Gastronomia & Rock

la importancia de antaño. Pero este éxito también ha
comportado daños colaterales que nadie preveía. Los
promotores independientes cada vez tienen menos margen
de maniobra a la hora de programar conciertos en salas
porque resulta muy complicado movilizar al público en
medio de una oferta de sobreabundancia, mientras que los
grandes eventos venden decenas de miles de abonos incluso
antes de haber anunciado su cartel definitivo. Se trata de
una paradoja posmoderna, puesto que la gente escucha
más música que nunca, pero tienden a consumirla en
macrofestivales, donde el envoltorio king size y en technicolor
muchas veces acaba eclipsando el motivo por el que todo eso
existe: las canciones.
Sin embargo, la esperanza es lo último que se pierde,
y en España contamos con algunos de los referentes
internacionales que mejor han sabido adaptarse a esta
nueva escena, sin renunciar a su aura de leyenda, al valor
del estribillo como barómetro de la felicidad por decibelio
cuadrado y a las últimas tendencias gastronómicas que
sustituyen (definitivamente) al concepto denostado de fast
food que perseguía al rock desde tiempos inmemoriales.
Fiesta y experiencia ‘gourmet’
Como ya es tradición, el Primavera Sound ha marcado
el inicio de la temporada de festivales en nuestro país con
la programación más arriesgada de los últimos años. Este
salto al vacío no ha impedido que el Parc del Fòrum de
Barcelona se haya llenado durante tres jornadas con miles de
asistentes, que han bailado al ritmo funk de The Make-Up,
se han dejado llevar por el carisma de Grace Jones y han
podido disfrutar por partida doble con Arcade Fire, tanto
en un showcase secreto para unos cientos de afortunados,
como en el escenario principal frente a una multitud que
coreaba sus éxitos. Aunque si este evento se ha convertido
De La Soul presentando su último trabajo de estudio,
el influyente DJ Shadow y un icono del nuevo jazz
como Thundercat. Puede que el cartel de este año
haya sido un desfile de nombres muy conocidos de
la escena underground, pero el gran as mediático que
sus organizadores tenían escondido en la manga era la
colaboración de tres chefs con estrella Michelin en el área
de restauración. “¿Por qué no coger este tipo de comida
que encuentras en la ciudad y ponerla dentro del festival?”,
comenta Sergio Caballero, codirector de Sónar y fundador
de 4Kilos Vinícola. “Cada vez estamos mezclando más y la
gente sabe que Barcelona es un referente gastronómico”.
Aprovechando su buena amistad extramusical, Albert
Raurich (Dos Palillos), Víctor Quintillà (Lluerna) y Xavier
Pellicer (Céleri) han elaborado un menú especial formado
por un entrante, un plato principal y un postre, que ha
podido degustarse en el Área VIP de Sónar de Día. Sin
olvidar el fast menú, que ha constado de un bocadillo de
autor sorprendente. El resto de asistentes ha tenido que
“conformarse” con una propuesta de ocho food trucks
seleccionados a conciencia para satisfacer todo tipo de
antojos entre sesión y sesión.
A pesar de que se trata de un recién llegado a la escena
de festivales, el Vida se ha consolidado con una propuesta
original que se desmarca del resto por tamaño y variedad.
Para empezar, este evento tiene lugar en una hermosa
masía en Vilanova i la Geltrú, cerca de Barcelona, y su
cartel es una mezcla ecléctica de artistas llegados de
todas partes del mundo. Por su escenario pasarán unos
abanderados del pop francés como Phoenix, los lisérgicos
The Flaming Lips y unos iconos del folk de nueva onda
como Fleet Foxes. Aunque este despliegue musical en un
ambiente rural no tendría sentido si no prestaran atención
al paladar de los asistentes. “Hace años, la gente pensaba
El gran as mediático escondido en la manga de los
organizadores del Sónar, con Björk en el cartel, ha sido
la colaboración de tres chefs con estrella Michelin
en un referente también es gracias a los servicios que
complementan a su propuesta musical. En este caso, más de
la mitad de los chiringuitos de restauración son escogidos
cuidadosamente por la organización y los food trucks,
gestionados por la empresa especializada Verbena Foodie,
han servido paellas mixtas, ensaladilla rusa, ramen, shuffles
de patata, hamburguesas gourmet hechas en barbacoa
Weber, ceviche peruano e incluso buns de costilla de cerdo
con salsa cantonesa.
En una dimensión paralela encontramos el Sónar, un
festival que ha convertido la música electrónica y el arte
multimedia en un emblema que no conoce fronteras. En
la presente edición se han dado cita figuras tan célebres
como Björk en su faceta de disc-jockey, los emblemáticos
en la comida de un festival como algo rápido, típico e
insano, y esto ya no es así”, reflexiona Irene Valencia,
responsable de la zona de restauración. “Actualmente, el
público quiere comida elaborada con productos de calidad
y comer cosas que no haya probado antes”.
Además, esta edición viene cargada de novedades,
puesto que los organizadores se dieron cuenta de que
muchos espectadores no se desplazaban hasta el área de
food trucks porque no querían perderse las actuaciones
de sus bandas favoritas. Por este motivo, ahora estrenan
una zona llamada Take Away, donde servirán platos
elaborados para que cada uno los deguste donde quiera.
Los robles de la Masía d’en Cabanyes son el único límite a
la imaginación culinaria.
108 Tapas Julio / Agosto 2017