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Arencibia Gil y el arte<br />

socialmente [in] correcto<br />

<strong>de</strong> la caricatura<br />

Por: D. Antonio María González Padrón. Cronista Ofi cial <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong>. Director <strong>de</strong> la Casa-Museo León y Castillo<br />

Des<strong>de</strong> que saliera, allá por el año 1987,<br />

el primer número <strong>de</strong> esta publicación, por<br />

entonces llamada Guía comercial <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong> y<br />

ahora Guía histórico-cultural <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong>, sus<br />

directores nos propusieron ir <strong>de</strong>svelando,<br />

año a año y <strong>de</strong> artículo en artículo, hechos<br />

<strong>de</strong>l pasado remoto e inmediato <strong>de</strong> nuestra<br />

más <strong>de</strong> seis veces centenaria ciudad. Presurosos<br />

acudimos cada verano a la confección<br />

<strong>de</strong>fi nitiva <strong>de</strong> uno o varios trabajos que,<br />

con el paso <strong>de</strong>l tiempo, suman ya treinta<br />

y tres, y que bien pudieran formar, por sí<br />

solos una miscelánea.<br />

Recuerdo con nostalgia aquellas primeras<br />

investigaciones, entre las que <strong>de</strong>staco<br />

la titulada El pintor José Arencibia Gil, que<br />

ocupara las páginas 17, 18 y 19 <strong>de</strong>l primer<br />

número. Entonces manifesté lo importante<br />

que había sido para Tel<strong>de</strong> encontrarse, en<br />

su longeva historia, con un artista tan polifacético<br />

como Arencibia Gil.<br />

A lo largo <strong>de</strong> estos últimos años, no ha<br />

<strong>de</strong>jado <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos en mil y una ocasiones,<br />

ya sea en estudios propios o ajenos,<br />

en exposiciones antológicas o en aportes<br />

documentales. El hombre y el artista se<br />

convierten así en un fi lón para cualquier<br />

especialista en Arte que, pacientemente,<br />

quiera ir hilvanando la urdimbre <strong>de</strong> su<br />

biogr<strong>af</strong>ía. Queda mucho por analizar en la<br />

obra arencibiniana, y es bueno que así se<br />

haga: a veces <strong>de</strong>scubriremos paisajes in-<br />

éditos, como el custodiado por don Laureano<br />

Betancor, presente entregado por<br />

el artista como trofeo <strong>de</strong> un improvisado<br />

concurso durante una gira al Pinar <strong>de</strong> Tamadaba;<br />

otras, tendremos ocasión <strong>de</strong> ver<br />

sus dibujos primigenios, <strong>de</strong>scubriendo la<br />

fantasía <strong>de</strong> un mozalbete al levantar acta<br />

notarial <strong>de</strong> Un Hidroavión que se balancea<br />

en las aguas <strong>de</strong> la Bahía <strong>de</strong> Gando o el trazo<br />

fi rme y seguro que queda confi gurado<br />

en un Fraile Franciscano, con la rotundidad<br />

<strong>de</strong> quien se reconoce maestro <strong>de</strong> las Artes.<br />

Otras veces, tendremos que <strong>de</strong>scubrir al<br />

diseñador <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s proyectos urbanos,<br />

que plasma sobre el papel las i<strong>de</strong>as más<br />

vanguardistas <strong>de</strong> conexiones futuras entre<br />

la G.C.1 -también conocida como autopista<br />

<strong>de</strong>l Sur- con la ciudad <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong>, a través<br />

<strong>de</strong> su Vega Mayor. No siempre coincidiremos<br />

en nuestros juicios; es más, en aras<br />

<strong>de</strong> la verdad histórica, a veces pudiera parecer<br />

que traicionamos su memoria, atribuyéndole<br />

obras que tradicionalmente le<br />

han sido adjudicadas a otros artistas. Nada<br />

más lejos <strong>de</strong> nuestro sentir: José Arencibia<br />

Gil fue un creador nato <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y<br />

también <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s tangibles; como los<br />

gran<strong>de</strong>s artistas, contó con amanuenses y,<br />

otras veces, confi ó en la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> otros,<br />

sobre todo cuando el objeto a tratar no era<br />

motivo directo <strong>de</strong> su quehacer cotidiano;<br />

ejemplo <strong>de</strong> ello lo tenemos en los cientos<br />

León más fi ero que el Cid, que El Espejo Nacional regala a Pepe Abascal para el<br />

Parque <strong>de</strong> Madrid<br />

D. José Arencibia Gil<br />

<strong>de</strong> cartones <strong>de</strong> diseño <strong>de</strong> los más variados<br />

muebles que anduvieron <strong>de</strong> ebanista en<br />

ebanista, en ésta y en otras tantas localida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> Gran Canaria.<br />

En otro lugar <strong>de</strong>jé dicho que la paternidad<br />

<strong>de</strong>l diseño <strong>de</strong>l llamado Cristo Amarillo,<br />

Cristo <strong>de</strong>l Calvario, Cristo <strong>de</strong>l Calvarito o Cristo<br />

<strong>de</strong>l Árbol Bonito, que <strong>de</strong> todas estas maneras<br />

es mentado, aunque no la ejecución<br />

fi nal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>vastado <strong>de</strong> la piedra <strong>de</strong> Teror<br />

que le dio cuerpo, lo atribuía al también escultor<br />

arauquense José Luis Marrero. No<br />

pensé yo ni por un momento en que iba a<br />

<strong>de</strong>stapar la caja <strong>de</strong> los truenos. Doña Rosa<br />

Betancor, esposa <strong>de</strong> José Arencibia, no<br />

está en nada <strong>de</strong> acuerdo con mi tesis: ella<br />

sigue <strong>af</strong>i rmando que la obra en cuestión<br />

fue diseñada y esculpida por su marido. Al<br />

poseer la documentación y el testimonio<br />

oral <strong>de</strong>l anteriormente nombrado escultor,<br />

José Luis Marrero, sólo me resta exponerlo<br />

aquí, rogando a doña Rosa que me<br />

perdone por las molestias ocasionadas y,<br />

sobre todo, por el posible distanciamiento<br />

que ella creyó ver entre mi admirado José<br />

Arencibia y yo.<br />

En el Archivo Documental <strong>de</strong> la Casa-<br />

Museo León y Castillo, institución que el<br />

año 2004 cumplió medio siglo <strong>de</strong> vida, se<br />

conserva, entre otros tantos legados, uno<br />

<strong>de</strong> indudable importancia y singularidad:<br />

nos referimos al <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> dibujos, planos,<br />

versos, etc. que la familia <strong>de</strong>l pintor<br />

tel<strong>de</strong>nse <strong>de</strong>jara hace años para su custodia<br />

y divulgación. Esto muestra, una vez más,<br />

la generosidad <strong>de</strong> unos tel<strong>de</strong>nses que anteponen<br />

el bien común al suyo propio. Entre<br />

papeles <strong>de</strong> diversa índole aparece un buen<br />

número <strong>de</strong> folios que contienen, nada más<br />

87


– ¡Vaya con el Marqués <strong>de</strong> Muni! Corona... León... Castillo... y Toisón <strong>de</strong> oro. Esto,<br />

más que un hombre, es el propio escudo <strong>de</strong> España...<br />

y nada menos, que otros tantos retratos y<br />

caricaturas <strong>de</strong> personajes conocidos o populares<br />

<strong>de</strong> la sociedad tel<strong>de</strong>nse <strong>de</strong> los años<br />

cuarenta, cincuenta y sesenta.<br />

Hoy como ayer nos sigue llamando la<br />

atención el interés <strong>de</strong> Arencibia Gil por<br />

<strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> las características faciales,<br />

pero también psicológicas, <strong>de</strong> sus<br />

paisanos coetáneos. El mismo artista, que<br />

llevó magistralmente al papel la belleza<br />

y nobleza <strong>de</strong> la dama habanera doña Encarnación<br />

Rodríguez, esposa <strong>de</strong>l Doctor<br />

tel<strong>de</strong>nse don Tomás López Brito, traza<br />

hábilmente, a lápiz, a bolígr<strong>af</strong>o o a tinta<br />

china, los rostros <strong>de</strong>l humil<strong>de</strong> aguador,<br />

<strong>de</strong>l empren<strong>de</strong>dor mecánico o <strong>de</strong>l docto<br />

farmacéutico, por nombrar sólo algunos<br />

personajes <strong>de</strong> su amplia galería <strong>de</strong> retratos<br />

caricaturescos. No todos, por cierto,<br />

constituyen patrimonio <strong>de</strong>l Museo leonista,<br />

pues son varios los particulares que poseen<br />

sus originales, tal es el caso <strong>de</strong> don<br />

Antonio Lorenzo Gue<strong>de</strong>s y Pérez <strong>de</strong><br />

Azofra, que guarda la caricatura grotesca<br />

que Arencibia realizara a su padre, don<br />

Antonio Gue<strong>de</strong>s Santos, comerciante <strong>de</strong><br />

Los Llanos, o la <strong>de</strong> don Laureano Betancor,<br />

comerciante y político tel<strong>de</strong>nse que la<br />

protege <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong>l tiempo, como si <strong>de</strong><br />

una reliquia se tratara.<br />

Ya en el año 2004, durante los meses<br />

<strong>de</strong> mayo y junio, la Casa-Museo tel<strong>de</strong>nse<br />

presentó una exposición producida por la<br />

Biblioteca-Archivo Víctor Balaguer <strong>de</strong> Cataluña<br />

(1). Aunque <strong>de</strong>dicada por entero a<br />

la crítica política <strong>de</strong> la Restauración Borbónica,<br />

fue sorpren<strong>de</strong>nte cómo acaparó<br />

el interés <strong>de</strong>l público, especialmente <strong>de</strong><br />

los más jóvenes, que veía en esa forma <strong>de</strong><br />

expresión artística un acertado método <strong>de</strong><br />

comunicación visual.<br />

Pero antes <strong>de</strong> aportar más datos e iniciar<br />

los comentarios que acompañan a las<br />

obras en cuestión, es menester <strong>de</strong>tenernos<br />

brevemente en una explicación, más<br />

o menos somera, sobre el tan <strong>de</strong>nostado<br />

por unos como apreciado por otros arte <strong>de</strong><br />

la caricatura. Para ello atrasemos nuestro<br />

88<br />

particular reloj <strong>de</strong>l tiempo hasta los siglos<br />

conocidos bajo el epígr<strong>af</strong>e <strong>de</strong> los Imperios<br />

Egipcios. J. Enrique Peláez Maragón, en<br />

su Historia <strong>de</strong> la Caricatura (2) reseña: “todos<br />

los autores que se han encargado <strong>de</strong> estudiar<br />

el tema, coinci<strong>de</strong>n en remontar sus orígenes<br />

hasta las culturas Mesopotámicas, Precolombinas,<br />

Egipcias…; así Gaya Nuño señala por<br />

lo que se refi ere a Egipto que en diferentes<br />

papiros como el <strong>de</strong>l British Museum, el <strong>de</strong> el<br />

Museo Arqueológico <strong>de</strong>l Cairo o el Museo <strong>de</strong><br />

Egiptología <strong>de</strong> Turín (todos pertenecientes a<br />

la XX dinastía), aparecen representados varios<br />

animales como el asno, el león, el cocodrilo<br />

o el mono, tocando instrumentos <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> un lujoso ambiente […].<br />

Otro <strong>de</strong> los períodos don<strong>de</strong> más fl orecerá<br />

la caricatura <strong>de</strong>l Antiguo Egipto, es en el<br />

<strong>de</strong> la XVII dinastía, fundamentalmente en el<br />

período Amarniense, momentos en los que<br />

tras la reforma <strong>de</strong> Amenofi s IV (Akenaton) se<br />

produce una fuerte crítica a toda su política<br />

<strong>de</strong> cambios, en este sentido son famosos los<br />

“gr<strong>af</strong>fi ti” encontrados en las antiguas murallas<br />

<strong>de</strong> Tebas representado muchas veces<br />

soez a Nefertiti y a Akenaton.”<br />

Los griegos y romanos no <strong>de</strong>jaron a un<br />

lado esta forma cómica <strong>de</strong> representar a lo<br />

más <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong> su sociedad. Aristóteles<br />

lo consi<strong>de</strong>ra un arte <strong>de</strong> escasísimo interés,<br />

aunque su discípulo Teofrasto lo ve como<br />

algo cómico y positivo.<br />

El propio Aristóteles cita a un tal Posón,<br />

califi cándolo <strong>de</strong> pintor malévolo. Aristófanes<br />

se refi ere al mismo artista cuando <strong>de</strong>ja<br />

escrito “no volverá a ser juguete <strong>de</strong>l infame<br />

Posón”. El eximio Luciano en su obra “El<br />

Elogio <strong>de</strong> Demóstenes”, también lo menciona.<br />

Tanto Dionisio <strong>de</strong> Prusa, como Plutarco,<br />

Plinio y Cicerón reivindican en diferente<br />

grado el valor moral <strong>de</strong> la risa y <strong>de</strong> la<br />

sátira <strong>de</strong> costumbres.<br />

En el siglo III d. C. se llegan a términos<br />

<strong>de</strong> blasfemia cuando se reproduce un<br />

“Asno Crucifi cado” en la Domus Genotiana,<br />

seguido <strong>de</strong> la siguiente frase: “Alexamenos<br />

adora a Dios”.<br />

La caricatura es tachada por muchos <strong>de</strong><br />

perversión <strong>de</strong>l arte, aunque para otros muchos<br />

era una forma más <strong>de</strong> expresar sentimientos<br />

o pensamientos y, por lo tanto,<br />

<strong>de</strong>bería ser consi<strong>de</strong>rada como una forma<br />

legítima <strong>de</strong> creación y expresión.<br />

Tanto en la Edad Media como en el<br />

Renacimiento surgen numerosos caricaturistas.<br />

Des<strong>de</strong> Leonardo hasta Brueghel el<br />

Viejo, pasando por El Bosco, Durero, Lucas<br />

Granach o Holbein el Joven, todos fueron<br />

célebres caricaturistas; aunque tal vez<br />

sea Carracci quien haga más hincapié en el<br />

tema grotesco.<br />

Algo más tar<strong>de</strong>, Tiépolo y Jaques Callot,<br />

acompañados <strong>de</strong> Stefano Della Bella,<br />

Cornelius Dusart, y hasta el propio Bernini,<br />

utilizarán la caricatura para la sátira política<br />

y la mordaz humillación <strong>de</strong> los más encumbrados<br />

car<strong>de</strong>nales <strong>de</strong> la Iglesia Católica.<br />

Durante el siglo XVIII <strong>de</strong>stacará Francis<br />

Grose, que será el primero que intentará<br />

codifi car toda una serie <strong>de</strong> reglas <strong>de</strong> cómo<br />

tiene que ser o <strong>de</strong>be ser la caricatura: “Rules<br />

for Drawing Caricatures”. En 1743 Arthur<br />

Pond publicará en Inglaterra una colección<br />

<strong>de</strong> caricaturas europeas. En 1792 será<br />

el francés Boyer De Nimês quien recopilará<br />

una serie importante <strong>de</strong> imágenes satíricas y<br />

grotescas sobre la sociedad francesa <strong>de</strong> su<br />

tiempo. La fi gura <strong>de</strong> Hogart, gran observador<br />

<strong>de</strong> la vida social, así como Rowlandson<br />

y Gillray en Inglaterra, harán uso <strong>de</strong> este<br />

medio artístico para realizar la mayor <strong>de</strong> las<br />

críticas contra el corso Napoleón.<br />

En pleno siglo XIX, Boilly, Debocourt<br />

y Grukshank van a ser consi<strong>de</strong>rados como<br />

los mejores caricaturistas franceses. Otras<br />

naciones, como Suiza, Alemania, Austria-<br />

Hungría y Rusia, conocerán a lo largo <strong>de</strong><br />

todo este siglo una gran proliferación <strong>de</strong><br />

caricaturas que harán las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong> los lectores<br />

<strong>de</strong> panfl etos y rotativos <strong>de</strong> carácter<br />

sociopolítico.<br />

No son pocos los historiadores <strong>de</strong>l Arte<br />

que han querido ver en los Caprichos y Disparates<br />

<strong>de</strong> Francisco <strong>de</strong> Goya y Lucientes<br />

verda<strong>de</strong>ras muestras <strong>de</strong>l Arte Burlesco,<br />

conocido hasta entonces como “caricaturas”.<br />

También en la España contemporánea<br />

al genio <strong>de</strong> Fuen<strong>de</strong>todos, concretamente<br />

entre los años 1808 y 1912, circulan por<br />

doquier las famosas “Hojas Sueltas”, en las<br />

que se critica la invasión napoleónica y el<br />

reinado <strong>de</strong> José Bonaparte, llamado sagazmente<br />

“el rey Pepino” en cantares populares<br />

que <strong>de</strong>cían así: “el rey Pepino se ha<br />

llevado dos botellas para hacer el camino”,<br />

“dicen <strong>de</strong>l rey Pepino que <strong>de</strong>sea cambiar la<br />

capital <strong>de</strong> Madrid a Valladolid por los buenos<br />

caldos que hay por allí”, “el rey Botella<br />

tiene mala estrella”. El Arlequín <strong>de</strong> Europa,<br />

La salida <strong>de</strong>l rey ambulante y su legión <strong>de</strong>vota,<br />

Napoleón trabajando para la regeneración<br />

<strong>de</strong> España, Napoleón y Godoy, Fiesta <strong>de</strong><br />

toros en España o matador corzo en peligro:<br />

todas ellas notables caricaturas estudiadas<br />

en la obra <strong>de</strong> Gómez Imaz.


Aunque en un principio las caricaturas<br />

resultaban anónimas por el miedo a la represalia,<br />

algo más tar<strong>de</strong>, ya en la etapa liberal,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la subida al trono <strong>de</strong> la reina Isabel<br />

II en a<strong>de</strong>lante, sus autores las fi rmaban,<br />

siendo consi<strong>de</strong>rados como verda<strong>de</strong>ros<br />

azotes <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s sociales y políticas.<br />

Así <strong>de</strong>stacan Alenza, Cilla, Sancha,<br />

Isleño, Tovar, Montagud, Marín, Pons,<br />

Junio, Grau, Aragay, Marco, Francisco<br />

Ortego, Apeles Mestres y Rodríguez<br />

Castelao. Mención aparte merece la ingente<br />

obra <strong>de</strong> Valeriano Domínguez<br />

Bécquer, quien une a su sarcasmo exacerbado<br />

una antipatía por los Borbones casi<br />

obsesiva. Acompañando al presente artículo<br />

mostramos algunas caricaturas <strong>de</strong> la obra<br />

“Los Borbones en Pelota”(3), que circuló <strong>de</strong><br />

forma generalizada por toda España, y que<br />

muchos años más tar<strong>de</strong> se ha reeditado.<br />

En Cataluña <strong>de</strong>staca sobremanera la fi -<br />

gura <strong>de</strong>l dibujante caricaturista Xavier Nogués<br />

y el también humorista caricaturista<br />

Apa (Feliu Elias), látigo <strong>de</strong> los políticos <strong>de</strong><br />

la Restauración. Con infl uencia en todo el<br />

Estado y fuera <strong>de</strong> él, nos encontramos con<br />

Luis Bagaría (4).<br />

Las principales revistas españolas <strong>de</strong>l<br />

XIX que dan cabida a la caricatura son: El<br />

Fisgón, El Momo, El Cascabel, El Duen<strong>de</strong>, El<br />

Jorobado, La Guindilla, Látigo, El Avisador,<br />

Ge<strong>de</strong>ón, La Risa y Madrid Cómico, todas<br />

ellas publicadas en la Capital <strong>de</strong>l Reino; Valencia<br />

Cómica, que veía la luz en esa capital<br />

levantina y Andalucía Alegre, en Granada.<br />

En Cataluña, concretamente en la ciudad<br />

<strong>de</strong> Barcelona, se publicaba por entonces La<br />

Flaca, La Traca, El Xut, El Be Negre, Ma<strong>de</strong>ja<br />

Política, El Tiburón, El Nunci, La Bamba, Cu-<br />

Cut, L´esquella <strong>de</strong> la Torratxa, La Campana<br />

<strong>de</strong> Gracia, La Mosca Roja, El Papitu, El Picarol,<br />

La Cuc<strong>af</strong>era, En Patufet, El Papagayo, El<br />

Republicano y El Refl ejo (5).<br />

Canarias también fue campo <strong>de</strong> creación<br />

caricaturesca <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n. Los<br />

agitados tiempos <strong>de</strong> la Restauración Borbónica<br />

y los <strong>de</strong> la II República, con la salvedad<br />

existente en los siete años <strong>de</strong> la Dictadura<br />

<strong>de</strong> Primo <strong>de</strong> Rivera (1923-1930), fueron<br />

prolijos en el número <strong>de</strong> fi rmas que avalaban<br />

otras tantas obras burlescas. Aunque<br />

casi todos los políticos locales fueron diana<br />

propicia para estos creativos, quien se llevó<br />

la palma fue Fernando <strong>de</strong> León y Castillo,<br />

el lí<strong>de</strong>r liberal, tan querido por unos<br />

como <strong>de</strong>nostado por otros. Su política caciquil,<br />

logros aparte, fue motivo <strong>de</strong> críticas<br />

muy exacerbadas, empezando por su propio<br />

amigo Benito Pérez Galdós, quien le<br />

<strong>de</strong>dica buena parte <strong>de</strong> su bloc sobre Canarias,<br />

cuyos originales se encuentran en su<br />

Casa-Museo <strong>de</strong> la calle Cano <strong>de</strong> Las Palmas<br />

<strong>de</strong> Gran Canaria.<br />

Francisco González Díaz lleva al ridículo<br />

a algunos prohombres <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong><br />

don Juan Rodríguez Quégles, a quien le<br />

hace mirar hacia Tel<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Primavera,<br />

como si <strong>de</strong> una estatua se tratara, a la mis-<br />

ma vez que dirige su mano sobre la ciudad,<br />

comentando “el hombre que trajo la luz a<br />

la ciudad”. Este mismo autor caricaturiza<br />

al poeta y dramaturgo tel<strong>de</strong>nse Montiano<br />

Placeres Torón, a quien le obliga a cantar<br />

las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong> su ciudad ante una panorámica<br />

<strong>de</strong> la misma, <strong>de</strong>l Barranco Real y <strong>de</strong>l<br />

Puente <strong>de</strong> los Siete Ojos (6).<br />

Otros, como Francisco González<br />

Padrón, Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, Juan<br />

Millares Carlo, Alberto Manrique <strong>de</strong><br />

Lara Fierro y Manolo Reyes (7), llegaron<br />

a conseguir el aplauso general <strong>de</strong> sus<br />

coetáneos, no solamente por la <strong>de</strong>streza<br />

en la ejecución <strong>de</strong> sus trabajos, sino por<br />

lo arriesgado <strong>de</strong> su crítica, que no pocas<br />

veces les supuso la retirada <strong>de</strong>l saludo, el<br />

aprieto económico y algún que otro intento<br />

<strong>de</strong> acallarles: el chantaje económico o<br />

gubernativo estuvo a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día.<br />

EN EL BAILE DE LA ALCALDÍA<br />

1912. Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, León y<br />

Castillo y Navarro Ruiz<br />

Los últimos cincuenta años hemos visto<br />

nacer y morir revistas <strong>de</strong>dicadas al humor<br />

y la crítica que han tenido como base<br />

la caricatura: La Codorniz, El Jueves, El Por<br />

Favor, El Papus, etc. Destacamos el trabajo<br />

realizado por Forges, Mingote, Tip, José<br />

Luis Coll, Llauma Peric, Cesc, Datilé,<br />

Chumi Chúmez, Máximo, José María<br />

Pérez “Peridis”, J. Morgán, Carlos,<br />

Casbo, J. R. Mora, Fernando Zagaseta<br />

y Montecruz. Todos ellos han obtenido<br />

<strong>de</strong> nosotros al menos una leve sonrisa,<br />

cuando no nuestras mejores carcajadas. A<br />

veces los temas tratados eran tan agridulces<br />

que fue necesario ben<strong>de</strong>cirlos con una<br />

ligera mueca <strong>de</strong> repulsión y hasta con unas<br />

lágrimas.<br />

Caso notorio <strong>de</strong>l genio caricaturesco<br />

lo tenemos en el actual ministro <strong>de</strong> Justicia<br />

<strong>de</strong>l Gobierno español, don Juan Fernando<br />

López <strong>de</strong> Aguilar, quien busca ocasión<br />

para <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> su genio como<br />

dibujante y conocimiento <strong>de</strong> este arte <strong>de</strong>l<br />

humor y la crítica social. Recientemente<br />

apareció en prensa una caricatura suya en<br />

la que representaba muy sagazmente al actual<br />

presi<strong>de</strong>nte, Rodríguez Zapatero.<br />

Otros canarios han utilizado la caricatura<br />

como forma rápida <strong>de</strong> retrato psicológico<br />

<strong>de</strong> amigos o enemigos; éste es el caso <strong>de</strong>l<br />

ex profesor <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> San Fernando<br />

<strong>de</strong> La Laguna, el Doctor Martínez<br />

<strong>de</strong> La Peña y González, quien ya nos caricaturizara<br />

en 1979. En el periódico digital<br />

CanariasAhora .Com, publica con asiduidad<br />

sus viñetas C. L. Aguilar, especialmente<br />

dirigidas a <strong>de</strong>sempolvar las más variadas<br />

situaciones <strong>de</strong> la política nacional.<br />

Volviendo a José Domingo Arencibia<br />

Gil (Las Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, 1914<br />

– Tel<strong>de</strong>, 1968) (8), José Arencibia para<br />

el mundo <strong>de</strong> las Artes, diremos que como<br />

caricaturista se mueve entre la búsqueda<br />

incesante <strong>de</strong> los rasgos faciales más característicos<br />

<strong>de</strong> sus personajes y el más que<br />

posible acierto a la hora <strong>de</strong> transmitirnos<br />

los elementos básicos <strong>de</strong>l carácter y psicología<br />

<strong>de</strong> los mismos, aunque todo ello con<br />

un <strong>de</strong>nominador común: la precisa ejecución<br />

<strong>de</strong> los trazos y el resultado bondadoso<br />

<strong>de</strong> estos verda<strong>de</strong>ros humorísticos retratos<br />

<strong>de</strong> amigos y conocidos.<br />

Fiel conocedor <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>fectos<br />

<strong>de</strong> sus contemporáneos, no <strong>de</strong>seó hacer<br />

fácil escarnio <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> su época<br />

y sus protagonistas más inmediatos: sólo<br />

intentó <strong>de</strong>jar constancia jocosa <strong>de</strong> aquéllos<br />

que le eran próximos, contando siempre<br />

con la complicidad <strong>de</strong> los mismos.<br />

¿Cuándo fueron realizadas? La verdad<br />

es que nos ha costado mucho acotar el<br />

trabajo caricaturesco arencibiniano, puesto<br />

que muchas <strong>de</strong> ellas carecían <strong>de</strong> fecha.<br />

Sabemos, eso sí, que nuestro autor era un<br />

consumado artista, en ésa y otras Artes <strong>af</strong>i -<br />

nes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía ya algunos lustros. Aunque<br />

siendo muy joven realizó alguna que otra<br />

viñeta que causó sensación. Des<strong>de</strong> su etapa<br />

escolar en Tel<strong>de</strong>, hasta sus posteriores estudios<br />

en la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes<br />

<strong>de</strong> San Fernando <strong>de</strong> Madrid, muchos fueron<br />

los momentos que <strong>de</strong>dicó a plasmar a<br />

sus compañeros y profesores en el blanco<br />

papel, sirviéndose <strong>de</strong>l carboncillo o <strong>de</strong> un<br />

simple lápiz. Durante la Guerra Civil (1936-<br />

1939) José Arencibia utiliza una y otra vez<br />

su particular forma <strong>de</strong> humor, no exento<br />

<strong>de</strong> la canaria socarronería, para hacer crítica<br />

mordaz <strong>de</strong> algunas situaciones que él<br />

juzgaba, cuando menos, <strong>de</strong> clara injusticia.<br />

Conocemos, por familiares cercanos y amigos,<br />

así como por alumnos <strong>de</strong>l antiguo Instituto<br />

Laboral <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong>, hoy fl amante Instituto<br />

<strong>de</strong> Educación Secundaria José Arencibia<br />

Gil, que a petición <strong>de</strong> propios y extraños el<br />

magnífi co dibujante ambidiestro conseguía<br />

el aplauso unánime cuando, provisto <strong>de</strong> un<br />

simple trozo <strong>de</strong> tiza, prestamente lograba<br />

<strong>de</strong>jar sobre el encerado los más divertidos<br />

rasgos faciales <strong>de</strong> unos y otros, cuando no<br />

una verda<strong>de</strong>ra historieta gráfi ca a base <strong>de</strong><br />

varias viñetas correlativas (9).<br />

Sólo echando un vistazo a alguna <strong>de</strong> sus<br />

obras (Los Viejos, San Juan Bautista, etc. )<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>af</strong>i rmar que el retrato no le era<br />

ajeno, ni mucho menos, ya que conoció y<br />

89


llevó a cabo un buen número <strong>de</strong><br />

ellos, mostrando en todo momento<br />

una facilidad creativa poco común.<br />

Los retratos que realizara a<br />

su esposa, doña Rosa Betancort,<br />

musa perenne <strong>de</strong> sus cuadros, nos<br />

dan fe <strong>de</strong> su especial talento para<br />

plasmar, no solamente los rasgos<br />

físicos, sino también los psicológicos.<br />

La anteriormente reseñada<br />

doña Rosa nos ha contado varias<br />

veces una anécdota jocosa sobre<br />

el cuadro <strong>de</strong> San Juan Bautista, que<br />

<strong>de</strong>jamos aquí para contento general.<br />

Corrían los meses y el encargo<br />

no estaba ni comenzado, el futuro<br />

propietario tenía mucho interés en<br />

ver el resultado. José Arencibia<br />

encuentra en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la<br />

Plaza <strong>de</strong> Los Llanos a un popular<br />

barren<strong>de</strong>ro, limpiador <strong>de</strong> coches y aguador<br />

en sus tiempos libres. El personaje en<br />

cuestión vestía con toda suerte <strong>de</strong> materias<br />

textiles, unidas por ingeniosos zurcidos y<br />

remiendos: tanto la camisa como el pantalón<br />

resultaban un puzzle <strong>de</strong> colores más<br />

o menos grisáceos, a los que se le sumaba<br />

un rostro sin <strong>af</strong>eitar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía ya varios<br />

días. Se dirige a él y le dice que <strong>de</strong>sea “pintarlo”,<br />

quedando para el día siguiente; pero<br />

cuál no sería la sorpresa <strong>de</strong>l pintor cuando<br />

el susodicho le aparece perfectamente <strong>af</strong>eitado,<br />

peinado, bañado y con unos atuendos<br />

completamente limpios. José Arencibia le<br />

dijo: ¡Hombre <strong>de</strong> Dios!, ¿qué has hecho?<br />

¡Vete y vuelve cuando estés como tú eres<br />

en realidad: si no, no me sirves para nada!”<br />

(10).<br />

En folios <strong>de</strong> tamaño regular, actualmente<br />

amarilleados por el paso <strong>de</strong>l tiempo,<br />

conserva la Casa-Museo casi el noventa<br />

por ciento <strong>de</strong> la obra caricaturesca <strong>de</strong><br />

Arencibia Gil, tras generosa donación<br />

realizada por su viuda e hijos. Des<strong>de</strong> hace<br />

más tiempo que el que quisiéramos recordar<br />

venimos gestionando la posibilidad <strong>de</strong><br />

su publicación en formato <strong>de</strong> libro, pero,<br />

hasta la fecha, esto ha sido imposible. Lo<br />

que nos ha llevado a confeccionar el presente<br />

artículo, dado el renovado interés<br />

que suscita toda la obra arencibiniana. No<br />

obstante, estamos en contacto con una<br />

editorial grancanaria para la edición ampliada<br />

<strong>de</strong> dicho estudio, lo que, sin duda, hará<br />

las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong> la ciudadanía toda.<br />

La colección antes aludida contaba en<br />

sus inicios con un centenar <strong>de</strong> ejemplares,<br />

la mayor <strong>de</strong> ellos realizados en 1955, como<br />

consta repetidamente en la parte inferior<br />

<strong>de</strong> los folios que los contienen.<br />

Ya fueron expuestas, que se sepa, al<br />

menos dos veces: una primera en el Casino<br />

La Unión y otra en el antiguo Instituto Laboral,<br />

en su se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> Pérez Galdós,<br />

también conocida por Los Baluartes.<br />

Comienza el repertorio con el propio<br />

José Arencibia Gil, para seguir una serie<br />

90<br />

1920. Caricatura realizada por D. Francisco González Díaz, al distinguido propietario<br />

y agricultor <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong> don Fernando Ojeda Medina. (Caricatura inédita, original en color<br />

<strong>de</strong> 73 x 53 cm. Propiedad <strong>de</strong> José L. Pérez González)<br />

<strong>de</strong> personajes tan populares como don<br />

Francisco Martín Saavedra, don Fernando<br />

Ojeda Medina, don Ramiro Batista,<br />

don Antonio Amador, don Juan<br />

Oliva; prosiguiendo con las acertadas caricaturas<br />

<strong>de</strong> don Antonio Monroy y don<br />

Fernando Flores Hernán<strong>de</strong>z, ambos<br />

prestigiosos médicos, y fi guras tan populares<br />

como Manolito Cevallos, el siempre<br />

eterno Sacristán <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> San Juan<br />

Bautista o el comerciante librero don Manuel<br />

Naveiro.<br />

Todos ellos tuvieron conocimiento <strong>de</strong><br />

la obra en cuestión y asistieron a su presentación<br />

pública, momento aprovechado<br />

por el artista para entregar algunas copias<br />

y originales a los “retratados”. Las risas, los<br />

comentarios, las porfías… se hicieron habituales<br />

entre todos, al mismo tiempo que<br />

crecía la amistad y complicidad entre ellos<br />

y el “cronista-dibujante” (11).<br />

El recurso <strong>de</strong> la caricatura acompaña a<br />

no pocos artistas plásticos, pero no a todos,<br />

por lo menos en igual grado. Para ser<br />

un buen caricaturista, y José Arencibia lo<br />

era, se necesita gran agu<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ingenio,<br />

no falto <strong>de</strong> humor y con ciertas dosis <strong>de</strong><br />

conocimiento psicológico. La avi<strong>de</strong>z con<br />

que el autor realiza su trabajo también se<br />

<strong>de</strong>be tener en cuenta. La espontaneidad es<br />

signo <strong>de</strong> madurez en este arte socialmente<br />

[in]correcto.<br />

Nota <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento:<br />

El autor <strong>de</strong>l presente trabajo <strong>de</strong>sea agra<strong>de</strong>cer<br />

a la Viuda e Hijos <strong>de</strong> José Arencibia Gil<br />

la confi anza <strong>de</strong>positada en él. Asimismo,<br />

<strong>de</strong>bemos resaltar la ayuda prestada por<br />

José Luis Pérez González, Luis González<br />

Padrón, María Teresa Ojeda Rodríguez y<br />

Antonio Lorenzo Gue<strong>de</strong>s y Pérez <strong>de</strong> Azofra,<br />

pues sin ellos hubiese sido casi imposible<br />

completar los segundos apellidos <strong>de</strong><br />

muchos <strong>de</strong> los personajes caricaturizados.<br />

Notas:<br />

1- La exposición, cuyo título fue “El siglo XIX: un<br />

siglo políticamente [IN]correcto” ha servido<br />

como base a la nominación <strong>de</strong>l presente artículo.<br />

2- PELÁEZ MALAGÓN, J. Enrique. Historia <strong>de</strong> la<br />

caricatura [en línea]. Disponible en Web: http://<br />

clio.rediris.es/arte/caricaturas/caricatura.htm<br />

3- SEM. Los Borbones en Pelota. Madrid: Compañía<br />

Literaria, 1996. PAGEARD, Robert. “Refl exiones<br />

sobre las acuarelas secretas <strong>de</strong> Sem”. En<br />

SEM: Los Borbones en Pelota. Op. Cit., p. 17-<br />

20.<br />

FONTANELLA, Lee. “El carnaval palatino <strong>de</strong> Sem”.<br />

En SEM: Los Borbones en Pelota”. Op. Cit., p.<br />

21-44.<br />

CABRA LOREDO, María Dolores. “Los hermanos<br />

Bécquer y la fi rma Sem”. En SEM: Los Borbones<br />

en Pelota. Op. Cit. p. 47-106.<br />

4- PELÁEZ MALAGON, J. Enrique. Op. Cit<br />

5- TORMo, Dolça. Conservadora Jefa <strong>de</strong>l Archivo<br />

Joan Maragall <strong>de</strong> Barcelona. Entrevista mantenida<br />

el día 27 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2006.<br />

6- Archivo Casa-Museo León y Castillo, legado<br />

Montiano Placeres Torón.<br />

7- GONZÁLEZ, Franck, Director <strong>de</strong> la Revista Contemporánea,<br />

conversación mantenida el 26 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 2006.<br />

GONZÁLEZ,Franck. El humor gráfi co en Canarias.<br />

Apuntes para una historia (1908-1998). Las Palmas<br />

<strong>de</strong> Gran Canaria: Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria,<br />

, 2003.<br />

8- GONZÁLEZ PADRÓN, Antonio María. “El pintor<br />

José Arencibia Gil”. Guía Comercial <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> Tel<strong>de</strong>. 1987, nº1, p.17-19.<br />

GONZÁLEZ PADRÓN, Antonio María. “La historia<br />

<strong>de</strong> Tel<strong>de</strong> les unió. Breves reseñas biográfi cas <strong>de</strong><br />

personajes históricos (ampliado)”. Programa<br />

“650 Aniversario <strong>de</strong> la Fundación <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong><br />

Tel<strong>de</strong>. Memoria <strong>de</strong> una efeméri<strong>de</strong>s”. 2003, p.47-<br />

52.<br />

GONZÁLEZ PADRÓN, Antonio María. “Releer a<br />

José Arencibia Gil”. Catálogo <strong>de</strong> la Exposición:<br />

Tel<strong>de</strong> en la obra <strong>de</strong> José Arencibia Gil. 2003.<br />

9- FLEITAS PADRÓN, Ana Rosa. Antigua profesora<br />

<strong>de</strong>l Instituto Laboral <strong>de</strong> Tel<strong>de</strong> y compañera<br />

<strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> José Arencibia Gil Conversación<br />

mantenida el 28 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2003.<br />

10- BETANCORT, Rosa. Viuda <strong>de</strong> José Arencibia<br />

Gil. Varias conversaciones, la última mantenida<br />

el 26 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2006, en presencia <strong>de</strong> su<br />

hijo, el también artista plástico Luis Arencibia<br />

Betancor.<br />

11- GUEDES Y PÉREZ DE AZOFRA, Antonio Lorenzo.<br />

Conversaciones mantenidas a lo largo <strong>de</strong><br />

los años 1980, 2001 y 2002.<br />

BETANCOR SUÁREZ, Laureano. Conversaciones<br />

mantenidas en junio <strong>de</strong> 2006.


José Arencibia Gil<br />

y sus caricaturas<br />

José Arencibia Gil<br />

Tomás Arencibia Gil<br />

Juan Castro Suárez<br />

Agustín Castro Ojeda<br />

Antonio Castro Ojeda<br />

Francisco Martín<br />

Saavedra<br />

Agustín Martín<br />

Saavedra<br />

Domingo Martín<br />

Henríquez<br />

Pedro Medina Castro<br />

Miguel Medina Castro<br />

Fernando Ojeda<br />

Medina<br />

Diego Ojeda Amador<br />

Juan Cruz Quintana<br />

José Cruz Quintana<br />

Secundino Estupiñán<br />

Milán<br />

Ramiro Batista Díaz<br />

Isidoro Batista López<br />

Francisco Zumbado<br />

Jiménez<br />

Plácido Rodríguez<br />

Andrés Rodríguez<br />

Sánchez<br />

Confeccionado por José L. Pérez González y<br />

recuperación <strong>de</strong>l 95% <strong>de</strong> los segundo apellidos<br />

Antonio Amador<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Juan Amador<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Antonio Monroy<br />

Pérez<br />

Manuel Ceballo<br />

Ramírez<br />

Eusebio Navarro Ruiz<br />

Juan Oliva Martín<br />

Juan Verona<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Fernando Flores<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Expedito Ramos<br />

Alonso<br />

R<strong>af</strong>ael Henríquez<br />

Padrón<br />

91


José Macías<br />

Luis Umpiérrez<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Luis Macías Umpiérrez<br />

Fernando Alemán<br />

Martín<br />

Juan Alemán Martín<br />

Manuel Naveiro López<br />

Sebastián González<br />

Medina<br />

92<br />

Domingo Súarez<br />

Sánchez<br />

Juan Suárez Cabral<br />

Pedro Suárez Peña<br />

Miguel González<br />

Torga<br />

Francisco Almenara<br />

Sánchez<br />

R<strong>af</strong>ael Gue<strong>de</strong>s Santos<br />

Santiago Sánchez Diaz<br />

José Cabeza Vaz<br />

José Brito Suárez<br />

Manuel Brito Quintana<br />

Juan Jiménez<br />

Betancor<br />

Luis Rosales<br />

Hernán<strong>de</strong>z<br />

Juan Betancor Monzón<br />

Miguel y Juan<br />

Suárez Robaina<br />

Nicolás Espino Aguilar<br />

Juan Francisco García<br />

Luis <strong>de</strong> la Guardia<br />

González<br />

José Marrero<br />

Falcón<br />

Pedro Benítez Calixto<br />

Antonio Bueno<br />

Ramírez<br />

Antonio Blanco Patin<br />

Manuel León<br />

Rodríguez<br />

Isidro López Brito<br />

Isidro Santana Morán<br />

Nicolás Ramírez<br />

López<br />

Juan <strong>de</strong> Dios Gutiérrez<br />

Ventura Dávila <strong>de</strong> la<br />

Vega<br />

Antonio Mejías Peña<br />

Enriques Sánchez<br />

García<br />

Raimundo Sánchez<br />

Aladro<br />

Isidro Hernán<strong>de</strong>z<br />

Ramírez<br />

Gonzalo Hernán<strong>de</strong>z<br />

Artiles<br />

José Fleitas Hernán<strong>de</strong>z<br />

Agustín Portillo<br />

González<br />

Miguel Liria Cabrera

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