ribera news 18

INCENDIO DE CARCAIXENT
Julio 2016
15
...continúa
se encargan de cubrir once
poblaciones las 24 horas y los
365 días del año, una cifra claramente
insuficiente.
Continuamos con José Luis
Martínez transitando entre matorrales
y árboles ennegrecidos.
Nos cuenta que ahora la
preocupación se centra en las
posibles consecuencias de las
lluvias torrenciales que se pueden
dar a partir de septiembre.
“El monte era el mejor embalse
que tenían los habitantes de
esta zona, ya que el agua era
retenida por la vegetación y no
había escorrentía, pero ahora
no ocurrirá esto y el agua bajará
de manera más virulenta y con
más materiales en suspensión,
pudiendo causar más daño a las
zonas habitadas”, nos explica.
Esas lluvias, además, tendrían
un efecto erosivo sobre el terreno
muy negativo, ya que “el
suelo es el que sustenta todo,
sin él no tenemos nada”.
Pero entre todo este panorama
de destrucción empieza a asomar
la vida de nuevo y observamos
cómo algunas especies
comienzan su proceso regenerador.
“La mayoría de las especies
que se han quemado son
rebrotadoras y lo aconsejable
es ver cómo evolucionan. En
la asociación somos partidarios
de dejar que el monte se regenere
por sí mismo y destinar
recursos, antes que a la reforestación,
al tratamiento y conservación
de las zonas que se han
salvado”.
Sobre el monte quemado la ley
establece una serie de prohibiciones
y límites sobre las zonas
afectadas.
La labor de José Luis y de
los demás agentes medioambientales
es a partir de ahora
la de controlar que todas las
El paisaje arrasado en el incendio tardará más de 30 años en volver a ser igual
actuaciones que se hagan en
esta amplia zona arrasada por
las llamas sean acordes a lo
que marca la administración,
al tiempo que facilitar que las
montañas de Carcaixent vuelvan
lo antes posible a tener el
aspecto que tenían.
Ricardo Pons, bombero de Carcaixent
“Lloré de la impotencia que sentí de verlo todo
en llamas y no haber podido hacer nada”
Se encontraba de vacaciones en su casa de campo, muy cerca de donde se originó
el fuego. De hecho, fue de los primero en acudir al foco del incendio y vio llegar
a sus compañeros que se encontraban de guardia en el parque de bomberos de
Alzira. Ricardo Pons no lo dudó ni un instante y se puso a trabajar en las tareas
de extinción. Pero a medida que pasaban las horas fue viendo con impotencia y
desesperación cómo el fuego convertía en ceniza la mayor parte de las montañas
de su entorno.
I.V.
- El hecho de acudir a un incendio
que está quemando su
monte más cercano al lugar
donde vive, ¿le afecta de una
manera especial?
Cualquier incendio forestal a
mí me afecta, pero esta zona en
concreto es en la que me he criado
y la conozco hasta el último
rincón, porque la he recorrido a
pie y en bicicleta, he plantado
pinos, los he podado, es como si
fuera mi casa y, por lo tanto, es
como si se estuviera quemando
parte de mi propia casa.
-Y a medida que veía las proporciones
que estaba cogiendo
el incendio, ¿qué sentía?
Mucha impotencia y mucha rabia.
Además, cuando ya lo teníamos
casi controlado, al día
siguiente cambió el viento de
poniente a levante y el fuego se
volvió a reavivar...desesperación
total. Recuerdo que al final
del segundo día llegué a casa y
me puse a llorar como un niño,
y lloré de la impotencia que sentí
de verlo todo en llamas y no
haber podido hacer nada, a pesar
del esfuerzo y de habernos
dejado todos la piel.
- ¿Tan difícil fue la lucha contra
el fuego?
Se acumularon una serie de factores
que hicieron que lo que
podía haber sido un pequeño
incendio desembocara en desastre.
El gran problema que tuvimos
es que los medios aéreos
estaban todos en el incendio de
Bolbaite. Así que entre el fuerte
viento de poniente que hizo y
la sequedad del monte, cuando
llegaron los medios aéreos el incendio
era ya imparable.
- Analizando fríamente cómo
transcurrieron aquellos días,
¿tiene la sensación de que se
podía haber hecho algo más?
Siempre se puede mejorar, se
hacen muchos simulacros, pero
cuando ocurre una situación de
estas características siempre
lo supera todo y puede llegar
a haber descoordinación. En
el Puesto de Mando Avanzado
(PMA) la gente estaba desbordada,
estaban evacuando el
Hospital de Aguas Vivas, hacían
falta más de 40 ambulancias,
también había que evacuar toda
una urbanización. Yo estaba en
la urbanización Santa Marina y
pedíamos ayuda porque no dábamos
abasto. Había que coordinar
todos los medios, Guardia
Civil, Policía Local, brigadas...
Es decir, en pocas horas se vinieron
encima muchos problemas
y entiendo que es difícil.
Yo pienso que, más que en la
extinción, se debería incidir en
la prevención. La montaña está
totalmente abandonada y habría
que invertir en ella, pero quizás
para los políticos tenga más
visibilidad asfaltar dos calles
que limpiar la montaña, pero el
monte es también nuestra casa
y nuestro pulmón, y lo tenemos
descuidado.
- ¿Ha visitado la zona quemada
después del incendio?
He subido solo una vez pero
creo que tardaré en volver porque
la tristeza es tremenda.
Aunque junto con unos amigos
que son ingenieros forestales
estamos intentando movilizar a
la gente y poner en marcha una
especie de plataforma para impulsar
cuanto antes la reforestación.