Gaceta Aniversario DEH 2013
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El estudio de la problemática campesina<br />
requiere la visita a los sitios de producción.<br />
Foto: Luis Arias<br />
…perspectiva ecológica<br />
en mi profesión…<br />
“Para mí fue el volver después<br />
de un tiempo considerable<br />
a la actividad académica,<br />
lo cual agradezco mucho al<br />
departamento de Ecología<br />
Humana, pues me dio la<br />
oportunidad de continuar con<br />
la perspectiva ecológica en mi<br />
profesión, que siempre me<br />
ha interesado y más aún con<br />
la Ecología Humana. Esto me<br />
ha permitido interactuar en<br />
proyectos con profesionales<br />
de varias disciplinas de<br />
Humanidades y comprender<br />
mucho más sus puntos de vista,<br />
así como poder externar mi<br />
perspectiva desde la Ecología<br />
Humana, la cual no es del todo<br />
conocida en las Instituciones<br />
de trabajo, a pesar que existe<br />
desde hace mucho tiempo.<br />
Gracias a mis compañeros de<br />
generación por esos momentos<br />
inolvidables de compañerismo,<br />
así como gracias a todo el<br />
personal del Departamento de<br />
Ecología Humana, directivos,<br />
profesores, auxiliares de<br />
investigación, y demás personal<br />
que hicieron posible el tiempo<br />
que estuve cursando la<br />
maestría en el CINVESTAV.”<br />
Rocío Rendis Ruz<br />
Generación: 1998-2000<br />
…la Maestría en Ciencias en la especialidad de Ecología Humana<br />
cumple esta misión…<br />
“Desde hace unos años, me interesó y preocupó la noción de que el hombre es sujeto y<br />
objeto de las transformaciones que hace a su entorno. Sin embargo, mi formación no era<br />
suficiente para en primer lugar, entender la cuestión, y en segundo, ocuparme de ella.<br />
Dada la situación crítica del empobrecimiento socio-ambiental en México, creo que los<br />
posgrados que aborden este tipo de tópicos deben ir más allá del entendimiento, y proveer<br />
a los egresados los medios metodológicos que les permitan ocuparse de la problemática<br />
para actuar en beneficio del bienestar general, esto es, el bienestar de los hombres y del<br />
ambiente. Considero que la Maestría en Ciencias en la especialidad de Ecología Humana<br />
cumple esta misión.<br />
Como recién egresada de la Maestría confío ser capaz de apropiarme de los elementos<br />
fundamentales que componen una realidad socio-ambiental y junto con otros profesionales,<br />
caracterizar, explicar e incluso modificar esa realidad.”<br />
Remedios Nava Díaz<br />
Generación 2011-<strong>2013</strong><br />
…me permitió confirmar, con rigor teórico, y con método, que las<br />
fronteras entre las ciencias “duras” y las sociales son artificiales…<br />
“Cuando, durante una de las sesiones de inducción a la Maestría, la Dra. Dolores Cervera –<br />
Lola, de cariño – aseveró que “la ecología humana trata de todo…y de nada”, dije para mis<br />
adentros que había llegado al lugar correcto. En efecto, había ingresado a un espacio de<br />
reflexión en el que todo tema era terreno franco, y ninguna aproximación resultaba anatema.<br />
De alguna manera, esto se parecía a lo que había estado buscando durante los años<br />
anteriores, en mi participación en diversas labores relacionadas con la gestión ambiental:<br />
todo quehacer humano acontece en el paisaje, y conocer la interacciones que esto entraña,<br />
contribuye a proponer vías más saludables y menos conflictivas para emprender estos<br />
quehaceres.<br />
Si bien es cierto que, hasta que ingresé a la maestría en ecología humana, esta aproximación<br />
al trabajo había descansado únicamente en el sentido común y en los recuerdos escolásticos<br />
de la ecología clásica de los años setenta, mis esfuerzos carecían tanto de método como de<br />
conocimiento de causa.<br />
Así las cosas, la maestría cambió mi vida de dos maneras: por una parte, me permitió<br />
confirmar con rigor teórico y con método, que las fronteras entre las ciencias duras y las<br />
sociales, son “artificiales”, y que tienen más que ver con el ejercicio del poder y el acceso a<br />
presupuestos limitados, que a la validez de los métodos y los fundamentos conceptuales.<br />
Por otra parte, me permitió comprender que podemos formarnos como pontífices entre<br />
diversos espacios de las ciencias y entre saberes diferentes, si aprendemos a otorgar a<br />
cada cual la validez que aporta su historia, la construcción de su particular cosmovisión y la<br />
interacción – históricamente determinada – con su paisaje concreto.<br />
Mi abuela decía, con cierto dejo de desprecio, “¡Déjate ya de pontificar!”, como queriendo<br />
decir “no seas pedante, o pretencioso”. Si algo aprendí a lo largo de mi trayecto por la<br />
maestría en ecología humana, es que mi abuela estaba equivocada: se vale pontificar, no en<br />
el sentido de sentar cátedra o de presumir un saber supremo, sino en el sentido de tender<br />
puentes entre saberes distintos, y dar a estos puentes el sentido real de asentarse sobre<br />
expresiones territoriales concretas. Creo que hoy, así, me enfrento con mi entorno – y con<br />
mi trabajo – de una manera nueva.”<br />
Rafael Robles de Benito<br />
Generación: 2002-2004