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Entrevista Robert McGinnis

Entrevista con el ilustrador Robert McGinnis para la revista Dapper.

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LIFE STYLE<br />

<strong>Robert</strong> <strong>McGinnis</strong><br />

SUEÑOS EN<br />

TECHNICOLOR<br />

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, <strong>Robert</strong><br />

<strong>McGinnis</strong> demostró que sus ilustraciones salvajes eran<br />

el mejor reclamo para llenar las salas de cine y convertir<br />

pequeñas novelas ‘pulp’ en grandes ‘best sellers’<br />

TEXTO DAVID MOREU<br />

MUCHO ANTES DE LA LLEGADA DE INTERNET<br />

y de las redes sociales, la ilustración era el arma más<br />

poderosa para seducir al público, y tanto los estudios<br />

de Hollywood como las grandes editoriales de Nueva<br />

York recurrían a artistas para crear sus imágenes más<br />

emblemáticas. <strong>Robert</strong> <strong>McGinnis</strong> fue uno de los creadores<br />

más destacados en ambos sectores y se ha convertido<br />

en un icono de la cultura popular.<br />

¿Qué le parece si emprendemos un viaje en el<br />

tiempo para descubrir los inicios de su afición<br />

por el mundo del arte y de la ilustración?<br />

Cuando era pequeño, tras la cena, mi padre cogía<br />

mi mano y me ayudaba a dibujar los personajes de<br />

las historietas de Popeye. Más tarde, a los 11 años,<br />

mi madre me obligó a apuntarme a las clases de arte<br />

para niños que organizaba cada sábado el Cincinnati<br />

Art Museum. Yo quería quedarme en casa y practicar<br />

deporte con mis amigos, pero la voluntad de mi madre<br />

fue mucho más fuerte que la mía. Sin embargo, una<br />

vez que estuve allí, me encantó el ambiente que se<br />

respiraba e, incluso, gané varios premios. Entonces, mi<br />

profesora de sexto curso, la señorita Brand, me animó<br />

a desarrollar proyectos artísticos y, al llegar al instituto,<br />

el profesor Rice también me dedicó horas extras de<br />

arte. Cuando me gradué, él mandó una carta a los estudios<br />

Walt Disney hablándoles de mí y me aceptaron<br />

para hacer prácticas.<br />

Entonces se vivía la época dorada de Hollywood<br />

y los artistas peregrinaban a la meca de los sueños<br />

en busca de una oportunidad. ¿Cómo recuerda<br />

su experiencia en los estudios Disney?<br />

ROBERT MCGINNIS<br />

nació en 1926, en<br />

Cincinnati (Estados<br />

Unidos). Desde joven<br />

demostró una gran<br />

habilidad con los lápices<br />

y, al terminar el instituto,<br />

hizo autoestop hacia<br />

California para trabajar<br />

en los estudios Disney.<br />

Después estudió bellas<br />

artes, se trasladó a<br />

Nueva York e inició<br />

su exitosa carrera<br />

profesional, dibujando<br />

portadas de libros y<br />

carteles para famosas<br />

películas de Hollywood.<br />

Hoy está considerado<br />

un icono del arte. En la<br />

página de la derecha, la<br />

cubierta del libro The Art<br />

of <strong>Robert</strong> E. <strong>McGinnis</strong>,<br />

editado por Titan Books<br />

en 2014 y coescrito por<br />

Art Scott.<br />

Los Walt Disney Studios en Burbank, California,<br />

estaban formados por seis edificios y cada uno tenía<br />

una función específica: animación, storyboards, fondos,<br />

entintado y coloreado, fotografía y almacenamiento.<br />

Como aprendices, nuestro trabajo consistía<br />

en transportar cosas de un edificio a otro. Pero, entre<br />

recados, también aprendíamos a dibujar personajes<br />

de Disney bajo la tutela de un instructor y nos<br />

preparábamos para dar el siguiente paso. Recuerdo<br />

que todo el mundo en la empresa se saludaba por el<br />

nombre de pila y había un ambiente muy informal.<br />

Podía cruzarme con Walt Disney en el pasillo; él<br />

siempre me decía: “Hola, Bob”, e insistía en que le<br />

respondiera: “Hola, Walt”, cosa que siempre hacía.<br />

Los estudios Disney eran un reino donde abundaba<br />

la creatividad y se respiraba una atmósfera de diversión.<br />

Y Walt era un hombre amable y maravilloso, un<br />

auténtico genio.<br />

Más tarde se matriculó en la Ohio State University<br />

para estudiar bellas artes. ¿Se sentía<br />

identificado con el espíritu rebelde de la generación<br />

beat?<br />

Nunca me consideré un rebelde. Por aquellas fechas,<br />

Japón atacó Pearl Harbor, los Estados Unidos entraron<br />

en guerra y Disney dejó de producir filmes de<br />

animación para dedicarse a hacer películas de entrenamiento<br />

militar para las fuerzas armadas. Entonces,<br />

yo regresé a casa de mis padres, estudié bellas artes<br />

en la Ohio State University y, después, me matriculé<br />

en la Central Academy of Commercial Art, donde<br />

aprendí todos los procesos de la ilustración gracias a<br />

una enseñanza muy práctica.<br />

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117


LIFESTYLE <strong>Robert</strong> <strong>McGinnis</strong><br />

¿En qué momento decidió hacer las maletas<br />

y mudarse a Nueva York en busca<br />

de una oportunidad como artista?<br />

Trabajé durante tres años en un pequeño<br />

estudio de Cincinnati donde buscaban a<br />

alguien que supiera dibujar correctamente.<br />

Y yo encajaba en ese perfil profesional. Un<br />

día, los artistas Coby Whitmore y Al Dorne<br />

vinieron a la ciudad para dar una conferencia<br />

sobre los cursos por correspondencia de<br />

la Famous Artists School. Sin embargo, ver<br />

sus obras originales fue lo que realmente me<br />

animó a viajar a Nueva York para ganarme<br />

la vida como ilustrador. Una vez que llegué<br />

a la Gran Manzana, encontré trabajo en los<br />

Chaite Studios, donde pude compartir mis<br />

experiencias con una treintena de artistas<br />

que también se esforzaban mucho, y eso fue<br />

inspirador. Gracias a un agente, conseguí<br />

mis primeros encargos para hacer portadas<br />

de libros de bolsillo y de novelas románticas.<br />

Solamente hice tres o cuatro cubiertas para<br />

novelas de pulp fiction y, poco después, decidí<br />

lanzarme a la aventura por mi cuenta.<br />

A pesar de que la serie televisiva Mad<br />

Men ha retratado muy bien ese ambiente<br />

tan creativo, siento curiosidad por<br />

saber cómo era el trabajo en las grandes<br />

editoriales en los años sesenta…<br />

En aquella época aparecieron muchos<br />

estudios de arte, tanto en Nueva York, en<br />

Chicago y en Los Ángeles. Entonces, las<br />

revistas que publicaban relatos de ficción y<br />

necesitaban ilustraciones se convirtieron en<br />

un medio de comunicación masivo. También<br />

se consolidó la industria de los libros de bolsillo<br />

y los artistas se atrevían a experimentar<br />

con nuevos estilos, que contrastaban con las<br />

tradiciones del pasado. Se trataba de romper<br />

barreras y ser aceptados por el público.<br />

Las editoriales hacían circular informes de<br />

lectura para que los empleados nos familiarizáramos<br />

con los contenidos y la promoción<br />

de los libros. Esos resúmenes describían<br />

brevemente la época, el género y los personajes<br />

para acelerar el trabajo. Aunque, de vez<br />

en cuando, yo prefería leer los libros para<br />

ajustar mejor mis ilustraciones.<br />

Casi sin pretenderlo, el mundo del cine<br />

volvió a cruzarse en su carrera profesional.<br />

¿Qué recuerdos tiene de sus<br />

años ilustrando carteles para tantas<br />

películas de Hollywood?<br />

Creo que Desayuno con diamantes (Breakfast<br />

at Tiffany’s) fue mi primer encargo para una<br />

película. Es el más famoso y el que más se<br />

ha distribuido, pero todo el mérito se debe al<br />

encanto de Audrey Hepburn. La historia de<br />

Cotton Comes to Harlem es bastante curiosa<br />

porque mi amigo Don Smolen trabajaba<br />

entonces en el departamento creativo de la<br />

productora United Artists en Nueva York y<br />

le encargaron ideas para promocionar ese<br />

filme. Don conocía mis ilustraciones de mujeres<br />

para portadas de libros y les propuso<br />

hacer unas viñetas de acción con personajes<br />

femeninos para el póster. Para sorpresa de<br />

todos, Cotton Comes to Harlem fue el mayor<br />

“SE TRATABA DE ROMPER<br />

BARRERAS Y SER ACEPTADOS<br />

POR EL PÚBLICO”<br />

éxito de la United Artists ese año. La ciencia<br />

ficción era un género desconocido para mí,<br />

pero querían que en el cartel de Barbarella<br />

apareciera Jane Fonda de manera destacada y<br />

no dudaron en mandarme el encargo. En La<br />

extraña pareja (The Odd Couple) tuve la libertad<br />

creativa de utilizar la exageración propia<br />

de los dibujos animados, una técnica que<br />

también usé en los carteles de otras películas,<br />

como La batalla de las colinas del whisky (The<br />

Hallelujah Trail).<br />

Aunque sus obras más célebres están<br />

relacionadas con el personaje de James<br />

Bond y sus primeras aventuras en la<br />

gran pantalla…<br />

De nuevo, el encargo de los pósteres de James<br />

Bond me llegó gracias a Don Smolen, porque<br />

trabajaba en la United Artists. Yo fui el responsable<br />

de Diamantes para la eternidad (Diamonds<br />

Are Forever), Operación Trueno (Thunderball),<br />

Casino Royale y 007 al servicio de su<br />

Majestad (On Her Majesty’s Secret Service).<br />

Recuerdo que los ejecutivos de la productora<br />

nos invitaron al ilustrador Frank McCarthy y<br />

a un servidor a viajar a Inglaterra, donde tuvimos<br />

la oportunidad de presenciar el rodaje de<br />

varias escenas en el Coventry Manor Estate.<br />

Mientras estábamos almorzando, un gran<br />

silencio invadió el salón cuando Sean Connery,<br />

vestido de negro, entró acompañado de<br />

dos preciosas mujeres. Se sentaron en la mesa<br />

contigua a la nuestra y Connery nos saludó<br />

con una sonrisa. Eso fue lo más cerca que he<br />

estado nunca del gran James Bond.<br />

¿Quiénes son sus artistas favoritos?<br />

¿Cree que el arte puede contribuir a<br />

cambiar la sociedad?<br />

Por encima de todos, me gusta Andrew Wyeth.<br />

Después vendrían artistas como Thomas<br />

Dewing, Norman Rockwell, Howard Pyle<br />

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<strong>Robert</strong> <strong>McGinnis</strong> LIFESTYLE<br />

y Frederic Remington.<br />

Creo que el arte embellece<br />

nuestras vidas, además de<br />

aportarnos calma y serenidad. Es<br />

algo que nos aleja momentáneamente<br />

de los rigores del día a día y nos permite<br />

contemplar la belleza.<br />

Para terminar, ¿qué cosas le inspiran<br />

actualmente para seguir creando imágenes<br />

tan icónicas en su estudio?<br />

Para explicarte qué me motiva a seguir yendo a<br />

mi estudio y empezar a dibujar, citaré al poeta<br />

Ralph Waldo Emerson: “Todos los hombres se<br />

sienten impresionados por el rostro del mundo,<br />

algunos hasta el deleite. Este amor a la belleza<br />

es el gusto. Otros sienten ese mismo amor<br />

hasta tal punto que, no contentos con admirar,<br />

intentan encarnarlo en formas nuevas. La<br />

creación de la belleza es el arte”. Los artistas<br />

nos encargamos de observar la gran cantidad<br />

de estilos que ha habido a lo largo de la historia<br />

y eso nos dirige hacia lo que realmente admiramos.<br />

No se trata de copiar, sino de buscar el<br />

saber hacer de otros creadores. He llegado a<br />

la conclusión de que cualquier estilo personal<br />

emerge a pesar de la intención, puesto que<br />

también entran en juego las habilidades, las<br />

experiencias vividas y el conocimiento.<br />

PÁGINA ANTERIOR<br />

Los famosos<br />

carteles de<br />

‘Barbarella’ (1968)<br />

y ‘Cotton Comes<br />

to Harlem’ (1970)<br />

EN ESTA PÁGINA<br />

Los pósteres<br />

de ‘A Fistful of<br />

Dynamite’ (1971),<br />

‘The Hallelujah Trail’<br />

(1965), ‘Diamonds<br />

Are Forever’ (1971),<br />

con Sean Connery,<br />

y la emblemática<br />

imagen de la<br />

versión original<br />

de ‘Casino Royale’<br />

(1967)<br />

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