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Año 3 • Nro. 5 [ diciembre 2008 ]
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ESPACIO DE PUBLICIDAD
HABLEMOS DE MITOS
En la guerra de las trincheras – la
Primera Guerra Mundial – nació
el mito de la mala suerte para
el tercero que encendiera su cigarrillo
con la misma lumbre, y que llegó hasta
nuestros días.
Pero en realidad no era mala suerte:
el descuido no puede plantearse
como mala suerte.
Lo que realmente pasaba es que
el enemigo estaba atento a lo que
ocurría en la trinchera vecina, y sólo
aprovechaba la situación: al encenderse
un fósforo y vislumbrar la
brasa de un cigarrillo preparaba el
arma, con la segunda brasa apuntaba,
y con la tercera disparaba con
la certeza de dar en el blanco. Todo
simple y práctico. Esto era cosa de
todos los días, y a ambos lados de
las trincheras.
No sucedía porque el último fuera
suicida, sino por una cuestión de
escasez de fósforos, y lo que es
más importante, los cascos no eran
todo lo eficientes que necesitaba el
soldado para ser protegido (queda
para otro momento la discusión del
daño que ocasiona el cigarrillo).
Hoy el mito que está naciendo y
nos interesa es que, según recientes
estadísticas, uno de cada cinco
profesionales de la medicina – de la
C.A.B.A. y del Gran Buenos Aires
- recibirá una demanda por algún
hecho médico que seguramente involucrara
a alguna obra social, sanatorio
u hospital, y que en algunos
casos incluirá también a algún auxiliar
de la medicina. Seguramente la
mayoría serán injustas y no prosperarán,
pero el daño, queridos amigos,
ya está hecho.
El médico demandado, además de
pasar un mal momento al recibir un
correo de un juzgado, deberá atender
el tema invirtiendo parte de su
tiempo. Lógicamente deberá contar
con los servicios de un abogado,
pagando los correspondientes
honorarios, deberá abonar peritos
y otros gastos en el transcurso del
juicio, y todo ésto antes de saber el
veredicto final, que, aunque parezca
mentira, si el abogado elegido
no tiene la suficiente experiencia
en este tipo de casos, puede verse
perjudicado con el pago de una indemnización.
¿Alguno de ustedes se animaría a
ser el tercero en prender su cigarrillo?,
¿puede decir que no será el
quinto de la lista y no será jamás
demandado?
El seguro de Responsabilidad Civil
por Praxis Médica existe, y también
aseguradoras dedicadas al tema en
forma profesional y eficiente, que
cubren todo lo mencionado más
arriba, y con costos al alcance de
cualquier profesional. Podemos eliminar
un mito.
Seguramente que los soldados hubieran
pagado a buen precio por un
casco que los protegiera cuando tenían
deseos de descansar un rato,
sólo un rato, y fumar un cigarrillo,
¿no les parece?
Guillermo E.
Pugliese
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