La deserción no es una opción

tomar confianza y empezar a socializar con mis
nuevos compañeros.
Todo parecía pasar con total normalidad,
las clases pasaban de manera exitosa y
fructífera, así pasaron 9 meses y el fin de año
llegó. Pero fue aquí donde las cosas cambiaron
de forma radical. Mi familia pasaba por una
crisis económica sin precedentes y tuve que
tomar una decisión, tuve pocas opciones, pero
tenía que escoger la mejor, tanto para mí como
para mi familia; tomar esta decisión fue muy
difícil, tenía que dejar la vida y las personas que
había conocido, además de alejarme de mi
familia. Tengo que aceptar que fue egoísta de
mi parte haber decidido esto, pues estas
personas me consideraban importante para su
proceso de formación, pero esto no bastaba para
poder quedarme, había otros factores que
influían en el camino que tomaría. Pero ya con
mi decisión tomada, inicié el proceso de
traslado, un proceso que tomó casi un mes,
debido al tiempo en el que se tramitó.
Comencé entonces mi travesía por otro
nuevo mundo, otro totalmente diferente que
implicaba muchos riesgos y miedos, entonces
llegué a mi nuevo grupo, uno totalmente
diferente al que tenía anteriormente, sentí gran
sorpresa al ver el número de personas que lo
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