principalmente<br />

por la ausencia de un sistema de justicia<br />

eficaz.<br />

Por eso, los dictámenes que las cortes<br />

presenten contra los actores armados del<br />

conflicto, que no estén amparados por la ley<br />

de reconciliación nacional deben ser cuestionados<br />

únicamente en el ámbito legal, y<br />

no ideológico.<br />

La dificultad de fundar un proyecto nacional<br />

incluyente, participativo e igualitario<br />

23


Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />

y de creer en una sociedad unida que sea<br />

crítica y consecuente con el aparato estatal<br />

radica principalmente en esa carencia,<br />

y en la discriminación étnica enquistada en<br />

el imaginario mestizo mayoritariamente. A<br />

manera de conclusión, me gustaría pensar<br />

en darle un voto de fe a la historia y a la<br />

verdad. Me gustaría pensar que en algunos<br />

años, recordaremos esta posguerra confundida<br />

por tantas tensiones económicas como<br />

otra etapa oscura de nuestro desarrollo histórico.<br />

Como la última etapa oscura que comenzó<br />

desde el establecimiento de la Colonia,<br />

y que continuó con la formulación de<br />

un proyecto de nación excluyente, injusto,<br />

heterosexual, y fundado sobre el mismo tipo<br />

colonial de relaciones comerciales.<br />

<strong>No</strong>tas<br />

1<br />

Un ejemplo tangible es la epopeya de la conquista de Guatemala, descrito por Severo Martínez en La patria del criollo.<br />

Bibliografía<br />

Balsells, E. A. (2009). Olvido o memoria. El dilema de la sociedad<br />

guatemalteca. Guatemala: Flacso.<br />

Comisión para el Esclarecimiento Histórico. (1999). Guatemala,<br />

memoria del silencio. Conclusiones y recomendaciones.<br />

Guatemala: Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones<br />

Unidas (UNOPS).<br />

Cortéz, B. (2012). Memorias del desencanto: el duelo postergado<br />

y la pérdida de una subjetividad heroica. En e. a. Beatriz<br />

Cortéz, (Per)Versiones de la modernidad. Literaturas, identidades<br />

y desplazamientos (págs. 259 - 280). Guatemala: F y G.<br />

nacional, L. d. (1996).<br />

Nietzsche, F. (2002). Consideraciones intempestivas (II): de la<br />

utilidad y los inconvenientes de la historia para la vida. Madrid:<br />

Alianza Editorial.<br />

Ricoeur, P. (2010). La memoria, la historia, el olvido (2a. edición<br />

ed.). (A. Neira, Trad.) Madrid: Trotta.<br />

24


Mariano Roberto Morales: Imagen, poder y política: Hacia un cine nacional<br />

ANÁLISIS RADIOGRÁFICO<br />

TRAS UN AÑO CONVULSO<br />

Sergio Castañeda<br />

Contexto coyuntural<br />

El 2015 ha quedado en la historia de<br />

Guatemala como un año de convulsiones<br />

constantes, de escenarios inesperados dentro<br />

del ámbito político y social, de un sube<br />

y baja de emociones que sin lugar a dudas<br />

han marcado nuestras sensibilidades como<br />

individuos y sociedad. Todo se desencadenó<br />

cuando la Comisión Internacional contra la<br />

Impunidad en Guatemala (CICIG) y el MP<br />

evidenciaron el desfalco y fraude aduanero<br />

realizado por una red criminal denominada<br />

“La línea” donde se sospecha estaban involucrados<br />

el Presidente de la Republica Otto<br />

Pérez Molina y la Vicepresidenta Roxana<br />

Baldetti entre otros funcionarios más. Lo<br />

que sucedió tras esto fue una coyuntura que<br />

nos trascendió a todos.<br />

Es tras este destape que el hartazgo social<br />

rebalsó y se comenzaron a dar movilizaciones,<br />

digamos espontáneas, por parte de<br />

la capa media urbana. Sí, de esa que en los<br />

últimos tiempos había permanecido apática<br />

e inactiva. Pero si bien fue la clase media<br />

la que tras revelarse esta situación salió a<br />

las calles a pronunciarse, posteriormente las<br />

movilizaciones comenzaron a madurar y se<br />

convertían poco a poco y en buena medida<br />

en una articulación interétnica, interclasista<br />

e intergeneracional. Fue, sin lugar a dudas,<br />

un escenario que se daba ante una sociedad<br />

que no estaba preparada para tal acontecimiento<br />

y donde varios colectivos reconocían<br />

lo imperante de la articulación de diversos<br />

sectores y de un accionar estratégico<br />

para que tras este despertar producto de un<br />

hartazgo social de décadas, pudiera accionarse<br />

el principio de un movimiento social<br />

que incidiera de tal forma que apuntara a<br />

dar paso a las soluciones estructurales que<br />

tanto se necesitan. Es decir, que iniciará a<br />

transformar radicalmente las estructuras del<br />

estado.<br />

Y es que a pesar de las dificultades que se<br />

iban dando para la unificación de una manera<br />

estratégica y de lo comprensible que resultaba<br />

que la diversidad de iniciativas que<br />

25


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

se desarrollaban para mostrar indignación<br />

tuvieran ciertos desfases o grados de desorganización,<br />

todo parecía apuntar a un verdadero<br />

despertar ciudadano (en cuanto al<br />

territorio capitalino, pues cabe recalcar que<br />

en el interior del país diversos grupos se han<br />

mantenido en resistencia inclusive durante<br />

siglos)donde las movilizaciones comenzaban<br />

a romper paradigmas así como reinventaban<br />

la estética de la protesta en el país.<br />

Con el pasar de los meses las movilizaciones<br />

masivas se continuaron dando los<br />

días sábados en el mayor de los casos, conformadas<br />

en buena parte por la clase media<br />

urbana pero donde también asistían diversos<br />

colectivos de ciudadanos que han incidido<br />

y vigilado al estado corruptor desde<br />

tiempo atrás y que ahora buscaban mantener<br />

la tensión política para que no decayera ese<br />

despertar tan necesario en tiempos oscuros.<br />

A estos colectivos se fueron sumando también<br />

organizaciones de estudiantes, tanto de<br />

la universidad de San Carlos de Guatemala<br />

como de universidades privadas y, como no<br />

podía ser de otra manera se contó con sectores<br />

populares organizados de indígenas y<br />

campesinos, donde por momentos parecía<br />

vislumbrarse esa luz que diera paso por fin a<br />

la tan necesaria unión entre campo y ciudad.<br />

Las consignas más pronunciadas durante<br />

las movilizaciones correspondían a la exigencia<br />

de la renuncia del binomio presidencial,<br />

así como a posponer las elecciones y<br />

llevar a cabo reformas a la ley electoral y de<br />

partidos políticos. Se comprende la primera<br />

como el rebalso de indignación ciudadana,<br />

como un precedente importante aunque sus<br />

efectos en las problemáticas sociales no<br />

iban mucho más allá de la coyuntura.<br />

Por el contrario, la segunda consigna<br />

apostaba a un tema más de fondo, a comenzar<br />

a tocar raíces del sistema para pensar en<br />

26


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

transformaciones radicales. El ocho de<br />

mayo renunciaba la Vicepresidenta Roxana<br />

Baldetti y el tres de septiembre el mandatario<br />

Otto Pérez Molina, se había creado un<br />

precedente, en buena parte gracias a la incidencia<br />

de la sociedad guatemalteca, no sería<br />

justo demeritar eso.<br />

Pero, a pesar de la alegría de ese momento,<br />

está claro que no se fue mucho más allá<br />

de la superficie.<br />

Si, la renuncia marcaba un precedente histórico<br />

pero también era una consecuencia<br />

de la fuerte influencia de la embajada estadounidense<br />

con la complicidad de las élites<br />

económicas del país, pues los exmandatarios<br />

representaban una clase política excesivamente<br />

cínica en su corrupción y ahora la<br />

desestabilización de su gobierno no cesaría,<br />

cosa que no convenía para quienes priorizan<br />

en la estabilidad de las relaciones dentro del<br />

denominado Triángulo <strong>No</strong>rte.<br />

Lo que sucedió a esto fue la designación<br />

como Presidente provisional, por los meses<br />

que restaban al oficialismo patriota, del Abogado<br />

y <strong>No</strong>tario Alejandro Maldonado Aguirre,<br />

quien ya había llevado a cabo funciones<br />

de diputación, magistratura y también<br />

había sido embajador de Guatemala ante la<br />

Organización de Naciones Unidas (ONU).<br />

Se trataba de un personaje –ya conocido–<br />

de la extrema derecha y quien apuntó a la<br />

continuidad de la política conservadora de<br />

la historia del país.<br />

El guión orquestado por la embajada estadounidense<br />

con la complicidad de la oligarquía<br />

nacional no permitiría la posposición<br />

del proceso electoral. Así que tras una fecha<br />

estratégica de la renuncia de Otto Pérez<br />

(tres días antes de las elecciones) y con la<br />

incapacidad de las movilizaciones por impedir<br />

el proceso electoral buena parte de la<br />

población despolitizada e indiferente hasta<br />

hace unos meses atrás –que no concibió que<br />

el problema más allá de un período presidencial,<br />

es sistémico– se volcó a las urnas<br />

creyendo que a través del sufragio podía venir<br />

algún tipo de cambio, pues tras la reciente<br />

renuncia había en el ambiente una especie<br />

de patriotismo, digamos, mediático.<br />

Así fue como las elecciones se llevaron<br />

a cabo el día domingo seis de septiembre<br />

en medio de un viciado proceso electoral,<br />

donde hubo evidentes campañas mediáticas<br />

contra uno de los candidatos punteros quien<br />

resultaba incómodo para cierto sector, ya<br />

que no cumplía con el perfil de sumisión y<br />

obediencia ante el poder hegemónico.<br />

Pegando un pequeño y necesario salto del<br />

ya mencionado proceso, situémonos en el<br />

catorce de enero, fecha donde tomó posesión<br />

como presidente un personaje con poca<br />

experiencia política y de pensar conservador,<br />

respaldado por militares implicados en<br />

el conflicto armado interno y la cúpula empresarial.<br />

Es así, pues, como al analizar lo acontecido<br />

estos meses vemos la diferencia entre un<br />

sector de la población que manifestó puro<br />

hartazgo y catarsis, así como otros ciudadanos<br />

desde su singularidad y algunos colectivos<br />

que comprendían la importancia de<br />

iniciar transformaciones de fondo, quienes<br />

no cedieron a la manipulación de los medios<br />

y apostaban a trabajar por soluciones<br />

27


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

estructurales ante las problemáticas que sufre<br />

día a día la gran mayoría y, muy alejados<br />

de los anteriores; la pequeña pero poderosa<br />

élite vinculada con la embajada estadounidense<br />

quienes por el bien de sus intereses,<br />

protegieron a toda costa la Alianza para la<br />

Prosperidad del Triángulo <strong>No</strong>rte de Centroamérica.<br />

Llegados hasta acá es momento de enfocarnos<br />

en las movilizaciones realizadas,<br />

verlas hacia adentro, así como de analizar<br />

el por qué en el país los sectores del centro<br />

hacia la izquierda no han podido incidir profundamente<br />

en los últimos años. Y es que en<br />

un país donde las crisis sociales aumentan<br />

críticamente, afectando a las masas, resulta<br />

irónico que la izquierda o incluso el progresismo<br />

tanto institucional como ciudadano<br />

organizado no cobren auge en las mayorías<br />

y sean los planes de las minorías con su neoconservadorismo<br />

político y neo-liberalismo<br />

económico quienes continúen imperando<br />

sin ningún tipo de regulación ni resistencia<br />

de peso significativo.<br />

¿Acaso, tras la reciente coyuntura, no<br />

era justamente la oportunidad idónea para<br />

que los sectores de izquierda fuesen quienes<br />

tomaran la batuta radicalizando las movilizaciones<br />

y orientando el camino para así<br />

madurar a un movimiento social fuerte y organizado?<br />

Por qué no se pudo incidir como<br />

era necesario para que se ejecutaran las reformas<br />

a la ley electoral y de partidos políticos<br />

y se llegara a un gobierno provisional<br />

conformado por personas que representaran<br />

realmente a todos los sectores del país.<br />

Está claro que esta coyuntura era una<br />

gran oportunidad para el comienzo de cambios<br />

radicales, sabiendo que este destape<br />

de corrupción no era más que otro efecto de<br />

las causas de un sistema creado a través del<br />

despojo, la explotación y la criminalidad.<br />

Si nos preguntamos el por qué no se ha<br />

podido incidir radicalmente en busca de<br />

transformaciones profundas en los últimos<br />

tiempos, no podemos dejar de un lado el<br />

triunfo ideológico conservador con su invención<br />

Sobre la dificultad de articulación<br />

y el accionar de la izquierda<br />

28


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

29<br />

vención del “anticomunismo”, que continúa<br />

vigente en el imaginario social.<br />

A esto se debe sumar la pobre incidencia<br />

de la izquierda institucional en los últimos<br />

años, que desemboca en la falta de credibilidad<br />

que le tiene gran parte de la población.<br />

Se debe, pues, escudriñar en qué se ha<br />

fallado, qué errores se han cometido en los<br />

últimos tiempos y qué acciones estériles se<br />

realizaron durante estas movilizaciones.<br />

Habrá que realizar, constantemente, como<br />

los viejos partidos comunistas de Europa, la<br />

autocrítica desde la mayor honestidad y radicalidad<br />

posible. Poner las barbas en remojo,<br />

tanto como partidos políticos, colectivos,<br />

plataformas, organizaciones estudiantiles o<br />

sencillamente como individuos que comulgan<br />

con ideas solidarias, humanistas y comprenden<br />

la necesidad de encaminar la lucha<br />

hacia cambios profundos.<br />

<strong>No</strong> se puede problematizar estas dificultades<br />

planteadas sin tomar en cuenta que en<br />

las últimas décadas resulta sumamente difícil<br />

la articulación como sociedad.<br />

Por supuesto que esto no es un producto<br />

casual, sino todo lo contrario, responde a un<br />

proyecto ideológico que ha logrado despolitizar<br />

a las mayorías, es decir, la prioridad de<br />

este proyecto de valores neoliberales consiste<br />

en alienar al individuo para conquistar<br />

su subjetividad y así éste carezca de pensamiento<br />

crítico y por ende, de interés por<br />

temáticas que necesitan de cierta profundidad.<br />

Porque si bien podemos denominar a<br />

este sistema imperante como un gran fracaso<br />

económico, también debemos ser claros<br />

en que representa un triunfo ideológico que<br />

sujeta a los individuos y los determina en<br />

su forma de ver el mundo, arrastrándolos a<br />

diversos digamos, delirios.<br />

Ese triunfo ideológico busca ir anulando<br />

la conciencia crítica y conducir a la normalización<br />

de observar y/o perpetrar vejaciones<br />

con total naturalidad como lo son la cosificación,<br />

la destrucción del medio ambiente y<br />

las inequidades más grandes en la historia<br />

de la humanidad.<br />

En Guatemala, tras el triunfo contrainsurgente,<br />

comienza a cimentarse este proyecto<br />

neoliberal de colonizar subjetividades a<br />

través de métodos educativos y mediáticos,


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

efecto que se evidenció en estas jornadas en<br />

la dificultad organizativa en un momento<br />

histórico que requería de estratégica y contundencia.<br />

Definitivamente la izquierda institucional<br />

tendría que tener esto muy claro, pues su deber<br />

es alcanzar el poder y para eso debe conseguir<br />

adeptos y no, por el contrario, buscar<br />

su catarsis con un grupo selecto, con los<br />

mismos de siempre. La izquierda partidista<br />

demostró una vez más ineficacia, cierto anacronismo,<br />

segregación producto de disputas<br />

internas y la poca importancia que le da a<br />

las demandas populares.<br />

<strong>No</strong> se pronunció a favor de la exigencia<br />

popular respecto a la posposición de elecciones,<br />

conformó el juego una vez más el<br />

seis de septiembre –día de la vergüenza nacional–<br />

y en las estadísticas evidenció nuevamente<br />

su debilidad. Claro, tal y como lo<br />

entiendo, considero que ante la inminente<br />

realización de las elecciones, los partidos<br />

de izquierda debían presentar candidatos a<br />

diputación, puesto que si bien son indiscutiblemente<br />

minoría, esto es mejor que no tener<br />

presencia alguna en el legislativo.<br />

Ahora bien, también estuvieron en constante<br />

accionar organizaciones de izquierda y<br />

progresistas como lo son los diversos colectivos<br />

urbanos y rurales, así como asociaciones<br />

estudiantiles que claramente marcaron<br />

distancia con la izquierda partidista.<br />

Resulta necesario reconocerles su incidencia<br />

y aportes, pues es justo admitir que<br />

crearon un precedente con sus acciones y<br />

algunos comenzaron a ejercer estrategias<br />

de incidencia más acordes a nuestro tiempo.<br />

Accionaron de tal forma que lograron<br />

estimular y convocar, lo que por transición<br />

sucedió fue el acercamiento de muchas<br />

personas, poco vinculadas a las demandas<br />

populares hasta hace unos meses, quienes<br />

decidieron unirse a estos colectivos pues su<br />

sensibilidad fue tocada y optaron por el interés<br />

de las problemáticas que aquejan a las<br />

mayorías.<br />

Estas organizaciones también iniciaron<br />

la tarea de reinventar la estética y las formas<br />

30


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

de hacer protesta, lo que es fundamental<br />

continuar trabajando. Claro, lo realizado<br />

no fue suficiente y ahora, tras la resaca de<br />

aquellas jornadas, tendrán que reconocer<br />

sus desaciertos y replantear sus estrategias.<br />

Hay cosas que por el bien del porvenir<br />

en cuanto a resistencia social se refiere no<br />

se pueden olvidar y deben tenerse en cuenta<br />

para la maduración de esta, como por ejemplo:<br />

que con lo sucedido en el año 2015 se<br />

puede hablar de movilizaciones pero no de<br />

un movimiento social, puesto que este no es<br />

efímero y si es necesario apela a acciones<br />

extrainstitucionales, solo por dar dos características.<br />

Se tendrá que reconocer que si<br />

bien alguna sector de académicos acudió a<br />

las calles realizando la denominada praxis,<br />

esto fue solo en cierta medida, pues también<br />

en otra vemos como el lenguaje técnico<br />

de los científicos sociales no trascendió<br />

el claustro debido a la incapacidad muchas<br />

veces de aterrizar y ejecutar ideas. Evidenciar<br />

a la izquierda institucional y parte de la<br />

de “a pie”, que continúa cayendo en manías<br />

de izquierdómetro; con símbolos y acciones<br />

similares con las que ha sido derrotada en<br />

varias ocasiones. Aprender a detectar a sujetos<br />

y ONGs que utilizan el paternalismo<br />

como negocio y se oponen desde la reacción<br />

a cualquier tipo de innovación en la lucha,<br />

pues no desean cambio alguno debido a que<br />

logran su comodidad económica con la continuidad<br />

del sistema.<br />

Transmutación de formas.<br />

Radicalizar para intentar crear<br />

un movimiento social<br />

Tengamos ahora claras todas las consideraciones<br />

del caso y para eso se debe reconocer<br />

los errores y las limitaciones, así como<br />

examinar la correlación de fuerzas y contra<br />

qué se continúa resistiendo. El panorama<br />

no es alentador pero la contemplación y la<br />

inacción burguesa definitivamente no son<br />

una opción. Por ello se deberá apostar por<br />

la articulación solidaria, por la organización<br />

cooperativa pero comprendiéndola y realizándodola<br />

a cabalidad. Habrá que aterrizar<br />

las teorías pues de qué sirve el lenguaje<br />

31


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

grandilocuente si no se llega a vincularse<br />

con las masas, si aún peor, existe una mayoría<br />

social que probablemente esté aburrida<br />

de las prácticas tradicionales de la izquierda<br />

guatemalteca.<br />

Si el imperativo categórico es encarar la<br />

lucha y la resistencia para así buscar soluciones<br />

estructurales y maneras de una vida<br />

más digna para las masas, entonces como<br />

sujetos incidentes se tendrá que comenzar<br />

a respetar justamente a estas y lograr su<br />

empatía, no desde paternalismos o caridad<br />

vertical, sino desde una vinculación cómplice<br />

de concebirnos como prójimos coincidiendo<br />

en principios de unidad y solidaridad<br />

horizontal y, para ello, se debe cambiar de<br />

fórmulas, pues lo que se ha venido haciendo<br />

sin lugar a dudas no ha funcionado del<br />

todo. Habrá que realizar cosas distintas. <strong>No</strong><br />

se trata de perder la esencia, el tema pasa<br />

por evolucionar en las formas.<br />

<strong>No</strong> se renunciará en lo más mínimo a los<br />

ideales revolucionarios ni al espíritu combativo,<br />

pero debemos aclararnos la garganta,<br />

bajar de los aires y hablar claro y contundente.<br />

La premisa es ir deconstruyendo ese<br />

individualismo arraigado y, por el contrario,<br />

lograr estimular el interés de quienes la despolitización<br />

y enajenación los ha invadido.<br />

Por lo tanto la importancia de la memoria<br />

histórica nuevamente salta a la luz, nos<br />

encandila, por suerte, de congruencia; pues<br />

al revisar los anales históricos que encausan<br />

su vista desde el compromiso crítico –y no<br />

<strong>32</strong>


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

desde la historia oficial escrita por el poder<br />

para apaciguar y dominar– nos muestran<br />

que el proyecto del anticomunismo, inyectado<br />

en América Latina y tan bien cimentado<br />

lamentablemente en Guatemala, condenó<br />

por igual a toda filosofía política que<br />

se opusiera al poder hegemónico. El cual,<br />

con esto, logró posicionar su discurso en<br />

las masas y tener el campo despejado para<br />

conquistar poder y capital controlando cualquier<br />

débil resistencia que surja.<br />

Para muestra un botón, en la actualidad<br />

se encuentra el poderío hegemónico de<br />

este país moviendo las piezas a su antojo,<br />

creando sus propias agendas de modelo<br />

económico y al cual no le incomoda en lo<br />

más mínimo percatarse que la resistencia<br />

ciudadana actualmente es pequeña y poco<br />

organizada con egolatrías y disputas internas.<br />

Parece que les encanta ver una resistencia<br />

hermética, repitiendo formas que no<br />

han dado mayor resultado positivo y que no<br />

logran sumar sujetos a las causas.<br />

Es por los hechos que no dejan lugar a<br />

dudas que considero de suma importancia la<br />

trasmutación en las formas sin el renunciamiento<br />

a los fondos.<br />

La organización y la disciplina son fundamentales<br />

pues la espontaneidad hedonista<br />

nunca ha fraguado cambios radicales en los<br />

terrenos políticos y económicos.<br />

Para recuperar el tejido social es necesario<br />

reivindicarnos con el prójimo y con la<br />

historia y para ello la radicalidad y la arti-<br />

33


Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />

culación son primordiales. Reconocer el<br />

problema de este sistema desde su raíz, emprender<br />

disciplinadamente el arduo trabajo<br />

desde la diversidad de tareas sin menospreciar<br />

unas de otras; labores como la construcción<br />

del pensamiento crítico a través de las<br />

letras y la docencia, el analizar como tocar<br />

ciertos temas sin causar polarización es un<br />

reto que se debe asumir claro, siempre brindando<br />

acompañamiento y seguimiento en<br />

las cortes a las víctimas del terrorismo de<br />

estado.<br />

Sería importante llevar a cabo proyectos<br />

de formación ciudadana en barrios y comunidades,<br />

creando células de diálogo político,<br />

así como mantener la presencia en las<br />

calles y realizar constantemente festivales<br />

artísticos en verdad comprometidos. El diálogo<br />

sobre las coyunturas con el vecino y el<br />

compañero a cualquier hora del día es fundamental.<br />

Habrá –y esto puede que moleste<br />

a más de algún dogmático– que utilizar un<br />

lenguaje, digámoslo así, mediático, cuando<br />

de convocatoria se trate, puesto que tras el<br />

sistémico proceso colonizador de mentes<br />

el cual ya se mencionó en este ensayo, es<br />

justamente a ese lenguaje al que responden<br />

una mayoría intergeneracional, interétnica e<br />

interclasista.<br />

Imperante es no confundir, por ejemplo,<br />

la importancia de llevar el marxismo como<br />

método de análisis y ejercer la “praxis”, con<br />

lo que dista mucho, como lo es caer en enfermedades<br />

infantiles. Fundamental resulta<br />

no confundir los procesos sociales con una<br />

competencia de incidencia donde se exige<br />

implícitamente reconocimiento y se menosprecia<br />

las luchas de otros actores, lo que al<br />

final facilita las políticas segregacionistas<br />

que ejercen los grupos de poder.<br />

Realizo una invitación a los diversos<br />

sectores izquierdistas y progresistas para<br />

que den la oportunidad a la autocrítica y así<br />

reflexionar sobre los modos de acción poco<br />

contundentes. Es momento de reconocer<br />

que las distintas luchas deben ser enlazadas<br />

para formar una red de articulación de resistencia<br />

anti-hegemónica, radical y consistente.<br />

Es válido equivocarse en el proceso,<br />

pero ya es hora de relacionarnos de forma<br />

más horizontal –sin caer en la ingenuidad de<br />

creer que no son necesarios liderazgos para<br />

encaminar las acciones, pues la historia no<br />

nos deja mentir acerca de lo necesarios que<br />

resultan estos–.<br />

Es momento, también, de comprender<br />

más allá del discurso, la riqueza de la multiplicidad<br />

y multiculturalidad para que así<br />

estas dejen de ser sinónimo de divisionismo<br />

y extremismos herméticos. Toca, por fin,<br />

contemplar lo trascendente del diálogo intergeneracional<br />

y erradicar esa falsa brecha<br />

segregacionista. Es hora, pues, de la trasmutación<br />

en las formas a la hora de accionar,<br />

pero nunca olvidado el fondo, es decir; los<br />

principios. Llegó la gozosa hora de emanciparnos<br />

para así aprender de los errores de<br />

antaño, madurar y comenzar a crear un verdadero<br />

movimiento social.<br />

34


35


36


Poesía de Joss Pinto<br />

I<br />

Jamás sabré qué es caer sobre un lago congelado<br />

y luchar contra mi propia fuerza.<br />

Viajaré por el mundo entero en busca de nieve,<br />

para contradecir pronósticos y las imágenes de mis infancias.<br />

Ante mis ojos hoy solo hay niebla.<br />

Estoy segura que en otras latitudes, mundos, espacios,<br />

el sol se viste de verde sobre llanuras menos tristes.<br />

Es imposible que la soledad pueda caber<br />

en un sitio como éste.<br />

Debo irme con lágrimas aún sobre los ojos<br />

para que todos sepan el mensaje de mis palabras<br />

y yo no olvide la intención de estos pasos.<br />

Viajaré en busca del aire que se acople<br />

a mis perforados pulmones,<br />

para ver finalmente un cambio de paisaje<br />

y sentir los pies congelados por diversión.<br />

37


Poesía de Joss Pinto<br />

Pero, ¿qué sé yo de geografía?<br />

si ante mis ojos solo hay montañas<br />

que me absorben como musgo<br />

y están ya demasiado húmedas para aceptar mi llanto.<br />

Qué sé yo si cuando digo África,<br />

sueño mujeres de oro<br />

esperando en línea a sus hijos vivos<br />

o digo Egipto y aún las aguas guardan<br />

niños legendarios.<br />

Qué se yo de geografía si en los libros<br />

nunca llovió en Venecia.<br />

Siempre me dijeron que no confiara en ojos ajenos,<br />

que percibiera el mundo desde mis errores.<br />

Por eso viajaré a tierras lejanas<br />

en busca del relieve que aún le falta a mi camino<br />

rodeado de vanidosos volcanes.<br />

Viajaré para desprender las imágenes<br />

de una tierra plana pintada de solo tres colores y estrellas.<br />

Qué sé yo de geografía sino aquello<br />

que me enseñaron en la escuela imaginaria.<br />

El relieve de los mapas es igual de abstracto<br />

Tal vez algún día lo intente,<br />

y así pueda traer las faldas<br />

de mis montañas tristes a nuevas tierras<br />

donde la emoción de sentir<br />

por primera vez frío, calor o sueño<br />

es la solución para caminar sola<br />

entre espejismos reales de mundos<br />

que solo descubriré soñando despierta.<br />

II<br />

¿Por qué intentar sanarme?<br />

Pelear con la desesperación<br />

¿Por qué intentarme?<br />

Juego con la palabra y trato de inventar un nuevo significado,<br />

pero todo ya está nombrado.<br />

¿Cuál es mi espacio sino puedo inventar el mundo?<br />

Dicen que lo que siento es vacío, que soy tristeza.<br />

¿Qué caso tiene inventarme de una forma diferente?<br />

Pensar que soy cielo o muerte.<br />

¿Qué acaso no se puede sentir lejos de la materia?<br />

Hoy preferiría no ser, no estar.<br />

38


Poesía de Joss Pinto<br />

Pero no hay palabra para nombrar mi ausencia en lo presente.<br />

Hay algo que aún no llega.<br />

<strong>No</strong> sé si pueda seguir esperando.<br />

III<br />

Soy el sueño de mí<br />

Un fracaso de la realidad que me dice<br />

Recorro un vacío en búsquedas de un devenir<br />

Hoy solo me encuentro palabra<br />

Debo decirme silencio.<br />

IV<br />

Te encuentro en la memoria,<br />

y recuerdo cuánto miedo le tenía al olvido.<br />

Me persigue la secuela de tu imagen.<br />

Resuenas.<br />

Aprendí a deletrearte para hacer más largo tu nombre.<br />

Pero te disuelves,<br />

en lo que tardo en pronunciarte.<br />

V<br />

Otro día aquí,<br />

inmóvil,<br />

con los gritos de la mente abandonándose<br />

en un ciego atardecer.<br />

Me he vuelto una caverna sin ventanas,<br />

y el oxígeno escasea.<br />

Inhalaciones contadas<br />

para sobrevivir<br />

un gris retorno al olvido.<br />

Nada puede surgir<br />

de la oscuridad de cueva<br />

el fuego ya fue inventado<br />

y ni el silencio sirve<br />

para rascar la muerte por la espalda y vivir<br />

con justificaciones para esconderme.<br />

39


Poesía de Dulcinea Gramajo<br />

Besos al borde de las profundidades<br />

A los treinta ya había escuchado al gran Charly García<br />

Había un ejército de copas de cristal<br />

impregnadas de violento rubí<br />

Coleccionaba recetas de cocina olvidadas<br />

en un rincón junto a Agatha Christie<br />

Las musas de Almodóvar<br />

estaban al borde de un ataque de nervios<br />

El corazón reclamaba una tregua<br />

Por las noches enfurecía<br />

Borracho de sombras y luna escarlata<br />

Mi enemiga íntima era la ironía<br />

A los treinta ya no viajaba con excesos de equipaje<br />

Bastaban un par de bragas y un labial color dulce vino tinto<br />

Me proclamé traficante de besos, libros y cuchillos<br />

Convertí en un arte las sonrisas prohibidas<br />

Intercambié melancolía por cinematografía<br />

Ya no confiaba en las pastillas<br />

Me automedicaba venenos más letales<br />

Como besos al borde de profundidades.<br />

40


Poesía de Dulcinea Gramajo<br />

Caperucita<br />

A Caperucita le aterrorizan los truenos<br />

Sin embargo,<br />

aprendió a domar lobos<br />

Sus labios desatan las fieras del bosque<br />

Su mirada se impregnó<br />

con el azabache profundo de la noche<br />

En su caperuza esconde lunas desveladas<br />

En su cesto pendulan mieles de higos<br />

Caperucita mordió el fruto prohibido<br />

Lo disfrutó y nadie le pudo vender culpas<br />

Ofrendó sus terribles dolores menstruales<br />

A una diosa milenaria<br />

Caperucita palpó los peligros del bosque<br />

Sabía que su vieja abuela no la podría proteger<br />

Caperucita arrojó sus tristezas en una hoguera<br />

Recolectó sus propios frutos<br />

Se armó con lirios salvajes<br />

Su pupila incendió una jauría<br />

Domingo<br />

El domingo huele a comida de la abuela<br />

Mientras los feligreses asisten a misa<br />

Yo leo poesía con el rímel corroído del día anterior<br />

Alterando mis ojeras.<br />

El repique de las campanas<br />

Hace un llamado a la congregación<br />

Mi llamado es la dulce lírica de Cerati<br />

Estallando en mis oídos.<br />

A las ocho de la mañana una mujer toca la puerta<br />

Me ofrece lirios fucsias<br />

Soy incapaz de regatear por su precio<br />

<strong>No</strong> hay escena más lamentable y vulgar que negociar la sutileza.<br />

Las flores de un Nazareno se cuelan por mi ventana<br />

Desafiando mi mirada con su púrpura insolente<br />

Me advirtieron que es un sacrilegio<br />

vivir frente a una iglesia y no asistir<br />

Para mí el sacrilegio sería no descubrir magia<br />

en el intimismo de la belleza.<br />

41


Poesía de Dulcinea Gramajo<br />

Reconstrucción<br />

Recojo mis pedazos<br />

Mis silencios<br />

Mis insultos<br />

Mi tragedia.<br />

Me volveré a armar<br />

Con una porcelana más resistente<br />

Me volveré a armar<br />

Con la ternura que me quisiste arrebatar<br />

Mi perfume ya no huele a ti<br />

Mi amnesia es implacable<br />

Ya no hace negocios<br />

Con ilusiones rotas<br />

El aire duele<br />

Es el síntoma de la resurrección<br />

Es la bocanada<br />

Anunciando la fuga de esta prisión.<br />

Tazas abismales<br />

Quita las tazas al borde de orillas abismales<br />

El fondo no tendrá piedad de ellas<br />

Será implacable ante su fragilidad<br />

<strong>No</strong> considerará la exquisitez de su material<br />

El golpe seco las partirá en un segundo<br />

El espejo reflejara el desastre<br />

El líquido derramado formará un charco<br />

Que nadie querá limpiar<br />

Quita las tazas al borde de orillas abismales<br />

El vértigo las atraerá<br />

Salpicarán en su inminente caída<br />

Los libros de Virginia Woolf<br />

Quita las tazas suicidas del borde de orillas abismales<br />

Darán un salto, buscando el carmín de tus labios<br />

Sin embargo, antes de quitarlas, no las trates de salvar<br />

Su artesano fue amante del precipicio.<br />

42


Poesía de Cristian Garzaro<br />

Gruta (esquirla)<br />

Lady X se perfora el pene,<br />

con una argolla de cristal sostiene la niebla<br />

electrocuta las formas<br />

descansa descalza en el humo,<br />

es montaña beso<br />

Omega Sur la cesárea de la boca<br />

sin la inmundicia del ojo<br />

describiremos la noche como saliva<br />

astilla sangrante en la mano del despierto<br />

son inútiles los obsequios bajo la adormidera<br />

que tiene cuatro esquinas y médico de cabecera<br />

loto azul<br />

si algún tipo de narcótico nos sirve será el oxígeno<br />

se reunió el martes con los vientos<br />

y vomitó una violencia que habitaba sus sueños<br />

escribió desde el reino medio:<br />

CARROÑA<br />

el Taj Majal es un inmenso crackhaus del río Yamuna<br />

y Ra, el joven, es la pureza y la fuerza lunar<br />

43


Poesía de Cristian Garzaro<br />

Gruta (esquirla <strong>No</strong>. 3)<br />

un vampiro fue la primera ruina,<br />

el oscuro capítulo en la vida de Jasón<br />

huyo con su madre conejo hacia la sal<br />

buscando al esposo del manantial <strong>No</strong>ruego<br />

patino y veo música caliente<br />

paro y es el año 288<br />

el año de la tragedia<br />

en donde la transgresión hizo planta común el silencio<br />

niño eléctrico<br />

tus pasos piedras hermoso flujo vital<br />

atraviesa a cristo<br />

bebe incestos<br />

llama a la puerta estoy hastiado<br />

un trueno ilumina la boca de Guinea Bissau<br />

yo yo yo<br />

yo yo yo<br />

yo yo yo<br />

9 RAVAL<br />

Canción de cuna para un bebé norcoreano (esquirla <strong>No</strong>. 1)<br />

Detrás de su maquinaria defectuosa<br />

dejo un papel escrito a mano<br />

un inmenso número telefónico<br />

con el código de Massachusetts (Cambridge)<br />

¿Cómo la sal sana las heridas?<br />

ver es exactamente lo mismo que sonar<br />

bebe hasta la mitad de la copa muérdete el labio superior<br />

y recuerda que un bombardero no tiene alma<br />

el sonido de una lavadora es hermoso<br />

elsonidoesunalavadora<br />

elsonidosuavedeunalavadora<br />

elsonidodeunalavadora<br />

elsonidohermosounalavadorade<br />

robot<br />

robot<br />

robot<br />

robot<br />

robot<br />

44


Poesía de Cristian Garzaro<br />

ahora eres suave y vegetal<br />

gelatinoso 8<br />

vertebral<br />

verbal<br />

viscoso<br />

robot<br />

bisonte de ojos negros<br />

no te olvides de mí<br />

piensa que cada pájaro tiene el nido que se merece<br />

toc toc toc toc<br />

toc toc toc toc<br />

toc toc toc toc<br />

una bola de fuego hace música en el firmamento<br />

45


Relato de Juan B. Juárez<br />

Antonio, el filósofo<br />

Hoy le dieron tres páginas en el suplemento cultural del periódico del<br />

domingo. Las dos fotografías de medio cuerpo mostraban a un hombre demasiado<br />

avejentado, quizás por los efectos de la quimioterapia que lo ha<br />

dejado sin un solo cabello y el rostro totalmente lampiño en el que se marcan<br />

demasiado las líneas que toda una vida llena de emociones dibujaron en esa<br />

piel que se mantuvo jovial durante demasiado tiempo, antes de marchitarse<br />

quizás demasiado abruptamente.<br />

Confieso que al decir abruptamente estoy especulando o simplemente proyectando<br />

mis deseos sin mucho disimulo, porque la verdad es que hace más<br />

de 20 años que no lo veo en persona, y que de todas maneras le encontré, tras<br />

esas arrugas, el mismo atractivo que hace muchos años me enloqueció. Además<br />

de las fotos, el reportaje incluía una pequeña entrevista en la que, a pesar<br />

de la superficialidad de las preguntas y la brevedad de las respuestas, no deja<br />

de brillar la chispa y la ironía que siempre brilló en sus labios finos cubiertos<br />

en parte por un bigote grueso y profuso y en sus ojos pequeños y achinados.<br />

<strong>No</strong> estoy segura de si me agradó verlo en esa revista popular y de gran<br />

tiraje que de todas maneras representa un reconocimiento a sus prolongadas<br />

y, al parecer, brillantes investigaciones en el campo de la historia del arte<br />

nacional: sus quince minutos de fama efímera, como quien dice, en un medio<br />

46


Relato de Juan B. Juárez<br />

que por otro lado, está destinado al olvido casi inmediato. Pero mi indecisión<br />

no va por allí. Después de todo ese tiempo, a mí tampoco me importan su<br />

fama efímera ni sus méritos permanentes.<br />

El caso es que en su momento yo lo amé con locura y él no me correspondió<br />

con la misma intensidad, absorbido como estaba por ese mundo artístico<br />

del que ya nunca salió, y que yo, por mi extrema juventud —mi confusión<br />

de adolescente sería más exacto—, o porque decididamente no era lo mío,<br />

no pude seguirlo por mucho tiempo. Para mí era un locura o una excentricidad<br />

muy propia de un joven que quiere distinguirse entre la multitud de<br />

hermanos y de amigos que siempre inundaban su casa, preocupados más por<br />

el futbol, los cantantes de moda y las incipientes aventuras amorosas que por<br />

los acontecimientos políticos que enturbiaban la vida cotidiana de aquellos<br />

años aciagos.<br />

Con los años, y ya en la facultad de Humanidades, a la que todavía lo<br />

acompañé un par de semestres, tuve que reconocer que sus inclinaciones<br />

artísticas e intelectuales no eran una simple locura sino que con ellas seguía<br />

algo así como el impulso más profundo de una vocación o un destino.<br />

Demás está decir que ya no eran sólo los libros, las bibliotecas y el tiempo<br />

que le dedicaba a la lectura y a la redacción de los trabajos de clase, sino<br />

también las discusiones con los compañeros, que se prolongaban hasta casi<br />

la medianoche y que, en mi caso, me significaban serios disgustos con mis<br />

padres que veían en peligro mi decencia y el honor del apellido. Yo era una<br />

chica de casa, egresada de colegio católico, de padres trabajadores, esforzados<br />

en progresar en lo económico y lo profesional, que desconfiaban del arte<br />

y la política hasta el grado de considerarlos como una especie de introducción<br />

al mal y a todos los vicios y perversidades que marcan la decadencia de<br />

la época y de la humanidad.<br />

Al poco tiempo a esas discusiones también empezaron a llegar otro tipo de<br />

personajes que hasta a mí me asustaron y llenaron de desconfianza. Los primeros<br />

eran los pintores y dibujantes que llevaban sus obras de crítica social<br />

y política, como decían ellos, y sobre las cuales los estudiantes y los otros<br />

invitados, obviamente experimentados oradores, opinaban incansablemente,<br />

no tanto sobre la calidad estética de las imágenes cuanto sobre el “contenido”<br />

de los cuadros, es decir las atrocidades que recogían de la mismísima<br />

realidad circundante. Todos hablaban con pasión, y algunos hasta lúcida y<br />

brillantemente.<br />

Antonio, mi Antonio, se estaba convirtiendo no sólo en un estudioso del<br />

arte sino en un intelectual comprometido con las grandes causas sociales,<br />

dueño de una autoridad moral que justificaba su indignación y su deseo de<br />

cambiar el estado de cosas que rige en este país desde hace siglos, a cambiar<br />

el mundo, como, según decían, le corresponde a cada nueva generación.<br />

Eran los tiempos en los que empezaba la represión política que preludiaba<br />

ya la guerra civil, y las reuniones y discusiones ya no se limitaban a la cafe-<br />

47


Relato de Juan B. Juárez<br />

tería de la facultad sino que se llevaban a cabo en las casas de ciertos personajesde<br />

oscura fama de conspiradores, a las que se asistía únicamente con<br />

invitación verbal comunicada con pocas horas de antelación. Así que para<br />

asistir, había que dejar de lado lo que uno estuviera haciendo, así fuera recibiendo<br />

clases, cenando con la familia o haciendo el amor con quien fuera<br />

(aunque en mi caso sólo con Antonio, siempre con Antonio).<br />

***<br />

El primer día de clases del segundo semestre apareció Julio, un nuevo<br />

compañero que el año anterior había abandonado los estudios para atender<br />

asuntos de vida o muerte, según nos confió días después a Antonio y a mí.<br />

Pero ese primer día, se presentó al pleno de la clase y dijo que regresaba a<br />

la facultad con muchas dificultades porque, precisamente por atender asuntos<br />

impostergables, había perdido la bolsa de estudios que le concedieron el año<br />

anterior, y que ahora necesitaba de un empleo urgentemente.<br />

Antonio se solidarizó inmediatamente con él y en el receso de las 7 p.m. lo<br />

invitamos a un café y a un pastel en una cafetería cercana a la facultad. <strong>No</strong>s<br />

contó que al día siguiente tenía una entrevista de trabajo en un colegio, pero<br />

que no tenía ropa para asistir. Antonio le ofreció prestarle su único traje y, al<br />

terminar las clases, se lo llevó a su casa para que lo fuera a traer, y a mí me<br />

mandó sola en el autobús de regreso a la mía.<br />

Julio fue una verdadera revelación, y a los pocos días era el amigo inseparable<br />

de Antonio, a cuya casa se pasó a vivir a la semana siguiente. En<br />

verdad regresaba de México, a donde había huido espectacularmente luego<br />

de haber participado en el secuestro de un embajador alemán y haber estado a<br />

punto de ser capturado por un chivatazo de uno de los conjurados. El equipaje<br />

que portaba era mínimo, quizás un par de mudadas y tal vez tres revólveres<br />

y cuatro escuadras de grueso calibre.<br />

A los pocos días dejó de buscar empleo y una buena noche nos invitó a<br />

cenar a un restaurante argentino de la avenida Reforma. <strong>No</strong>s fuimos en taxi<br />

y el vestía ropa nueva e informal pero insistió en usar una corbata amarilla<br />

que no le hacía ningún favor.<br />

Hizo que nos atendieran bien, pidió la mejor carne y el mejor vino y la<br />

pasamos rebién. A la hora de pagar, sacó de su billetera un manojo demasiado<br />

voluminoso de billetes altos y dejó una generosa propina. Caminando<br />

en busca de un taxi que nos llevara de regreso a casa, nos contó que el día<br />

anterior había asaltado el negocio por el que justamente pasábamos enfrente<br />

y que, por casualidad, había descubierto al traidor que los delató en el asunto<br />

del embajador alemán, y que a la mañana siguiente terminaría de arreglar ese<br />

tema pendiente.<br />

Al otro día, según me contó Antonio, salió muy temprano, mucho antes<br />

de que él se diera levantara, y se fue sigilosamente, y ya no regresó nunca.<br />

48


Relato de Juan B. Juárez<br />

Antonio sospechó que el supuesto traidor también lo había descubierto a<br />

él y se le adelantó a “madrugárselo”. Como al mes tuvimos algún indicio<br />

que confirmaba esta sospecha y decidimos revisar su pequeña maleta. Allí<br />

estaban las pistolas pero no había ninguna maleta de dinero que pudiéramos<br />

entregar a su familia, a quien ya habíamos localizado en una de las covachas<br />

que se levantaban a la orilla de la línea del ferrocarril. Con el armamento Antonio<br />

decidió que por el momento lo mejor era que él mismo lo conservara, y<br />

así lo hizo durante algunos meses, hasta que finalmente lo vendió a unos sus<br />

amigos finqueros de la Facultad de Agronomía.<br />

Para mí fue una pequeña decepción, pero que la dejé pasar sin prestarle<br />

demasiada atención al significado del gesto de deshacerse de las cosas de un<br />

amigo que había jugado en nuestras vidas y en nuestra formación política un<br />

papel simbólico tan importante.<br />

***<br />

Fue por esta época en que empecé a separarme de él, o mejor dicho que<br />

él empezó a abandonarme. Él dejaba todo por ir a la reunión, sin importarle<br />

mi estado físico o emocional, mi gana de seguir durmiendo o cogiendo, y de<br />

nada valían mis airados reclamos inmediatos ni mis silenciosos y tozudos<br />

resentimientos posteriores. Me dejaba sola, ahogándome en un mar de lágrimas,<br />

en una tormenta de ira o en un frío desierto de soledad y abandono.<br />

Finalmente dejé que se fuera. Me resigné a vivir sin él, aunque durante<br />

mucho tiempo, demasiado diría hoy, con la seguridad y la angustia de que<br />

se estaba involucrando en asuntos demasiado peligrosos que le podían traer<br />

muchos problemas no sólo con la ley sino también con las fuerzas oscuras<br />

que, atrás de los entramados legales, no se tentaban el alma para secuestrar,<br />

torturar, asesinar y desaparecer a la gente, y hacerla aparecer de nuevo en<br />

alguna banqueta de algún barrio céntrico o en la cuneta de algún camino<br />

marginal como un mensaje macabro y amedrentador. Pero mi Antonio estaba<br />

decidido, aunque según yo lo más seguro es que “lo habían decidido” con<br />

una especie de lavado de cerebro, y su vida estaba entonces ya más allá de<br />

mis ruegos y súplicas, de mi sentido común y de mi instinto de conservación.<br />

Y él simplemente se fue. Ni siquiera hizo el intento de convencerme o<br />

de postergar su partida hasta que me sintiera más calmada, y mientras se<br />

alejaba ni siquiera volteó la vista como para, a manera de despedida, verme<br />

por última vez. Luego, ni una llamada, ni una carta, ni un mensaje a través<br />

de un amigo o conocido. <strong>No</strong> es que se hubiera ido a la montaña o enrolado<br />

en la guerrilla urbana, sino simplemente se había liberado de mí, me había<br />

hecho a un lado como si se tratara de un lastre que le dificultara andar por los<br />

caminos que quería para su vida, casi lo mismo que lo que había hecho con<br />

las pistolas de Julio. Fue para mí un descubrimiento demasiado doloroso, y<br />

por allí empieza eso de no saber si me agradó verlo triunfante en esa revista,<br />

49


Relato de Juan B. Juárez<br />

avejentado pero de cierta manera intacto física y espiritualmente, pese a su<br />

enfermedad que, hoy sé, ya superó la etapa en que podía ser mortal. La depresión<br />

en la que yo caí, esa sí casi fue mortal. Pensé en el suicidio, o mejor<br />

dicho sentí dentro de mí el impulso de matarme, de tirarme del puente más<br />

alto, de envenenarme con pastillas o de cortarme las venas y morir lentamente<br />

en la bañera.<br />

Está claro que no lo hice, pero durante mucho tiempo sentí que algo en<br />

mí se estaba apagando, que mi espíritu estaba inmovilizado, temblando de<br />

miedo y al mismo tiempo a punto de congelarse en el fondo de un abismo<br />

oscuro erizado de aristas filosas que me desgarraban el alma. Hoy me gusta<br />

pensar que ese temblor no era de miedo sino de ira y que justamente fue la<br />

cólera lo que me sacó de la depresión y me salvó de la nada que me estaba<br />

carcomiendo por dentro.<br />

***<br />

Pasaron muchos años. Me casé con alguien a quien no le importó mi<br />

frialdad y que aceptó hacerse cargo de mi espíritu enfermizo y de mis afectos<br />

todavía trastornados por el abandono. Yo no me engañaba —ni lo engañaba<br />

a él— cuando decía que me casaba por despecho, que seguía amando y<br />

odiando a mi Antonio con todas las fuerzas de mi corazón.<br />

Como era de esperarse, las buenas intenciones de mi esposo no duraron<br />

lo suficiente como para sanar las profundas heridas de mi psiquis, ni su amor<br />

fue lo suficientemente fuerte como para soportar el cruel desprecio que en el<br />

fondo era lo único que sentía por él. En medio de esa atmósfera desangelada<br />

que era nuestro matrimonio, todavía nos dio tiempo de engendrar un hijo<br />

que, para colmo de males, nació con un defecto congénito del que no sobrevivió<br />

sino unos cuantos meses.<br />

***<br />

Otra vez la depresión y el deseo de desaparecer, mientras mi esposo se<br />

escapaba por los laberintos del alcohol no sin antes descargar sobre mi enflaquecido<br />

cuerpo su ira y su frustración con una paliza despiadada que me<br />

valió algunos días de internamiento en la sección de cuidados intensivos de<br />

un hospital público.<br />

Después que murió mi hijo y que mi esposo se fue, no quise regresar a<br />

casa de mis padres ni siquiera para convalecer, y me quedé viviendo sola<br />

en el pequeño apartamento en el que a mi alrededor se formaban pequeñas<br />

ondas como las que se crean cuando una piedra tirada desde la orilla cae en<br />

medio de una poza, como ecos que repetían las razones y los sentimientos de<br />

mi abandono.<br />

***<br />

50


Relato de Juan B. Juárez<br />

Una tarde cuando ya no esperaba que nada sucediera en mi vida, tocaron<br />

a la puerta de mi apartamento. Era Antonio. Se había enterado de mi tragedia<br />

y decidió buscarme para ofrecerme la ayuda y algún tipo de consuelo<br />

que me pudiera sacar de aquella crisis que tenía alarmados a mis padres. En<br />

verdad, fueron ellos los que le contaron y lo convencieron de hacerme aquella<br />

visita que me dio por creer que era espontánea y casual sin darme cuenta<br />

de su carácter humanitario y como paternalista. Y debo confesar que estuve<br />

a punto de caerme con la sorpresa y que no pude ocultar la alegría profunda<br />

que sentí en mi interior y que seguramente se traslucía en mi rostro turbado<br />

y tembloroso.<br />

Su inesperada visita y su conversación casual y optimista me hicieron<br />

mucho bien y casi no me percaté del cinismo que se escondía en sus nuevos<br />

“principios y estrategias ideológicas”, por llamarles de alguna manera. <strong>No</strong><br />

es que haya concebido nuevas esperanzas amorosas que cegaran mi espíritu<br />

crítico, sino fue simplemente el calor de un afecto que me pareció sincero y<br />

sin segundas intenciones. Quedó de llamarme para ver si alguna noche de<br />

esas me sentía con ánimos para salir a cenar y tomarnos una botella de vino,<br />

como en los viejos tiempos, solos los dos, sin la bulliciosa compañía de los<br />

revoltosos compañeros de nuestra juventud revolucionaria. Y así fue.<br />

A los pocos días me llamó y esa misma noche fuimos a un restaurante<br />

que estaba de moda por aquellos días, con mucha gente y mucha luz como<br />

para que nadie pensara que se trataba de una reunión romántica. Seguía<br />

soltero, pero no porque le faltaran las mujeres sino porque le interesaban<br />

más sus libros, sus estudios y también las clases que impartía y que se le<br />

daban muy bien. Las mujeres ahí estaban, pero pronto se ponían exigentes<br />

y se aburrían que la relación, según él, hermosa como era, no evolucionara<br />

a algo más serio, y terminaban por dejarlo. Y él, contento de que se alejaran<br />

sin violencia, sin escenas patéticas, ni resentimientos, sino más bien felices,<br />

con la autoestima en alto por haber tomado una decisión inteligente, madura<br />

y oportuna.<br />

Algo que, obviamente, en su momento yo no pude hacer, y de allí que la<br />

cena terminara secretamente muy mal para mí. Ciertamente Antonio no tenía<br />

segundas intenciones para conmigo, ni primeras ni terceras, a decir verdad.<br />

Él, en lo emocional, no había cambiado nada. Seguía siendo el mismo de<br />

siempre aunque con el cinismo más pronunciado que en los días de nuestra<br />

juventud, pero inconsciente de ese rasgo que se le escondía a las luces de sus<br />

ambiciones académicas y literarias.<br />

<strong>No</strong> esperaba, sino estaba seguro, sin mucha emoción por cierto, que yo<br />

caería otra vez en sus brazos y que lo amaría intensamente mientras él seguiría<br />

concentrado en sus lecturas, en las conversaciones con sus estudiantes<br />

o en la escritura de sus ensayos, que yo funcionaría para él justamente<br />

como si fuera una copa de vino que resulta estimulante mientras uno no se<br />

emborrache, se enamore o se vuelva adicto. Pero de todas maneras, fue una<br />

51


Relato de Juan B. Juárez<br />

experiencia liberadora, como a él le gustaba llamar a las situaciones críticas<br />

de las que prefería evadirse por el lado egoísta. Con el pretexto de que pronto<br />

regresaría a trabajar, dejé abierta la fecha de la próxima cita, sin comprometerme<br />

demasiado ni dar muestras de ansiedad o frustración, pero en el fondo<br />

decidida a no responder sus llamadas ni recibirlo nuevamente en mi casa.<br />

***<br />

Después de otros 20 años no es que lo haya olvidado. De hecho, algunas<br />

veces ha caído en mis manos más de una revista especializada y he leído con<br />

gusto y con provecho sus interesantes ensayos. Yo soy la primera en reconocer<br />

que escribe muy bien. <strong>No</strong> es sólo su erudición y su dominio del tema, sino<br />

sobre todo sus conjeturas psicológicas y la forma sutil y convincente con la<br />

que ata ideas aparentemente desconectadas, como metáforas filosóficas hilvanadas<br />

con hilos poéticos que, a la postre, resultan muy sugerentes, aunque<br />

no sean del todo consistentes como argumentos.<br />

De manera que no hay razón para que le niegue el mérito de aparecer en<br />

esa revista popular, protagonizando un gran papel de intelectual e investigador.<br />

Lo que sí es cierto es que no estoy segura de alegrarme de lo que tuvo<br />

que pagar por eso.<br />

Me veo en él, en cada una de sus arrugas y en su frente brillante y en sus<br />

ojos que parecen mirar para dentro, como viendo su propio vacío interior,<br />

que es de la misma especie que el que me apagaba la vida cuando atravesaba<br />

aquel abismo frío y oscuro.<br />

52


53


54


TREINTA AÑOS DE UNA<br />

DEMOCRACIA QUIMÉRICA<br />

Leo de Soulas<br />

Aunque oficialmente el conflicto armado<br />

finalizó el 29 de diciembre de 1996, la<br />

instauración de la democracia significó el<br />

fin del período más cruento de los 36 años<br />

de conflicto. De ahí que sea conveniente<br />

señalar que el arribo de la Democracia<br />

Cristiana al poder, en 1986, representó un<br />

cambio significativo en la historia del país,<br />

no por la llegada de este partido –porque<br />

su advenimiento fue una cuestión de suerte<br />

histórica–, sino por lo que implicó en el<br />

devenir de sucesos que habían acontecido<br />

en las últimas décadas. Ante el predominio<br />

de regímenes militares surgió la necesidad<br />

de buscar alternativas que superaran el esquema<br />

de administración castrense, que tan<br />

profundas heridas había dejado en el país.<br />

<strong>No</strong> obstante, la restauración de gobiernos<br />

civiles constituyó una oportunidad para<br />

dar seguimiento al proyecto democrático<br />

que se vio interrumpido luego de la caída<br />

de Jacobo Árbenz en 1954. Sin embargo,<br />

aunque el sistema democrático se logró<br />

restablecer con éxito en lo relativo al tema<br />

electoral, la sociedad guatemalteca todavía<br />

se encontraba demasiado lejos de alcanzar<br />

una democracia plena, puesto que los vicios<br />

cimentados tras largos gobiernos de represión<br />

y abuso dieron como resultado una nación<br />

traumatizada, violenta y dominada por<br />

el miedo.<br />

Ante un panorama como este, era de<br />

esperarse que solo un proceso de ensayo y<br />

error fuera capaz de ir recuperando el equilibrio<br />

de la dinámica social, tal y como parece<br />

demostrarlo la historia de tres décadas<br />

de gobiernos que, muy a pesar de ellos y de<br />

la población, han ido tanteando lentamente,<br />

con aciertos y retrocesos, la configuración<br />

de un proyecto de nación. Esto quiere decir<br />

que, más que un “tomar conciencia” repentino<br />

de las mieles de la democracia y de los<br />

fatales resultados que signaron con sangre<br />

y oscuridad el ocaso de los gobiernos militares,<br />

pareciera que las administraciones<br />

de las últimas tres décadas se entregaron a<br />

55


perpetuar un sistema de corrupción cuyos<br />

tentáculos, hoy más que nunca, se hacen visibles<br />

en la nación fallida y desfalcada que<br />

hemos heredado.<br />

La famosa llegada de la “era democrática”<br />

no quiere decir que la sucesión de<br />

gobiernos civiles de las últimas tres décadas<br />

hayan marcado, hasta el día de hoy, un<br />

cambio cualitativo hacia el camino de la<br />

democracia y el desarrollo del país ni que<br />

los “poderes ocultos” que han gobernado a<br />

Guatemala desde los albores de la nación<br />

hayan renunciado a la cuota de poder que<br />

los alimenta. Por el contrario, estos grupos<br />

56


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

han permanecido tras bambalinas cual hábiles<br />

titiriteros dirigiendo los destinos y<br />

reduciendo al mínimo las posibilidades de<br />

generar cambios estructurales en la sociedad,<br />

precisamente porque la conservación<br />

de este sistema de cosas es adecuado y compatible<br />

a sus propios intereses de clase.<br />

<strong>No</strong> es de extrañar que Guatemala, siendo<br />

la antigua capital de la Capitanía General,<br />

sea hoy el país más conservador del área<br />

y, por lo tanto, más reacio a los cambios.<br />

Pero el iluso “orgullo” de haber sido la<br />

capital del Reino tiene una explicación que<br />

va más allá de un rasgo identitario. Es un<br />

sentimiento que se viene construyendo porque<br />

precisamente perpetúa y legitima una<br />

serie de privilegios adquiridos por una clase<br />

dominante.<br />

Resulta claro, entonces, que en aras de<br />

proteger sus propios intereses, esta clase se<br />

convierta en el principal obstáculo para generar<br />

cambios coyunturales.<br />

De ahí que estos grupos, en su afán por<br />

monopolizar la riqueza y cohesionar su<br />

poder, desplieguen toda una serie de estrategias<br />

destinadas a cimentar su posición:<br />

educan a una creciente clase media bajo los<br />

principios del liberalismo; se valen de las<br />

iglesias para implementar a nivel masivo un<br />

falso sistema de valores morales que intentan<br />

con éxito dormir la conciencia crítica y<br />

demonizar todo aquello que represente una<br />

amenaza; despliegan recursos económicos<br />

para mantener en los tres poderes a personas<br />

que representen sus intereses, de manera<br />

que las leyes y el sistema de derecho<br />

no es más que la base jurídica que protege<br />

y garantiza sus utilidades; de ser necesario,<br />

recurren a la fuerza por medio de su policía<br />

privada, representada en el ejército, para<br />

imponer sus ideas y decisiones.<br />

Solo un sistema como tal, que además<br />

crea la ilusión de vivir bajo libertad, explica<br />

por qué en treinta años los gobiernos que<br />

han desfilado en la dirección del aparato<br />

estatal se mantienen en una amodorrada situación<br />

de estatismo, la cual pareciera que<br />

no promoverá cambios cualitativos durante<br />

muchos años más. De esto se puede deducir<br />

que una de las características que identifica<br />

a este conjunto de gobiernos es, más allá de<br />

su mediocridad, la incapacidad que tienen<br />

para generar un proyecto de desarrollo para<br />

la nación en todos los órdenes. Los gobiernos<br />

que han desfilado a lo largo de estas tres<br />

décadas constituyen una muestra de ese estancamiento<br />

en el que el país se ha quedado<br />

encharcado, y a menos que suceda un hecho<br />

extraordinario, estaremos condenados a una<br />

inamovilidad que perdurará hasta el desgaste.<br />

En lugar de ello, los regímenes “democráticos”<br />

solo han conseguido convertirse en<br />

una última radiografía del estado canceroso<br />

de nuestra sociedad, que ha pasado por un<br />

largo período de deterioro determinado por<br />

las relaciones de poder con hondas raíces<br />

coloniales. Los gobiernos de turno tan solo<br />

han sido agentes perpetuadores de ese sistema<br />

de desigualdades y ninguno ha reunido<br />

el suficiente coraje para tratar de fondo los<br />

problemas que en realidad carcomen el tejido<br />

social. Por el contrario, se han convertido<br />

en posiciones estratégicas para ascender<br />

a costa de la rapiña; y a su vez, han sido<br />

propiciadores de un sistema de corrupción<br />

que corroe las entrañas mismas de la constitucionalidad<br />

y convierten la política en un<br />

mercado de influencias. La exposición de<br />

hechos históricos demuestra la inercia de<br />

estos gobiernos civiles y su impotencia para<br />

convertirse en agentes de cambio, pero también<br />

apoya la tesis de que esta situación se<br />

mantendrá a menos que surja una nueva estirpe<br />

política que se desligue de los actuales<br />

grupos de poder, lo cual, en el contexto que<br />

hoy vivimos, es una quimera, pues son estos<br />

grupos de poder quienes dirigen el mercado<br />

político y establecen las condiciones necesarias<br />

para asirse de la administración pública.<br />

Hoy es imposible pensar que una agrupación<br />

política pueda subsistir sin asociarse<br />

a estos “peces mayores” que patrocinan en<br />

función de sus propias expectativas.<br />

La administración de Óscar Mejía Víctores<br />

pretendió ser la transición entre una gobierno<br />

militar a otro civil, y a su vez, sentar<br />

las bases de una naciente democracia que<br />

hiciera superar las dictaduras de terror que<br />

se habían vivido bajo los gobiernos militares<br />

desde la época de Carlos Castillo Armas.<br />

Para ello convocó a elecciones generales en<br />

1985, en la que salió victorioso para la silla<br />

57


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

del Ejecutivo Marco Vinicio Cerezo Arévalo,<br />

de la Democracia Cristiana Guatemalteca,<br />

partido que desde finales de la década de<br />

1960 estuvo procurando hacerse del poder.<br />

A Vinicio Cerezo le tocó enfrentar a una<br />

cúpula militar ultraderechista que intentaba<br />

erradicar de raíz cualquier signo de tinte socialista;<br />

pero también, a un insurgencia marxista<br />

insatisfecha con los abusos y excesos<br />

de una burguesía de tradición explotadora.<br />

Así, se encontró con unas fuerzas castrenses<br />

escindidas: mientras un grupo del ejército<br />

quería continuar la acción militar contra<br />

la guerrilla, pero aislando a los insurgentes<br />

de las poblaciones civiles, otro, el de aquellos<br />

veteranos oficiales radicales declarados<br />

abiertamente como anticomunistas, querían<br />

seguir aplicando su doctrina de seguridad<br />

nacional y llevando a cabo los abusos cometidos<br />

durante los gobiernos represivos. Este<br />

último grupo estaba aliado a distintos sectores<br />

de la oligarquía, quienes desplegaban<br />

recursos para mantener la ofensiva contra<br />

los focos guerrilleros.<br />

Cerezo también encontró fuerte oposición<br />

por parte de la oligarquía y la cúpula<br />

de empresarios aglutinados en el Comité<br />

Coordinador de Asociaciones Agrícolas,<br />

Comerciales, Industriales y Financieras<br />

−CACIF−, al presentar su plan de Reordenamiento<br />

Económico y Social –PRES– en<br />

el que proponía establecer impuestos sobre<br />

las exportaciones.<br />

En realidad se trataba de una reforma tributaria<br />

que afectaba los intereses de los empresarios<br />

y tras la cual, se pretendía realizar<br />

una reforma agraria.<br />

Estos hechos, sumados a los primeros<br />

contactos que el presidente había establecido<br />

con los líderes de la Unidad Revolucionaria<br />

Nacional Guatemalteca –URNG–<br />

para establecer la paz provocaron un fuerte<br />

descontento por parte de los grupos de poder,<br />

que de hecho, intentaron dar dos golpes<br />

de Estado, en 1988 y 1989, dirigido por<br />

oligarcas agrupados en la Unión Nacional<br />

de Agricultura –UNAGRO– y apoyados por<br />

el CACIF.<br />

Si bien es cierto que estos movimientos<br />

no tuvieron éxito, el gobierno de Vinicio<br />

Cerezo quedó completamente desprestigiado<br />

ante la opinión pública, lo que impidió su<br />

58


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

reelección en el período siguiente. Sin embargo,<br />

merece reconocerse que este gobierno<br />

inició las negociaciones para la firma<br />

de la paz a través de las reuniones con sus<br />

homólogos en Esquipulas I y Esquipulas II,<br />

en donde se creó la Comisión Nacional de<br />

Reconciliación.<br />

Bajo el mandato de Cerezo también hubo<br />

una mayor apertura hacia las demandas de<br />

los movimientos populares, que luego de<br />

haber permanecido callados ante los horrores<br />

de la guerra, podían expresar con relativa<br />

libertad sus querellas. En este período<br />

surgieron diversos colectivos, formados a<br />

partir de organizaciones no gubernamentales<br />

con apoyo extranjero, que se agruparon<br />

en la Unidad de Acción Sindical y Popular<br />

–UASP–. Sin embargo, ante el constante<br />

acoso, el presidente ejerció una fuerte represión<br />

contra el movimiento popular.<br />

Al final de su gestión, el gobierno de<br />

Cerezo Arévalo estaba totalmente desprestigiado<br />

por su incapacidad para hacerse cargo<br />

del control del gobierno al margen de los<br />

grupos de poder y por el recrudecimiento<br />

de una ola de violencia en los últimos años<br />

de su mandato. Aunque disminuyeron las<br />

masacres, hubo un proceso de represión<br />

selectiva y actos violentos que el gobierno<br />

intentó atribuir a la delincuencia común.<br />

Fueron habituales los asesinatos y desapariciones<br />

forzadas de intelectuales, como Myrna<br />

Mack, líderes comunitarios, sindicales y<br />

estudiantiles, así como los atentados, persecuciones<br />

y acosos a voluntarios de cuerpos<br />

de paz extranjeros. En 1990 se celebraron<br />

elecciones en las que triunfó Jorge Antonio<br />

Serrano Elías, del Movimiento de Acción<br />

Solidaria –MAS–, apoyado por familias de<br />

la oligarquía protestante. Sin embargo, las<br />

contradicciones y debilidades de esta administración<br />

pudieron vislumbrarse casi desde<br />

el principio, dado que apenas logró ganar<br />

con un 24.8% del total del electorado.<br />

Por el contrario, los partidos de oposición<br />

(la Democracia Cristiana y la Unión del<br />

Centro Nacional –UCN–) lograron hacerse<br />

de más bancadas en el Congreso y establecieron<br />

alianzas entre ellos para enfrentarse<br />

al partido oficial. Esta incapacidad de poder<br />

59


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

lograr relaciones cordiales con los partidos<br />

de oposición fue el germen mismo que contribuyó<br />

dos años después a la disolución de<br />

este gobierno.<br />

Como gobierno de tendencia derechista<br />

neoliberal y apoyado por la iniciativa privada,<br />

durante el mandato de Serrano Elías<br />

se liberaron los precios topes de la canasta<br />

básica, se alzó la tasa de intereses en el sector<br />

financiero y se comenzó un proceso de<br />

privatización de bienes y servicios. Serrano<br />

creó una comisión que logró la privatización<br />

de la energía eléctrica, los ferrocarriles –que<br />

incluía el derecho a vía– y comenzó a gestionar<br />

la privatización del sistema de comunicaciones.<br />

Además, creó varios planes de<br />

desarrollo regional y promovió la aprobación<br />

de diversas leyes que afectaron y cambiaron<br />

la actividad económica y financiera<br />

del país.<br />

Durante su gestión también dieron inicio<br />

las actividades del narcotráfico en Guatemala,<br />

quienes lavaban grandes capitales en<br />

los sectores de la construcción y las importaciones,<br />

o los ponían como bonos del Estado.<br />

Durante su período no solo se incrementó<br />

la deuda pública, lo cual provocó que se<br />

suspendieran los préstamos exteriores, sino<br />

también cayeron los precios internacionales<br />

del café, por lo que la oligarquía cafetalera<br />

tuvo que reagruparse corporativamente.<br />

La pugna entre militaristas, que tendían<br />

a volver a las medidas represivas, y los<br />

institucionalistas, que buscaban seguir con<br />

las negociaciones de la paz bajo el apoyo<br />

de Estados Unidos, continuó en las fuerzas<br />

castrenses. Los militaristas aumentaron las<br />

medidas violentas, el plan de represión selectiva<br />

y las medidas tomadas contra la Organización<br />

del Pueblo en Armas –ORPA– y<br />

el Ejército Guerrillero de los Pobres –EGP–.<br />

Por esta razón, el gobierno fue señalado<br />

internacionalmente de violar los derechos<br />

humanos, lo que llevó a Serrano Elías<br />

a redoblar sus esfuerzos por mantener relaciones<br />

con distintos países. Con ello, la<br />

URNG se dio cuenta que el gobierno no era<br />

protegido por Estados Unidos y ejercieron<br />

influencia para que en las negociaciones de<br />

paz interviniera la Comisión de Derechos<br />

Humanos. Ante estos hechos, Serrano presentó<br />

su Plan Total de Paz, que reconocía a<br />

la guerrilla como parte negociadora. Logró<br />

así consolidar al Grupo de Países Amigos<br />

del Proceso de Paz, conformado por México,<br />

Venezuela, Colombia y España.<br />

Un apartado diferente merece el caso de<br />

Belice. Por maniobras secretas del gobierno<br />

de Cerezo, se vio obligado a reconocer la<br />

soberanía de este Estado el 5 de septiembre<br />

de 1991, decisión tomada sin consultar<br />

al pueblo, lo cual representó una violación<br />

constitucional, razón por la que, este caso<br />

pasó a la Corte de Constitucionalidad que,<br />

en su momento, resolvió sin lugar la inconstitucionalidad<br />

y dejó la decisión en manos<br />

del Congreso, obteniendo el apoyo de 78<br />

diputados, en contra de 24. Guatemala quiso<br />

reanudar el proceso de negociación sobre<br />

varios temas que habían quedado pendientes,<br />

entre ellos el reclamo de territorio que<br />

buscara una salida al mar, pero el Ministro<br />

de Belice se mostró renuente.<br />

Los conflictos que tuvo con el Congreso,<br />

que no lo alejaron de los oligarcas y capitalistas<br />

extranjeros al quedar estancado el<br />

proceso de privatización; los conflictos entre<br />

las dos facciones del ejército y la presión<br />

por ser acusado por irrespetar los derechos<br />

humanos; sumado a la ingobernabilidad y la<br />

notable corrupción que había alcanzado a<br />

los altos funcionarios provocó que el 25 de<br />

mayo de 1993 suspendiera las garantías, disolviera<br />

el Congreso y destituyera al Procurador<br />

General de la Nación y al Procurador<br />

de los Derechos Humanos. El autogolpe de<br />

Estado o Serranazo fue declarado inconstitucional<br />

por varias instancias y sectores que<br />

exigían volver a la constitucionalidad.<br />

El presidente y vicepresidente tuvieron<br />

que salir al exilio, y luego de varias deliberaciones<br />

entre diversos sectores ciudadanos,<br />

el 5 de junio fue nombrado presidente<br />

el Procurador de los Derechos Humanos,<br />

Ramiro de León Carpio. En sus inicios, De<br />

León Carpio y Arturo Herbruger prometieron<br />

continuar con las negociaciones de paz<br />

y velar por el respeto a los derechos humanos.<br />

Sin embargo, la intervención de los<br />

grupos de poder hizo que la figura del presidente<br />

perdiera fuerza. Estos mismos grupos<br />

tuvieron enfrentamientos directos contra la<br />

60


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

cámara de diputados y presionaron al presidente<br />

porque se llevara a cabo una depuración<br />

en los órganos Legislativo y Judicial.<br />

La cámara de diputados emitió una serie<br />

de leyes que afectarían los intereses del sector<br />

empresarial, entre ellas el apoyo a una<br />

reforma tributaria. En medio de este clima,<br />

a inicios de 1994, se convocó a una consulta<br />

popular en la cual los ciudadanos tenían<br />

que elegir si estaban o no de acuerdo con<br />

reformas en 43 artículos de la Constitución.<br />

Sin embargo, la discusión de estas reformas<br />

se mantuvo en secreto, de modo que los<br />

ciudadanos no sabían a ciencia cierta sobre<br />

qué estaban votando. Tanto celo y reserva<br />

se debió a que había una enmienda en la<br />

que se prohibía al Banco Central del Estado<br />

brindar ayuda al gobierno. De necesitar<br />

financiamiento, el gobierno debía acudir a<br />

los bancos privados y pagar altas tasas de<br />

interés, que se cancelarían con los impuestos<br />

de los contribuyentes.<br />

Con todas las tensiones y conflictos existentes<br />

entre los diversos sectores, el gobierno<br />

de De León Carpio logró proseguir con<br />

las negociaciones de paz y durante su administración<br />

se firmaron importantes acuerdos<br />

que fueron encaminando el proceso. Tanto<br />

la Comisión de Paz del gobierno –COPAZ–,<br />

la Comisión política del Parlamento Centroamericano<br />

−PARLACEN− como la URNG<br />

se comprometieron al cumplimiento de estos<br />

acuerdos en agosto de 1995, en la isla de<br />

Contadora.<br />

El gobierno de De León Carpio también<br />

consiguió crear algunas entidades que promovían<br />

el desarrollo, como el Fondo Nacional<br />

de Desarrollo Indígena –FODIGUA–, el<br />

Programa Nacional de Autogestión Administrativa<br />

–PRONADE– y el Fondo Guatemalteco<br />

para la Vivienda –FOGUAVI–.<br />

Además, se instaló la Misión de Verificación<br />

de las Naciones Unidas para Guatemala<br />

–MINUGUA– y comenzó el arribo masivo<br />

de refugiados.<br />

Para el final del mandato, la administración<br />

pública era muy débil y el sistema de<br />

salud casi había colapsado. Además, cada<br />

día se hacía mas incontrolable la situación<br />

de violencia y represión, entre cuyos hechos<br />

destaca el asesinato de Jorge Carpio Nicolle,<br />

primo del presidente y uno de los fundadores<br />

del partido Unión del Centro Nacional<br />

–UCN– y la masacre de campesinos<br />

en una finca del municipio de Chisec. Las<br />

elecciones de 1995 fueron ganadas por Álvaro<br />

Arzú Irigoyen y Luis Flores Asturias,<br />

del Partido de Avanzada Nacional –PAN–.<br />

La intención de esta administración era<br />

bastante clara: un gobierno representado<br />

61


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

por dirigentes del sector empresarial para<br />

velar por los intereses de ese mismo grupo.<br />

Arzú manejó el discurso de modernización<br />

del Estado y de promover el desarrollo<br />

de la nación, pero en realidad el progreso,<br />

como era de esperarse, solo llegó para la<br />

economía empresarial, que comenzó a experimentar<br />

un repunte en sus actividades,<br />

mientras las desigualdades se hacían mayores.<br />

De hecho, son innegables los avances<br />

de este gobierno en materia económica. <strong>No</strong><br />

obstante, este desarrollo nunca redundó en<br />

beneficio de la población.<br />

Para llevar a cabo su ambicioso plan de<br />

gobierno, Arzú tenía que crear las condiciones<br />

necesarias, por lo que el aceleramiento<br />

de las negociaciones por la paz se convirtió<br />

en una de sus prioridades, lo que explica por<br />

qué antes de que terminara el primer año de<br />

su gobierno la firma de la paz se cristalizó.<br />

El 29 de diciembre de 1996 se llevó a<br />

cabo este espectáculo diplomático, montado<br />

por un pequeño grupo de políticos que<br />

tranzaron con los líderes guerrilleros para<br />

quedar bien ante la mirada internacional. Ni<br />

los sectores conservadores ni la guerrilla estaban<br />

completamente convencidos. Los primeros,<br />

porque no aceptaban la legitimidad<br />

de negociar con la URNG; y los segundos,<br />

porque acusaban a sus líderes de comprometer<br />

los principios revolucionarios. Los<br />

acuerdos de paz implicaban compromisos<br />

a corto y mediano plazo que, hasta el día<br />

de hoy, no se han cumplido. Además, incluían<br />

reformas constitucionales inmediatas<br />

que no eran convenientes para los sectores<br />

conservadores y poderosos, puesto que implicaban<br />

el reconocimiento de los hechos<br />

acontecidos durante esa etapa, el examen<br />

de los problemas estructurales de la sociedad<br />

y la disposición a realizar reformas que<br />

propiciaran el desarrollo de las clases menos<br />

privilegiadas. <strong>No</strong> tardó en desmontarse<br />

la parodia desde el inicio del proceso de<br />

reforma. Aunque se admitieron propuestas<br />

de muchos sectores populares, el Congreso<br />

organizó, en 1998, una Comisión Multipartidaria<br />

en la que se revisaron y aprobaron,<br />

casi de manera secreta, todas las iniciativas<br />

de ley, para luego someterla a una consulta<br />

popular. Estas propuestas, que apuntaron a<br />

desbaratar el sistema que había imperado<br />

desde la época colonial, despertaron temores<br />

entre los terratenientes, las iglesias católicas<br />

y evangélicas, organizaciones como la<br />

Liga Pro-Patria, el Centro de Defensa de la<br />

Constitución –CEDECON– y la Asociación<br />

de Dignatarios de la Nación, entre otros, que<br />

pusieron a su disposición todos los medios<br />

que estaban a su alcance, incluyendo los de<br />

62


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

comunicación para convencer a la población,<br />

siempre apática ante temas de política,<br />

a votar por el <strong>No</strong> en la consulta popular de<br />

mayo de 1999.<br />

Otro hecho sangriento evidenció la inconveniencia<br />

de los acuerdos de paz para sectores<br />

ocultos a los que no les convenía que<br />

la verdad saliera a la luz: el asesinato del<br />

obispo Juan Gerardi, quien dos días antes<br />

de su deceso había presentado el informe<br />

“Proyecto Interdiocesano de Recuperación<br />

de la Memoria Histórica-Guatemala Nunca<br />

más”, donde detallaba los horrores de la<br />

guerra y las masacres, cometidas casi en su<br />

totalidad por el ejército de Guatemala. A pesar<br />

de eso, el 31 de julio de 1998 se logró<br />

instalar la Comisión para el Esclarecimiento<br />

Histórico con el fin de dar a conocer con imparcialidad<br />

la verdad de los hechos ocurridos<br />

durante el conflicto armado.<br />

Este escenario era necesario para que<br />

el gobierno llevara a cabo su plan: la<br />

privatización de los servicios públicos. Uno<br />

de los casos más dramáticos es el de Ferrocarriles<br />

de Guatemala –FEGUA–, que fue<br />

concesionada en junio de 1997 a la empresa<br />

norteamericana Railroad Development<br />

Corporation –RDC–. El contrato, además<br />

de inconstitucional, presentaba una serie<br />

de anomalías, por lo que diez años después,<br />

el presidente Berger declaró lesivo para<br />

los intereses de la nación. Como reacción,<br />

la empresa norteamericana inició una demanda<br />

contra el Estado de Guatemala por<br />

incumplimiento de contrato y expropiación<br />

indebida.<br />

Especial atención merece el caso de la<br />

privatización de la Empresa Guatemalteca<br />

de Comunicaciones –GUATEL– que fue<br />

subastada y vendida a las empresas Luca,<br />

S.A. y Telemex bajo procedimientos dudosos<br />

que despertaron denuncias por parte de<br />

diversos sectores, pero que al final, fueron<br />

desestimadas por la Corte de Constitucionalidad<br />

bajo el pretexto de que no existían<br />

bases jurídicas para dar seguimiento a acciones<br />

penales en contra de la actual Telgua,<br />

S.A.<br />

La energía eléctrica fue otro de los servicios<br />

que fueron privatizados. Desde 1996<br />

se había creado la Ley General de Electricidad,<br />

con el fin de desmonopolizar el servicio<br />

de la energía eléctrica, que había estado<br />

a cargo del Instituto Nacional de Electrificación<br />

–INDE–. En diciembre se hizo la venta<br />

oficial de sus acciones y su adjudicación a<br />

Unión Fenosa Desarrollo y Acción Exterior,<br />

S.A. En 1998 comenzó la capitalización activa<br />

de la Empresa Eléctrica de Guatemala<br />

–EEGSA–, que fue vendida a un consorcio<br />

español, portugués y norteamericano.<br />

A partir del gobierno de Arzú, el proceso<br />

electoral quedó convertido en un juego<br />

de ping-pong, en el que el poder parecía<br />

turnarse a uno y otro lado de un péndulo,<br />

en cuyos extremos se encontraban partidos<br />

con ideologías contrarias. Este fenómeno,<br />

que se ha mantenido durante los primeros<br />

quince años del nuevo siglo, solo demuestra<br />

cómo el proceso electoral fue degradado a<br />

la ley de demanda y oferta establecida por<br />

el mercado, y denota la ignorancia de la mayoría<br />

de la población, que otorgaba su voto<br />

a una campaña publicitaria más que a un<br />

plan de gobierno. El nuevo siglo inició con<br />

la elección de Alfonso Portillo Cabrera, asesino<br />

impune al que se le dio la absolución de<br />

sus delitos en México, y Juan Francisco Reyes<br />

López, quienes con un discurso populista<br />

lograron convencer a la desencantada<br />

población guatemalteca. Los nuevos gobernantes<br />

representaban al Frente Republicano<br />

Guatemalteco –FRG–, guiado desde atrás<br />

por el genocida Efraín Ríos Montt, a quien<br />

se le había prohibido participar en las elecciones.<br />

Aunque Ríos Montt fue responsable<br />

de muchas masacres y asesinatos durante el<br />

conflicto armado, tenía una gran cantidad de<br />

adeptos que lo idealizaban para resolver los<br />

problemas de seguridad.<br />

De acuerdo con José Antonio Móbil, el<br />

gobierno del FRG se caracterizó por tres<br />

líneas diferentes: la primera, liderada por<br />

el presidente aliado con algunos militares,<br />

quienes cometieron crímenes de peculados<br />

y delitos contra la integridad de los derechos<br />

humanos, entre ellos, muchas ejecuciones<br />

extrajudiciales; la segunda, encabezada<br />

por el vicepresidente, que se enfrentó<br />

abiertamente ante el sector empresarial; y la<br />

tercera, al mando de Ríos Montt, que hizo<br />

lo posible por estancar los procesos legales<br />

63


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

ante los crímenes cometidos durante el conflicto<br />

armado. Esta última tendencia marca<br />

uno de los aspectos más contradictorios de<br />

este período presidencial, que, por un lado,<br />

había prometido continuar con el cumplimiento<br />

de los acuerdos de paz; pero, al mismo<br />

tiempo, era dirigido desde la oscuridad<br />

por uno de los principales responsables en<br />

los asesinatos contra la humanidad cometidos<br />

durante la guerra civil. Uno de los signos<br />

distintivos del gobierno de Portillo fue<br />

su oposición al sector empresarial. El CA-<br />

CIF y la cúpula oligarca reunieron a otros<br />

sectores de la sociedad civil en torno al Foro<br />

Guatemala, cuyo objetivo era tratar temas y<br />

problemas de interés nacional. Sin embargo,<br />

el sector empresarial tenía una agenda<br />

oculta que iba encaminada a quitarle poder<br />

al gobierno del FRG, que había ignorado la<br />

propuesta de un pacto fiscal que garantizaría<br />

una mayor recaudación tributaria para<br />

cumplir con las metas del acuerdo de paz<br />

relativo a los aspectos socioeconómicos y<br />

a la situación agraria que se había firmado<br />

en México en 1996. El gobierno presentó<br />

varias contrapropuestas, que incluían una<br />

mayor carga tributaria para el sector empresarial<br />

y la persecución de delitos fiscales.<br />

Estas diferencias llevaron a los empresarios<br />

a organizar un paro nacional y pusieron en<br />

peligro la estabilidad del país.<br />

En el mismo afán de contradecir y condenar<br />

al gobierno anterior, que era de corte<br />

oligárquico y empresarial, Portillo ofreció<br />

hacer una revisión de la venta de Telgua,<br />

para lo cual creó una comisión que determinó<br />

la inconstitucionalidad, ilegalidad y<br />

lesividad de esta transacción. Sin embargo,<br />

sus efectos no fueron retroactivos. Aunque<br />

Portillo atacó directamente a la oligarquía,<br />

un aspecto notable en su administración fue<br />

la corrupción, de modo que, al finalizar su<br />

período, las arcas del Estado quedaron casi<br />

en quiebra. La intención de este gobierno no<br />

era el desarrollo de los sectores populares,<br />

sino más bien configurarse como una nueva<br />

oligarquía que desplazara a la clase empresarial.<br />

Así como la mayoría de desfalcos<br />

fueron de dominio público, así fueron quedando<br />

impunes o se castigaron con medidas<br />

que no eran proporcionales a la gravedad de<br />

64


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

los delitos. Muy conocido fue el caso de<br />

los 80 millones de quetzales sustraídos del<br />

Ministerio de Gobernación, por el ministro<br />

Byron Barrientos. Hasta el mismo Portillo,<br />

luego de su mandato, guardó prisión por<br />

haber hurtado 120 millones de quetzales<br />

del ejército, sin contar los 500 mil dólares<br />

obtenidos de una donación por parte del<br />

gobierno de Taiwán. Otros casos fueron el<br />

desfalco del Instituto Guatemalteco de Seguridad<br />

Social –IGSS– de 350 millones de<br />

quetzales, donde estuvieron involucrados<br />

diputados y el mismo gerente de la entidad.<br />

Un último hecho, sucedido casi a finales<br />

del gobierno, merece mención: el famoso<br />

jueves negro, donde murió un periodista de<br />

los medios radiofónicos. El partido oficial,<br />

liderado por Ríos Montt, organizó a diferentes<br />

sectores populares para una manifestación<br />

frente a los Tribunales de Justicia, con<br />

el objetivo de mostrar su inconformismo<br />

ante la decisión de no dejar participar al genocida<br />

en la siguiente contienda electoral.<br />

En realidad, el FRG quería asegurarse del<br />

poder con un fuerte apoyo popular. Sin embargo,<br />

no consiguió su inscripción y tampoco<br />

lograron ganar las siguientes elecciones,<br />

dado el descrédito que había ganado su partido.<br />

Las elecciones fueron ganadas por su<br />

opositor Óscar Berger Perdomo, del partido<br />

Gran Alianza Nacional –GANA–. Aunque<br />

Berger representaba una posición derechista<br />

moderada, ser uno de los miembros más<br />

prominentes de la oligarquía predecía la<br />

dirección que su plan de gobierno tomaría:<br />

de corte neoliberal dispuesto a proteger los<br />

intereses de los empresarios, oligarcas y terratenientes,<br />

y que, además, deseaba llevar a<br />

la práctica medidas para globalizar los productos<br />

agropecuarios. Aunque ofrecía hacer<br />

profundas reformas constitucionales para el<br />

bienestar social, fue uno de los gobiernos<br />

más represivos. Además, su plan le daba continuidad<br />

al proceso de privatización iniciado<br />

por Arzú, principalmente en el sector de<br />

la educación, provocando enfrentamientos<br />

entre la ministra de esa cartera, María del<br />

Carmen Aceña, y el Magisterio Nacional.<br />

Con la administración de Portillo se había<br />

firmado el Tratado de Libre Comercio<br />

con Estados Unidos, Centroamérica y República<br />

Dominicana –TLC-CARD– lo que<br />

abría grandes posibilidades para que el sector<br />

empresarial y los terratenientes pudieran<br />

incursar de manera más agresiva en el mercado<br />

internacional y sus productos se hicieran<br />

más competentes. En 2007 comenzó<br />

negociaciones para firmar tratados de libre<br />

comercio con otros países, como México,<br />

Canadá, la Unión Europea y algunos países<br />

de América del Sur. Como buen empresario,<br />

le interesaba propiciar un clima adecuado<br />

para generar nuevas negociaciones y atraer<br />

la inversión extranjera. Durante su administración<br />

las exportaciones tuvieron una notable<br />

alza y, según un informe de la Comisión<br />

Económica para América Latina –CEPAL–,<br />

el Producto Interno Bruto –PIB– creció un<br />

5.6% para el final de su gobierno. Sin embargo,<br />

a medida de que el país recibía más<br />

ingresos, las desigualdades se hacían cada<br />

vez mayores. La riqueza generada iba a parar<br />

a los bolsillos de los empresarios y latifundistas,<br />

mientras que el resto de la población<br />

no gozaba del mismo desarrollo. Una<br />

característica de la administración de Berger<br />

fue su política de represión, que se vio<br />

traducida en desalojo, expropiación de tierras,<br />

criminalización de las protestas campesinas<br />

y asesinatos de líderes campesinos<br />

y sindicales. Algunos desalojos violentos se<br />

llevaron a cabo en enero de 2004, en las fincas<br />

Nueva Linda, Chitocan, Santa Inés, Sayachut,<br />

Trece Aguas y María Linda. Estos<br />

hechos llevaron a la Coordinadora Nacional<br />

de Organizaciones Campesinas –CNOC–,<br />

apoyados por el Comité de Unidad Campesina<br />

–CUC– y Plataforma Agraria, a realizar<br />

un paro nacional el 8 de junio de 2004, en<br />

demanda del cumplimiento de los acuerdos<br />

de paz relativos a los problemas de desarrollo<br />

agrario. Algunas instituciones, como el<br />

Observatorio del Gasto Social y el Fondo<br />

de Tierras –FONTIERRAS– hicieron ver<br />

la necesidad de plantear soluciones al problema<br />

de la tenencia de la tierra, una de las<br />

principales causas de la conflictividad social<br />

guatemalteca. El mismo Berger había<br />

permitido el abuso en tierras campesinas en<br />

la región del Polochic, para beneficiar a las<br />

empresas agroindustriales que se dedicaban<br />

al cultivo de caña de azúcar y palma africa-<br />

65


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

na, una de las cuales pertenecía a su misma<br />

familia. Y aunque la Política Agropecuaria<br />

del Gobierno de Berger 2004-2007 incluía<br />

programas de seguridad alimentaria, acceso<br />

a tierras y créditos a pequeños y medianos<br />

productores, nunca fueron llevados a cabo.<br />

Otro aspecto notable que ilustra el abuso<br />

de las autoridades, esta vez, con el objetivo<br />

de favorecer a empresas extranjeras, fue el<br />

caso de la minería. En el gobierno de Berger<br />

se extendió una licencia para que la empresa<br />

Montana Exploradora de Guatemala<br />

explotara metales en la mina Marlin, en San<br />

Miguel Ixtahuacán y Sipacapa, San Marcos,<br />

para lo cual recibió un financiamiento por<br />

parte del Banco Mundial de 45 millones de<br />

dólares. A pesar de que la empresa estaría<br />

exonerada de pagar impuestos los primeros<br />

dos años de actividades, generando apenas<br />

una ganancia del 1% para el Estado, Montana<br />

Exploradora no realizó un estudio de impacto<br />

ambiental ni la consulta obligatoria a<br />

las diversas comunidades indígenas afectadas,<br />

violando el Convenio 169, asumido en<br />

1989 por la Organización Internacional de<br />

Trabajo –OIT–. El Colectivo Madre Selva,<br />

Cáritas, la Pastoral Arquidiocesana y el Colectivo<br />

de Organizaciones Sociales en San<br />

Marcos –COSAM– denunciaron los problemas<br />

de salud de la población, contaminación<br />

del agua, deforestación y las consecuencias<br />

que la actividad minera traía a la actividad<br />

agrícola de las comunidades. Estos hechos<br />

no tardaron en desembocar, en enero de<br />

2005, en conflictos y enfrentamientos entre<br />

policías, militares y campesinos, quienes no<br />

dejaron ingresar maquinaria destinada a la<br />

mina. Berger también fue señalado por cometer<br />

abusos y violaciones a los derechos<br />

humanos. Bajo su régimen se acrecentaron<br />

los problemas de seguridad pública nacional,<br />

aumentó el sicariato y el narcotráfico<br />

y se llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales<br />

en las cárceles, sucesos en los cuales<br />

estuvieron implicados Carlos Vielman, ex<br />

Ministro de Gobernación; Alejandro Giammattei,<br />

ex Director del Sistema Penitenciario;<br />

Erwin Sperissen, ex Director de investigaciones<br />

criminalísticas; Javier Figueroa,<br />

subdirector de investigaciones criminalísticas<br />

de la PNC; y el ex Funcionario Policíaco<br />

Víctor Soto. A esto se debe agregar la ejecución<br />

de tres diputados salvadoreños del<br />

PARLACEN y la masacre de campesinos<br />

de Colotenango, en Huehuetenango.<br />

El siguiente período de elecciones se<br />

caracterizó por la violencia y la eliminación<br />

casi sistemática de muchos candidatos a las<br />

alcaldías o a los curules del Congreso. Para<br />

el período presidencial 2008-2011 quedaron<br />

electos para la presidencia y la vicepresidencia<br />

los candidatos de la Unidad Nacional<br />

de la Esperanza –UNE–, Álvaro Colom<br />

Caballero y Rafael Espada, quienes habían<br />

obtenido un segundo lugar en las elecciones<br />

anteriores. Esta tendencia solo expresa<br />

la desinformación y falta de criterio de la<br />

ciudadanía, fácilmente influenciable por<br />

campañas publicitarias y demagogia barata,<br />

aunado a una actitud de indiferencia hacia<br />

la participación política y para informarse<br />

de los programas de gobierno de la oferta<br />

electoral. De un deber cívico, entonces, el<br />

proceso de elecciones se fue convirtiendo<br />

en un mercado, tras del cual había oscuros<br />

financistas que querían asegurar su propia<br />

cuota de poder. Precisamente fue esto lo que<br />

le sucedió a Colom, con orientación política<br />

de centroderecha, cuya campaña estuvo enfocada<br />

en reformas populares que asustaron<br />

a los miembros de la oligarquía.<br />

Lo contradictorio, sin embargo, es que al<br />

aceptar dinero de sus financistas poderosos,<br />

se vio obligado a proteger los intereses de<br />

estos grupos, lo que redujo el impacto de su<br />

plan de gobierno. Como sus antecesores, su<br />

administración no tardó en caer en el fango<br />

de la corrupción, la malversación de fondos,<br />

el clientelismo y la impunidad.<br />

El gobierno de Colom heredó del gobierno<br />

anterior una deuda pública de Q2,500<br />

millones y un Estado a punto de colapsar.<br />

A esta situación se le debe adicionar las dos<br />

crisis económicas internacionales, cuyos<br />

efectos se manifestaron en nuestra economía<br />

dependiente, principalmente de Estados<br />

Unidos. El alza en los precios del petróleo<br />

provocó que muchos productos de la canasta<br />

básica subieran y aumentó los niveles de<br />

inflación. Ante esta situación, era imperante<br />

implementar una reforma tributaria. Aunque<br />

la oposición de la oligarquía fue moderada,<br />

66


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

puesto que esta medida era apoyada por el<br />

gobierno de Estados Unidos, los grupos de<br />

poder aprovechaban la primera oportunidad<br />

para desprestigiar la imagen del gobierno, al<br />

mismo tiempo que engavetaban y dilataban<br />

el proceso legal para que la reforma fiscal se<br />

cristalizara.<br />

Álvaro Colom fue percibido como un<br />

gobernante débil. Conforme su esposa, la<br />

exmilitante Sandra Torres, se hacía más popular<br />

al frente del programa “Mi Familia<br />

Progresa”, ganaba poder, a tal punto que se<br />

llegó a afirmar que era ella quien en realidad<br />

dirigía las riendas de la administración pública.<br />

Esta sensación se acentuaba no solo<br />

por el éxito de sus programas, que cada año<br />

fueron ampliando su cobertura, sino por la<br />

habilidad política de la Primera Dama.<br />

En 2009, el gobierno de Colom estuvo<br />

a punto de perder la silla del Ejecutivo. El<br />

abogado Rodrigo Rosemberg había sido<br />

asesinado en una zona residencial de la capital.<br />

Al día siguiente, se encontró un video<br />

grabado por él donde responsabilizaba de su<br />

muerte al mismo presidente, en confabulación<br />

de su esposa y su secretario privado.<br />

Este escándalo causó revuelo en la sociedad<br />

guatemalteca, el cual fue aprovechado<br />

por diferentes grupos de la oligarquía para<br />

iniciar una campaña de desprestigio e, incluso,<br />

manipular a otros sectores de la población<br />

para exigirle su renuncia. Ante estos<br />

hechos, intervino la recién establecida Comisión<br />

Internacional Contra la Impunidad<br />

en Guatemala –CICIG–, que luego de investigar,<br />

determinó que la muerte de Rosemberg<br />

había sido un suicidio planeado con<br />

la intención, quizá, de crear un complot.<br />

Durante el gobierno de Colom tampoco<br />

fue posible crear una reforma agraria ni solucionar<br />

el problema de la tenencia de las<br />

tierras, y al final de su período, con casi 15<br />

años de haberse cumplido la firma de la paz,<br />

el país seguía estando en las mismas o en<br />

peores condiciones de la época del conflicto<br />

armado. Los niveles de desnutrición, inseguridad,<br />

delincuencia, analfabetismo, desigualdad,<br />

pobreza eran alarmantes. Además,<br />

la mayoría de las metas de la Comisión del<br />

Esclarecimiento Histórico –CEH– no se habían<br />

alcanzado. El último año de gobierno<br />

de Colom fue el más violento de todos, pues<br />

no solo aumentó el índice de criminalidad,<br />

sino que muchas comunidades, principalmente<br />

en el valle del Polochic y en el municipio<br />

de Panzós, fueron desalojadas de<br />

manera violenta, tanto por la policía como<br />

por militares y campesinos contratados por<br />

el ingenio Chabil Utzaj. Hubo desapariciones,<br />

linchamientos y asesinatos, tanto de<br />

hombres, mujeres y niños. Aunque muchos<br />

de estos ataques iban en contra de invasores,<br />

la mayoría eran comunidades despojadas<br />

que mantenían sus tierras gracias a las<br />

cooperativas.<br />

En el siguiente período de elecciones la<br />

silla del ejecutivo fue ganada en segunda<br />

vuelta por el Partido Patriota –PP–, cuyos<br />

candidatos eran el militar retirado Otto Pérez<br />

Molina y su compañera, Roxana Baldetti,<br />

primera vicepresidenta del país. Muy de<br />

cerca estuvo el candidato de la oposición<br />

y representante del partido Líder, Manuel<br />

Baldizón, de ganarle las elecciones. Pérez<br />

Molina ganó gracias al ofrecimiento de<br />

“mano dura” –como rezaba su eslogan–,<br />

ante un pueblo que se encontraba desesperado<br />

por la violencia y la inseguridad que<br />

se respiraba. El clamor popular hacia este<br />

líder era un deseo profundo por parte de la<br />

ciudadanía de regresar a la época opresiva<br />

de un dictador capaz de poder ponerle orden<br />

a la casa.<br />

Una de las primeras medidas, con carácter<br />

de urgencia nacional, fue la realización<br />

de una reforma tributaria que afectaría,<br />

principalmente, a la clase trabajadora.<br />

Así, en enero de 2012, fue aprobada la Ley<br />

Antievasión II, que incluía cambios a diversos<br />

impuestos, con el fin de combatir la<br />

defraudación fiscal. La justificación, en su<br />

momento, fue la necesidad de obtener una<br />

recaudación más efectiva que permitiera<br />

saldar la deuda pública. Sin embargo, hacia<br />

el final del período, salió a la luz pública los<br />

negocios sucios que los dirigentes realizaron<br />

a través de esta entidad.<br />

Mientras se llevaba a cabo esta reforma<br />

fiscal, el gobierno de Otto Pérez presentó<br />

ante los países de América una iniciativa<br />

para despenalizar las drogas, la cual fue rechazada<br />

por el gobierno de Estados Unidos<br />

67


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

y no tuvo eco en la Cumbre de las Américas,<br />

celebrada en Cartagena. Se dice que la propuesta<br />

fue uno de tantos distractores para<br />

minimizar las negociaciones turbias del<br />

patrimonio del Estado con inversionistas<br />

extranjeros. Uno de los aspectos acaso más<br />

preocupantes sobre el gobierno de Otto Pérez<br />

fue su plan de militarización, con el objetivo<br />

de garantizar la seguridad nacional.<br />

El presidente estableció seis fuerzas de tarea<br />

militar que solo se reduciría hasta que<br />

la Policía Nacional Civil incorporara entre<br />

sus filas a 40 mil efectivos. Lo cierto es que<br />

estas medidas, más que reducir los índices<br />

de violencia e inseguridad en el país, fueron<br />

utilizadas para proteger los intereses de empresas<br />

extractivas extranjeras. De ahí que,<br />

durante este período, continuase la criminalización<br />

hacia las protestas campesinas por<br />

la actividad minera, la represión violenta<br />

de muchos de los líderes comunitarios y la<br />

política de desalojos. A las empresas extranjeras<br />

no les interesaba el impacto ambiental<br />

de esta actividad y tampoco les importaba<br />

tomar en cuenta la opinión de las comunidades<br />

afectadas.<br />

En este sentido, el Estado actuó como<br />

cómplice al acordar recibir Q800 millones<br />

anuales en regalías. El mejor ejemplo de<br />

esta represión pudo observarse en la población<br />

de Santa Cruz Barillas, municipio<br />

de Huehuetenango. La empresa española<br />

Hidro Santa Cruz había recibido el permiso<br />

del gobierno para la instalación de una<br />

hidroeléctrica en el río Cambalán. Ya antes,<br />

la comunidad había mostrado su desacuerdo<br />

ante esta iniciativa, pero con la llegada<br />

del nuevo gobierno, en 2012, la empresa<br />

comenzó a tomar diversas medidas para iniciar<br />

sus actividades, entre ellas, la compra<br />

de terrenos, el ingreso de maquinaria y la<br />

desecación de algunas fuentes de agua. Las<br />

organizaciones comunitarias no tardaron en<br />

reaccionar ante estas medidas.<br />

El departamento de seguridad de esta<br />

empresa comenzó a llevar a cabo actos delictivos,<br />

entre ellos, el asesinato de algunos<br />

líderes comunitarios, lo que provocó una<br />

fuerte respuesta por parte de los campesinos,<br />

quienes iniciaron una serie de medidas,<br />

como la destrucción de varios edificios público<br />

68


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

blicos del municipio. Ante esta situación,<br />

intervino el gobierno con un estado de sitio,<br />

en mayo de 2012, pero la reacción de rechazo<br />

de muchos sectores, hizo que se depusiera<br />

esta medida.<br />

Otros hechos negativos de la administración<br />

de Otto Pérez fueron el cierre de<br />

los Archivos de la Paz, pues, según él, su<br />

existencia no tenía justificación en un país<br />

donde quedaba descartada la existencia de<br />

genocidio.<br />

En realidad, el cierre de esta entidad era<br />

conveniente para el gobierno, de corte militarista,<br />

pues una de las funciones de esta<br />

entidad era, precisamente, mostrar y documentar<br />

los horrores cometidos principalmente<br />

por el ejército durante el conflicto<br />

armado. Durante este gobierno se lleva a<br />

cabo el llamado juicio del siglo. Por primera<br />

vez es llevado a juicio a Efraín Ríos<br />

Montt, debido a las masacres ocurridas en el<br />

Triángulo Ixil durante la época más violenta<br />

del conflicto armado, hecho que provocó<br />

encontradas opiniones entre la población.<br />

Por un lado, una gran clase media, asentada<br />

en las áreas urbanas y manipuladas por<br />

los grupos de poder, negaban la existencia<br />

del genocidio. Por aparte, un creciente grupo<br />

de ciudadanos afirmaba la existencia de<br />

genocidio y pedía justicia ante los hechos<br />

atroces. Aunque en el juicio fue reconocido<br />

el acto de genocidio, dando una sentencia de<br />

80 años de cárcel al dictador por crímenes<br />

de lesa humanidad, la manipulación de grupos<br />

de poder ante la opinión pública trajo<br />

una apelación a la Corte de Constitucionalidad,<br />

la que anuló la resolución, alegando<br />

errores de procedimiento, y dejó pendiente<br />

el desarrollo del juicio.<br />

Este espectáculo causó decepción entre<br />

algunos sectores y evidenció una vez más la<br />

corrupción en diversas entidades del sistema<br />

jurídico nacional, lo que llevó a la necesidad<br />

de reflexionar sobre una “limpieza” de<br />

toda la casta política actual, que hacen funcionar<br />

las instituciones para la protección de<br />

sus propios intereses.<br />

Motivo de conflicto también fue la supresión<br />

de la carrera magisterial a nivel medio,<br />

tomada por la Ministra de Educación,<br />

Cinthia del Águila. Esta medida, que se venía<br />

desarrollando desde la gestión de María<br />

del Carmen Aceña, no fue más que una táctica<br />

para hacer desaparecer la carrera de magisterio<br />

que obedece a una estrategia y plan<br />

general de corte neoliberal y privatizador<br />

de la educación. Ante estos hechos, el sector<br />

estudiantil tuvo fuertes enfrentamientos<br />

ante las autoridades educativas.<br />

Sin embargo y con evidentes errores, el<br />

plan a nivel superior de la carrera del magisterio<br />

se echó a andar, constituyendo una<br />

seria amenaza para la educación pública.<br />

Para el último año de su gobierno, el PP<br />

había perdido demasiada credibilidad ante<br />

la opinión pública. La ostentación de riqueza<br />

de la que los gobernantes hicieron alarde<br />

–principalmente la Roxana Baldetti−, el<br />

abuso de poder, el nepotismo y la ambición<br />

voraz que los había embriagado se hizo evidente.<br />

Para toda la sociedad fue claro que la<br />

intención de este gobierno fue el enriquecimiento<br />

personal, usando medios ilícitos. Un<br />

secreto a voces que ha caracterizado a todos<br />

los gobiernos de turno de los últimos treinta<br />

años y que terminó de ser confirmado por<br />

la investigación realizada por la CICIG, al<br />

desmantelar las bandas de negocios ilegales<br />

que se habían llevado a cabo en el seno<br />

mismo de la institucionalidad. De la noche<br />

a la mañana salieron a luz malversación de<br />

fondos y desfalcos millonarios en diversas<br />

entidades, como la Superintendencia de Administración<br />

Tributaria −SAT− (caso La Línea),<br />

el IGGS y el Caso de Redes.<br />

A estas organizaciones clandestinas pertenecían<br />

personalidades de la vida pública,<br />

que fueron perseguidas y puestas tras las<br />

rejas, aunque muchas de ellas fueron liberadas<br />

por medidas sustitutivas. Desde mayo<br />

de 2015 la ciudadanía y diversos sectores<br />

comenzaron a darse cita en manifestaciones<br />

pacíficas, convocadas en las redes sociales,<br />

pidiendo la renuncia y la pérdida de inmunidad<br />

de la vicepresidenta y el presidente.<br />

Hoy, se encuentran en prisión esperando<br />

juicio. Sin embargo, se presupone que esta<br />

jornada de marchas estuvo manipulada por<br />

grupos de poder, quienes, al verse afectados<br />

ante esta estructura corrupta, movieron sus<br />

influencias hasta hacer caer al gobierno.<br />

Además, en estas manifestaciones se criticó<br />

69


Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

fuertemente a los candidatos de las elecciones<br />

que se avecinaban, siendo la principal<br />

causa de la pérdida de credibilidad del candidato<br />

Manuel Baldizón, quien se auguraba<br />

como futuro gobernante. Sin embargo, una<br />

vez caídos los gobernantes, las olas se calmaron.<br />

Las manifestaciones no tuvieron la<br />

suficiente fuerza para llevar a cabo una reforma<br />

en la Ley Electoral y tampoco para<br />

llegar a las empresas privadas, aliadas al<br />

CACIF, que habían participado en los negocios<br />

fraudulentos.<br />

Como gobierno de transición quedó a la<br />

cabeza el político de ultraderecha Alejandro<br />

Maldonado Aguirre, cuya injerencia política<br />

data desde los años de la Revolución de<br />

1944 y que en múltiples ocasiones había<br />

participado como candidato a la presidencia.<br />

Su único legado fue dejar establecido<br />

un salario mínimo diferenciado, ante lo cual<br />

reaccionaron distintos grupos.<br />

En las últimas elecciones salió victorioso<br />

el partido nacionalista Frente de Convergencia<br />

Nacional –FCN-Nación−, liderado por<br />

el comediante Jimmy Morales y el ex rector<br />

de la Universidad de San Carlos, Jafeth Cabrera,<br />

en la presidencia y vicepresidencia,<br />

respectivamente. Sin embargo, este partido<br />

es apoyado por militares ultraconservadores<br />

recalcitrantes, hecho que ha creado pesimismo<br />

ante la poca población informada.<br />

Como ya lo había hecho el gobierno de Otto<br />

Pérez, los militares utilizaron la figura de<br />

este comediante conocido por su programa<br />

en televisión, quien además nunca antes había<br />

incursionado en política.<br />

La estrategia de utilizar figuras de la farándula<br />

para atraer la atención no solo había<br />

sido empleada ya por el gobierno anterior,<br />

quienes designaron como Ministro de Cultura<br />

y Deportes a un popular exfutbolista<br />

que muy pronto evidenció su ignorancia<br />

en temas políticos, sino ha sido copiada de<br />

naciones vecinas, como México, que tiene<br />

como Primera Dama a una actriz de la empresa<br />

Televisa, que, dicho sea de paso, es<br />

una empresa con arraigados intereses políticos.<br />

Lo cierto es que la nueva presidencia,<br />

en el poco tiempo de gobernar, ha dado mucho<br />

de qué hablar, no solo por la ignorancia<br />

atribuida a su líder, sino por su posición moralista<br />

que, incluso, se presenta como una<br />

amenaza al Estado laico. Al final de este<br />

recorrido de treinta años de supuesta “apertura<br />

democrática” solo queda reconocer que<br />

la tal “apertura” es tan solo una estratagema<br />

utilizada por los mismos grupos de poder<br />

que, al final de cuentas, han manipulado la<br />

opinión pública a favor de sus propios intereses<br />

y desde atrás han jugado con todos los<br />

recursos sucios de que disponen para seguir<br />

ejerciendo su santa voluntad.<br />

<strong>No</strong> querer tratar de cara los problemas<br />

coyunturales de la nación hace latente la<br />

amenaza de otro conflicto armado de mayores<br />

magnitudes, porque la medicina ofrecida<br />

en la firma de los acuerdos de paz apenas<br />

fueron paleativos que han ignorado el problema<br />

de fondo. Mientras los problemas de<br />

desigualdad y la tenencia de la tierra no lleguen<br />

a solucionarse, la miseria y la ignorancia<br />

estarán a la orden del día y constituirán<br />

una amenaza para la aparente estabilidad<br />

alcanzada. Lamentablemente, el panorama<br />

futuro de la política en el país no es nada<br />

alentador y, al parecer, seguiremos condenados<br />

por mucho tiempo más a este juego<br />

sucio que propicia la corrupción y que nos<br />

mantiene como una de las naciones más<br />

atrasadas del planeta.<br />

70


71


72


DE LA VIDA EN IMÁGENES<br />

O DE LA OBRA DE<br />

ENY ROLAND HERNÁNDEZ<br />

Denise Phé-Funchal<br />

Intenté, un par de veces, escribir sobre la<br />

obra de Eny Roland Hernández desde una<br />

perspectiva un tanto más académica, un tanto<br />

más sociológica e impersonal, pero era<br />

imposible quedar satisfecha con el resultado<br />

simple y sencillamente porque la misión<br />

del arte, del verdadero, es impactar, es dejarnos<br />

pensando en nuestra propia humanidad<br />

a partir del registro que un artista hace<br />

de las peripecias de la vida, de las contradicciones<br />

en las que nos vemos sumergidos al<br />

ser esta combinación divina y fatal de cuerpo<br />

y mente viviendo en un espacio cerrado<br />

–el mundo– y lleno de reglas –la sociedad–.<br />

La primera vez que vi el trabajo de Eny,<br />

fue una foto –que aparece en esta colección–<br />

que llenó de alegría mi alma y que<br />

guardo en la memoria para aquellos momentos<br />

en los que la vida necesita una<br />

sonrisa. Era un perro callejero cruzando<br />

la calle sobre una alfombra de semana<br />

santa. La gente lo miraba sin rabia, con<br />

sonrisas que se adivinaban en los ojos.<br />

Esa humanidad capaz de sonreír me<br />

dejó con ganas de conocer más del trabajo<br />

de este fotógrafo que ahora se perfila<br />

como uno de los mejores y que tiene lo<br />

que más aprecio en el arte: una voz propia.<br />

La colección de fotografías que aparece<br />

en esta revista muestra una visión más descarnada<br />

de la vida, las pasiones y la sensualidad,<br />

de la sexualidad que todos llevamos<br />

73


Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

dentro y que ha sido domada, coartada<br />

por lo religioso –esencialmente–, por la<br />

prohibición de ser, cuando es precisamente<br />

la exploración de nosotros mismos<br />

y de los otros, lo que nos lleva a descubrirnos<br />

a través de las contradicciones,<br />

de los contrastes y de las semejanzas.<br />

Como muchos humanos, durante la infancia<br />

me vi atraída por las imágenes religiosas,<br />

esencialmente por una que seguiría<br />

en mi memoria si no fuera porque<br />

Eny logró desplazar la que habitaba en mi<br />

mente y reemplazarla por su San Sebastián<br />

Triunfante, hermosamente desnudo y<br />

74


Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

lleno de vida a pesar de la tortura, de las<br />

huellas que los hombres, en su incomprensión<br />

del otro, dejaron en su cuerpo muerto<br />

pero que Eny nos muestra vivo. Esa<br />

cultura que nos impregna desde chicos,<br />

de adoración a la muerte y al suplicio se<br />

ve reflejada en las fotografías de tipo religioso<br />

que pueblan esta publicación.<br />

Un Cristo hermoso de mirada penetrante<br />

que nos recuerda la fragilidad del<br />

ser que –por satisfacer a su padre y por<br />

sentir que puede lograr un lugar en la<br />

historia, en la memoria de las generaciones–<br />

lo da todo y gana, en el sentido<br />

de que miles de años después, tiene<br />

ejércitos de personas que quizá avergonzadas<br />

75


Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

por sus propios demonios, por sus deseos,<br />

se vuelcan a las calles para cargar andas pesadas<br />

que dejan huella más en sus cuerpos<br />

que en sus espíritus, intentando dar algo a<br />

cambio de la vida de aquel que se supone<br />

redimió hace miles de años, sus pecados.<br />

Sin embargo, a pesar de su arrepentimiento<br />

–tan chico o tan grande como<br />

sea– las y los cargadores que Eny nos<br />

muestra siguen siendo humanos cargados<br />

de vida, de sensualidad que esconden<br />

tras los trajes negros, tras las mantillas<br />

que ocultan miradas y pensamientos que<br />

no están en la tónica de la redención.<br />

Quién no ha visto en las procesiones que<br />

una vez al año nos inundan, esas miradas<br />

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Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

que se cruzan, que se encuentran, que se<br />

sonríen pensando, imaginando su cuerpo<br />

y el de otros parroquianos en situaciones<br />

completamente alejadas –o quizá más<br />

cercanas de lo que a las iglesias les gustaría–<br />

de la redención y el perdón a través<br />

del dolor, del sufrimiento del cuerpo.<br />

De ahí seguramente, el impacto y los<br />

comentarios, las reacciones que causaron<br />

dos de las obras más comentadas de Eny.<br />

La Virgen de la Asunción, representada<br />

por una sensual adolescente y la pareja<br />

originaria Adán y Esteban cuyos genitales<br />

y nalgas, al estar expuestos en una<br />

calle de la ciudad de Guatemala, fueron<br />

“mutilados”, arrancados por el simple hecho<br />

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Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

de recordarnos que una de las pasiones<br />

que nos atrapa es el sexo. Relacionada a<br />

esta sensación de pecado, de incapacidad<br />

de redimir a los otros, porque a veces somos<br />

incapaces de reconocer en ellos la<br />

libertad que quisiéramos para nosotros<br />

mismos, está la serie de fotografías expuesta<br />

en Copenhague, una que muestra<br />

rostros anónimos pero que después de unos<br />

días se revelan como pertenecientes a la<br />

diversidad que, según los otros, nos aleja<br />

del mandato divino de reproducirnos.<br />

Me contaba Eny que luego de unos días de<br />

estar expuestas y como parte del proyecto,<br />

se escribieron sobre ellas palabras de odio.<br />

La idea era evidenciar el rechazo a estas<br />

identidades que existe en todas las sociedades,<br />

sin importar si se trata de las que llamamos<br />

de “primer” o de “tercer” mundo.<br />

Porque sí, incluso en esos lugares que<br />

consideramos avanzados e inclusivos<br />

–como Dinamarca–, algunos apoyaron<br />

el odio, el etiquetar a los otros como salidos<br />

de lo moral y como merecedores de<br />

78


Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

castigo y de rechazo por el simple hecho<br />

de aspirar a ser libremente, a amar, a sentir.<br />

Afortunadamente, también hubo quien reclamó<br />

por esa manía de etiquetar para odiar.<br />

De nuevo aparece el tema del pecado,<br />

de lo que se sea que desaparezca de la vida<br />

porque nos resulta extraño, tentador, contradictorio<br />

porque nos recuerda que somos<br />

carne y la carne –como nos muestra Eny–<br />

debe ser castigada y soportar los castigos<br />

divinos que nos llevan al arrepentimiento.<br />

Los martirios sobre la carne y el cuerpo son<br />

loables, como nos muestra en las imágenes<br />

religiosas que él reproduce para recordarnos<br />

que, tal el caso de Santo Dominguito de<br />

Val –niño mártir–, la disposición de sacrificarse<br />

por lo divino no tiene edad, ni límites.<br />

Dentro de esta serie de Fábrica de Santos,<br />

la que más se asemeja a lo que somos<br />

es la de Maximón, que nos recuerda ese<br />

deseo de adorar imágenes de una manera<br />

más humana, con alcohol y otros vicios<br />

para obtener amor, placer, risas, olvido.<br />

Esa misma alegría, esa fuente de placer<br />

momentáneo que el cuerpo y sus posibilidades<br />

nos brinda, está también reflejada en<br />

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Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />

otras de las imagenes que más amo de<br />

Eny, las de los convites en las que vemos<br />

sobre fondos tristes y pobres a figuras<br />

sonrientes a la fuerza, encarnadas<br />

por seres que se preparan todo el año<br />

para bailar por las calles con la libertad<br />

y anonimato a la que todos aspiramos.<br />

La obra de Eny Roland es una celebración<br />

de la humanidad, una celebración a veces<br />

triste y llena de dolor, a veces llena de alegría,<br />

de sonrisas y de melodías. La obra de<br />

Eny está viva, llena de música –sacra o pagana–<br />

llena de deseos sexuales, de perdón,<br />

de amor, de felicidad. Deténgase un rato, un<br />

largo rato en cada fotografía y vea el mundo,<br />

véase a usted mismo en estas imágenes.<br />

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81


82


FANTASMAS<br />

CON CHAQUETAS<br />

DE CUERO<br />

Black Rebel<br />

Motorcycle Club<br />

Álvaro Sánchez<br />

Cuando pienso en bandas que tienen<br />

la cualidad de abarcar un rango de emociones<br />

con su música, pienso en muy<br />

pocas. <strong>No</strong> todas tienen esa capacidad<br />

de asombrar con cada disco que sacan.<br />

La mayoría resulta en compilaciones de<br />

música de relleno que solo sirve para<br />

ambientar con ruido y pocas cosas buenas<br />

o ninguna sale de ello.<br />

<strong>No</strong> recuerdo muy bien como me<br />

crucé con Black Rebel Motorcycle Club<br />

una banda originaria de Riverside, California<br />

USA, liderada por Peter Hayes<br />

y Robert Levon Been. Si algo me enganchó<br />

de esta banda desde la primera<br />

canción que escuché, fue el toque de<br />

blues áspero que tiene, uno que mezclado<br />

con la neo-psicodelia, y los sonidos<br />

saturados de las guitarras del shoegaze,<br />

logran una armonía que a primera oída<br />

hace que nuestra cabeza empiece a moverse<br />

sola. Algo así como si mezcláramos<br />

a los Rolling Stones con Howlin’<br />

Wolf. Un combo hermoso. Pertenece<br />

BRMC a una camada de bandas que surgieron<br />

a finales de los 90’s fuertemente<br />

influenciadas por personajes como<br />

Rocky Erikson, bandas de rock clásico<br />

como Led Zeppelin, o grupos más experimentales<br />

tales como Sonic Youth, The<br />

Brian Jonestown Massacre y The Jesus<br />

And Mary Chain; estos dos últimos a<br />

mi parecer es con quienes más cercano<br />

siento su sonido. Tan así que Peter<br />

Hayes perteneció por breve tiempo a los<br />

Jonestown Massacre antes de formar el<br />

grupo.<br />

Dejando las influencias de la banda<br />

por un lado, creo que lo que admiro<br />

de BRMC es su capacidad de llevarnos<br />

a rincones oscuros con líricas con mucha<br />

reflexión de corte existencial, son<br />

como para escucharlas en una noche fría<br />

en medio de un paisaje abierto como si<br />

fuera una escena de un filme de Wim<br />

Wenders.<br />

En un poco más de una década<br />

BRMC ha logrado madurar su sonido<br />

desde los primeros albums con el<br />

homónimo B.R.M.C., Take Them On<br />

Your Own que a mi criterio son como<br />

una especie de introducción a una época<br />

en donde la banda descargaba su furia<br />

rocanrolera en canciones como “Spread<br />

Your Love” y “What Ever Happend to<br />

My Rock ‘n’ Roll”. Riffs bluseros y una<br />

armónica que rinde tributo a todos esos<br />

músicos del Delta.<br />

El sonido siguió evolucionando –cosa<br />

que yo celebro en una banda– en albums<br />

como Baby 81, Beat the Devil’s Tattoo<br />

hasta su última entrega Spectre At The<br />

Feast. Disco que saliera al mercado en<br />

2013, la banda logró un crossover de<br />

banda más underground a las grandes<br />

arenas y con la inserción de Leah Shapiro<br />

en la batería reemplazando a Nick<br />

83


Álvaro Sánchez: Black Rebel Motocycle Club<br />

84<br />

Lago de alguna manera ayudó a refrescar<br />

el sonido del grupo.<br />

Basta con oír joyas como “Lose Yourself”<br />

o “Some Kind of Ghost” y porque<br />

después de todo a quien no le gusta ver a<br />

una chica desarmando una batería como<br />

si se tratara de un sacrificio como los<br />

que se practicaban en el viejo testamento,<br />

solo que este dedicado a los dioses<br />

del rock ‘n’ roll y sin tanta sangre de por<br />

medio o tal vez sí.<br />

La búsqueda interna de la banda se<br />

percibe a partir del disco Howl que de<br />

alguna manera me remitió inmediatamente<br />

al texto sagrado de Allen Ginsberg.<br />

Por su contenido lírico, muy parecido<br />

a la literatura beatnik en su parte<br />

espiritual. O como si se tratara de alguien<br />

que buscó el exilio en el porche de<br />

alguna casa en algún lugar olvidado del<br />

sur americano hace más de 100 años. En<br />

una cacería de inspiración y salvación.<br />

El sonido Post Grunge y un tanto melancólico<br />

de las guitarras se impregna en<br />

canciones como “Ain’t <strong>No</strong> Easy Way”,<br />

“Howl” o “Restless Sinner”. En una extraña<br />

mezcla del sonido de Johnny Cash<br />

combinado con el de Love and Rockets.<br />

Cuando lo pienso este es un disco que<br />

poco a poco crece en nuestro interior<br />

y las melodías se van marcando como<br />

tatuajes en nuestra piel. Y de alguna<br />

forma nos enfrenta a cuestiones del espíritu.<br />

Y lo digo sin ningún delirio religioso,<br />

pero ese es el sentimiento con el<br />

que fue creado este album en particular.<br />

El de la introspección personal. Basta<br />

con leer letras como la de “Devil’s Waitin”<br />

que reza así : «They say there’s a<br />

passing where all stand to judge But the<br />

devil’s a waitn’ with Christ like a son<br />

When the look comes your way you best<br />

say was I For the reasons you hold give<br />

reasons to die ».<br />

<strong>No</strong> podía dejar de mencionar el disco<br />

en vivo Black Rebel Motorcycle Club<br />

Live in Paris. Básicamente es una selección<br />

de canciones representativas de sus<br />

álbumes anteriores. La edición contiene<br />

un DVD del concierto, donde se puede<br />

disfutar de la energía y entrega de la<br />

banda en el escenario. Donde nuestros<br />

ojos son hipnotizados por la guitarra de<br />

Peter Hayes y sus acordes neopsicodélicos.<br />

Soltando en cada guitarrazo rock<br />

‘n’roll puro sin adulterar. Como un buen<br />

trago del whiskey más fino.<br />

Cabe decir que también se puede disfrutar<br />

la fuerza femenina de Shapiro en<br />

la batería. Nada que envidiarle a ningún<br />

baterista masculino. El sonido de sus<br />

tambores le otorga a la banda un aura<br />

ritualista en el escenario.<br />

Este disco doble es como un menú<br />

para viejos y nuevos fans. A mi criterio<br />

hizo falta un poco más de canciones de<br />

los primeros álbumes. Aún así la selección<br />

es buena y la producción del DVD<br />

en vivo es muy buena. <strong>No</strong> deja de hacernos<br />

sentir en primera fila deseando que<br />

nuestros oídos se llenen de esas melodías<br />

y de los ritmos producidos por la<br />

armonica de Robert L.<br />

Con los años BRMC se ha dado el<br />

lujo de poder moverse en escenarios pequeños<br />

como grandes arenas. Cosa que<br />

es digna de admirarse porque mantienen<br />

ese balance sin caer en una sobreproducción<br />

del sonido o de los shows en<br />

vivo, manteniendo esa fuerza a manera<br />

de gasolina combinada con rock ‘n’ roll<br />

en el trío.<br />

Es necesario mencionar de nuevo el<br />

album “Specter at the Feast” como parte<br />

de un ciclo importante en la banda donde<br />

reafirman su sonido que sigue siendo<br />

a mi criterio una bienvenida con los<br />

brazos abiertos a nuestro peor estado de<br />

ánimo con el universo, esto debido a los<br />

arreglos que proporcionan una mayor<br />

textura a las canciones.<br />

Un dato curioso es el cover de “Let<br />

The Day Begin” el primer single lanzado<br />

por la banda. Originalmente de<br />

la banda del papá de Robert Levon llamada<br />

The Call en la cual se siente una<br />

especie de liberación emocional muy<br />

clara, bastante palpable, que sirve no<br />

sólo como un hermoso tributo a la memoria<br />

de Michael Been, sino de alguna<br />

forma marca el ritmo del disco. “Lose<br />

Yourself” también tiene el mismo toque<br />

melancólico.<br />

En general es un disco agradable,<br />

uno que todos los fans han disfrutado.<br />

Conforme lo he escuchado desde que<br />

lo conseguí, he descubierto que cada<br />

vez que le doy play a este disco, es de<br />

esos que crecen en uno. Y estoy seguro<br />

que para las personas que lo descubran<br />

será la misma experiencia. Si bien<br />

el ritmo tiende a arrastrarse a veces y<br />

en canciones como “Hate the Taste” y<br />

“Funny Games”, dos de las pistas más<br />

pesadas brindan un aporte de esa maraña<br />

de blues-rock muy característica de<br />

la banda.<br />

Este séptimo álbum es un ligero retorno<br />

a sus etapas más densas, pero de<br />

alguna forma más filtrada. Un sonido<br />

de rock de garaje como el de sus dos<br />

primeros discos, pero con una calidad<br />

más pulida. Sin embargo, mientras más<br />

evolucionan, crean riffs más memorables<br />

con suficiente fuerza para mantener<br />

nuestra atención.<br />

Otro dato interesante es que el disco<br />

fue grabado en su mayor parte en el<br />

estudio de Dave Grohl en Los Ángeles,<br />

en la misma consola de la que se habla<br />

en el excelente documental Sound City,<br />

dándole un toque más místico a las canciones<br />

por así decirlo. A mi parecer este<br />

disco le dio a la banda una nueva vida.<br />

Como si los dioses del rock les dieran<br />

una segunda oportunidad de continuar<br />

con lo que saben hacer. Con su propia<br />

música y conservar la parte autoral.<br />

Para este trío el camino aún tiene muchas<br />

sorpresas, como si tuvieran cosas<br />

que de alguna forma tienen que seguir<br />

purificando.<br />

“Pasamos dos años haciendo este disco,<br />

gracias por estar ahí para nosotros”,<br />

dice el guitarrista Peter Hayes.<br />

Tal vez eso explica como canción por<br />

canción este álbum está lleno de vida y<br />

oscuridad. De la melancolía del blues<br />

pero con otro feeling. Uno más esperanzador<br />

Ės increíble que hayan pasado 15<br />

años desde su espectacular debut. Con 7<br />

discos de estudio, pareciera que la banda<br />

está lejos de parar. Cruzo dedos porque<br />

la gasolina rockanrolera no se les termine<br />

aún.<br />

Pero ciertamente el tiempo ha volado<br />

y no puedo creerlo. Se me disolvió<br />

el tiempo como agua entre las manos,<br />

y eso de alguna forma me hace ir a lugares<br />

de mi pasado o de mi propia historia<br />

con la banda como otro fan más.<br />

Haciéndome extrañar los días en donde<br />

podía conducir mi viejo volkswagen por<br />

la noche sin un rumbo fijo solo por que<br />

sí. Prender la radio y escuchar buena<br />

música como ésta. <strong>No</strong> sé si será la nostalgia<br />

de los días de gloria del rock, o<br />

qué se yo. Pero esos días quedaron atrás<br />

en recuerdos que ya se vuelven un poco<br />

borrosos en mi cabeza y la música de la<br />

radio. Sus decadentes pop stars con sus<br />

canciones sobre traseros es lo más inteligente<br />

y trendy son lo mejor que pueden<br />

decir. Al final a quién se le puede<br />

echar la culpa. ¿A las masas que ya se<br />

cansaron de pensar un poco? ¿A nadie<br />

le gusta ya escuchar música que rete sus<br />

sentidos? ¿Se extinguieron los melómanos<br />

empedernidos ? Quién sabe. Solo<br />

sé que toda esa basura musical hace que<br />

mis oídos sangren y que mis dientes<br />

rechinen cuando la escucho. O tal vez<br />

simplemente voy entendiendo de que se<br />

trata hacerse viejo y convertirme en un<br />

fantasma.


Imágenes:<br />

Portada<br />

El grito.<br />

Fotografía.<br />

2014.<br />

Ensayos<br />

Sin título.<br />

De la serie<br />

Semana Santa en el centro.<br />

Fotografía.<br />

2011.<br />

Letras<br />

El poder de la palabra<br />

Fotografía.<br />

2015.<br />

Debate<br />

San Francisco de Asís<br />

De la serie<br />

Fábrica de Santos.<br />

2012.<br />

Arte<br />

La Consagración<br />

De la serie<br />

Dulce Mortificación.<br />

Fotografía.<br />

2014.<br />

Comentarios<br />

1. El Convite de Totonicapán.<br />

2. La Santísima Trinidad<br />

de San Simón.<br />

3. El poder de la palabra.<br />

Fotografía.<br />

Años: 2012, 2014 y 2015.<br />

Eny Roland Hernández<br />

(Guatemala, 1981)<br />

Artista autodidacta que inició su carrera en la<br />

ciudad de Guatemala como fotoperiodista de<br />

la sección cultural del periódico Siglo 21. Progresivamente<br />

se desarrolló en las técnicas del<br />

retrato, la fotografía urbana y editorial. En<br />

su obra fotográfica combina estéticas como el<br />

kitsch, pop art, religión, erotismo. Su propuesta<br />

se centra en las contradicciones de la religión,<br />

cuestionando los dogmas de la fe.<br />

Entre sus exhibiciones más recientes, entre<br />

otras, se encuentran:<br />

-Las penitentes de la Recolección. Exposición<br />

colectiva Entre Siglos. Museo Nacional de Arte<br />

Moderno Carlos Mérida. Guatemala. Diciembre,<br />

2015.<br />

-San Sebastián y la muerte. GuatePhoto 2015.<br />

Pared exterior Teatro Lux, Ciudad de Guatemala.<br />

<strong>No</strong>viembre, 2015.<br />

-El poder de la palabra (Ordets magt). Proyecto<br />

Galería Urbana. Metroselskabet Byens Hegn,<br />

Pride Copenhagen Dinamarca. Agosto, 2015.<br />

-Latinoamérica: Un pueblo al sur de Estados<br />

Unidos. Exposición Colectiva, Casa de América,<br />

PhotoEspaña 2015. Junio, 2015.<br />

-A(normal) Cuarto Oscuro. Exposición Colectiva<br />

La Casa - Cultura de Barrio. Agosto, 2015.<br />

-Arte en Mayo. Exposición Colectiva Museo<br />

Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida.<br />

Mayo, 2015.<br />

-El sueño interrumpido. Exposición Colectiva<br />

Centro Cultural Metropolitano. Enero, 2015.<br />

-30 years on the road. <strong>No</strong>cturno. Proyecto Galería<br />

Urbana. Art Center South Florida. <strong>No</strong>viembre,<br />

2014.<br />

-Intimidad compartida. Fotografías de los coleccionistas<br />

Juan Redón y Miguel Flores Castellanos.<br />

Bienal de Artes Visuales del Istmo<br />

Centroamericano (Bavic 09). Centro Cultural<br />

de España. Agosto, 2014.<br />

-Proyecto Galería Urbana. Intervenciones en<br />

los espacios de la Galería Piegatto Arte. Guatemala,<br />

agosto, 2014.<br />

-Se alquila / estado. Fotografía de gran formato,<br />

mural. Antiguo Edificio Hotel Ritz Continental.<br />

Junio, 2014.<br />

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Sobre los colaboradores:<br />

Luisa González-Reiche<br />

Guatemalteca. Directora en Heurística, Arte y Educación. Realizadora de capacitaciones<br />

docentes sobre nuevas metodologías de enseñanza, tales como Enseñanza para la<br />

Comprensión, Pensamiento Visible y Culturas de Pensamiento para maestros y educadores<br />

de preprimaria, primaria, nivel medio y diversificados. Asimismo es diseñadora y<br />

coordinadora del programa de Estudios Superiores en Fotografía y Gestión de Proyectos<br />

Fotográficos y Docentes de Teoría de la Imagen en la Fototeca, Guatemala. Realizó<br />

estudios en la Universidad Francisco Marroquín, en el Art Institute of Philadelphia y<br />

en GSE Harvard / Wide World Program.<br />

Pablo Bromo<br />

Carlos González Orellana<br />

Sergio Castañeda<br />

Joss Pinto<br />

Dulcinea Gramajo<br />

Cristian Garzaro<br />

Juan B. Juárez<br />

Leo de Soulas<br />

Denise Phé-Funchal<br />

Álvaro Sánchez<br />

Guatemalteco. Editor, poeta y reseñista de música. Colabora con diferentes revistas y<br />

ha publicado los libros Arbitraria Muchedumbre, A dos pasos, Alicia, SPAM y Stereo<br />

Offset. Su obra aparece en más de veinte antologías en Estados Unidos, México y<br />

Centroamérica. Dirige la editorial Vueltegato Editores y trabaja en mercadeo.<br />

Guatemalteco. Poeta. Ingeniero químico. Cursa estudios tanto de literatura como de<br />

maestría en filosofía en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Sus textos han<br />

sido publicados en algunas revistas de América Latina. Colaborador permamente de<br />

la revista Casi Literal.<br />

Guatemalteco. Cursa estudios de Historia y Ciencias Sociales en la Universidad de<br />

San Carlos de Guatemala. Integrante del seminario permanente de teoría crítica. Poeta<br />

y escritor. Escribe para el sitio virtual Casi Literal. Colabora para diversos espacios<br />

virtuales y desempeña un papel activo en las redes sociales. Está asimismo vinculado<br />

a redes comunitarias.<br />

Guatemalteca. Es poeta, periodista cultural y estudiante de curaduría de arte contemporáneo.<br />

Publicó el poemario Cartas íntimas (2015) con Chuleta de Cerdo Editorial<br />

en Quetzaltenango, y su poesía se encuentra en varias antologías de El Salvador, Guatemala<br />

y México. Ha participado en distintos festivales en la Ciudad de Guatemala y<br />

actualmente es co-editora de la revista esQuisses.net.<br />

Guatemalteca. Estudiante de literatura en la Universidad de San Carlos de Guatemala.<br />

Tiene una presencia activa en las redes sociales. Publica por vez primera.<br />

Guatemalteco. Una de las voces más estimulantes de la actual poesía guatemalteca. Sus<br />

innumerables viajes lo han dotado de una visión a un tiempo personal y cosmopolita.<br />

Es asimismo editor de poesía emergente, de la cual ha publicado poesía berlinesa, portuguesa<br />

y española. Poeta inatrapable, su poesía abreva en las distintas experiencias<br />

vividas y las que todavía están por vivirse.<br />

Guatemalteco. Cursó estudios de Filosofía y Letras. Uno de los críticos de arte más<br />

sólidos en el panorama artístico del país. Colabora asimismo para diversos medios<br />

culturales.<br />

Profesor de Educación Primaria Urbana del Instituto Rafael Aqueche y Bachiller en<br />

Arte con especialización en Teatro, egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático<br />

Carlos Figueroa Juárez. Tiene el título de Profesor en Enseñanza Media en Lengua<br />

y Literatura y el pensum cerrado en la Licenciatura en Letras de la Universidad de<br />

San Carlos. Ha desarrollado una carrera como actor de teatro en propuestas serias y,<br />

eventualmente, ha incursionado como director. Ha sido jurado calificador en distintos<br />

certámenes de dramaturgia. Ha publicado el libro Al borde del precipicio, con Letra<br />

Negra Editores, y diferentes artículos en diversos medios, entre ellos, la revista Conjunto,<br />

La Ermita, el blog Casi Literal, Diario Digital y República GT.<br />

Nació en la ciudad de Guatemala en 1977. Escritora y socióloga. Ha publicado Las<br />

Flores (novela, F&G Editores, 2007), Manual del Mundo Paraíso (poesía, Editorial<br />

Catafixia, 2010), Buenas Costumbres (cuento, F&G Editores, 2011), Ana sonríe (novela,<br />

F&G Editores, 2015) y La habitación de la memoria (novela, Alfaguara, 2015).<br />

Sus cuentos han sido publicados en antologías en Guatemala, El Salvador, Argentina,<br />

Chile, Estados Unidos, Honduras, Nicaragua, Suiza, Italia, México y Alemania.<br />

Artista gráfico y autodidacta radicado en la ciudad de Guatemala, ha colaborado y<br />

publicado en revistas de arte y diseño. Su obra ha sido expuesta en países como Italia,<br />

Francia, Alemania, España, Estados Unidos, Costa Rica, Ucrania, Suecia, <strong>No</strong>ruega,<br />

Grecia y ciudad de Guatemala, entre otros. La mayoría de sus obras están inspiradas<br />

en la literatura (Bukowski, Ginsberg y Kerouack) en pintura (Francis Bacon, Jean Michel<br />

Basquiat, Olivier de Sagazan, Hermann Nitsch) y cine (David Lynch, Jean Luc<br />

Godard, Jim Jarmusch), pero su inspiración es la ciudad de Guatemala y sus calles.<br />

Es asimismo un agudo y amplio conocedor de las expresiones del rock, blues y otras<br />

manifestaciones contraculturales, sobre las cuales escribe y publica periódicamente.<br />

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