PROGRAMA

CAMBIO DE PARADIGMA
En este año eleccionario, Puerto Rico tiene una excelente ventana de oportunidad para
lograr lo que debió haberse logrado hace muchos años atrás: hacer la transición
hacia un nuevo modelo de desarrollo económico sostenible, basado en el
conocimiento, donde el desarrollo óptimo del recurso humano juegue un
papel central para que el empresarismo, la industria local, la producción, la
innovación y la exportación de conocimientos impulsen la economía y sirvan
de punta de lanza para atraer capital e inversión externos.
Si aspiramos a tener un pueblo educado, saludable, respetuoso de la ley y el orden,
seguro y productivo, con valores y que proteja a las poblaciones vulnerables, debemos
concentrar las estrategias principales del nuevo camino para Puerto Rico en optimizar
el recurso más valioso que tenemos: nuestra gente. Tenemos que invertir esfuerzos
y recursos de manera efectiva y eficiente en estrategias de justicia social a favor de
nuestros niños, jóvenes, personas mayores, personas con impedimentos, de nuestras
mujeres y del tercer sector. Tenemos que dar mayor énfasis a las agencias de seguridad
pública y a nuestros abatidos sistemas de Salud y Educación.
En el ámbito gubernamental, hay que implementar una nueva estructura de gobierno
que baje significativamente el gasto público y mejore sustancialmente sus funciones.
En el presente tenemos 118 agencias ejecutivas a un costo de $21,800 mil millones para
proveer 340 servicios. Estos se deben reevaluar para determinar cuáles pueden ser
consolidados, delegados al sector privado o simplemente eliminados porque ya no son
necesarios, sin que conlleve despidos de empleados, sino movilización de los mismos
acorde con la necesidad de servicios de nuestros ciudadanos.
Para lograr esta meta debemos desarrollar al gobierno como empleador único y
fomentar la movilidad del recurso humano, operar un presupuesto base cero
y utilizar la tecnología para transformar los procesos gubernamentales
haciéndolos más eficientes y transparentes. Además, para subsanar la falta de
credibilidad que sufre el gobierno actual, nuestra hoja de ruta procura crear un nuevo
mecanismo independiente para manejar la deuda basado en una colaboración entre el
gobierno de Puerto Rico y el Gobierno Federal, en conjunto con la Junta de Supervisión
Fiscal, para así restaurar la confianza de los inversionistas y lograr nuevamente acceso
a los mercados financieros.