Revista-USAC-No.-32
Revista-USAC-No.-32
Revista-USAC-No.-32
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1
Universidad de San Carlos<br />
de Guatemala<br />
Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo<br />
Rector<br />
Dr. Carlos Enrique Camey Rodas<br />
Secretario General<br />
Lic. Julio Sebastián Chilín<br />
Jefe de la División de<br />
Publicidad e Información<br />
Rafael Gutiérrez Esquivel<br />
Director de <strong>Revista</strong> <strong>USAC</strong><br />
Comité Editorial<br />
Julio Sebastián Chilín<br />
Roberto Ganddini Gudiel<br />
Raúl Monterroso<br />
Rafael Gutiérrez Esquivel<br />
Apoyo Administrativo<br />
Milvia Dardón<br />
Difusión Electrónica<br />
Jaime Cabrera Letona<br />
Lourdes Gallardo Shaul<br />
Colaboradores<br />
Juan B. Juárez / José Mejía/Dina Posada /<br />
Anabella Paiz / Miguel Ángel Barrios /<br />
Luis Díaz / Edelberto Torres-Rivas /<br />
Moisés Barrios / Javier Payeras /<br />
Luis Aceituno / Gustavo Berganza /<br />
Anabella Giracca<br />
Ilustración de portada,<br />
separadores e ilustraciones interiores<br />
Eny Roland Hernández<br />
Diseño<br />
Rafael Gutiérrez Esquivel /<br />
Alejandro Marré<br />
Diagramación<br />
Work And Feeling<br />
Abril-Junio / Número <strong>32</strong> / 2015<br />
Correspondencia y canje<br />
Universidad de San Carlos de Guatemala<br />
Ciudad Universitaria, zona 12 Ciudad<br />
Guatemala. Edificio de Rectoría,<br />
Oficina 310<br />
Teléfonos: (502) 24187640 y 24187642<br />
Correo electrónico:<br />
cazadorocote@gmail.com<br />
Ensayos<br />
Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
Mi David Bowie en tres acercamientos<br />
Un país incómodo<br />
Escritos radiográficos tras un año convulso<br />
Letras<br />
Poemas<br />
Poemas<br />
Poemas<br />
Relato<br />
Debate<br />
Treinta años de una democracia quimérica<br />
Arte<br />
Luisa González-Reiche / 5<br />
Pablo Bromo / 13<br />
Carlos González Orellana / 17<br />
Sergio Castañeda / 25<br />
Joss Pinto / 37<br />
Dulcinea Gramajo /40<br />
Cristian Garzaro / 43<br />
Juan B. Juárez / 47<br />
Leo de Soulas / 55<br />
De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland Hernández<br />
Denise Phé-Funchal / 73<br />
Comentario<br />
Fantasmas con chaqueta de cuero: Black Rebel Motorcycle Club<br />
Álvaro Sánchez / 83<br />
2
I<br />
ntenté, un par de veces, escribir sobre la obra de Eny Roland Hernández<br />
desde una perspectiva un tanto más académica, un tanto<br />
más sociológica e impersonal, pero era imposible quedar satisfecha<br />
con el resultado simple y sencillamente porque la misión<br />
del arte, del verdadero, es impactar, es dejarnos pensando en nuestra<br />
propia humanidad a partir del registro que un artista hace de las peripecias<br />
de la vida, de las contradicciones en las que nos vemos sumergidos<br />
al ser esta combinación divina y fatal de cuerpo y mente viviendo<br />
en un espacio cerrado –el mundo– y lleno de reglas –la sociedad–.<br />
La primera vez que vi el trabajo de Eny, fue una foto –que aparece<br />
en esta colección– que llenó de alegría mi alma y que guardo en la memoria<br />
para aquellos momentos en los que la vida necesita una sonrisa.<br />
Era un perro callejero cruzando la calle sobre una alfombra de semana<br />
santa. La gente lo miraba sin rabia, con sonrisas que se adivinaban en<br />
los ojos. Esa humanidad capaz de sonreír me dejó con ganas de conocer<br />
más del trabajo de este fotógrafo que ahora se perfila como uno de los<br />
mejores y que tiene lo que más aprecio en el arte: una voz propia. La<br />
colección de fotografías que aparece en esta revista muestra una visión<br />
más descarnada de la vida, las pasiones y la sensualidad, de la sexualidad<br />
que todos llevamos dentro y que ha sido domada, coartada por lo<br />
religioso –esencialmente–, por la prohibición de ser, cuando es precisamente<br />
la exploración de nosotros mismos y de los otros, lo que nos<br />
lleva a descubrirnos a través de las contradicciones, de los contrastes y<br />
de las semejanzas.<br />
Denise Phé-Funchal<br />
3
4
SUPERAR A NUESTROS<br />
PADRES Y SUS MITOS<br />
Luisa González-Reiche<br />
El psicoanálisis desde sus inicios hace<br />
referencia a la identidad del ser, desde la<br />
infancia, ligada a las figuras materna y paterna.<br />
Según Lacan, el niño ingresa a lo<br />
simbólico 1 a partir del reconocimiento de<br />
la autoridad del nombre del padre y de la<br />
ruptura que ello implica entre el niño y la<br />
madre. Para Freud las figuras materna y paterna<br />
estaban intrínsecamente atadas al pasado<br />
de todo individuo, son la frustración de<br />
sus deseos y de sus impulsos.<br />
A principios de los años ochenta, la psicoanalista<br />
François Dolto planteó que los<br />
hijos son los síntomas de sus padres. “Los<br />
hijos son los detectores de sus padres”, escribe,<br />
y agrega: “al traer a ese hijo al mundo<br />
lo perturbaron completamente al transferirle<br />
su propia vivencia arcaica. Es una relación<br />
de transferencia en lugar de una relación<br />
auténtica (…). Los padres desempeñan una<br />
función de objeto falseado por la repetición<br />
de su pasado en el hijo” (1982. P. <strong>32</strong>).<br />
Esta idea se conecta también con Freud,<br />
quien concibe el psicoanálisis como un proceso<br />
de excavación cuasi arqueológica del<br />
pasado del paciente. Así, más que la idea del<br />
lazo de carácter sexual entre el niño y sus<br />
padres, desarrolla una teoría alrededor de la<br />
Historia.<br />
En su obra El Malestar en la cultura<br />
(1929) Freud expone la idea de que la histeria<br />
y la psicosis de la sociedad de inicios del<br />
siglo XX en realidad se debían a la historia,<br />
es decir, al pasado. El pasado enferma a las<br />
personas (su pasado individual y el de su<br />
sociedad) pues ese pasado está fundamentado<br />
por la “moral burguesa” (ese producto<br />
contradictorio del progreso iluminista) que<br />
define a la civilización occidental, la cual<br />
se ha encargado de alejar cada vez más al<br />
individuo de su verdadera esencia, a la vez<br />
que ha profundizado en éste un sentimiento<br />
de culpa.<br />
Para Nietzsche la sociedad occidental<br />
era un sistema de deuda permanente con<br />
el ideal, algo contradictorio por naturaleza<br />
5
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
pues ese ideal es inalcanzable por ser irreal<br />
y lo único que produce es frustración, y<br />
también culpa. Nietzsche había mostrado en<br />
su genealogía (1887) cómo conceptos como<br />
ética y moral eran conceptos construidos<br />
por las sociedades a conveniencia de cada<br />
momento histórico y la manera cómo en<br />
nombre de dichos conceptos los entes de<br />
poder habían alejado a las personas de su<br />
verdadera fortaleza.<br />
Diversos pensadores occidentales, principalmente<br />
en la posmodernidad, harán referencia<br />
a la historia como una manera de<br />
comprender la fuente de los problemas sociales,<br />
sus instituciones fallidas y los discursos<br />
que los habían provocado.<br />
Descubrir gracias al estudio de la historia<br />
la raíz de las tradiciones, así como de<br />
la creación de las grandes verdades (que<br />
en la mayoría de casos no han hecho más<br />
que oprimir y manipular a las sociedades)<br />
ha sido un legado que muchos autores de la<br />
posmodernidad nos dejaron. Sin embargo<br />
esa noción no parece haber llegado a nuestra<br />
sociedad, tan urgida de cuestionarse a sí<br />
misma a partir de la comprensión de su propia<br />
historia.<br />
Vivimos en un país donde la sombra de<br />
nuestros padres sigue pesando sobre nosotros<br />
como una deuda impagable. <strong>No</strong>s hemos<br />
dedicado a consolidar las reglas y las<br />
convenciones del pasado casi afanosamente,<br />
aun ante la evidencia de su fracaso. Somos<br />
como ese hijo en la obra de Dolto, reflejo<br />
de los síntomas de sus padres y ese paciente<br />
histérico de Freud privado de su esencia<br />
y su libertad por culpa de su cultura, pero<br />
que conscientemente reprime esa esencia en<br />
función de una supuesta moral, fundamento<br />
de dicha cultura.<br />
A través del psicoanálisis, el individuo<br />
busca comprender su historia y conciliarse<br />
con ella. Al entender de dónde vienen sus<br />
frustraciones y sus síntomas, tendría la posibilidad<br />
de una vida más acorde a su realidad<br />
y a sus necesidades.<br />
La libre asociación es una manera de acceder<br />
a su propio pasado sin dejarse influir<br />
por la conciencia –esa parte forjada por la<br />
cultura y sus convencionalismos–.<br />
Partiendo de esas ideas, y sin pretensión<br />
de novedad, me atrevo a proponer un ejercicio<br />
psicoanalítico a nivel de sociedad en<br />
su forma más elemental: analicemos nuestra<br />
historia más allá de los mitos que nos rigen<br />
y conciliémonos con nosotros mismos.<br />
Historias e historias<br />
¿Qué es la historia? Una manera sencilla<br />
de responder a esta pregunta es que la historia<br />
es una sucesión de hechos en el tiempo,<br />
6
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
que han dado como resultado diversas culturas,<br />
conformadas por creencias, instituciones<br />
y particulares artefactos (encargados<br />
de hacer palpables las ideas construidas por<br />
cada cultura). <strong>No</strong> podemos caer en la idea<br />
de una sucesión lineal de hechos donde lo<br />
que viene siempre supera a lo anterior ni<br />
como un proceso de búsqueda y alcance de<br />
progreso. Cada momento histórico posee<br />
sus propios procesos y retrocesos.<br />
La historia del ser humano ha sido creada,<br />
a su vez, por historias. Según diversas<br />
teorías sobre la evolución del cerebro de la<br />
especie Homo Sapiens, su éxito radica en<br />
su posibilidad de lenguaje ficticio, es decir,<br />
nuestra capacidad de hablar de cosas que no<br />
existen (Harari, 2013).<br />
Esas historias inventadas nos dieron la<br />
posibilidad de colaborar de manera efectiva<br />
y flexible en grupos humanos cada vez mayores.<br />
Son las que definen una meta común:<br />
un mito fundacional, un imaginario colectivo<br />
que rija nuestro comportamiento, nuestra<br />
visión, nuestras decisiones.<br />
Así, una de las historias que más éxito<br />
ha tenido ha sido la de la religión. En<br />
ella se han justificado guerras, jerarquías,<br />
desigualdades que han contribuido a definir<br />
y a redefinir culturas. Con la llegada de la<br />
modernidad, el mito de la religión converge<br />
–y por momentos se pelea– con el mito<br />
del liberalismo y la visión nacionalista, una<br />
nueva historia en la cual se justificarían diferencias,<br />
coacción, manipulación y hasta<br />
crímenes en nombre de la “libertad”.<br />
Al día de hoy algunos grupos insisten<br />
en justificar y defender crímenes de lesa humanidad,<br />
siendo consecuentes con la visión<br />
capitalista contemporánea de que el crecimiento<br />
económico es el bien supremo y que<br />
la justicia, la libertad y la felicidad dependen<br />
de ese crecimiento.<br />
Cuando la economía se ve amenazada<br />
por la historia misma, se vale hasta negarla.<br />
“La praxis subversiva depende de<br />
la intransigencia de la teoría respecto a la<br />
inconsciencia con que la sociedad deja que<br />
el pensamiento se endurezca”, escriben<br />
Horkheimer y Adorno (1947, P. 33). Ese<br />
conjunto de historias han moldeado en cada<br />
cultura un ideario que define la manera en<br />
que la sociedad se concibe a sí misma, a la<br />
naturaleza, a la ciencia, las ideas y el conocimiento.<br />
La teoría del conocimiento, o epistemología,<br />
se va construyendo al lado de las<br />
historias más poderosas, las que rigen a la<br />
sociedad. Estas combinan saberes de la realidad<br />
objetiva con esa realidad subjetiva que<br />
se concibe como buena o necesaria.<br />
Esto implica que los conocimientos o<br />
saberes que la sociedad posee están restringidos<br />
hasta cierto punto. En la mayor parte<br />
de los casos sabremos lo que convenga saber<br />
o lo que el “orden imaginado” (Harari,<br />
2013) por excelencia –el episteme 2 de Foucault–<br />
defina.<br />
Hoy, por ejemplo, alrededor del mundo<br />
muchas publicaciones, programas educativos<br />
e incluso investigaciones científicas<br />
dependen del interés económico que haya<br />
detrás de estas, perdiendo de vista valiosos<br />
conocimientos. En su obra “Verdad y mentira<br />
en sentido extramoral” (1873) Nietzsche<br />
ya había hecho este planteamiento (Pp. 77<br />
– 97). Según él, los conceptos científicos<br />
son cadenas de metáforas ligadas a verdades<br />
aceptadas. Esto significa que hay otros<br />
saberes que se quedan restringidos a una mínima<br />
esfera de la sociedad y cuya influencia<br />
es demasiado débil como para llegar a influir<br />
la narrativa general.<br />
Foucault habla de saberes sometidos<br />
(1975, P. 27) para referirse a aquellos contenidos<br />
históricos presentes “pero enmascarados<br />
en coherencias funcionales o sistematizaciones<br />
formales” y a los saberes<br />
particulares, locales, regionales, diferenciales,<br />
incapaces de unanimidad, opuestos al<br />
saber general, los cuales son siempre descalificados<br />
por el sistema. Ambos tipos de<br />
saberes se mantienen limitados también en<br />
nuestra sociedad.<br />
La memoria se ha mantenido a raya<br />
mientras los “conocimientos” establecidos<br />
se han encargado de hacernos pensar que<br />
poseemos un entendimiento claro de la verdad<br />
y de nosotros mismos cuando en realidad<br />
es todo lo contrario. Abrazamos la<br />
tradición y evitamos el escepticismo a la<br />
vez que desconfiamos de lo nuevo y de lo<br />
que no nos pueda sacar de nuestro estado<br />
7
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
de confort; volteamos a ver con ojos de<br />
quien pide permiso a la autoridad antes de<br />
emitir nuestra “opinión” y despotricamos<br />
sin fundamento al sentirnos amenazados.<br />
Las verdades que gobiernan nuestra sociedad<br />
son verdades consensuadas en círculos<br />
reducidos basados en la protección<br />
de sus intereses. Las historias que definen<br />
nuestra cultura e incluso nuestra realidad<br />
objetiva han sido transmitidas de generación<br />
en generación con pequeñas variables,<br />
por momentos breves creando historias más<br />
acordes a nuestras necesidades, por momentos<br />
más largos regresando a las anteriores o<br />
creando otras aún más despóticas. Y somos<br />
nosotros, como sociedad, los que le damos<br />
vida a esas historias, perpetuando nuestros<br />
peores vicios. Nuestra cultura está definida<br />
por el egoísmo y la negación. Cardoza y<br />
Aragón (1955) escribe: “<strong>No</strong> salimos de nosotros<br />
y si lo hacemos no es para entablar el<br />
diálogo, sino para estallar encima del monólogo<br />
mismo”.<br />
Las nuevas generaciones heredan la tendencia<br />
a negar su realidad y a escaparse de<br />
sí mismos. Si pensamos en el papel que el<br />
alcohol, los ritos religiosos, el machismo –<br />
la figura autoritaria del Padre– y la violencia<br />
juegan en nuestra sociedad, es probable que<br />
todos estos elementos tengan una relación<br />
estrecha con ese sentimiento de enajenación<br />
y refuercen la represión.<br />
Nuestra historia es contradictoria. Hemos<br />
sido víctimas y victimarios. El liberalismo<br />
del siglo XIX, basado en el mito de la<br />
Ilustración, se integró a la derecha a partir<br />
de la segunda mitad del siglo XX, dando<br />
paso al nuevo mito de derecha versus izquierda.<br />
Esa derecha es una mezcla de conservadores<br />
(“cachurecos” del siglo anterior)<br />
y liberales. Una de las causas de dicha unión<br />
es el nexo de la izquierda con el ateísmo,<br />
algo que ni los liberales estaban dispuestos<br />
a aceptar, así como tampoco aceptarían las<br />
propuestas del mito socialista en relación al<br />
mercado y la propiedad. Esa derecha ahora<br />
se divide en el fanatismo religioso y el fanatismo<br />
capitalista. Ambos mitos –el del<br />
liberalismo y el de la religión– coinciden en<br />
una visión particular de un país: un país caracterizado<br />
por la censura, la desigualdad, la<br />
8
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
pobreza y la ignorancia. Para las dictaduras<br />
liberales de la primera mitad del siglo XX la<br />
educación fue secundaria, el credo “orden<br />
y progreso” que buscaron poner en práctica<br />
al pie de la letra, era ya una mezcla entre<br />
visiones antagónicas históricamente: el orden<br />
era un aspecto conservador mientras el<br />
progreso era liberal.<br />
Esta combinación implicaba que hasta<br />
que no hubiera orden no habría progreso.<br />
Los liberales, al día de hoy, conciben<br />
la educación como la última consecuencia<br />
de un sistema centrado en la economía: es<br />
el crecimiento económico y la generación<br />
de infraestructura la que dará lugar, eventualmente,<br />
a una sociedad educada. Y sólo<br />
cuando esa sociedad sea educada tendrá acceso<br />
a la participación política.<br />
Irónicamente, los hechos que desembocaron<br />
en la Revolución de 1944, se dieron<br />
gracias a la educación (los saberes particulares)<br />
que se desarrolló en la clase media,<br />
la que imposibilitó la extensión de la dictadura.<br />
La educación, sin embargo, sigue<br />
siendo un adoctrinamiento de los mitos dominantes,<br />
quizás un engaño. Más que formar,<br />
responden a estrategias de marketing o<br />
fundamentan sus “verdades” en seres imaginarios.<br />
En los años sesenta del siglo XX la crítica<br />
se convirtió en una tendencia filosófica<br />
de gran influencia social y cultural, partiendo<br />
de algunas de las propuestas de la Escuela<br />
Crítica de Frankfurt fundada en los años<br />
treinta. Para pensadores como Horkheimer,<br />
la teoría crítica buscaba la emancipación del<br />
hombre, actuando como una influencia liberadora<br />
y creando un mundo que satisfaciera<br />
las necesidades y fortalezas de los seres humanos<br />
(1972, 246).<br />
Esa emancipación significaba liberarse<br />
de circunstancias de dominación y opresión,<br />
a partir de identificar problemas en la realidad<br />
social, identificar factores para cambiar<br />
dicha realidad y brindar normas claras de<br />
criticismo así como metas prácticas y alcanzables<br />
para la transformación. Esto hacía<br />
sentido en una sociedad heredada del pensamiento<br />
hegeliano y la visión marxista de<br />
la filosofía como praxis. Sin embargo, tras<br />
la Segunda Guerra Mundial esa concepción<br />
9
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
de la historia y de la sociedad no parecían<br />
tener tanto sentido, y la posibilidad de integrar<br />
las complejidades sociales e históricas<br />
a una estructura o serie de normas basadas<br />
en un concepto de “verdad” resultaba inútil.<br />
La posmodernidad, a partir de la segunda<br />
mitad del siglo XX, desarrolló una<br />
una serie de prácticas críticas, estratégicas<br />
y retóricas que aplicaban ideas como diferencia,<br />
repetición, trazo, simulacro e hiperrealidad<br />
con el propósito de desestabilizar<br />
conceptos tradicionales como presencia,<br />
identidad, progreso histórico, certeza epistémica<br />
o significado unívoco 3 . Con énfasis<br />
en lo histórico, el posmodernismo encontró<br />
diversas maneras de explorar el pasado sin<br />
las restricciones del estructuralismo y la visión<br />
metadiscursiva de la modernidad.<br />
La idea de una narrativa coherente se<br />
pierde con la concepción de la autoridad.<br />
La posmodernidad se libera de la modernidad<br />
criticándola pero no pretendiendo sustituirla<br />
con nuevos moldes. Para Lyotard, la<br />
posmodernidad es, de hecho, no el fin de la<br />
modernidad sino su estado naciente (1979,<br />
79). La concepción posmoderna de la Historia<br />
no traza sucesos de manera lineal ni genera<br />
datos cuantitativos bajo criterios como<br />
el del progreso sino desmenuza el momento<br />
histórico para poner en evidencia los conceptos<br />
e instituciones que han dominado a<br />
las sociedades. La deconstrucción no impone<br />
un nuevo significado o interpretación a<br />
la lectura que hace de la historia sino señala<br />
sus incongruencias o contradicciones. Ese<br />
tipo de ejercicio no llegó a nuestro país 4 .<br />
Nuestro ejercicio histórico se ha limitado<br />
al señalamiento a través del lente del mito<br />
que cada quien ha heredado o ha elegido.<br />
Ahora estamos dando un salto desde la<br />
temprana modernidad en que nos encontramos<br />
hasta la hipermodernidad a causa de la<br />
globalización. La “disolución de la moral<br />
civilizada”, apunta Miller (2004).<br />
La modernidad nos hizo caer en la trampa<br />
de la Ilustración, nos dejamos guiar por la<br />
idea de “verdades absolutas”. Esas verdades<br />
autoritarias han definido nuestro camino,<br />
nuestras estructuras sociales, nuestras<br />
decisiones. El estructuralismo nos hizo ver<br />
10
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
la historia reducida a un compuesto cuya expresión<br />
estaba resuelta de antemano. Ahora,<br />
ignorando nuestro pasado, no habiendo sido<br />
capaces de entenderlo para entendernos a<br />
nosotros mismos, siendo autocríticos, le damos<br />
paso a un nuevo marco de referencia.<br />
La hipermodernidad es la explosión de la<br />
expresión total de los deseos individuales y<br />
la búsqueda de la autocomplacencia. Los jóvenes<br />
emprendedores marchan convencidos<br />
de que los sueños son la mejor guía y que la<br />
mejor herramienta para alcanzar la felicidad<br />
es “hacer cosas extraordinarias de la nada”.<br />
Lopovetsky (2005) afirma que la cultura<br />
occidental ha entrado a una fase definida<br />
por el “individuo hiper-moderno” producto<br />
del “triunfo americano del hiper-poder, el<br />
hiper-consumo y el hiper-narcisismo”.<br />
Por supuesto que esta tendencia no nos<br />
influye a todos por igual. Nuestra sociedad<br />
se caracteriza por estar conformada por burbujas<br />
que subsisten como universos paralelos,<br />
ajenos unos de otros, apenas mirándose<br />
sorprendidos de vez en cuando en momentáneos<br />
dejá-vu 5 . Mientras la hipermodernidad<br />
abraza con su corriente a un sector de<br />
nuestra sociedad, otro permanece en la modernidad<br />
temprana, osificada en sus propios<br />
mitos. “En ocasiones, no sabemos qué hacer<br />
y nos esforzamos en ser lo que no somos,<br />
y cargados de resentimiento embestimos<br />
contra lo europeo. Tal resentimiento es tan<br />
fuerte que negamos lo indígena y pasamos<br />
al menosprecio de lo que poseemos –firme<br />
y grande– y caemos en el extremo opuesto:<br />
europeísmo desenfrenado y falso” escribió<br />
Cardoza y Aragón (1955, 375).<br />
Hoy nos influye más la cultura de masas<br />
norteamericana y las aspiraciones de<br />
muchos de nuestros jóvenes citadinos se<br />
pueden resumir en el apellido de una familia<br />
artificial de televisión. ¿Estamos listos<br />
para analizar y cuestionar nuestra episteme?<br />
¿Podemos provocar una ruptura radical con<br />
los mitos? <strong>No</strong>s encontramos en un momento<br />
donde la posibilidad de explorar otras<br />
realidades, de estar en contacto con otras<br />
versiones de nosotros mismos, parece demandante.<br />
Nuestra historia es esa, nuestras<br />
faltas históricas aquellas. La culpa la tene-<br />
11
Luisa González-Reiche: Superar a nuestros padres y sus mitos<br />
mos todos y también la responsabilidad de<br />
permitirnos hacer algo. Nuestras acciones –<br />
manifestaciones– no pueden ser mediáticas<br />
pues mientras no sean conscientes de lo histórico<br />
resultarán aisladas.<br />
El pasado moldea nuestros anhelos,<br />
nuestras esperanzas, nuestros temores: nos<br />
limita. Enfrentar la historia, comprenderla<br />
y conciliarnos con esta podría significar liberarnos<br />
de sus instituciones y de sus mitos.<br />
Liberarnos del pasado mismo. Freud no<br />
pretendía curar a sus pacientes o ayudarlos<br />
a ser más felices pero sabía que una vez éstos<br />
identificaran las causas de su sufrimiento<br />
tendrían la posibilidad de una vida más<br />
llevadera.<br />
<strong>No</strong>tas<br />
1<br />
Accedemos a lo simbólico –al inconsciente– por<br />
medio del habla: verbalizando. El inconsciente es<br />
para Lacan el parlêtre. A diferencia de Freud, Lacan<br />
considera que el inconsciente no es el un lado irracional,<br />
anárquico, ligado a nuestros instintos animales<br />
(el id) sino que está estructurado como el lenguaje y<br />
que es un reflejo de la influencia de las estructuras<br />
externas y la interpretación que hacemos de éstas en<br />
nuestra imaginación.<br />
2 La episteme en la que los conocimientos, considerados<br />
fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor<br />
racional o a sus formas objetivas, hunden su positividad<br />
y “manifiestan así una historia que no es la de<br />
su perfección creciente, sino la de sus condiciones de<br />
posibilidad” (Foucault, 1966. P. 7).<br />
3 Posmodernism http://plato.stanford.edu/<br />
4<br />
Las ideas de la posmodernidad se quedaron y<br />
continúan restringidas al ámbito cultural, y más<br />
específicamente al arte contemporáneo, y más en teoría<br />
que en la práctica.<br />
5 Haciendo referencia a la teoría de Michiu Kaku<br />
(2006).<br />
12
MI DAVID BOWIE<br />
(EN TRES ACERCAMIENTOS)<br />
Pablo Bromo<br />
Strange fascination, fascinatingme.Changes are<br />
taking the pace I’m going through.<br />
Todos tenemos un David Bowie que idolatramos<br />
y celebramos a nuestra manera. Un<br />
David Bowie que nos inunda el corazón de<br />
ternura y paraliza nuestros sentidos con maquillaje,<br />
lentejuelas y euforia.<br />
Tu Bowie no tiene nada que ver con el<br />
mío, o tal vez sí, pero en una dimensión<br />
everettiana que estruja toda la música hasta<br />
desaparecerla y atomizarla en diminutas<br />
partículas que contienen todo el funk, rock,<br />
pop, soul y glam de la historia. <strong>No</strong> es fácil<br />
asimilarlo de un solo cuentazo, pero poco a<br />
poco se digiere como ayahuasca exquisita y<br />
el panorama completo va cediendo.<br />
Digamos que tu Bowie puede ser la<br />
ecuación perfecta del algoritmo musical<br />
que Bach (o Bartók) tenían trabado en la<br />
modorra intelectual que los agitaba y matematicalizaba<br />
todo el tiempo. En mi caso<br />
particular, mi Bowie tiene mucho que ver<br />
con omnipresencia y vacuidad infinita. Una<br />
especie de estalacmita que se erige desde el<br />
epicentro de la tristeza y explota los universos<br />
más desolados con una cuasi felicidad<br />
incierta («Far above the Moon, Planet Earth<br />
is blue and there’s nothing I can do…»,<br />
Bowie dixit).<br />
Por otro lado, puedo imaginar que tu<br />
Bowie y el mío están conectados. <strong>No</strong> lo<br />
dudo. Seguramente tu Bowie personal es un<br />
“Personal Jesus” que todo lo puede hasta en<br />
los tiempos más difíciles, donde sacar agua<br />
del pozo creativo es una mera tarea lógica<br />
que por necedad hacemos sensible. Pero a<br />
ver, vamos por partes. Mi Bowie tiene tres<br />
episodios cruciales que extrapolan situaciones<br />
y circunstancias disímiles totalmente<br />
encantadoras. Desde que me infectó con su<br />
genio (al igual que el Capitán Beto: Luis Alberto<br />
Spinetta) una hiedra sonora me sigue<br />
inyectando poesía, ternura y asombro.<br />
13
Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />
Mi Bowie tiene que ver con espaciotiempo,<br />
y más o menos así fue el acercamiento:<br />
1) Adolescencia. 2) Irreverencia. 3)<br />
Conciencia. De estos tres episodios puedo<br />
decir que está completo mi Bowie. Un tipo<br />
singular, atemporal, inspirador, poético,<br />
multifacético y hermoso. Todo en él acarrea<br />
vibraciones sinfónicas y experimentos<br />
valiosísimos que también inspiraron a muchos,<br />
sobre todo a estos “joyas”: Ian Curtis<br />
(Joy Division), Jarvis Cocker (Pulp), Robert<br />
Smith (The Cure), James Murphy (LCD<br />
Soundsystem), Kurt Cobain (Nirvana), Lou<br />
Reed (Velvet Underground), Brian Molko<br />
(Placebo), Freddy Mercury (Queen), David<br />
Graham (Depeche Mode), Trent Reznor<br />
(NIN), Alex Turner (Arctic Monkeys), The<br />
Smiths, Marilyn Manson, Lady Gaga, Vanilla<br />
Ice y demás. Pero bueno, quería hablarles<br />
de mi Bowie y sigamos adelante.<br />
1. ADOLESCENCIA o cuando Vanilla<br />
Ice y MC Hammer inundaban los repasos<br />
con Giorgo Bottinelli y pantalones<br />
pachucos<br />
Sucedían los repasos, esas fiestas inocentes<br />
en las que los nenes hormonales se<br />
ponían frente a una fila de nenas copetudas<br />
–a lo Cyndi Lauper o Madonna– para bailar<br />
14
Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />
un sinfín de canciones malas que salían de<br />
una radiograbadora ochentera con casetera<br />
y orillas cromadas. Las rolas: Los Chicos,<br />
Vilma Palma, Magneto, Timbiriche y otro<br />
repertorio de maldiciones en las que se colaban<br />
algunas “gringadas” como MC Hammer,<br />
Technotronic, Ace of Base o Vanilla<br />
Ice. De este último retumbaba la clásica:<br />
«All right stop, collaborate and listen…»,<br />
Robert Matthew Van Winkle dixit, su verdadero<br />
nombre. La línea rítmica era tan<br />
pegajosa que sólo daban ganas de bailarla.<br />
Esto, porque daba la casualidad que estaba<br />
inspirada en la famosa “Under Pressure”<br />
de Mercury con Bowie. Algo que Vanilla<br />
Ice repetiría con la homónima “Fame” de<br />
su siguiente disco: Rollem Up.<br />
Y así, mientras este rapero homenajeaba<br />
con sus samples al gran Bowie, una parte de<br />
mi niño adolescente se adentraba en lo que<br />
sería mi primer encuentro (aún desconocido)<br />
con toda su influencia y genio.<br />
2. IRREVERENCIA o cuando los Maxell<br />
Cromados eran la onda<br />
Tenía quince años, jugaba básquet y por<br />
las tardes escuchaba Nirvana, Pearl Jam,<br />
STP y esos grupos grunge de la época. Todo<br />
era incierto y un pasatiempo. Después de<br />
los entrenos, mi vieja pasaba por mí frente<br />
al colegio. Ya en el carro abría mi mochila<br />
y metía uno de mis dos casetes favoritos al<br />
estéreo: Nevermind o MTV Unplugged.<br />
La estridencia de Cobain parecía hipnotizarme<br />
junto a la línea de <strong>No</strong>voselic y el<br />
retumbo maravilloso de Grohl. Todo en su<br />
música era un delirio contenido, en especial<br />
con las versiones acústicas que parecían más<br />
melancólicas. Siempre fui melancólico, y<br />
ahí estaba el secreto que me conectaría con<br />
Bowie. De entre toda esa resonancia rebelde<br />
me encantaba rebobinar “The man who<br />
sold the world”, sin saber que era una rola<br />
de este canchito que había transformado la<br />
historia de la música décadas antes. Luego,<br />
años después con la llegada del Internet,<br />
supe que la canción no era de los peluditos<br />
de Nirvana sino de este tipo a quien le dediqué<br />
admiración bajando todas sus rolas en<br />
Kazaa y Audiogalaxy, ya cuando los Maxell<br />
Cromados estaban pasados de moda.<br />
Poco a poco, rolas como Space Oddity,<br />
Heroes, Diamond Dogs, China Girl, Modern<br />
Love, Sorrow, Ziggy Stardust, Let’s<br />
Dance, Changes y otras más se convertirían<br />
en la piedra angular de mis recién cumplidos<br />
veintidós años. Pero siempre recordaría<br />
a Cobain con esa guitarra misteriosa y ese<br />
cantadito espectral del cover, porque pare-<br />
15
Pablo Bromo: Mi David Bowie<br />
recía recordarme a un lugar que había existido<br />
en otro tiempo, un lugar que después<br />
descubrí con la llegada de Joy Division y el<br />
postpunk a mi disco duro.<br />
3. CONCIENCIA o cuando las fiestas<br />
duras duraban hasta el amanecer y la<br />
resaca era algo que se quitaba bailando<br />
Pasé mis veintes descubriendo y descu<br />
briendo música. De fiesta en fiesta me<br />
aprendía los nombres de bandas y cantantes<br />
que me gustaban. La lista es enorme pero<br />
empezó con cinco bandas que son el epicentro<br />
del poema: Joy Division, The Velvet<br />
Underground, The Cure, Depeche Mode y<br />
Placebo. Por estas cinco bandas conocí a<br />
otras cinco, y así a otras cinco, y así sucesivamente<br />
continúa la historia.<br />
De madrugada en madrugada o de afterparty<br />
en afterparty fui empapándome de<br />
todo lo que significaba Bowie. Toda la música<br />
de los ochentas y noventas me parecía<br />
tener un aire melancólico con el mejor sonido<br />
del Ziggy Stardust setentero, inclusive<br />
Arcade Fire, inclusive Beck, inclusive LCD<br />
Soundystem.<br />
Así, poco a poco, me fui dando cuenta que<br />
hay músicos que todo lo inspiran sin darse<br />
cuenta. Siempre hay esos Morrison, Dylan<br />
y Barrett que pasan por esta vida para dejar<br />
una estela de genio y buena racha. Con el<br />
tiempo, Bowie se me fue pegando más de lo<br />
quisiera. Todo en su música me pareció un<br />
ejercicio necesario y una fuerza que lo llenó<br />
todo de estruendo. Una especie de vara<br />
que mide lo que es bueno y un estandarte<br />
cabrón para futuras generaciones de artistas<br />
y músicos.<br />
Por eso está de más contarles que no tengo<br />
un disco favorito. Todos me parecen especiales<br />
en su hallazgo, poética y momento.<br />
Pero si me tocara recomendar alguno, claro<br />
que me quedo con Ziggy Stardust. O bueno,<br />
por qué no Heroes, o Let’s Dance o Hunky<br />
Dory. Ya ven, no puedo. Hay que escuchar<br />
a todos los Bowie. Empecemos con el tuyo<br />
o el mío.<br />
16
UN PAÍS INCÓMODO<br />
Carlos González Orellana<br />
Siempre que el perdón está al servicio de una finalidad, aunque sea noble y espiritual (rescate o redención,<br />
reconciliación, salvación) siempre que tiende a restablecer la normalidad (social, nacional, política, psicológica)<br />
mediante el trabajo del duelo, mediante alguna terapia o ecología de la memoria, entonces el perdón no es<br />
puro –ni su concepto–. El perdón no es, ni debería ser, ni normal ni normativo ni normalizador. Debería seguir<br />
siendo excepcional y extraordinario, a prueba de lo imposible: como si interrumpiera la corriente ordinaria de<br />
la temporalidad histórica.<br />
Jacques Derrida, citado por Paul Ricoeur. La memoria. La historia. El olvido.<br />
Observa el rebaño que está paciendo pasa ante ti: no sabe qué significa el ayer ni el hoy, salta de un lado para<br />
otro, come, descansa, digiere, salta de nuevo, y así de la mañana a la noche y día tras día, atado estrechamente,<br />
con su placer o dolor, al poste del momento y sin conocer, por esta razón, la tristeza ni el hastío.<br />
Friedrich Nietzsche. Consideraciones intempestivas.<br />
Hace unos días, conversábamos con unos<br />
compañeros del trabajo sobre las capturas<br />
recientes realizadas por el Ministerio Público<br />
contra los exmilitares vinculados con<br />
el terrible hallazgo de las osamentas encontradas<br />
en el Comando Regional de Entrenamiento<br />
de Operaciones de Paz (Creompaz).<br />
El argumento de uno de mis compañeros<br />
era que no había visto nunca un juicio<br />
contra exguerrilleros. Luego hablamos de<br />
las pruebas y las exhumaciones, pero como<br />
siempre sucede en estos casos, los sesgos<br />
ideológicos pueden más que la argumentación<br />
lógica.<br />
El nombre de la antigua zona militar 21<br />
encierra de por sí una verdad siniestra. Esa<br />
paz institucional cuya intención es imponer<br />
una forma de olvido está construida sobre<br />
un montón de huesos rotos, quebrantados,<br />
torturados. Sobre un montón de gritos olvidados<br />
y heridas abiertas.<br />
Pero ahí están las osamentas, testimonios<br />
silenciosos y terribles que evidencian y quebrantan<br />
cualquier sesgo, cualquier verdad a<br />
medias, cualquier sospecha.<br />
Como la mayoría de las ocasiones en las<br />
que se tocan estos temas, la conversación se<br />
evitó por ser un tema incómodo. Y pensé<br />
yo para mis adentros, en ese ratito, que por<br />
tratarse ni más ni menos que de nuestra historia<br />
reciente, el país en el que vivimos es<br />
un país incómodo. Así como evitamos hablar<br />
de la guerra, evitamos hablar también<br />
de los objetivos de desarrollo, de los índices<br />
17
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
de pobreza y de extrema pobreza. Hasta evitamos<br />
pasar por zonas marginales, o cerramos<br />
los vidrios de los carros para no ver la<br />
cara de la anciana indigente que se asoma a<br />
pedir limosna.<br />
Todos estos fenómenos de injusticia y<br />
desigualdad no resultan incómodos únicamente<br />
para las élites políticas y económicas<br />
(de hecho, es posible que sea a ellos a quienes<br />
menos incómodos resulten). Resultan<br />
incómodos para cualquier persona que pueda<br />
suplir de forma paupérrima sus necesidades<br />
vitales.<br />
Al ir de vacaciones, por ejemplo al área<br />
rural, procuramos hospedarnos en un hotel<br />
que nos ahorre el contacto con la gente, con<br />
la pobreza que a gritos está rodeando los sitios<br />
turísticos, las ventas de artesanías, los<br />
restaurantes, los paseítos en lancha. Sí, a<br />
cualquiera incomodaría esta situación. Pero<br />
en lugar de cuestionarnos, de adentrarnos en<br />
esa realidad profunda, en lugar de pensarnos<br />
como turistas extranjeros en otra Guatemala,<br />
elegimos mirar hacia otro lado, así como<br />
evitamos hablar de la guerra por temor a ser<br />
tachados de comunistas o de guerrilleros o<br />
de ignorantes.<br />
Las razones que se dan para desconocer<br />
y evitar de esa manera nuestra historia<br />
son varias. Por un lado está la amenaza que<br />
el conocimiento generalizado de la historia<br />
podría suponer en las luchas reivindicativas,<br />
y las consecuencias negativas que supondría<br />
para el régimen de conservación y<br />
distribución actual de la riqueza.<br />
Por otro lado, es parte de la política de<br />
la memoria, que señala Edgar Balsells en su<br />
libro Olvido o memoria. Dicha política busca<br />
ocultar y tergiversar los hechos ocurridos<br />
como parte de una desorientación de valores<br />
18
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
ideológicos y motivaciones políticas que<br />
conduce a la inacción y a la preservación<br />
de un statu quo de las condiciones estructurales<br />
que fueron las causas principales del<br />
conflicto armado mismo.<br />
Por otro lado, existe la postura que adopta<br />
el argumento de Friedrich Nietzsche, en<br />
la que se critica el exceso de la cultura histórica<br />
como un factor que impide el desarrollo<br />
de las sociedades. “El exceso de historia<br />
aniquila al hombre” (Nietzsche, 2002).<br />
Parte de este argumento cuestiona que al<br />
tener los ojos vueltos hacia el pasado, sería<br />
imposible emprender acciones nuevas, “seguir<br />
adelante como país”, de cara al futuro.<br />
La ley de reconciliación nacional (decreto<br />
número 145-1996) es un ejemplo de<br />
la ejecución de este tipo de argumentos en<br />
un grado jurídico. Para Nietzsche, el objeto<br />
último de bienestar es el concepto de vida<br />
(en su concepción pragmática). Para la ley<br />
guatemalteca, el objeto último es la paz:<br />
“obtener la paz constituye un interés nacional,<br />
primario e insoslayable” (Ley de reconciliación<br />
nacional, 1996).<br />
El texto nietzscheano, como bien señala<br />
Ricoeur, es claro en sus planteamientos,<br />
pero ambiguo en su resolución. A pesar de<br />
que va en defensa de lo ahistórico, adopta<br />
un posicionamiento opuesto radical, es decir,<br />
“anti-histórico”.<br />
Contradiciendo la premisa inicial del<br />
desarrollo de su discurso, que establecía en<br />
igual grado de necesidad la historia y la memoria,<br />
como el olvido para la vida. Sin embargo,<br />
en ningún momento de la argumentación<br />
establece las características y el grado<br />
de este equilibrio. Se trata de una consideración<br />
filosófica que puede malinterpretarse y<br />
tergiversarse como una justificación social.<br />
19
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
Que es como se ha hecho en países como<br />
el nuestro, en los que el pasado reciente (y<br />
remoto) representa problemas estructurales<br />
que empañan el desarrollo justo y equitativo<br />
de las relaciones económicas y sociales.<br />
¿Hacia dónde nos conduce el olvido de<br />
nuestra memoria? El perdón difícil es el título<br />
que Paul Ricoeur le da al epílogo de su<br />
libro La memoria, la historia, el olvido. Dicho<br />
libro es el penúltimo publicado por Ricoeur,<br />
luego de un extenso y vital ejercicio<br />
de profundización y reflexión humanística y<br />
filosófica. En él, el olvido es problematizado<br />
como un fenómeno más complejo que el<br />
cierre del ciclo constituido por la memoria<br />
y la historia.<br />
El olvido representa en primer lugar una<br />
amenaza, que evidencia la vulnerabilidad de<br />
la memoria y pone en riesgo el desarrollo<br />
epistemológico de la historia. Si nos ubicamos<br />
en el caso de Guatemala, el olvido está<br />
vinculado con un ejercicio de manipulación<br />
de la memoria.<br />
Es común que las instituciones educativas<br />
corran un tupido velo sobre la historia reciente<br />
para evitar tratar el tema del conflicto<br />
armado. Incluso, es posible que se niegue o<br />
que sea representado como una gesta heroica<br />
gracias a la cual hoy tenemos elecciones<br />
democráticas y podemos tomar Coca Cola<br />
y comer en McDonald’s mientras estamos<br />
conectados a Internet a través de nuestros<br />
teléfonos hechos en la maquila de un país<br />
extranjero con condiciones laborales igual<br />
de depauperadas que las nuestras.<br />
En primer lugar, debemos recordar que<br />
toda epopeya es un constructo retórico, que<br />
busca crear una obra literaria.<br />
En segundo lugar, las epopeyas que podemos<br />
leer hoy a través de la historia están<br />
hechas siguiendo el discurso de los vencedores<br />
1 .<br />
En tercer lugar, esta argumentación se<br />
vuelve inválida, ya que la epopeya es una<br />
construcción con valor literario y, vamos,<br />
es aberrante llamar epopeyas a todas las<br />
construcciones discursivas de los vencedores<br />
guatemaltecos. Este tipo de relatos surge<br />
gracias a la construcción de la subjetividad<br />
heroica de la posguerra. En este tipo de casos,<br />
contra la falsa epopeya está la historia,<br />
esclarecida y documentada. La labor de la<br />
Comisión para el Esclarecimiento Histórico<br />
(CEH, de aquí en adelante) es valiosísima<br />
para este fin, ya que representa una narración<br />
lejana en la medida de lo posible de los<br />
sesgos políticos.<br />
Dentro de ese tipo de ejercicios de duelo,<br />
fincados en el conocimiento mismo de<br />
la pérdida, es posible ejercer el perdón. El<br />
único perdón posible para la sociedad guatemalteca<br />
llegará el día que las condiciones<br />
de vida respondan a las necesidades de la<br />
totalidad de la población.<br />
Llegará el día que en las instituciones<br />
educativas el informe de conclusiones de la<br />
CEH: Guatemala, memoria del silencio, sea<br />
una lectura obligatoria y que aunado al desarrollo<br />
personal y al cuadro profesional de<br />
las personas se valore también la dimensión<br />
del conocimiento que tiene sobre su país.<br />
De lo contrario, estaremos inmersos en acciones<br />
fallidas, tratando de salvar un país<br />
que jamás llegó a conformarse como tal.<br />
La confrontación<br />
Las reacciones ante los juicios de los exmilitares<br />
vinculados con asesinatos civiles<br />
durante el conflicto armado se fundan en<br />
dos argumentos: primero reclaman que el<br />
juicio fue viciado por la ideologización del<br />
sistema de justicia. Argumento que resulta<br />
inválido, ya que tanto los militares como las<br />
fuerzas populares están sujetas a los dictámenes<br />
jurídicos del sistema.<br />
Por otro lado, el segundo argumento es<br />
recurrir a la rememoración del pasado desde<br />
la subjetividad heroica, diciendo que fue<br />
gracias a los militares que se evitó que las<br />
garras oscuras del comunismo se apoderaran<br />
del país. En conjunto con este argumento<br />
se estableció una compleja y enorme<br />
estructura de propaganda que satanizaba el<br />
comunismo como una especie de bestia infernal<br />
que devoraba a las naciones. Este último<br />
argumento es el más alarmante, ya que<br />
es inaudito que en pleno siglo XXI se sigan<br />
utilizando este tipo de fundamentalismos<br />
ideológicos. Sobre todo porque fue gracias<br />
a estos fundamentalismos absolutos que se<br />
llegaron a concebir las políticas y prácticas<br />
20
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
contrainsurgentes más inhumanas por parte<br />
del Estado en las décadas del conflicto. Lo<br />
que es inquietante y descorazonador es la<br />
existencia y la posibilidad de que se den aún<br />
este tipo de confrontaciones.<br />
Un fenómeno similar sucedió con el juicio<br />
por genocidio: es posible polarizar la sociedad<br />
en dos bandos completamente opuestos<br />
y que aflore el discurso del odio, con sólo<br />
mencionar el tema. Como recurso desesperado,<br />
se ha hablado del tema de la amnistía<br />
suscrita en la Ley de Reconciliación Nacional<br />
(aunque esta se refiere únicamente a<br />
crímenes políticos, no de lesa humanidad).<br />
La amnistía pone fin a graves desórdenes<br />
políticos que afectan a la paz social, que la<br />
amnistía interrumpe. Se distingue por la institución<br />
que instaura.<br />
Con astucia erudita, Paul Ricoeur señala<br />
que el parecido entre las palabras amnistía<br />
y amnesia no se limita al ámbito fonético,<br />
sino que finca sus raíces en el ámbito semántico-etimológico.<br />
La amnistía señala en<br />
realidad un pacto secreto con el olvido, con<br />
el negacionismo, con la amnesia.<br />
Un duelo inconcluso<br />
El ejercicio de duelo es esencial para la<br />
salud mental de una sociedad. Fundar una<br />
nación, un país, sobre la base del olvido es<br />
comenzar de nuevo un ciclo vicioso, que<br />
inevitablemente nos conducirá a su repetición.<br />
La falta de educación, hermana cómplice<br />
con la alienación, la pobreza y la memoria<br />
manipulada han generado un mandato de<br />
impunidad, dentro del cual, el cumplimiento<br />
de la norma es la excepción. De ahí que<br />
cuando esta se cumple, las reacciones son<br />
inmediatas.<br />
Ricoeur aborda el fenómeno del duelo y<br />
lo proyecta socialmente a partir de dos ensayos<br />
de Sigmund Freud: Rememoración, repetición,<br />
per-elaboración (1904) y El duelo<br />
y la melancolía (1915).<br />
En el primer ensayo, Ricoeur señala el<br />
peligro que para Freud implica la resistencia<br />
de la represión a remontar un hecho traumático<br />
a través de la memoria. Dicha represión<br />
conduce a una repetición compulsiva que<br />
21
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
tiende a replicar el hecho para sustituir el<br />
recuerdo. Al trasladar el análisis clínico al<br />
plano de la moral colectiva, la represión de<br />
hechos traumáticos a través de políticas de<br />
olvido violentas y sistemas de justicia amnésicos,<br />
conduciría inevitablemente a su<br />
réplica. El “trabajo de rememoración” se<br />
hace indispensable para liberar la conciencia<br />
moral colectiva del riesgo de la repetición<br />
compulsiva. En el segundo ensayo,<br />
Freud, citado y trabajado por Ricoeur, trata<br />
el tema del duelo en oposición al fenómeno<br />
de la melancolía.<br />
El duelo es la resistencia de la libido a la<br />
pérdida de un objeto o persona amada. La<br />
melancolía en cambio es un padecimiento<br />
sin objeto alguno, ejecutado desde un yo<br />
empobrecido. Al no haber trabajo de duelo,<br />
consciente de la pérdida, pueden erigirse, en<br />
la conciencia individual, sustitutos de valor:<br />
la patria, el trabajo, la libertad. De ahí la necesidad<br />
de desconfiar del discurso que trata<br />
de sustituir el trabajo del duelo por el amor<br />
a la patria y al progreso, que se trató con<br />
anterioridad y que se funda en el exceso de<br />
la memoria como obstáculo.<br />
La idea de progreso, de hecho, que se<br />
enarbola en la actualidad es de sí cuestionable,<br />
y este cuestionamiento se puede intensificar<br />
en países en vías de desarrollo, como<br />
el nuestro, en los que el ciclo del progreso<br />
está relacionado siempre con ciclos de generación<br />
del binomio dialéctico riqueza/<br />
pobreza, y el crecimiento de estas dos condiciones.<br />
Mientras no haya justicia, seguiremos<br />
divididos. Seguiremos entendiendo esa ficción<br />
de país que nos han creado como tal:<br />
élites urbanas que polarizan el poder económico<br />
y una especie de país subalterno, que<br />
tales élites desconocen.<br />
Ese país subalterno del cual los políticos<br />
han tratado de esconderse, protegiéndose<br />
a través de círculos privados de seguridad.<br />
Ese país subalterno que queda ahí, fuera de<br />
la garita de seguridad de las colonias privadas.<br />
Ese país subalterno que merece, según<br />
las élites urbanas, un salario mínimo (de por<br />
sí pírrico) menor al del promedio. Que no<br />
importa si muere en los hospitales porque<br />
no hay una sonda o un antibiótico. Llora<br />
san<br />
22
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
sangre que la memoria, matriz originaria<br />
de la historia, haya sido relegada como un<br />
obstáculo en las carreras de desarrollo empresarial.<br />
Llora sangre que aun hoy en día,<br />
las decisiones jurídicas de carácter penal<br />
que pesan sobre los responsables de los vejámenes<br />
acontecidos en el pasado, puedan<br />
llegar a ser un motivo para polarizar a la<br />
sociedad guatemalteca. ¿Por qué aún somos<br />
capaces de dividirnos? <strong>No</strong> se trata de buscar<br />
un culpable, un “enemigo interno”, alguien<br />
a quien echarle las culpas. Se trata solo de<br />
hacer justicia.<br />
Conclusión<br />
La petición ampliar la ley de amnistía sobre<br />
los delitos de lesa humanidad es mucho<br />
más seria de lo que aparenta. La consecuencia<br />
evidente es la impunidad y la injusticia<br />
social, que imposibilita la reconciliación.<br />
Si quien comete la falta no está capacitado<br />
para aceptarla como propia y hacerse<br />
responsable de ella, no puede existir por<br />
otro lado un perdón auténtico de la otra<br />
parte. Sin embargo, y salvando esta trágica<br />
consecuencia social, la petición atenta contra<br />
la constitución del sistema de justicia.<br />
Durante el conflicto armado, uno de los<br />
elementos del gobierno fue la suplantación<br />
de la acción judicial por medio de la instauración<br />
de un sistema punitivo ilegal dirigido<br />
por las estructuras de inteligencia militar<br />
(informe de la CEH, conclusión 9).<br />
El nuevo riesgo de mancillar el sistema<br />
de justicia es la reinstauración de un recurso<br />
manido del conflicto.<br />
La principal incomodidad que las personas<br />
conscientes tendrían que sentir de vivir<br />
en este país es precisamente la circunstancia<br />
del duelo inconcluso, ocasionado principalmente<br />
por la ausencia de un sistema de justicia<br />
eficaz.<br />
Por eso, los dictámenes que las cortes<br />
presenten contra los actores armados del<br />
conflicto, que no estén amparados por la ley<br />
de reconciliación nacional deben ser cuestionados<br />
únicamente en el ámbito legal, y<br />
no ideológico.<br />
La dificultad de fundar un proyecto nacional<br />
incluyente, participativo e igualitario<br />
23
Carlos González Orellana: Un país incómodo<br />
y de creer en una sociedad unida que sea<br />
crítica y consecuente con el aparato estatal<br />
radica principalmente en esa carencia,<br />
y en la discriminación étnica enquistada en<br />
el imaginario mestizo mayoritariamente. A<br />
manera de conclusión, me gustaría pensar<br />
en darle un voto de fe a la historia y a la<br />
verdad. Me gustaría pensar que en algunos<br />
años, recordaremos esta posguerra confundida<br />
por tantas tensiones económicas como<br />
otra etapa oscura de nuestro desarrollo histórico.<br />
Como la última etapa oscura que comenzó<br />
desde el establecimiento de la Colonia,<br />
y que continuó con la formulación de<br />
un proyecto de nación excluyente, injusto,<br />
heterosexual, y fundado sobre el mismo tipo<br />
colonial de relaciones comerciales.<br />
<strong>No</strong>tas<br />
1<br />
Un ejemplo tangible es la epopeya de la conquista de Guatemala, descrito por Severo Martínez en La patria del criollo.<br />
Bibliografía<br />
Balsells, E. A. (2009). Olvido o memoria. El dilema de la sociedad<br />
guatemalteca. Guatemala: Flacso.<br />
Comisión para el Esclarecimiento Histórico. (1999). Guatemala,<br />
memoria del silencio. Conclusiones y recomendaciones.<br />
Guatemala: Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones<br />
Unidas (UNOPS).<br />
Cortéz, B. (2012). Memorias del desencanto: el duelo postergado<br />
y la pérdida de una subjetividad heroica. En e. a. Beatriz<br />
Cortéz, (Per)Versiones de la modernidad. Literaturas, identidades<br />
y desplazamientos (págs. 259 - 280). Guatemala: F y G.<br />
nacional, L. d. (1996).<br />
Nietzsche, F. (2002). Consideraciones intempestivas (II): de la<br />
utilidad y los inconvenientes de la historia para la vida. Madrid:<br />
Alianza Editorial.<br />
Ricoeur, P. (2010). La memoria, la historia, el olvido (2a. edición<br />
ed.). (A. Neira, Trad.) Madrid: Trotta.<br />
24
Mariano Roberto Morales: Imagen, poder y política: Hacia un cine nacional<br />
ANÁLISIS RADIOGRÁFICO<br />
TRAS UN AÑO CONVULSO<br />
Sergio Castañeda<br />
Contexto coyuntural<br />
El 2015 ha quedado en la historia de<br />
Guatemala como un año de convulsiones<br />
constantes, de escenarios inesperados dentro<br />
del ámbito político y social, de un sube<br />
y baja de emociones que sin lugar a dudas<br />
han marcado nuestras sensibilidades como<br />
individuos y sociedad. Todo se desencadenó<br />
cuando la Comisión Internacional contra la<br />
Impunidad en Guatemala (CICIG) y el MP<br />
evidenciaron el desfalco y fraude aduanero<br />
realizado por una red criminal denominada<br />
“La línea” donde se sospecha estaban involucrados<br />
el Presidente de la Republica Otto<br />
Pérez Molina y la Vicepresidenta Roxana<br />
Baldetti entre otros funcionarios más. Lo<br />
que sucedió tras esto fue una coyuntura que<br />
nos trascendió a todos.<br />
Es tras este destape que el hartazgo social<br />
rebalsó y se comenzaron a dar movilizaciones,<br />
digamos espontáneas, por parte de<br />
la capa media urbana. Sí, de esa que en los<br />
últimos tiempos había permanecido apática<br />
e inactiva. Pero si bien fue la clase media<br />
la que tras revelarse esta situación salió a<br />
las calles a pronunciarse, posteriormente las<br />
movilizaciones comenzaron a madurar y se<br />
convertían poco a poco y en buena medida<br />
en una articulación interétnica, interclasista<br />
e intergeneracional. Fue, sin lugar a dudas,<br />
un escenario que se daba ante una sociedad<br />
que no estaba preparada para tal acontecimiento<br />
y donde varios colectivos reconocían<br />
lo imperante de la articulación de diversos<br />
sectores y de un accionar estratégico<br />
para que tras este despertar producto de un<br />
hartazgo social de décadas, pudiera accionarse<br />
el principio de un movimiento social<br />
que incidiera de tal forma que apuntara a<br />
dar paso a las soluciones estructurales que<br />
tanto se necesitan. Es decir, que iniciará a<br />
transformar radicalmente las estructuras del<br />
estado.<br />
Y es que a pesar de las dificultades que se<br />
iban dando para la unificación de una manera<br />
estratégica y de lo comprensible que resultaba<br />
que la diversidad de iniciativas que<br />
25
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
se desarrollaban para mostrar indignación<br />
tuvieran ciertos desfases o grados de desorganización,<br />
todo parecía apuntar a un verdadero<br />
despertar ciudadano (en cuanto al<br />
territorio capitalino, pues cabe recalcar que<br />
en el interior del país diversos grupos se han<br />
mantenido en resistencia inclusive durante<br />
siglos)donde las movilizaciones comenzaban<br />
a romper paradigmas así como reinventaban<br />
la estética de la protesta en el país.<br />
Con el pasar de los meses las movilizaciones<br />
masivas se continuaron dando los<br />
días sábados en el mayor de los casos, conformadas<br />
en buena parte por la clase media<br />
urbana pero donde también asistían diversos<br />
colectivos de ciudadanos que han incidido<br />
y vigilado al estado corruptor desde<br />
tiempo atrás y que ahora buscaban mantener<br />
la tensión política para que no decayera ese<br />
despertar tan necesario en tiempos oscuros.<br />
A estos colectivos se fueron sumando también<br />
organizaciones de estudiantes, tanto de<br />
la universidad de San Carlos de Guatemala<br />
como de universidades privadas y, como no<br />
podía ser de otra manera se contó con sectores<br />
populares organizados de indígenas y<br />
campesinos, donde por momentos parecía<br />
vislumbrarse esa luz que diera paso por fin a<br />
la tan necesaria unión entre campo y ciudad.<br />
Las consignas más pronunciadas durante<br />
las movilizaciones correspondían a la exigencia<br />
de la renuncia del binomio presidencial,<br />
así como a posponer las elecciones y<br />
llevar a cabo reformas a la ley electoral y de<br />
partidos políticos. Se comprende la primera<br />
como el rebalso de indignación ciudadana,<br />
como un precedente importante aunque sus<br />
efectos en las problemáticas sociales no<br />
iban mucho más allá de la coyuntura.<br />
Por el contrario, la segunda consigna<br />
apostaba a un tema más de fondo, a comenzar<br />
a tocar raíces del sistema para pensar en<br />
26
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
transformaciones radicales. El ocho de<br />
mayo renunciaba la Vicepresidenta Roxana<br />
Baldetti y el tres de septiembre el mandatario<br />
Otto Pérez Molina, se había creado un<br />
precedente, en buena parte gracias a la incidencia<br />
de la sociedad guatemalteca, no sería<br />
justo demeritar eso.<br />
Pero, a pesar de la alegría de ese momento,<br />
está claro que no se fue mucho más allá<br />
de la superficie.<br />
Si, la renuncia marcaba un precedente histórico<br />
pero también era una consecuencia<br />
de la fuerte influencia de la embajada estadounidense<br />
con la complicidad de las élites<br />
económicas del país, pues los exmandatarios<br />
representaban una clase política excesivamente<br />
cínica en su corrupción y ahora la<br />
desestabilización de su gobierno no cesaría,<br />
cosa que no convenía para quienes priorizan<br />
en la estabilidad de las relaciones dentro del<br />
denominado Triángulo <strong>No</strong>rte.<br />
Lo que sucedió a esto fue la designación<br />
como Presidente provisional, por los meses<br />
que restaban al oficialismo patriota, del Abogado<br />
y <strong>No</strong>tario Alejandro Maldonado Aguirre,<br />
quien ya había llevado a cabo funciones<br />
de diputación, magistratura y también<br />
había sido embajador de Guatemala ante la<br />
Organización de Naciones Unidas (ONU).<br />
Se trataba de un personaje –ya conocido–<br />
de la extrema derecha y quien apuntó a la<br />
continuidad de la política conservadora de<br />
la historia del país.<br />
El guión orquestado por la embajada estadounidense<br />
con la complicidad de la oligarquía<br />
nacional no permitiría la posposición<br />
del proceso electoral. Así que tras una fecha<br />
estratégica de la renuncia de Otto Pérez<br />
(tres días antes de las elecciones) y con la<br />
incapacidad de las movilizaciones por impedir<br />
el proceso electoral buena parte de la<br />
población despolitizada e indiferente hasta<br />
hace unos meses atrás –que no concibió que<br />
el problema más allá de un período presidencial,<br />
es sistémico– se volcó a las urnas<br />
creyendo que a través del sufragio podía venir<br />
algún tipo de cambio, pues tras la reciente<br />
renuncia había en el ambiente una especie<br />
de patriotismo, digamos, mediático.<br />
Así fue como las elecciones se llevaron<br />
a cabo el día domingo seis de septiembre<br />
en medio de un viciado proceso electoral,<br />
donde hubo evidentes campañas mediáticas<br />
contra uno de los candidatos punteros quien<br />
resultaba incómodo para cierto sector, ya<br />
que no cumplía con el perfil de sumisión y<br />
obediencia ante el poder hegemónico.<br />
Pegando un pequeño y necesario salto del<br />
ya mencionado proceso, situémonos en el<br />
catorce de enero, fecha donde tomó posesión<br />
como presidente un personaje con poca<br />
experiencia política y de pensar conservador,<br />
respaldado por militares implicados en<br />
el conflicto armado interno y la cúpula empresarial.<br />
Es así, pues, como al analizar lo acontecido<br />
estos meses vemos la diferencia entre un<br />
sector de la población que manifestó puro<br />
hartazgo y catarsis, así como otros ciudadanos<br />
desde su singularidad y algunos colectivos<br />
que comprendían la importancia de<br />
iniciar transformaciones de fondo, quienes<br />
no cedieron a la manipulación de los medios<br />
y apostaban a trabajar por soluciones<br />
27
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
estructurales ante las problemáticas que sufre<br />
día a día la gran mayoría y, muy alejados<br />
de los anteriores; la pequeña pero poderosa<br />
élite vinculada con la embajada estadounidense<br />
quienes por el bien de sus intereses,<br />
protegieron a toda costa la Alianza para la<br />
Prosperidad del Triángulo <strong>No</strong>rte de Centroamérica.<br />
Llegados hasta acá es momento de enfocarnos<br />
en las movilizaciones realizadas,<br />
verlas hacia adentro, así como de analizar<br />
el por qué en el país los sectores del centro<br />
hacia la izquierda no han podido incidir profundamente<br />
en los últimos años. Y es que en<br />
un país donde las crisis sociales aumentan<br />
críticamente, afectando a las masas, resulta<br />
irónico que la izquierda o incluso el progresismo<br />
tanto institucional como ciudadano<br />
organizado no cobren auge en las mayorías<br />
y sean los planes de las minorías con su neoconservadorismo<br />
político y neo-liberalismo<br />
económico quienes continúen imperando<br />
sin ningún tipo de regulación ni resistencia<br />
de peso significativo.<br />
¿Acaso, tras la reciente coyuntura, no<br />
era justamente la oportunidad idónea para<br />
que los sectores de izquierda fuesen quienes<br />
tomaran la batuta radicalizando las movilizaciones<br />
y orientando el camino para así<br />
madurar a un movimiento social fuerte y organizado?<br />
Por qué no se pudo incidir como<br />
era necesario para que se ejecutaran las reformas<br />
a la ley electoral y de partidos políticos<br />
y se llegara a un gobierno provisional<br />
conformado por personas que representaran<br />
realmente a todos los sectores del país.<br />
Está claro que esta coyuntura era una<br />
gran oportunidad para el comienzo de cambios<br />
radicales, sabiendo que este destape<br />
de corrupción no era más que otro efecto de<br />
las causas de un sistema creado a través del<br />
despojo, la explotación y la criminalidad.<br />
Si nos preguntamos el por qué no se ha<br />
podido incidir radicalmente en busca de<br />
transformaciones profundas en los últimos<br />
tiempos, no podemos dejar de un lado el<br />
triunfo ideológico conservador con su invención<br />
Sobre la dificultad de articulación<br />
y el accionar de la izquierda<br />
28
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
29<br />
vención del “anticomunismo”, que continúa<br />
vigente en el imaginario social.<br />
A esto se debe sumar la pobre incidencia<br />
de la izquierda institucional en los últimos<br />
años, que desemboca en la falta de credibilidad<br />
que le tiene gran parte de la población.<br />
Se debe, pues, escudriñar en qué se ha<br />
fallado, qué errores se han cometido en los<br />
últimos tiempos y qué acciones estériles se<br />
realizaron durante estas movilizaciones.<br />
Habrá que realizar, constantemente, como<br />
los viejos partidos comunistas de Europa, la<br />
autocrítica desde la mayor honestidad y radicalidad<br />
posible. Poner las barbas en remojo,<br />
tanto como partidos políticos, colectivos,<br />
plataformas, organizaciones estudiantiles o<br />
sencillamente como individuos que comulgan<br />
con ideas solidarias, humanistas y comprenden<br />
la necesidad de encaminar la lucha<br />
hacia cambios profundos.<br />
<strong>No</strong> se puede problematizar estas dificultades<br />
planteadas sin tomar en cuenta que en<br />
las últimas décadas resulta sumamente difícil<br />
la articulación como sociedad.<br />
Por supuesto que esto no es un producto<br />
casual, sino todo lo contrario, responde a un<br />
proyecto ideológico que ha logrado despolitizar<br />
a las mayorías, es decir, la prioridad de<br />
este proyecto de valores neoliberales consiste<br />
en alienar al individuo para conquistar<br />
su subjetividad y así éste carezca de pensamiento<br />
crítico y por ende, de interés por<br />
temáticas que necesitan de cierta profundidad.<br />
Porque si bien podemos denominar a<br />
este sistema imperante como un gran fracaso<br />
económico, también debemos ser claros<br />
en que representa un triunfo ideológico que<br />
sujeta a los individuos y los determina en<br />
su forma de ver el mundo, arrastrándolos a<br />
diversos digamos, delirios.<br />
Ese triunfo ideológico busca ir anulando<br />
la conciencia crítica y conducir a la normalización<br />
de observar y/o perpetrar vejaciones<br />
con total naturalidad como lo son la cosificación,<br />
la destrucción del medio ambiente y<br />
las inequidades más grandes en la historia<br />
de la humanidad.<br />
En Guatemala, tras el triunfo contrainsurgente,<br />
comienza a cimentarse este proyecto<br />
neoliberal de colonizar subjetividades a<br />
través de métodos educativos y mediáticos,
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
efecto que se evidenció en estas jornadas en<br />
la dificultad organizativa en un momento<br />
histórico que requería de estratégica y contundencia.<br />
Definitivamente la izquierda institucional<br />
tendría que tener esto muy claro, pues su deber<br />
es alcanzar el poder y para eso debe conseguir<br />
adeptos y no, por el contrario, buscar<br />
su catarsis con un grupo selecto, con los<br />
mismos de siempre. La izquierda partidista<br />
demostró una vez más ineficacia, cierto anacronismo,<br />
segregación producto de disputas<br />
internas y la poca importancia que le da a<br />
las demandas populares.<br />
<strong>No</strong> se pronunció a favor de la exigencia<br />
popular respecto a la posposición de elecciones,<br />
conformó el juego una vez más el<br />
seis de septiembre –día de la vergüenza nacional–<br />
y en las estadísticas evidenció nuevamente<br />
su debilidad. Claro, tal y como lo<br />
entiendo, considero que ante la inminente<br />
realización de las elecciones, los partidos<br />
de izquierda debían presentar candidatos a<br />
diputación, puesto que si bien son indiscutiblemente<br />
minoría, esto es mejor que no tener<br />
presencia alguna en el legislativo.<br />
Ahora bien, también estuvieron en constante<br />
accionar organizaciones de izquierda y<br />
progresistas como lo son los diversos colectivos<br />
urbanos y rurales, así como asociaciones<br />
estudiantiles que claramente marcaron<br />
distancia con la izquierda partidista.<br />
Resulta necesario reconocerles su incidencia<br />
y aportes, pues es justo admitir que<br />
crearon un precedente con sus acciones y<br />
algunos comenzaron a ejercer estrategias<br />
de incidencia más acordes a nuestro tiempo.<br />
Accionaron de tal forma que lograron<br />
estimular y convocar, lo que por transición<br />
sucedió fue el acercamiento de muchas<br />
personas, poco vinculadas a las demandas<br />
populares hasta hace unos meses, quienes<br />
decidieron unirse a estos colectivos pues su<br />
sensibilidad fue tocada y optaron por el interés<br />
de las problemáticas que aquejan a las<br />
mayorías.<br />
Estas organizaciones también iniciaron<br />
la tarea de reinventar la estética y las formas<br />
30
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
de hacer protesta, lo que es fundamental<br />
continuar trabajando. Claro, lo realizado<br />
no fue suficiente y ahora, tras la resaca de<br />
aquellas jornadas, tendrán que reconocer<br />
sus desaciertos y replantear sus estrategias.<br />
Hay cosas que por el bien del porvenir<br />
en cuanto a resistencia social se refiere no<br />
se pueden olvidar y deben tenerse en cuenta<br />
para la maduración de esta, como por ejemplo:<br />
que con lo sucedido en el año 2015 se<br />
puede hablar de movilizaciones pero no de<br />
un movimiento social, puesto que este no es<br />
efímero y si es necesario apela a acciones<br />
extrainstitucionales, solo por dar dos características.<br />
Se tendrá que reconocer que si<br />
bien alguna sector de académicos acudió a<br />
las calles realizando la denominada praxis,<br />
esto fue solo en cierta medida, pues también<br />
en otra vemos como el lenguaje técnico<br />
de los científicos sociales no trascendió<br />
el claustro debido a la incapacidad muchas<br />
veces de aterrizar y ejecutar ideas. Evidenciar<br />
a la izquierda institucional y parte de la<br />
de “a pie”, que continúa cayendo en manías<br />
de izquierdómetro; con símbolos y acciones<br />
similares con las que ha sido derrotada en<br />
varias ocasiones. Aprender a detectar a sujetos<br />
y ONGs que utilizan el paternalismo<br />
como negocio y se oponen desde la reacción<br />
a cualquier tipo de innovación en la lucha,<br />
pues no desean cambio alguno debido a que<br />
logran su comodidad económica con la continuidad<br />
del sistema.<br />
Transmutación de formas.<br />
Radicalizar para intentar crear<br />
un movimiento social<br />
Tengamos ahora claras todas las consideraciones<br />
del caso y para eso se debe reconocer<br />
los errores y las limitaciones, así como<br />
examinar la correlación de fuerzas y contra<br />
qué se continúa resistiendo. El panorama<br />
no es alentador pero la contemplación y la<br />
inacción burguesa definitivamente no son<br />
una opción. Por ello se deberá apostar por<br />
la articulación solidaria, por la organización<br />
cooperativa pero comprendiéndola y realizándodola<br />
a cabalidad. Habrá que aterrizar<br />
las teorías pues de qué sirve el lenguaje<br />
31
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
grandilocuente si no se llega a vincularse<br />
con las masas, si aún peor, existe una mayoría<br />
social que probablemente esté aburrida<br />
de las prácticas tradicionales de la izquierda<br />
guatemalteca.<br />
Si el imperativo categórico es encarar la<br />
lucha y la resistencia para así buscar soluciones<br />
estructurales y maneras de una vida<br />
más digna para las masas, entonces como<br />
sujetos incidentes se tendrá que comenzar<br />
a respetar justamente a estas y lograr su<br />
empatía, no desde paternalismos o caridad<br />
vertical, sino desde una vinculación cómplice<br />
de concebirnos como prójimos coincidiendo<br />
en principios de unidad y solidaridad<br />
horizontal y, para ello, se debe cambiar de<br />
fórmulas, pues lo que se ha venido haciendo<br />
sin lugar a dudas no ha funcionado del<br />
todo. Habrá que realizar cosas distintas. <strong>No</strong><br />
se trata de perder la esencia, el tema pasa<br />
por evolucionar en las formas.<br />
<strong>No</strong> se renunciará en lo más mínimo a los<br />
ideales revolucionarios ni al espíritu combativo,<br />
pero debemos aclararnos la garganta,<br />
bajar de los aires y hablar claro y contundente.<br />
La premisa es ir deconstruyendo ese<br />
individualismo arraigado y, por el contrario,<br />
lograr estimular el interés de quienes la despolitización<br />
y enajenación los ha invadido.<br />
Por lo tanto la importancia de la memoria<br />
histórica nuevamente salta a la luz, nos<br />
encandila, por suerte, de congruencia; pues<br />
al revisar los anales históricos que encausan<br />
su vista desde el compromiso crítico –y no<br />
<strong>32</strong>
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
desde la historia oficial escrita por el poder<br />
para apaciguar y dominar– nos muestran<br />
que el proyecto del anticomunismo, inyectado<br />
en América Latina y tan bien cimentado<br />
lamentablemente en Guatemala, condenó<br />
por igual a toda filosofía política que<br />
se opusiera al poder hegemónico. El cual,<br />
con esto, logró posicionar su discurso en<br />
las masas y tener el campo despejado para<br />
conquistar poder y capital controlando cualquier<br />
débil resistencia que surja.<br />
Para muestra un botón, en la actualidad<br />
se encuentra el poderío hegemónico de<br />
este país moviendo las piezas a su antojo,<br />
creando sus propias agendas de modelo<br />
económico y al cual no le incomoda en lo<br />
más mínimo percatarse que la resistencia<br />
ciudadana actualmente es pequeña y poco<br />
organizada con egolatrías y disputas internas.<br />
Parece que les encanta ver una resistencia<br />
hermética, repitiendo formas que no<br />
han dado mayor resultado positivo y que no<br />
logran sumar sujetos a las causas.<br />
Es por los hechos que no dejan lugar a<br />
dudas que considero de suma importancia la<br />
trasmutación en las formas sin el renunciamiento<br />
a los fondos.<br />
La organización y la disciplina son fundamentales<br />
pues la espontaneidad hedonista<br />
nunca ha fraguado cambios radicales en los<br />
terrenos políticos y económicos.<br />
Para recuperar el tejido social es necesario<br />
reivindicarnos con el prójimo y con la<br />
historia y para ello la radicalidad y la arti-<br />
33
Sergio Castañeda: Análisis radiográfico tras un año convulso<br />
culación son primordiales. Reconocer el<br />
problema de este sistema desde su raíz, emprender<br />
disciplinadamente el arduo trabajo<br />
desde la diversidad de tareas sin menospreciar<br />
unas de otras; labores como la construcción<br />
del pensamiento crítico a través de las<br />
letras y la docencia, el analizar como tocar<br />
ciertos temas sin causar polarización es un<br />
reto que se debe asumir claro, siempre brindando<br />
acompañamiento y seguimiento en<br />
las cortes a las víctimas del terrorismo de<br />
estado.<br />
Sería importante llevar a cabo proyectos<br />
de formación ciudadana en barrios y comunidades,<br />
creando células de diálogo político,<br />
así como mantener la presencia en las<br />
calles y realizar constantemente festivales<br />
artísticos en verdad comprometidos. El diálogo<br />
sobre las coyunturas con el vecino y el<br />
compañero a cualquier hora del día es fundamental.<br />
Habrá –y esto puede que moleste<br />
a más de algún dogmático– que utilizar un<br />
lenguaje, digámoslo así, mediático, cuando<br />
de convocatoria se trate, puesto que tras el<br />
sistémico proceso colonizador de mentes<br />
el cual ya se mencionó en este ensayo, es<br />
justamente a ese lenguaje al que responden<br />
una mayoría intergeneracional, interétnica e<br />
interclasista.<br />
Imperante es no confundir, por ejemplo,<br />
la importancia de llevar el marxismo como<br />
método de análisis y ejercer la “praxis”, con<br />
lo que dista mucho, como lo es caer en enfermedades<br />
infantiles. Fundamental resulta<br />
no confundir los procesos sociales con una<br />
competencia de incidencia donde se exige<br />
implícitamente reconocimiento y se menosprecia<br />
las luchas de otros actores, lo que al<br />
final facilita las políticas segregacionistas<br />
que ejercen los grupos de poder.<br />
Realizo una invitación a los diversos<br />
sectores izquierdistas y progresistas para<br />
que den la oportunidad a la autocrítica y así<br />
reflexionar sobre los modos de acción poco<br />
contundentes. Es momento de reconocer<br />
que las distintas luchas deben ser enlazadas<br />
para formar una red de articulación de resistencia<br />
anti-hegemónica, radical y consistente.<br />
Es válido equivocarse en el proceso,<br />
pero ya es hora de relacionarnos de forma<br />
más horizontal –sin caer en la ingenuidad de<br />
creer que no son necesarios liderazgos para<br />
encaminar las acciones, pues la historia no<br />
nos deja mentir acerca de lo necesarios que<br />
resultan estos–.<br />
Es momento, también, de comprender<br />
más allá del discurso, la riqueza de la multiplicidad<br />
y multiculturalidad para que así<br />
estas dejen de ser sinónimo de divisionismo<br />
y extremismos herméticos. Toca, por fin,<br />
contemplar lo trascendente del diálogo intergeneracional<br />
y erradicar esa falsa brecha<br />
segregacionista. Es hora, pues, de la trasmutación<br />
en las formas a la hora de accionar,<br />
pero nunca olvidado el fondo, es decir; los<br />
principios. Llegó la gozosa hora de emanciparnos<br />
para así aprender de los errores de<br />
antaño, madurar y comenzar a crear un verdadero<br />
movimiento social.<br />
34
35
36
Poesía de Joss Pinto<br />
I<br />
Jamás sabré qué es caer sobre un lago congelado<br />
y luchar contra mi propia fuerza.<br />
Viajaré por el mundo entero en busca de nieve,<br />
para contradecir pronósticos y las imágenes de mis infancias.<br />
Ante mis ojos hoy solo hay niebla.<br />
Estoy segura que en otras latitudes, mundos, espacios,<br />
el sol se viste de verde sobre llanuras menos tristes.<br />
Es imposible que la soledad pueda caber<br />
en un sitio como éste.<br />
Debo irme con lágrimas aún sobre los ojos<br />
para que todos sepan el mensaje de mis palabras<br />
y yo no olvide la intención de estos pasos.<br />
Viajaré en busca del aire que se acople<br />
a mis perforados pulmones,<br />
para ver finalmente un cambio de paisaje<br />
y sentir los pies congelados por diversión.<br />
37
Poesía de Joss Pinto<br />
Pero, ¿qué sé yo de geografía?<br />
si ante mis ojos solo hay montañas<br />
que me absorben como musgo<br />
y están ya demasiado húmedas para aceptar mi llanto.<br />
Qué sé yo si cuando digo África,<br />
sueño mujeres de oro<br />
esperando en línea a sus hijos vivos<br />
o digo Egipto y aún las aguas guardan<br />
niños legendarios.<br />
Qué se yo de geografía si en los libros<br />
nunca llovió en Venecia.<br />
Siempre me dijeron que no confiara en ojos ajenos,<br />
que percibiera el mundo desde mis errores.<br />
Por eso viajaré a tierras lejanas<br />
en busca del relieve que aún le falta a mi camino<br />
rodeado de vanidosos volcanes.<br />
Viajaré para desprender las imágenes<br />
de una tierra plana pintada de solo tres colores y estrellas.<br />
Qué sé yo de geografía sino aquello<br />
que me enseñaron en la escuela imaginaria.<br />
El relieve de los mapas es igual de abstracto<br />
Tal vez algún día lo intente,<br />
y así pueda traer las faldas<br />
de mis montañas tristes a nuevas tierras<br />
donde la emoción de sentir<br />
por primera vez frío, calor o sueño<br />
es la solución para caminar sola<br />
entre espejismos reales de mundos<br />
que solo descubriré soñando despierta.<br />
II<br />
¿Por qué intentar sanarme?<br />
Pelear con la desesperación<br />
¿Por qué intentarme?<br />
Juego con la palabra y trato de inventar un nuevo significado,<br />
pero todo ya está nombrado.<br />
¿Cuál es mi espacio sino puedo inventar el mundo?<br />
Dicen que lo que siento es vacío, que soy tristeza.<br />
¿Qué caso tiene inventarme de una forma diferente?<br />
Pensar que soy cielo o muerte.<br />
¿Qué acaso no se puede sentir lejos de la materia?<br />
Hoy preferiría no ser, no estar.<br />
38
Poesía de Joss Pinto<br />
Pero no hay palabra para nombrar mi ausencia en lo presente.<br />
Hay algo que aún no llega.<br />
<strong>No</strong> sé si pueda seguir esperando.<br />
III<br />
Soy el sueño de mí<br />
Un fracaso de la realidad que me dice<br />
Recorro un vacío en búsquedas de un devenir<br />
Hoy solo me encuentro palabra<br />
Debo decirme silencio.<br />
IV<br />
Te encuentro en la memoria,<br />
y recuerdo cuánto miedo le tenía al olvido.<br />
Me persigue la secuela de tu imagen.<br />
Resuenas.<br />
Aprendí a deletrearte para hacer más largo tu nombre.<br />
Pero te disuelves,<br />
en lo que tardo en pronunciarte.<br />
V<br />
Otro día aquí,<br />
inmóvil,<br />
con los gritos de la mente abandonándose<br />
en un ciego atardecer.<br />
Me he vuelto una caverna sin ventanas,<br />
y el oxígeno escasea.<br />
Inhalaciones contadas<br />
para sobrevivir<br />
un gris retorno al olvido.<br />
Nada puede surgir<br />
de la oscuridad de cueva<br />
el fuego ya fue inventado<br />
y ni el silencio sirve<br />
para rascar la muerte por la espalda y vivir<br />
con justificaciones para esconderme.<br />
39
Poesía de Dulcinea Gramajo<br />
Besos al borde de las profundidades<br />
A los treinta ya había escuchado al gran Charly García<br />
Había un ejército de copas de cristal<br />
impregnadas de violento rubí<br />
Coleccionaba recetas de cocina olvidadas<br />
en un rincón junto a Agatha Christie<br />
Las musas de Almodóvar<br />
estaban al borde de un ataque de nervios<br />
El corazón reclamaba una tregua<br />
Por las noches enfurecía<br />
Borracho de sombras y luna escarlata<br />
Mi enemiga íntima era la ironía<br />
A los treinta ya no viajaba con excesos de equipaje<br />
Bastaban un par de bragas y un labial color dulce vino tinto<br />
Me proclamé traficante de besos, libros y cuchillos<br />
Convertí en un arte las sonrisas prohibidas<br />
Intercambié melancolía por cinematografía<br />
Ya no confiaba en las pastillas<br />
Me automedicaba venenos más letales<br />
Como besos al borde de profundidades.<br />
40
Poesía de Dulcinea Gramajo<br />
Caperucita<br />
A Caperucita le aterrorizan los truenos<br />
Sin embargo,<br />
aprendió a domar lobos<br />
Sus labios desatan las fieras del bosque<br />
Su mirada se impregnó<br />
con el azabache profundo de la noche<br />
En su caperuza esconde lunas desveladas<br />
En su cesto pendulan mieles de higos<br />
Caperucita mordió el fruto prohibido<br />
Lo disfrutó y nadie le pudo vender culpas<br />
Ofrendó sus terribles dolores menstruales<br />
A una diosa milenaria<br />
Caperucita palpó los peligros del bosque<br />
Sabía que su vieja abuela no la podría proteger<br />
Caperucita arrojó sus tristezas en una hoguera<br />
Recolectó sus propios frutos<br />
Se armó con lirios salvajes<br />
Su pupila incendió una jauría<br />
Domingo<br />
El domingo huele a comida de la abuela<br />
Mientras los feligreses asisten a misa<br />
Yo leo poesía con el rímel corroído del día anterior<br />
Alterando mis ojeras.<br />
El repique de las campanas<br />
Hace un llamado a la congregación<br />
Mi llamado es la dulce lírica de Cerati<br />
Estallando en mis oídos.<br />
A las ocho de la mañana una mujer toca la puerta<br />
Me ofrece lirios fucsias<br />
Soy incapaz de regatear por su precio<br />
<strong>No</strong> hay escena más lamentable y vulgar que negociar la sutileza.<br />
Las flores de un Nazareno se cuelan por mi ventana<br />
Desafiando mi mirada con su púrpura insolente<br />
Me advirtieron que es un sacrilegio<br />
vivir frente a una iglesia y no asistir<br />
Para mí el sacrilegio sería no descubrir magia<br />
en el intimismo de la belleza.<br />
41
Poesía de Dulcinea Gramajo<br />
Reconstrucción<br />
Recojo mis pedazos<br />
Mis silencios<br />
Mis insultos<br />
Mi tragedia.<br />
Me volveré a armar<br />
Con una porcelana más resistente<br />
Me volveré a armar<br />
Con la ternura que me quisiste arrebatar<br />
Mi perfume ya no huele a ti<br />
Mi amnesia es implacable<br />
Ya no hace negocios<br />
Con ilusiones rotas<br />
El aire duele<br />
Es el síntoma de la resurrección<br />
Es la bocanada<br />
Anunciando la fuga de esta prisión.<br />
Tazas abismales<br />
Quita las tazas al borde de orillas abismales<br />
El fondo no tendrá piedad de ellas<br />
Será implacable ante su fragilidad<br />
<strong>No</strong> considerará la exquisitez de su material<br />
El golpe seco las partirá en un segundo<br />
El espejo reflejara el desastre<br />
El líquido derramado formará un charco<br />
Que nadie querá limpiar<br />
Quita las tazas al borde de orillas abismales<br />
El vértigo las atraerá<br />
Salpicarán en su inminente caída<br />
Los libros de Virginia Woolf<br />
Quita las tazas suicidas del borde de orillas abismales<br />
Darán un salto, buscando el carmín de tus labios<br />
Sin embargo, antes de quitarlas, no las trates de salvar<br />
Su artesano fue amante del precipicio.<br />
42
Poesía de Cristian Garzaro<br />
Gruta (esquirla)<br />
Lady X se perfora el pene,<br />
con una argolla de cristal sostiene la niebla<br />
electrocuta las formas<br />
descansa descalza en el humo,<br />
es montaña beso<br />
Omega Sur la cesárea de la boca<br />
sin la inmundicia del ojo<br />
describiremos la noche como saliva<br />
astilla sangrante en la mano del despierto<br />
son inútiles los obsequios bajo la adormidera<br />
que tiene cuatro esquinas y médico de cabecera<br />
loto azul<br />
si algún tipo de narcótico nos sirve será el oxígeno<br />
se reunió el martes con los vientos<br />
y vomitó una violencia que habitaba sus sueños<br />
escribió desde el reino medio:<br />
CARROÑA<br />
el Taj Majal es un inmenso crackhaus del río Yamuna<br />
y Ra, el joven, es la pureza y la fuerza lunar<br />
43
Poesía de Cristian Garzaro<br />
Gruta (esquirla <strong>No</strong>. 3)<br />
un vampiro fue la primera ruina,<br />
el oscuro capítulo en la vida de Jasón<br />
huyo con su madre conejo hacia la sal<br />
buscando al esposo del manantial <strong>No</strong>ruego<br />
patino y veo música caliente<br />
paro y es el año 288<br />
el año de la tragedia<br />
en donde la transgresión hizo planta común el silencio<br />
niño eléctrico<br />
tus pasos piedras hermoso flujo vital<br />
atraviesa a cristo<br />
bebe incestos<br />
llama a la puerta estoy hastiado<br />
un trueno ilumina la boca de Guinea Bissau<br />
yo yo yo<br />
yo yo yo<br />
yo yo yo<br />
9 RAVAL<br />
Canción de cuna para un bebé norcoreano (esquirla <strong>No</strong>. 1)<br />
Detrás de su maquinaria defectuosa<br />
dejo un papel escrito a mano<br />
un inmenso número telefónico<br />
con el código de Massachusetts (Cambridge)<br />
¿Cómo la sal sana las heridas?<br />
ver es exactamente lo mismo que sonar<br />
bebe hasta la mitad de la copa muérdete el labio superior<br />
y recuerda que un bombardero no tiene alma<br />
el sonido de una lavadora es hermoso<br />
elsonidoesunalavadora<br />
elsonidosuavedeunalavadora<br />
elsonidodeunalavadora<br />
elsonidohermosounalavadorade<br />
robot<br />
robot<br />
robot<br />
robot<br />
robot<br />
44
Poesía de Cristian Garzaro<br />
ahora eres suave y vegetal<br />
gelatinoso 8<br />
vertebral<br />
verbal<br />
viscoso<br />
robot<br />
bisonte de ojos negros<br />
no te olvides de mí<br />
piensa que cada pájaro tiene el nido que se merece<br />
toc toc toc toc<br />
toc toc toc toc<br />
toc toc toc toc<br />
una bola de fuego hace música en el firmamento<br />
45
Relato de Juan B. Juárez<br />
Antonio, el filósofo<br />
Hoy le dieron tres páginas en el suplemento cultural del periódico del<br />
domingo. Las dos fotografías de medio cuerpo mostraban a un hombre demasiado<br />
avejentado, quizás por los efectos de la quimioterapia que lo ha<br />
dejado sin un solo cabello y el rostro totalmente lampiño en el que se marcan<br />
demasiado las líneas que toda una vida llena de emociones dibujaron en esa<br />
piel que se mantuvo jovial durante demasiado tiempo, antes de marchitarse<br />
quizás demasiado abruptamente.<br />
Confieso que al decir abruptamente estoy especulando o simplemente proyectando<br />
mis deseos sin mucho disimulo, porque la verdad es que hace más<br />
de 20 años que no lo veo en persona, y que de todas maneras le encontré, tras<br />
esas arrugas, el mismo atractivo que hace muchos años me enloqueció. Además<br />
de las fotos, el reportaje incluía una pequeña entrevista en la que, a pesar<br />
de la superficialidad de las preguntas y la brevedad de las respuestas, no deja<br />
de brillar la chispa y la ironía que siempre brilló en sus labios finos cubiertos<br />
en parte por un bigote grueso y profuso y en sus ojos pequeños y achinados.<br />
<strong>No</strong> estoy segura de si me agradó verlo en esa revista popular y de gran<br />
tiraje que de todas maneras representa un reconocimiento a sus prolongadas<br />
y, al parecer, brillantes investigaciones en el campo de la historia del arte<br />
nacional: sus quince minutos de fama efímera, como quien dice, en un medio<br />
46
Relato de Juan B. Juárez<br />
que por otro lado, está destinado al olvido casi inmediato. Pero mi indecisión<br />
no va por allí. Después de todo ese tiempo, a mí tampoco me importan su<br />
fama efímera ni sus méritos permanentes.<br />
El caso es que en su momento yo lo amé con locura y él no me correspondió<br />
con la misma intensidad, absorbido como estaba por ese mundo artístico<br />
del que ya nunca salió, y que yo, por mi extrema juventud —mi confusión<br />
de adolescente sería más exacto—, o porque decididamente no era lo mío,<br />
no pude seguirlo por mucho tiempo. Para mí era un locura o una excentricidad<br />
muy propia de un joven que quiere distinguirse entre la multitud de<br />
hermanos y de amigos que siempre inundaban su casa, preocupados más por<br />
el futbol, los cantantes de moda y las incipientes aventuras amorosas que por<br />
los acontecimientos políticos que enturbiaban la vida cotidiana de aquellos<br />
años aciagos.<br />
Con los años, y ya en la facultad de Humanidades, a la que todavía lo<br />
acompañé un par de semestres, tuve que reconocer que sus inclinaciones<br />
artísticas e intelectuales no eran una simple locura sino que con ellas seguía<br />
algo así como el impulso más profundo de una vocación o un destino.<br />
Demás está decir que ya no eran sólo los libros, las bibliotecas y el tiempo<br />
que le dedicaba a la lectura y a la redacción de los trabajos de clase, sino<br />
también las discusiones con los compañeros, que se prolongaban hasta casi<br />
la medianoche y que, en mi caso, me significaban serios disgustos con mis<br />
padres que veían en peligro mi decencia y el honor del apellido. Yo era una<br />
chica de casa, egresada de colegio católico, de padres trabajadores, esforzados<br />
en progresar en lo económico y lo profesional, que desconfiaban del arte<br />
y la política hasta el grado de considerarlos como una especie de introducción<br />
al mal y a todos los vicios y perversidades que marcan la decadencia de<br />
la época y de la humanidad.<br />
Al poco tiempo a esas discusiones también empezaron a llegar otro tipo de<br />
personajes que hasta a mí me asustaron y llenaron de desconfianza. Los primeros<br />
eran los pintores y dibujantes que llevaban sus obras de crítica social<br />
y política, como decían ellos, y sobre las cuales los estudiantes y los otros<br />
invitados, obviamente experimentados oradores, opinaban incansablemente,<br />
no tanto sobre la calidad estética de las imágenes cuanto sobre el “contenido”<br />
de los cuadros, es decir las atrocidades que recogían de la mismísima<br />
realidad circundante. Todos hablaban con pasión, y algunos hasta lúcida y<br />
brillantemente.<br />
Antonio, mi Antonio, se estaba convirtiendo no sólo en un estudioso del<br />
arte sino en un intelectual comprometido con las grandes causas sociales,<br />
dueño de una autoridad moral que justificaba su indignación y su deseo de<br />
cambiar el estado de cosas que rige en este país desde hace siglos, a cambiar<br />
el mundo, como, según decían, le corresponde a cada nueva generación.<br />
Eran los tiempos en los que empezaba la represión política que preludiaba<br />
ya la guerra civil, y las reuniones y discusiones ya no se limitaban a la cafe-<br />
47
Relato de Juan B. Juárez<br />
tería de la facultad sino que se llevaban a cabo en las casas de ciertos personajesde<br />
oscura fama de conspiradores, a las que se asistía únicamente con<br />
invitación verbal comunicada con pocas horas de antelación. Así que para<br />
asistir, había que dejar de lado lo que uno estuviera haciendo, así fuera recibiendo<br />
clases, cenando con la familia o haciendo el amor con quien fuera<br />
(aunque en mi caso sólo con Antonio, siempre con Antonio).<br />
***<br />
El primer día de clases del segundo semestre apareció Julio, un nuevo<br />
compañero que el año anterior había abandonado los estudios para atender<br />
asuntos de vida o muerte, según nos confió días después a Antonio y a mí.<br />
Pero ese primer día, se presentó al pleno de la clase y dijo que regresaba a<br />
la facultad con muchas dificultades porque, precisamente por atender asuntos<br />
impostergables, había perdido la bolsa de estudios que le concedieron el año<br />
anterior, y que ahora necesitaba de un empleo urgentemente.<br />
Antonio se solidarizó inmediatamente con él y en el receso de las 7 p.m. lo<br />
invitamos a un café y a un pastel en una cafetería cercana a la facultad. <strong>No</strong>s<br />
contó que al día siguiente tenía una entrevista de trabajo en un colegio, pero<br />
que no tenía ropa para asistir. Antonio le ofreció prestarle su único traje y, al<br />
terminar las clases, se lo llevó a su casa para que lo fuera a traer, y a mí me<br />
mandó sola en el autobús de regreso a la mía.<br />
Julio fue una verdadera revelación, y a los pocos días era el amigo inseparable<br />
de Antonio, a cuya casa se pasó a vivir a la semana siguiente. En<br />
verdad regresaba de México, a donde había huido espectacularmente luego<br />
de haber participado en el secuestro de un embajador alemán y haber estado a<br />
punto de ser capturado por un chivatazo de uno de los conjurados. El equipaje<br />
que portaba era mínimo, quizás un par de mudadas y tal vez tres revólveres<br />
y cuatro escuadras de grueso calibre.<br />
A los pocos días dejó de buscar empleo y una buena noche nos invitó a<br />
cenar a un restaurante argentino de la avenida Reforma. <strong>No</strong>s fuimos en taxi<br />
y el vestía ropa nueva e informal pero insistió en usar una corbata amarilla<br />
que no le hacía ningún favor.<br />
Hizo que nos atendieran bien, pidió la mejor carne y el mejor vino y la<br />
pasamos rebién. A la hora de pagar, sacó de su billetera un manojo demasiado<br />
voluminoso de billetes altos y dejó una generosa propina. Caminando<br />
en busca de un taxi que nos llevara de regreso a casa, nos contó que el día<br />
anterior había asaltado el negocio por el que justamente pasábamos enfrente<br />
y que, por casualidad, había descubierto al traidor que los delató en el asunto<br />
del embajador alemán, y que a la mañana siguiente terminaría de arreglar ese<br />
tema pendiente.<br />
Al otro día, según me contó Antonio, salió muy temprano, mucho antes<br />
de que él se diera levantara, y se fue sigilosamente, y ya no regresó nunca.<br />
48
Relato de Juan B. Juárez<br />
Antonio sospechó que el supuesto traidor también lo había descubierto a<br />
él y se le adelantó a “madrugárselo”. Como al mes tuvimos algún indicio<br />
que confirmaba esta sospecha y decidimos revisar su pequeña maleta. Allí<br />
estaban las pistolas pero no había ninguna maleta de dinero que pudiéramos<br />
entregar a su familia, a quien ya habíamos localizado en una de las covachas<br />
que se levantaban a la orilla de la línea del ferrocarril. Con el armamento Antonio<br />
decidió que por el momento lo mejor era que él mismo lo conservara, y<br />
así lo hizo durante algunos meses, hasta que finalmente lo vendió a unos sus<br />
amigos finqueros de la Facultad de Agronomía.<br />
Para mí fue una pequeña decepción, pero que la dejé pasar sin prestarle<br />
demasiada atención al significado del gesto de deshacerse de las cosas de un<br />
amigo que había jugado en nuestras vidas y en nuestra formación política un<br />
papel simbólico tan importante.<br />
***<br />
Fue por esta época en que empecé a separarme de él, o mejor dicho que<br />
él empezó a abandonarme. Él dejaba todo por ir a la reunión, sin importarle<br />
mi estado físico o emocional, mi gana de seguir durmiendo o cogiendo, y de<br />
nada valían mis airados reclamos inmediatos ni mis silenciosos y tozudos<br />
resentimientos posteriores. Me dejaba sola, ahogándome en un mar de lágrimas,<br />
en una tormenta de ira o en un frío desierto de soledad y abandono.<br />
Finalmente dejé que se fuera. Me resigné a vivir sin él, aunque durante<br />
mucho tiempo, demasiado diría hoy, con la seguridad y la angustia de que<br />
se estaba involucrando en asuntos demasiado peligrosos que le podían traer<br />
muchos problemas no sólo con la ley sino también con las fuerzas oscuras<br />
que, atrás de los entramados legales, no se tentaban el alma para secuestrar,<br />
torturar, asesinar y desaparecer a la gente, y hacerla aparecer de nuevo en<br />
alguna banqueta de algún barrio céntrico o en la cuneta de algún camino<br />
marginal como un mensaje macabro y amedrentador. Pero mi Antonio estaba<br />
decidido, aunque según yo lo más seguro es que “lo habían decidido” con<br />
una especie de lavado de cerebro, y su vida estaba entonces ya más allá de<br />
mis ruegos y súplicas, de mi sentido común y de mi instinto de conservación.<br />
Y él simplemente se fue. Ni siquiera hizo el intento de convencerme o<br />
de postergar su partida hasta que me sintiera más calmada, y mientras se<br />
alejaba ni siquiera volteó la vista como para, a manera de despedida, verme<br />
por última vez. Luego, ni una llamada, ni una carta, ni un mensaje a través<br />
de un amigo o conocido. <strong>No</strong> es que se hubiera ido a la montaña o enrolado<br />
en la guerrilla urbana, sino simplemente se había liberado de mí, me había<br />
hecho a un lado como si se tratara de un lastre que le dificultara andar por los<br />
caminos que quería para su vida, casi lo mismo que lo que había hecho con<br />
las pistolas de Julio. Fue para mí un descubrimiento demasiado doloroso, y<br />
por allí empieza eso de no saber si me agradó verlo triunfante en esa revista,<br />
49
Relato de Juan B. Juárez<br />
avejentado pero de cierta manera intacto física y espiritualmente, pese a su<br />
enfermedad que, hoy sé, ya superó la etapa en que podía ser mortal. La depresión<br />
en la que yo caí, esa sí casi fue mortal. Pensé en el suicidio, o mejor<br />
dicho sentí dentro de mí el impulso de matarme, de tirarme del puente más<br />
alto, de envenenarme con pastillas o de cortarme las venas y morir lentamente<br />
en la bañera.<br />
Está claro que no lo hice, pero durante mucho tiempo sentí que algo en<br />
mí se estaba apagando, que mi espíritu estaba inmovilizado, temblando de<br />
miedo y al mismo tiempo a punto de congelarse en el fondo de un abismo<br />
oscuro erizado de aristas filosas que me desgarraban el alma. Hoy me gusta<br />
pensar que ese temblor no era de miedo sino de ira y que justamente fue la<br />
cólera lo que me sacó de la depresión y me salvó de la nada que me estaba<br />
carcomiendo por dentro.<br />
***<br />
Pasaron muchos años. Me casé con alguien a quien no le importó mi<br />
frialdad y que aceptó hacerse cargo de mi espíritu enfermizo y de mis afectos<br />
todavía trastornados por el abandono. Yo no me engañaba —ni lo engañaba<br />
a él— cuando decía que me casaba por despecho, que seguía amando y<br />
odiando a mi Antonio con todas las fuerzas de mi corazón.<br />
Como era de esperarse, las buenas intenciones de mi esposo no duraron<br />
lo suficiente como para sanar las profundas heridas de mi psiquis, ni su amor<br />
fue lo suficientemente fuerte como para soportar el cruel desprecio que en el<br />
fondo era lo único que sentía por él. En medio de esa atmósfera desangelada<br />
que era nuestro matrimonio, todavía nos dio tiempo de engendrar un hijo<br />
que, para colmo de males, nació con un defecto congénito del que no sobrevivió<br />
sino unos cuantos meses.<br />
***<br />
Otra vez la depresión y el deseo de desaparecer, mientras mi esposo se<br />
escapaba por los laberintos del alcohol no sin antes descargar sobre mi enflaquecido<br />
cuerpo su ira y su frustración con una paliza despiadada que me<br />
valió algunos días de internamiento en la sección de cuidados intensivos de<br />
un hospital público.<br />
Después que murió mi hijo y que mi esposo se fue, no quise regresar a<br />
casa de mis padres ni siquiera para convalecer, y me quedé viviendo sola<br />
en el pequeño apartamento en el que a mi alrededor se formaban pequeñas<br />
ondas como las que se crean cuando una piedra tirada desde la orilla cae en<br />
medio de una poza, como ecos que repetían las razones y los sentimientos de<br />
mi abandono.<br />
***<br />
50
Relato de Juan B. Juárez<br />
Una tarde cuando ya no esperaba que nada sucediera en mi vida, tocaron<br />
a la puerta de mi apartamento. Era Antonio. Se había enterado de mi tragedia<br />
y decidió buscarme para ofrecerme la ayuda y algún tipo de consuelo<br />
que me pudiera sacar de aquella crisis que tenía alarmados a mis padres. En<br />
verdad, fueron ellos los que le contaron y lo convencieron de hacerme aquella<br />
visita que me dio por creer que era espontánea y casual sin darme cuenta<br />
de su carácter humanitario y como paternalista. Y debo confesar que estuve<br />
a punto de caerme con la sorpresa y que no pude ocultar la alegría profunda<br />
que sentí en mi interior y que seguramente se traslucía en mi rostro turbado<br />
y tembloroso.<br />
Su inesperada visita y su conversación casual y optimista me hicieron<br />
mucho bien y casi no me percaté del cinismo que se escondía en sus nuevos<br />
“principios y estrategias ideológicas”, por llamarles de alguna manera. <strong>No</strong><br />
es que haya concebido nuevas esperanzas amorosas que cegaran mi espíritu<br />
crítico, sino fue simplemente el calor de un afecto que me pareció sincero y<br />
sin segundas intenciones. Quedó de llamarme para ver si alguna noche de<br />
esas me sentía con ánimos para salir a cenar y tomarnos una botella de vino,<br />
como en los viejos tiempos, solos los dos, sin la bulliciosa compañía de los<br />
revoltosos compañeros de nuestra juventud revolucionaria. Y así fue.<br />
A los pocos días me llamó y esa misma noche fuimos a un restaurante<br />
que estaba de moda por aquellos días, con mucha gente y mucha luz como<br />
para que nadie pensara que se trataba de una reunión romántica. Seguía<br />
soltero, pero no porque le faltaran las mujeres sino porque le interesaban<br />
más sus libros, sus estudios y también las clases que impartía y que se le<br />
daban muy bien. Las mujeres ahí estaban, pero pronto se ponían exigentes<br />
y se aburrían que la relación, según él, hermosa como era, no evolucionara<br />
a algo más serio, y terminaban por dejarlo. Y él, contento de que se alejaran<br />
sin violencia, sin escenas patéticas, ni resentimientos, sino más bien felices,<br />
con la autoestima en alto por haber tomado una decisión inteligente, madura<br />
y oportuna.<br />
Algo que, obviamente, en su momento yo no pude hacer, y de allí que la<br />
cena terminara secretamente muy mal para mí. Ciertamente Antonio no tenía<br />
segundas intenciones para conmigo, ni primeras ni terceras, a decir verdad.<br />
Él, en lo emocional, no había cambiado nada. Seguía siendo el mismo de<br />
siempre aunque con el cinismo más pronunciado que en los días de nuestra<br />
juventud, pero inconsciente de ese rasgo que se le escondía a las luces de sus<br />
ambiciones académicas y literarias.<br />
<strong>No</strong> esperaba, sino estaba seguro, sin mucha emoción por cierto, que yo<br />
caería otra vez en sus brazos y que lo amaría intensamente mientras él seguiría<br />
concentrado en sus lecturas, en las conversaciones con sus estudiantes<br />
o en la escritura de sus ensayos, que yo funcionaría para él justamente<br />
como si fuera una copa de vino que resulta estimulante mientras uno no se<br />
emborrache, se enamore o se vuelva adicto. Pero de todas maneras, fue una<br />
51
Relato de Juan B. Juárez<br />
experiencia liberadora, como a él le gustaba llamar a las situaciones críticas<br />
de las que prefería evadirse por el lado egoísta. Con el pretexto de que pronto<br />
regresaría a trabajar, dejé abierta la fecha de la próxima cita, sin comprometerme<br />
demasiado ni dar muestras de ansiedad o frustración, pero en el fondo<br />
decidida a no responder sus llamadas ni recibirlo nuevamente en mi casa.<br />
***<br />
Después de otros 20 años no es que lo haya olvidado. De hecho, algunas<br />
veces ha caído en mis manos más de una revista especializada y he leído con<br />
gusto y con provecho sus interesantes ensayos. Yo soy la primera en reconocer<br />
que escribe muy bien. <strong>No</strong> es sólo su erudición y su dominio del tema, sino<br />
sobre todo sus conjeturas psicológicas y la forma sutil y convincente con la<br />
que ata ideas aparentemente desconectadas, como metáforas filosóficas hilvanadas<br />
con hilos poéticos que, a la postre, resultan muy sugerentes, aunque<br />
no sean del todo consistentes como argumentos.<br />
De manera que no hay razón para que le niegue el mérito de aparecer en<br />
esa revista popular, protagonizando un gran papel de intelectual e investigador.<br />
Lo que sí es cierto es que no estoy segura de alegrarme de lo que tuvo<br />
que pagar por eso.<br />
Me veo en él, en cada una de sus arrugas y en su frente brillante y en sus<br />
ojos que parecen mirar para dentro, como viendo su propio vacío interior,<br />
que es de la misma especie que el que me apagaba la vida cuando atravesaba<br />
aquel abismo frío y oscuro.<br />
52
53
54
TREINTA AÑOS DE UNA<br />
DEMOCRACIA QUIMÉRICA<br />
Leo de Soulas<br />
Aunque oficialmente el conflicto armado<br />
finalizó el 29 de diciembre de 1996, la<br />
instauración de la democracia significó el<br />
fin del período más cruento de los 36 años<br />
de conflicto. De ahí que sea conveniente<br />
señalar que el arribo de la Democracia<br />
Cristiana al poder, en 1986, representó un<br />
cambio significativo en la historia del país,<br />
no por la llegada de este partido –porque<br />
su advenimiento fue una cuestión de suerte<br />
histórica–, sino por lo que implicó en el<br />
devenir de sucesos que habían acontecido<br />
en las últimas décadas. Ante el predominio<br />
de regímenes militares surgió la necesidad<br />
de buscar alternativas que superaran el esquema<br />
de administración castrense, que tan<br />
profundas heridas había dejado en el país.<br />
<strong>No</strong> obstante, la restauración de gobiernos<br />
civiles constituyó una oportunidad para<br />
dar seguimiento al proyecto democrático<br />
que se vio interrumpido luego de la caída<br />
de Jacobo Árbenz en 1954. Sin embargo,<br />
aunque el sistema democrático se logró<br />
restablecer con éxito en lo relativo al tema<br />
electoral, la sociedad guatemalteca todavía<br />
se encontraba demasiado lejos de alcanzar<br />
una democracia plena, puesto que los vicios<br />
cimentados tras largos gobiernos de represión<br />
y abuso dieron como resultado una nación<br />
traumatizada, violenta y dominada por<br />
el miedo.<br />
Ante un panorama como este, era de<br />
esperarse que solo un proceso de ensayo y<br />
error fuera capaz de ir recuperando el equilibrio<br />
de la dinámica social, tal y como parece<br />
demostrarlo la historia de tres décadas<br />
de gobiernos que, muy a pesar de ellos y de<br />
la población, han ido tanteando lentamente,<br />
con aciertos y retrocesos, la configuración<br />
de un proyecto de nación. Esto quiere decir<br />
que, más que un “tomar conciencia” repentino<br />
de las mieles de la democracia y de los<br />
fatales resultados que signaron con sangre<br />
y oscuridad el ocaso de los gobiernos militares,<br />
pareciera que las administraciones<br />
de las últimas tres décadas se entregaron a<br />
55
perpetuar un sistema de corrupción cuyos<br />
tentáculos, hoy más que nunca, se hacen visibles<br />
en la nación fallida y desfalcada que<br />
hemos heredado.<br />
La famosa llegada de la “era democrática”<br />
no quiere decir que la sucesión de<br />
gobiernos civiles de las últimas tres décadas<br />
hayan marcado, hasta el día de hoy, un<br />
cambio cualitativo hacia el camino de la<br />
democracia y el desarrollo del país ni que<br />
los “poderes ocultos” que han gobernado a<br />
Guatemala desde los albores de la nación<br />
hayan renunciado a la cuota de poder que<br />
los alimenta. Por el contrario, estos grupos<br />
56
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
han permanecido tras bambalinas cual hábiles<br />
titiriteros dirigiendo los destinos y<br />
reduciendo al mínimo las posibilidades de<br />
generar cambios estructurales en la sociedad,<br />
precisamente porque la conservación<br />
de este sistema de cosas es adecuado y compatible<br />
a sus propios intereses de clase.<br />
<strong>No</strong> es de extrañar que Guatemala, siendo<br />
la antigua capital de la Capitanía General,<br />
sea hoy el país más conservador del área<br />
y, por lo tanto, más reacio a los cambios.<br />
Pero el iluso “orgullo” de haber sido la<br />
capital del Reino tiene una explicación que<br />
va más allá de un rasgo identitario. Es un<br />
sentimiento que se viene construyendo porque<br />
precisamente perpetúa y legitima una<br />
serie de privilegios adquiridos por una clase<br />
dominante.<br />
Resulta claro, entonces, que en aras de<br />
proteger sus propios intereses, esta clase se<br />
convierta en el principal obstáculo para generar<br />
cambios coyunturales.<br />
De ahí que estos grupos, en su afán por<br />
monopolizar la riqueza y cohesionar su<br />
poder, desplieguen toda una serie de estrategias<br />
destinadas a cimentar su posición:<br />
educan a una creciente clase media bajo los<br />
principios del liberalismo; se valen de las<br />
iglesias para implementar a nivel masivo un<br />
falso sistema de valores morales que intentan<br />
con éxito dormir la conciencia crítica y<br />
demonizar todo aquello que represente una<br />
amenaza; despliegan recursos económicos<br />
para mantener en los tres poderes a personas<br />
que representen sus intereses, de manera<br />
que las leyes y el sistema de derecho<br />
no es más que la base jurídica que protege<br />
y garantiza sus utilidades; de ser necesario,<br />
recurren a la fuerza por medio de su policía<br />
privada, representada en el ejército, para<br />
imponer sus ideas y decisiones.<br />
Solo un sistema como tal, que además<br />
crea la ilusión de vivir bajo libertad, explica<br />
por qué en treinta años los gobiernos que<br />
han desfilado en la dirección del aparato<br />
estatal se mantienen en una amodorrada situación<br />
de estatismo, la cual pareciera que<br />
no promoverá cambios cualitativos durante<br />
muchos años más. De esto se puede deducir<br />
que una de las características que identifica<br />
a este conjunto de gobiernos es, más allá de<br />
su mediocridad, la incapacidad que tienen<br />
para generar un proyecto de desarrollo para<br />
la nación en todos los órdenes. Los gobiernos<br />
que han desfilado a lo largo de estas tres<br />
décadas constituyen una muestra de ese estancamiento<br />
en el que el país se ha quedado<br />
encharcado, y a menos que suceda un hecho<br />
extraordinario, estaremos condenados a una<br />
inamovilidad que perdurará hasta el desgaste.<br />
En lugar de ello, los regímenes “democráticos”<br />
solo han conseguido convertirse en<br />
una última radiografía del estado canceroso<br />
de nuestra sociedad, que ha pasado por un<br />
largo período de deterioro determinado por<br />
las relaciones de poder con hondas raíces<br />
coloniales. Los gobiernos de turno tan solo<br />
han sido agentes perpetuadores de ese sistema<br />
de desigualdades y ninguno ha reunido<br />
el suficiente coraje para tratar de fondo los<br />
problemas que en realidad carcomen el tejido<br />
social. Por el contrario, se han convertido<br />
en posiciones estratégicas para ascender<br />
a costa de la rapiña; y a su vez, han sido<br />
propiciadores de un sistema de corrupción<br />
que corroe las entrañas mismas de la constitucionalidad<br />
y convierten la política en un<br />
mercado de influencias. La exposición de<br />
hechos históricos demuestra la inercia de<br />
estos gobiernos civiles y su impotencia para<br />
convertirse en agentes de cambio, pero también<br />
apoya la tesis de que esta situación se<br />
mantendrá a menos que surja una nueva estirpe<br />
política que se desligue de los actuales<br />
grupos de poder, lo cual, en el contexto que<br />
hoy vivimos, es una quimera, pues son estos<br />
grupos de poder quienes dirigen el mercado<br />
político y establecen las condiciones necesarias<br />
para asirse de la administración pública.<br />
Hoy es imposible pensar que una agrupación<br />
política pueda subsistir sin asociarse<br />
a estos “peces mayores” que patrocinan en<br />
función de sus propias expectativas.<br />
La administración de Óscar Mejía Víctores<br />
pretendió ser la transición entre una gobierno<br />
militar a otro civil, y a su vez, sentar<br />
las bases de una naciente democracia que<br />
hiciera superar las dictaduras de terror que<br />
se habían vivido bajo los gobiernos militares<br />
desde la época de Carlos Castillo Armas.<br />
Para ello convocó a elecciones generales en<br />
1985, en la que salió victorioso para la silla<br />
57
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
del Ejecutivo Marco Vinicio Cerezo Arévalo,<br />
de la Democracia Cristiana Guatemalteca,<br />
partido que desde finales de la década de<br />
1960 estuvo procurando hacerse del poder.<br />
A Vinicio Cerezo le tocó enfrentar a una<br />
cúpula militar ultraderechista que intentaba<br />
erradicar de raíz cualquier signo de tinte socialista;<br />
pero también, a un insurgencia marxista<br />
insatisfecha con los abusos y excesos<br />
de una burguesía de tradición explotadora.<br />
Así, se encontró con unas fuerzas castrenses<br />
escindidas: mientras un grupo del ejército<br />
quería continuar la acción militar contra<br />
la guerrilla, pero aislando a los insurgentes<br />
de las poblaciones civiles, otro, el de aquellos<br />
veteranos oficiales radicales declarados<br />
abiertamente como anticomunistas, querían<br />
seguir aplicando su doctrina de seguridad<br />
nacional y llevando a cabo los abusos cometidos<br />
durante los gobiernos represivos. Este<br />
último grupo estaba aliado a distintos sectores<br />
de la oligarquía, quienes desplegaban<br />
recursos para mantener la ofensiva contra<br />
los focos guerrilleros.<br />
Cerezo también encontró fuerte oposición<br />
por parte de la oligarquía y la cúpula<br />
de empresarios aglutinados en el Comité<br />
Coordinador de Asociaciones Agrícolas,<br />
Comerciales, Industriales y Financieras<br />
−CACIF−, al presentar su plan de Reordenamiento<br />
Económico y Social –PRES– en<br />
el que proponía establecer impuestos sobre<br />
las exportaciones.<br />
En realidad se trataba de una reforma tributaria<br />
que afectaba los intereses de los empresarios<br />
y tras la cual, se pretendía realizar<br />
una reforma agraria.<br />
Estos hechos, sumados a los primeros<br />
contactos que el presidente había establecido<br />
con los líderes de la Unidad Revolucionaria<br />
Nacional Guatemalteca –URNG–<br />
para establecer la paz provocaron un fuerte<br />
descontento por parte de los grupos de poder,<br />
que de hecho, intentaron dar dos golpes<br />
de Estado, en 1988 y 1989, dirigido por<br />
oligarcas agrupados en la Unión Nacional<br />
de Agricultura –UNAGRO– y apoyados por<br />
el CACIF.<br />
Si bien es cierto que estos movimientos<br />
no tuvieron éxito, el gobierno de Vinicio<br />
Cerezo quedó completamente desprestigiado<br />
ante la opinión pública, lo que impidió su<br />
58
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
reelección en el período siguiente. Sin embargo,<br />
merece reconocerse que este gobierno<br />
inició las negociaciones para la firma<br />
de la paz a través de las reuniones con sus<br />
homólogos en Esquipulas I y Esquipulas II,<br />
en donde se creó la Comisión Nacional de<br />
Reconciliación.<br />
Bajo el mandato de Cerezo también hubo<br />
una mayor apertura hacia las demandas de<br />
los movimientos populares, que luego de<br />
haber permanecido callados ante los horrores<br />
de la guerra, podían expresar con relativa<br />
libertad sus querellas. En este período<br />
surgieron diversos colectivos, formados a<br />
partir de organizaciones no gubernamentales<br />
con apoyo extranjero, que se agruparon<br />
en la Unidad de Acción Sindical y Popular<br />
–UASP–. Sin embargo, ante el constante<br />
acoso, el presidente ejerció una fuerte represión<br />
contra el movimiento popular.<br />
Al final de su gestión, el gobierno de<br />
Cerezo Arévalo estaba totalmente desprestigiado<br />
por su incapacidad para hacerse cargo<br />
del control del gobierno al margen de los<br />
grupos de poder y por el recrudecimiento<br />
de una ola de violencia en los últimos años<br />
de su mandato. Aunque disminuyeron las<br />
masacres, hubo un proceso de represión<br />
selectiva y actos violentos que el gobierno<br />
intentó atribuir a la delincuencia común.<br />
Fueron habituales los asesinatos y desapariciones<br />
forzadas de intelectuales, como Myrna<br />
Mack, líderes comunitarios, sindicales y<br />
estudiantiles, así como los atentados, persecuciones<br />
y acosos a voluntarios de cuerpos<br />
de paz extranjeros. En 1990 se celebraron<br />
elecciones en las que triunfó Jorge Antonio<br />
Serrano Elías, del Movimiento de Acción<br />
Solidaria –MAS–, apoyado por familias de<br />
la oligarquía protestante. Sin embargo, las<br />
contradicciones y debilidades de esta administración<br />
pudieron vislumbrarse casi desde<br />
el principio, dado que apenas logró ganar<br />
con un 24.8% del total del electorado.<br />
Por el contrario, los partidos de oposición<br />
(la Democracia Cristiana y la Unión del<br />
Centro Nacional –UCN–) lograron hacerse<br />
de más bancadas en el Congreso y establecieron<br />
alianzas entre ellos para enfrentarse<br />
al partido oficial. Esta incapacidad de poder<br />
59
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
lograr relaciones cordiales con los partidos<br />
de oposición fue el germen mismo que contribuyó<br />
dos años después a la disolución de<br />
este gobierno.<br />
Como gobierno de tendencia derechista<br />
neoliberal y apoyado por la iniciativa privada,<br />
durante el mandato de Serrano Elías<br />
se liberaron los precios topes de la canasta<br />
básica, se alzó la tasa de intereses en el sector<br />
financiero y se comenzó un proceso de<br />
privatización de bienes y servicios. Serrano<br />
creó una comisión que logró la privatización<br />
de la energía eléctrica, los ferrocarriles –que<br />
incluía el derecho a vía– y comenzó a gestionar<br />
la privatización del sistema de comunicaciones.<br />
Además, creó varios planes de<br />
desarrollo regional y promovió la aprobación<br />
de diversas leyes que afectaron y cambiaron<br />
la actividad económica y financiera<br />
del país.<br />
Durante su gestión también dieron inicio<br />
las actividades del narcotráfico en Guatemala,<br />
quienes lavaban grandes capitales en<br />
los sectores de la construcción y las importaciones,<br />
o los ponían como bonos del Estado.<br />
Durante su período no solo se incrementó<br />
la deuda pública, lo cual provocó que se<br />
suspendieran los préstamos exteriores, sino<br />
también cayeron los precios internacionales<br />
del café, por lo que la oligarquía cafetalera<br />
tuvo que reagruparse corporativamente.<br />
La pugna entre militaristas, que tendían<br />
a volver a las medidas represivas, y los<br />
institucionalistas, que buscaban seguir con<br />
las negociaciones de la paz bajo el apoyo<br />
de Estados Unidos, continuó en las fuerzas<br />
castrenses. Los militaristas aumentaron las<br />
medidas violentas, el plan de represión selectiva<br />
y las medidas tomadas contra la Organización<br />
del Pueblo en Armas –ORPA– y<br />
el Ejército Guerrillero de los Pobres –EGP–.<br />
Por esta razón, el gobierno fue señalado<br />
internacionalmente de violar los derechos<br />
humanos, lo que llevó a Serrano Elías<br />
a redoblar sus esfuerzos por mantener relaciones<br />
con distintos países. Con ello, la<br />
URNG se dio cuenta que el gobierno no era<br />
protegido por Estados Unidos y ejercieron<br />
influencia para que en las negociaciones de<br />
paz interviniera la Comisión de Derechos<br />
Humanos. Ante estos hechos, Serrano presentó<br />
su Plan Total de Paz, que reconocía a<br />
la guerrilla como parte negociadora. Logró<br />
así consolidar al Grupo de Países Amigos<br />
del Proceso de Paz, conformado por México,<br />
Venezuela, Colombia y España.<br />
Un apartado diferente merece el caso de<br />
Belice. Por maniobras secretas del gobierno<br />
de Cerezo, se vio obligado a reconocer la<br />
soberanía de este Estado el 5 de septiembre<br />
de 1991, decisión tomada sin consultar<br />
al pueblo, lo cual representó una violación<br />
constitucional, razón por la que, este caso<br />
pasó a la Corte de Constitucionalidad que,<br />
en su momento, resolvió sin lugar la inconstitucionalidad<br />
y dejó la decisión en manos<br />
del Congreso, obteniendo el apoyo de 78<br />
diputados, en contra de 24. Guatemala quiso<br />
reanudar el proceso de negociación sobre<br />
varios temas que habían quedado pendientes,<br />
entre ellos el reclamo de territorio que<br />
buscara una salida al mar, pero el Ministro<br />
de Belice se mostró renuente.<br />
Los conflictos que tuvo con el Congreso,<br />
que no lo alejaron de los oligarcas y capitalistas<br />
extranjeros al quedar estancado el<br />
proceso de privatización; los conflictos entre<br />
las dos facciones del ejército y la presión<br />
por ser acusado por irrespetar los derechos<br />
humanos; sumado a la ingobernabilidad y la<br />
notable corrupción que había alcanzado a<br />
los altos funcionarios provocó que el 25 de<br />
mayo de 1993 suspendiera las garantías, disolviera<br />
el Congreso y destituyera al Procurador<br />
General de la Nación y al Procurador<br />
de los Derechos Humanos. El autogolpe de<br />
Estado o Serranazo fue declarado inconstitucional<br />
por varias instancias y sectores que<br />
exigían volver a la constitucionalidad.<br />
El presidente y vicepresidente tuvieron<br />
que salir al exilio, y luego de varias deliberaciones<br />
entre diversos sectores ciudadanos,<br />
el 5 de junio fue nombrado presidente<br />
el Procurador de los Derechos Humanos,<br />
Ramiro de León Carpio. En sus inicios, De<br />
León Carpio y Arturo Herbruger prometieron<br />
continuar con las negociaciones de paz<br />
y velar por el respeto a los derechos humanos.<br />
Sin embargo, la intervención de los<br />
grupos de poder hizo que la figura del presidente<br />
perdiera fuerza. Estos mismos grupos<br />
tuvieron enfrentamientos directos contra la<br />
60
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
cámara de diputados y presionaron al presidente<br />
porque se llevara a cabo una depuración<br />
en los órganos Legislativo y Judicial.<br />
La cámara de diputados emitió una serie<br />
de leyes que afectarían los intereses del sector<br />
empresarial, entre ellas el apoyo a una<br />
reforma tributaria. En medio de este clima,<br />
a inicios de 1994, se convocó a una consulta<br />
popular en la cual los ciudadanos tenían<br />
que elegir si estaban o no de acuerdo con<br />
reformas en 43 artículos de la Constitución.<br />
Sin embargo, la discusión de estas reformas<br />
se mantuvo en secreto, de modo que los<br />
ciudadanos no sabían a ciencia cierta sobre<br />
qué estaban votando. Tanto celo y reserva<br />
se debió a que había una enmienda en la<br />
que se prohibía al Banco Central del Estado<br />
brindar ayuda al gobierno. De necesitar<br />
financiamiento, el gobierno debía acudir a<br />
los bancos privados y pagar altas tasas de<br />
interés, que se cancelarían con los impuestos<br />
de los contribuyentes.<br />
Con todas las tensiones y conflictos existentes<br />
entre los diversos sectores, el gobierno<br />
de De León Carpio logró proseguir con<br />
las negociaciones de paz y durante su administración<br />
se firmaron importantes acuerdos<br />
que fueron encaminando el proceso. Tanto<br />
la Comisión de Paz del gobierno –COPAZ–,<br />
la Comisión política del Parlamento Centroamericano<br />
−PARLACEN− como la URNG<br />
se comprometieron al cumplimiento de estos<br />
acuerdos en agosto de 1995, en la isla de<br />
Contadora.<br />
El gobierno de De León Carpio también<br />
consiguió crear algunas entidades que promovían<br />
el desarrollo, como el Fondo Nacional<br />
de Desarrollo Indígena –FODIGUA–, el<br />
Programa Nacional de Autogestión Administrativa<br />
–PRONADE– y el Fondo Guatemalteco<br />
para la Vivienda –FOGUAVI–.<br />
Además, se instaló la Misión de Verificación<br />
de las Naciones Unidas para Guatemala<br />
–MINUGUA– y comenzó el arribo masivo<br />
de refugiados.<br />
Para el final del mandato, la administración<br />
pública era muy débil y el sistema de<br />
salud casi había colapsado. Además, cada<br />
día se hacía mas incontrolable la situación<br />
de violencia y represión, entre cuyos hechos<br />
destaca el asesinato de Jorge Carpio Nicolle,<br />
primo del presidente y uno de los fundadores<br />
del partido Unión del Centro Nacional<br />
–UCN– y la masacre de campesinos<br />
en una finca del municipio de Chisec. Las<br />
elecciones de 1995 fueron ganadas por Álvaro<br />
Arzú Irigoyen y Luis Flores Asturias,<br />
del Partido de Avanzada Nacional –PAN–.<br />
La intención de esta administración era<br />
bastante clara: un gobierno representado<br />
61
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
por dirigentes del sector empresarial para<br />
velar por los intereses de ese mismo grupo.<br />
Arzú manejó el discurso de modernización<br />
del Estado y de promover el desarrollo<br />
de la nación, pero en realidad el progreso,<br />
como era de esperarse, solo llegó para la<br />
economía empresarial, que comenzó a experimentar<br />
un repunte en sus actividades,<br />
mientras las desigualdades se hacían mayores.<br />
De hecho, son innegables los avances<br />
de este gobierno en materia económica. <strong>No</strong><br />
obstante, este desarrollo nunca redundó en<br />
beneficio de la población.<br />
Para llevar a cabo su ambicioso plan de<br />
gobierno, Arzú tenía que crear las condiciones<br />
necesarias, por lo que el aceleramiento<br />
de las negociaciones por la paz se convirtió<br />
en una de sus prioridades, lo que explica por<br />
qué antes de que terminara el primer año de<br />
su gobierno la firma de la paz se cristalizó.<br />
El 29 de diciembre de 1996 se llevó a<br />
cabo este espectáculo diplomático, montado<br />
por un pequeño grupo de políticos que<br />
tranzaron con los líderes guerrilleros para<br />
quedar bien ante la mirada internacional. Ni<br />
los sectores conservadores ni la guerrilla estaban<br />
completamente convencidos. Los primeros,<br />
porque no aceptaban la legitimidad<br />
de negociar con la URNG; y los segundos,<br />
porque acusaban a sus líderes de comprometer<br />
los principios revolucionarios. Los<br />
acuerdos de paz implicaban compromisos<br />
a corto y mediano plazo que, hasta el día<br />
de hoy, no se han cumplido. Además, incluían<br />
reformas constitucionales inmediatas<br />
que no eran convenientes para los sectores<br />
conservadores y poderosos, puesto que implicaban<br />
el reconocimiento de los hechos<br />
acontecidos durante esa etapa, el examen<br />
de los problemas estructurales de la sociedad<br />
y la disposición a realizar reformas que<br />
propiciaran el desarrollo de las clases menos<br />
privilegiadas. <strong>No</strong> tardó en desmontarse<br />
la parodia desde el inicio del proceso de<br />
reforma. Aunque se admitieron propuestas<br />
de muchos sectores populares, el Congreso<br />
organizó, en 1998, una Comisión Multipartidaria<br />
en la que se revisaron y aprobaron,<br />
casi de manera secreta, todas las iniciativas<br />
de ley, para luego someterla a una consulta<br />
popular. Estas propuestas, que apuntaron a<br />
desbaratar el sistema que había imperado<br />
desde la época colonial, despertaron temores<br />
entre los terratenientes, las iglesias católicas<br />
y evangélicas, organizaciones como la<br />
Liga Pro-Patria, el Centro de Defensa de la<br />
Constitución –CEDECON– y la Asociación<br />
de Dignatarios de la Nación, entre otros, que<br />
pusieron a su disposición todos los medios<br />
que estaban a su alcance, incluyendo los de<br />
62
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
comunicación para convencer a la población,<br />
siempre apática ante temas de política,<br />
a votar por el <strong>No</strong> en la consulta popular de<br />
mayo de 1999.<br />
Otro hecho sangriento evidenció la inconveniencia<br />
de los acuerdos de paz para sectores<br />
ocultos a los que no les convenía que<br />
la verdad saliera a la luz: el asesinato del<br />
obispo Juan Gerardi, quien dos días antes<br />
de su deceso había presentado el informe<br />
“Proyecto Interdiocesano de Recuperación<br />
de la Memoria Histórica-Guatemala Nunca<br />
más”, donde detallaba los horrores de la<br />
guerra y las masacres, cometidas casi en su<br />
totalidad por el ejército de Guatemala. A pesar<br />
de eso, el 31 de julio de 1998 se logró<br />
instalar la Comisión para el Esclarecimiento<br />
Histórico con el fin de dar a conocer con imparcialidad<br />
la verdad de los hechos ocurridos<br />
durante el conflicto armado.<br />
Este escenario era necesario para que<br />
el gobierno llevara a cabo su plan: la<br />
privatización de los servicios públicos. Uno<br />
de los casos más dramáticos es el de Ferrocarriles<br />
de Guatemala –FEGUA–, que fue<br />
concesionada en junio de 1997 a la empresa<br />
norteamericana Railroad Development<br />
Corporation –RDC–. El contrato, además<br />
de inconstitucional, presentaba una serie<br />
de anomalías, por lo que diez años después,<br />
el presidente Berger declaró lesivo para<br />
los intereses de la nación. Como reacción,<br />
la empresa norteamericana inició una demanda<br />
contra el Estado de Guatemala por<br />
incumplimiento de contrato y expropiación<br />
indebida.<br />
Especial atención merece el caso de la<br />
privatización de la Empresa Guatemalteca<br />
de Comunicaciones –GUATEL– que fue<br />
subastada y vendida a las empresas Luca,<br />
S.A. y Telemex bajo procedimientos dudosos<br />
que despertaron denuncias por parte de<br />
diversos sectores, pero que al final, fueron<br />
desestimadas por la Corte de Constitucionalidad<br />
bajo el pretexto de que no existían<br />
bases jurídicas para dar seguimiento a acciones<br />
penales en contra de la actual Telgua,<br />
S.A.<br />
La energía eléctrica fue otro de los servicios<br />
que fueron privatizados. Desde 1996<br />
se había creado la Ley General de Electricidad,<br />
con el fin de desmonopolizar el servicio<br />
de la energía eléctrica, que había estado<br />
a cargo del Instituto Nacional de Electrificación<br />
–INDE–. En diciembre se hizo la venta<br />
oficial de sus acciones y su adjudicación a<br />
Unión Fenosa Desarrollo y Acción Exterior,<br />
S.A. En 1998 comenzó la capitalización activa<br />
de la Empresa Eléctrica de Guatemala<br />
–EEGSA–, que fue vendida a un consorcio<br />
español, portugués y norteamericano.<br />
A partir del gobierno de Arzú, el proceso<br />
electoral quedó convertido en un juego<br />
de ping-pong, en el que el poder parecía<br />
turnarse a uno y otro lado de un péndulo,<br />
en cuyos extremos se encontraban partidos<br />
con ideologías contrarias. Este fenómeno,<br />
que se ha mantenido durante los primeros<br />
quince años del nuevo siglo, solo demuestra<br />
cómo el proceso electoral fue degradado a<br />
la ley de demanda y oferta establecida por<br />
el mercado, y denota la ignorancia de la mayoría<br />
de la población, que otorgaba su voto<br />
a una campaña publicitaria más que a un<br />
plan de gobierno. El nuevo siglo inició con<br />
la elección de Alfonso Portillo Cabrera, asesino<br />
impune al que se le dio la absolución de<br />
sus delitos en México, y Juan Francisco Reyes<br />
López, quienes con un discurso populista<br />
lograron convencer a la desencantada<br />
población guatemalteca. Los nuevos gobernantes<br />
representaban al Frente Republicano<br />
Guatemalteco –FRG–, guiado desde atrás<br />
por el genocida Efraín Ríos Montt, a quien<br />
se le había prohibido participar en las elecciones.<br />
Aunque Ríos Montt fue responsable<br />
de muchas masacres y asesinatos durante el<br />
conflicto armado, tenía una gran cantidad de<br />
adeptos que lo idealizaban para resolver los<br />
problemas de seguridad.<br />
De acuerdo con José Antonio Móbil, el<br />
gobierno del FRG se caracterizó por tres<br />
líneas diferentes: la primera, liderada por<br />
el presidente aliado con algunos militares,<br />
quienes cometieron crímenes de peculados<br />
y delitos contra la integridad de los derechos<br />
humanos, entre ellos, muchas ejecuciones<br />
extrajudiciales; la segunda, encabezada<br />
por el vicepresidente, que se enfrentó<br />
abiertamente ante el sector empresarial; y la<br />
tercera, al mando de Ríos Montt, que hizo<br />
lo posible por estancar los procesos legales<br />
63
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
ante los crímenes cometidos durante el conflicto<br />
armado. Esta última tendencia marca<br />
uno de los aspectos más contradictorios de<br />
este período presidencial, que, por un lado,<br />
había prometido continuar con el cumplimiento<br />
de los acuerdos de paz; pero, al mismo<br />
tiempo, era dirigido desde la oscuridad<br />
por uno de los principales responsables en<br />
los asesinatos contra la humanidad cometidos<br />
durante la guerra civil. Uno de los signos<br />
distintivos del gobierno de Portillo fue<br />
su oposición al sector empresarial. El CA-<br />
CIF y la cúpula oligarca reunieron a otros<br />
sectores de la sociedad civil en torno al Foro<br />
Guatemala, cuyo objetivo era tratar temas y<br />
problemas de interés nacional. Sin embargo,<br />
el sector empresarial tenía una agenda<br />
oculta que iba encaminada a quitarle poder<br />
al gobierno del FRG, que había ignorado la<br />
propuesta de un pacto fiscal que garantizaría<br />
una mayor recaudación tributaria para<br />
cumplir con las metas del acuerdo de paz<br />
relativo a los aspectos socioeconómicos y<br />
a la situación agraria que se había firmado<br />
en México en 1996. El gobierno presentó<br />
varias contrapropuestas, que incluían una<br />
mayor carga tributaria para el sector empresarial<br />
y la persecución de delitos fiscales.<br />
Estas diferencias llevaron a los empresarios<br />
a organizar un paro nacional y pusieron en<br />
peligro la estabilidad del país.<br />
En el mismo afán de contradecir y condenar<br />
al gobierno anterior, que era de corte<br />
oligárquico y empresarial, Portillo ofreció<br />
hacer una revisión de la venta de Telgua,<br />
para lo cual creó una comisión que determinó<br />
la inconstitucionalidad, ilegalidad y<br />
lesividad de esta transacción. Sin embargo,<br />
sus efectos no fueron retroactivos. Aunque<br />
Portillo atacó directamente a la oligarquía,<br />
un aspecto notable en su administración fue<br />
la corrupción, de modo que, al finalizar su<br />
período, las arcas del Estado quedaron casi<br />
en quiebra. La intención de este gobierno no<br />
era el desarrollo de los sectores populares,<br />
sino más bien configurarse como una nueva<br />
oligarquía que desplazara a la clase empresarial.<br />
Así como la mayoría de desfalcos<br />
fueron de dominio público, así fueron quedando<br />
impunes o se castigaron con medidas<br />
que no eran proporcionales a la gravedad de<br />
64
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
los delitos. Muy conocido fue el caso de<br />
los 80 millones de quetzales sustraídos del<br />
Ministerio de Gobernación, por el ministro<br />
Byron Barrientos. Hasta el mismo Portillo,<br />
luego de su mandato, guardó prisión por<br />
haber hurtado 120 millones de quetzales<br />
del ejército, sin contar los 500 mil dólares<br />
obtenidos de una donación por parte del<br />
gobierno de Taiwán. Otros casos fueron el<br />
desfalco del Instituto Guatemalteco de Seguridad<br />
Social –IGSS– de 350 millones de<br />
quetzales, donde estuvieron involucrados<br />
diputados y el mismo gerente de la entidad.<br />
Un último hecho, sucedido casi a finales<br />
del gobierno, merece mención: el famoso<br />
jueves negro, donde murió un periodista de<br />
los medios radiofónicos. El partido oficial,<br />
liderado por Ríos Montt, organizó a diferentes<br />
sectores populares para una manifestación<br />
frente a los Tribunales de Justicia, con<br />
el objetivo de mostrar su inconformismo<br />
ante la decisión de no dejar participar al genocida<br />
en la siguiente contienda electoral.<br />
En realidad, el FRG quería asegurarse del<br />
poder con un fuerte apoyo popular. Sin embargo,<br />
no consiguió su inscripción y tampoco<br />
lograron ganar las siguientes elecciones,<br />
dado el descrédito que había ganado su partido.<br />
Las elecciones fueron ganadas por su<br />
opositor Óscar Berger Perdomo, del partido<br />
Gran Alianza Nacional –GANA–. Aunque<br />
Berger representaba una posición derechista<br />
moderada, ser uno de los miembros más<br />
prominentes de la oligarquía predecía la<br />
dirección que su plan de gobierno tomaría:<br />
de corte neoliberal dispuesto a proteger los<br />
intereses de los empresarios, oligarcas y terratenientes,<br />
y que, además, deseaba llevar a<br />
la práctica medidas para globalizar los productos<br />
agropecuarios. Aunque ofrecía hacer<br />
profundas reformas constitucionales para el<br />
bienestar social, fue uno de los gobiernos<br />
más represivos. Además, su plan le daba continuidad<br />
al proceso de privatización iniciado<br />
por Arzú, principalmente en el sector de<br />
la educación, provocando enfrentamientos<br />
entre la ministra de esa cartera, María del<br />
Carmen Aceña, y el Magisterio Nacional.<br />
Con la administración de Portillo se había<br />
firmado el Tratado de Libre Comercio<br />
con Estados Unidos, Centroamérica y República<br />
Dominicana –TLC-CARD– lo que<br />
abría grandes posibilidades para que el sector<br />
empresarial y los terratenientes pudieran<br />
incursar de manera más agresiva en el mercado<br />
internacional y sus productos se hicieran<br />
más competentes. En 2007 comenzó<br />
negociaciones para firmar tratados de libre<br />
comercio con otros países, como México,<br />
Canadá, la Unión Europea y algunos países<br />
de América del Sur. Como buen empresario,<br />
le interesaba propiciar un clima adecuado<br />
para generar nuevas negociaciones y atraer<br />
la inversión extranjera. Durante su administración<br />
las exportaciones tuvieron una notable<br />
alza y, según un informe de la Comisión<br />
Económica para América Latina –CEPAL–,<br />
el Producto Interno Bruto –PIB– creció un<br />
5.6% para el final de su gobierno. Sin embargo,<br />
a medida de que el país recibía más<br />
ingresos, las desigualdades se hacían cada<br />
vez mayores. La riqueza generada iba a parar<br />
a los bolsillos de los empresarios y latifundistas,<br />
mientras que el resto de la población<br />
no gozaba del mismo desarrollo. Una<br />
característica de la administración de Berger<br />
fue su política de represión, que se vio<br />
traducida en desalojo, expropiación de tierras,<br />
criminalización de las protestas campesinas<br />
y asesinatos de líderes campesinos<br />
y sindicales. Algunos desalojos violentos se<br />
llevaron a cabo en enero de 2004, en las fincas<br />
Nueva Linda, Chitocan, Santa Inés, Sayachut,<br />
Trece Aguas y María Linda. Estos<br />
hechos llevaron a la Coordinadora Nacional<br />
de Organizaciones Campesinas –CNOC–,<br />
apoyados por el Comité de Unidad Campesina<br />
–CUC– y Plataforma Agraria, a realizar<br />
un paro nacional el 8 de junio de 2004, en<br />
demanda del cumplimiento de los acuerdos<br />
de paz relativos a los problemas de desarrollo<br />
agrario. Algunas instituciones, como el<br />
Observatorio del Gasto Social y el Fondo<br />
de Tierras –FONTIERRAS– hicieron ver<br />
la necesidad de plantear soluciones al problema<br />
de la tenencia de la tierra, una de las<br />
principales causas de la conflictividad social<br />
guatemalteca. El mismo Berger había<br />
permitido el abuso en tierras campesinas en<br />
la región del Polochic, para beneficiar a las<br />
empresas agroindustriales que se dedicaban<br />
al cultivo de caña de azúcar y palma africa-<br />
65
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
na, una de las cuales pertenecía a su misma<br />
familia. Y aunque la Política Agropecuaria<br />
del Gobierno de Berger 2004-2007 incluía<br />
programas de seguridad alimentaria, acceso<br />
a tierras y créditos a pequeños y medianos<br />
productores, nunca fueron llevados a cabo.<br />
Otro aspecto notable que ilustra el abuso<br />
de las autoridades, esta vez, con el objetivo<br />
de favorecer a empresas extranjeras, fue el<br />
caso de la minería. En el gobierno de Berger<br />
se extendió una licencia para que la empresa<br />
Montana Exploradora de Guatemala<br />
explotara metales en la mina Marlin, en San<br />
Miguel Ixtahuacán y Sipacapa, San Marcos,<br />
para lo cual recibió un financiamiento por<br />
parte del Banco Mundial de 45 millones de<br />
dólares. A pesar de que la empresa estaría<br />
exonerada de pagar impuestos los primeros<br />
dos años de actividades, generando apenas<br />
una ganancia del 1% para el Estado, Montana<br />
Exploradora no realizó un estudio de impacto<br />
ambiental ni la consulta obligatoria a<br />
las diversas comunidades indígenas afectadas,<br />
violando el Convenio 169, asumido en<br />
1989 por la Organización Internacional de<br />
Trabajo –OIT–. El Colectivo Madre Selva,<br />
Cáritas, la Pastoral Arquidiocesana y el Colectivo<br />
de Organizaciones Sociales en San<br />
Marcos –COSAM– denunciaron los problemas<br />
de salud de la población, contaminación<br />
del agua, deforestación y las consecuencias<br />
que la actividad minera traía a la actividad<br />
agrícola de las comunidades. Estos hechos<br />
no tardaron en desembocar, en enero de<br />
2005, en conflictos y enfrentamientos entre<br />
policías, militares y campesinos, quienes no<br />
dejaron ingresar maquinaria destinada a la<br />
mina. Berger también fue señalado por cometer<br />
abusos y violaciones a los derechos<br />
humanos. Bajo su régimen se acrecentaron<br />
los problemas de seguridad pública nacional,<br />
aumentó el sicariato y el narcotráfico<br />
y se llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales<br />
en las cárceles, sucesos en los cuales<br />
estuvieron implicados Carlos Vielman, ex<br />
Ministro de Gobernación; Alejandro Giammattei,<br />
ex Director del Sistema Penitenciario;<br />
Erwin Sperissen, ex Director de investigaciones<br />
criminalísticas; Javier Figueroa,<br />
subdirector de investigaciones criminalísticas<br />
de la PNC; y el ex Funcionario Policíaco<br />
Víctor Soto. A esto se debe agregar la ejecución<br />
de tres diputados salvadoreños del<br />
PARLACEN y la masacre de campesinos<br />
de Colotenango, en Huehuetenango.<br />
El siguiente período de elecciones se<br />
caracterizó por la violencia y la eliminación<br />
casi sistemática de muchos candidatos a las<br />
alcaldías o a los curules del Congreso. Para<br />
el período presidencial 2008-2011 quedaron<br />
electos para la presidencia y la vicepresidencia<br />
los candidatos de la Unidad Nacional<br />
de la Esperanza –UNE–, Álvaro Colom<br />
Caballero y Rafael Espada, quienes habían<br />
obtenido un segundo lugar en las elecciones<br />
anteriores. Esta tendencia solo expresa<br />
la desinformación y falta de criterio de la<br />
ciudadanía, fácilmente influenciable por<br />
campañas publicitarias y demagogia barata,<br />
aunado a una actitud de indiferencia hacia<br />
la participación política y para informarse<br />
de los programas de gobierno de la oferta<br />
electoral. De un deber cívico, entonces, el<br />
proceso de elecciones se fue convirtiendo<br />
en un mercado, tras del cual había oscuros<br />
financistas que querían asegurar su propia<br />
cuota de poder. Precisamente fue esto lo que<br />
le sucedió a Colom, con orientación política<br />
de centroderecha, cuya campaña estuvo enfocada<br />
en reformas populares que asustaron<br />
a los miembros de la oligarquía.<br />
Lo contradictorio, sin embargo, es que al<br />
aceptar dinero de sus financistas poderosos,<br />
se vio obligado a proteger los intereses de<br />
estos grupos, lo que redujo el impacto de su<br />
plan de gobierno. Como sus antecesores, su<br />
administración no tardó en caer en el fango<br />
de la corrupción, la malversación de fondos,<br />
el clientelismo y la impunidad.<br />
El gobierno de Colom heredó del gobierno<br />
anterior una deuda pública de Q2,500<br />
millones y un Estado a punto de colapsar.<br />
A esta situación se le debe adicionar las dos<br />
crisis económicas internacionales, cuyos<br />
efectos se manifestaron en nuestra economía<br />
dependiente, principalmente de Estados<br />
Unidos. El alza en los precios del petróleo<br />
provocó que muchos productos de la canasta<br />
básica subieran y aumentó los niveles de<br />
inflación. Ante esta situación, era imperante<br />
implementar una reforma tributaria. Aunque<br />
la oposición de la oligarquía fue moderada,<br />
66
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
puesto que esta medida era apoyada por el<br />
gobierno de Estados Unidos, los grupos de<br />
poder aprovechaban la primera oportunidad<br />
para desprestigiar la imagen del gobierno, al<br />
mismo tiempo que engavetaban y dilataban<br />
el proceso legal para que la reforma fiscal se<br />
cristalizara.<br />
Álvaro Colom fue percibido como un<br />
gobernante débil. Conforme su esposa, la<br />
exmilitante Sandra Torres, se hacía más popular<br />
al frente del programa “Mi Familia<br />
Progresa”, ganaba poder, a tal punto que se<br />
llegó a afirmar que era ella quien en realidad<br />
dirigía las riendas de la administración pública.<br />
Esta sensación se acentuaba no solo<br />
por el éxito de sus programas, que cada año<br />
fueron ampliando su cobertura, sino por la<br />
habilidad política de la Primera Dama.<br />
En 2009, el gobierno de Colom estuvo<br />
a punto de perder la silla del Ejecutivo. El<br />
abogado Rodrigo Rosemberg había sido<br />
asesinado en una zona residencial de la capital.<br />
Al día siguiente, se encontró un video<br />
grabado por él donde responsabilizaba de su<br />
muerte al mismo presidente, en confabulación<br />
de su esposa y su secretario privado.<br />
Este escándalo causó revuelo en la sociedad<br />
guatemalteca, el cual fue aprovechado<br />
por diferentes grupos de la oligarquía para<br />
iniciar una campaña de desprestigio e, incluso,<br />
manipular a otros sectores de la población<br />
para exigirle su renuncia. Ante estos<br />
hechos, intervino la recién establecida Comisión<br />
Internacional Contra la Impunidad<br />
en Guatemala –CICIG–, que luego de investigar,<br />
determinó que la muerte de Rosemberg<br />
había sido un suicidio planeado con<br />
la intención, quizá, de crear un complot.<br />
Durante el gobierno de Colom tampoco<br />
fue posible crear una reforma agraria ni solucionar<br />
el problema de la tenencia de las<br />
tierras, y al final de su período, con casi 15<br />
años de haberse cumplido la firma de la paz,<br />
el país seguía estando en las mismas o en<br />
peores condiciones de la época del conflicto<br />
armado. Los niveles de desnutrición, inseguridad,<br />
delincuencia, analfabetismo, desigualdad,<br />
pobreza eran alarmantes. Además,<br />
la mayoría de las metas de la Comisión del<br />
Esclarecimiento Histórico –CEH– no se habían<br />
alcanzado. El último año de gobierno<br />
de Colom fue el más violento de todos, pues<br />
no solo aumentó el índice de criminalidad,<br />
sino que muchas comunidades, principalmente<br />
en el valle del Polochic y en el municipio<br />
de Panzós, fueron desalojadas de<br />
manera violenta, tanto por la policía como<br />
por militares y campesinos contratados por<br />
el ingenio Chabil Utzaj. Hubo desapariciones,<br />
linchamientos y asesinatos, tanto de<br />
hombres, mujeres y niños. Aunque muchos<br />
de estos ataques iban en contra de invasores,<br />
la mayoría eran comunidades despojadas<br />
que mantenían sus tierras gracias a las<br />
cooperativas.<br />
En el siguiente período de elecciones la<br />
silla del ejecutivo fue ganada en segunda<br />
vuelta por el Partido Patriota –PP–, cuyos<br />
candidatos eran el militar retirado Otto Pérez<br />
Molina y su compañera, Roxana Baldetti,<br />
primera vicepresidenta del país. Muy de<br />
cerca estuvo el candidato de la oposición<br />
y representante del partido Líder, Manuel<br />
Baldizón, de ganarle las elecciones. Pérez<br />
Molina ganó gracias al ofrecimiento de<br />
“mano dura” –como rezaba su eslogan–,<br />
ante un pueblo que se encontraba desesperado<br />
por la violencia y la inseguridad que<br />
se respiraba. El clamor popular hacia este<br />
líder era un deseo profundo por parte de la<br />
ciudadanía de regresar a la época opresiva<br />
de un dictador capaz de poder ponerle orden<br />
a la casa.<br />
Una de las primeras medidas, con carácter<br />
de urgencia nacional, fue la realización<br />
de una reforma tributaria que afectaría,<br />
principalmente, a la clase trabajadora.<br />
Así, en enero de 2012, fue aprobada la Ley<br />
Antievasión II, que incluía cambios a diversos<br />
impuestos, con el fin de combatir la<br />
defraudación fiscal. La justificación, en su<br />
momento, fue la necesidad de obtener una<br />
recaudación más efectiva que permitiera<br />
saldar la deuda pública. Sin embargo, hacia<br />
el final del período, salió a la luz pública los<br />
negocios sucios que los dirigentes realizaron<br />
a través de esta entidad.<br />
Mientras se llevaba a cabo esta reforma<br />
fiscal, el gobierno de Otto Pérez presentó<br />
ante los países de América una iniciativa<br />
para despenalizar las drogas, la cual fue rechazada<br />
por el gobierno de Estados Unidos<br />
67
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
y no tuvo eco en la Cumbre de las Américas,<br />
celebrada en Cartagena. Se dice que la propuesta<br />
fue uno de tantos distractores para<br />
minimizar las negociaciones turbias del<br />
patrimonio del Estado con inversionistas<br />
extranjeros. Uno de los aspectos acaso más<br />
preocupantes sobre el gobierno de Otto Pérez<br />
fue su plan de militarización, con el objetivo<br />
de garantizar la seguridad nacional.<br />
El presidente estableció seis fuerzas de tarea<br />
militar que solo se reduciría hasta que<br />
la Policía Nacional Civil incorporara entre<br />
sus filas a 40 mil efectivos. Lo cierto es que<br />
estas medidas, más que reducir los índices<br />
de violencia e inseguridad en el país, fueron<br />
utilizadas para proteger los intereses de empresas<br />
extractivas extranjeras. De ahí que,<br />
durante este período, continuase la criminalización<br />
hacia las protestas campesinas por<br />
la actividad minera, la represión violenta<br />
de muchos de los líderes comunitarios y la<br />
política de desalojos. A las empresas extranjeras<br />
no les interesaba el impacto ambiental<br />
de esta actividad y tampoco les importaba<br />
tomar en cuenta la opinión de las comunidades<br />
afectadas.<br />
En este sentido, el Estado actuó como<br />
cómplice al acordar recibir Q800 millones<br />
anuales en regalías. El mejor ejemplo de<br />
esta represión pudo observarse en la población<br />
de Santa Cruz Barillas, municipio<br />
de Huehuetenango. La empresa española<br />
Hidro Santa Cruz había recibido el permiso<br />
del gobierno para la instalación de una<br />
hidroeléctrica en el río Cambalán. Ya antes,<br />
la comunidad había mostrado su desacuerdo<br />
ante esta iniciativa, pero con la llegada<br />
del nuevo gobierno, en 2012, la empresa<br />
comenzó a tomar diversas medidas para iniciar<br />
sus actividades, entre ellas, la compra<br />
de terrenos, el ingreso de maquinaria y la<br />
desecación de algunas fuentes de agua. Las<br />
organizaciones comunitarias no tardaron en<br />
reaccionar ante estas medidas.<br />
El departamento de seguridad de esta<br />
empresa comenzó a llevar a cabo actos delictivos,<br />
entre ellos, el asesinato de algunos<br />
líderes comunitarios, lo que provocó una<br />
fuerte respuesta por parte de los campesinos,<br />
quienes iniciaron una serie de medidas,<br />
como la destrucción de varios edificios público<br />
68
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
blicos del municipio. Ante esta situación,<br />
intervino el gobierno con un estado de sitio,<br />
en mayo de 2012, pero la reacción de rechazo<br />
de muchos sectores, hizo que se depusiera<br />
esta medida.<br />
Otros hechos negativos de la administración<br />
de Otto Pérez fueron el cierre de<br />
los Archivos de la Paz, pues, según él, su<br />
existencia no tenía justificación en un país<br />
donde quedaba descartada la existencia de<br />
genocidio.<br />
En realidad, el cierre de esta entidad era<br />
conveniente para el gobierno, de corte militarista,<br />
pues una de las funciones de esta<br />
entidad era, precisamente, mostrar y documentar<br />
los horrores cometidos principalmente<br />
por el ejército durante el conflicto<br />
armado. Durante este gobierno se lleva a<br />
cabo el llamado juicio del siglo. Por primera<br />
vez es llevado a juicio a Efraín Ríos<br />
Montt, debido a las masacres ocurridas en el<br />
Triángulo Ixil durante la época más violenta<br />
del conflicto armado, hecho que provocó<br />
encontradas opiniones entre la población.<br />
Por un lado, una gran clase media, asentada<br />
en las áreas urbanas y manipuladas por<br />
los grupos de poder, negaban la existencia<br />
del genocidio. Por aparte, un creciente grupo<br />
de ciudadanos afirmaba la existencia de<br />
genocidio y pedía justicia ante los hechos<br />
atroces. Aunque en el juicio fue reconocido<br />
el acto de genocidio, dando una sentencia de<br />
80 años de cárcel al dictador por crímenes<br />
de lesa humanidad, la manipulación de grupos<br />
de poder ante la opinión pública trajo<br />
una apelación a la Corte de Constitucionalidad,<br />
la que anuló la resolución, alegando<br />
errores de procedimiento, y dejó pendiente<br />
el desarrollo del juicio.<br />
Este espectáculo causó decepción entre<br />
algunos sectores y evidenció una vez más la<br />
corrupción en diversas entidades del sistema<br />
jurídico nacional, lo que llevó a la necesidad<br />
de reflexionar sobre una “limpieza” de<br />
toda la casta política actual, que hacen funcionar<br />
las instituciones para la protección de<br />
sus propios intereses.<br />
Motivo de conflicto también fue la supresión<br />
de la carrera magisterial a nivel medio,<br />
tomada por la Ministra de Educación,<br />
Cinthia del Águila. Esta medida, que se venía<br />
desarrollando desde la gestión de María<br />
del Carmen Aceña, no fue más que una táctica<br />
para hacer desaparecer la carrera de magisterio<br />
que obedece a una estrategia y plan<br />
general de corte neoliberal y privatizador<br />
de la educación. Ante estos hechos, el sector<br />
estudiantil tuvo fuertes enfrentamientos<br />
ante las autoridades educativas.<br />
Sin embargo y con evidentes errores, el<br />
plan a nivel superior de la carrera del magisterio<br />
se echó a andar, constituyendo una<br />
seria amenaza para la educación pública.<br />
Para el último año de su gobierno, el PP<br />
había perdido demasiada credibilidad ante<br />
la opinión pública. La ostentación de riqueza<br />
de la que los gobernantes hicieron alarde<br />
–principalmente la Roxana Baldetti−, el<br />
abuso de poder, el nepotismo y la ambición<br />
voraz que los había embriagado se hizo evidente.<br />
Para toda la sociedad fue claro que la<br />
intención de este gobierno fue el enriquecimiento<br />
personal, usando medios ilícitos. Un<br />
secreto a voces que ha caracterizado a todos<br />
los gobiernos de turno de los últimos treinta<br />
años y que terminó de ser confirmado por<br />
la investigación realizada por la CICIG, al<br />
desmantelar las bandas de negocios ilegales<br />
que se habían llevado a cabo en el seno<br />
mismo de la institucionalidad. De la noche<br />
a la mañana salieron a luz malversación de<br />
fondos y desfalcos millonarios en diversas<br />
entidades, como la Superintendencia de Administración<br />
Tributaria −SAT− (caso La Línea),<br />
el IGGS y el Caso de Redes.<br />
A estas organizaciones clandestinas pertenecían<br />
personalidades de la vida pública,<br />
que fueron perseguidas y puestas tras las<br />
rejas, aunque muchas de ellas fueron liberadas<br />
por medidas sustitutivas. Desde mayo<br />
de 2015 la ciudadanía y diversos sectores<br />
comenzaron a darse cita en manifestaciones<br />
pacíficas, convocadas en las redes sociales,<br />
pidiendo la renuncia y la pérdida de inmunidad<br />
de la vicepresidenta y el presidente.<br />
Hoy, se encuentran en prisión esperando<br />
juicio. Sin embargo, se presupone que esta<br />
jornada de marchas estuvo manipulada por<br />
grupos de poder, quienes, al verse afectados<br />
ante esta estructura corrupta, movieron sus<br />
influencias hasta hacer caer al gobierno.<br />
Además, en estas manifestaciones se criticó<br />
69
Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
fuertemente a los candidatos de las elecciones<br />
que se avecinaban, siendo la principal<br />
causa de la pérdida de credibilidad del candidato<br />
Manuel Baldizón, quien se auguraba<br />
como futuro gobernante. Sin embargo, una<br />
vez caídos los gobernantes, las olas se calmaron.<br />
Las manifestaciones no tuvieron la<br />
suficiente fuerza para llevar a cabo una reforma<br />
en la Ley Electoral y tampoco para<br />
llegar a las empresas privadas, aliadas al<br />
CACIF, que habían participado en los negocios<br />
fraudulentos.<br />
Como gobierno de transición quedó a la<br />
cabeza el político de ultraderecha Alejandro<br />
Maldonado Aguirre, cuya injerencia política<br />
data desde los años de la Revolución de<br />
1944 y que en múltiples ocasiones había<br />
participado como candidato a la presidencia.<br />
Su único legado fue dejar establecido<br />
un salario mínimo diferenciado, ante lo cual<br />
reaccionaron distintos grupos.<br />
En las últimas elecciones salió victorioso<br />
el partido nacionalista Frente de Convergencia<br />
Nacional –FCN-Nación−, liderado por<br />
el comediante Jimmy Morales y el ex rector<br />
de la Universidad de San Carlos, Jafeth Cabrera,<br />
en la presidencia y vicepresidencia,<br />
respectivamente. Sin embargo, este partido<br />
es apoyado por militares ultraconservadores<br />
recalcitrantes, hecho que ha creado pesimismo<br />
ante la poca población informada.<br />
Como ya lo había hecho el gobierno de Otto<br />
Pérez, los militares utilizaron la figura de<br />
este comediante conocido por su programa<br />
en televisión, quien además nunca antes había<br />
incursionado en política.<br />
La estrategia de utilizar figuras de la farándula<br />
para atraer la atención no solo había<br />
sido empleada ya por el gobierno anterior,<br />
quienes designaron como Ministro de Cultura<br />
y Deportes a un popular exfutbolista<br />
que muy pronto evidenció su ignorancia<br />
en temas políticos, sino ha sido copiada de<br />
naciones vecinas, como México, que tiene<br />
como Primera Dama a una actriz de la empresa<br />
Televisa, que, dicho sea de paso, es<br />
una empresa con arraigados intereses políticos.<br />
Lo cierto es que la nueva presidencia,<br />
en el poco tiempo de gobernar, ha dado mucho<br />
de qué hablar, no solo por la ignorancia<br />
atribuida a su líder, sino por su posición moralista<br />
que, incluso, se presenta como una<br />
amenaza al Estado laico. Al final de este<br />
recorrido de treinta años de supuesta “apertura<br />
democrática” solo queda reconocer que<br />
la tal “apertura” es tan solo una estratagema<br />
utilizada por los mismos grupos de poder<br />
que, al final de cuentas, han manipulado la<br />
opinión pública a favor de sus propios intereses<br />
y desde atrás han jugado con todos los<br />
recursos sucios de que disponen para seguir<br />
ejerciendo su santa voluntad.<br />
<strong>No</strong> querer tratar de cara los problemas<br />
coyunturales de la nación hace latente la<br />
amenaza de otro conflicto armado de mayores<br />
magnitudes, porque la medicina ofrecida<br />
en la firma de los acuerdos de paz apenas<br />
fueron paleativos que han ignorado el problema<br />
de fondo. Mientras los problemas de<br />
desigualdad y la tenencia de la tierra no lleguen<br />
a solucionarse, la miseria y la ignorancia<br />
estarán a la orden del día y constituirán<br />
una amenaza para la aparente estabilidad<br />
alcanzada. Lamentablemente, el panorama<br />
futuro de la política en el país no es nada<br />
alentador y, al parecer, seguiremos condenados<br />
por mucho tiempo más a este juego<br />
sucio que propicia la corrupción y que nos<br />
mantiene como una de las naciones más<br />
atrasadas del planeta.<br />
70
71
72
DE LA VIDA EN IMÁGENES<br />
O DE LA OBRA DE<br />
ENY ROLAND HERNÁNDEZ<br />
Denise Phé-Funchal<br />
Intenté, un par de veces, escribir sobre la<br />
obra de Eny Roland Hernández desde una<br />
perspectiva un tanto más académica, un tanto<br />
más sociológica e impersonal, pero era<br />
imposible quedar satisfecha con el resultado<br />
simple y sencillamente porque la misión<br />
del arte, del verdadero, es impactar, es dejarnos<br />
pensando en nuestra propia humanidad<br />
a partir del registro que un artista hace<br />
de las peripecias de la vida, de las contradicciones<br />
en las que nos vemos sumergidos al<br />
ser esta combinación divina y fatal de cuerpo<br />
y mente viviendo en un espacio cerrado<br />
–el mundo– y lleno de reglas –la sociedad–.<br />
La primera vez que vi el trabajo de Eny,<br />
fue una foto –que aparece en esta colección–<br />
que llenó de alegría mi alma y que<br />
guardo en la memoria para aquellos momentos<br />
en los que la vida necesita una<br />
sonrisa. Era un perro callejero cruzando<br />
la calle sobre una alfombra de semana<br />
santa. La gente lo miraba sin rabia, con<br />
sonrisas que se adivinaban en los ojos.<br />
Esa humanidad capaz de sonreír me<br />
dejó con ganas de conocer más del trabajo<br />
de este fotógrafo que ahora se perfila<br />
como uno de los mejores y que tiene lo<br />
que más aprecio en el arte: una voz propia.<br />
La colección de fotografías que aparece<br />
en esta revista muestra una visión más descarnada<br />
de la vida, las pasiones y la sensualidad,<br />
de la sexualidad que todos llevamos<br />
73
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
dentro y que ha sido domada, coartada<br />
por lo religioso –esencialmente–, por la<br />
prohibición de ser, cuando es precisamente<br />
la exploración de nosotros mismos<br />
y de los otros, lo que nos lleva a descubrirnos<br />
a través de las contradicciones,<br />
de los contrastes y de las semejanzas.<br />
Como muchos humanos, durante la infancia<br />
me vi atraída por las imágenes religiosas,<br />
esencialmente por una que seguiría<br />
en mi memoria si no fuera porque<br />
Eny logró desplazar la que habitaba en mi<br />
mente y reemplazarla por su San Sebastián<br />
Triunfante, hermosamente desnudo y<br />
74
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
lleno de vida a pesar de la tortura, de las<br />
huellas que los hombres, en su incomprensión<br />
del otro, dejaron en su cuerpo muerto<br />
pero que Eny nos muestra vivo. Esa<br />
cultura que nos impregna desde chicos,<br />
de adoración a la muerte y al suplicio se<br />
ve reflejada en las fotografías de tipo religioso<br />
que pueblan esta publicación.<br />
Un Cristo hermoso de mirada penetrante<br />
que nos recuerda la fragilidad del<br />
ser que –por satisfacer a su padre y por<br />
sentir que puede lograr un lugar en la<br />
historia, en la memoria de las generaciones–<br />
lo da todo y gana, en el sentido<br />
de que miles de años después, tiene<br />
ejércitos de personas que quizá avergonzadas<br />
75
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
por sus propios demonios, por sus deseos,<br />
se vuelcan a las calles para cargar andas pesadas<br />
que dejan huella más en sus cuerpos<br />
que en sus espíritus, intentando dar algo a<br />
cambio de la vida de aquel que se supone<br />
redimió hace miles de años, sus pecados.<br />
Sin embargo, a pesar de su arrepentimiento<br />
–tan chico o tan grande como<br />
sea– las y los cargadores que Eny nos<br />
muestra siguen siendo humanos cargados<br />
de vida, de sensualidad que esconden<br />
tras los trajes negros, tras las mantillas<br />
que ocultan miradas y pensamientos que<br />
no están en la tónica de la redención.<br />
Quién no ha visto en las procesiones que<br />
una vez al año nos inundan, esas miradas<br />
76
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
que se cruzan, que se encuentran, que se<br />
sonríen pensando, imaginando su cuerpo<br />
y el de otros parroquianos en situaciones<br />
completamente alejadas –o quizá más<br />
cercanas de lo que a las iglesias les gustaría–<br />
de la redención y el perdón a través<br />
del dolor, del sufrimiento del cuerpo.<br />
De ahí seguramente, el impacto y los<br />
comentarios, las reacciones que causaron<br />
dos de las obras más comentadas de Eny.<br />
La Virgen de la Asunción, representada<br />
por una sensual adolescente y la pareja<br />
originaria Adán y Esteban cuyos genitales<br />
y nalgas, al estar expuestos en una<br />
calle de la ciudad de Guatemala, fueron<br />
“mutilados”, arrancados por el simple hecho<br />
77
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
de recordarnos que una de las pasiones<br />
que nos atrapa es el sexo. Relacionada a<br />
esta sensación de pecado, de incapacidad<br />
de redimir a los otros, porque a veces somos<br />
incapaces de reconocer en ellos la<br />
libertad que quisiéramos para nosotros<br />
mismos, está la serie de fotografías expuesta<br />
en Copenhague, una que muestra<br />
rostros anónimos pero que después de unos<br />
días se revelan como pertenecientes a la<br />
diversidad que, según los otros, nos aleja<br />
del mandato divino de reproducirnos.<br />
Me contaba Eny que luego de unos días de<br />
estar expuestas y como parte del proyecto,<br />
se escribieron sobre ellas palabras de odio.<br />
La idea era evidenciar el rechazo a estas<br />
identidades que existe en todas las sociedades,<br />
sin importar si se trata de las que llamamos<br />
de “primer” o de “tercer” mundo.<br />
Porque sí, incluso en esos lugares que<br />
consideramos avanzados e inclusivos<br />
–como Dinamarca–, algunos apoyaron<br />
el odio, el etiquetar a los otros como salidos<br />
de lo moral y como merecedores de<br />
78
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
castigo y de rechazo por el simple hecho<br />
de aspirar a ser libremente, a amar, a sentir.<br />
Afortunadamente, también hubo quien reclamó<br />
por esa manía de etiquetar para odiar.<br />
De nuevo aparece el tema del pecado,<br />
de lo que se sea que desaparezca de la vida<br />
porque nos resulta extraño, tentador, contradictorio<br />
porque nos recuerda que somos<br />
carne y la carne –como nos muestra Eny–<br />
debe ser castigada y soportar los castigos<br />
divinos que nos llevan al arrepentimiento.<br />
Los martirios sobre la carne y el cuerpo son<br />
loables, como nos muestra en las imágenes<br />
religiosas que él reproduce para recordarnos<br />
que, tal el caso de Santo Dominguito de<br />
Val –niño mártir–, la disposición de sacrificarse<br />
por lo divino no tiene edad, ni límites.<br />
Dentro de esta serie de Fábrica de Santos,<br />
la que más se asemeja a lo que somos<br />
es la de Maximón, que nos recuerda ese<br />
deseo de adorar imágenes de una manera<br />
más humana, con alcohol y otros vicios<br />
para obtener amor, placer, risas, olvido.<br />
Esa misma alegría, esa fuente de placer<br />
momentáneo que el cuerpo y sus posibilidades<br />
nos brinda, está también reflejada en<br />
79
Denise Phé-Funchal: De la vida en imágenes o de la obra de Eny Roland<br />
otras de las imagenes que más amo de<br />
Eny, las de los convites en las que vemos<br />
sobre fondos tristes y pobres a figuras<br />
sonrientes a la fuerza, encarnadas<br />
por seres que se preparan todo el año<br />
para bailar por las calles con la libertad<br />
y anonimato a la que todos aspiramos.<br />
La obra de Eny Roland es una celebración<br />
de la humanidad, una celebración a veces<br />
triste y llena de dolor, a veces llena de alegría,<br />
de sonrisas y de melodías. La obra de<br />
Eny está viva, llena de música –sacra o pagana–<br />
llena de deseos sexuales, de perdón,<br />
de amor, de felicidad. Deténgase un rato, un<br />
largo rato en cada fotografía y vea el mundo,<br />
véase a usted mismo en estas imágenes.<br />
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82
FANTASMAS<br />
CON CHAQUETAS<br />
DE CUERO<br />
Black Rebel<br />
Motorcycle Club<br />
Álvaro Sánchez<br />
Cuando pienso en bandas que tienen<br />
la cualidad de abarcar un rango de emociones<br />
con su música, pienso en muy<br />
pocas. <strong>No</strong> todas tienen esa capacidad<br />
de asombrar con cada disco que sacan.<br />
La mayoría resulta en compilaciones de<br />
música de relleno que solo sirve para<br />
ambientar con ruido y pocas cosas buenas<br />
o ninguna sale de ello.<br />
<strong>No</strong> recuerdo muy bien como me<br />
crucé con Black Rebel Motorcycle Club<br />
una banda originaria de Riverside, California<br />
USA, liderada por Peter Hayes<br />
y Robert Levon Been. Si algo me enganchó<br />
de esta banda desde la primera<br />
canción que escuché, fue el toque de<br />
blues áspero que tiene, uno que mezclado<br />
con la neo-psicodelia, y los sonidos<br />
saturados de las guitarras del shoegaze,<br />
logran una armonía que a primera oída<br />
hace que nuestra cabeza empiece a moverse<br />
sola. Algo así como si mezcláramos<br />
a los Rolling Stones con Howlin’<br />
Wolf. Un combo hermoso. Pertenece<br />
BRMC a una camada de bandas que surgieron<br />
a finales de los 90’s fuertemente<br />
influenciadas por personajes como<br />
Rocky Erikson, bandas de rock clásico<br />
como Led Zeppelin, o grupos más experimentales<br />
tales como Sonic Youth, The<br />
Brian Jonestown Massacre y The Jesus<br />
And Mary Chain; estos dos últimos a<br />
mi parecer es con quienes más cercano<br />
siento su sonido. Tan así que Peter<br />
Hayes perteneció por breve tiempo a los<br />
Jonestown Massacre antes de formar el<br />
grupo.<br />
Dejando las influencias de la banda<br />
por un lado, creo que lo que admiro<br />
de BRMC es su capacidad de llevarnos<br />
a rincones oscuros con líricas con mucha<br />
reflexión de corte existencial, son<br />
como para escucharlas en una noche fría<br />
en medio de un paisaje abierto como si<br />
fuera una escena de un filme de Wim<br />
Wenders.<br />
En un poco más de una década<br />
BRMC ha logrado madurar su sonido<br />
desde los primeros albums con el<br />
homónimo B.R.M.C., Take Them On<br />
Your Own que a mi criterio son como<br />
una especie de introducción a una época<br />
en donde la banda descargaba su furia<br />
rocanrolera en canciones como “Spread<br />
Your Love” y “What Ever Happend to<br />
My Rock ‘n’ Roll”. Riffs bluseros y una<br />
armónica que rinde tributo a todos esos<br />
músicos del Delta.<br />
El sonido siguió evolucionando –cosa<br />
que yo celebro en una banda– en albums<br />
como Baby 81, Beat the Devil’s Tattoo<br />
hasta su última entrega Spectre At The<br />
Feast. Disco que saliera al mercado en<br />
2013, la banda logró un crossover de<br />
banda más underground a las grandes<br />
arenas y con la inserción de Leah Shapiro<br />
en la batería reemplazando a Nick<br />
83
Álvaro Sánchez: Black Rebel Motocycle Club<br />
84<br />
Lago de alguna manera ayudó a refrescar<br />
el sonido del grupo.<br />
Basta con oír joyas como “Lose Yourself”<br />
o “Some Kind of Ghost” y porque<br />
después de todo a quien no le gusta ver a<br />
una chica desarmando una batería como<br />
si se tratara de un sacrificio como los<br />
que se practicaban en el viejo testamento,<br />
solo que este dedicado a los dioses<br />
del rock ‘n’ roll y sin tanta sangre de por<br />
medio o tal vez sí.<br />
La búsqueda interna de la banda se<br />
percibe a partir del disco Howl que de<br />
alguna manera me remitió inmediatamente<br />
al texto sagrado de Allen Ginsberg.<br />
Por su contenido lírico, muy parecido<br />
a la literatura beatnik en su parte<br />
espiritual. O como si se tratara de alguien<br />
que buscó el exilio en el porche de<br />
alguna casa en algún lugar olvidado del<br />
sur americano hace más de 100 años. En<br />
una cacería de inspiración y salvación.<br />
El sonido Post Grunge y un tanto melancólico<br />
de las guitarras se impregna en<br />
canciones como “Ain’t <strong>No</strong> Easy Way”,<br />
“Howl” o “Restless Sinner”. En una extraña<br />
mezcla del sonido de Johnny Cash<br />
combinado con el de Love and Rockets.<br />
Cuando lo pienso este es un disco que<br />
poco a poco crece en nuestro interior<br />
y las melodías se van marcando como<br />
tatuajes en nuestra piel. Y de alguna<br />
forma nos enfrenta a cuestiones del espíritu.<br />
Y lo digo sin ningún delirio religioso,<br />
pero ese es el sentimiento con el<br />
que fue creado este album en particular.<br />
El de la introspección personal. Basta<br />
con leer letras como la de “Devil’s Waitin”<br />
que reza así : «They say there’s a<br />
passing where all stand to judge But the<br />
devil’s a waitn’ with Christ like a son<br />
When the look comes your way you best<br />
say was I For the reasons you hold give<br />
reasons to die ».<br />
<strong>No</strong> podía dejar de mencionar el disco<br />
en vivo Black Rebel Motorcycle Club<br />
Live in Paris. Básicamente es una selección<br />
de canciones representativas de sus<br />
álbumes anteriores. La edición contiene<br />
un DVD del concierto, donde se puede<br />
disfutar de la energía y entrega de la<br />
banda en el escenario. Donde nuestros<br />
ojos son hipnotizados por la guitarra de<br />
Peter Hayes y sus acordes neopsicodélicos.<br />
Soltando en cada guitarrazo rock<br />
‘n’roll puro sin adulterar. Como un buen<br />
trago del whiskey más fino.<br />
Cabe decir que también se puede disfrutar<br />
la fuerza femenina de Shapiro en<br />
la batería. Nada que envidiarle a ningún<br />
baterista masculino. El sonido de sus<br />
tambores le otorga a la banda un aura<br />
ritualista en el escenario.<br />
Este disco doble es como un menú<br />
para viejos y nuevos fans. A mi criterio<br />
hizo falta un poco más de canciones de<br />
los primeros álbumes. Aún así la selección<br />
es buena y la producción del DVD<br />
en vivo es muy buena. <strong>No</strong> deja de hacernos<br />
sentir en primera fila deseando que<br />
nuestros oídos se llenen de esas melodías<br />
y de los ritmos producidos por la<br />
armonica de Robert L.<br />
Con los años BRMC se ha dado el<br />
lujo de poder moverse en escenarios pequeños<br />
como grandes arenas. Cosa que<br />
es digna de admirarse porque mantienen<br />
ese balance sin caer en una sobreproducción<br />
del sonido o de los shows en<br />
vivo, manteniendo esa fuerza a manera<br />
de gasolina combinada con rock ‘n’ roll<br />
en el trío.<br />
Es necesario mencionar de nuevo el<br />
album “Specter at the Feast” como parte<br />
de un ciclo importante en la banda donde<br />
reafirman su sonido que sigue siendo<br />
a mi criterio una bienvenida con los<br />
brazos abiertos a nuestro peor estado de<br />
ánimo con el universo, esto debido a los<br />
arreglos que proporcionan una mayor<br />
textura a las canciones.<br />
Un dato curioso es el cover de “Let<br />
The Day Begin” el primer single lanzado<br />
por la banda. Originalmente de<br />
la banda del papá de Robert Levon llamada<br />
The Call en la cual se siente una<br />
especie de liberación emocional muy<br />
clara, bastante palpable, que sirve no<br />
sólo como un hermoso tributo a la memoria<br />
de Michael Been, sino de alguna<br />
forma marca el ritmo del disco. “Lose<br />
Yourself” también tiene el mismo toque<br />
melancólico.<br />
En general es un disco agradable,<br />
uno que todos los fans han disfrutado.<br />
Conforme lo he escuchado desde que<br />
lo conseguí, he descubierto que cada<br />
vez que le doy play a este disco, es de<br />
esos que crecen en uno. Y estoy seguro<br />
que para las personas que lo descubran<br />
será la misma experiencia. Si bien<br />
el ritmo tiende a arrastrarse a veces y<br />
en canciones como “Hate the Taste” y<br />
“Funny Games”, dos de las pistas más<br />
pesadas brindan un aporte de esa maraña<br />
de blues-rock muy característica de<br />
la banda.<br />
Este séptimo álbum es un ligero retorno<br />
a sus etapas más densas, pero de<br />
alguna forma más filtrada. Un sonido<br />
de rock de garaje como el de sus dos<br />
primeros discos, pero con una calidad<br />
más pulida. Sin embargo, mientras más<br />
evolucionan, crean riffs más memorables<br />
con suficiente fuerza para mantener<br />
nuestra atención.<br />
Otro dato interesante es que el disco<br />
fue grabado en su mayor parte en el<br />
estudio de Dave Grohl en Los Ángeles,<br />
en la misma consola de la que se habla<br />
en el excelente documental Sound City,<br />
dándole un toque más místico a las canciones<br />
por así decirlo. A mi parecer este<br />
disco le dio a la banda una nueva vida.<br />
Como si los dioses del rock les dieran<br />
una segunda oportunidad de continuar<br />
con lo que saben hacer. Con su propia<br />
música y conservar la parte autoral.<br />
Para este trío el camino aún tiene muchas<br />
sorpresas, como si tuvieran cosas<br />
que de alguna forma tienen que seguir<br />
purificando.<br />
“Pasamos dos años haciendo este disco,<br />
gracias por estar ahí para nosotros”,<br />
dice el guitarrista Peter Hayes.<br />
Tal vez eso explica como canción por<br />
canción este álbum está lleno de vida y<br />
oscuridad. De la melancolía del blues<br />
pero con otro feeling. Uno más esperanzador<br />
Ės increíble que hayan pasado 15<br />
años desde su espectacular debut. Con 7<br />
discos de estudio, pareciera que la banda<br />
está lejos de parar. Cruzo dedos porque<br />
la gasolina rockanrolera no se les termine<br />
aún.<br />
Pero ciertamente el tiempo ha volado<br />
y no puedo creerlo. Se me disolvió<br />
el tiempo como agua entre las manos,<br />
y eso de alguna forma me hace ir a lugares<br />
de mi pasado o de mi propia historia<br />
con la banda como otro fan más.<br />
Haciéndome extrañar los días en donde<br />
podía conducir mi viejo volkswagen por<br />
la noche sin un rumbo fijo solo por que<br />
sí. Prender la radio y escuchar buena<br />
música como ésta. <strong>No</strong> sé si será la nostalgia<br />
de los días de gloria del rock, o<br />
qué se yo. Pero esos días quedaron atrás<br />
en recuerdos que ya se vuelven un poco<br />
borrosos en mi cabeza y la música de la<br />
radio. Sus decadentes pop stars con sus<br />
canciones sobre traseros es lo más inteligente<br />
y trendy son lo mejor que pueden<br />
decir. Al final a quién se le puede<br />
echar la culpa. ¿A las masas que ya se<br />
cansaron de pensar un poco? ¿A nadie<br />
le gusta ya escuchar música que rete sus<br />
sentidos? ¿Se extinguieron los melómanos<br />
empedernidos ? Quién sabe. Solo<br />
sé que toda esa basura musical hace que<br />
mis oídos sangren y que mis dientes<br />
rechinen cuando la escucho. O tal vez<br />
simplemente voy entendiendo de que se<br />
trata hacerse viejo y convertirme en un<br />
fantasma.
Imágenes:<br />
Portada<br />
El grito.<br />
Fotografía.<br />
2014.<br />
Ensayos<br />
Sin título.<br />
De la serie<br />
Semana Santa en el centro.<br />
Fotografía.<br />
2011.<br />
Letras<br />
El poder de la palabra<br />
Fotografía.<br />
2015.<br />
Debate<br />
San Francisco de Asís<br />
De la serie<br />
Fábrica de Santos.<br />
2012.<br />
Arte<br />
La Consagración<br />
De la serie<br />
Dulce Mortificación.<br />
Fotografía.<br />
2014.<br />
Comentarios<br />
1. El Convite de Totonicapán.<br />
2. La Santísima Trinidad<br />
de San Simón.<br />
3. El poder de la palabra.<br />
Fotografía.<br />
Años: 2012, 2014 y 2015.<br />
Eny Roland Hernández<br />
(Guatemala, 1981)<br />
Artista autodidacta que inició su carrera en la<br />
ciudad de Guatemala como fotoperiodista de<br />
la sección cultural del periódico Siglo 21. Progresivamente<br />
se desarrolló en las técnicas del<br />
retrato, la fotografía urbana y editorial. En<br />
su obra fotográfica combina estéticas como el<br />
kitsch, pop art, religión, erotismo. Su propuesta<br />
se centra en las contradicciones de la religión,<br />
cuestionando los dogmas de la fe.<br />
Entre sus exhibiciones más recientes, entre<br />
otras, se encuentran:<br />
-Las penitentes de la Recolección. Exposición<br />
colectiva Entre Siglos. Museo Nacional de Arte<br />
Moderno Carlos Mérida. Guatemala. Diciembre,<br />
2015.<br />
-San Sebastián y la muerte. GuatePhoto 2015.<br />
Pared exterior Teatro Lux, Ciudad de Guatemala.<br />
<strong>No</strong>viembre, 2015.<br />
-El poder de la palabra (Ordets magt). Proyecto<br />
Galería Urbana. Metroselskabet Byens Hegn,<br />
Pride Copenhagen Dinamarca. Agosto, 2015.<br />
-Latinoamérica: Un pueblo al sur de Estados<br />
Unidos. Exposición Colectiva, Casa de América,<br />
PhotoEspaña 2015. Junio, 2015.<br />
-A(normal) Cuarto Oscuro. Exposición Colectiva<br />
La Casa - Cultura de Barrio. Agosto, 2015.<br />
-Arte en Mayo. Exposición Colectiva Museo<br />
Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida.<br />
Mayo, 2015.<br />
-El sueño interrumpido. Exposición Colectiva<br />
Centro Cultural Metropolitano. Enero, 2015.<br />
-30 years on the road. <strong>No</strong>cturno. Proyecto Galería<br />
Urbana. Art Center South Florida. <strong>No</strong>viembre,<br />
2014.<br />
-Intimidad compartida. Fotografías de los coleccionistas<br />
Juan Redón y Miguel Flores Castellanos.<br />
Bienal de Artes Visuales del Istmo<br />
Centroamericano (Bavic 09). Centro Cultural<br />
de España. Agosto, 2014.<br />
-Proyecto Galería Urbana. Intervenciones en<br />
los espacios de la Galería Piegatto Arte. Guatemala,<br />
agosto, 2014.<br />
-Se alquila / estado. Fotografía de gran formato,<br />
mural. Antiguo Edificio Hotel Ritz Continental.<br />
Junio, 2014.<br />
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Sobre los colaboradores:<br />
Luisa González-Reiche<br />
Guatemalteca. Directora en Heurística, Arte y Educación. Realizadora de capacitaciones<br />
docentes sobre nuevas metodologías de enseñanza, tales como Enseñanza para la<br />
Comprensión, Pensamiento Visible y Culturas de Pensamiento para maestros y educadores<br />
de preprimaria, primaria, nivel medio y diversificados. Asimismo es diseñadora y<br />
coordinadora del programa de Estudios Superiores en Fotografía y Gestión de Proyectos<br />
Fotográficos y Docentes de Teoría de la Imagen en la Fototeca, Guatemala. Realizó<br />
estudios en la Universidad Francisco Marroquín, en el Art Institute of Philadelphia y<br />
en GSE Harvard / Wide World Program.<br />
Pablo Bromo<br />
Carlos González Orellana<br />
Sergio Castañeda<br />
Joss Pinto<br />
Dulcinea Gramajo<br />
Cristian Garzaro<br />
Juan B. Juárez<br />
Leo de Soulas<br />
Denise Phé-Funchal<br />
Álvaro Sánchez<br />
Guatemalteco. Editor, poeta y reseñista de música. Colabora con diferentes revistas y<br />
ha publicado los libros Arbitraria Muchedumbre, A dos pasos, Alicia, SPAM y Stereo<br />
Offset. Su obra aparece en más de veinte antologías en Estados Unidos, México y<br />
Centroamérica. Dirige la editorial Vueltegato Editores y trabaja en mercadeo.<br />
Guatemalteco. Poeta. Ingeniero químico. Cursa estudios tanto de literatura como de<br />
maestría en filosofía en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Sus textos han<br />
sido publicados en algunas revistas de América Latina. Colaborador permamente de<br />
la revista Casi Literal.<br />
Guatemalteco. Cursa estudios de Historia y Ciencias Sociales en la Universidad de<br />
San Carlos de Guatemala. Integrante del seminario permanente de teoría crítica. Poeta<br />
y escritor. Escribe para el sitio virtual Casi Literal. Colabora para diversos espacios<br />
virtuales y desempeña un papel activo en las redes sociales. Está asimismo vinculado<br />
a redes comunitarias.<br />
Guatemalteca. Es poeta, periodista cultural y estudiante de curaduría de arte contemporáneo.<br />
Publicó el poemario Cartas íntimas (2015) con Chuleta de Cerdo Editorial<br />
en Quetzaltenango, y su poesía se encuentra en varias antologías de El Salvador, Guatemala<br />
y México. Ha participado en distintos festivales en la Ciudad de Guatemala y<br />
actualmente es co-editora de la revista esQuisses.net.<br />
Guatemalteca. Estudiante de literatura en la Universidad de San Carlos de Guatemala.<br />
Tiene una presencia activa en las redes sociales. Publica por vez primera.<br />
Guatemalteco. Una de las voces más estimulantes de la actual poesía guatemalteca. Sus<br />
innumerables viajes lo han dotado de una visión a un tiempo personal y cosmopolita.<br />
Es asimismo editor de poesía emergente, de la cual ha publicado poesía berlinesa, portuguesa<br />
y española. Poeta inatrapable, su poesía abreva en las distintas experiencias<br />
vividas y las que todavía están por vivirse.<br />
Guatemalteco. Cursó estudios de Filosofía y Letras. Uno de los críticos de arte más<br />
sólidos en el panorama artístico del país. Colabora asimismo para diversos medios<br />
culturales.<br />
Profesor de Educación Primaria Urbana del Instituto Rafael Aqueche y Bachiller en<br />
Arte con especialización en Teatro, egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático<br />
Carlos Figueroa Juárez. Tiene el título de Profesor en Enseñanza Media en Lengua<br />
y Literatura y el pensum cerrado en la Licenciatura en Letras de la Universidad de<br />
San Carlos. Ha desarrollado una carrera como actor de teatro en propuestas serias y,<br />
eventualmente, ha incursionado como director. Ha sido jurado calificador en distintos<br />
certámenes de dramaturgia. Ha publicado el libro Al borde del precipicio, con Letra<br />
Negra Editores, y diferentes artículos en diversos medios, entre ellos, la revista Conjunto,<br />
La Ermita, el blog Casi Literal, Diario Digital y República GT.<br />
Nació en la ciudad de Guatemala en 1977. Escritora y socióloga. Ha publicado Las<br />
Flores (novela, F&G Editores, 2007), Manual del Mundo Paraíso (poesía, Editorial<br />
Catafixia, 2010), Buenas Costumbres (cuento, F&G Editores, 2011), Ana sonríe (novela,<br />
F&G Editores, 2015) y La habitación de la memoria (novela, Alfaguara, 2015).<br />
Sus cuentos han sido publicados en antologías en Guatemala, El Salvador, Argentina,<br />
Chile, Estados Unidos, Honduras, Nicaragua, Suiza, Italia, México y Alemania.<br />
Artista gráfico y autodidacta radicado en la ciudad de Guatemala, ha colaborado y<br />
publicado en revistas de arte y diseño. Su obra ha sido expuesta en países como Italia,<br />
Francia, Alemania, España, Estados Unidos, Costa Rica, Ucrania, Suecia, <strong>No</strong>ruega,<br />
Grecia y ciudad de Guatemala, entre otros. La mayoría de sus obras están inspiradas<br />
en la literatura (Bukowski, Ginsberg y Kerouack) en pintura (Francis Bacon, Jean Michel<br />
Basquiat, Olivier de Sagazan, Hermann Nitsch) y cine (David Lynch, Jean Luc<br />
Godard, Jim Jarmusch), pero su inspiración es la ciudad de Guatemala y sus calles.<br />
Es asimismo un agudo y amplio conocedor de las expresiones del rock, blues y otras<br />
manifestaciones contraculturales, sobre las cuales escribe y publica periódicamente.<br />
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