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Palacio del Congreso Nacional - Historia de su Arquitectura

Libro de la historia y arquitectura del Palacio del Congreso de la Nación Argentina. Diseño Alejandro Iriart.

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<strong>Historia</strong> <strong>de</strong> <strong>su</strong> arquitectura 37<br />

La Plata era en sí misma una nueva Buenos<br />

Aires, el <strong>su</strong>eño <strong>de</strong> una ciudad higiénica y<br />

or<strong>de</strong>nada que para ese tiempo la elite creía<br />

casi imposible <strong>de</strong> realizar en la antigua urbe.<br />

Yrigoyen– Sarmiento rescataba el plan <strong>de</strong> Rivadavia<br />

<strong>de</strong> construir bulevares hacia el Norte y el<br />

Oeste, ampliando algunas calles como futuras<br />

avenidas que actuaran como bocanadas <strong>de</strong> aire<br />

fresco en una ciudad asfixiada.<br />

A mediados <strong>de</strong> la década <strong><strong>de</strong>l</strong> 80, el proyecto <strong>de</strong> La<br />

Plata y <strong>su</strong> gran impulso inicial marcaba el camino<br />

a seguir: abrir bulevares, nuevas avenidas arboladas,<br />

plazas, parques. Construida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Buenos<br />

Aires y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>su</strong>s problemas urbanos, La Plata<br />

era en sí misma una nueva Buenos Aires, el <strong>su</strong>eño<br />

<strong>de</strong> una ciudad higiénica y or<strong>de</strong>nada que para<br />

ese tiempo la elite creía casi imposible <strong>de</strong> realizar<br />

en la antigua urbe. Si observamos el tamaño<br />

que Buenos Aires tenía por entonces y lo comparamos<br />

con el proyecto que el Departamento <strong>de</strong><br />

Ingenieros <strong>de</strong> la Provincia preparó para Rocha,<br />

ambas ciuda<strong>de</strong>s tenían casi el mismo tamaño, La<br />

Plata era una nueva Buenos Aires limpia y regular.<br />

Pero más allá <strong>de</strong> la preocupación higiénica, la<br />

nueva capital provincial incluía en <strong>su</strong> trazado una<br />

armoniosa conjunción <strong>de</strong> edificios públicos intencionalmente<br />

dispuestos en el interior <strong>de</strong> la trama,<br />

colocados cada uno en una manzana con la intención<br />

<strong>de</strong> generar en <strong>su</strong> <strong>de</strong>rredor espacios públicos<br />

<strong>de</strong> carácter cívico. En la nueva trama los po<strong>de</strong>res<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Estado no estaban ya diseminados anónimamente<br />

en la ciudad, constituían una compleja presencia<br />

que transformaba absolutamente la trama<br />

<strong>de</strong> damero heredada <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> Indias.<br />

Sin tener que edificar una ciudad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cero, sin<br />

los recursos iniciales con que contó la provincia<br />

para erigir la nueva capital, Roca entendió que<br />

era necesario construir en una escala monumental<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la trama los edificios públicos fundamentales.<br />

Y si bien la Casa Rosada re<strong>su</strong>ltó en<br />

<strong>de</strong>finitiva un compromiso entre obra existente y<br />

nueva, tanto los Tribunales como el futuro <strong>Congreso</strong><br />

fueron pensados a escala <strong>de</strong> una gran capital.<br />

Es interesante notar cómo la provincia que<br />

contaba con una larga tradición burocrática <strong>de</strong><br />

gestión urbana pudo organizar la difícil tarea <strong>de</strong><br />

trazar el plano <strong>de</strong> la ciudad, llamar a concurso <strong>de</strong><br />

los principales edificios, gestionar el trazado y <strong>su</strong><br />

realización con la enorme complejidad que esto<br />

significaba. El gobierno nacional –que también<br />

necesitaba el auxilio técnico para la concreción <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s obras en la capital que <strong>de</strong>morarían mucho<br />

tiempo en materializarse– contaba sólo con<br />

un ingeniero nacional, Guillermo White, un arquitecto<br />

nacional, Enrique Aberg, y un pequeño<br />

equipo que re<strong>su</strong>ltaba exiguo para aten<strong>de</strong>r todas<br />

las necesida<strong>de</strong>s. Debemos recordar en ese sentido<br />

que el Ministerio <strong>de</strong> Obras Públicas (MOP)<br />

se creó recién en 1898. Frente a las críticas que<br />

<strong>su</strong>scitó el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> Aberg como arquitecto<br />

<strong>de</strong> los edificios gubernamentales en la antigua<br />

manzana <strong><strong>de</strong>l</strong> Fuerte, Roca <strong>de</strong>cidió contratar a otro<br />

profesional, el ya citado Francesco Tamburini,<br />

que se prodigó en la realización <strong>de</strong> edificios no<br />

sólo en la capital sino en el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> país don<strong>de</strong> el

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