You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Mientras<br />
asistía al<br />
espectáculo<br />
<strong>de</strong> brutalidad<br />
y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />
protagonizado<br />
por la masa<br />
<strong>de</strong> alumnos en<br />
un estado <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sasosiego,<br />
Plinio<br />
comprendió<br />
lo que jamás<br />
hubiera<br />
sospechado<br />
antes<br />
era el ambiente <strong>de</strong>l colegio y entonces conversaba<br />
a menudo con su primo Procopio, 20 un poco<br />
mayor que él, y le hacía preguntas sobre el centro.<br />
No obstante, ese niño tenía mucha labia y astucia,<br />
y era capaz <strong>de</strong> iludir a las personas y convencerlas.<br />
Le <strong>de</strong>scribió la realidad escolar como<br />
un jardín <strong>de</strong> <strong>de</strong>licias, todo hecho para agradar el<br />
espíritu maravilloso <strong>de</strong> su primo más joven. Allí<br />
existían cerezos que daban frutos durante todo el<br />
año, <strong>de</strong>liciosos y abundantes, al alcance <strong>de</strong> la mano...<br />
Engañado por tal mito, Plinio habló con sus<br />
padres y les pidió con insistencia que lo matricularan<br />
en el San Luis, a lo que Dña. Lucilia y<br />
el Dr. João Paulo accedieron. Pero el primer día<br />
<strong>de</strong> clase nada más salir <strong>de</strong> casa se llevó una sorpresa<br />
al comprobar que su primo no había pasado<br />
a recogerlo como se lo había prometido y<br />
tampoco lo estaba esperando en la puerta cuando<br />
llegó llevado por la fräulein.<br />
¡Y cuál no fue su <strong>de</strong>cepción al buscar los cerezos<br />
y no encontrarlos por ninguna parte! Al<br />
ver que Procopio se había burlado <strong>de</strong> él, Plinio<br />
tuvo el primer <strong>de</strong>sengaño en su nueva vida, hecho<br />
<strong>de</strong>tonador <strong>de</strong> otros muchos: “Entonces él<br />
se olvidó <strong>de</strong> mí completamente, sin darle la mínima<br />
importancia a mi <strong>de</strong>silusión... Permanecí<br />
aislado, [...] pensando en ese primo que yo lo<br />
hallaba tan bueno y correcto, a quien admiraba<br />
con verda<strong>de</strong>ro entusiasmo y al cual quería como<br />
a un hermano: ‘Algo no estaba bien... ¿Cómo<br />
me miente <strong>de</strong> esa manera?’ ”. 21<br />
Con todo, el mayor susto <strong>de</strong> Plinio se lo llevaría<br />
en la hora <strong>de</strong>l recreo. Habiendo salido <strong>de</strong> las<br />
clases en buen or<strong>de</strong>n y disciplina, los alumnos formaron<br />
en el patio y, <strong>de</strong> repente, al oír el silbato <strong>de</strong><br />
uno <strong>de</strong> los profesores jesuitas, todos se dispersaron<br />
a la <strong>de</strong>sbandada en medio <strong>de</strong> un caótico estruendo.<br />
Era un tropel <strong>de</strong> niños que corrían como<br />
horda <strong>de</strong> bárbaros, daban patadas y se <strong>de</strong>rribaban<br />
unos a otros, sudaban y rodaban por el polvo, en<br />
una tremenda agitación y griterío.<br />
Presenciar esa escena fue para él un verda<strong>de</strong>ro<br />
trauma. “Aquellos gritos me parecieron<br />
lo sumo <strong>de</strong> lo que no <strong>de</strong>bería ser. [...] Era una<br />
especie <strong>de</strong> orgía <strong>de</strong> gasto <strong>de</strong> vitalidad, <strong>de</strong> intemperancia<br />
y <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n. Un gran frenesí<br />
absorbía y dominaba completamente a los<br />
alumnos, y los juegos se <strong>de</strong>sarrollaban en medio<br />
<strong>de</strong> una tensión nerviosa y <strong>de</strong> una superexcitación”.<br />
22 “Aquello me parecía una especie <strong>de</strong><br />
ciudad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, don<strong>de</strong> todos eran gamberros,<br />
puercos, vulgares y sin fe”. 23<br />
Ante una Revolución universal<br />
A solas en el patio, mientras asistía al espectáculo<br />
<strong>de</strong> brutalidad y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n protagonizado<br />
por la masa <strong>de</strong> alumnos en un estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sasosiego,<br />
Plinio comprendió lo que jamás hubiera<br />
sospechado antes: “<strong>El</strong> mundo entero es como<br />
este colegio”. Sin utilizar todavía el término<br />
ni <strong>de</strong>finir su significado, vio claramente la existencia<br />
<strong>de</strong> la Revolución, y acababa <strong>de</strong> tener su<br />
primer choque con ella. “Estaba, por tanto, ante<br />
un movimiento universal, organizado y cohesivo,<br />
con una mentalidad única, la cual se expresaba<br />
bajo varias formas y abarcaba todos los<br />
asuntos. Y ese movimiento avanzaba con tanta<br />
expansión, seguridad y fuerza, que se había<br />
vuelto irresistible [...]. Era el comienzo <strong>de</strong> la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la Revolución”. 24<br />
En cierto momento Plinio completó el cuadro:<br />
todo lo que veía <strong>de</strong> bueno en el universo tenía<br />
relación con el Sagrado Corazón <strong>de</strong> Jesús,<br />
Maria Cecilia França Monteiro da Silva (Acervo particular)<br />
Biblioteca <strong>de</strong>l Colegio San Luis<br />
18 Heraldos <strong>de</strong>l Evangelio · Julio 2016<br />
_RHE156_CO_RAE175.indb 18 04/07/2016 14:22:37