Revista del Cobre Junio 2016

TENDENCIA
“Además nuestros equipos pueden trabajar
con esta fuente energética ofreciendo una eficiencia
termodinámica cercana a 51%, y entregando
rangos de potencia que, de acuerdo con
la capacidad de la turbina, pueden variar entre 4
y 20 MW”, enfatiza el ejecutivo.
A esta característica se suma la ventaja de
que una mini central alimentada por gas natural
puede entrar al sistema en sólo 20 minutos, lo
cual implica importantes beneficios en ahorro
de tiempo y mayor productividad, en comparación
con otras centrales térmicas alimentadas
por carbón o petróleo, que requieren de mayor
tiempo para alcanzar operatividad plena.
Otro desarrollo significativo para contribuir
a reducir costos de producción energética y que
puede ser una realidad concreta en nuestro país
a mediano plazo, es el uso de centrales alimentadas
por biocombustibles líquidos, en especial
el biodiésel, producido a partir de aceite vegetal
o, incluso, de aceite comestible reciclado.
“En el contexto global los biocombustibles
líquidos, en especial el biodiésel, son la mejor
alternativa para operar durante los próximos
años una red de centrales independientes que
abastezcan de electricidad directamente a cada
yacimiento o actividad industrial, sin depender
de las grandes líneas del sistema interconectado”,
subraya Reyes.
El beneficio concreto de los biocombustibles
en toda la actividad industrial es tan relevante,
que de acuerdo con estudios recientes
elaborados por centros de investigación de
Europa y Estados Unidos, establecen que si se
reemplazaran todos los combustibles fósiles
por esta fuente energética, hacia 2050 se reduciría
el 60% de la huella de carbono en las
actividades industriales asociadas con emisión
de contaminantes a la atmósfera, y además
bajarían hasta en 30% los efectos actuales del
calentamiento global.
“Tomando en cuenta dicha realidad y aceptando
ese desafío, desde 2010 a la fecha MAN
Diésel & Turbo ha trabajado en esta solución energética,
utilizando aceite de palma, aceite de cocina
reciclado y también aceite de algas marinas, obteniendo
reducciones importantes en la emisión de
gases de efecto invernadero como el CO 2
, debido
que se trata de combustibles que no tienen sulfuro
en su composición química. Además, a esto se
suma el hecho de que hemos desarrollado tecnología
propia para tratar emisiones de combustión
en las plantas generadoras, como filtros y catalizadores
de oxidación que contribuyen a reducir aún
más los efectos de otros gases de escape, como
los óxidos de nitrógeno (NOx)”, enfatiza el especialista
de MAN Diesel & Turbo.
Se necesita un cambio
cultural
Sin embargo, para que este desarrollo tecnológico
se haga realidad en nuestro país, no basta
sólo invertir en avances científicos, sino que también
es necesario un cambio cultural que permita
acciones de fomento y apoyo a las tareas de recolección
de aceite de cocina, por ejemplo.
“Se requiere una cadena de desarrollo sustentable
para reciclar y reutilizar el aceite comestible,
lo cual demanda un desafío cultural
gigantesco, además de un incentivo para que
las grandes empresas inviertan en este proceso
de tratamiento”, comenta el ejecutivo.
Una tarea que además de beneficiar a uno
de los sectores productivos más importantes de
la economía nacional, se traduciría en mejoras
para la calidad de vida de la población cercana a
los yacimientos mineros y en eventuales beneficios
sociales derivados de rebajas en cuentas
de la luz, por ejemplo.
A ello, se suman las ventajas de reducir la
disposición de residuos contaminantes en los
sistemas de alcantarillado, pues para eliminar
unos pocos centímetros cúbicos de aceite comestible
ya utilizado, se requieren más de cinco
litros de agua potable.
Actualmente MAN Diesel & Turbo produce
unidades a biodiésel con capacidad para generar
entre 500 KW y 20 MW, por lo que con 10
mini centrales de este tipo, operando en forma
conjunta, se podría abastecer con facilidad a un
yacimiento como Codelco Andina, reduciendo
todos los costos de transporte de energía y
aportando a una mayor eficiencia productiva.
“También contamos con plantas de tecnología
dual que podrían funcionar con biodiésel
y gas natural. En caso de que haya desabastecimiento
de alguno de los combustibles, ampliando
la diversidad del abastecimiento”, comenta
Rodrigo Reyes.
Estos son ejemplos concretos de que la
tecnología pone a disposición de la sociedad
opciones para mejorar la calidad del medio ambiente
y para desarrollar labores de protección y
fomento sustentables reales, claro que sólo requieren
de un mayor apoyo a nivel de las autoridades
y de la creación de consciencia efectiva
entre las personas, en vista de que este tipo de
desarrollos finalmente entregarán beneficios
no sólo a un sector productivo, sino que a todo
el conjunto de la sociedad.
Nº 3 junio 2016 www.revistadelcobre.cl
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