Revista Comportamiento Organizacional

El cambio es permanente, se convierte en la esencia de la existencia,
convirtiéndose en todo instante el presente en pasado y ambos nos determinan
y enmarcan el futuro. Cada persona es un mundo, de ahí que cada uno tenga
una personalidad y una forma de abarcar el liderazgo de manera
diferente. Dado que el cambio es constante, entonces pasa a ser fundamental
para el mejoramiento y desarrollo de proyectos. No se puede avanzar sin un
liderazgo adecuado y bien definido ni tampoco sin una estrategia acertada y
contundente.
El 9 de diciembre del 2016, Coca
Cola anunció que James
Quincey será el reemplazo del
CEO, Muhtar Kent. Este último
expresó que “Una de los
prioridades de nuestra Junta es
desarrollar a la próxima
generación de líderes, y James
es un ejemplo perfecto de
nuestro programa de liderazgo
en acción.” La Junta Directiva
se expresa positivamente del
futuro CEO, mencionan que
Quincey se apasiona por el
desarrollo de su personal, la
construcción de equipos
robustos, y la creación de una
cultura ganadora en todos los
lugares donde ha estado. Así
como también elogian la
combinación de capacidades,
habilidades, y experiencia que
consideran ideales.
Es parte natural de las empresas
elegir un sucesor, pero no es un
proceso donde se elija una persona
al azar. “(…) Conviene resaltar que
ese liderazgo es influido por el
liderazgo de los altos directivos,
como algunas investigaciones han
comprobado: los estilos de
liderazgo de los más altos niveles
influyen en los estilos de los líderes
de los niveles más bajos. Esto nos
lleva a considerar como un asunto
crucial la relación entre la alta
dirección y el mando intermedio,
puesto que impactará en la gestión
del clima de bienestar y en la
creación de un clima de servicio”.
(Lescano, 2016, p.70) De ahí que
elegir un buen sucesor puede
impactar positiva o negativamente
en el camino que la empresa
desarrollará a partir del relevo de
los puestos importantes en la alta
“En Microsoft, Gates nombró a
Ballmer, y en Apple, Jobs dejó en claro
que Cook debía sucederlo. Tan
orientados a los procesos son los
nuevos CEO que nos quedamos con la
sensación de que una de las cosas que
no aman son los productos. (…) El
problema (de Apple) es que tiene un
CEO con visión de cadena de
suministros, que carece de pasión por
los productos y que todavía no ha
articulado una visión para Apple. Sin
ello, está mal equipado para tomar las
decisiones correctas y traer nuevas
innovaciones al mercado. Jobs y Gates
compartieron el mismo punto ciego:
sugirieron a ejecutivos orientados a la
ejecución como sus sucesores. Han
mostrado que, para la supervivencia de
una compañía en el largo plazo, la
pasión por los productos y
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consumidores es mucho más
importante que la ejecución.” (El