Paper Magazine Nº 1
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PAPER<br />
“Aquel lunes decidió que los lunes podían<br />
ser maravillosos, que eran comienzos y<br />
que todo comienzo puede moldearse al<br />
antojo. Siempre había creído en la capacidad<br />
de elección, de decisión y libertad. De<br />
dar forma a sus días y hacerlos divertidos<br />
o tristes.”<br />
Ese lunes, por fin había llegado un<br />
día de otoño, época que le gustaba<br />
especialmente, no hacía ni mucho frío ni<br />
mucho calor y cuando la lluvia visitaba,<br />
conformaba paisajes desubicados. El<br />
otoño era época de cambios en colores,<br />
aromas y rutinas y eso siempre le parecía<br />
interesante ya que en los cambios habitaban<br />
las sorpresas y lo impredecible.<br />
“Siempre había pensado que lo de<br />
disfrutar era una opción personal, la vida<br />
en general contenía trabas y trampas y<br />
hasta en aquello encontraba algo de<br />
magia de los imprevistos.”<br />
Encendió su ordenador. Cada vez tardaba<br />
más en arrancar, tendría que ir pensando<br />
en una solución. Mientras se iniciaba,<br />
cada mañana solía apuntar las tareas<br />
pendientes en su libreta y repasar las del<br />
día anterior, siempre procuraba que fuese<br />
una libreta bonita de esas con buen tacto,<br />
tamaño adecuado, un encuadernado que<br />
facilitase la apertura y un gramaje lo suficientemente<br />
grueso para que el blanco<br />
siguiese impoluto al pasar de hoja pero<br />
que no incomodase el manejo, a menudo<br />
también dibujaba en ella. Antes de hacer<br />
una lista siempre añadía la fecha en la<br />
parte superior derecha y luego ordenaba<br />
las tareas en orden de urgencia. Luego iba<br />
tachando conforme las realizaba. A veces<br />
se preguntaba si lo que hacía realmente<br />
era lo urgente o lo importante.<br />
Por fin arrancó. Conectó Spotify,<br />
seleccionó una lista y se conectó al correo.<br />
Un montón de spam, tres o cuatro<br />
newsletters interesantes, un par de<br />
clientes que enviaban material, ¡por fin!,<br />
otro que se quejaba de un error en la<br />
impresión y un presupuesto de imprenta<br />
que estaba esperando. También un par de<br />
invitaciones a expos. y un amigo de fuera<br />
que proponía venir el finde. Contestó los<br />
más urgentes. Abrió el InDesign. Tenía<br />
que darse prisa, hoy quería finalizar un<br />
trabajo y hacer la entrega. No estaba<br />
seguro del color, cogió la pantonera e hizo<br />
algunas pruebas, estaba contento, tras las<br />
pruebas lo mejoró.<br />
Sonó el teléfono, era un cliente que le<br />
avisaba que habían tenido un cambio<br />
interno y que se paralizaban todos los<br />
trabajos en marcha hasta nueva orden, en<br />
breve se incorporaría una nueva persona<br />
al equipo y quería repensar las estrategias<br />
de comunicación. La llamada le puso de<br />
malhumor pero decidió tomárselo con<br />
calma.<br />
Aprovechando la interrupción se conectó<br />
a Facebook, participó en algunos comentarios<br />
y colgó un post tonto de lunes. Su<br />
timeline cada vez le aburría más, se pasó a<br />
Instagram. La nueva función Moments le<br />
parecía una manera fantástica de perder<br />
el tiempo. Ya que estaba, entró en Twitter<br />
y revisó algunos temas de actualidad. Al<br />
rato volvió a su trabajo.<br />
Sonó de nuevo el teléfono, un colega<br />
le contó cómo había quedado la presentación<br />
de su último proyecto, comentaron<br />
acerca de precios de una nueva propuesta<br />
que tenía que entregar y una tipo nueva.<br />
Volvió a intentar concentrarse, se puso los<br />
cascos. Aprovechó para plasmar sobre el<br />
papel sus ideas, pasó un tiempo pensando,<br />
le encantaba ese momento en el que<br />
parecía que todo encajaba, que la solución<br />
estaba ahí. Sentía una sensación muy<br />
placentera.<br />
Recibió una llamada de su madre y<br />
chequeó de nuevo el correo, un cliente<br />
había perdido los archivos que le envió<br />
la pasada semana, los volvió a enviar<br />
en un Wetransfer. También le llegó el lanzamiento<br />
de una nueva tipo displaymuy<br />
interesante que podría utilizar en un<br />
proyecto que tenía en la cabeza y el newsletter<br />
de un festival al que quizá asistiría.<br />
Después se conectó a Behance, le vendría<br />
bien echar un ojo para inspirarse. Se dio<br />
cuenta que debería empezar a trastear<br />
Cinema 4D, era ya ineludible. Al rato siguió<br />
con el trabajo.<br />
Se acercaba la hora de comer y le gustaba<br />
comer en casa, salió y cogió su bici.<br />
Disfrutó del paseo y de la comida, cosa en<br />
la que encontraba una fuente de placer.<br />
Al regreso entró a tomar café a su bar<br />
habitual, aprovechó para participar en<br />
conversaciones cotidianas y ponerle<br />
algo de sentido del humor a las noticias<br />
que daban en la televisión, otras le<br />
entristecieron y no fue capaz de bromear<br />
con ellas.<br />
Regresó al estudio, el teléfono sonaba,<br />
el comercial de una imprenta quería<br />
visitarlo. Se sentó y miró la hora, ese día<br />
quería acudir a una inauguración. Se puso<br />
una lista de música tranquila y volvió de<br />
nuevo a lo suyo. Entremedias, un fallo de<br />
wifi justo cuando andaba subiendo un<br />
archivo al Dropbox, alguna llamada más<br />
y una entrada al e-mail solicitando un propuesta,<br />
era de la administración pública e<br />
indicaban el presupuesto disponible, bajo<br />
para lo que él consideraba.<br />
Siguió en lo suyo, evitó cabrearse por un<br />
comentario sobre un trabajo que estaba<br />
publicado en las redes. Chequeó el e-mail,<br />
leyó un correo en el que le proponían participar<br />
en una acción colectiva mediante<br />
colaboración, le decían que era una<br />
oportunidad, se fijó en si ya había alguien<br />
confirmado. No contestó. Lo pensaría.<br />
Por ahora trabajaba solo y le gustaba.<br />
Le gustaba su música y su silencio y le<br />
gustaba tomar sus propias decisiones,<br />
en soledad. A veces también le gustaba<br />
consultar algunas decisiones con sus colegas<br />
de profesión pero eso no significaba<br />
que necesitase su aprobación. Quizá<br />
en un futuro compartiese estudio con<br />
alguien, pero para ser sincero consigo<br />
mismo no era una idea que le atrajese en<br />
su presente. Consideraba que la vida es<br />
cíclica y que habían muchos ciclos a vivir y<br />
a él le gustaba su ciclo. Otros diseñadores<br />
vivían otros ciclos y también le gustaban,<br />
aunque había decidido no vivirlos.<br />
El teléfono sonó, era una llamada del<br />
banco, recordó los tiempos en los que los<br />
bancos no abrían por la tarde. Le avisaron<br />
amablemente de que llegaba el autónomo<br />
y algunos pagos más y no había disponible<br />
en la cuenta. La verdad es que no solía<br />
entrar en sus cuentas a menudo, siempre<br />
estaba ocupado desarrollando trabajos y<br />
pensaba que las cosas iban bien.<br />
Colgó, repasó las facturas que había<br />
emitido ese mes, la verdad es que no<br />
eran muchas, apenas 5 o 6 de importes<br />
pequeños. Volvió a pensar, una vez más,<br />
en la maldad del sistema. Se cabreó, pero<br />
decidió pensar en soluciones.<br />
El día no había sido muy productivo,<br />
pero eso no significaba que todos fuesen<br />
igual y tampoco estaba dispuesto a vivir<br />
preso de las rutinas y el trabajo. Pensó<br />
en el pensamiento anterior, la palabra<br />
preso emanaba perdida de libertad y él se<br />
sentía libre y era feliz con su trabajo. Era<br />
afortunado, y consciente de que podía<br />
darle la vuelta a las cosas. Se sentía bien.<br />
Cerró la libreta, cerró el ordenador. Se puso<br />
a pensar.<br />
PAPER MAGAZINE l DICIEMBRE 2016