18.07.2016 Views

El maestro de nuestro fundador

29RtnSx

29RtnSx

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ar una lotería en São Paulo, también le pedía<br />

a Santa Teresita la gracia <strong>de</strong> que le tocara. No<br />

quería propiamente hacerse rico, sino más bien<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>dicarse por entero al apostolado.<br />

La novena estaba en sus últimos días cuando<br />

Plinio, ojeando algunos volúmenes en la librería<br />

<strong>de</strong> los cordimarianos, le atrajo la atención<br />

uno escrito por el entonces Beato Luis María<br />

Grignion <strong>de</strong> Montfort: el Tratado <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong>voción a la Santísima Virgen. Tras una breve<br />

vacilación, <strong>de</strong>cidió comprarlo. Contando el<br />

episodio afirmaría: “No percibía que Santa Teresita<br />

estaba guiando mi brazo”. 19<br />

Al leer las páginas <strong>de</strong>l Tratado se llenó <strong>de</strong> entusiasmo<br />

y, sin per<strong>de</strong>r una letra, “<strong>de</strong> exclamación<br />

en exclamación”, 20 iba concluyendo que la obra <strong>de</strong><br />

San Luis Grignion era incomparable, portentosa<br />

y basada en la mejor teología; profundizaba ampliamente<br />

en la doctrina sobre María Santísima,<br />

a fin <strong>de</strong> dar una elevadísima noción <strong>de</strong> su papel<br />

en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l universo. Recordaría el Dr. Plinio:<br />

“Durante su lectura, a veces paraba y <strong>de</strong>cía: ‘¡Parece<br />

que este hombre está hablando! Hace siglos<br />

que murió, pero creo que estoy sintiendo el impulso,<br />

la propulsión <strong>de</strong> su alma en lo que él está<br />

diciendo aquí!’ ”. 21 Leyéndolo aprendía en la concordancia<br />

eufórica <strong>de</strong> su alma. Nunca pensó que<br />

un libro pudiera ejercer sobre alguien el efecto<br />

que aquel produjo sobre él. Y reflexionaba: “¡He<br />

encontrado el libro <strong>de</strong> mi vida!”. 22<br />

Entusiasmo por el Reino <strong>de</strong> María<br />

A lo largo <strong>de</strong> los días siguientes,<br />

la lectura <strong>de</strong>l Tratado se<br />

fue convirtiendo en un auténtico<br />

estudio, serio y profundo:<br />

“Mi alma salió <strong>de</strong><br />

esa lectura guarnecida<br />

con un montón <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as,<br />

<strong>de</strong> nociones, <strong>de</strong> doctrinas,<br />

etc., que sería un<br />

nunca acabar, si las fuera<br />

a contar todas”. 23<br />

Sin embargo, su entusiasmo<br />

fue todavía mayor al<br />

hacer otro <strong>de</strong>scubrimiento en<br />

las páginas que se iban sucediendo<br />

ante sus ojos, según él<br />

mismo narraría: “[Eran] llamas<br />

intensas sobre un asunto<br />

que jamás había oído tratarlo<br />

a nadie, pero me interesaba<br />

Dom Jean-Baptiste Chautard,<br />

abad <strong>de</strong> Sept-Fons y autor <strong>de</strong>l libro<br />

“<strong>El</strong> alma <strong>de</strong> todo apostolado”<br />

en el más alto grado: el Reino <strong>de</strong> María. Enseguida<br />

me di cuenta <strong>de</strong> que ese reino era la meta hacia<br />

la cual volaba mi alma”. 24 Entendió que San Luis<br />

Grignion se refería, por encima <strong>de</strong> todo, al gobierno<br />

<strong>de</strong> la Virgen, Reina <strong>de</strong> los Corazones, sobre<br />

las mentalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todos los hombres. Aunque<br />

también notó que el autor <strong>de</strong>l Tratado preveía<br />

una era histórica en la cual la faz <strong>de</strong> la tierra sería<br />

renovada y reformada por la Santa Iglesia, y en la<br />

que María Santísima sería reconocida universalmente<br />

como Soberana.<br />

La primacía <strong>de</strong> la vida interior<br />

A principios <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1930, más <strong>de</strong> dos<br />

años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su ingreso en las Congregaciones<br />

Marianas, el Dr. Plinio había hecho gran<strong>de</strong>s<br />

progresos en la vida espiritual. No obstante,<br />

se preguntaba qué pasos le exigiría su vocación<br />

ahora. Meditando sobre ello <strong>de</strong>cidió explorar<br />

la pequeña biblioteca <strong>de</strong> su abuela, en busca <strong>de</strong><br />

alguna obra cuya lectura le pudiera ayudar. Al<br />

abrir la estantería se topó con un volumen escrito<br />

en francés, por un autor cuyo nombre le parecía<br />

lleno <strong>de</strong> resonancias: Dom Jean-Baptiste<br />

Chautard, trappiste, abbé <strong>de</strong> Sept-Fons. 25<br />

<strong>El</strong> efecto fue inmediato: “Empecé a leerlo y<br />

percibí que se me abría un cielo”. 26 Y recorrió las<br />

páginas <strong>de</strong> <strong>El</strong> alma <strong>de</strong> todo apostolado con emoción,<br />

comprendiendo que había encontrado una<br />

<strong>de</strong> las obras que constituirían en a<strong>de</strong>lante la base<br />

<strong>de</strong> su espiritualidad.<br />

A partir <strong>de</strong> esa lectura es cuando<br />

el Dr. Plinio fija en su rutina<br />

ciertos hábitos <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción<br />

que observaría hasta el final<br />

<strong>de</strong> sus días: “En el libro <strong>de</strong><br />

Dom Chautard, las verda<strong>de</strong>s<br />

sobre el papel <strong>de</strong> la<br />

oración y <strong>de</strong> la vida interior<br />

prevaleciendo sobre<br />

las obras venían expuestas<br />

<strong>de</strong> un modo magnífico.<br />

Era teología <strong>de</strong> la<br />

mejor y reforzó en mí la<br />

ten<strong>de</strong>ncia y la preocupación<br />

por la oración. Entonces<br />

fue cuando empecé a<br />

comulgar y a rezar el Rosario<br />

diariamente”. 27<br />

Otro aspecto <strong>de</strong> enorme<br />

importancia en las <strong>de</strong>terminaciones<br />

tomadas por el<br />

<strong>El</strong> efecto<br />

<strong>de</strong> aquella<br />

lectura fue<br />

inmediato:<br />

“Empecé<br />

a leerlo y<br />

percibí que<br />

se me abría<br />

un cielo”<br />

Julio 2016 · Heraldos <strong>de</strong>l Evangelio 29<br />

_RHE156_CO_RAE175.indb 29 04/07/2016 14:22:50

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!