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rev17

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PÁGINA 24<br />

EPÓNIMOS MÉDICOS<br />

Thomas Hodgkin<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Año 5 - Nro. 17<br />

Diciembre de 2011<br />

Publicación y divulgación de<br />

Diagnóstico Médico<br />

PÁGINA 42<br />

ARTE & MEDICINA<br />

Saturnalia: historias... y grupo escultórico<br />

Dr. Eduardo José Albesi<br />

Dr. Luis Alposta<br />

YO RECOMIENDO<br />

Dr. Jekill y Mr. Hyde<br />

En su novela "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", Stevenson nos muestra a un honorable<br />

médico de la era victoriana que, en su afán moral y científico, se da a la tarea de crear una fórmula<br />

química que permita, al que la ingiera, sacar y desterrar todo el mal que pueda tener dentro de sí.<br />

Página 52.<br />

EL CLUB OSLER DE BS. AS.<br />

Biógrafo e historiador<br />

de la medicina<br />

Prof. Dr. Alfredo Buzzi<br />

PÁGINA 32<br />

MÉDICOS ARTISTAS<br />

Dra. Clara Farías<br />

Dr. Sergio Gianni<br />

PÁGINA 54<br />

ETIMOLOGÍA & MEDICINA<br />

Bazo, esplénico y esplín<br />

Dr. Alberto Marangoni<br />

PÁGINA 66<br />

Revista DM MD, Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico


2 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

LLEGÓ A<br />

LA MEJOR DEFINICIÓN<br />

DIAGNÓSTICA PARA<br />

MAMOGRAFÍAS DIGITALES<br />

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DM Diagnóstico Médico<br />

Dirección Junín 1023 - C1113AAE - Ciudad de Buenos Aires<br />

Teléfonos 4827.6300 - 4821.6900/9800 - Fax 4821.1155<br />

Email dm@diagnosticomedico.com - Web www.diagnosticomedico.com<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

3<br />

Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico - www.diagnosticomedico.com


EDITORIAL<br />

4 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

El sueño de<br />

JoHn Lennon<br />

A dream you dream alone is just a dream.<br />

A dream you dream together is a reality. 01<br />

John Lennon (1940-1980)<br />

01. Un sueño que sueñas solo es sólo un sueño. Un sueño<br />

que sueñas con alguien es una realidad<br />

Hay canciones eternas, que ya son<br />

de todos y que por sí mismas son<br />

un mensaje. Una de ellas es "Imagine",<br />

que John Lennon editó en 1971. Es<br />

difícil que alguien que esté leyendo esto no<br />

la conozca. Es considerada una de las mejores<br />

canciones de todos los tiempos.<br />

A pesar de su popularidad, "Imagine" ha<br />

recibido numerosas críticas a lo largo de<br />

los años, algunas de ellas por la percepción<br />

negativa de su letra. El mismo Lennon dijo<br />

que la canción era "antireligiosa, antinacionalista,<br />

anticonvencional, anticapitalista,<br />

pero aceptada por su dulzura”.<br />

Pero hay una estrofa que es un himno a la<br />

cooperación:<br />

You may say I'm a dreamer<br />

But I'm not the only one<br />

I hope someday you'll join us<br />

And the world will be as one<br />

En español sería algo así:<br />

Puedes decir que soy un soñador<br />

pero no soy el único<br />

espero que algún día te unas a nosotros<br />

y el mundo vivirá como uno.<br />

La propuesta es sumarse para trabajar juntos<br />

en forma organizada para alcanzar una<br />

meta común. Eso se llama cooperación. La<br />

cooperación es un tema al que Lennon recurrió<br />

frecuentemente, muchas veces asociada<br />

a los sueños. La cita que subtitula estas<br />

líneas lo demuestran: “Un sueño que<br />

sueñas solo es sólo un sueño. Un sueño que<br />

sueñas con alguien es una realidad.”<br />

La cooperación consiste en el trabajo en común<br />

llevado a cabo por parte de un grupo<br />

de personas hacia un objetivo compartido,<br />

en lugar de trabajar de forma separada, o<br />

en competición.<br />

El hecho de que ese objetivo sea representado<br />

por un sueño le confiere un carácter<br />

especial. Por empezar, lo asocia al deseo y<br />

hay pocas cosas más poderosas que un deseo:<br />

“dame veneno para morir, o un sueño<br />

para vivir”. Casi le otorga vida propia: se<br />

puede matar a un soñador, pero no al sueño.<br />

Además, la sensación de pertenencia<br />

de lo que soñamos es absoluta: el escritor<br />

argentino Luis Cane decía: “Si de algo me<br />

siento dueño no es de la vida que vivo. Es de<br />

mi sueño.”<br />

Pero con soñar no basta: si queremos que<br />

nuestros sueños se hagan realidad debemos<br />

despertarnos y cooperar.<br />

La cooperación faculta a los individuos a<br />

moverse juntos hacia adelante, a moverse<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

5<br />

en la misma dirección en lugar de deambular<br />

en diferentes direcciones.<br />

Si bien es cierto que el propio interés puede<br />

no favorecer la cooperación, se ha demostrado,<br />

curiosamente, que el ser humano<br />

tiende a actuar de forma más cooperativa<br />

de lo que dictaría el simple interés personal.<br />

No hay mejor prueba del progreso de<br />

la civilización que el progreso del poder de<br />

cooperación. Yo solo puedo, pero ayudado<br />

puedo antes y mejor. El resultado obtenido<br />

en cooperación es mucho mejor que el obtenido<br />

en soledad o en competencia.<br />

Hay cuatro condiciones esenciales que<br />

tienden a ser necesarias para que surja un<br />

comportamiento cooperativo: 1) Una superposición<br />

de deseos: el sueño debe compartirse,<br />

2) Una probabilidad de futuros<br />

encuentros con el mismo individuo: el trabajo<br />

debe ser en conjunto, 3) Recuerdos positivos<br />

de anteriores encuentros con ese individuo:<br />

la cooperación empezará a surgir<br />

cuando el grupo se conoce y se estima y se<br />

tiene confianza a pesar de las dificultades<br />

y 4) Un valor asociado con futuros resultados:<br />

el sueño debe ser importante.<br />

Mientras hablábamos de estas cosas, mi<br />

mujer me acercó un poema de la poetisa<br />

polaca Wislawa Szymborska, que en un<br />

fragmento dice:<br />

La vida en la tierra sale bastante barata.<br />

Por los sueños, por ejemplo, no se paga ni<br />

un céntimo.<br />

Por las ilusiones, sólo cuando se pierden.<br />

Por poseer un cuerpo, se paga con el cuerpo.<br />

Es cierto: los sueños son gratis. Pero la cooperación<br />

no. Para lograr cooperación debemos<br />

primero dar cooperación. Así, todos<br />

podremos soñar el sueño de Lennon.<br />

Puedes decir que soy un soñador<br />

pero no soy el único<br />

espero que algún día te unas a nosotros<br />

y el mundo vivirá como uno.<br />

Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico - www.diagnosticomedico.com


6 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

STAFF<br />

Directores<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Dr. H. Cesar Gotta<br />

Dr. Eduardo Eyheremendy<br />

Editor Responsable<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Consejo Editorial<br />

Prof. Emérito Dr. Alfredo P. Buzzi<br />

Prof. Dr. Arturo Heidenreich<br />

Prof. Dr. Roberto Iérmoli<br />

Prof. Dr. Domingo Liotta<br />

Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Prof. Dr. Gustavo Piantoni<br />

Prof. Dr. Florentino Sanguinetti<br />

Coordinación General<br />

Paola Isturiz Guedes<br />

Virginia Prado Quintás<br />

Colaboran en este número<br />

Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Dr. Juan Enrique Perea<br />

Dr. Juan Cruz de Pablo Pardo<br />

Dr. Luis Alposta<br />

Dr. Adrián Gaser<br />

Lic. Isabel Del Valle<br />

Prof. Emérito Dr. Alfredo P. Buzzi<br />

Dr. Arturo Heidenreich<br />

Dr. Sergio Gianni<br />

Virginia Prado Quintás<br />

Dr. Eduardo Alfonso Benedetto<br />

Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Dr. Martin Valdez<br />

Dr. H. Cesar Gotta<br />

Dr Eduardo José Albesi<br />

Dr. Alberto Marangoni<br />

Dr. Fernando Guerzobich<br />

Diseño<br />

Soulbranding Marketing Studio<br />

Números anteriores del año 2010 - 2011<br />

DMMD Año 4 - Nro. 13<br />

DMMD Año 4 - Nro. 14<br />

DMMD Año 5 - Nro. 15 DMMD Año 5 - Nro. 15<br />

editorial pág. 4<br />

El sueño de JoHn Lennon<br />

Hay canciones eternas que ya son de todos y que<br />

por sí mismas son un mensaje. Una de ellas es<br />

"Imagine", editada por John lennon en 1971.<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

MÉDICOS QUE FUERON OTRA COSA pág. 8<br />

Docteur Destouches<br />

y Monsieur Céline<br />

Hijo único de Ferdinand A. Destouches, empleado<br />

de una compañía de seguros, y de Marguerite<br />

L. Céline Guilloux, una bordadora inválida, durante<br />

su infancia y adolescencia vivió en una pobreza<br />

extrema.<br />

Por Dr. Juan Enrique Perea<br />

ENFERMOS FAMOSOs pág. 15<br />

sAlVAdoR dAlÍ<br />

Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y Doménech<br />

nació en Figueras (Girona) el 11 de mayo de<br />

1904 en el seno de una familia burguesa. Su padre,<br />

Salvador Dalí y Cusí, era un abogado librepensador<br />

y republicano...<br />

Por Dr. Juan Cruz de Pablo Pardo<br />

MOSAICOS PORTEÑOS pág. 20<br />

Acerca del alcohol y la droga. En los títulos<br />

de algunos tangos<br />

AEcerca del achaque<br />

Acerca de los wawanco<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

GALERIA DE PREMIOS NOBEL DE<br />

pág. 22<br />

MEDICINA<br />

lA ACTiVACión dE nuEsTRo<br />

sisTEMA inMunE<br />

Este año, la mitad del Premio Nobel de Medicina<br />

ha sido concedida a los científicos Bruce A. Beutler<br />

y Jules A. Hoffmann...<br />

Por Dr. Juan Enrique Perea<br />

EPÓNIMOS MÉDICOS pág. 24<br />

THoMAs HodGkin<br />

En 1801, el francés François Xavier Bichat (1771-<br />

1802) lanzó el "programa anátomo-clínico".<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

EL CLUB OSLER DE BUENOS AIRES pág. 32<br />

CoMo BióGRAFo E HisToRiAdoR dE<br />

lA MEdiCinA<br />

La educación superior tan necesaria hoy en día no<br />

se brinda en la escuela, sino que debe ser forjada<br />

por cada uno de nosotros para sí mismo...<br />

Por Prof. Dr. Alfredo Buzzi<br />

LITERATURA & MEDICINA pág. 38<br />

El PARkinson. CuAndo lA VidA sE<br />

VuElVE PRoToColo.<br />

" Elena Sabe ", de Claudia Piñeiro.<br />

Por Lic. Isabel Del Valle<br />

ARTE & MEDICINA pág. 42<br />

sATuRnAliA: HisToRiAs...<br />

y GRuPo EsCulTÓRiCo<br />

La escultura "Saturnalia", realizada por el italiano<br />

Ernesto Biondi en 1909, está en el Jardín Botánico<br />

de Buenos Aires desde 1984.<br />

Por Dr Eduardo José Albesi<br />

MÉDICOS EN LAS CALLES<br />

pág. 47<br />

DE BUENOS AIRES<br />

Calle dR. RAMón CARRillo<br />

Denominada en 1989 por ordenanza Municipal<br />

44120, se extiende en línea recta desde Amancio<br />

Alcorta hasta la Avenida Suárez.<br />

Por Dr. Arturo Heidenreich<br />

YO RECOMIENDO pág. 52<br />

ACERCA DEL EXTRAÑO CASO DEL<br />

dR. JECkyll y MR. HydE<br />

El novelista, poeta y ensayista Robert Louis Stevenson<br />

nació el 13 de noviembre de 1850...<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

MÉDICOS ARTISTAS pág. 54<br />

dRA. ClARA FARÍAs<br />

En esta oportunidad, Médicos Artistas ofrece a sus<br />

lectores la entrevista a la Dra. Clara Farías , médica<br />

especialista en Diagnóstico por Imágenes...<br />

Por Dr. Sergio Gianni<br />

AMBITO MÉDICO & EMPRESA pág. 57<br />

TAllER dE TRAuMAToloGÍA<br />

HuMAnisMo MédiCo En El HosPiTAl PEnnA<br />

dM En El X ConGREso ARGEnTino dE MAsToloGÍA<br />

TAllER Gi-RAds En El HosPiTAl ÁlVAREz<br />

TAllER dE TRAuMAToloGÍA En El HosPiTAl<br />

RAMos MEJÍA<br />

EnCuEnTRo soBRE CÁnCER GinEColóGiCo<br />

HuMAnisMo MédiCo En El HosPiTAl PEnnA<br />

dM En El ConGREso ARGEnTino dE CARdioloGÍA<br />

EnCuEnTRo soBRE dETECCión TEMPRAnA dE<br />

CÁnCER dE MAMA.<br />

HuMAnisMo MédiCo En El HosPiTAl PEnnA<br />

dM En El ConGREso inTERnACionAl dE ClÍniCA<br />

MédiCA<br />

dM En El XX ConGREso dE onColoGÍA.<br />

HuMAnisMo MédiCo<br />

dM En El 48 ConGREso ARGEnTino dE oRToPEdiA<br />

y TRAuMAToloGÍA.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

7<br />

sumario<br />

DMMD es una publicación de Diagnóstico Médico,<br />

Institución afiliada a la Facultad de Medicina de la<br />

Universidad de Buenos Aires.<br />

Prohibida su reproducción total o parcial sin consentimiento<br />

de los titulares.<br />

Diagnóstico Médico<br />

Junín 1023 C1113.<br />

Buenos Aires, Argentina.<br />

Tel.: 4821-6900/9800 4827-6300<br />

www.diagnosticomedico.com<br />

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MÉDICOS EN TIEMPO LIBRE pág. 62<br />

dR. dAniEl MARCo<br />

Traumatólogo y luthier,quien a la hora de tomar<br />

la decisión del a carrera a seguir, fue coherente:<br />

eligiólas dos.<br />

Por Virginia Prado Quintas<br />

ETIMOLOGÍA & MEDICINA pág. 66<br />

BAzo, EsPléniCo y EsPlÍn<br />

En la Antigüedad, el hígado era objeto de gran especulación<br />

y durante muchos siglos su función fue<br />

muy debatida.<br />

Por Dr. Alberto Marangoni<br />

Historia de los Hospitales pág. 70<br />

El insTiTuTo dE onColoGÍA AnGEl H.<br />

RoFFo<br />

En la pared frontal del aula de Radiología del Instituto<br />

de Medicina Experimental (hoy conocido<br />

como Instituto de Oncología “Angel H. Roffo”),<br />

exactamente sobre el pizarrón desplazable...<br />

Por Dr. Sergio Gianni<br />

Museo Houssay pág. 75<br />

los HERVidoREs AuToClAVEs<br />

EsTERilizAdoREs dE JusTo y<br />

REPETTo En El MusEo RisolÍA<br />

Llamará la atención del lector un nombre tan<br />

rimbombante para aquello que, como se ve en la<br />

fotografía...<br />

Por Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

VIDRIERA FOTOGRÁFICA pág. 78<br />

ViEnA<br />

Hacia la época del nacimiento de Cristo, los romanos<br />

construyeron un campamento militar, llamado<br />

Vindobona...<br />

Texto: Dr. Fernando Guerzobich<br />

Fotos: Dr. Martín Valdez<br />

COLECCIÓN DE FOTOS pág. 82<br />

inundACión dE lA BoCA<br />

Las inundaciones en la Boca eran un problema<br />

frecuente. Bastaba que el Rio de la Plata creciera y<br />

el agua entraba en la ciudad...<br />

Por Dr. H. César Gotta<br />

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8 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

MÉDICOS QUE FUERON<br />

OTRA COSA<br />

Por Dr. Juan Enrique Perea<br />

Docteur<br />

Destouches y<br />

Monsieur Céline<br />

Dr. Juan Enrique Perea<br />

Director Médico de Laboratorio<br />

Diagnostico médico<br />

Primera parte : Docteur Destouches<br />

“No es que empezara demasiado bien (…)<br />

nací, repito, en Courbevoie, Sena”, escribió<br />

Louis Ferdinand Auguste Destouches<br />

sobre su llegada al mundo (27 de mayo de<br />

1894). Hijo único de Ferdinand A. Destouches,<br />

empleado de una compañía de seguros,<br />

y de Marguerite L. Céline Guilloux,<br />

una bordadora inválida, durante su infancia<br />

y adolescencia vivió en una pobreza extrema.<br />

“Toda mi vida comí fideos hervidos.<br />

Mi madre los preparaba por fuentes. En la<br />

escuela todos eran como yo, chicos picados<br />

por las pulgas. Siempre me han dolido<br />

los pies. Nuestros zapatos eran demasiado<br />

chicos, y nosotros crecíamos. Todos los recados<br />

los hacía a pie”, contó en una oportunidad<br />

Destouches.<br />

A pesar de la penuria familiar, sus padres<br />

-imaginándolo un futuro comerciante- lo<br />

enviaron a Alemania e Inglaterra para que<br />

estudiara idiomas. En 1912, se alistó en el<br />

20º Regimiento de Caballería y participó<br />

en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo,<br />

en el frente belga, una herida de gravedad<br />

le dejó una parálisis radial del miembro<br />

superior derecho, acúfenos y dolor de<br />

cabeza; por lo que se le concedió la medalla<br />

militar y una pensión por una incapacidad<br />

del 75%.<br />

Su periplo continuó en Londres, donde fue<br />

asignado a la oficina de pasaportes franceses.<br />

Allí, frecuentó los bajos fondos de<br />

la ciudad y, en 1915, se casó con Suzanne<br />

Nebout (de la se divorciaría al poco tiempo).<br />

En 1916, contrajo malaria y disentería<br />

en un viaje a Camerún y, enfermo, regresó<br />

a Francia.<br />

Cuatro años después de su primer matrimonio,<br />

se casó con Edith Follet. Para ese<br />

entonces, Destouches tenía veinticinco<br />

años y recién comenzaba a estudiar Medi-<br />

Louis-Ferdinand Destouches, durante la Primera Guerra Mundial.<br />

cina en la Universidad de Rennes (se graduó<br />

en la Universidad de París a los treinta<br />

a los treinta y un años de edad, este en-<br />

do en el precursor de la antisepsia. Escrita).<br />

Sobre estos años, él mismo cuenta: “Yo sayo anticipa la formidable fuerza que iba<br />

empecé con la medicina y quería la medicina,<br />

y sin duda no la literatura. [En la infan-<br />

motivo reiterado en la mayor parte de sus<br />

a tener la escritura de Céline e introduce un<br />

cia] tenía una enorme admiración por los novelas: la inútil crueldad de la guerra. Así,<br />

médicos. Me parecían extraordinarios. La en su tesis se puede leer: “Cien ejércitos invocaron<br />

al mismo tiempo cien razones para<br />

medicina era mi pasión. [En el médico] yo<br />

veía a un tipo milagroso, que curaba, que le ser salvajes. Fronteras desfiguradas, fundadas<br />

en un inmenso reino de Frenesí, hombres<br />

hacía cosas sorprendentes a un cuerpo que<br />

no tenía ganas de funcionar. Eso me parecía<br />

maravilloso (…) me resultaba absolutaría<br />

hombres, he aquí las inmensas bodas que<br />

que querían progreso y un progreso que quemente<br />

mágico”.<br />

se celebraban. La humanidad se aburría, quemó<br />

algunos Dioses, cambió vestuario y pagó<br />

a la Historia con unas cuantas glorias nuevas.<br />

Veinte razas se precipitaron a un horrible<br />

La tesis de doctorado<br />

delirio. Sostenidos por frases, poseídos por la<br />

En 1924, Destouches publicó “La vida y<br />

muerte, conquistaron cada día un reino inútil<br />

la obra de Philippe Ignace Semmelweis<br />

que otros perderían al día siguiente”.<br />

(1818-1865)”, su tesis doctoral sobre el médico<br />

húngaro que había deducido la causa Para demostrar la trascendencia de la labor<br />

científica de Semmelweis, de la fiebre puerperal y se había converti-<br />

Destouches<br />

Revista DM MD - Ciencia y Cultura Médica - Diagnóstico Médico - www.diagnosticomedico.com


Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

9<br />

la contrapone a la inservible enormidad de<br />

la guerra. Recuerda que, durante Austerlitz,<br />

Jean-Nicolas Corvisart, el médico del<br />

Emperador, se abstrajo de sus funciones<br />

para traducir Inventum Novum, el libro sobre<br />

percusión de Josef Leopold Auenbrugger.<br />

Medida por sus consecuencias, la verdadera<br />

epopeya de Corvisart, más que sus<br />

actos en batalla, fue dar a conocer a la comunidad<br />

médica una obra fundamental de<br />

la Semiología.<br />

A lo largo de la tesis, Destouches cuenta<br />

que Semmelweis a los diecinueve años viajó<br />

a Viena para estudiar Derecho, pero que un<br />

día, tras escuchar una clase de Josef Skoda<br />

-clínico y maestro de la Semiología-, decidió<br />

estudiar Medicina. Su tesis doctoral,<br />

“La vida de las plantas”, escrita en 1844, no<br />

iba a tener ninguna relación con su futuro<br />

campo de interés: la infección puerperal.<br />

Como narra Destouches, en aquel entonces<br />

(antes de Pasteur) nueve de cada diez operaciones<br />

terminaban con la muerte o infección<br />

del paciente. “El juego del talento consistía<br />

en explicar la muerte en función del<br />

‘pus bien ligado’, del ‘pus de buena naturaleza’,<br />

del ‘pus laudable’. En el fondo ecos de<br />

la impotencia. Las muertes se suceden con<br />

total simplicidad. Semmelweis no sabe aún<br />

por dónde va a emprender una grandiosa<br />

reforma de esta cirugía maldita, pero es el<br />

hombre para esta misión”, narra en la tesis.<br />

En efecto, en febrero de 1846, Semmelweis<br />

fue nombrado asistente del profesor Klin,<br />

director de uno de los pabellones de maternidad<br />

del Hospicio General de Viena.<br />

Allí, comprobó que en su sector el riesgo<br />

de muerte por fiebre puerperal era mucho<br />

mayor que en el otro (a cargo del profesor<br />

Bartch): cada mes fallecía hasta el 33% de<br />

las mujeres internadas. En mayo, la mortalidad<br />

llegó al 96%, por lo que se convocó a<br />

una Comisión Imperial.<br />

Frente a esta realidad, Destouches examina<br />

el curso del pensamiento de Semmelweis:<br />

éste creía que el destino lo había elegido<br />

para descubrir las medidas decisivas que<br />

evitaran tanta muerte. Su punto de partida<br />

para resolver la tragedia era una única<br />

certeza entre tanta confusión y oscuridad:<br />

había más decesos en el pabellón de Klin<br />

que en el de Bartch. A partir de este dato,<br />

Semmelweis, entonces, elaboró deducciones<br />

prácticas: en el pabellón Bartch el tacto<br />

era practicado por alumnas de comadronas,<br />

mientras que en el pabellón Klin era<br />

hecho por alumnos de medicina. Así, las<br />

comadronas de Bartch fueron intercambiadas<br />

por los estudiantes de Klin y Semmelweis<br />

pudo comprobar que la muerte seguía<br />

a los discípulos de Klin: las estadísticas<br />

de Bartch empezaron a ser tan angustiantes<br />

que los estudiantes fueron devueltos a<br />

su pabellón original. De esta manera, llegó<br />

a su segunda comprobación: los estudiantes<br />

jugaban un papel de primera importancia<br />

en este desastre.<br />

Klin empezó a sostener que eran los practicantes<br />

extranjeros los que propagaban la<br />

fiebre puerperal y los terminó expulsando.<br />

Sin estar de acuerdo con la decisión, Semmelweis<br />

decidió volver sobre el único hecho<br />

demostrado para investigar por qué morían<br />

más mujeres de fiebre puerperal dentro del<br />

hospital que en la ciudad, más en el pabellón<br />

de Klin que en otras clínicas de Viena.<br />

En efecto, él había notado que las mujeres<br />

que daban a luz en la calle y no iban<br />

al pabellón de Klin hasta más tarde se salvaban<br />

casi siempre (incluso en temporadas<br />

de epidemia). Así, advertía: “La causa que<br />

busco está en nuestra clínica y en ninguna<br />

otra parte”.<br />

Mientras Klin dejó de hablarle, buscando<br />

la oportunidad para revocarle el cargo<br />

de asistente, Semmelweis, que había estudiado<br />

con Karl von Rokitansky, recordó los<br />

cortes a menudo mortales que sufrían los<br />

alumnos durante las disecciones. La verdad<br />

estaba más cerca: los estudiantes debían lavarse<br />

las manos antes de entrar en contacto<br />

con mujeres embarazadas. No obstante,<br />

Klin se negó a tomar este recaudo y el 20 de<br />

octubre de 1846, luego de una discusión, lo<br />

destituyó.<br />

Louis-Ferdinand Céline abatido, en 1945, con 51 años.<br />

A partir de una sugerencia de Skoda, Semmelweis<br />

viajó a Venecia en compañía de<br />

su mejor amigo, el cirujano Lajos Markusovszky.<br />

Dos meses después, al regresar<br />

a Viena, se enteró que el 13 de marzo de<br />

1847 había muerto su profesor de anatomía,<br />

Jakob Kolletchka, como consecuencia<br />

de una herida que se había hecho durante<br />

una disección. Kolletchka era profesor de<br />

Medicina Forense del Hospital General de<br />

Viena y realizaba autopsias con propósitos<br />

legales en compañía de estudiantes. Luego<br />

de lastimarse, había desarrollado linfangitis<br />

y flebitis del miembro superior con un<br />

cuadro idéntico al de la infección puerperal:<br />

pleuritis bilateral, pericarditis, peritonitis<br />

y meningitis.<br />

Puesto que Kolletchka había muerto como<br />

resultado de una incisión cadavérica,<br />

Semmelweis culpaba a las secreciones de<br />

los cadáveres del contagio. Él razonaba:<br />

“Son los dedos de los estudiantes, ensuciados<br />

en el curso de las disecciones, los que<br />

llevan las partículas cadavéricas fatales a<br />

los órganos genitales de las mujeres embarazadas,<br />

sobre todo a la altura del cuello<br />

uterino. Todo el problema reside en limpiar<br />

las manos”.<br />

Por solicitud de Skoda, Bartch terminó<br />

aceptando al médico en su maternidad<br />

como asistente. En mayo de 1847, Semmel<br />

weis hizo preparar una solución de cloruro<br />

de calcio y pidió que todos los estudiantes<br />

que hubiesen practicado disecciones<br />

-el mismo día o el día anterior- se lavasen<br />

las manos antes de efectuar cualquier<br />

exploración en una mujer embarazada. Al<br />

mes siguiente de la aplicación de esta medida,<br />

la mortalidad había caído a un 12%.<br />

Sin embargo, a Semmelweis no le parecía<br />

suficiente y ordenó que cualquier persona,<br />

hubiese practicado o no disecciones,<br />

se sometiera a una cuidadosa desinfección<br />

de las manos con la solución de cloruro de<br />

calcio antes de explorar a una mujer embarazada.<br />

En el curso del próximo mes, la<br />

mortalidad por fiebre puerperal bajaría al<br />

0,23%.<br />

Semmelweis había triunfado sobre la fiebre<br />

puerperal, pero víctima de la envidia y<br />

las rencillas no logró la aprobación que esperaba.<br />

Unos sostenían que las cifras eran<br />

erróneas, otros aclamaban que las cifras<br />

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10 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Louis-Ferdinand Céline a los 60 años.<br />

eran falsas. Ningún centro médico de Europa<br />

reconocía el hallazgo y el personal de<br />

los hospitales se oponía al lavado de manos<br />

por considerarlo inútil. Sólo cinco médicos<br />

apoyaban a Semmelweis: Rokitansky,<br />

Hébra, Heller, Helm y Skoda; el resto de los<br />

colegas, estudiantes y enfermeros lo llenaban<br />

de injurias. Para colmo, el ministerio lo<br />

destituyó por segunda vez el 20 de marzo<br />

de 1849, y le ordenó que abandonara Viena.<br />

Refugiado en Budapest, Semmelweis pasó<br />

hambre y apenas podía ejercer la medicina.<br />

Además, en un plazo de pocos días, se fracturó<br />

un brazo y una pierna, y quedó inmovilizado<br />

en cama. Su amigo Lajos Markusovszky<br />

lo encontró solo, hambriento y<br />

enfermo. “Está tan envejecido que apenas<br />

he podido reconocerle. Hay una gran melancolía<br />

grabada en sus rasgos, temo que<br />

para siempre”, escribió su compañero en<br />

aquella ocasión.<br />

Afortunadamente, un tiempo después fue<br />

admitido en la maternidad San Roque (de<br />

Budapest) donde comenzó la redacción de<br />

su libro capital, La etiología de la fiebre puerperal.<br />

Para 1856, el Dr. Birley, director de<br />

la institución, había muerto y Semmelweis<br />

lo sucedió. Sin embargo, luego de escribir<br />

una carta abierta a todos los profesores de<br />

Obstetricia (en la que calificaba de asesinos<br />

a los detractores de las reglas prescriptas<br />

para evitar la fiebre puerperal), comenzó<br />

a sufrir las mismas hostilidades que en<br />

Viena.<br />

Por esa época, su único amigo, el Dr. Arneth,<br />

en marzo de 1858 viajó a París con el<br />

manuscrito de Semmelweis para participar<br />

de las sesiones consagradas a la fiebre<br />

puerperal de la Academia. Allí, sólo recibió<br />

más oposición a la aplicación del método de<br />

Semmelweis.<br />

Agotado, rotos todos los caminos de<br />

la razón y perdidos todos los apoyos,<br />

Semmelweis cayó en la melancolía y la alienación;<br />

se dejaba dominar por las alucinaciones<br />

y una tarde corrió hasta las aulas de<br />

anatomía de la facultad, se apoderó de un<br />

escalpelo, cortó los tejidos putrefactos de<br />

un cadáver y se hizo un corte profundo. Estaba<br />

infectado mortalmente.<br />

Skoda, advertido de la situación de su discípulo,<br />

viajó a Budapest y trasladó a Semmelweis<br />

a Viena. El 22 de junio de 1865 fue<br />

internado en un manicomio. Sin embargo,<br />

al poco tiempo, desarrolló linfagitis,<br />

pleuresía, peritonitis y meningitis, y tras<br />

una agonía de tres semanas, murió el 16 de<br />

agosto de 1865 a los cuarenta y siete años de<br />

edad. Su obra, aunque fue ignorada por su<br />

época, será eterna.<br />

En el final de la tesis de Destouches, el que<br />

escribe ya es Céline: “Veinte veces descendió<br />

la noche sobre esta habitación, antes<br />

de que la muerte se llevara a quien le había<br />

infligido una afrenta precisa, inolvidable.<br />

Apenas era un hombre lo que iba a llevarse<br />

con ella de nuevo, era una forma delirante,<br />

corrompida, cuyos contornos se iban borrando<br />

bajo una purulencia progresiva. Por<br />

lo demás, ¿qué victoria podía esperar ella,<br />

la Muerte, en un lugar tan degradado como<br />

aquél? ¿Acaso había alguien que le disputara<br />

por los pasillos del Asilo esas larvas humanas,<br />

esos extraños seres burlones, esas<br />

torvas sonrisas que rondan el límite de la<br />

nada? Prisión para los instintos, asilo para<br />

locos. El hombre termina donde comienza<br />

el loco!”<br />

Su tesis es una exaltación a la labor del médico<br />

que, empujado por una ardiente compasión<br />

por la miseria física de sus enfermos,<br />

hace frente a la fatalidad y al destino.<br />

“El mundo sólo pervive gracias a la generosa<br />

ebriedad de la salud”, decía Destouches.<br />

Para él, el pensamiento médico constituía<br />

el único verdaderamente humano y, en este<br />

sentido, Semmelweis le resultaba un ejemplo<br />

iluminador. Éste creía que la medicina<br />

era una piedad más activa que las demás y,<br />

de hecho, una vez el propio médico le confesó<br />

a un amigo: “Mi vida ha sido infernal.<br />

La idea de la muerte de mis pacientes me ha<br />

resultado siempre insoportable, sobre todo<br />

cuando se cuela entre las dos grandes alegrías<br />

de la existencia, la de ser joven y la de<br />

dar vida”.<br />

Un año después de publicar este ensayo,<br />

Destouches abandonó su práctica médica,<br />

a su esposa e hija, y se integró en la Sociedad<br />

de las Naciones en el área de higiene.<br />

Allí, según sus propias palabras, vio la luz:<br />

notó “que el mundo estaba gobernado por<br />

Mammon [la avaricia] implacablemente”.<br />

Luego, durante tres años, viajó por Suiza,<br />

Nigeria, Senegal, Cuba, Canadá y Estados<br />

Unidos. En Detroit estudió los problemas<br />

de la medicina social en la fábrica Ford<br />

y escribió el estudio sociológico “Le medicine<br />

chez Ford”. En 1928 regresó a París y<br />

abrió su consultorio médico en un suburbio<br />

de París. En 1931, además, fue contratado<br />

por una clínica municipal de Clichy.<br />

Segunda parte: Monsieur Céline<br />

En 1932, mientras trabajaba en Clichy,<br />

Destouches publica -bajo el seudónimo de<br />

Céline (apellido de la madre)- su primera<br />

novela: Viaje al fin de la noche, una obra<br />

maestra de la literatura francesa del siglo<br />

veinte en la que reproduce magistralmente<br />

la oralidad. Con una dedicatoria a Elizabeth<br />

Craig, su amante desde 1926, Céline<br />

reconstruye en la ficción un período de<br />

su propia biografía: al igual que él, su personaje,<br />

Ferdinand Bardamu, es herido en la<br />

Primera Guerra Mundial, sobrevive en las<br />

colonias francesas de África, viaja a Nueva<br />

York, trabaja en Detroit, se enamora y, de<br />

regreso en Francia, concluye los estudios de<br />

medicina y trabaja como médico.<br />

La ferocidad de la naturaleza humana es<br />

una obsesión en toda la obra celineana. El<br />

autor calificaba a la guerra como una “rabia<br />

tremenda que impulsa a la mitad de los<br />

seres humanos a enviar a la otra mitad al<br />

matadero” y, en sintonía, Bardamu dice:<br />

“Sentía como un deseo de intentar comprender<br />

su brutalidad. Somos vírgenes del<br />

horror. Yo acababa de descubrir de un golpe<br />

la guerra. Hay que estar casi solo ante ella,<br />

para verla bien, a esa puta, de frente y de<br />

perfil. La noche encerraba voluntades homicidas<br />

enormes e innumerables. Ya no se<br />

podría ver otra cosa: nuestra muerte. Desde<br />

entonces sé lo que deben sentir los conejos<br />

en un coto de caza. Brutos delante, al lado y<br />

detrás. De los hombres es de quien hay que<br />

tener miedo, siempre”.<br />

A lo largo de las páginas de Viaje al fin de<br />

la noche, la bestialidad cae sobre el cuerpo<br />

del personaje y lo agobia: “Un mes de sue-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

11<br />

ño en cada párpado, ésa era la carga que llevábamos,<br />

además de unos cuantos kilos de<br />

chatarra”. Así, parece que hasta los caballos<br />

tienen más suerte que los hombres, ya<br />

que nadie les pide que aparenten creer en la<br />

guerra. Sin embargo, el entusiasmo de vivir,<br />

al menos unas horas más, por desgracia<br />

es sólo de los ser humanos. Como dice<br />

Bardamu, “una sola hora en un mundo en<br />

que todo se ha reducido al crimen es ya algo<br />

extraordinario”.<br />

Pero además, el valor de la vida en la guerra,<br />

como se nota en la novela, es enorme y<br />

es nada. Al respecto, el personaje reflexiona:<br />

“¡El día! ¡Uno más! Habría que intentar<br />

pasar a través de aquél como de los demás,<br />

convertidos en algo así como aros cada vez<br />

más estrechos, los días, atestados de metralla.<br />

Destino de asesinado con sentencia<br />

en suspenso”. A su vez, la avaricia es el motor<br />

y la mentira, una condición diaria: “No<br />

hay amor que valga en este mundo, mientras<br />

haya cinco francos de por medio (…) Se<br />

mentía con ganas, todo lo que tocabas estaba<br />

falsificado, hasta los traidores eran falsos”.<br />

Es que el mundo está al revés: “Preguntar<br />

por qué te asesinan es estar loco”, explica<br />

el personaje, quien termina enfermando<br />

enloquecido por el miedo. Luego, logra<br />

ser internado y enviado a París, pues, como<br />

él mismo dice: “lo mejor que puedes hacer<br />

cuando estás en este mundo es salir de él,<br />

loco o no”.<br />

Allí, comprueba que “la palma seductora<br />

se la llevaban sin duda los argentinos” por<br />

el comercio de la carne congelada; y finalmente<br />

se embarca hacia las colonias francesas<br />

de África en compañía de una chusma<br />

a la que “el treponema les limaba las arterias,<br />

el alcohol les roía el hígado, el sol les<br />

resquebrajaba los riñones, las ladillas se les<br />

pegaban a los pelos, el eczema a la piel del<br />

vientre, y la luz cegadora acabaría achicharrándoles<br />

la retina”. Ya en la colonia Bambola-Bragamance,<br />

se contagia de paludismo.<br />

Sin embargo, vive su enfermedad de<br />

un modo muy particular: “Cualquier cosa,<br />

en materia de vanidad, es mejor que nada.<br />

Una de las distracciones del grupo era organizar<br />

concursos de fiebre. Nos comparábamos<br />

los termómetros. (…) ‘¡Transpiro<br />

tanto que ya no puedo mear!’, observaba el<br />

campeón de la febrilidad”.<br />

Así, en el incesante horror que vive Bardamu,<br />

Céline también relata la brutalidad a la<br />

que se reducía a los hombres en las colonias<br />

africanas francesas de comienzos del siglo<br />

veinte. Sus vidas estaban signadas por el<br />

abandono, el bismuto, el arsénico, la quinina<br />

en mermelada, el prurito del “corocoro”,<br />

la explotación del indígena, el asma,<br />

la codicia, la diarrea, los gusanos, el calor,<br />

la fiebre amarilla, los escalofríos, el embotamiento<br />

de las largas siestas palúdicas, la<br />

delgadez, la fatiga sin límite, el trópico, la<br />

condición de subhombre, la sífilis, el aire<br />

repugnante y viscoso, el bambú, las tribus<br />

enmohecidas, el agua de pozo, la práctica<br />

del crédito en lugar del salario, las hormigas<br />

rojas, las serpientes y los escorpiones,<br />

el azote, la ingenuidad, el canibalismo,<br />

la peste, el infierno africano de Bikobimbo,<br />

los días de viaje por un río, el alcohol, el<br />

ruido insoportable de la noche, las niguas<br />

penetrantes en los pies, el hedor de las orugas<br />

aplastadas, los insectos y los sapos, el<br />

calor, la apoplejía, el olor desprendido del<br />

desastre del mundo, las alucinaciones.<br />

Louis Ferdinand Céline – Docteur L. F. Destouches (1894-1961).<br />

En la novela, Bardamu embarca en el puerto<br />

de San Tapeta con rumbo a Nueva York.<br />

Si en África había encontrado la soledad<br />

brutal, en América encontrará la disolución<br />

total. Broadway es descrito como “una herida<br />

triste, que no acababa nunca” y en las<br />

vidrieras de la Gran Manzana descubre que<br />

el suplicio estético del pobre es interminable<br />

y más tenaz que su hambre. A su vez,<br />

queda impresionado por un baño público,<br />

del que dice: “En aquel subterráneo iban a<br />

hacer sus necesidades. Se instalaban en la<br />

caverna fecal. Cuando el sonido de una cadena<br />

anunciaba una vacante, redoblaban<br />

los clamores en torno al alvéolo libre. Tremenda<br />

familiaridad intestinal. Alegre comunismo<br />

de la caca”; también le llaman la<br />

atención los restaurantes económicos donde,<br />

como relata, “te ponen una bandeja en<br />

la mano y vas a ocupar tu sitio en la fila. Las<br />

dependientes, estilo enfermeras, [se encuentran]<br />

tras las pastas y el arroz. Andas a<br />

pacitos cortos con tu bandeja en equilibrio<br />

como por una sala de operaciones”.<br />

Como un modo de evitar la desesperación,<br />

Bardamu se aferra al cine con fervor desesperado,<br />

pero, tal como señala, lo que tiene<br />

que hacer es aprender “a reconocer nuevos<br />

rostros, otras formas de hablar y mentir.<br />

La trivialidad de la nueva farsa”. Para él,<br />

su exilio es eso: una “inexorable observación<br />

de la existencia, durante largas horas<br />

lúcidas”.<br />

Finalmente, de Nueva York se va Detroit,<br />

donde -al igual que el autor- trabaja en la<br />

fábrica Ford. Allí, el obrero es casi un objeto,<br />

ya que, parafraseando a Bardamu,<br />

más que imaginativos, quieren chimpancés.<br />

A pesar de la situación que padece en<br />

la empresa, es en un burdel clandestino de<br />

esa ciudad donde, por primera vez, lo tratan<br />

sin brutalidad e incluso con amabilidad.<br />

En ese mismo lugar, conoce a Molly y<br />

se enamora. “¡Ah, si hubiera conocido antes<br />

a Molly! Pero era demasiado tarde para<br />

rehacer la juventud. Yo la amaba, pero más<br />

amaba mi deseo de huir de todas partes”,<br />

expresa Bardamu en esa oportunidad.<br />

De regreso en París, Ferdinand Bardamu<br />

reanuda los estudios y se gradúa de médico.<br />

Atiende enfermos con dolor abdominal,<br />

metrorragia, enfermedades profesionales,<br />

shock hipovolémico, tos por smog, hipertensión<br />

arterial, muerte puerperal, fiebre<br />

tifoidea, neumonía, cáncer, hemorragia<br />

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12 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

digestiva, insuficiencia renal, heridas, insuficiencia<br />

cardíaca, enfermos ancianos,<br />

enfermos avaros, enfermos que le pegan<br />

pulgas, enfermos alienados, enfermos suicidas,<br />

niños enfermos. Conoce la derrota,<br />

el simulacro profesional, un dispensario<br />

para tuberculosos, un manicomio, el olor a<br />

muerte, el cansancio, la resignación, la miseria,<br />

el altruismo, un asesinato. Asimismo,<br />

descubre que “ser viejo es no encontrar<br />

ya un papel vehemente que desempeñar;<br />

que la vida es un cabo de luz que acaba en la<br />

noche; que un loco no es sino las ideas corrientes<br />

de un hombre encerradas en la cabeza<br />

(…) y que la gran fatiga de la existencia<br />

tal vez no sea sino ese enorme esfuerzo<br />

que realizamos para seguir siendo razonables,<br />

para no ser atroces”.<br />

En 1936, cuatro años después de haber publicado<br />

su obra cumbre, Céline conoció a su<br />

tercera esposa, Lucette Almanzor, y publicó<br />

su segunda novela, Muerte a crédito, en la<br />

que narra especialmente la infancia de Ferdinand<br />

Bardamu. Allí, nos enteramos de<br />

que el famoso personaje es hijo de un padre<br />

violento y una madre que ha sufrido polio.<br />

Monsieur Céline lapida al Docteur Destouches<br />

En 1937, Céline publicó dos panfletos: el<br />

primero, “Mea Culpa”, es fruto de su viaje<br />

a la Unión Soviética y de su posterior desencanto<br />

con el sistema comunista; el segundo<br />

“Bagatelles pour un massacre” es<br />

marcadamente antisemita (no sólo argumenta,<br />

con un supuesto objeto pacifista,<br />

que una conspiración judía internacional<br />

lucha para iniciar una nueva guerra, sino<br />

que, además, personifica lo demoníaco en<br />

el judío).<br />

Simpatizante de Hitler y colaborador de la<br />

República de Vichy, Céline emigró de Francia<br />

a Alemania en 1944 junto con Lucette<br />

Almanzor y su gato Bebert. Al año siguiente,<br />

se instaló en Dinamarca, pero en Copenhague<br />

fue arrestado y encarcelado por<br />

petición del gobierno francés que lo acusaba<br />

de colaboracionismo. Bajo el nombre de<br />

Dr. Louis-Ferdinand Destouches, Céline<br />

fue recluido el 17 de diciembre de 1945 en<br />

la cárcel de Vestre Faengsel de Copenhague<br />

y fue liberado el 24 de junio de 1947. La lectura<br />

de las cartas que envió desde la cárcel<br />

a su abogado y a su esposa Lucette permiten<br />

reconstruir la historia clínica del médico<br />

y prisionero Destouches durante aquellos<br />

dieciocho meses.<br />

Destouches y la pelagra del prisionero<br />

Si el destino de la fiebre puerperal había estado<br />

en manos de un húngaro Philippe Ignace<br />

Semmelweis, el destino de la pelagra<br />

estuvo ligado a otro húngaro: Joseph Goldberger.<br />

Goldberger se había mudado con su familia<br />

a Nueva York en 1874. Allí, estudió medicina<br />

en la escuela del Hospital Bellevue<br />

hasta su graduación en 1895. Dado que su<br />

condición de judío le impidió ingresar en la<br />

U.S. Navy Medical Corps, en 1899 entró en<br />

el Servicio de Salud Pública. Por esos años,<br />

se casó Mary Humphreys Farrar en Nueva<br />

Orleans. Como médico del Laboratorio<br />

de Higiene del Servicio de Salud Pública,<br />

Goldberger viajó por las zonas más pobres<br />

del sur de Estados Unidos. En 1902 contrajo<br />

fiebre amarilla; en 1907, dengue; y en<br />

1910, fiebre tifoidea. No obstante, el mayor<br />

problema de salud en los estados sureños<br />

era la pelagra (moría uno de cada tres<br />

enfermos) y, como la teoría extendida del<br />

momento era que la enfermedad se producía<br />

por algún germen, el Servicio de Salud<br />

Pública le encomendó a Goldberger la búsqueda<br />

del agente patógeno.<br />

La pelagra (pelle: piel, agra: áspera) se destaca<br />

por los cambios en la piel: eritema,<br />

prurito, piel rugosa, dura y agrietada, formación<br />

de ampollas y costras, y sensibilidad<br />

a la luz del sol. A su vez, el paciente<br />

sufre otros síntomas progresivos como<br />

irritabilidad, depresión, insomnio, vértigo,<br />

dificultad en la marcha, anemia y psicosis.<br />

En su investigación, Goldberger observó<br />

que en las cárceles los presos padecían<br />

la enfermedad, mientras que los carceleros<br />

no se contagiaban. A partir de esta evidencia,<br />

postuló que la causa era la mala nutrición<br />

y, para descartar la teoría bacteriana,<br />

él, su mujer y catorce voluntarios fueron<br />

inyectados con sangre “contaminada” sin<br />

desarrollar ninguna enfermedad. (Joseph<br />

Goldberger murió en 1929. Un año después<br />

de su muerte se identificó al déficit de vitamina<br />

B3 –niacina- como la causa de la enfermedad).<br />

Durante los dieciocho meses de cárcel, el<br />

Dr. Louis-Ferdinand Destouches describió<br />

involuntariamente en sus cartas el desarrollo<br />

de una enfermedad que no reconocía.<br />

En su evolución, presentaba pérdida de<br />

peso, dermatitis, irritabilidad, depresión y<br />

vértigo. Así, en su correspondencia se lee<br />

que:<br />

-Del 17 de diciembre de 1945 al 28 de febrero<br />

de 1946 el prisionero aún lucha por su libertad.<br />

Recuerda las heridas que sufrió en<br />

la Primera Guerra Mundial. Estima que se<br />

encuentra incapacitado en un 75%. Narra<br />

que desde hace treinta años sufre dolores<br />

fuertísimos de día y de noche que le impiden<br />

dormir. Su salud declina rápidamente.<br />

Se siente débil y con dificultad para caminar.<br />

Adelgaza. En enero es internado en<br />

el hospital de la cárcel. Sufre dolor en brazo,<br />

cabeza y oído, acúfenos, vértigo y gran<br />

debilidad. Toma medicamentos para el dolor<br />

de cabeza cuatro veces por día y es tratado<br />

con parafina y semillas de lino. Camina<br />

al aire libre apenas veinticinco minutos<br />

por día.<br />

-Del 1° de marzo al 30 de abril de 1946, sus<br />

cartas son aún largos e intensos alegatos de<br />

defensa. El prisionero continúa su lucha.<br />

Se identifica como francés, médico y escritor.<br />

Narra que por un estallido de obús en<br />

la Primera Guerra sufre vértigo de Ménière.<br />

Le aconsejan una operación del oído interno.<br />

Se queja de enteritis crónica manifiesta<br />

por constipación que adjudica a la disentería<br />

que sufrió en Camerún entre 1916 y 1917.<br />

Cree que está enfermo del corazón y le gustaría<br />

que lo examinen. Sufre intenso dolor<br />

en todo el cuerpo. Narra que los días sin sol<br />

son terribles y sin sueño. Anuncia que sólo<br />

le queda un 15% de validez. “Para un médico<br />

no hay engaño. Hay una enorme voluntad<br />

y ánimo, pero nunca reposo ni relajación.<br />

Resisto gracias a la voluntad. El<br />

estreñimiento es total. Sin ayuda moriría<br />

de obstrucción intestinal”, escribe. No obstante,<br />

para el 28 de marzo declara sentirse<br />

ya sin fuerzas y el 4 de abril dice ser víctima<br />

del reumatismo, la enfermedad de la sombra<br />

y de las cárceles, con dolor en hombros<br />

y brazos. Al respecto, se puede leer: “Mi<br />

osamenta cae en ruinas. Ya no tengo salud<br />

para soportar todo esto. Estoy deshecho<br />

por todos lados”. El médico le receta purgantes.<br />

Describe la inmovilidad como “el<br />

pisoteo de las propias piernas”. El 9 de abril<br />

es internado en el hospital con diagnóstico<br />

de vértigo de Ménière, parálisis del brazo<br />

derecho por neuroma, enteritis crónica,<br />

reumatismo articular y astenia. Por el dolor,<br />

no puede alzar los brazos ni para afeitarse.<br />

Es tratado con morfina. El 17 de abril<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

13<br />

señala que ha adelgazado 20 kilos y declara<br />

que está enfermo del corazón, con una frecuencia<br />

cardíaca de 120 latidos por minuto.<br />

El 30 de abril presenta fiebre (38,5º C).<br />

Sufre insomnio. Cree que su última y remota<br />

posibilidad es ir a España o a la República<br />

Argentina. -Del 1° de mayo al 30 de junio<br />

de 1946. Permanece internado en el hospital.<br />

Se siente abatido por el aburrimiento.<br />

Continúa con taquicardia (120 latidos por<br />

minuto) y escribe que su corazón, su amigo<br />

palpitante, “corre en torno al pecho: ésa<br />

es su cárcel”. El médico le indica que debe<br />

permanecer sentado unas horas por día.<br />

Continúa con fiebre (39º C). El dolor articular<br />

ha empeorado, y asegura padecer angina.<br />

Adelgaza, perdiendo hasta dos kilos<br />

de peso por semana. Se siente enfermo e<br />

inválido. Intenta caminar por el jardín todas<br />

las tardes apoyándose en las paredes. El<br />

12 de junio dice que está pasando una grave<br />

crisis de depresión. “Siento que sobro en<br />

la Tierra”, declara. En cartas extensas aún<br />

formula argumentos de defensa.<br />

-Del 1° de julio al 31 de agosto de 1946. Internado<br />

en el hospital, escribe que su oficio<br />

de médico y escritor consiste en conocer<br />

a todo el mundo. Ha perdido ya 40 kilos.<br />

Sufre anemia. Abatido y deprimido anuncia<br />

su deseo de abandonar la lucha, y asevera<br />

que ha perdido el interés por la vida.<br />

“He perdido mi medicina, mis novelas, mi<br />

lengua”, reflexiona. Dice que sufre accesos<br />

y períodos de una depresión atroz. Define<br />

la depresión como un eclipse y a la esperanza<br />

como una “piadosa mentira”. Se siente<br />

agobiado por una nueva enfermedad: el 17<br />

de julio escribe que le ha aparecido eczema.<br />

Describe que la enfermedad de la piel se extiende.<br />

El 15 de agosto es dado de alta del<br />

hospital y vuelve a la celda. Es atendido por<br />

un médico y una enfermera. De la dieta, no<br />

tolera ni el queso ni el jamón. Sólo tolera los<br />

dulces. Sufre dolor de cabeza e insomnio.<br />

-Del 1° de septiembre al 31 de octubre de<br />

1946. El 5 de septiembre escribe: “Ya no<br />

me queda salud ni fe suficiente para soportar<br />

la cárcel. Me vuelven los reumatismos,<br />

la mano derecha se me ha puesto del doble<br />

de volumen, estoy rojo de eczema”. La<br />

dermatitis ha empeorado. Se siente demasiado<br />

enfermo. Lo tortura la enteritis y sufre<br />

dolor abdominal. Continúa con vértigo<br />

y acúfenos. No puede ni subir una escalera.<br />

Dice tener el corazón afectado por el reumatismo.<br />

Es sometido a una visita médica<br />

de urgencia en la que se le realiza un electrocardiograma,<br />

en el que se comprueba<br />

una frecuencia cardíaca de 120 latidos por<br />

minuto. Sólo puede comer caramelos y a la<br />

carne no la tolera. A pesar de todo quiere<br />

seguir luchando. “Hay que luchar contra la<br />

desgracia con la misma rabia que ella para<br />

cansarla”, escribe. Necesita con urgencia<br />

un dentista.<br />

- Del 1° de noviembre al 31 de diciembre<br />

de 1946. Es internado en el Hospital Sundby,<br />

donde es atendido y tratado por el jefe<br />

de servicio Profesor H. C. Gram del Hospital<br />

Universitario de Copenhague. El 10 de<br />

noviembre le realizan un examen médico<br />

a fondo y días después le anuncian que sufre<br />

pelagra, avitaminosis, enfermedad de la<br />

miseria y de los presos por falta de ciertos<br />

elementos de la harina. Al respecto, cuenta:<br />

“Van a someterme a un tratamiento a<br />

base de inyecciones de vitaminas. La pelagra<br />

era el espanto de los presos en la Guerra<br />

Americana de Secesión, cuando encerraban<br />

a los cautivos durante meses en los<br />

pontones. ¡Temo provocar un escándalo<br />

en la Vestre! La pelagra no la honra precisamente.<br />

He perdido treinta y cinco kilos.<br />

Padezco un estado de debilidad e insomnio<br />

crónico sin interrupción, y zumbidos<br />

intensos que nada calma. Mi corazón late a<br />

120 pulsaciones por minuto. La pelagra es<br />

el triste balance de una espantosa prueba<br />

impuesta a un organismo. Ya no reconozco<br />

ni mi cuerpo ni mi cabeza”. Por el dolor<br />

de cabeza es tratado con fenobarbital y aspirina.<br />

Recuerda que desde una herida que<br />

sufrió en la guerra de 1914 sufre una parálisis<br />

radial típica del miembro superior derecho,<br />

con impotencia casi total de brazo y<br />

mano. Por insuficiencia cardíaca, sufre taquicardia<br />

y disnea al subir escaleras y es<br />

tratado con digital (digitalis purpurea). Dice<br />

que por falta de calcio todos sus dientes se<br />

le han empezado a caer. Hacia mediados de<br />

diciembre y en pleno tratamiento con vitaminas,<br />

la depresión desaparece y hace planes<br />

literarios.<br />

-Del 1° de marzo al 24 de junio de 1947.<br />

Ninguna mención a su estado de salud. Su<br />

encierro concluye el 24 de junio de 1947.<br />

Tercera parte: Destouches-Céline<br />

-Del 1° de enero al 28 de febrero de 1947.<br />

A fines de enero es enviado a la cárcel. Ha<br />

cambiado su humor. Se muestra indignado,<br />

aunque con gran capacidad de lucha.<br />

Declara: “¡Nada de debilidad! ¡Nada de indulgencia<br />

comprensiva! Tengo prisa por<br />

encontrarme ante acusadores visibles, reales”.<br />

Louis-Ferdinand-Auguste-Destouches-<br />

Céline vivió varios años en el puerto de<br />

Korsør, sobre el mar Báltico. Tras ser amnistiado<br />

en 1951, regresó a Francia y se instaló<br />

en un suburbio de París. Fue un escritor<br />

innovador y el autor de una obra maestra,<br />

pero sus ideas políticas aberrantes fueron<br />

un obstáculo definitivo para su reconocimiento.<br />

Si bien escribió y publicó otras novelas<br />

en las que también domina el tema de<br />

los horrores de la guerra (como De un castillo<br />

a otro y Normance), nunca pudo superar<br />

al Céline de Viaje al fin de la noche y Muerte<br />

a crédito.<br />

Destouches trabajó como médico hasta el<br />

1º de julio de 1961, día en que murió como<br />

consecuencia de un accidente cerebro vascular.<br />

En el año 2011 se cumplen cincuenta años<br />

de su muerte, pero el gobierno francés ha<br />

evitado todo recordatorio. Según Fernando<br />

Savater, aunque sea humanamente imposible<br />

rendirle homenaje a Céline, literariamente<br />

resulta difícil no hacerlo, ya que su<br />

obra es única e insustituible en la literatura<br />

del siglo XX. Para Mario Vargas Llosa, este<br />

escritor fue probablemente el más importante<br />

dentro de Francia después de Proust.<br />

Lisiado de guerra, médico de pobres, escritor<br />

maldito, condenado a muerte, prosista<br />

rabioso y visceral, presidiario enfermo,<br />

misántropo, viajero, antibélico obsesivo,<br />

escoria política, cronista del infierno, extraordinario<br />

novelista, todo eso fue Louis-<br />

Ferdinand Auguste Destouches-Céline en<br />

su propio viaje al fin de su noche. •<br />

Bibliografía<br />

1. Céline LF. Semmelweis. Marbot, Barcelona, 2009.<br />

2. Céline LF. Cartas de la cárcel. Lumen, Barcelona, 2006.<br />

3. Céline LF. Viaje al fin de la noche. Edhasa, Buenos Aires,<br />

2006.<br />

4. Céline LF. Normance. Fantasía para otra ocasión II. Lumen,<br />

Barcelona, 2000.<br />

5. Céline LF. Guignol’s band. Lumen, Barcelona, 2006.<br />

6. Céline LF. De un Castillo a otro. RBA, Barcelona, 2010.<br />

7. Russo E. Confesiones de escritores narradores 1. El Ateneo,<br />

Buenos Aires, 1996.<br />

8. Savater F. “Céline, intratable”, El País. España 28 de junio<br />

de 2011.<br />

9. Vargas Llosa M. “Los réprobos”. El País. España, 30 de enero<br />

de 2011.<br />

10. Vargas Llosa M. “La larga noche de los réprobos”, La Nación.<br />

Argentina, 5 de febrero de 2011.<br />

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14 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

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ENFERMOS FAMOSOS<br />

Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

15<br />

Por Dr. Juan Cruz de Pablo Pardo<br />

Dr. Juan Cruz de Pablo Pardo<br />

Médico de Planta<br />

Diagnóstico Médico<br />

SALVADOR DALÍ<br />

Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y Doménech nació en Figueras (Girona)<br />

el 11 de mayo de 1904 en el seno de una familia burguesa. Su padre, Salvador<br />

Dalí y Cusí, era un abogado librepensador y republicano, y su madre, Felipa<br />

Doménech, una católica ferviente. Ella sería quien alentaría los intereses<br />

artísticos de su hijo.<br />

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16 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Con grandes recursos para el escándalo,<br />

este genio egocéntrico, extravagante<br />

y contradictorio nos ha<br />

dejado cuadros increíbles, joyas y todo un<br />

mundo personal.<br />

Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y<br />

Doménech nació en Figueras (Girona) el 11<br />

de mayo de 1904 en el seno de una familia<br />

burguesa. Su padre, Salvador Dalí y Cusí,<br />

era un abogado librepensador y republicano,<br />

y su madre, Felipa Doménech, una católica<br />

ferviente. Ella sería quien alentaría<br />

los intereses artísticos de su hijo.<br />

Al igual que otros genios del arte, como<br />

Ludwig van Beethoven o Vincent van Gogh,<br />

Salvador llevaba el nombre de su hermano<br />

mayor, muerto prematuramente en agosto<br />

de 1903. Esta circunstancia no sólo marcó<br />

su infancia, sino también su comportamiento<br />

ulterior: sus padres comparaban en<br />

todo momento al Salvador vivo con el ausente<br />

y esto implicó un gran desafío para<br />

él. “Yo nací doble, con un hermano de más,<br />

que tuve que matar para ocupar mi propio<br />

lugar, para obtener mi propio derecho a mi<br />

propia muerte”, dijo en una ocasión Dalí.<br />

Pero además, hubo otro hecho determinante<br />

en la vida del artista: su padre creía<br />

que la muerte del primer hijo era consecuencia<br />

de alguna enfermedad contraída<br />

durante sus aventuras de soltero, por<br />

lo que tuvo la ocurrencia de dejar al alcance<br />

del niño un libro sobre patología médica<br />

con unas aterradoras fotografías que mostraban<br />

las devastadoras secuelas de las enfermedades<br />

venéreas. Así, intentaba prevenir<br />

al pequeño Salvador de los peligros que<br />

conllevaban las relaciones sexuales. Esto<br />

explicaría su impotencia, la frenética entrega<br />

al onanismo sustitutivo, la proliferación<br />

de formas flácidas y muletas en sus<br />

obras, y el impulso a autorretratarse como<br />

El gran masturbador.<br />

Siguiendo los consejos de Ramón Pichot,<br />

Salvado<br />

Por deseos de su padre (a quien no le gustaba<br />

la enseñanza religiosa), Dalí fue a la escuela<br />

pública del maestro Traiter. Allí, tuvo<br />

una experiencia desastrosa y continuó sus<br />

estudios en el Colegio Hispano-Francés de<br />

la Inmaculada Concepción. Sin embargo,<br />

en esta institución sus compañeros lo convirtieron<br />

en el eje de las burlas.<br />

Su educación secundaria en el Colegio de<br />

los Maristas tampoco fue mejor. De hecho,<br />

esa orden religiosa fue objeto de escarnio<br />

en Un perro andaluz (1929) y La edad de oro<br />

(1930), dos películas fundacionales para el<br />

cine surrealista cuyos guiones fueron escritos<br />

por el propio Dalí y el director aragonés<br />

Luis Buñuel.<br />

Es por esta época cuando Salvador empieza<br />

a forjar su verdadera personalidad, payasa<br />

y conflictiva, digna para quien quiera<br />

perder su tiempo en un severo estudio psicoanalítico.<br />

Sus rasgos se vuelven estrambóticos<br />

y no acepta regla alguna: quiere ser<br />

el centro de atracción.<br />

su padre lo envía a clases de pintura con el<br />

maestro Juan Núñez y, al año siguiente, expone<br />

sus dibujos al carboncillo en la casa<br />

familiar.<br />

El 6 de febrero de 1921 el joven Dalí recibe<br />

un duro revés: su madre muere de un cáncer<br />

de mama. “Fue el golpe más fuerte que<br />

he recibido en mi vida. Su pérdida la sentí<br />

como un desafío y resolví vengarme del<br />

destino esforzándome en ser inmortal”,<br />

dijo en una oportunidad.<br />

Salvador Dalí<br />

En 1922, su padre contrae matrimonio con<br />

la hermana de su difunta esposa y Salvador<br />

abandona su Cataluña natal. Se traslada a<br />

Madrid para instalarse en la célebre Residencia<br />

de Estudiantes. Allí, ya vivían los<br />

que serían sus mejores amigos: Pepín Bello,<br />

Luis Buñuel y Federico García Lorca. Su<br />

extraordinaria apariencia, su pelo largo, la<br />

capa que arrastraba hasta los pies, la corbata<br />

desproporcionadamente grande y las<br />

polainas al estilo de los artistas victorianos<br />

hicieron que el grupo lo adoptara, en un<br />

principio, casi como una mascota.<br />

Ya establecido en la capital española, ingresa<br />

a la Real Academia de Bellas Artes de San<br />

Fernando, pero en 1923 se lo acusa de ser el<br />

cabecilla de una protesta estudiantil y termina<br />

siendo expulsado por un año. Si bien<br />

reanuda su formación académica, en 1926<br />

la termina abruptamente: antes de sus exámenes<br />

finales, afirma que en la Academia<br />

no hay nadie en condiciones de evaluarlo y<br />

lo echan.<br />

Para ese año, Dalí ya había realizado su<br />

primera exposición personal en la Gale-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

17<br />

ría Dalmau de Barcelona y tanto Picasso<br />

como Miró habían empezado a interesarse<br />

por sus trabajos. Liberado de la educación<br />

formal, Salvador decide realizar su primer<br />

viaje a París, donde conocerá en persona a<br />

Pablo Picasso.<br />

En 1928 se instala en la capital francesa y<br />

entra en contacto, a través de Joan Miró,<br />

con el grupo que lidera el poeta André Breton.<br />

Su trabajo no sólo fue fundamental<br />

para el desarrollo del surrealismo, sino<br />

que, además, es considerado el creador del<br />

método paranoico – crítico (Dalí, bajo los<br />

fundamentos de Freud, pensaba que él tenía<br />

una forma de paranoia "crítica", voluntaria<br />

y controlada). Sin embargo, a pesar de<br />

ser una figura clave dentro del movimiento,<br />

el propio Breton, años más tarde, lo termina<br />

expulsando del grupo bajo la acusación<br />

de coquetear con los fascismos, hacer gala<br />

de un catolicismo delirante y sentir una pasión<br />

desmedida e irrefrenable por el dinero.<br />

El gran masturbador.<br />

Para finales de los años 20, Dalí padecía<br />

frecuentes ataques de risa histérica que lo<br />

llevaban al borde de la locura. No obstante,<br />

en el verano de 1929, en Cadaqués, conoce<br />

a Gala (Helena Diakonoff) y a su marido, el<br />

poeta Paul Éluard. Desde ese momento, la<br />

relación entre Salvador y ella se hizo inquebrantable.<br />

Gala no sólo se convirtió en la<br />

amante, amiga, musa y modelo, sino también<br />

en una persona decisiva para la salud<br />

psíquica y el equilibrio personal del pintor.<br />

“No me he vuelto loco porque ella ha asumido<br />

mi locura”, decía Dalí.<br />

Su padre se oponía al romance con Gala y<br />

condenaba los vínculos de su hijo con los<br />

artistas surrealista por considerarlos, como<br />

buena parte de la opinión pública, elementos<br />

tendientes a la degeneración moral.<br />

Esta tensión no hizo más que aumentar y<br />

sólo culminó con un enfrentamiento personal.<br />

En París, Dalí expuso un lienzo con<br />

la representación del Sagrado Corazón de<br />

Jesucristo y la siguiente inscripción: “En<br />

ocasiones, escupo en el retrato de mi madre<br />

para entretenerme”. Su padre, al verlo,<br />

lo instó a retractarse públicamente, pero<br />

él se negó, aludiendo que era un deber iniciático<br />

surrealista renegar de su familia, su<br />

tierra y todas sus creencias. Ante esta situación,<br />

el padre terminó desheredándolo y le<br />

prohibió regresar a Cadaqués.<br />

r Dalí<br />

A la ruptura familiar, le sobrevino un requebrajamiento<br />

en la relación con García<br />

Lorca y Buñuel. La mayor tensión con<br />

el poeta español se produjo en el verano de<br />

1929 cuando, con toda probabilidad, existió<br />

un intento de posesión física por parte<br />

de éste. Al respecto, Dalí escribiría: “Él era<br />

pederasta, como es bien sabido, y estaba locamente<br />

enamorado de mí”. En el caso de<br />

Buñuel, el conflicto se desencadenó a partir<br />

de una disputa por los créditos de Un perro<br />

andaluz y La edad de oro.<br />

Ya en la década del 30, Dalí era un personaje<br />

famoso. Pese a las bravatas de Breton,<br />

Salvador, más que un marginado del movimiento,<br />

se consideraba el único y más ge-<br />

Salvador y Gala.<br />

Castillo de Pubol.<br />

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18 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

nuino exponente. De hecho, en el ’31 expuso<br />

una de sus obras más célebres, “La<br />

persistencia de la memoria”, y la revista<br />

Time le dedicó su portada el 14 de diciembre<br />

de 1936.<br />

En 1938, conoce a Sigmund Freud, el gran<br />

inspirador de la estética surrealista. Tras el<br />

encuentro, el padre del psicoanálisis anotó<br />

en su diario: "Hasta entonces me sentía<br />

tentado de considerar a los surrealistas,<br />

que aparentemente me han elegido como<br />

santo patrón, como locos integrales (digamos<br />

al 95%, como el alcohol puro). Aquel<br />

joven español, con sus espléndidos ojos de<br />

fanático e innegable dominio técnico, me<br />

movió a reconsiderar mi opinión".<br />

Desde 1940 a 1948, movilizado por la Segunda<br />

Guerra Mundial, Dalí vive en los<br />

Estados Unidos junto a Gala. Allí, da conferencias,<br />

diseña joyas y trabaja para los<br />

estudios de Hollywood, donde conoce a<br />

los hermanos Marx, a Alfred Hitchcock y<br />

a Walt Disney. Con ellos planea diferentes<br />

proyectos; pero además, en su estadía, realiza<br />

campañas publicitarias para prestigiosas<br />

revistas como Vogue (una de las grandes<br />

promotoras de la integración entre surrealismo<br />

y cultura de masas).<br />

En 1948, Dalí regresa a España y se instala<br />

en Port Lligat, en la Costa Azul. Allí,<br />

sorprendiendo de nuevo a todo el mundo,<br />

se declara no sólo profundamente católico,<br />

sino también partidario del régimen de<br />

Francisco Franco.<br />

Casa de Dalí Portlligat.<br />

Salvador Dalí.<br />

Para finales de la década de 1940, empieza<br />

su etapa mística y nuclear, influida quizás<br />

por la conmoción causada por la bomba de<br />

Hiroshima. Ésta se caracteriza por el tratamiento<br />

de temas religiosos y un especial interés<br />

por los progresos relacionados con la<br />

fusión nuclear y los avances científicos de la<br />

época. En 1951, pone en circulación el “Manifiesto<br />

Místico”, un documento oscuro y<br />

confuso (como casi todo lo suyo), que viene<br />

a confirmar el distanciamiento del surrealismo<br />

que se venía dando en su pintura.<br />

Esta publicación, además, coincide con<br />

la presentación de su famoso cuadro: “El<br />

Cristo de San Juan de la Cruz”.<br />

A su vez, en los años setenta, Salvador crea<br />

En las décadas de 1960 y 1970, Dalí aumenta<br />

su inclinación por la historia, la ciencia<br />

y la holografía. Ésta le ofrece nuevas perspectivas<br />

en su constante búsqueda del dominio<br />

de las imágenes tridimensionales.<br />

En 1964 publica Diario de un genio, en el que<br />

da testimonios sobre el átomo, la estructura<br />

del ADN y las nuevas tendencias geométricas<br />

y matemáticas. En un fragmento de<br />

su autobiografía, dice: "Este libro va destinado<br />

a probar que la vida cotidiana de un<br />

genio, su sueño, su digestión, sus éxtasis,<br />

sus uñas, sus resfriados, su sangre, su vida<br />

y su muerte son esencialmente diferentes<br />

a los del resto de la humanidad. Este libro<br />

único es, pues, el primer diario escrito por<br />

un genio".<br />

Chupa Chups.<br />

e inaugura el Teatro-Museo Dalí de Figueras,<br />

donde se encuentra expuesta una importante<br />

colección de su obra. La muestra<br />

abarca desde los inicios y las creaciones surrealistas<br />

hasta los cuadros de su última<br />

etapa.<br />

Durante este tiempo, el artista español se<br />

sometió a un tratamiento por un cáncer de<br />

piel. Al parecer, los honorarios del médico<br />

dermatólogo Edmund Klein eran pagados<br />

con dibujos que Dalí hacía especialmente<br />

para él. Hace poco, en el 2009, estos originales<br />

se encontraron en una caja de seguridad.<br />

La enorme popularidad que logró el pintor<br />

en su madurez se nota en sus otras actividades<br />

“extra-artísticas”. En 1968, grabó<br />

un anuncio televisivo para la marca de chocolate<br />

Lanvin y, un año después, rediseñó<br />

el logo del clásico chupetín español Chupa<br />

Chups. Además, trabajó como respon-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

19<br />

La Persistencia de la memoria.<br />

Ballerina in a deaths head (Dalí).<br />

sable creativo de la campaña publicitaria<br />

de Eurovisión y también fue, por esos años,<br />

cuando se le concedió la máxima distinción<br />

española: la Gran Cruz de Isabel la Católica.<br />

Para la década del 80, el estado de Dalí era<br />

lamentable. Los constantes temblores que<br />

r Dalí<br />

sufría en su mano evidenciaban un probable<br />

progreso de la enfermedad de Parkinson.<br />

A esto, se sumó la muerte de Gala el 10<br />

de junio de 1982. Con su fallecimiento, el<br />

artista perdió cualquier entusiasmo por la<br />

vida y se refugió en el castillo medieval de<br />

Púbol que le había regalado a su musa. Ese<br />

mismo año el rey Juan Carlos I le concedió<br />

el título de Marqués de Púbol.<br />

Pero además, en 1984 un incendio fortuito<br />

en su dormitorio le provocó una serie de<br />

quemaduras. Parece que las enfermeras,<br />

cansadas de que el anciano las llamara "putas",<br />

desconectaron la alarma y no escucharon<br />

sus pedidos de auxilio. De casualidad,<br />

Robert Descharmes, su secretario privado,<br />

había pasado la noche en el castillo y pudo<br />

rescatarlo. Luego de ser operado y pasar<br />

siete semanas de internación, Dalí se mudó<br />

a su museo en Figueras.<br />

En 1986 aceptó ser fotografiado para la revista<br />

Vanity Fair llevando la Gran Cruz de<br />

Isabel, una virgen y el tubo nasal por el que<br />

fue alimentado durante cuatro años. Al año<br />

siguiente, sin embargo, cayó en una extrema<br />

depresión de la que nunca más salió.<br />

Salvador Dalí murió a los 84 años, un lunes<br />

23 de 1989, a las 10.15 de la mañana<br />

Salvador Dalí.<br />

en el Hospital Comarcal de Figueras como<br />

consecuencia de una insuficiencia cardíaca<br />

asociada a una neumonía.<br />

"El payaso no soy yo, sino esta sociedad<br />

monstruosamente cínica y tan puerilmente<br />

inconsciente, que juega al juego de la seriedad<br />

para disimular su locura. No lo repetiré<br />

bastante: yo no estoy loco. Mi lucidez<br />

ha alcanzado un nivel de calidad y de concentración<br />

que no existe en este siglo. Ninguna<br />

otra personalidad más heroica y más<br />

prodigiosa; excluyendo a Nietzsche (y repito,<br />

murió preso de la locura), no se encuentra<br />

un equivalente en los otros. Mi pintura<br />

es testimonio de ello", dijo Dalí sobre sí<br />

mismo. •<br />

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MOSAICOS PORTEÑOS<br />

20 Año 5 - Nro. 16 [Septiembre 2011]<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

Acerca del alcohol y la droga. En los títulos de algunos tangos<br />

Entre las muchas historias sobre drogas y drogadictos que ha habido en el mundo, está la que<br />

nos cuenta que, en la tarde de un lluvioso domingo, un joven entró en una botica de la londinense<br />

calle Oxford y adquirió un frasquito de tintura de opio para calmar su dolor de muelas.<br />

Fue así como comenzó para Thomas De Quincey un hábito que habría de atormentarlo la mayor<br />

parte de su vida.<br />

El uso prolongado de la droga traería consigo otros efectos: lóbregas visiones, horribles pesadillas<br />

y períodos de postración física y mental. De tales experiencias, De Quincey extrajo su obra clásica,<br />

Confesiones de un opiómano inglés.<br />

Entre nosotros, Mario Tesler, alguien que ya nos tiene acostumbrados a la hondura y seriedad de sus<br />

trabajos, sin tener que pasar por igual trance escribió un diccionario referente al mundo del alcohol<br />

y las drogas que no deja lunfardismo a cuento sin registro.<br />

Y alcohol y drogas no sólo han generado patologías, marginalidad, miserias, dólares y delitos, sino<br />

también palabras, modismos y hasta títulos de memorables tangos. Entre otros, recordemos “Whisky”<br />

de Marcó, “El encopado” de Dizeo, “La cocaína” de Alcázar, “Morfina” de López García, “Metele<br />

morfina” de Belloc, “El opio” de Canaro y “Los dopados” o “Los mareados” de Cobián y Cadícamo. •<br />

Acerca del achaque<br />

El lenguaje médico, como tantos otros, ha tenido sus oscilaciones<br />

a través del tiempo. Hubo una época en que se usaba<br />

el griego y otra en la que gobernó el latín. Pero en el pueblo<br />

(y con el lunfardo de por medio) hay palabras que nacen con la espontaneidad<br />

de un estornudo y que, dentro de una aparente sinonimia, nos<br />

ofrecen diferentes matices que el médico debe saber interpretar. Por<br />

ejemplo, no es lo mismo el paciente que dice estar “palmado” o que tiene<br />

“una palma bárbara” -refiriéndose en general a lo que el médico conoce<br />

por astenia o cansancio- que aquel otro que se siente “chacado”<br />

o “achacado” – aludiendo a que se siente realmente enfermo-. Y<br />

no hablemos del que está “fundido” porque, en este caso, el diálogo<br />

sería entre familiares.<br />

Y en este punto es donde reparo en las reales sinonimias: “chacado” o<br />

“achacado” también significa asaltado, robado, afanado; “fundido”,<br />

en su primera acepción, quiere decir insolvente, el que lo ha perdido<br />

todo; y “palmado” es lisa y llanamente el que no tiene un mango<br />

y está “en la palmera”.<br />

A todo esto, me pregunto por qué los médicos ahora estudian tanta estadística, investigación operativa y cuadros de insumo-producto,<br />

mientras que los economistas, afanándose y ufanándose, siguen sin percatarse de que los únicos que cuentan son, precisamente, los<br />

achacados, los fundidos y los que están en la palmera. Y el que así no lo crea, que arroje la primera moneda.•<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

21<br />

Acerca de Los Wawancó<br />

Año 1955.<br />

Las universidades argentinas albergaban a cientos de estudiantes que llegaban de toda América Latina.<br />

A Carlos Cabrera y a Mario Castellón los conocí en el bar Los Estudiantes, de la calle Córdoba 2234. Al<br />

lado estaba el kiosco de Mario, “el librero” que nos vendía libros y “apuntes”. Estudiábamos Medicina.<br />

Preparar los exámenes en el café era entonces algo común.<br />

Fueron los días en que nacieron Los Wawancó.<br />

El grupo original, un sexteto con requinto, guitarras, percusión y voces, estaba integrado por Carlos<br />

Cabrera, de Perú; Enrique Salazar, Rafael Aedo y Hernán Rojas, de Colombia; Sergio Soler, de Chile; y<br />

Mario Castellón, de Costa Rica.<br />

Todos estudiantes. El único que se recibió fue el chileno.<br />

En el patio de mi casa de Villa Urquiza tocaron más de una vez. En cumpleaños (uno de ellos fue el de<br />

mi madre) y en algún que otro “asalto” al que se sumaban los vecinos.<br />

Con Carlos Cabrera preparábamos<br />

Después llegó el debut en el restaurante bailable Tom y Jerry, en Vicente López.<br />

Anatomía Patológica (1958).<br />

Durante la primera noche, en la que estuve presente, sólo cuatro parejas se animaron al baile. Al mes, el local estaba lleno y su dueño,<br />

Francisco Trimboli, un ex integrante de la selección argentina de waterpolo y graduado en Química en la Universidad de La Plata, estaba<br />

feliz porque le quitaba la clientela a Las Brujas, el bar que estaba enfrente y en el que tocaban orquestas de tango y jazz.<br />

Hoy los evoco y, gracias a la magia del disco, vuelvo a escuchar la voz de Hernán Rojas, “el máximo”, cantando “El pescador”.<br />

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22 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

GALERÍA DE PREMIOS NOBEL<br />

DE MEDICINA<br />

Por Dr. Juan Enrique Perea<br />

La activación de<br />

nuestro sistema<br />

inmune<br />

Este año, la mitad del Premio Nobel<br />

de Medicina ha sido concedida a los<br />

científicos Bruce A. Beutler y Jules<br />

A. Hoffmann por sus hallazgos sobre la activación<br />

de la inmunidad innata y la otra<br />

mitad fue otorgada al científico Ralph M.<br />

Steinman por el descubrimiento de la célula<br />

dendrítica y su rol en la adaptación inmunitaria.<br />

Sus estudios han aportado un<br />

conocimiento crítico sobre la respuesta inmunológica<br />

que desarrollan los hombres y<br />

los animales al ser atacados por microorganismos.<br />

Mientras Beutler (Fig. 1) y Hoffmann (Fig.<br />

2) encontraron un receptor que puede reconocer<br />

a los microorganismos y activar el<br />

sistema inmune innato, Ralph M. Steinman<br />

(Fig. 3) descubrió las células dendríticas<br />

del sistema inmune y su capacidad<br />

para activar y regular la inmunidad adaptativa<br />

(última etapa del sistema durante la<br />

cual los microorganismos son separados<br />

del cuerpo). Ambos hallazgos no sólo han<br />

revelado cómo se activan las fases innatas<br />

y adaptativas de la respuesta inmune, sino<br />

que, además, han abierto nuevas oportunidades<br />

epistemológicas en la prevención y<br />

tratamiento del cáncer y las enfermedades<br />

infecciosas e inflamatorias.<br />

Si bien vivimos en un mundo peligroso<br />

en el que somos continuamente atacados<br />

por bacterias, virus, hongos y parásitos,<br />

afortunadamente estamos equipados<br />

con un complejo y efectivo sistema de defensa<br />

constituido por dos líneas. La primera<br />

es la inmunidad innata, que bloquea el<br />

asalto inicial del microorganismo mediante<br />

su destrucción y el desarrollo de la inflamación.<br />

Si el microorganismo atraviesa<br />

esta primera línea de defensa, se pone en<br />

acción la segunda: la inmunidad adaptativa.<br />

En ésta, actúan las células T y B, produciendo<br />

anticuerpos capaces de matar a las<br />

células que han sido infectadas por el mi-<br />

croorganismo. Finalizado con éxito el combate<br />

contra el asalto infeccioso, el sistema<br />

inmune adaptativo mantiene una memoria<br />

inmunológica que asegura una respuesta<br />

más rápida y poderosa ante un nuevo ataque<br />

del microorganismo. De todos modos,<br />

aunque nos protegen de la agresión externa,<br />

las dos líneas encierran un riesgo: si<br />

moléculas endógenas activan inadecuadamente<br />

el sistema, se desarrolla una enfermedad<br />

inflamatoria.<br />

Los sensores de la inmunidad innata<br />

En 1966 Hoffmann y sus colaboradores,<br />

trabajando en Estrasburgo, publicaron en<br />

la revista Cell el mecanismo mediante el<br />

cual la mosca de la fruta combate las infecciones.<br />

El objeto de su estudio fueron moscas<br />

que presentaban mutaciones de diferentes<br />

genes, incluyendo un gen llamado<br />

Toll. Ellos comprobaron que, cuando estos<br />

insectos con mutación del gen Toll eran<br />

puestos en contacto con bacterias y hongos,<br />

morían sin poder defenderse de la agresión<br />

de los microorganismos. Así, concluyeron<br />

que el producto de este gen estaba involucrado<br />

en el reconocimiento de microorganismos<br />

patógenos y que la activación Toll<br />

era necesaria para una defensa efectiva<br />

(Fig. 4).<br />

Por su parte, en el Southwestern Medical<br />

Center de Dallas, Beutler investigó el receptor<br />

que podía unirse a la lipopolisacaridasa<br />

bacteriana (LPS) y causar un shock<br />

séptico (condición en la que existe sobreestimulación<br />

del sistema inmune). En 1998,<br />

él y sus colaboradores descubrieron que<br />

un ratón resistente a la LPS tenía una mutación<br />

muy similar al gen Toll de la mosca<br />

de la fruta. Así, el receptor Toll resultó ser<br />

el receptor LPS: cuando el receptor Toll se<br />

une a LPS, se activa el sistema que causa inflamación<br />

y, si las dosis de LPS son excesi-<br />

Fig. 1: Prof. Bruce A. Beutler.<br />

Fig. 2: Dr. Jules A. Hoffmann.<br />

Fig. 3: Dr. Ralph M. Steinman.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

23<br />

Los trabajos de Steinman (quien falleció<br />

pocos días antes del anuncio del Premio<br />

Nobel) han permitido a otros científicos<br />

estudiar cómo el sistema inmune adaptativo<br />

decide si debe o no ser activado cuando<br />

toma contacto con una u otra sustancia.<br />

Se ha demostrado que señales que comienzan<br />

en la respuesta inmune innata y que<br />

son censadas por las células dendríticas<br />

controlan la activación de células T. Así, la<br />

combinación de ambos sistemas hace posible<br />

que el sistema inmune reaccione contra<br />

microorganismos patógenos, mientras evita<br />

atacar a las propias moléculas.<br />

Fig. 4: La imagen publicada por Jules A. Hoffman muestra una Drosophila muerta que sucumbió a la infección por A.<br />

Fumigatus, cubierta de hifas (Cell. 1996; 86:973-83).<br />

Gracias a esta serie de descubrimientos hoy<br />

sabemos cómo se dispara la activación del<br />

sistema inmune y de qué manera se comunican<br />

los sistemas innatos y adaptativos. A<br />

su vez, estos conocimientos no sólo promoverán<br />

el desarrollo de nuevas vacunas contra<br />

infecciones, también contribuirán a encontrar<br />

la forma de estimular al sistema<br />

inmune para que ataque a las células tumorales.<br />

Además, nos ayudarán a comprender<br />

cómo nuestro sistema inmune puede<br />

atacar a nuestros propios tejidos y colaborarán<br />

en la evolución de nuevos tratamientos<br />

para diversas enfermedades inflamatorias.<br />

•<br />

Fig. 5: Trabajo original de Ralph M. Steinman. Fotografías de células dendríticas<br />

(The Journal of Experimental Medicine. 1973; 137:1142-62).<br />

vas, se produce un shock séptico. Estos hallazgos<br />

demostraron que los mamíferos y la<br />

mosca de la fruta utilizan moléculas similares<br />

para activar el sistema inmune innato<br />

ante microorganismos patógenos. ¡Por fin<br />

se habían descubierto los sensores de la inmunidad<br />

innata!<br />

Tanto los descubrimientos de Hoffman<br />

como los de Beutler han hecho posible abrir<br />

múltiples vías de investigación sobre la inmunidad<br />

innata. Se han identificado varios<br />

receptores Toll, cada uno de los cuales reconoce<br />

diferentes moléculas de los microorganismos.<br />

Las mutaciones de los genes que<br />

codifican los receptores Toll pueden incrementar<br />

el riesgo a padecer infecciones o<br />

enfermedades inflamatorias crónicas.<br />

La célula dendrítica y su rol en la adaptación<br />

inmunitaria<br />

En 1973, en la Rockefeller University de<br />

Nueva York, el canadiense Ralph M. Steinman<br />

descubrió en el tejido linfático periférico<br />

un nuevo tipo de célula a la que llamó<br />

dendrítica. Creyendo que podía ser importante<br />

para el sistema inmune, comenzó a<br />

estudiar su posible acción activadora sobre<br />

los linfocitos T (células que ejercen un rol<br />

central en la inmunidad adaptativa) y demostró<br />

que la presencia de células dendríticas<br />

produce una viva respuesta de las células<br />

T a distintos tipos de sustancias. Esto<br />

es, que su función es la activación de las células<br />

T (Fig. 5).<br />

Tanto los<br />

descubrimientos de<br />

Hoffman como los<br />

de Beutler han hecho<br />

posible abrir múltiples<br />

vías de investigación<br />

sobre la inmunidad<br />

innata.<br />

Se han identificado<br />

varios receptores Toll,<br />

cada uno de los cuales<br />

reconoce diferentes<br />

moléculas de los<br />

microorganismos.<br />

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EPÓNIMOS MÉDICOS<br />

24 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi<br />

Thomas Hodgkin<br />

En 1801, el francés François Xavier Bichat (1771-1802) lanzó el "programa<br />

anátomo-clínico". Según él, la medicina alcanzaría rigurosidad científica cuando<br />

se estableciera una relación entre la observación clínica de los enfermos y<br />

las lesiones anatómicas descubiertas en la autopsia. Los síntomas debían<br />

subordinarse a las lesiones, que eran el fundamento de la ciencia y práctica<br />

médicas. Éste era el comienzo de una fecunda "escuela anátomo-clínica" en<br />

Francia que tendría como representantes a Jean N. Corvisart (1755-1821),<br />

René T. Laënnec (1781-1826), Pierre A. Louis (1787-1872) y Jean Marie Charcot<br />

(1852-1893). La mentalidad anatomoclínica se introdujo en Inglaterra en<br />

el Hospital St. Guy’s y Thomas Hodgkin fue uno de sus impulsores junto a<br />

Richard Bright (1789 - 1858) y Thomas Addison (1793-1860).<br />

Epónimos asociados:<br />

Enfermedad de Hodgkin: una forma maligna del linfoma.<br />

Paragranuloma de Hodgkin: una forma más benigna de la enfermedad de Hodgkin.<br />

Sarcoma de Hodgkin: una forma más invasiva de la enfermedad de Hodgkin<br />

Sonido de Hodgkin-Key: un fenómeno auscultatorio típico de la insuficiencia valvular aórtica.<br />

Su vida<br />

Thomas Hodgkin nació el 17 de agosto<br />

de 1798 en Pentonville, un pueblo<br />

al norte de Londres. Fue el tercer<br />

hijo de John y Elizabeth Hodgkin (1768-<br />

1833) y, como bebé prematuro, requirió<br />

cuidados permanentes de sus padres.<br />

temblor en inglés), ya que en sus reuniones<br />

era común que temblaran en silencio.<br />

De todos modos, este estremecimiento era<br />

interno y casi imperceptible a los ojos.<br />

Su infancia quedó fuertemente marcada<br />

por la fe y el estilo de vida de los cuáqueros.<br />

El baile y la lectura de novelas estaban<br />

prohibidos y los niños eran criados para<br />

Si bien nunca fue físicamente robusto y desarrollar sus actividades en silencio. No<br />

mostraba síntomas ocasionales de una enfermedad<br />

intestinal (que lo acompañaría rah Adler, compartieron aquellos primeros<br />

obstante, Thomas y su prima coetánea, Sa-<br />

toda su vida), llegó a ser un hombre de actividad<br />

infatigable y con una energía aparen-<br />

de que su amor duró 35 años, nunca pu-<br />

años y enseguida se enamoraron. A pesar<br />

temente sin límites.<br />

dieron casarse porque su credo prohibía el<br />

matrimonio entre primos.<br />

La familia de Hodgkin era cuáquera. Es decir,<br />

pertenecían a una comunidad religiosa De adulto, Hodgkin mantuvo el estilo de<br />

disidente: la Sociedad Religiosa de los Amigos,<br />

fundada en Inglaterra por George Fox ñuelo blanco en banda en el cuello, sin cor-<br />

vida de su niñez: vestía de negro con un pa-<br />

(1624–1691). Aunque ellos mismos se denominaban<br />

“amigos”, el pueblo les decía directo y extremadamente respetuoso.<br />

bata ni botones de colores, y su hablar era<br />

“quakers” o “tembladores” (quake significa Thomas Hodgkin (1798-1866).<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

25<br />

Estudió con profesores particulares y su<br />

padre le enseñó inglés (composición y caligrafía),<br />

matemáticas y griego. Un instructor<br />

galo, a su vez, colaboró con el latín y el<br />

francés. Más tarde, en sus viajes, aprendería<br />

italiano y alemán.<br />

En 1816 se enroló como aprendiz de boticario<br />

y, al año siguiente, escribió un documento<br />

de 100 páginas, titulado “Ensayo<br />

sobre la promoción de la civilización”, en<br />

el que apoyaba la protección de los pueblos<br />

indígenas en todos los continentes y promovía<br />

sus derechos, una mejor calidad de<br />

vida y la defensa de su cultura y educación<br />

para facilitar el progreso. Estas ideas resultarían<br />

muy importantes en el desarrollo futuro<br />

de su carrera académica.<br />

En 1819 se incorporó como pupilo de médico<br />

al Guy's Hospital de Londres y, un año<br />

después, se transformó en estudiante perpetuo.<br />

Esto le otorgaba el privilegio de regresar<br />

por instrucción en cualquier momento.<br />

Si bien los alumnos de este hospital<br />

eran reconocidos por su conducta desordenada,<br />

es poco probable que Hodgkin participara<br />

de estas actitudes.<br />

El Guy’s Hospital fue construido por Thomas<br />

de Guy entre 1720 y 1724 detrás del<br />

St. Thomas Hospital (hoy ambos hospitales<br />

constituyen una misma unidad administrativa).<br />

La buena reputación de esta institución,<br />

en cuanto a la educación médica,<br />

se debía a la Sociedad de Informe Clínico<br />

(Clinical Report Society), ya que allí los estudiantes<br />

repasaban las lecciones aprendidas<br />

en la investigación práctica y cerca de la enfermedad,<br />

junto a la cama del paciente. La<br />

fama radicaba en el concepto (por entonces<br />

novedoso) de que el cuidado de los pacientes<br />

y la enseñanza de la medicina eran inseparables.<br />

En 1820, Hodgkin continuó su educación<br />

médica en Edinburgo. Por aquella época,<br />

esta institución era la mejor escuela de medicina<br />

de Gran Bretaña, con profesores de<br />

renombre que habían desarrollado nuevas<br />

técnicas de enseñanza basadas en la observación,<br />

experimentación y práctica. Allí,<br />

nació la idea de asociar una escuela de medicina<br />

con un hospital. En Edinburgo, la<br />

integración de la instrucción clínica junto<br />

al enfermo y la enseñanza de las disciplinas<br />

básicas (como anatomía, química, botánica,<br />

patología y fisiología) eran comparativamente<br />

más sencillas de implementar que<br />

en Oxford o Cambridge, donde el sistema<br />

impedía tales innovaciones. En estas últimas,<br />

la enseñanza era fundamentalmente<br />

teórica con una fuerte tendencia a la discusión<br />

filosófica de textos antiguos griegos<br />

y latinos. Las clases eran pasivas y no había<br />

enseñanza clínica. De hecho, muchos estudiantes<br />

ingleses migraban a otras escuelas<br />

de medicina como Leyden, Padua, Montpellier<br />

o Bologna.<br />

No obstante, en las cartas a sus padres,<br />

Hodgkin calificaba de aburridas e impuntuales<br />

a la mayoría de las conferencias a las<br />

que asistía en Edinburgo.<br />

En 1821 viajó a París, donde estuvo casi un<br />

año, para conseguir experiencia adicional.<br />

Los médicos franceses no observaban a los<br />

pacientes, sino que hacían un examen físico<br />

(percusión y auscultación) y estudiaban<br />

la anatomía patológica y la estadística. Los<br />

estudiantes acompañaban a los médicos y<br />

cirujanos de la sala al auditorio e intentaban<br />

correlacionar los hallazgos clínicos con<br />

lo que se encontrarían en la autopsia.<br />

Uno de sus maestros en París fue René<br />

Laënnec (1781-1826), el inventor del estetoscopio.<br />

Dado que muchos estudiantes no<br />

entendían el francés, el maestro les hablaba<br />

en latín. Laënnec menciona a Hodgkin<br />

en el prefacio de la segunda edición de su<br />

Traité de la auscultation médiate por haberse<br />

destacado en el seguimiento de sus enseñanzas<br />

sobre el estudio del estetoscopio<br />

(por entonces de madera).<br />

Efectivamente, al regresar a Inglaterra, en<br />

1822, Hodgkin presentó su trabajo sobre el<br />

uso del estetoscopio en la Guy's Physical Society,<br />

pero el instrumento fue recibido con<br />

escepticismo. A él, se le atribuye la introducción<br />

de este instrumento en Londres y<br />

el resto de Inglaterra, y fue su amigo William<br />

Stroud (1789-1858) quien desarrolló<br />

el estetoscopio flexible en 1832.<br />

Hodgkin se graduó de médico en 1823. Su<br />

tesis, escrita en latín y titulada “De absorbendi<br />

functione”, contenía observaciones<br />

originales sobre los mecanismos de la función<br />

absortiva de la sangre y la linfa.<br />

Después de su recibimiento, viajó por<br />

Francia e Italia. Allí, conoció a una familia<br />

rica judía llamada Montefiore. Uno de sus<br />

miembros era Sir Moses Montefiore (1784-<br />

1885), un famoso filántropo que se dedicó a<br />

defender los derechos de sus hermanos ju-<br />

George Fox (1624–1691), fundador de la<br />

Sociedad Religiosa de Amigos.<br />

Sus miembros son conocidos como cuáqueros.<br />

El Guy’s Hospital de Londres. Arriba,<br />

en tiempos de Hodgkin.<br />

Estetoscopio del tipo de Laënnec,<br />

usado por Hodgkin.<br />

Manuscrito del trabajo “On mediate<br />

auscultation” (Hodgkin, 1822).<br />

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26 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

The Morbid Anatomy of Serous and Mucous Membranes<br />

(Hodgkin, 1829).<br />

Benjamin Guy Babington (1794-1866).<br />

Preparado patológico de Hodgkin (ca. 1835).<br />

díos del mundo y a proporcionarles asistencia<br />

y apoyo. Con él, Hodgkin hizo varios<br />

viajes por el Mediterráneo.<br />

En 1825, de vuelta en Londres, trabajó voluntariamente<br />

en el Guy's Hospital y fue<br />

elegido miembro del Royal College of Physicians.<br />

Con el apoyo de Sir Astley Cooper (1868-<br />

1941), un gran clínico y cirujano interesado<br />

en la patología, fue nombrado en 1825<br />

Conferencista en Anatomía Patológica y<br />

Curador del Museo de Patología. Fue aquí<br />

donde comenzó su carrera como patólogo,<br />

la cual ejerció con gran entusiasmo y<br />

originalidad. Para 1829, Hodgkin ya había<br />

publicado un catálogo de 1677 preparados<br />

patológicos del Museo y, en poco tiempo,<br />

ganó reputación como “el principal patólogo<br />

de su tiempo”.<br />

Ese año también publicó, en dos volúmenes,<br />

The morbid anatomy of serous and mucous<br />

membranes. Este libro fue su mayor<br />

contribución a la enseñanza de la especialidad<br />

y se convirtió en un clásico de la patología<br />

moderna.<br />

En 1832 describió la enfermedad que hoy<br />

lleva su nombre. El trabajo, titulado "On<br />

some morbid appearances of the absorbent<br />

glands and spleen", fue presentado a la Sociedad<br />

Médica y Quirúrgica en dos sesiones<br />

separadas, el 10 y 24 de enero de 1832,<br />

y luego se publicó en Medico-Chirurgical<br />

Transactions.<br />

A comienzos de 1837 sucedieron varios hechos<br />

funestos en la vida de Hodgkin. Todo<br />

empezó con su rechazo a la invitación para<br />

incorporarse como fellow al Royal College<br />

of Physicians. Su negativa se debió a que no<br />

estaba de acuerdo con el reglamento de la<br />

corporación.<br />

Pero además, un año antes se había creado<br />

la Universidad de Londres, de carácter<br />

liberal, y Hodgkin había sido uno de los<br />

primeros miembros del consejo de la nueva<br />

institución (lugar que mantuvo hasta<br />

su muerte). Ésta era la primera universidad<br />

que proporcionaba educación médicoquirúrgica<br />

integrada y tenía independencia<br />

académica; algo que no fue bien recibido<br />

por las autoridades del Guy's. Paralelamente,<br />

en el hospital apareció una vacante<br />

como Médico Asistente y Hodgkin se postuló.<br />

Obtener ese lugar significaba ser el<br />

sucesor de Thomas Addison, dar clases remuneradas,<br />

tener más pacientes, dejar un<br />

poco la patología para realizar más actividad<br />

clínica y obtener una posición social<br />

más respetable.<br />

A pesar de contar con antecedentes médicos<br />

y científicos insuperables, el comité<br />

juzgó que Hodgkin traía consigo una carga<br />

inadecuada. Algo de esto tenía que ver<br />

con su condición de cuáquero, su compromiso<br />

con la Universidad de Londres (que<br />

competía con el Guy's por los estudiantes<br />

de Medicina) y sus clases de higiene a trabajadores<br />

y pobres (algo considerado más<br />

bien radical). Hodgkin era visto también<br />

como un mal docente, puesto que atraía<br />

pocos alumnos a sus clases (Patología no<br />

era un tema muy popular y el curso era optativo).<br />

Pero además, tenía experiencia clínica<br />

limitada y su hábito de cobrar poco o<br />

nada a sus pacientes enardecía a sus colegas.<br />

Su hábito cuáquero de decir las cosas<br />

por su nombre, sin pelos en la lengua y criticar<br />

abiertamente a los colegas, tampoco<br />

lo favorecía. Para colmo, había rehusado la<br />

invitación del Royal College of Physicians.<br />

El 6 de septiembre de 1837 el comité decidió<br />

nombrar como Médico Asistente a Benjamin<br />

Guy Babington (1794-1866). Hodgkin,<br />

entonces, renunció a su cargo de<br />

Curador del Museo de Patología. Esta decisión<br />

puso fin, en gran medida, a su producción<br />

científica importante: la Parte I del<br />

segundo volumen de sus Lecciones la publicó<br />

tres años después de su dimisión, pero<br />

el material incluido era anterior a 1837. La<br />

Parte II nunca llegó a publicarse.<br />

Benjamin Guy Babington era un excelente<br />

médico. No sólo fue el primero en describir<br />

la telangiectasia hemorrágica familiar<br />

(enfermedad de Osler o síndrome de Rendu-<br />

Osler-Weber-Dimitri), sino que además inventó<br />

el “glotiscopio”, rebautizado "laringoscopio"<br />

(speculum laringis) por consejo<br />

de Hodgkin. Si bien lo usó algunos años, lo<br />

abandonó sin dejar registros; pero, Manuel<br />

García, cantante de ópera y profesor de<br />

canto español, lo redescubrió años después<br />

y Babington fue reconocido como su inventor.<br />

El desarrollo y la utilización de este elemento<br />

en la práctica médica se deben, en<br />

gran parte, al médico alemán Johann Czermak<br />

(1728-1873), considerado uno de los<br />

fundadores de la otorrinolaringología.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

27<br />

Babington terminaría renunciando al<br />

Guy’s Hospital, años después, tras un desacuerdo<br />

con el administrador. Paradójicamente,<br />

murió 4 días después que Hodgkin<br />

y ambos obituarios salieron juntos en The<br />

Lancet y en el British Medical Journal.<br />

Por su parte, Hodgkin, después de su renuncia<br />

y los episodios subsiguientes, cayó<br />

en una depresión y se dedicó a la práctica<br />

privada. No obstante, ésta nunca fue muy<br />

exitosa. Era tan reacio a cobrarle a los pacientes<br />

que sus amigos casi nunca lo llamaban<br />

en consulta. Una vez, después de haber<br />

estado toda la noche con un paciente<br />

adinerado, recibió un cheque en blanco y<br />

lo completó con la suma de 10 libras. Añadiendo<br />

más leña al fuego, dijo que el paciente<br />

no parecía ser capaz de pagar más. El<br />

paciente nunca lo llamó de nuevo.<br />

En junio de 1840 participó como perito en<br />

el caso de intento de asesinato de la reina<br />

Victoria (1819-1901). El culpable, Edward<br />

Oxford, un chico de 18 años, fue declarado<br />

insano.<br />

Dos años después, comenzó a trabajar<br />

como docente en el St. Thomas Hospital<br />

como Curador del Museo y Profesor de<br />

Teoría y Práctica de la Medicina. También<br />

daba lecciones sobre Anatomía Patológica.<br />

En el corto tiempo que estuvo allí (un año)<br />

aumentó el número de piezas del Museo y<br />

creó la Sociedad de Observación Clínica y<br />

Práctica con grupos vespertinos de discusión.<br />

Esto fue muy bien recibido, especialmente<br />

por los alumnos, pero finalmente él<br />

y otros profesores fueron despedidos sin<br />

mayores explicaciones. Esta situación le resultó<br />

aún más humillante que la del Guy's.<br />

En 1850, al cumplir los 52, se casó con la ex<br />

esposa de uno de sus pacientes: Mrs. Sarah<br />

Scaife née Callow (1804-1875), una viuda<br />

de Nottingham con dos hijos mayores.<br />

En los años subsiguientes, escribió un trabajo<br />

sobre la diabetes y otro sobre la caquexia.<br />

Ambos trabajos, sus últimos aportes<br />

científicos, fueron presentados en la<br />

Harveian Society.<br />

Cargado de decepciones personales, Hodgkin<br />

se fue retirando de la medicina y se dedicó<br />

cada vez más a los estudios filosóficos,<br />

geográficos y etnográficos. No sólo se ocupó<br />

en la Real Sociedad Geográfica; también<br />

desempeñó un papel importante en la creación<br />

de la Sociedad Etnológica.<br />

En 1857, acompañó a Tierra Santa, como<br />

médico de viaje, a su antiguo conocido Sir<br />

Moses Montefiore. Éste fue el primero de<br />

otros viajes en los que intentó ayudar a las<br />

poblaciones desplazadas.<br />

En 1866, viajó a Alejandría, vía París y Marsella,<br />

y de ahí se fueron a Jaffa. Hodgkin llegó<br />

enfermo y, el 4 de abril a las 17.15 horas,<br />

murió de disentería a sus 68 años. Fue enterrado<br />

en el cementerio inglés de esa ciudad,<br />

donde aún hoy puede visitarse su tum-<br />

Placa conmemorativa en la casa de Hodgkin. Allí también<br />

vivió Thomas Wakley, fundador de la famosa publicación<br />

The Lancet.<br />

Thomas Hodgkin en sus últimos años.<br />

Hospital<br />

En 1843 estudió algunos tumores en el microscopio<br />

y desarrolló un concepto de metástasis<br />

muy cercano al actual (en el sentido<br />

de colonización de células en sitios<br />

distantes). Un año después, se incorporó<br />

como consultor a una institución dedicada<br />

a enfermedades de la piel (Dispensary<br />

for Skin Diseases), a la que perteneció hasta<br />

su muerte. Fue, en ese tiempo, que escribió<br />

los trabajos: "On the tapeworm as prevalent<br />

in Abyssinia", "On the staure of the<br />

Guanchos, the extinct inhabitants of the<br />

Canary Islands" y "On the dog as the associate<br />

of man".<br />

Moses Montefiore (1784-1885).<br />

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28 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Tumba de Hodgkin en Jaffa, Israel.<br />

Acuarela original del paciente presentado por Robert<br />

Carswell a Thomas Hodgkin en 1828.<br />

Robert Carswell (1793-1857), artista y patólogo.<br />

ba. Sir Moses Montefiore construyó en el<br />

lugar un obelisco con la inscripción: "Aquí<br />

yace el cuerpo de Thomas Hodgkin MD de<br />

Bedford Square, Londres. Un hombre distinguido<br />

tanto por sus logros científicos como por<br />

sus habilidades médicas y su abnegada filantropía".<br />

Una nueva enfermedad<br />

De 1826 a 1836, Hodgkin realizó aproximadamente<br />

100 autopsias anuales. Los médicos<br />

clínicos que trabajaron con él fueron<br />

nada menos que Richard Bright y Thomas<br />

Addison. Tanto las enfermedades descritas<br />

por Bright (enfermedad renal con albuminuria)<br />

como por Addison (insuficiencia<br />

suprarrenal) corresponden a una estricta<br />

correlación entre las alteraciones fisiológicas<br />

detectadas clínicamente y los hallazgos<br />

anatómicos en la autopsia.<br />

La enfermedad descrita por Hodgkin surge<br />

exclusivamente de los hallazgos anatómicos<br />

en la autopsia. Demostró, además de<br />

condiciones patológicas de los ganglios linfáticos<br />

y del bazo separadamente, una condición<br />

con agrandamiento de las "glándulas<br />

absorbentes" visible en varias regiones<br />

(especialmente en el cuello), pero mucho<br />

más extensa en la autopsia, con compromiso<br />

concomitante del bazo, aunque sin signos<br />

de inflamación. Por otra parte, sugirió<br />

una relación entre los ganglios linfáticos y<br />

el bazo sólo por el aspecto anatómico macroscópico<br />

en una época en que nada o muy<br />

poco se sabía de la función y estructura celular<br />

de estos órganos. Hoy en día, esta enfermedad<br />

se diagnostica por sus caracteres<br />

histológicos microscópicos, pero hasta el<br />

siglo pasado muy pocas enfermedades tenían<br />

una descripción clara, completa y definitiva.<br />

Hodgkin descubrió y describió una enfermedad<br />

en una época en que la patología<br />

estaba recién consolidándose y no existía<br />

el estudio microscópico. Si bien se conocía<br />

la existencia de las células vegetales, no<br />

había un estudio acabado sobre las células<br />

animales. De hecho, la teoría celular ni siquiera<br />

se había esbozado (la propuso Rudolf<br />

Virchow en 1858) y también se desconocía<br />

que los tejidos estaban constituidos<br />

por células.<br />

A su vez, describió siete casos caracterizados<br />

por adenopatías y esplenomegalia (estudios<br />

ulteriores han demostrado que sólo<br />

cuatro eran efectivamente lo que hoy se<br />

denomina "enfermedad de Hodgkin"). Su<br />

amigo Robert Carswell (1793-1857), que<br />

había estado en París, le mostró unos dibujos<br />

de casos de autopsia y Hodgkin, al<br />

ver en uno de ellos la misma condición, lo<br />

sumó a su casuística con el número 7. Si<br />

bien los bocetos tenían una calidad artística<br />

insuperable, él pudo reconocer la entidad<br />

con sólo mirarlos. (En el libro Pathological<br />

Anatomy. Illustrations of the elementary<br />

forms of disease, publicado en 1838 por Carswell,<br />

se puede apreciar su nivel artístico en<br />

44 dibujos sobre distintas entidades patológicas).<br />

El trabajo de Hodgkin se tituló “Sobre algunos<br />

aspectos mórbidos de las glándulas<br />

absorbentes y el bazo” ("On some morbid appearances<br />

of the absorbent glands and spleen")<br />

y fue presentado en la Sociedad Médica y<br />

Quirúrgica en dos sesiones separadas, el 10<br />

y 24 de enero de 1832. Luego se publicó en<br />

Transactions. Como en ese momento él todavía<br />

no era miembro, su trabajo fue leído<br />

por el secretario Robert Lee. A la Sociedad<br />

recién se incorporó en 1840 y fue parte<br />

del consejo (1842 -1843), revisor de trabajos<br />

(1854- 1855) y vicepresidente de sesiones<br />

(1862- 1864).<br />

El compromiso de los ganglios linfáticos<br />

se acompañaba de alteraciones en el<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

29<br />

bazo, pero, como estas formaciones esplénicas<br />

eran más pequeñas y menos conformadas,<br />

Hodgkin razonó que el compromiso<br />

esplénico probablemente era un efecto<br />

posterior. Su presentación menciona otras<br />

lesiones del bazo, especialmente un bazo<br />

cicatrizal que atribuyó a un traumatismo<br />

previo. Estaba de acuerdo con otros patólogos,<br />

que lo llamaron "apoplejía del bazo", y<br />

es probable que correspondiera a un infarto<br />

esplénico.<br />

Hodgkin notó y reconoció caracteres anatómicos<br />

similares acumulados por años y<br />

tuvo la experiencia y habilidad para darse<br />

cuenta de que eran diferentes de cualquier<br />

entidad descrita previamente. Sin<br />

embargo, no reclamó para sí esta primera<br />

descripción de una nueva enfermedad y,<br />

de hecho, en su trabajo comienza diciendo:<br />

"Las alteraciones patológicas que voy a describir<br />

son probablemente familiares para<br />

muchos patólogos".<br />

Efectivamente, Hodgkin estaba en lo correcto<br />

al creer que esta enfermedad debía<br />

haber sido observada por otros. Después<br />

de leer su trabajo, un amigo le envío<br />

una nota en la que citaba un fragmento de<br />

De viscerum structura, publicado en 1666 por<br />

Marcello Malpighi (1628-1694). En la cita,<br />

se describía a una niña con un bazo enfermo<br />

y adenomegalias generalizadas que se<br />

parecían a los casos de Hodgkin. El resumen<br />

en latín luego fue incluido en su publicación,<br />

pero las ilustraciones de la anatomía<br />

patológica del caso 7, que se habían<br />

mostrado en la lectura, quedaron afuera en<br />

la versión impresa. Éstas habían sido prestadas<br />

para la ocasión por su amigo Robert<br />

Carswell (1793-1857), profesor de Anatomía<br />

Patológica en el University College<br />

Hospital de Londres.<br />

Si bien es posible que antes que él otros ya<br />

hubieran visto esta enfermedad, nadie la<br />

describió con tanto detalle, correlación clínica<br />

y correlación al compromiso esplénico.<br />

El concepto de cáncer o neoplasia no estaba<br />

suficientemente desarrollado en 1832<br />

y la terminología no se utilizaba en el sentido<br />

actual. Dado que no había signos inflamatorios,<br />

Hodgkin estaba convencido de<br />

que se trataba de una enfermedad primaria<br />

y no secundaria como respuesta a una inflamación<br />

desconocida. La segunda parte<br />

de su trabajo está dedicada a siete casos de<br />

infarto esplénico.<br />

Hodgkin no siguió con el estudio de esta<br />

enfermedad ni publicó nada más referente<br />

a este tema. El trabajo tampoco cautivó<br />

la atención del ambiente médico y sólo seis<br />

años después, en 1838, Bright lo mencionó<br />

al pasar en una comunicación en el Guy’s<br />

Hospital. Él la reconocía como una nueva<br />

enfermedad de naturaleza maligna: "Hay<br />

otra forma de enfermedad, que parece ser<br />

de carácter maligno, aunque es distinta de<br />

las formas más habituales de enfermedad<br />

maligna, y que ha sido especialmente señalada<br />

por el Dr. Hodgkin como relacionada<br />

con enfermedad extensa de las glándulas<br />

absorbentes, en particular las que acompañan<br />

a los vasos sanguíneos". Al no citar<br />

la referencia, poco contribuyó a difundir el<br />

trabajo de Hodgkin.<br />

Veinticuatro años después, en 1856,<br />

Samuel Wilks (1824-1911), que tenía en ese<br />

momento el mismo cargo que había tenido<br />

Hodgkin, es decir, Curador del Museo y<br />

Profesor de Patología en la Escuela de Medicina,<br />

publicó un artículo titulado: “Casos<br />

de un peculiar agrandamiento de las glándulas<br />

linfáticas asociado frecuentemente<br />

con enfermedad del bazo”. En este trabajo<br />

presentó 10 casos, cuatro de los cuales eran<br />

del museo y resultaron ser casos de Hodgkin<br />

no identificados claramente en el catálogo<br />

como de su autoría. Wilks estaba convencido<br />

de que era una entidad no descrita<br />

hasta que leyó el artículo de Bright y luego<br />

revisó el trabajo de Hodgkin. Ahí, se dio<br />

cuenta de que había redescubierto la enfermedad<br />

descrita en 1832. De esta manera, al<br />

final de su trabajo, agregó: “Si hubiera sabido<br />

esto antes hubiera modificado muchas<br />

expresiones que he usado con respecto a<br />

cualquier originalidad de mi parte. Es sólo<br />

de lamentar que el doctor Hodgkin haya<br />

puesto un nombre distinto a esta enfermedad,<br />

ya que, de haberlo hecho, yo no habría<br />

experimentado tanto tiempo la ignorancia<br />

de una clase muy notable de casos”.<br />

Este trabajo de Wilks tampoco contribuyó<br />

especialmente al reconocimiento de Hodgkin.<br />

Él escribió otro caso en 1859 y luego,<br />

en 1865, un tercero con el título: “Casos de<br />

agrandamiento de los ganglios linfáticos y<br />

el bazo (enfermedad de Hodgkin) con observaciones”.<br />

En este artículo sí estableció<br />

definitivamente que la enfermedad había<br />

sido descrita por primera vez por Hodgkin<br />

y la planteaba como una entidad clínica definida<br />

y distintiva.<br />

La primera descripción del linfoma<br />

(Hodgkin, 1832).<br />

Ganglios linfáticos abdominales del caso original N° 2<br />

de Hodgkin (Gordon Museum, King's college).<br />

Aspecto histológico del caso original de Hodgkin Nº2<br />

(Gordon Museum, King's college).<br />

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30 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Samuel Wilks (1824-1911).<br />

Artículo original de Samuel Wilks en el que,<br />

por primera vez, aparece el epónimo<br />

“Enfermedad de Hodgkin” (1865).<br />

Así, el término “enfermedad de Hodgkin” fue<br />

utilizado por primera vez por Samuel Wilks,<br />

33 años después de su descripción original.<br />

Si bien describió más casos, estos no<br />

contaban con estudio microscópico. Se ha<br />

establecido que tampoco todos sus casos<br />

eran lo que hoy conocemos como enfermedad<br />

de Hodgkin. Otros autores comenzaron<br />

a publicar casos similares con distintos<br />

nombres, como linfadenoma, linfogranuloma,<br />

linfoblastoma, linfomatosis granulomatosa<br />

y granuloma maligno. En 1866<br />

apareció en alemán un trabajo con el epónimo<br />

"Hodgkins Krankheit".<br />

Cabe señalar que Wilks realizó otras importantes<br />

contribuciones a la medicina en<br />

el Guy’s Hospital, como la descripción de la<br />

trichorrhexis nodosa (1852), la identificación<br />

de la colitis ulcerosa (1859), la caracterización<br />

de los síntomas mentales del alcoholismo<br />

crónico (1868) -ahora conocido<br />

como síndrome de Korsakoff- y la descripción<br />

moderna de la myasthenia gravis (1877).<br />

En la década de 1860, numerosos autores<br />

en Francia, Alemania e Inglaterra describieron<br />

al microscopio 1 ó 2 células grandes<br />

en pacientes con linfadenopatías y esplenomegalia<br />

sin leucemia. W. S. Greenfield<br />

en 1878 reconoció células gigantes multinucleadas<br />

y las dibujó. Sin embargo, la descripción<br />

histopatológica definitiva fue hecha<br />

por Dorothy Reed (1874-1964) y Carl<br />

Sternberg (1872-1935).<br />

En 1926, los primeros estudios modernos<br />

de Herbert Fox sobre los casos originales de<br />

Hodgkin mostraron que los casos 2, 4, 6 y 7<br />

eran linfoma de Hodgkin, mientras que el<br />

caso 1 era tuberculosis, el caso 3 sífilis y el<br />

caso 5 leucemia.<br />

En 1970 los estudios citogenéticos señalaron<br />

que la célula de Reed-Sternberg era<br />

aneuploide y de origen clonal. En cuanto a<br />

la causa, desde el 1700, se pensaba que muchas<br />

enfermedades eran infecciosas, pero<br />

esto no podía probarse. Así como Sternberg<br />

veía que muchos casos de enfermedad de<br />

Hodgkin coexistían con tuberculosis y creía<br />

que ésta que era una variante de tuberculosis,<br />

Dorothy Reed pensaba que se trataba de<br />

un proceso inflamatorio crónico.<br />

En 1915, Buntings retomó la teoría infecciosa,<br />

suponiendo que el origen estaba vinculado<br />

a la Brucella o a bacterias productoras<br />

de gas. Por su parte, años después,<br />

Jackson y Parker, en su libro Hodgkin’s Disease<br />

and Allied Disorders, acuñaron términos<br />

como “granuloma” y “sarcoma de Hodgkin”<br />

tras encontrar diferentes grados de<br />

compromiso celular en muestras recogidas<br />

durante más de veinte años. Casi dos décadas<br />

más tarde, Lukes y Butler (1966) informaron<br />

sobre la presencia de una variedad<br />

especial de granuloma a la que llamaron<br />

esclerosis nodular, instaurando una nueva<br />

clasificación (en la actualidad se mantiene<br />

con algunas variaciones).<br />

Pese a la confusión de nomenclaturas y clasificaciones,<br />

la enfermedad de Hodgkin ha<br />

permanecido como entidad clínico-patológica.<br />

Aún hoy existen problemas de clasificación<br />

y diagnóstico diferencial.<br />

Los preparados originales de Hodgkin todavía<br />

se conservan en el Guy`s Hospital.<br />

Otras contribuciones de Hodgkin<br />

Otras actividades médicas de Hodgkin son<br />

poco conocidas, así como también su participación<br />

en la reforma de los movimientos<br />

sociales y humanitarios de su tiempo o sus<br />

contribuciones en las exploraciones geográficas,<br />

la antropología y la etnología.<br />

Ilustración de Dorothy Reed sobre las características células gigantes.<br />

Hodgkin fue el primero en describir la insuficiencia<br />

aórtica, conocida ahora como<br />

“enfermedad de Corrigan” en honor al médi-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

31<br />

co irlandés Dominic John Corrigan (1802-<br />

1880). Su trabajo, presentado a la Hunterian<br />

Society el 21 de febrero de 1827 bajo la<br />

denominación de "retroversión de la válvulas<br />

de la aorta", fue publicado dos años después.<br />

Charles Aston Key (1798-1849), uno de los<br />

cirujanos más destacados del siglo XIX y<br />

que también trabajaba en el Guy’s Hospital,<br />

fue quien llamó la atención de Hodgkin<br />

sobre el problema de la insuficiencia<br />

aórtica. En ese momento, la aortitis sifilítica<br />

era la principal causa de insuficiencia<br />

aórtica y provocaba la dilatación de la aorta<br />

ascendente, el anillo de la válvula aórtica<br />

y, en ocasiones, la retroversión de esta válvula.<br />

Hodgkin correlacionó este soplo con<br />

el producido por la retroversión de las valvas<br />

de la válvula aórtica vistos post mortem.<br />

El soplo de Hodgkin-Key es un fenómeno<br />

auscultatorio típico de la insuficiencia aórtica<br />

con destrucción de la válvula. Se trata<br />

de un fuerte sonido diastólico que, a veces,<br />

puede oírse a distancia y que ha sido relacionado<br />

con al ruido que produce una sierra<br />

al cortar madera o con el chillido de una<br />

gaviota. Por este motivo, también se lo conoce<br />

como "grito de gaviota".<br />

Hodgkin describió las características clínicas<br />

y post mortem de esta lesión, pero probablemente<br />

el hecho de haber publicado el<br />

trabajo en dos partes y dos años después de<br />

la descripción original minimizó su impacto.<br />

Este artículo también fue redescubierto<br />

por Wilks en 1871, pero la enfermedad ya<br />

había sido atribuida a Corrigan en 1860 por<br />

el francés Armand Trousseau (1801-1867).<br />

Joseph Jackson Lister (1786-1869) -padre<br />

de Joseph Lister (1827-1912), el introductor<br />

de la antisepsia- había diseñado en<br />

1826 el microscopio óptico más importante<br />

jamás hecho hasta entonces. Hodgkin y<br />

Lister trabajaron juntos en el perfeccionamiento<br />

del microscopio compuesto y juntos<br />

observaron las células animales. No<br />

sólo describieron por primera vez los eritrocitos<br />

y su forma bicóncava, sino que,<br />

también, describieron la crenación, la tumefacción<br />

osmótica y la formación de rouleaux.<br />

Su descripción de los eritrocitos fue<br />

la mejor hasta ese momento. Además, describieron<br />

la estructura fibrilar y estriada del<br />

músculo esquelético y del músculo cardíaco,<br />

y la ausencia de estrías en el músculo<br />

Charles Aston Key (1798-1849) estudió con<br />

Hodgkin la insuficiencia aórtica.<br />

visceral (músculo liso).<br />

En 1836 se fundó la publicación del Guy's<br />

Hospital Reports bajo la atenta crítica de The<br />

Lancet. En el primer número, Hodgkin publicó<br />

cuatro trabajos y durante ese año también<br />

editó el primer volumen de Lectures on<br />

Morbid Anatomy.<br />

Asimismo, Hodgkin fue uno de los primeros<br />

defensores de la medicina preventiva:<br />

en 1841 publicó su libro On the Means<br />

of Promoting and Preserving Health. Para ese<br />

entonces ya había fundado la Sociedad de<br />

Protección de los Aborígenes para resguardar<br />

la salud, el bienestar y los derechos soberanos,<br />

legales y religiosos de los pueblos<br />

indígenas sometidos por las potencias coloniales;<br />

y también, había participado en<br />

diversos proyectos sobre salud pública (cólera,<br />

desnutrición), educación médica (reforma<br />

de la enseñanza de la medicina) y temas<br />

religiosos (colonización americana).<br />

El reconocimiento a Hodgkin llegó recién<br />

en 1966 cuando se realizó un simposio en<br />

su memoria y un número conmemorativo<br />

del Guy's Hospital Reports. En noviembre<br />

de 1980 también se le dio el nombre de<br />

Hodgkin a una sala de seminario en la Escuela<br />

de Medicina del Guy's Hospital en Londres.<br />

Su hermano John lo describió como “el<br />

campeón de todo tipo de causas perdidas, que<br />

podría inflamarse en ira cuando se enteraba de<br />

actos de opresión en sus protegidos y no ahorraba<br />

censura fuerte a los transgresores”. •<br />

Joseph Jackson Lister (1786-1869)<br />

estudió junto a Hodgkin los eritrocitos y el tejido<br />

muscular liso y estriado.<br />

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(Accedido: 28 de agosto de 2011).<br />

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pathologist, social scientist, and philanthropist. Med Pediatr<br />

Oncol 1996; 27:122-7.<br />

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32 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

EL CLUB OSLER DE<br />

BUENOS AIRES<br />

Por Prof. Dr. Alfredo Buzzi<br />

WILLIAM OSLER<br />

BIÓGRAFO E HISTORIADOR<br />

DE LA MEDICINA<br />

Sin embargo, sus contribuciones a la<br />

historia de la medicina y la biografía<br />

médica son menos conocidas en<br />

nuestro medio.<br />

En mi caso, entré en contacto con los escritos<br />

de Osler a mediados del siglo pasado,<br />

cuando adquirí en una librería de segunda<br />

mano un ejemplar de Aequanimitas (Fig. 1)<br />

traducido al castellano y publicado en los<br />

EE.UU., en 1942, por la Editorial Blakiston<br />

( 1,2 ). De inmediato, a través de los ensayos<br />

que componen este libro, caí bajo el influjo<br />

de Osler y sus altos ideales transmitidos<br />

a los jóvenes estudiantes con un estilo encantador<br />

e inimitable.<br />

1<br />

Prof. Dr. Alfredo Buzzi<br />

Profesor Emérito y Decano<br />

de la Facultad de Medicina<br />

de la Universidad de Buenos Aires<br />

William Osler es justamente reconocido como uno de los más grandes clínicos<br />

de habla inglesa. Realizó descripciones originales de entidades clínicas, ahora<br />

asociadas a su nombre, como la policitemia vera (enfermedad de Vaquez-<br />

Osler), la telangiectasia hemorrágica hereditaria (enfermedad de Rendu-Osler)<br />

y los nódulos digitales de la endocarditis bacteriana (nódulos de Osler), entre<br />

otras.<br />

A partir de ese hallazgo, me dediqué a la<br />

búsqueda de todos los escritos de Osler y<br />

de todas las publicaciones que hiciesen referencia<br />

a sus trabajos y personalidad. Así,<br />

encontré la traducción en español de Principles<br />

and Practice of Medicine (16ª edición),<br />

escrita por Henry Christian y publicada en<br />

tres volúmenes por la editorial nacional<br />

Kraft en 1948 (Fig. 2). A su vez, en un viaje a<br />

Boston, en 1957, pude adquirir un ejemplar<br />

de la 9ª edición escrita en inglés por Thomas<br />

McCrae en 1923 y, a mi regreso a Buenos<br />

Aires, encontré la primera edición original<br />

publicada en Edimburgo y Londres<br />

en 1892 por Young y Pentland (Fig. 3). Una<br />

de las publicaciones más valiosas entre sus<br />

más importantes contribuciones originales<br />

fue publicada en 1939 por Kelly Emerson<br />

Crosby en su colección Medical Classics<br />

1. Conferencia pronunciada el 14 de julio de<br />

2011en el Club Osler de Londres, en la sede del<br />

Royal College of Physicians.<br />

Fig. 1: Aequanimitas (W. Osler, 1942) 2.<br />

Fig. 2: Patología Médica Fundamental y Práctica<br />

(edición argentina de Principles and Practice of<br />

Medicine. Osler, 1948) 4 .<br />

Fig. 3: Principles and Practice of Medicine<br />

(W. Osler, 1892 -1ª edición-) 5 .<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

33<br />

(Fig. 4). Ahí, se incluían sus descripciones<br />

sobre las plaquetas sanguíneas (1886), la<br />

litiasis cobedociona “en válvula” (1897), la<br />

epistaxis recurrente familiar asociada a telanguiectasis<br />

múltiples de la piel y mucosas<br />

(1901) y la policitemia con esplenomegalia<br />

(1903).<br />

La mejor introducción a la vocación por<br />

la historia de la medicina y el humanismo<br />

médico está basada en el primer libro que<br />

Osler adquirió: Religio Medici, de Thomas<br />

Browne (Fig. 5). Él estaba convencido de<br />

que la historia biográfica de la medicina no<br />

sólo ampliaba la visión cultural de quien se<br />

interesaba en ella, sino que además, como<br />

lo expresa en el prefacio de su libro An Alabama<br />

Student and other Biographical Essays<br />

(Fig. 6), tenía un valor positivo en la educación<br />

médica.<br />

De acuerdo a su punto de vista, William<br />

Harvey (1578-1657) se había convertido en<br />

el mentor del retorno a Galeno (130-200)<br />

para corregir, después, sus errores anatómicos<br />

y fisiológicos; pero Thomas Sydenham<br />

(1624-1689) había sido el encargado<br />

de volver a Hipócrates (460-377 a.C.). En<br />

este sentido, no es casual que se lo llame el<br />

“Hipócrates inglés”.<br />

En lo que respecta a Osler, sería apropiado<br />

nombrarlo el “Hipócrates canadiense”.<br />

Pero, ¿cuándo se despertó su intenso interés<br />

por la historia de la medicina? Todo indica<br />

que, al regresar de su primer viaje de<br />

estudios por Europa, comenzó a coleccionar<br />

revistas médicas canadienses (que finalmente<br />

llegaron a la biblioteca de la Facultad<br />

de Medicina de McGill). Por esa<br />

época, él describe, con sus propias palabras,<br />

la inclinación que sentía por las humanidades<br />

y la bibliofilia: “Sin llegar a ser<br />

un bibliógrafo experto, sino más bien un<br />

representante del grupo de amantes de los<br />

libros, he tratado de realizar estudios históricos,<br />

en el medio de mi vida dedicada a<br />

la práctica profesional y hospitalaria, para<br />

coleccionar dos hechos: las biografías de<br />

los grandes hombres de la ciencia y la influencia<br />

de sus libros en la promoción del<br />

progreso del conocimiento”.<br />

Su primer trabajo histórico, publicado y<br />

presentado en el John Hopkins Historical<br />

Club en enero de 1895, fue “An Alabama<br />

Student” (éste fue editado, junto a otros<br />

ensayos biográficos, en 1908 por la Oxford<br />

University Press). En él, Osler descubre la<br />

Fig. 4: Medical Classic (Emerson C. Kelly, 1939) 8 .<br />

Fig. 5: Religio Medici (Thomas Browne, 1682) 21 .<br />

Fig. 6: An Alabama Student and other Biographical Essays (W. Osler, 1908) 1 .<br />

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34 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig. 7: Thomas Linacre (1460-1524).<br />

Fig. 8: John Locke (1632-1704).<br />

Fig. 9: The Evolution of Modern Medicine<br />

(W. Osler, 1921)12.<br />

vida del Dr. John Basset, un médico desconocido<br />

que vivió a mediados del siglo XIX<br />

en el sur de los Estados Unidos y que, con<br />

el propósito de perfeccionarse, se embarcó<br />

para Inglaterra en enero de 1836. Este<br />

médico, luego de visitar Manchester, York,<br />

Edimburgo, Londres y París, estudió en la<br />

capital de Francia, en la Charité, con Alfred<br />

Velpeau (1795-1867), escuchando las clases<br />

y practicando como externo. Al año de<br />

su partida, regresó a Alabama (falleció en<br />

1851 de tuberculosis a los 46 años). Lo destacable<br />

de este ensayo de Osler es que termina<br />

transmitiendo un mensaje: “Haber<br />

luchado, haber hecho un esfuerzo, haber<br />

sido fiel a ciertos ideales, eso solo justifica<br />

el esfuerzo”.<br />

Otro de sus trabajos es sobre Thomas Linacre<br />

(1460-1524). Éste fue presentado en<br />

mayo de 1908 y publicado como libro por<br />

la Cambridge University Press en el mismo<br />

año. Allí, Osler resume la vida del médico<br />

de esta manera: “Canterbury lo vio nacer y<br />

Oxford le brindó la educación, en 1484 fue<br />

elegido Fellow of All Souls. Hasta que Grecia<br />

no renació de entre los muertos, la vida y la<br />

libertad no pudieron llegar a la mente del<br />

hombre y constituye la gloria especial de<br />

Linacre haber sido el restaurador del conocimiento<br />

en Inglaterra”.<br />

De acuerdo a Osler, este hombre había sido<br />

uno de los más distinguidos humanistas<br />

médicos. No sólo había contribuido a erradicar<br />

la influencia de la medicina árabe,<br />

sino que además había promovido el espíritu<br />

de Hipócrates, Galeno, Platón y Aristóteles.<br />

Linacre (Fig. 7) estudió latín y griego<br />

en Roma, pero en 1493 se inscribió en la<br />

Facultad de Medicina de la Universidad de<br />

Padua, donde obtuvo el título de Doctor en<br />

Medicina (1506). Al volver a Londres, fue<br />

llamado por la Corte para ser el tutor del<br />

príncipe Arturo (1486-1502) y, luego, también<br />

ofició de médico del rey Enrique VIII<br />

(1491-1547). Según el Arzobispo de Canterbury,<br />

se ordenó como sacerdote para disponer<br />

del tiempo necesario para sus trabajos<br />

literarios.<br />

Asimismo, Osler presentó en el Guy’s Hospital<br />

un ensayo sobre Thomas Browne.<br />

Este escritor influyó de forma decisiva en<br />

su pensamiento, ya que, además de ser un<br />

gran hombre, fue para él una inspiración<br />

permanente. Al igual que Pensamientos de<br />

Marco Aurelio y Enchiridion de Epictetus,<br />

Religio Medici está colmado de consejos de<br />

perfección que pueden moldear a la mente<br />

juvenil. Estudiado con cuidado, el libro<br />

transmite influencias sutiles que brindan<br />

estabilidad al carácter y ayudan al médico a<br />

tener un equilibrado punto de vista frente a<br />

los complejos problemas de la vida.<br />

Osler también se ocupó de John Locke<br />

(1632-1704). En su ensayo, describe al famoso<br />

filósofo, pero también rescata un aspecto<br />

mayormente olvidado de este gran<br />

hombre: sus estudios y trabajos médicos.<br />

Locke (Fig. 8) fue discípulo de Thomas Sydenham,<br />

y las anotaciones y comentarios del<br />

maestro (escritos con su propia mano en<br />

algunos de los textos de Locke) dan cuenta<br />

de una sólida amistad entre ambos. Su vínculo<br />

duró veinte años y sólo terminó con la<br />

muerte de Sydenham en 1689.<br />

Como médico, estudió el caso de Lord<br />

Shaftesbury y la afección, una hidatidosis<br />

hepática, se diagnosticó punzando la tumoración<br />

con un tubo de plata (el carácter<br />

del material expulsado -innumerables vesículas-<br />

no deja dudas sobre la naturaleza<br />

del proceso). A su vez, Locke se encargó<br />

de describir el “tic doloroso”, padecido por<br />

Lady Northumberland, y también escribió<br />

Ars Medica (una introducción a la filosofía<br />

de la medicina), Anatomia (un texto sobre<br />

el funcionamiento del cuerpo), Respirationis<br />

Usus (una obra sobre la función pulmonar)<br />

y Tussis (un ensayo sobre la tos). Desde<br />

esta perspectiva, Osler afirma que, además<br />

de ser uno de los más grandes filósofos ingleses,<br />

resulta un ornamento brillante para<br />

nuestra profesión.<br />

En su libro de 233 páginas, titulado The<br />

Evolution of Modern Medicine (Fig. 9) -publicado<br />

en forma póstuma en 1921 y reimpreso<br />

en 1923-, William Osler presentó un panorama<br />

histórico de la medicina, vista a vuelo<br />

de pájaro, que va desde sus orígenes remotos<br />

hasta fines del siglo XIX. El libro constituye,<br />

en realidad, la impresión de una serie<br />

de clases, las “Silliman lectures”, presentadas<br />

en la Universidad de Yale en 1913. Su<br />

discípulo Fielding Garrison (1870-1935),<br />

un notable historiador médico norteamericano,<br />

escribió en el prefacio del libro: “Estas<br />

lecciones son una de las más características<br />

producciones del mejor equipado y<br />

mejor balanceado, el más sagaz y más querible<br />

de todos los médicos modernos”.<br />

En sus descripciones sobre las más nota-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

35<br />

bles personalidades médicas de la historia,<br />

William Osler demuestra su habilidad<br />

para sintetizar en unos pocos párrafos los<br />

atributos personales y las principales contribuciones<br />

científicas de los grandes especialistas<br />

del pasado.<br />

Así, refiriéndose a Imothep (ca. 2690-2610<br />

a.C.), la primera figura de médico que se<br />

destaca entre las tinieblas de la Antigüedad,<br />

Osler resalta que, después de más de veinticinco<br />

siglos de su muerte, éste se transformó<br />

en un dios de la Medicina (Fig. 10).<br />

Los griegos reconocieron en él a su propio<br />

Asclepios y los romanos a su Esculapio (Fig.<br />

11). Hoy, esto se mantiene en nuestro santo<br />

patrón: el emblemático dios de la Curación,<br />

cuya imagen, junto al báculo y la serpiente,<br />

todavía aparece en nuestros sellos.<br />

También destaca que Hipócrates (460-377<br />

a.C.) fue el primero en concebir a la medicina<br />

como un arte basado en la observación<br />

exacta y como una parte integral<br />

de la ciencia del hombre (Fig. 12); y agrega<br />

que, después de éste, la figura más grande<br />

en la medicina griega fue la de Galeno<br />

(130-200). Nacido en Pérgamo, este médico<br />

supo ser observador, experimentador y<br />

filósofo (Fig. 13). A su vez, recuerda a Avicena<br />

(980-1037), un fenómeno intelectual<br />

con una actividad tan extraña como infatigable.<br />

En la historia, nunca se ha visto un<br />

intelecto tan precoz, tan rápido y tan amplio<br />

como él (Fig. 14).<br />

Otras figuras destacadas son Mondinus<br />

de Luzzi (1270-1326), el primer estudiante<br />

moderno de anatomía (Fig. 15) y el hombre<br />

más influyente en el estudio de la medicina<br />

en Bolonia, y John Caius (1510-1573),<br />

un profundo conocedor del griego y un estudiante<br />

ardiente de la historia natural. De<br />

hecho, Caius fue el cofundador de uno de<br />

los colegios más importantes de Cambridge<br />

(Fig. 16).<br />

Conrad Gesner (1516-1565), a su vez, es<br />

distinguido como el más grande de todos<br />

los humanistas: no sólo fue médico, botánico,<br />

geólogo y químico, sino que, además,<br />

fue el primer gran bibliógrafo moderno<br />

(Fig. 17).<br />

Fig. 10: Imothep<br />

(ca. 2690-2610 a.C.) 12 .<br />

Fig. 13: Galeno (130-200) 12 .<br />

Fig. 11: Esculapio 12 . Fig. 12: Hipócrates (460-377<br />

a.C.) 12 .<br />

Fig. 14: Avicena (980-1037) 12 .<br />

Por su parte, Paracelso (1493-1541) es considerado<br />

el Lutero de la medicina, la verdadera<br />

encarnación del espíritu revolucionario<br />

y el primero de los modernos<br />

iatroquímicos (Fig. 18), ya que, a través de<br />

Fig. 15: Mondinus de Luzzi (1270-1326) 12 .<br />

Fig. 16: John Caius (1510-1573) 12 .<br />

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36 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig. 17: Conrad Gesner (1516-1565) 12 .<br />

Fig. 20: Fabrizio (1533-1619) 12 .<br />

Fig. 18: Paracelso (1493-1541) 12 . Fig. 19: Vesalio (1514-1564) 12 .<br />

Fig. 21: William Harvey (1578-1657) 12 .<br />

él, se dio un gran estímulo al estudio de la<br />

química y la farmacia.<br />

Osler también escribe sobre Vesalio (1514-<br />

1564). Conocedor de todos los saberes griegos<br />

y árabes, éste concibió un punto cardinal:<br />

planteó que, para conocer la máquina<br />

del cuerpo humano y su funcionamiento,<br />

era necesario dominar el significado de sus<br />

partes, su fábrica (Fig. 19). En este sentido,<br />

se destaca a Fabrizio (1533-1619). Digno<br />

sucesor de Vesalio (Fig. 20), demostró<br />

las válvulas de las venas y las denominó pequeñas<br />

puertas -“ostiola”-.<br />

En 1628, William Harvey (1578-1657) pasó<br />

a la historia con un pequeño volumen de 74<br />

páginas publicado en Frankfurt: De Motu<br />

Cordis. La exactitud y realismo de su descripción<br />

del movimiento del corazón ha<br />

sido apreciado por generaciones de fisiólogos<br />

(Fig. 21). Además, si Sydenham (Fig.<br />

22) fue quien guió a los médicos hacia Hipócrates,<br />

Harvey marcó el camino hacia<br />

Galeno.<br />

Desde una perspectiva diferente, otro de<br />

los grandes libros de nuestra literatura médica<br />

es De sedibus et causis morborum per<br />

anatomen indagatis. Su autor, Giovanni Battista<br />

Morgagni (1682-1771), tiene el mérito<br />

de ser el hombre que nos enseñó a pensar<br />

las enfermedades en términos anatómicos<br />

(Fig. 23).<br />

Una personalidad renombrada, conocida<br />

como el “Hipócrates holandés”, fue Thomas<br />

Hermann Boerhaave (1668-1738). A<br />

él, puede considerárselo como el más famoso<br />

de los grandes maestros clínicos que<br />

surgieron hacia el final del siglo XVII (Fig.<br />

24).<br />

También John Hunter (1728-1793) tiene su<br />

reconocimiento en los textos de Osler. No<br />

sólo combinó en su personalidad extraordinaria<br />

las cualidades de Vesalio, Harvey y<br />

Morgagni (Fig. 25), sino que, con su ejemplo,<br />

su prodigiosa capacidad de trabajo y<br />

sus sugestivos experimentos, guió nuevamente<br />

a los médicos por los antiguos caminos<br />

de Aristóteles, Galeno y Harvey.<br />

Fig. 22: Thomas Sydenham<br />

(1624-1689) 12 .<br />

Fig. 23: Giovanni Battista Morgagni<br />

(1682-1771) 12 .<br />

Fig. 24: Hermann Boerhaave<br />

(1668-1738) 12 .<br />

Dentro de la galería de la historia, fue René<br />

Téophile Laënnec (1781-1826) quien sentó<br />

los fundamentos de la medicina clínica<br />

moderna. Él combinó la exactitud del estudio<br />

de los enfermos en las salas de internación<br />

con las investigaciones anatómicas<br />

en la autopsia. La publicación de su libro,<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

37<br />

De l’auscultation médiate (1819) marcó una<br />

época en el estudio de la medicina (Fig. 26).<br />

En el caso de Louis Pasteur (1822-1895), su<br />

ambición fue dar con las causas de las enfermedades<br />

contagiosas y pútridas (Fig.<br />

27). La historia del brillante éxito que siguió<br />

a los años de aplicación del problema<br />

de la enfermedad de los gusanos de cera<br />

será leída con interés por todo estudioso de<br />

la ciencia.<br />

Como punto de partida para un nuevo método<br />

de investigación en el origen de las enfermedades<br />

infecciosas, se destaca un trabajo<br />

sobre la “Etiología del Ántrax” escrito<br />

por un médico alemán de la localidad de<br />

Wölstein, Roberto Koch (1843-1910). Él<br />

fue, en realidad, nuestro Galileo médico, ya<br />

que su tarea fue introducirnos en un mundo<br />

nuevo (Fig. 28).<br />

Joseph Lister (1827-1912), por otra parte,<br />

aplicó los principios experimentales<br />

de Pasteur en el tratamiento de las heridas<br />

(Fig. 29), haciendo surgir, en estos<br />

comienzos, a la cirugía moderna. Hoy, el<br />

tema de la infección de las heridas constituye<br />

uno de los capítulos más brillantes en<br />

la historia de la medicina preventiva.<br />

Estas figuras de renombre son sólo algunas<br />

de las que destaca Osler. Dado que existen<br />

más de un centenar de ensayos biográficos<br />

e históricos de su autoría (incluyendo<br />

Evolución de la Medicina Moderna), he considerado<br />

únicamente los textos que mejor<br />

ilustran su perspectiva histórica. Según se<br />

ha señalado, Osler siempre trató de hacer<br />

que sus sujetos tuvieran vida para humanizarlos<br />

de nuevo. Sólo un hombre como él,<br />

con simpatías eminentemente humanas y<br />

un juicio bien fundamentado, pudo realizar<br />

esta obra. •<br />

Fig. 27: Louis Pasteur (1822-1895)12.<br />

Fig. 25: John Hunter (1728-1793) 12 .<br />

Fig. 26: René Téophile Laënnec (1781-1826) 12 .<br />

Fig. 28: Roberto Koch (1843-1910) 12 .<br />

Fig. 29: Joseph Lister (1827-1912) 12 .<br />

Bibliografía<br />

1- Osler W. An Alabama Student and other Biographical Essays.<br />

Oxford University Press, London, 1929.<br />

2- Osler W. Aequanimitas. Con otros discursos pronunciados<br />

ante estudiantes de medicina, enfermeras y médicos recibidos,<br />

3ª ed., The Blakiston Company, Filadelfia, 1942.<br />

3- Osler W. Aequanimitas. With other addresses to medical<br />

students, nurse and practitioners of medicine. H.K.LEWIS &<br />

Co. Ltd., London, 1948.<br />

4- Christian HA. Patología médica fundamental y práctica.<br />

Escrita originariamente por Sir William Osler. Editorial Guillermo<br />

Kraft, Buenos Aires, 1948.<br />

5- Osler W, McCrae Th. The principles and practice of medicine.<br />

9th ed., D. Appleton and Company, New York & London,<br />

1923.<br />

6- Osler W. The principles and practice of medicine. Young J.<br />

Pentland, Edinburgh & London, 1892.<br />

7- McGehhe Harvey A, McKusick VA. Osler’s textbook revisited.<br />

Appleton- Century- Crofts, New York, 1967.<br />

8- Emerson Crosby K (comp.). Medical Classics. Selections<br />

from the writings of Sir William Osler. The Williams & Wilkins<br />

Company, Baltimore, 1939.<br />

9- Osler W. A way of life and other selected writings. Dover<br />

publications, New York, 1958.<br />

10- Bean WB. Sir William Osler, aphorisms from his bedside<br />

teachings and writingas. Henry Schuman Inc., New York,<br />

1950.<br />

11- Verney RE. The student life. The philosophy of Sir William<br />

Osler. E. & S. Livingstone Ltd, Edinburgh and London, 1960.<br />

12- Osler W. The evolution of modern medicine. Yale University<br />

Press, New Haven, 1923.<br />

13- Cushing H. The life of Sir William Osler. One volume.<br />

Oxford University Press, London, 1940.<br />

14- Reid EG. The great physician. A short life of Sir William<br />

Osler. Oxford University Press, London, 1931.<br />

15- Bean WB (ed.). Sir William Osler aphorisms. From his<br />

bedside teachings and writings. H. Schuman Inc., New York,<br />

1950.<br />

16- Silverman ME, Murray J, Bryan CS. The Quotable Osler.<br />

American College of Physicians, Philadelphia, 2003.<br />

17- Bryan CS. Osler. Inspirations from a great physician.<br />

Oxford University Press, New York, 1997.<br />

18- Bliss M. William Osler. A life in medicine. Oxford University<br />

Press, New York, 1999.<br />

19- Osler W. A way of life. Ch. C Thomas, Springfield, 1969.<br />

20- Oslerian Anniversary. Incorporating the Fitzpatrick lectures<br />

for 1975. Printed for the Osler Club of London, 1976.<br />

21- Browne T. Religio Medici. London, 1682.<br />

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LITERATURA & MEDICINA<br />

38 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Lic. Isabel Del Valle<br />

El Parkinson<br />

Cuando la vida se vuelve protocolo.<br />

Reflexiones a partir de Elena sabe,<br />

de Claudia Piñeiro.<br />

Lic. Isabel del Valle<br />

Licenciada en Lzetras<br />

Cuando menos lo pensaba, cuando<br />

imaginaba transitar sus últimos<br />

años en el sosiego del ambiente familiar,<br />

Elena fue expuesta a uno de los mayores<br />

desafíos a los que la vida puede someter<br />

a un ser humano: enfrentar la muerte de<br />

su hija única. Rita fue encontrada muerta,<br />

ahorcada, en el campanario de una iglesia.<br />

La investigación nunca avanzó como ella<br />

hubiera esperado. Es más, quisieron pasar<br />

el caso como un suicidio y cerrar, así, la<br />

causa.<br />

Inaceptable, pero vaya uno a saber qué querría<br />

ocultar la policía.<br />

Era imposible, Rita nunca se hubiera suicidado.<br />

Nunca, tan religiosa como era la pobre.<br />

Además, ella jamás salía de la casa los<br />

días de lluvia y el día de su muerte llovía a<br />

cántaros.<br />

No bien Elena enjuagó las pocas lágrimas<br />

que se había permitido soltar en ese apelmazado<br />

pañuelo al que se aferraba como a<br />

una manija, tomó la única decisión que podría<br />

devolverle a una madre desconsolada<br />

alguna sensación de paz: encarar ella misma<br />

la investigación.<br />

No solamente era el único familiar directo<br />

que se echaba al hombro semejante misión,<br />

sino que esa investigación estaría exclusivamente<br />

en sus manos. En sus manos<br />

temblorosas, imprecisas y agarrotadas.<br />

En las manos de una mujer sin cuerpo o,<br />

tal vez peor, en una mujer encerrada en un<br />

cuerpo.<br />

Desde hacía ya un tiempo, el Parkinson le<br />

venía enyesando los miembros, los movimientos<br />

y la expresión, pero no todavía su<br />

fortaleza de espíritu.<br />

Como en toda enfermedad, tuvo que empezar<br />

a conocer a ese intruso con el que debía<br />

convivir. El Parkinson por más que tiembla,<br />

no tiembla de miedo, es despiadado<br />

con su elegido y, aunque a veces no se sepa<br />

bien quién hace temblar a quién, a Elena le<br />

quedó claro que él era quien mandaba de<br />

ahí en más:<br />

“Pero su cuello se puso rígido, duro como<br />

una piedra y la somete. Acepta la condena<br />

que Ella, su enfermedad, le impuso. Ella le<br />

muestra quién manda y quién obedece. El<br />

cuerpo de Elena responde a Ella que la obliga<br />

a bajar la mirada como si estuviera en<br />

falta, como si tuviera vergüenza”.<br />

Cada enfermedad tiene sus propias manías,<br />

arbitrarios caprichos de verdugo ensañado<br />

con su víctima, a la que no le queda<br />

más remedio que, tras un tiempo de pataleo,<br />

mirar al enemigo a los ojos y sentarse<br />

a negociar.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

….su objetivismo madre tiene científico. un tipo de Parkinson adelante, que tal vez, nosotros porque en llamamos la imaginación Plus, (…) ¿plus?, preguntó Elena<br />

(…) algo más que un Parkinson común y corriente, dijo Benegas (…) Un plus, repitió Rita<br />

“Le duelen los músculos de las mejillas y es la única forma en que puede recorrerlas<br />

de las cejas, si es que se trata de músculos con agilidad, algo que su cuerpo nunca le lenta y pensar cómo el engranaje seco de su<br />

porque Elena no sabe en verdad si se trata podría dar”.<br />

cuerpo podía reproducirlos.<br />

(…) ¿plus quiere decir más?, ¿es que hay más, doctor?, ¿a usted le parece poco con lo que tenemos?,<br />

se preguntó ¿hay más?, qué clase de ¿más cosa son que las meji-<br />

babearse, agujas, ese que tiempo hacerse que ella pis completa encima, con más nas unos que centímetros no poder del suelo, dar cinco un o seis paso<br />

de músculos lo que le duele. Nunca antes “Su espera, ese tiempo que se mide sin “Se trata de levantar el pie derecho, apellas<br />

ni pensó en ellas. Ni en su cuello. Músculos,<br />

carne, más piel, esternocleidomastoideo<br />

que arrastrar los las pies, irregularidades más que de las los veredas únicos que ame-<br />

pasos como que para pueda que sobrepase dar apenas sean el gracias izquier-<br />

a<br />

dicen, pero a ella sólo le importa que le nazan, los semáforos que cada vez paredo,<br />

y a esa distancia, la que sea, mucha o<br />

el pensamiento de las calles que esperan, no más, moverlo en el aire hacia adelante,<br />

a voluntad,<br />

la levodopa?, duele. Nunca supo ¿hay de lo más que se todavía, trataba, ni doctor?, ¿más pararse sólo con ayuda, más que no poder<br />

cen más breves, los escalones, la gente toda poca, hacerlo bajar sin torcerlo. Apenas de<br />

siquiera su nombre conocía. Pero le duele más alta que ella. El taxi se mueve y Elena eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa<br />

cortarse las uñas de los pies ni calzarse, ni ponerse las medias, que hay más?, ¿más que deglutir<br />

con dificultad, sentir que el aire deja llevar”. no pasa y tener la sensación<br />

el movimiento que la enfermedad le obliga agradece que alguien lo haga por ella. Se y a pesar de que su cerebro da la orden de<br />

a hacer para burlarla. Porque ni sueñe que<br />

moverse,<br />

de morirse<br />

el pie derecho<br />

ahogado,<br />

no se mueve.<br />

que<br />

No se<br />

intentar<br />

que cien se muera”. veces tragar una pastilla?, ¿hay más, doctor?, ¿es que, jar”. usted, dice que todavía hay<br />

ella se va a resignar a mirar el suelo hasta<br />

eleva. No avanza en el aire. No vuelve a ba-<br />

A manera de modista de barrio, se confeccionó<br />

a sí misma como una imaginaria marioneta<br />

que, manejada por hilos de racio-<br />

El Parkinson pone en consideración toda la<br />

Cada mañana, el enfermo, con la conciencia<br />

atenta del explorador, tantea la propia nalidad y estrategia, trataba de andar por la plataforma de lanzamiento para el desplie-<br />

más? Rita, por favor, la invito a que… no me invite a nada, yo lo invito a usted a que mire, si<br />

puede,<br />

carne,<br />

esos<br />

husmea<br />

ojos<br />

sus<br />

vacíos,<br />

recovecos<br />

esa<br />

y alerta<br />

cara<br />

sobre<br />

sin vida expresión, como mejor podía. esa sonrisa hueca, gue ese de gesto la vida, de y a ella asombro la obligó a racionalizar<br />

hasta lo obvio...<br />

desasombrado,<br />

cualquier nuevo dolor o síntoma a estrenar.<br />

La racionalización del día a día fue, para<br />

Estar<br />

¿a<br />

enfermo<br />

esta pobre<br />

es un cotidiano<br />

mujer,<br />

acto<br />

usted,<br />

de reconocimiento<br />

y Elena tuvo que celebrar el tre la salud y la enfermedad. Cada uno de cuadras, las esquinas, los botones de la blu-<br />

le pide más?, ¿y mí, qué, qué más me pide a mí? (…) Rita<br />

Elena, el mayor recordatorio del pasaje en-<br />

Elena sabe que debe contar los pasos, las<br />

se acercó a Benegas y lo miró fijo, ¿y qué solución hay? Ninguna, le respondió. Rita se lo quedó<br />

mirando, elemental como sí hay los consabidos solución, postula-<br />

una, abrir si uno ojo no hasta quiere cerrarlo, más, debía ahora ¿a ser qué conocer se refiere, el horario Rita? estricto Uno de los puede trenes y ele-<br />

propio. Su enfermedad violentó algo tan los actos que todo mortal realiza, desde sa para que no le quede torcida; que debe<br />

dos del tiempo y el espacio. Las cuadras, las pasado por el tamiz de una lógica estratégica.<br />

vivo Elena desmenuzaba hay esperanza, analíticamente sí pero pastillas yo no que estoy destrabarán hablando las compuertas de mi<br />

calcular con precisión de relojero suizo las<br />

gir, doctor… manzanas, las Rita, horas, mientras los días… se convirtieron<br />

en categorías arbitrarias que ya poco cada hecho, lo disgregaba en miles de par-<br />

de sus piernas. Sabe todo lo que tiene que<br />

uno está<br />

madre… representaban para ella. Así, tiempo y estículas<br />

para poder observarlo en cámara saber para, recién, poder empezar a poner<br />

….su madre tiene un tipo de Parkinson que nosotros llamamos Plus, (…) ¿plus?, preguntó Elena<br />

(…) de hacernos algo más sentir, que en algo, un distintos Parkinson a los común y corriente, dijo Benegas (…) Un plus, repitió Rita<br />

La enfermedad, por su cuenta, se encarga<br />

demás. En el caso Elena, desde un primer<br />

momento,<br />

(…) ¿plus quiere<br />

el<br />

decir<br />

Parkinson<br />

más?,<br />

le dejó<br />

¿es<br />

muy<br />

que hay más, doctor?, ¿a usted le parece poco con lo que tenemos?,<br />

¿hay más?, ¿más que babearse, que hacerse pis encima, más que no poder dar un paso<br />

en claro las consignas a seguir: calibrar el<br />

tiempo, medir palmo a palmo el espacio,<br />

a voluntad,<br />

calcular la curvatura<br />

más que<br />

de los<br />

arrastrar<br />

brazos para po-loder vestirse, contar los pasos, estimar la al-<br />

pies, más que los únicos pasos que pueda dar sean gracias a<br />

la levodopa?, tura de los zócalos, ¿hay evitar más los bancos todavía, en los doctor?, ¿más que pararse sólo con ayuda, más que no poder<br />

días de pago a los jubilados…<br />

cortarse las uñas de los pies ni calzarse, ni ponerse las medias, es que hay más?, ¿más que deglutir<br />

marcha con dificultad, a la par de nuestra sentir voluntad que con el aire no pasa y tener la sensación de morirse ahogado, que in-<br />

Cuando hay salud, el cuerpo no es pensado,<br />

silencio de un aliado; pero, en la enfermedad,<br />

cien se emancipa, veces se tragar hace tema, una se vuelve pastilla?, ¿hay más, doctor?, ¿es que, usted, dice que todavía hay<br />

tentar<br />

objeto de atención y pensamiento. Sentirse<br />

Rita, enfermo, por antes favor, que estarlo, la invito es un pro-a que… no me invite a nada, yo lo invito a usted a que mire, si<br />

más?<br />

ceso que va de la absoluta irreflexión a la<br />

puede, esos ojos vacíos, esa cara sin expresión, esa sonrisa hueca, ese gesto de asombro desasombrado,<br />

¿a esta pobre mujer, usted, le pacio pide perdieron más?, su condición ¿y a mí, objetiva qué, para qué más me pide a mí? (…) Rita<br />

reflexividad máxima. Cuando asoma el dolor,<br />

aquello que en uno nunca tuvo registro<br />

consciente pasa a ser objeto de atención y<br />

empezar a correr al pulso que su enfermedad<br />

¿y dictaminaba. qué solución Los metros hay? y las Ninguna, horas le respondió. Rita se lo que-<br />

se acercó eso que a hasta Benegas entonces y sólo lo se miró expresaba fijo, a<br />

nivel de vivencia personal llega a convertirse<br />

en una dura sí entidad hay científica. solución, una, ferencias si uno vanas no para quiere un cuerpo más, que ¿a tuvo qué se refiere, Rita? Uno puede ele-<br />

empezaron a ser números irrelevantes, redó<br />

mirando,<br />

A Elena le dolía el cuello y las mejillas, que instaurar su propia lógica:<br />

gir, doctor… Rita, mientras uno está vivo hay esperanza, sí pero yo no estoy hablando de mi<br />

los nombres con que los médicos habían<br />

madre… bautizado su sentir. Así, la novela refleja la<br />

brecha entre la vivencia del que sufre y el<br />

“Elena suele entretener su mente recitando<br />

las calles que debe recorrer en orden alfabético,<br />

de adelante para atrás, de atrás para<br />

39<br />

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40 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Así, meditada, calibrada, dosificada, la enfermedad<br />

se le tornó más conocida, más gravosa.<br />

“Tiene que tomar el tren para Capital a las<br />

dad del anhelo sepultada en la materia más<br />

….su madre tiene un tipo de Parkinson que nosotros llamamos Plus, (…) ¿plus?, preguntó Elena<br />

(…) algo más que un Parkinson En la común planificación y de corriente, su vida, a la vida dijo que Benegas (…) Un plus, repitió Rita<br />

habitable. Elena convive con la imaginaria<br />

ilusión de tener maniatado, al menos<br />

ve por que la pastilla la tomó a las nue-<br />

10 de la mañana; el de las 11 ya no le sir-<br />

nunca llegaba, el cuerpo se le quedaba ahí<br />

(…) ¿plus un poco, quiere a ese maldito decir monstruo más?, que le ¿es ata que hay más, doctor?, ¿a usted ve le -piensa- parece y sabe poco que con tiene que lo tomar que tenemos?,<br />

¿hay más?, ¿más que babearse, que hacerse pis encima, ya más haya hecho que efecto no poder y logre que dar su cuerpo un paso<br />

el<br />

clavado, cementado a las baldosas de la cocina,<br />

de la vereda o del andén; y por más<br />

manos y pies.<br />

de las 10, poco después que la medicación<br />

“La luz del día es para ella el anuncio de la que le hablara, le rogara, le prometiera o lo<br />

cumpla con la orden de su cerebro. El de las<br />

lucha que tiene por delante, desde el momento<br />

en que trate de levantarse de la que cuando Rita, de niña, se encaprichaba<br />

amenazara, las piernas no se movían. Igual<br />

a voluntad, más que arrastrar los pies, más que los únicos pasos 11 no, que porque pueda ya el efecto dar habrá sean declinado gracias y a<br />

ella estará igual que ahora, pero sin la esperanza<br />

la levodopa?, cama, de despegar ¿hay la espalda más muerta todavía, de con doctor?, algo y no quería ¿más avanzar que y pararse ella debía tironearla<br />

y tironearla del brazo para que ca-<br />

sólo con<br />

de<br />

ayuda,<br />

que la levodopa<br />

más<br />

actúe.<br />

que no<br />

Por eso<br />

poder<br />

las sábanas tirando de las sogas, apoyar los<br />

espera sentada en la cocina. Sólo tiene que<br />

cortarse pies en las baldosa uñas fría, de tomar los pies envión ni para calzarse, minara. Eso ni hacía ponerse Elena con las su cuerpo: medias, tironearlo<br />

y tironearlo desde adentro con<br />

es que hay más?, ¿más deglutir<br />

al baño con donde dificultad, tratará de sentarse, sentir vestirse, que el aire no pasa y tener la sensación<br />

esperar, no puede hacer nada más. Sólo espera<br />

que<br />

levantarse, arrastrar los pies dirección<br />

de<br />

el<br />

morirse<br />

tiempo pase,<br />

ahogado,<br />

la pastilla se<br />

que<br />

disuelva<br />

y circule por su cuerpo hasta los pies<br />

sus ganas y su furia; provocarlo hasta maldecirlo.<br />

Sin embargo, a diferencia de Rita,<br />

intentar<br />

sin que se arrolle la ropa y todo eso antes de<br />

empezar<br />

cien<br />

el día.<br />

veces<br />

Y así sería<br />

tragar<br />

todo (…)<br />

una<br />

Ya había<br />

pastilla?, ¿hay más, doctor?, ¿es que, para que usted, cuando dice estos se que enteren, todavía se pon-hagan<br />

en marcha”.<br />

éste no le hacía caso. Se había convertido<br />

calculado la noche anterior las pastillas que en un irreverente bloque de mármol que la<br />

más? Rita, por favor, la invito a que… no me invite a nada, yo lo invito a usted a que mire, si<br />

necesitaría para el día. Se trataba de llevar abrazaba sin quererla y que decidía por ella La enfermedad convirtió sus movimientos<br />

puede,<br />

el cálculo<br />

esos<br />

de<br />

ojos<br />

los recorridos<br />

vacíos,<br />

por<br />

esa<br />

hacer<br />

cara<br />

y, de<br />

sin<br />

sobre<br />

expresión,<br />

su agenda, sus<br />

esa<br />

tiempos,<br />

sonrisa<br />

sus compromisos<br />

y sus espacios.<br />

nó a Elena a vivir adentro de un bloque de<br />

hueca,<br />

en<br />

ese<br />

intentos<br />

gesto<br />

indignos.<br />

de asombro<br />

El Parkinson<br />

desasombrado,<br />

¿a esta pobre mujer, usted, le pide más?, ¿y a mí, qué, qué mármol. más Trabada me pide en el cuerpo, a mí? encerrada (…) Rita<br />

conde-<br />

acuerdo con eso, calcular la cantidad”.<br />

Seguramente Elena anhela volver a la ignorancia,<br />

volver a ser la “Elena que no sabe”, de sus piernas, de sus brazos, de su cuello<br />

¿Cómo explicarle que necesitaba disponer<br />

en sus cavilaciones y cálculos; todo en ella<br />

se acercó a Benegas y lo miró fijo, ¿y qué solución hay? Ninguna, olía a encierro. le respondió. Rita se lo quedó<br />

mirando,<br />

la que vivía la vida sin pensarla, la que improvisaba<br />

y no<br />

para iniciar la investigación? ¿Quién podía<br />

si llevar uno adelante no quiere una causa más, policial ¿a con qué<br />

sí<br />

planificaba,<br />

hay solución,<br />

la que saludaba<br />

con cualquier mano, la que doblaba en la los miembros congelados y la cabeza gana<br />

no sabía bien de qué se trataba. Los diag-<br />

una,<br />

Cuando<br />

se refiere,<br />

Benegas<br />

Rita?<br />

le dio el diagnóstico,<br />

Uno puede<br />

Ele-elegir,<br />

doctor… esquina que quería, Rita, la mientras que no pensaba uno hasta está cha? Sentía vivo que hay ése ya esperanza, no era su cuerpo; sí el pero nósticos yo siempre no estoy la ponían hablando nerviosa, nombres<br />

raros, difíciles de repetir, que ya de por<br />

de mi<br />

dónde debía torcer el brazo para poder ves-<br />

que por años la había acompañado en todas<br />

madre…<br />

….su en madre marcha su tiene vida: un tipo de Parkinson tirse, la que no nosotros calculaba las salidas llamamos en función<br />

de la levodopa que corría por su san-<br />

le pertenecía a la hora de las frustraciones,<br />

Plus, sus marchas, (…) ése, ¿plus?, ya no era. preguntó Sin embargo, Elena<br />

(…) algo más que un Parkinson gre… común y corriente, dijo Benegas los médicos, (…) las angustias Un plus, y la vergüenza… repitió Rita<br />

“Ya había calculado la noche anterior las<br />

pastillas que necesitaría para el día. Se trataba<br />

de llevar quiere el cálculo decir de más?, los recorridos ¿es que “El tiempo hay más, de Elena doctor?, no es como el ¿a tiempo usted “No le quiere parece quedarse poco sola con en la calle. lo que Es que, tene-<br />

(…) ¿plus<br />

por hacer, y de acuerdo con eso, calcular la de los trenes que van. Es el tiempo de las ¿se puede ser algo sin cuerpo que obedezca?<br />

mos?, cantidad”. ¿hay más?, ¿más que babearse, pastillas que lleva hacerse en la cartera”. pis encima, Elena más piensa que mientras no poder avanza dar arrastrando un paso<br />

sus pies a la parada, ¿qué es uno cuando su<br />

La novela, así, ilumina la experiencia de la “Pero su tiempo, el tiempo de Elena se detuvo.<br />

Ya no hay rastro de levodopa que la<br />

a voluntad, más que arrastrar los pies, más que los únicos pasos brazo que no se pueda mueve para dar ponerse sean la campera,<br />

ni su pierna se eleva para dar un paso,<br />

gracias a<br />

enfermedad, encarnada en un cuerpo y en<br />

la levodopa?, una vida. Muestra ¿hay esa tarea más privada, todavía, silenciosa<br />

y esmerada, que cada enfermo desne<br />

la espera, hasta que le toque la próxima<br />

ayude doctor?, a moverse. ¿más Elena que sabe. pararse Sabe que vie-<br />

sólo ni con su cuello ayuda, se yergue más para mirar que al no otro?, poder<br />

¿qué uno si no tiene un rostro para mirar<br />

cortarse pliega las de puertas uñas adentro de los en el pies afán de ni restablecer<br />

alguna posible nueva forma de recorra su cuerpo y le haga efecto. Pero el<br />

calzarse, toma, y luego ni el ponerse tiempo necesario las medias, para que es que hay más?, ¿más que deglutir<br />

cotidianeidad. con dificultad, sentir que el aire tiempo no de Elena pasa se detuvo. tener Ya no la hay sensación rastro de morirse ahogado, que in-<br />

al otro?, ¿qué es?, ¿uno es el cerebro que no<br />

puede mandar al otro pero sigue pensando?”<br />

de levodopa que la ayude a moverse. Elena<br />

sabe.<br />

tentar La enfermedad cien veces la obligó tragar a canjear una improvisación<br />

y espontaneidad por planificación<br />

pastilla?, ¿hay<br />

Sabe que<br />

más,<br />

viene la espera,<br />

doctor?,<br />

hasta que<br />

¿es que,<br />

Tal vez<br />

usted,<br />

sería lo último<br />

dice que<br />

que hiciera<br />

todavía<br />

en su<br />

hay<br />

le toque la próxima toma, y luego el tiempo<br />

necesario para que recorra su cuerpo y muerte de Rita. Seguramente sería lo últi-<br />

vida, pero llegaría a la verdad sobre la<br />

más? y cálculo. Rita, Lentitud por favor, y reflexión la comenzaron<br />

a marcar el ritmo externo e interno de<br />

invito a que… no me invite a nada, yo lo invito a usted a que mire, si<br />

le haga efecto”.<br />

mo, ya que le llevaría todo su tiempo restante<br />

de vida…<br />

puede, su vida. esos ojos vacíos, esa cara sin expresión, esa sonrisa hueca, ese gesto de asombro desasombrado,<br />

Elena ¿a sabe. esta Elena pobre piensa. mujer, La vida se usted, con-<br />

Las oraciones se repiten iguales, cortantes<br />

y<br />

le<br />

secas<br />

pide<br />

como<br />

más?,<br />

se repiten<br />

¿y<br />

iguales,<br />

a mí,<br />

cortantes<br />

qué, qué<br />

Su estrategia<br />

más me<br />

principal<br />

pide<br />

no pasaba<br />

a mí?<br />

por<br />

(…)<br />

el ras-Rittrillaje<br />

de datos ni las pruebas de testigos,<br />

virtió en un manual de procedimientos,<br />

y secos los obstinados y frustrados intentos<br />

se acercó una guía a pormenorizada Benegas y de lo pautas miró para fijo, la ¿y qué solución hay? Ninguna, le respondió. Rita se lo quedó<br />

mirando, sí hay solución, una, Con si la uno enfermedad, no quiere Elena conoció más, la ¿a pure-<br />

qué se refiere, Rita? Uno puede ele-<br />

de Elena por dar un paso.<br />

sino por programar la barroca arquitectura<br />

“puesta en marcha” de la vida.<br />

de sus movimientos. Un complejo engranaje<br />

de dosis-pasos-dosis, celoso al me-<br />

Pensar, medir, calcular. La racionalidad es<br />

za de las ganas, lo genuino de la voluntad.<br />

gir, doctor… su herramienta Rita, clave. mientras Nada puede estar uno ya está vivo hay esperanza, sí pero nor desajuste. yo no Nadie estoy duda hablando de que el tiempo de mi<br />

librado al azar. El Parkinson no le perdonaría<br />

la menor madre… improvisación.<br />

Desde entonces, Elena era casi toda propósito<br />

e intención. Una permanente latencia,<br />

una pulsión agazapada. La inmateriali-<br />

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en salud y en enfermedad corren distintos,<br />

pero para Elena la marcha del tiempo pautaba<br />

el ritmo de sus pasos.


Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

41<br />

….su sí madre sonaban temibles, tiene un pero tipo a lo largo de Parkinson de sus que nosotros llamamos Plus, (…) ¿plus?, preguntó Elena<br />

(…) bres, algo a distancia, más sonidos que un o palabras Parkinson hue-<br />

común y corriente, dijo Benegas (…) Un plus, repitió Rita<br />

años ella había escuchado muchos. Nomcas<br />

como las de esos carteles que anuncian<br />

(…) ¿plus<br />

productos.<br />

quiere<br />

Al escuchar<br />

decir<br />

“Parkinson”,<br />

más?,<br />

nunca<br />

¿es que hay más, doctor?, ¿a usted le parece poco con lo que tenemos?,<br />

¿hay más?, ¿más que babearse, que hacerse pis encima, más que no poder dar un paso<br />

imaginó todo lo que significaría esa palabra<br />

en su vida, en la vida de Elena.<br />

a voluntad, Y menos aún, más lo que que sería arrastrar la vida de Elena los pies, más que los únicos pasos que pueda dar sean gracias a<br />

con Parkinson.<br />

la levodopa?, ¿hay más todavía, doctor?, ¿más que pararse sólo con ayuda, más que no poder<br />

Allí, recién descubrió la enorme brecha que<br />

cortarse hay entre las la uñas palabra de médica los pies y lo que ni ésta calzarse, ni ponerse las medias, es que hay más?, ¿más que deglutir<br />

significa una vez que se ha instalado en su<br />

víctima<br />

con<br />

sacrificial.<br />

dificultad, sentir que el aire no pasa y tener la sensación de morirse ahogado, que intentar<br />

Por cien eso, pensó veces que más tragar que llamarse una pastilla?, “Mal era un ¿hay secreto entre más, Rita, doctor?, ella y el Dr. Be-<br />

¿es que, ted a que usted, mire, dice si puede, que esos todavía ojos vacíos, hay<br />

“Por que hasta hace poco, la enfermedad que… no me invite a nada, yo lo invito a us-<br />

de Parkinson” debería llamarse “Mal de negas. Permaneció oculta como un amante.<br />

‘Si tenés no la me suerte invite de no temblar, a nada, ¿para yo ca, lo ese invito gesto de asombro a usted desasombrado, a que mire, ¿a si<br />

esa cara sin expresión, esa sonrisa hue-<br />

más? Elena”. Rita, por favor, la invito a que…<br />

qué andar contando?, ¿para dar lástima? esta pobre mujer, usted, le pide más?, ¿y a<br />

puede, La esos información ojos diagnóstica vacíos, esa no cara más que sin<br />

Si<br />

expresión,<br />

la gente no te ve<br />

esa<br />

temblar,<br />

sonrisa<br />

nadie va<br />

hueca,<br />

a decir<br />

´ah…Parkinson´, mientras más tarde en acercó a Benegas y lo miró fijo, ¿y qué solu-<br />

mí,<br />

ese<br />

qué,<br />

gesto<br />

qué más<br />

de<br />

me<br />

asombro<br />

pide a mí? (…)<br />

desasombrado,<br />

poco ¿a tiene esta que pobre ver con el mujer, sentirse y recono-<br />

usted, le pide más?, ¿y a mí, qué, qué más me pide a mí? (…) Rita<br />

Rita se<br />

un acto de nominación teórica que, a veces,<br />

ponerle el nombre, mejor’, decía Rita”. ción hay? Ninguna, le respondió. Rita se lo<br />

cerse enfermo. El diagnóstico nos enviste<br />

quedó mirando, sí hay solución, una, si uno<br />

se acercó<br />

de una<br />

a<br />

nueva<br />

Benegas<br />

identidad<br />

y<br />

social<br />

lo miró<br />

y nos otorga<br />

una suerte de libreto que cada uno inter-<br />

del cuello, de no ver a la gente que del<br />

fijo, Pero ¿y a qué pesar solución de la vergüenza, hay? de la Ninguna, rigidez le respondió. Rita se lo quedó<br />

mirando, sí hay solución, una, si uno quiere más, ¿a qué puede se refiere, elegir, doctor… Rita? Rita, Uno mientras puede uno ele-<br />

no quiere más, ¿a qué se refiere, Rita? Uno<br />

preta a su manera.<br />

escote para abajo y de babearse bastante, a<br />

está vivo hay esperanza, sí pero yo no estoy<br />

pesar de ese cuerpo maltrecho y de la hija<br />

gir, doctor… “Ud. no tiene Rita, ni idea, mientras muchas cosas uno se dicen<br />

pero uno solo sabe lo que son ciertas si-<br />

está vivo hay esperanza, sí pero hablando yo no de mi estoy madre…” hablando de mi<br />

madre…<br />

tuaciones recién cuando le pasan, míreme,<br />

muerta, Elena quería vivir. Ni ella ni Rita<br />

hubieran querido morir. Si a ella en su condición<br />

ni se le ocurría, menos a su hija que<br />

muchas veces yo oí hablar de Parkinson, era tan joven y creyente.<br />

sabía entonces que en ese llanto desgarrado<br />

se encontraba el fin de su investigación<br />

….su madre tiene un tipo de que nosotros llamamos Plus, (…) ¿plus?, preguntó Elena<br />

(…)<br />

con palabras, precisas, estadísticas, propagandas,<br />

En ese cofre de piedra el que habitaba<br />

algo<br />

pero<br />

más<br />

sólo conocí<br />

que<br />

la<br />

un<br />

verdad<br />

Parkinson<br />

cuando<br />

común y corriente, dijo Benegas policial.<br />

Elena, el eco de las palabras se incrustaba (…) Un plus, repitió Rita<br />

esta maldita enfermedad se me metió en el<br />

en la memoria. De ahí que aún pudiera escuchar<br />

la reacción de Rita cuando el Dr. Be-<br />

idea de que a veces uno puede terminar ha-<br />

Ahí le vino por primera vez a la cabeza la<br />

(…) ¿plus cuerpo. Uno quiere desde decir afuera no más?, puede imaginarse<br />

la culpa, la humillación, el dolor, la<br />

¿es que hay más, doctor?, ¿a usted le parece poco con lo que tenemos?,<br />

vergüenza, ¿hay hay más?, cosas que ¿más no se imaginan, que babearse, que hacerse pis encima, más no poder dar un paso<br />

negas dio el diagnóstico:<br />

ciendo aquello que nunca imaginó que sería<br />

capaz de hacer. Tal vez, a Rita, algo podría<br />

sólo se viven”.<br />

“….su madre tiene un tipo de Parkinson que<br />

a voluntad, más que arrastrar los pies, más que los únicos pasos que<br />

haberla<br />

pueda<br />

asustado<br />

dar<br />

mucho<br />

sean<br />

más<br />

gracias<br />

que las<br />

nosotros llamamos Plus, (…) ¿plus?, preguntó<br />

Elena (…) algo más que un Parkin-<br />

a<br />

El diagnóstico no deja de ser un acto de tenencia<br />

forzosa, ¿hay una atribución más involuntaria todavía, doctor?, ¿más que pararse sólo con ayuda, más que no poder<br />

tormentas...<br />

la levodopa?,<br />

son común y corriente, dijo Benegas (…) A veces, el cuerpo del otro puede llegar a<br />

de algo de lo que, desde ese momento, deberemos<br />

las hacernos uñas cargo, de los ¡como pies si ella ni al-<br />

calzarse, ni ponerse las medias, es que hay más?, ¿más que de-<br />

Un plus, repitió Rita (…) ¿plus quiere decir<br />

más?, ¿es que hay más, doctor?, ¿a uspo<br />

de la propia madre.<br />

producir espanto, aunque se trate del cuer-<br />

cortarse<br />

guna vez hubiera expresado la menor voluntad<br />

de apropiarse de algo así!<br />

glutir con dificultad, sentir que el aire ted le no parece pasa poco y con tener lo que la tenemos?, sensación de morirse ahogado, que intentar<br />

“Tengo cien Parkinson, veces tragar le dice Elena una a Isabel pastilla?, pis encima, ¿hay más más, que no poder doctor?, dar un paso ¿es que,<br />

Elena, en ese instante, supo que fue su propio<br />

cuerpo, con ese temblor congelado, lo<br />

¿hay más?, ¿más que babearse, que hacerse<br />

que puso<br />

usted,<br />

a Rita en<br />

dice<br />

sus límites,<br />

que todavía<br />

lo que la hizo<br />

hay<br />

(…) y se pregunta por qué dice ‘tengo’ si ella a voluntad, más que arrastrar los pies, más<br />

saber que no podía ni podría, que de ninguna<br />

manera ella llegaría a pasar por eso, que<br />

más?<br />

no<br />

Rita,<br />

lo tiene,<br />

por<br />

lo último<br />

favor,<br />

que haría<br />

la<br />

sería<br />

invito<br />

tener-lo. Ella lo padece, lo sufre, lo maldice, pero<br />

que… los no únicos me pasos invite que pueda a nada, dar sean yo lo invito a usted a mire, si<br />

gracias a la levodopa?, ¿hay más todavía,<br />

puede, esos ojos vacíos, esa cara sin expresión, esa sonrisa hueca,<br />

no<br />

ese permitiría<br />

gesto de<br />

nunca<br />

asombro<br />

en la vida convertirse<br />

en algo así: un muñeco troquelado, ba-<br />

desasombradorrar<br />

¿a algo, esta de sostener, pobre de mujer, apropiarse, usted, y ella le pide más?, ¿y a mí, qué, qué beante, más de gesto me encerado. pide a mí? (…) Rita<br />

tenerlo no, tener implica voluntad de aga-<br />

doctor?, ¿más que pararse sólo con ayuda,<br />

más que no poder cortarse las uñas de<br />

los pies ni calzarse, ni ponerse las medias,<br />

no, eso sí que no”.<br />

es que hay más?, ¿más que deglutir con dificultad,<br />

sentir que el aire no pasa y tener rror de la lluvia, su hija había tomado la de-<br />

Elena ahora sabe. Sabe que, a pesar del ho-<br />

se acercó a Benegas y lo miró fijo, ¿y qué solución hay? Ninguna, le respondió. Rita se lo quedó<br />

mirando,<br />

Pero lo tiene. Hay cosas que a uno le toca tenerlas<br />

sin quererlas<br />

sí hay<br />

y otras<br />

solución,<br />

que se quieren<br />

una, la si sensación uno no de morirse quiere ahogado, más, que ¿a intentar<br />

cien veces tragar una pastilla?, ¿hay la vida. Impulsiva y arrebatada como ella<br />

cisión impulsiva y arrebatada de quitarse<br />

qué se refiere, Rita? Uno puede elegir,<br />

doctor… y si no fuera Rita, porque se mientras nota, la habría uno pade-<br />

está más, vivo doctor?, hay ¿es que, esperanza, usted, dice que sí to-<br />

pero nunca yo podría no ser. estoy • hablando de mi<br />

sin tenerlas. Esta que le tocó la avergüenza<br />

cido en la más oscura clandestinidad. davía hay más? Rita, por favor, la invito a<br />

madre…<br />

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En Elena resonaba aún la voz de Rita, su furia,<br />

su desesperación, su desconsuelo. No


Arte & Medicina<br />

42 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Dr Eduardo José Albesi<br />

Saturnalia:<br />

Historias... y Grupo EscultÓrico<br />

Dr Eduardo José Albesi<br />

La escultura "Saturnalia", realizada por el italiano<br />

Ernesto Biondi en 1909, está en el Jardín Botánico<br />

de Buenos Aires desde 1984. La interpretación de<br />

su simbolismo, la historia de su peregrinaje y la<br />

descripción de los daños que la aquejan pueden<br />

describirnos como sociedad.<br />

Fig. 1: Ernesto Biondi (1855-1917).<br />

En el Jardín Botánico de Buenos Aires,<br />

detrás de la casa principal, que<br />

fue el domicilio del paisajista y botánico<br />

Carlos Thays (1849-1934), se encuentra<br />

un grupo escultórico muy grande,<br />

de 6,50 m. de ancho por l,80 m. de alto que<br />

fue bautizado por su autor, el escultor italiano<br />

Ernesto Biondi (1855-1917) (fig.1),<br />

con el título de “Saturnalia” (fig. 2). Está<br />

compuesto por diez figuras que el autor<br />

agrupó y que conforman una metáfora de la<br />

decadencia de la República romana, tema<br />

histórico que interesó a filósofos, escritores<br />

y ensayistas como entre ellos al Barón<br />

de Montesquieu ( 5 ). La obra está hecha en<br />

bronce, de estilo clásico pero realístico, con<br />

una adecuada representación de los cuerpos<br />

y caras de los distintos personajes, que<br />

ponen en evidencia su psicología.<br />

Analizando la misma y desglosándola sacaremos<br />

muchas enseñanzas. Primeramente<br />

¿qué era la saturnalia?. Los romanos como<br />

los griegos eran politeístas, pero si bien sus<br />

dioses terminaron confundiéndose entre<br />

ambas civilizaciones, los primitivos romanos<br />

tenían dioses privados y otros pertenecientes<br />

al Estado.<br />

Entre estos últimos se encuentra Saturno,<br />

protector de los cultivos, Júpiter protector<br />

por excelencia del Estado y Quirino. Estos<br />

dioses son auténticamente romanos. Para<br />

rendirles culto, se celebraban fiestas en<br />

determinados días del año. Eran muy estrictos<br />

en el cumplimiento de las mismas,<br />

con un rito muy reglado. Muchas llegaron a<br />

ser famosas como las Lupercalias en honor<br />

del dios Fauno o Lupercus a fin de proteger<br />

el ganado contra los lobos, las Bacanales,<br />

en honor al dios Baco. Muchas veces el senado<br />

se opuso a estas últimas, por temor a<br />

que sirvieran con fines políticos. En las Lupercalias,<br />

a mediados de febrero, jóvenes<br />

desnudos llamados luperci corrían alocadamente<br />

a las mujeres estériles azotándolas<br />

con la februa (tiras de piel de macho cabrío).<br />

Era una especie de estupro ritual. Era<br />

un rito de fecundación y propiciación.<br />

En Roma se celebraban muchas fiestas, que<br />

eran muy frecuentes. El investigador Dumezil(<br />

2 ) calculó que 61 días al año se dedicaban<br />

a las mismas.<br />

Tenían todas un carácter sagrado y su falta<br />

era una profanación.<br />

Las Saturnalias se hacían entre el 17 y 23 de<br />

diciembre, en honor a Saturno, con ritos de<br />

carácter agrario y tendientes a favorecer los<br />

cultivos y las lluvias. Esta fiesta culminaba<br />

las tareas agrícolas y duraba siete días.<br />

Se bebía y comía, se hacían regalos y entre<br />

todos había gran camaradería, llegando<br />

a mezclarse el patricio con el hombre de<br />

la plebe y con los esclavos. Bajo el efecto del<br />

alcohol se producían excesos de todo tipo,<br />

era una orgía romana. Según algunos autores<br />

la Saturnalia es el antecedente del carnaval.<br />

Precisamente esta fiesta es la que representa<br />

el escultor italiano. Es de notar que a los<br />

romanos sus bromas, sus cantos y licencias<br />

sensuales, las comilonas, les sirven para<br />

disimular las angustias, el temor de origen<br />

mágico arcaico. El año termina, se muere<br />

y nada le asegura al hombre que renacerá.<br />

Hay que tratar de recuperar el Kosmos<br />

(orden) que tiene necesidad de ser recreado<br />

periódicamente, (pensemos en el Carnaval<br />

de Río por ejemplo). Así lo intepreta<br />

Mircea Eliade ( 4 ). Para los romanos habían<br />

días Fasti (de Fas gr= voluntad divina) son<br />

aquellos en que la acción profana del hombre<br />

tiene una base mística y probabilidad de<br />

éxito, y los contrarios, los Nefasti sin éxito.<br />

El vocablo Feriae se refiere al período<br />

en que el hombre renuncia a toda actividad<br />

profana, en un período que se reserva a los<br />

dioses. En consecuencia los Dies Festi están<br />

atribuídos a los dioses y los Profesti, son los<br />

días para cualquier otra actividad profana<br />

como negocios, viajes. ( 2 )<br />

Hecha esta introducción, iremos desglosando<br />

el grupo escultórico. Como dijimos<br />

está formado por diez personajes que analizaremos<br />

de derecha a izquierda. El pri-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

43<br />

mero de ellos es un hombre echado, calvo,<br />

evidentemente borracho por su actitud<br />

y posición (fig. 3). A través de sus ropas se<br />

ve un abdomen prominente, un obeso, comilón<br />

y bebedor que nos recuerda al famoso<br />

personaje que describe Petronio ( 9 ) en su<br />

obra “Satiricón”, llamado Trimalción, un<br />

romano enriquecido glotón y ostentoso que<br />

da un famoso banquete en el que se muestran<br />

las costumbres alimentarias en Roma.<br />

Sabemos que gustaban de alimentos exóticos<br />

y comían recostados en el Triclinio. Así<br />

describe Petronio el episodio en el párrafo<br />

XXXII: “Disfrutábamos de tanta suculencia,<br />

cuando a los acordes de una orquesta apareció<br />

el propio Trimalción, a hombros de esclavos<br />

que con mucha suavidad le arrellanaron en un<br />

lecho guarnecido de almohadones repletos a<br />

punto de estallar. Al encararnos de pronto con<br />

su ridícula facha no pudimos contener la risa.<br />

Imaginaos un manto escarlata por entre el cual<br />

salía su cabezota toda calva y el cuello también<br />

completamente envuelto, y por sobre todo ello<br />

un velo de seda profusamente bordado de rojo<br />

y adornado de flecos que caían a un lado y a<br />

otro. De propina, llevaba en el meñique de la<br />

mano izquierda un sortijón dorado y en la última<br />

falange del anular, una sortija más pequeña,<br />

de oro puro, al menos, tal me pareció, pero<br />

incrustada de algo como estrellitas de hierro.<br />

Aún y para deslumbrarnos con nuevas riquezas,<br />

descubrió su brazo derecho adornado de<br />

un brazalete de oro y una pulsera de marfil cerrada<br />

por un broche de esmalte.”<br />

El lujo de influencia oriental, se convirtió<br />

en una característica de este período de la<br />

historia romana. En las termas, los ricos<br />

iban acompañados por sus esclavos, haciendo<br />

ostentación de poder en su persona<br />

y vestimenta.<br />

El patricio de la derecha arrastra a un sacerdote<br />

que va con la cabeza cubierta e intenta<br />

levantar del piso al ebrio (fig. 4). En<br />

esta parte de la composición tres son los<br />

borrachos. El más anciano y dos sacerdotes<br />

obesos y flojos. El que está todavía en pie levanta<br />

la mano llena de anillos y se dirige a<br />

una dama romana que retrocediendo algo,<br />

ríe ante su obscena reclamación (fig. 5). La<br />

vestimenta de estos personajes, bien representada<br />

por el artista muestra lo siguiente:<br />

el vestido oficial de los romanos era la toga<br />

( 6 ).<br />

Debajo de la toga se llevaban una vestidura<br />

sencilla llamada subligar ó subliguculum<br />

destinada a cubrir el bajo vientre. Posteriormente<br />

fue reemplazada por la túnica.<br />

Fue mantenida por los obreros, o cuando<br />

hacían gimnasia. Sobre la toga, cuando hacía<br />

frío, usaban distintos mantos más gruesos<br />

de lana (laena, lacerna, abolla).<br />

La toga era de tela gruesa de lana blanca, de<br />

una pieza cortada en forma de elipse. Era<br />

difícil de poner y llevar y poco práctica. Los<br />

ricos tenían un esclavo llamado vestiplicus,<br />

encargado de prepararla y vestir al amo.<br />

En la guerra se usaban el sagun militare, salvo<br />

para actos religiosos en que se vestía la<br />

toga, y se cubrían la cabeza. Era sin ornamentos.<br />

La de los niños tenía una guarnición<br />

púrpura y se llamaba pretexta, y también<br />

la usaban algunos magistrados y<br />

sacerdotes.<br />

Durante el triunfo de un general victorioso<br />

se ponían la toga picta. Durante el Imperio,<br />

la toga fue sustituida por vestidos más<br />

prácticos. Durante las saturnalias no se llevaba<br />

la toga. Gruesos mantos con capuchón<br />

eran el cucullus, el birrus, y el caracalla.<br />

Un elegante jubón muy ajustado y finamente<br />

guarnecido era la synthesis que se<br />

vestía durante los banquetes y en las saturnalias.<br />

También había un manto grueso<br />

para protegerse de la lluvia o después de<br />

ejercicios que se llamaba endromide.<br />

En la mujer se describe una túnica inferior<br />

o camisa que iba sobre la piel (interula).<br />

Debajo o sobre la camisa una fascia pectoralis<br />

ó mamillare ó también en griego strophium<br />

ó tenia, para sostener el busto. Du-<br />

Fig. 2: “Saturnalia” (E. Biondi, 1909) (Foto Dr. Albesi)<br />

Fig. 3 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 4 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 5 (Foto Jimena Candido)<br />

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44 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig. 6 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 7 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 8 (Foto Jimena Candido)<br />

rante el baño la mujer usaba el subligar,<br />

manto cuadrado que cubría el cuerpo y la<br />

cabeza.<br />

Al principio la toga la llevaba tanto el hombre<br />

como la mujer. Luego éstas usaron la<br />

stola, vestido amplio con pliegues, que disimulaba<br />

las formas y siempre con cinturón y<br />

una guarnición púrpura.<br />

El uso del cinturón no era bien visto.<br />

En cuanto al calzado sus tipos se pueden<br />

reducir tres:<br />

1) las sandalias (soleae) que se sujetaba con<br />

tirillas de cuero (habenae) que se hacían pasar<br />

entre los dedos. No se usaban en público.<br />

En este caso se usaban los calcei. A su vez<br />

éstos no se podían usar en casa de los demás.<br />

Por ello ante una invitación, antes de<br />

entrar al Triclinio, un esclavo llevaba las<br />

soleae para usar en ese momento.<br />

2) Los suecos (solci).<br />

3) Los calcei, el calzado del ciudadano romano,<br />

que acompañaba a la toga. Se distinguian<br />

el calceús patricius, y el calceus senatorius.<br />

Se ataban con cuatro tiras de cuero y<br />

cerrado (corrigia) por una lengüeta de piel<br />

(lígula) adornado con una hebilla de marfil<br />

(lunula). El calceus patricio en color rojo,<br />

y el senatorios, en negro. Otro tipo de calzado<br />

era el pero de piel no adobada, que se<br />

utilizaba envuelto alrededor del pie. La caliga<br />

era una sandalia militar. El Emperador<br />

Calígula fue llamado así porque siempre<br />

usaba este tipo de zapato. Los campesinos<br />

usaban unos zuecos llamados sculponea.<br />

Los esclavos iban descalzos, o usaban estos<br />

últimos suecos.<br />

No había mayor diferencia entre los zapatos<br />

del hombre y la mujer. Los femeninos<br />

eran más blandos y de color rojo o dorado<br />

y más ornamentados (con perlas, marfil,<br />

plata). Por cierto que esto era para las ricas.<br />

Durante las Saturnalias usaban la synthesis,<br />

elegante y atildada, y era común el uso<br />

de un gorro (pileus) que llevaban hasta los<br />

patricios. En otros días llevar el gorro era<br />

ser un esclavo liberto.<br />

Las muchachas iban con la cabeza descubierta<br />

y las señoras solo se cubrían con<br />

la orilla de la palla para estar en público.<br />

También usaban bolsitas, abanicos (flabellum)<br />

y sombrilla (umbella). Estos aditamentos<br />

eran llevados por los esclavos. Respecto<br />

a la mujer, debemos recordar que en<br />

Roma tuvieron mayor libertad que en Grecia,<br />

donde vivían recluídas en el gineceo.<br />

Era común el uso de anillos en el dedo anular<br />

izquierdo. Solo lo llevaban los hombres<br />

libres. Para el romano el anillo era su firma<br />

y se cuenta que Petronio cuando se suicidó<br />

hizo romper su anillo.<br />

La mujer usaba sortijas de todo tipo, hebillas,<br />

horquillas, collares (monilia) brazaletes,<br />

gargantillas, y pulseras en el tobillo,<br />

cintas ornadas para el cabello y las jóvenes<br />

una redecilla. Oro por todos lados. Según<br />

un escritor romano eran verdaderas joyerías<br />

ambulantes. Usaban pendientes en las<br />

orejas, muy trabajados y algunos sonaban<br />

al moverse (crotalia).<br />

Con respecto a los cabellos y la barba, los<br />

hombres usaban según las épocas, largas<br />

o afeitadas. Los esclavos siempre estaban<br />

afeitados.<br />

En cuanto a las mujeres, no tenía aceptación<br />

el pelo corto. Las jóvenes se recogían<br />

el cabello en la nuca o usaban trenzas que<br />

rodeaban la cabeza. Las casadas sí usaban<br />

peinados complicados. La moda de juntar<br />

los cabellos en la coronilla es de origen<br />

etrusco, mediante una cinta (tutullus).<br />

Pero eran famosos los complicados peinados<br />

de las matronas romanas, como el de la<br />

figura femenina de esta obra, para usar el<br />

cabello en varios pisos usaban agujas (acue)<br />

y también se ponían rellenos para aumen-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

45<br />

tar el volumen.<br />

Era común el uso de postizos, y redecillas.<br />

Se pintaban el cabello con ungüentos de color,<br />

y no sólo las mujeres sino también los<br />

hombres para disimular las canas. Para la<br />

mujer el color preferido era el rubio y usaron<br />

también postizos sobre todo con pelo<br />

de los esclavos nórdicos, que eran rubios.<br />

Llegó a haber un activo comercio de estas<br />

melenas. “Nada nuevo bajo el sol”.<br />

Estos abundantes detalles sobre el vestido,<br />

calzado, ornamentos y peinados son importantes<br />

para entender lo que el escultor<br />

Biondi representó en su obra.<br />

Siguiendo con la descripción de los personajes,<br />

la dama romana retrocede algo<br />

asombrada y se acerca a un gladiador de<br />

torso desnudo, que se presenta erguido, y<br />

que con cara seria mira a los ebrios (fig. 6).<br />

Hay un niño, al parecer hijo de la dama patricia,<br />

también riendo. El hombre tiene su<br />

mano derecha sobre el hombro de una meretriz<br />

que con descaro acompaña al grupo<br />

(fig. 7), con sus senos descubiertos y riendo<br />

en forma tonta (fig. 8). La siguiente figura,<br />

que es la más adelantada del grupo, es<br />

un esclavo con la cabeza rapada, ropa muy<br />

rústica y descalzo (fig. 9). Tiene el aspecto<br />

de un cretino hipotiroideo, y teniendo en<br />

cuenta que en la época de Biondi estaba en<br />

auge la teoría del degenerado lombrosiano,<br />

según nos cuenta José Ingenieros que<br />

concurrió al Congreso Mundial de Psicología<br />

que se hizo en Roma en 1905, este personaje<br />

muestra a un tosco ser primitivo. Más<br />

a la derecha está la imagen de un gladiador<br />

decadente: está riendo, cantando y mirando<br />

hacia arriba, con facies de alcoholista<br />

crónico, rudo, con su uniforme descuidado<br />

y su casco con 2 ó 3 plumas viejas (fig. 10).<br />

Por último, el décimo personaje es una joven<br />

de pueblo (no tiene peinado importante)<br />

y muestra sus dos brazos estirados hacia<br />

delante. Es un flaustista, tocando una flauta<br />

doble (fig. 11). En la actualidad, por circunstancias<br />

a las que luego me referiré, no<br />

tiene flautas, y sí quedan los dos orificios<br />

donde estaban las embocaduras.<br />

Todo este grupo escultórico no sólo representa<br />

una orgía romana como fue considerado,<br />

sino que es una alegoría de la decadencia<br />

de una civilización.<br />

Abona esta interpretación el hecho de que<br />

en el plinto de la obra el escultor grabó tanto<br />

detrás como a los costados y en latín<br />

máximas de San Jerónimo y de Juvenal. Estas<br />

máximas fueron traducidas por el presbítero<br />

Alberto Valdivia. La ubicada en la parte<br />

posterior del plinto es de San Jerónimo:<br />

“Lloró la muerte en todo el mundo, el Imperio<br />

Romano desaparece”. La de la derecha, de<br />

Juvenal, dice: “Ha hecho más vencidos la lujuria<br />

que las armas crueles”. La de la izquierda,<br />

también de Juvenal, dice: “Conviene<br />

estar fuerte ante los Emperadores y si la adversidad<br />

se cae bajo la presión de ellos, no conviene<br />

dirigirse a Roma”.<br />

Biondi completó su obra colocando en la<br />

parte anterior y abajo y a la derecha, un<br />

fragmento de su arquitrabe roto, donde se<br />

lee, también deteriorada, la escritura res<br />

publica. Una alusión a la decadencia.<br />

Hasta aquí la explicación del grupo escultórico.<br />

Titulé esta nota como Historias…. en<br />

plural. Pues entonces pasaré a contar algunas<br />

historias en relación con la obra<br />

El grupo escultórico hecho en bronce patinado<br />

fue fundido en los talleres “A. Nelly y<br />

C” de Roma en 1909. Actualmente está en<br />

el Museo de Arte Moderno de dicha ciudad.<br />

En esa época la obra se expuso en París,<br />

donde fue muy admirada y premiada, pues<br />

Fig. 9 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 10 (Foto Jimena Candido)<br />

Fig. 11 (Foto Jimena Candido)<br />

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46 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig. 12<br />

Fig. 13<br />

el tema de los romanos estaba de moda.<br />

Había impresionado mucho una pintura<br />

de un francés que se llamaba “Las luminarias<br />

de Nerón”, que representaba a los cristianos<br />

perseguidos, transformados en teas<br />

humanas. También había aparecido la novela<br />

histórica del polaco Henryk Sienkiewicz<br />

“Quo Vadis” que trataba sobre la vida en<br />

Roma. Estando en Italia, el abogado y diplomático<br />

argentino Hernan Cullen Ayerza<br />

le encargó a Biondi una copia de su obra<br />

para enviarla a Buenos Aires con motivo del<br />

Centenario. La obra llegó al país en el vapor<br />

Indiana el 14 de febrero d 1910, pero no<br />

pudo ser retirada de la Aduana hasta 1912.<br />

Como no se la ubicaba en ninguna parte,<br />

Hernán Cullen Ayerza la instaló en su domicilio,<br />

de la calle Esmeralda 1275.<br />

Cuando falleció Cullen Ayerza (1957), la sucesión<br />

Moreira de Ayerza la entregó en donación<br />

al Museo Nacional de Bellas Artes. El<br />

Director en ese momento era Don Jorge Romero<br />

Brest y decidió transferirla a la Municipalidad<br />

(Expediente 75420/57).<br />

En agosto de 1957 de acuerdo con lo autorizado<br />

por el entonces Secretario de Obras<br />

Públicas Ing. José Rabuffo se procedió al<br />

traslado de la obra desde la residencia de<br />

Esmeralda hasta los antiguos depósitos<br />

municipales de Av. Dorrego 3651.<br />

Más adelante, y a requerimiento del entonces<br />

Secretario General de la Dirección de Paseos<br />

Dr. Héctor Tulio Monti, se procedió a<br />

su emplazamiento en el Club Ciudad de Buenos<br />

Aires, lo que se hizo el 31 de octubre de<br />

1963.<br />

Luego, según se lee en documentos oficiales<br />

(Expediente 67272/78), la obra fue trasladada<br />

nuevamente a un depósito. En forma<br />

eufemística los documentos hablan “de<br />

una inquietud” hacia la obra, así entre comillas.<br />

Dicha inquietud no es más que una especie<br />

de censura hecha por autoridades del<br />

proceso militar, que a su criterio consideraban<br />

a este grupo escultórico como “no<br />

conveniente” u “obsceno” para ser mostrado<br />

a los argentinos.<br />

Así, estuvo escondida en un depósito -que<br />

también era una caballeriza- hasta que,<br />

al llegar la Democracia y por expediente<br />

31425/84, fue trasladada nuevamente, esta<br />

vez al Jardín Botánico, su actual emplazamiento.<br />

Además se obtiene por parte de su<br />

apoderado, el Museo Nacional de Bellas Artes,<br />

ampliación del préstamo, por tiempo<br />

indeterminado a la Municipalidad de Buenos<br />

Aires, hoy Ciudad Autónoma. Es de señalar,<br />

según refiere Parise ( 8 ), que hubo que restaurarla<br />

y limpiarla pues en el depósito se<br />

cubrió de estiércol de caballo.<br />

Como vemos este grupo escultórico padeció<br />

y caminó mucho en nuestro país. Un<br />

agregado más: como señalé antes, la última<br />

figura de la izquierda representa una<br />

joven que toca una flauta doble. No sé si<br />

por los sucesivos traslados, o por la acción<br />

de vándalos, la figura no tiene las flautas y<br />

se la ve en una postura ridícula con los brazos<br />

extendidos y levantados hacia delante.<br />

Hay otros daños: faltan el dedo mayor de<br />

la mano derecha del flautista (fig. 12), y la<br />

pierna derecha del niño (fig. 13).<br />

Hasta ahora (octubre 2011) no ha sido restaurada.<br />

•<br />

Bibliografía<br />

1)Carcopino J. La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio.<br />

Hachette, Madrid, 1984.<br />

2)Cardini F. Días Sagrados. Argos Vergara, Barcelona, 1984.<br />

3)Carelli F. Roma, le Grande Civietá. Arnoldo Mondadori,<br />

1971.<br />

4)Eliade M. Lo sagrado y lo profano. Guadarrama, Madrid,<br />

1981.<br />

5)Montesquieu. Grandeza y Decadencia de los romanos. Austral,<br />

España, 1962.<br />

6)Paoli UE. La vida en la Roma Antigua. Iberia, Barcelona,<br />

1973.<br />

7) Parise S. Storia Della Prehistoria al IX Secolo Dopo Cristo.<br />

Zanichelli, Bologna, 1991.<br />

8)Parise E. Diario Clarín, Buenos Aires, 29/12/2010.<br />

Marúa TC y cols. Monumentos y obras de arte en el espacio<br />

público de la Ciudad de Buenos Aires. Comisión de Preservación<br />

del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos<br />

Aires, 2001.<br />

9) Petroni SATIRICON El Club Internacional del Libro Madrid<br />

1998.<br />

10) Toto Carlos Marúa y col Monumentos y Obras de Arte en<br />

el Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.<br />

Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico Culturas<br />

de la Ciudad de Bs. As.<br />

11)Trevisan y Sinland. Historia de Roma y Edad MEdia. Librería<br />

del Colegio Bs. As., buenos Aires, 1945.<br />

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MÉDICOS EN LAS CALLES<br />

DE BUENOS AIRES<br />

Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

47<br />

Por Dr. Arturo Heidenreich<br />

Calle<br />

Dr. Ramón Carrillo<br />

Mauricio González Catán<br />

(Cuadro en el decanato de la<br />

Facultad de Medicina UBA)<br />

La calle Dr. Ramón Carrillo, denominada así en<br />

1989 por la ordenanza municipal 44210, se extiende en línea recta desde<br />

Amancio Alcorta hasta la Avenida Suárez. Con sus siete cuadras, bordea los<br />

paredones de los Hospitales Rawson, Borda y Moyano (Fig. 1).<br />

Dr. Arturo Heidenreich<br />

Profesor titular consulto de la UBA<br />

A<br />

partir de la Av. Suárez retoma su<br />

antiguo nombre: Juan Hipólito<br />

Vieytes (1762-1815) (Fig. 2). Éste<br />

era un comerciante y militar argentino que<br />

logró acceder al grado de Capitán por su<br />

participación en la Reconquista de Buenos<br />

Aires durante las Invasiones Inglesas. En<br />

los años siguientes, Vieytes formó parte del<br />

carlotismo, un partido que pretendía coronar<br />

a Carlota Joaquina de Borbón (1775-<br />

1830) como regente del Virreinato del Río<br />

de la Plata, en nombre del rey Fernando VII<br />

(1784-1830). Para 1809, la fábrica que tenía<br />

con Nicolás Rodríguez Peña (1775-1853),<br />

ubicada en la esquina de las actuales Tacuarí<br />

y Venezuela y conocida como la “jabonería<br />

de Vieytes”, era una de las sedes más<br />

concurridas por los patriotas, que se juntaban<br />

a debatir las ideas que darían inicio<br />

a la revolución. De hecho, en 1810, él apoyó<br />

la Revolución de Mayo y asistió al Cabildo<br />

Abierto del día 22, donde votó con entusiasmo<br />

por la deposición del virrey Baltasar<br />

Hidalgo de Cisneros (1755-1829). Tras estos<br />

sucesos, fue designado Auditor de Guerra,<br />

cargo del que terminó siendo separado<br />

por negarse a fusilar a Santiago de Liniers<br />

(1753-1810) y a los demás conspiradores<br />

de Córdoba. En su reemplazo, nombraron<br />

a Juan José Castelli (1764-1812), quien ordenó<br />

la ejecución de inmediato. Vieytes,<br />

además, luego del fallecimiento de Mariano<br />

Moreno (1778-1811), fue secretario de<br />

la Primera Junta y representó a Buenos Aires<br />

en la Asamblea General Constituyente<br />

de 1813 (donde presentó un proyecto de<br />

Constitución). En 1815, por apoyar al general<br />

destituido Carlos María de Alvear<br />

(1789-1853), fue obligado al destierro. Sin<br />

embargo, debido a su enfermedad, Ignacio<br />

Álvarez Thomas (1787-1857) suspendió<br />

la sentencia. Vieytes moriría a los pocos<br />

meses.<br />

Fig. 2: Juan Hipólito Vieytes (1762-1815).<br />

Fig. 1: Recorrido de la calle Dr. Ramón Carrillo.<br />

Fig. 3: Vista aérea del Hospital Dr. Guillermo Rawson.<br />

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48 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig. 5: Dr. Andrés Francisco Llobet (1861-1907).<br />

Fig.6: Dr. David Feliciano Prando (1867-1949).<br />

Fig. 4: Dr. Guillermo Rawson (1821-1890).<br />

Sobre la calle Dr. Ramón Carillo nos encontramos<br />

con el Hospital Dr. Guillermo<br />

Rawson (Fig. 3), actual Hogar de Ancianos<br />

desde que fue desactivado como Hospital<br />

de Agudos en 1978 por el intendente<br />

y brigadier R. Osvaldo Cacciatore (1924-<br />

2007). Sus orígenes se remontan a la época<br />

de la Guerra de la Triple Alianza (1865-<br />

1871): como consecuencia de la contienda,<br />

la ciudad estaba sobresaturada de heridos<br />

y mutilados que no podían ser asistidos por<br />

la deficiente organización sanitaria, por lo<br />

que un grupo de ciudadanos, encabezado<br />

por José Clemente Paz (1842-1912) -futuro<br />

fundador del diario La Prensa-, instó<br />

a construir un establecimiento apropiado<br />

para albergar a los heridos de la guerra. Así,<br />

en 1867, el Gobierno de Buenos Aires destinó<br />

un solar para la obra y, al año siguiente,<br />

don Adolfo Alsina (1829-1877) colocó la<br />

piedra fundamental del Hospicio de los Inválidos<br />

(nombre original del hospital y primer<br />

monumento que el pueblo argentino<br />

dedicó a su ejército). Sin embargo, luego de<br />

20 años de labor asistencial y con una mayor<br />

envergadura edilicia, el inmueble fue<br />

destinado a tratar afecciones agudas -con<br />

la condición de que siguiera albergando a<br />

los lisiados-. Si bien en un inicio cambió su<br />

nombre por el de Hospital Mixto de Inválidos,<br />

en 1892 en homenaje al ilustre médico<br />

y ministro del Interior del general Bartolomé<br />

Mitre (1821-1906) se lo denomina Hospital<br />

Doctor Guillermo Rawson.<br />

El Dr. Guillermo Rawson (1821-1890) (Fig.<br />

4), hijo de un médico norteamericano ra-<br />

dicado en San Juan, el Dr. Aman Rawson<br />

y de María Jacinta Rojo, se había trasladado<br />

a Buenos Aires en 1837 para realizar sus<br />

cursos preuniversitarios con los sacerdotes<br />

jesuitas. Alumno excelente de la Escuela de<br />

Medicina, terminó sus estudios y se volvió<br />

a su provincia para ejercer la profesión. En<br />

ese tiempo, además, fue miembro de la Legislatura<br />

hasta que terminó siendo encarcelado<br />

por orden del gobernador, el general<br />

Nazario Benavides (1805-1858). Tras el<br />

desagradable suceso, se radicó en Buenos<br />

Aires, en donde no sólo fue senador provincial<br />

y nacional, sino también ministro<br />

del Interior de Mitre. Su desempeño en este<br />

último cargo fue muy fecundo (entre otras<br />

cosas, impulsó el tendido de telégrafos y de<br />

algunas líneas férreas, como la de Rosario<br />

a Córdoba). En 1873, organizó la cátedra<br />

de Higiene de la UBA y aprovechó su experiencia<br />

sobre la epidemia de la fiebre amarilla<br />

de 1871 para planear la mejora sanitaria<br />

de la ciudad. Enfermo y cansado, viajó a<br />

París; allí, el 2 de febrero de 1890 falleció,<br />

luego de una operación quirúrgica.<br />

Dentro del Hospital Rawson, se encuentra<br />

la Escuela Quirúrgica. Ésta nació de<br />

la mano del Dr. Andrés Francisco Llobet<br />

(1861-1907) (Fig. 5), un cirujano muy hábil<br />

que -en 1887- llegó a ser jefe de la Sala de<br />

Cirugía del Hospital Mixto. Tras realizar un<br />

viaje a Europa en 1889, Llobet lanzó, junto<br />

a Juan B. Justo (1865-1928) y Alejandro<br />

Castro (1861-1902), la revolucionaria cirugía<br />

aséptica. Su obra fue continuada por un<br />

discípulo de Ignacio Pirovano (1844-1895):<br />

el joven David Feliciano Prando (Fig. 5).<br />

A cargo del Servicio durante 30 años, este<br />

médico fue el iniciador de la cirugía abdominal<br />

minuciosa y prudente, y el responsable<br />

de la formación de una pléyade de destacados<br />

especialistas, como Oscar Copello,<br />

Rodolfo Pasman, Marcelo Vernengo y Federico<br />

Christmann. Su sucesor, Enrique Finochietto<br />

(1881-1948), creó con su hermano<br />

Ricardo (1888-1962) (Fig. 7) la Escuela<br />

Quirúrgica Municipal para Graduados, la<br />

fuente de docencia más abierta y productiva<br />

del país. Entre los dos, además de formar<br />

a miles de asistentes en las sesiones<br />

quirúrgicas de los miércoles, editaron el<br />

monumental Tratado de Técnica Quirúrgica.<br />

Retomando el recorrido de la calle Dr. Ramón<br />

Carrillo, nos encontramos con el Hospital<br />

Interdisciplinario Psicoasistencial<br />

Dr. José Tiburcio Borda (Fig. 8). Éste y el<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

49<br />

Hospital Dr. Braulio Aurelio Moyano (Fig.<br />

9) constituyen la sede central de la escuela<br />

neurobiológica argentino-germana, crecida<br />

al abrigo del psiquiatra alemán Christfried<br />

Jakob (1866-1956).<br />

El Borda fue fundado en 1865 con el nombre<br />

de Hospicio de San Buenaventura, pero<br />

en 1888 fue rebautizado como Hospicio de<br />

las Mercedes. Luego, hacia 1949, se lo designó<br />

Hospital Nacional Neuropsiquiátrico<br />

de Hombres y en 1967 recibió su denominación<br />

actual: Hospital Nacional José<br />

T. Borda. Si bien para fines de la Primera<br />

Guerra Mundial tuvo un pico poblacional<br />

de 6000 internos, hoy aloja alrededor de<br />

800 y cuenta con consultorios externos de<br />

Psiquiatría y Neurología (creados en 1831<br />

a pedido de la Liga Argentina de Higiene<br />

Mental). Además, dentro sus instalaciones<br />

funciona la emisora de LT22 Radio La Colifata,<br />

gestionada por los propios pacientes y<br />

sin apoyo institucional.<br />

Yo mismo, en 1952, cursé la especialidad de<br />

Psiquiatría en el Borda. Dado que era frecuente<br />

ver a algún interno ahorcado colgando<br />

de un árbol, me daba miedo entrar<br />

solo y siempre esperaba en la puerta la llegada<br />

de algunos compañeros. En una ocasión<br />

en la que fui a dar examen (después<br />

de haber conseguido, sobornando al Cabo,<br />

que un enfermo esquizofrénico me relatara<br />

su historia clínica con lujo de detalles a<br />

cambio de un paquete de cigarrillos), nos<br />

avisaron que el profesor titular Dr. Gonzalo<br />

Bosch llegaría recién a las 11 de la mañana,<br />

por lo que la joven Dra. Jacinta Lauría<br />

nos invitó a ver cómo se aplicaba el<br />

electroshock. Al respecto, sólo puedo decir<br />

que la experiencia de tener que sostener<br />

a los pacientes durante sus convulsiones<br />

para que no se golpearan no fue nada<br />

agradable.<br />

Pero volviendo a la Historia, resta contar,<br />

al menos someramente, quién fue el médico<br />

que da nombre al Hospital. José Tiburcio<br />

Borda (1869-1936) (Fig. 10), oriundo de<br />

Goya (Corrientes), conoció a Cristofredo<br />

Jakob en el Hospicio de las Mercedes y fue<br />

durante 11 años su discípulo. En 1891, se recibió<br />

de médico en la Facultad de Medicina<br />

de la UBA y, entre los 1922 y 1930, ocupó<br />

el cargo de Titular en la cátedra de Psiquiatría.<br />

Una de sus “leyes” memorables era:<br />

“La curación de una enfermedad mental se<br />

halla en razón inversa de su duración”.<br />

Por su parte, el Hospital Moyano tiene su<br />

prehistoria en el Hospital para Mujeres<br />

Dementes. Su primer asiento estaba ubicado<br />

en una zona denominada “Convalecencia”.<br />

En ésta, se encontraba el principal<br />

polo de comercialización de ganado en pie<br />

que abastecía a la Capital y, en su origen,<br />

los terrenos habían sido parte de una quinta,<br />

propiedad de Ignacio Zevallos, situada<br />

al oeste del camino principal del Sur, que<br />

unía a la Capital con el puerto de la Boca.<br />

En 1734, Zevallos había donado a los jesuitas<br />

una manzana (en lo que hoy es San Telmo)<br />

y una chacra para construir una casa<br />

auxiliadora: la Residencia de Belén (que, en<br />

realidad, se llamaría Chacra de Belén). Con<br />

la expulsión de los ignacianos hacia 1767,<br />

los predios pasaron a manos de los betlemitas:<br />

una orden que utiliza la residencia<br />

como hospital de convalecientes, incurables,<br />

locos y contagiosos; dándole, así, el<br />

nombre de “Convalecencia” a la zona. Si<br />

bien en 1812 el director de los betlemitas,<br />

fray José de las Ánimas, y el jefe del Partido<br />

Español de Buenos Aires, Martín de Álzaga<br />

(1755-1812), son ajusticiados (o mejor dicho,<br />

ahorcados) por dirigir el movimiento<br />

contrarrevolucionario; estas propiedades<br />

recién son estatizadas durante la presidencia<br />

de Bernardino Rivadavia (1780-1845).<br />

A su vez, por esos mismos años, se forma<br />

la Sociedad de Damas de la Beneficencia<br />

(1823), que empieza a asumir el cuidado<br />

de los niños y mujeres. Ellas son la que<br />

piden, en 1852, instalar en el sitio (ocupado<br />

en la época de Rosas por mataderos y un<br />

cuartel de mazorqueros) la Casa de Mujeres<br />

Dementes. Sus actividades no cesan hasta<br />

1946, cuando la Institución y sus bienes son<br />

intervenidos por rechazar la designación<br />

de María Eva Duarte de Perón (1919-1952)<br />

como Presidenta Honoraria.<br />

Este hospital debe su nombre a Braulio Aurelio<br />

Moyano (1906-1959) (Fig. 11): un trabajador<br />

incansable y muy versado en histopatología<br />

que nació en Mercedes, San Luis.<br />

Sucesor y continuador de la labor de Jakob<br />

en Buenos Aires, vivió en el Hospital Nacional<br />

de Alienadas (que hoy lleva su nombre),<br />

dedicándose por completo a la investigación.<br />

Desde sus años de estudiante fue<br />

íntimo amigo de Ramón Carrillo y, cuando<br />

éste asumió como Ministro de Salud Pública,<br />

él lo acompañó como vice. Sin embargo,<br />

luego de un tiempo en el cargo, Moyano renunció,<br />

aduciendo que no servía para tra-<br />

Fig. 7: Dres. Enrique (1881-1948)<br />

y Ricardo Finochietto (1888-1962) en 1939.<br />

Fig. 8: Hospital Dr. José Tiburcio Borda.<br />

Fig. 9: Hospital Dr. Braulio Aurelio Moyano.<br />

Fig.10: Dr. José Tiburcio Borda (1869-1936).<br />

Fig.11: Dr. Braulio Aurelio<br />

Moyano (1906-1959).<br />

Fig.12: Dr. Cristofredo<br />

Jakob (1842-1902).<br />

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50 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

El Dr. Ramón Carrillo (1906-1956) (Fig.<br />

13), el mayor entre once hermanos, nació<br />

en el seno de una familia con tradición<br />

en la provincia. De su madre, María Salomé<br />

Gómez, heredó el fervor por la fe católica<br />

y de su padre, el profesor Ramón Carrillo<br />

(docente egresado de la Escuela Normal<br />

de Paraná), el ideario radical. Sus estudios<br />

primarios los cursó en la Escuela Manuel<br />

Belgrano, mientras que, en la secundaria,<br />

asistió al Colegio Nacional de Santiago del<br />

Estero, donde obtuvo su título de Bachiller<br />

con medalla de oro.<br />

En 1924, viajó a Buenos Aires para estudiar<br />

en la Facultad de Ciencias Médicas y,<br />

tres años después, ingresó por concurso de<br />

calificaciones como practicante externo del<br />

Hospital de Clínicas. Allí conoció al director<br />

Dr. José Arce (1881-1968), su primer maestro<br />

de cirugía, y también entró en contacto<br />

con el Dr. Manuel Balado (1897-1942),<br />

fundador de la Neurocirugía en nuestro<br />

país. Sin descuidar la política, otra de sus<br />

pasiones, asumió la dirección de la Revista<br />

del Círculo Médica Argentino y formó parte<br />

de la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes<br />

de Medicina.<br />

Fig. 13: Juan Domingo Perón (1895-1974) y el Dr. Ramón Carrillo (1906-1956).<br />

bajar en tan altas funciones.<br />

Como vimos, Christofredo Jakob (Fig. 12)<br />

-nativo de Wernitz-Ostheim, Baviera, Alemania<br />

( 1866 – 1956 ).- fue maestro de Borda<br />

y Moyano. Contratado por el ministro de<br />

Relaciones Exteriores de la República Argentina,<br />

Amancio Mariano Alcorta Palacio<br />

(1842-1902), no sólo fue el responsable de<br />

organizar el laboratorio de Neurobiología<br />

en el Hospicio de las Mercedes, sino que,<br />

además, fue el encargado de difundir en la<br />

disciplina psiquiátrica el rigor científico y<br />

la importancia de relacionar la clínica con<br />

la anatomía patológica del encéfalo para<br />

explicar las enfermedades mentales. Entre<br />

otros de los grandes aportes de Jakob, se<br />

encuentra la monumental Folia Neurobioló-<br />

gica Argentina, una publicación periódica<br />

que aún subsiste.<br />

Antes de continuar con la biografía de Dr.<br />

Carrillo, es necesario aclarar que, en el<br />

2010, el Congreso de la Nación aprobó una<br />

ley que establecía el cierre de todos los manicomios<br />

del país e indicaba que los pacientes<br />

con desórdenes mentales debían<br />

ser atendidos en forma ambulatoria o en<br />

las subdivisiones psiquiátricas de los Hospitales<br />

Públicos Generales.<br />

Dado que ya hemos hecho alusión a las instituciones<br />

y personalidades que se vinculan<br />

a la calle Carrillo, ahora toca ocuparnos de<br />

este gran médico, oriundo de Santiago del<br />

Estero.<br />

En 1929, Carrillo se recibió con medalla de<br />

oro e inmediatamente ganó una beca de la<br />

UBA para perfeccionarse en Europa (Holanda,<br />

Francia y Alemania). Allí, durante<br />

tres años, además de experimentar los<br />

cambios políticos que se estaban produciendo<br />

en el Viejo Mundo, pudo ampliar<br />

sus conocimientos neuroquirúrgicos. En<br />

Ámsterdam, tuvo la oportunidad de trabajar<br />

junto al titular de Anatomía del Sistema<br />

Nervioso, Cornelius Ubbo Ariëns Kappers<br />

(1877-1942), y realizó investigaciones<br />

sobre neuropatología con el profesor R.<br />

Brouwer. También concurrió, a lo largo de<br />

dos años, al Servicio de Neurocirugía donde<br />

operaba el profesor Oljenick y, en París,<br />

estuvo con Georges Guillain (1876-1961).<br />

Una vez en Berlín, se relacionó con Oskar<br />

Vogt (1870-1959), probablemente uno de<br />

los más destacados neurólogos de la época.<br />

Al regresar a Buenos Aires, en 1933, complementó<br />

su educación científica con nuevas<br />

ideas políticas y una formación cultural:<br />

estrechó vínculos con hombres distinguidos,<br />

como José Bartolomé Pedroni Fantino<br />

(1899- 1968), Leopoldo Lugones (1874-<br />

1938), Arturo M. Jauretche (1901-1974),<br />

Raúl Scalabrini Ortiz (1898-1959), Enrique<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

51<br />

Santos Discépolo (1901-1951) y Horacio S.<br />

Quiroga (1878-1937). A su vez, continuó la<br />

amistad con su compañero de estudios primarios,<br />

Homero Nicolás Manzione Prestera<br />

(Homero Manzi, 1907-1951), el inolvidable<br />

letrista del tango “Sur”; y ese mismo<br />

año también conoció a Juan Domingo Perón<br />

(1895-1974). Con él, trabajaría en un<br />

proyecto sobre educación y salud pública.<br />

En esos años (1933-1936), Carrillo trabajó<br />

full time en el laboratorio de Neuropatología<br />

del Instituto de Clínica Quirúrgica del<br />

Hospital de Clínicas y nunca abandonó sus<br />

investigaciones sobre las células de neuroglia<br />

del sistema nervioso central, las hernias<br />

cisternales y los síndromes posconmocionales.<br />

Sin embargo, en 1937 contrajo<br />

una enfermedad aguda con fiebre elevada<br />

de la que sobrevivió por la dedicación clínica<br />

de su amigo de toda la vida, Salomón<br />

Chichilnisky (1898-1971). Aunque salió del<br />

episodio, las secuelas fueron hipertensión<br />

arterial y cefaleas progresivamente más intensas.<br />

Ya a cargo del Servicio de Neurocirugía del<br />

Hospital Militar Central (1939) comprobó<br />

los altos porcentajes de afecciones físicas<br />

que padecían los aspirantes al Servicio<br />

Militar provenientes de provincias pobres.<br />

Este hecho estimularía su interés por los<br />

cuidados sanitarios.<br />

En 1941, pese a la inesperada oposición (al<br />

parecer por temas políticos) de su maestro<br />

Manuel Balado, Carrillo accedió a la cátedra<br />

de Neurocirugía como Profesor Adjunto.<br />

Sin embargo, ocupó poco tiempo ese<br />

lugar, ya que el titular (que era el mismo<br />

Balado) falleció un año después de su nombramiento<br />

y él obtuvo por concurso el cargo.<br />

Finalmente, en 1946, Perón lo designa Secretario<br />

de Salud Pública. Frente a la falta<br />

de camas y hospitales, el poco personal<br />

técnico, los bajos sueldos, el déficit de<br />

abastecimiento de rubros elementales, la<br />

ausencia de un sistema administrativo y<br />

la inexistencia de seguros sociales, Carrillo<br />

impuso el plan sanitario mejor diseñado<br />

y ejecutado del país. Éste estaba dividido<br />

en tres ejes: 1. medicina asistencial (binomio:<br />

médico-enfermo), 2. medicina sanitaria<br />

(trinomio: enfermo-médico-Estado),<br />

3. medicina social (tetranomio: enfermomédico-Estado-comunidad).<br />

Durante sus ocho años de gestión, creó 234<br />

hospitales, ampliando la capacidad hospitalaria<br />

de 66.000 a 132.000 camas; realizó<br />

campañas para erradicar enfermedades<br />

endémicas como el paludismo (que redujo<br />

de 300.000 casos -1946- a 137 -1950-);<br />

consiguió que la tuberculosis descendiera<br />

su nivel de mortalidad de 130 a 36 por<br />

100.000 (una cifra equiparable a la de los<br />

países más desarrollados); redujo el índice<br />

de mortalidad infantil de 90 a 56/1000;<br />

terminó con epidemias como la de tifus y<br />

brucelosis; e hizo desaparecer prácticamente<br />

a la sífilis y a las enfermedades venéreas.<br />

Según él, tres eran los factores que condicionaban<br />

la salud de un pueblo: el más<br />

importante era el social y económico; el<br />

segundo, la ignorancia; y el tercero, la efectividad<br />

de los servicios médicos.<br />

En una ocasión, uno de sus destacados discípulos,<br />

el Dr. Raúl Matera (1915-1994), lo<br />

definió como un gran científico, un maestro<br />

que hizo escuela y un político y ministro<br />

que “creó casi de la nada las instituciones y<br />

las estructuras para la salud, de las que luego<br />

la República se enorgullecería”. Además,<br />

como anécdota personal, debo referir<br />

que, ante la imposición del luto obligatorio<br />

por la muerte de Evita en 1952 para todos<br />

los obreros, empleados y profesionales<br />

que dependiesen del Estado, los practicantes<br />

del Hospital de Clínicas (en su mayoría<br />

no afectos al peronismo) entrevistamos al<br />

Dr. Carrillo -por entonces ministro de Salud<br />

Pública y director del pabellón Costa<br />

Buero-. Él no sólo se mostró amable y comprensivo,<br />

sino que además nos aseguró que<br />

él se hacía responsable de que no usáramos<br />

el crespón.<br />

Ciertamente, sus ideas fueron el legado<br />

más importante. “Sólo sirven las conquistas<br />

científicas sobre la salud si éstas son accesibles<br />

al pueblo”; “Frente a las enfermedades que engendra<br />

la miseria, frente a la tristeza, la angustia<br />

y el infortunio social de los pueblos, los<br />

microbios como causas de enfermedad, son<br />

unas pobres causas”; o “Mientras los médicos<br />

sigamos viendo enfermedades y olvidemos<br />

al enfermo como unidad psicológica y social,<br />

seremos simples zapateros remendones de<br />

la personalidad humana”, son algunas de las<br />

frases memorables que nos dejó.<br />

La salud de Carrillo comenzó a deteriorarse<br />

definitivamente a partir de 1951 como con-<br />

secuencia de una hipertensión arterial maligna.<br />

En ese año, además, la consagración<br />

del contralmirante Alberto Teisaire (1891-<br />

1962) 1 como vicepresidente del segundo<br />

mandato de Perón lo margina del entorno<br />

presidencial. Sus adversarios decían por lo<br />

bajo que Carrillo era más fiel a la Iglesia que<br />

al peronismo, y finalmente en 1954, meses<br />

antes del derrocamiento de Perón, termina<br />

renunciando a su cartera.<br />

Para octubre de ese año, junto a su esposa<br />

Isabel Susana Pomar y sus cuatro hijos,<br />

viaja a Nueva York en la motonave “Evita”<br />

para someterse a un intenso tratamiento<br />

médico. Si bien obtiene algunas mejorías<br />

transitorias, la vida en la Gran Manzana se<br />

le hace demasiado onerosa y se va a Brasil.<br />

Allí, más precisamente en Belem Do Para<br />

(una ciudad del norte), consigue un empleo<br />

en una empresa minera estadounidense, la<br />

Hanna Mineralization & Co. Según relata el<br />

periodista Segundo Ponzio Godoy, Carrillo<br />

en esa época vive en la mayor pobreza,<br />

la mayor que nadie pueda imaginar, y sobrevive<br />

gracias a la caridad de su amigo Salomón<br />

Chichilnisky que le envía dinero por<br />

correo.<br />

Durante su estadía en el país vecino, allanan<br />

sus dos propiedades y secuestran sus<br />

cuadros y libros bajo la acusación de “enriquecimiento<br />

sin causa”. En su defensa,<br />

la hermana de Carrillo se presenta ante la<br />

Junta Nacional de Recuperación Patrimonial,<br />

demostrando la legitimidad de sus<br />

bienes.<br />

El 20 de diciembre de 1956, pobre, enfermo<br />

y exiliado, fallece con sólo 50 años por un<br />

accidente cerebro-vascular. Su última voluntad,<br />

ser enterrado en Santiago del Estero,<br />

su ciudad natal, demorará 16 años debido<br />

a la negativa política de las autoridades<br />

de la época a repatriarlo. El deseo del gran<br />

sanitarista argentino se cumplirá recién en<br />

diciembre de 1972. •<br />

1. El contralmirante Tesaire no sólo fue el autor intelectual<br />

de la quema de iglesias en junio de 1955, sino que,<br />

además, fue acusado de traidor por sus pares peronistas<br />

cuando, luego de la Revolución Libertadora, prestó<br />

declaraciones contra Perón en las comisiones investigadoras<br />

y lo inculpó de ser “el causante de todos los males<br />

del país”. En 1962, un equipo comando peronista lo asesinó,<br />

mientras almorzaba con su secretaria y un escolta<br />

(también acribillados en el acto).<br />

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yo recomiendo<br />

52 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Dr. Luis Alposta<br />

ACERCA DEL EXTRAÑO CASO DEL<br />

DR. JECKYLL Y MR. HYDE<br />

El novelista, poeta y ensayista Robert<br />

Louis Stevenson nació el 13 de<br />

noviembre de 1850 en Edimburgo<br />

(Escocia) y murió el 3 de diciembre 1894<br />

en Vailima, cerca de Apia, capital de Samoa.<br />

Hijo de un ingeniero, se licenció en<br />

Derecho en la Universidad de Edimburgo,<br />

aunque nunca ejerció la abogacía. Por su<br />

tuberculosis se vio obligado a viajar continuamente<br />

en busca de climas apropiados<br />

para su delicado estado de salud y sus primeros<br />

libros son descripciones de algunos<br />

de esos viajes (Viaje en burro por las Cévennes).<br />

En California conoció a Fanny Osbourne,<br />

una dama estadounidense divorciada, diez<br />

años mayor que él, con la contrajo matrimonio<br />

en 1879. Por entonces, se dio a conocer<br />

como novelista con La isla del tesoro<br />

(1883).<br />

En 1884, luego de pasar una temporada en<br />

Suiza y en la Riviera francesa, regresó al<br />

Reino Unido. La estancia en su patria, que se<br />

prolongó hasta 1887, coincidió con la publicación<br />

de dos de sus novelas de aventuras<br />

más populares, La flecha negra y Raptado,<br />

y con la impresión de El extraño caso del<br />

Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886), una obra maestra<br />

del terror fantástico.<br />

En 1888, junto a su esposa, inició un crucero<br />

por el sur del Pacífico hasta las islas Samoa.<br />

Allí, donde él mismo adoptó el nombre<br />

de “Tusitala, el contador de historias”,<br />

vivió hasta su muerte, venerado por los nativos.<br />

Entre sus últimas obras están: El señor<br />

de Ballantrae, El náufrago, Cariona y la<br />

novela póstuma e inacabada El dique de Hermiston.<br />

Robert Louis Stevenson.<br />

Dejó una vasta obra con títulos inolvidables.<br />

En su novela El extraño caso del Dr. Jekyll y<br />

Mr. Hyde, Stevenson nos muestra a un honorable<br />

médico de la era victoriana que, en<br />

su afán moral y científico, se da a la tarea de<br />

crear una fórmula química que permita, al<br />

que la ingiera, sacar y desterrar todo el mal<br />

Stevenson retratado por John Singer Sargent.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

53<br />

que pueda tener dentro de sí (aun cuando<br />

está convencido de que el hombre es, esencialmente,<br />

bueno).<br />

Así, comienza a experimentar con su propio<br />

cuerpo y surge, producto de lo que podría<br />

llamarse un desdoblamiento de la<br />

personalidad, Mr. Hyde. Su otro yo es un<br />

hombre malvado y desagradable, capaz de<br />

las más perversas acciones y proclive a cometer<br />

todo tipo de crímenes y faltas a las<br />

normativas sociales. Con el paso del tiempo,<br />

este ser se irá haciendo cada vez más<br />

fuerte y Dr. Jekyll no podrá controlar sus<br />

transformaciones en Mr. Hyde. La agonía<br />

sólo termina con su suicidio.<br />

Este relato resulta apasionante, ya que se<br />

estudia la dualidad humana y las posibles<br />

consecuencias que puede acarrear el dejar<br />

totalmente libre nuestro lado más salvaje<br />

e irracional. Además, hay en esta obra una<br />

clara ejemplificación de cómo se debate el<br />

alma entre las luces y las sombras, entre el<br />

bien y el mal. Una permanente lucha entre<br />

el justo y el pecador que llevamos dentro.<br />

Precisamente ahí radica la atracción de este<br />

libro. Cada uno de nosotros es Dr. Jeckyll y,<br />

también, cada uno de nosotros es Mr. Hyde.<br />

Stevenson en Samoa, con su esposa y amigos.<br />

La lectura de esta novela, hace ya algunos<br />

años, me inspiró el siguiente soneto que fue<br />

musicalizado y grabado por Daniel Melingo<br />

en diciembre de 2004, en París:<br />

EL EXTRAÑO CASO...<br />

Entre alambiques juntó experiencia<br />

y halló el brebaje del bien y el mal.<br />

Hoy a babuchas de su conciencia<br />

va el homo sapiens y el animal.<br />

Ya no es el mismo su consultorio.<br />

Ya no hay pacientes que visitar.<br />

Ahora es adicto al laboratorio<br />

y hay un cadáver en el placard.<br />

Su yo y su sombra se han separado.<br />

Es el galeno o el depravado.<br />

Son los dos puntos que lleva adentro<br />

sin darse bola y ese es el guay.<br />

Y en la constante del desencuentro<br />

va el doctor Jekyll con míster Hyde.<br />

Stevenson (en el centro, sentado) con su família y nativos de Samoa.<br />

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médicos artistas<br />

54 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Dr. Sergio Gianni<br />

Dra. Clara Farías<br />

En esta oportunidad, Médicos Artistas ofrece a sus lectores la<br />

entrevista a la Dra. Clara Farías, médica especialista en Diagnóstico<br />

por Imágenes quien, como nos cuenta, desde que tiene memoria<br />

sintió esta inclinación. Durante toda su vida la medicina y el arte<br />

convivieron en total armonía.<br />

Dr. Sergio Gianni<br />

Médico Ginecólogo<br />

Hospital Roffo<br />

Dra. Clara Farías<br />

Médica de planta del Departamento de Diagnóstico Mamario<br />

de DM.<br />

¿A qué edad y porqué comenzó su inquietud<br />

por la pintura? ¿Hay antecedentes artísticos<br />

en su familia?<br />

Desde que tengo memoria me recuerdo con<br />

un lápiz o con cualquier elemento que escribiera,<br />

dibujando en cualquier sitio libre<br />

(papel, piso, paredes). Mi adolescencia<br />

transcurrió entre libros de la escuela y bocetos<br />

de diseños de moda.<br />

Además de la pintura, ¿tiene otras inquietudes<br />

artísticas?<br />

Me gusta la arquitectura antigua, contemplar<br />

y pensar cómo con tan pocos elementos<br />

se podían diseñar y construir tantas<br />

maravillas arquitectónicas. También la fotografía<br />

me genera interés, plasmar en un<br />

segundo sucesos habituales de la gente y<br />

sus costumbres, lo cotidiano, lo que veo en<br />

Esperanza<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

55<br />

un viaje, en un paseo, etc.<br />

¿Cómo se inició en la pintura? ¿Tomó clases<br />

o lo hace actualmente?<br />

En tercer año de la secundaria decidí que<br />

iba a estudiar Bellas Artes, pero no lo pude<br />

concretar. Mi profesora de plástica fue mi<br />

mecenas, ya que ella me dio mi primer trabajo.<br />

Pintaba telas infantiles para cunas de<br />

bebés. Paralelamente, seguía haciendo mis<br />

diseños de moda, pensando que algún día<br />

se verían modelados en una pasarela.<br />

He concurrido a algunos talleres para tomar<br />

clases de orientación, pero no en forma<br />

constante…quizá por falta de tiempo o<br />

porque aún no encontré lo que estoy buscando.<br />

Actualmente me interesa más la colorimetría<br />

que las formas.<br />

¿A qué pintores admira?<br />

Mis gustos son variados, desde el renacentismo<br />

(Rafael y Miguel Ángel), pasando por<br />

el impresionismo de Monet o Paul Cézanne<br />

hasta la abstracción de Kandinsky.<br />

¿Expone o es un gusto personal?<br />

Es algo personal. Me queda pendiente perfeccionarme,<br />

tomarlo en serio algún día y,<br />

ahí, por qué no, exponer.<br />

¿Cree que entre la medicina y el arte existen<br />

puntos en común?<br />

No sé si hay un punto en común, sí creo que<br />

todos los que a diario nos enfrentamos a<br />

cosas feas, como la enfermedad o la muerte,<br />

necesitamos encontrar una veta de luz,<br />

ya sea plasmando los sentimientos a través<br />

¿Qué técnicas emplea?<br />

Me gusta la pintura al óleo, pero como soy<br />

muy ansiosa cuando empiezo una obra a<br />

veces empleo acrílico porque es más rápido.<br />

También, agrego otros materiales como<br />

enduídos para texturizar el lienzo. Mis últimos<br />

cuadros están más basados en el color<br />

y las manchas.<br />

¿Considera a la pintura un pasatiempo, una<br />

forma de relajarse o siente la necesidad de<br />

expresar su interior a través de ella? Dicho<br />

de otra forma, ¿pinta por placer, por necesidad<br />

interior o por ambas?<br />

Pinto por placer y por necesidad interior,<br />

creo que es mi verdadera esencia aún no<br />

explotada.<br />

¿Cuánto tiempo le dedica?<br />

Últimamente ninguno. Es como la dieta<br />

(risas), todos los días me repito “mañana<br />

empiezo”.<br />

¿Necesita alguna inspiración para pintar<br />

(un lugar, un horario, un estado)?<br />

El crepúsculo y buena música de fondo.<br />

Nessun dorma (un aria del acto final de la<br />

ópera Turandot, de Giacomo Puccini) para<br />

empezar, después cualquier clásico.<br />

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56 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

de las artes o reflejándolos en alguna actividad.<br />

Es maravilloso poder expresar sentidos<br />

en un cuadro, una melodía o en una<br />

obra de cualquier índole. Yo, por ejemplo,<br />

en mi paleta de colores siempre uso tonos<br />

cálidos; así es como veo la vida, a pesar de<br />

las dificultades a las que nos enfrentamos a<br />

diario, como una luz brillante que día a día<br />

hay que seguir celebrando.<br />

¿Cree Ud. que un médico debe dedicarse<br />

por completo a su profesión sin actividades<br />

que lo distraigan de sus tareas o considera<br />

que una actividad artística contribuye a su<br />

mejor desempeño como médico?<br />

En mi caso, creo que poder encontrar un<br />

cable a tierra que me conecte con la vida me<br />

hace mejor profesional y, sobre todo, mejor<br />

persona. Me genera una adrenalina diferente<br />

y varía el enganche de la rutina haciendo<br />

la vida más llevadera.<br />

Es maravilloso<br />

poder<br />

expresar<br />

sentidos en<br />

un cuadro,<br />

una melodía<br />

o en una obra<br />

de cualquier<br />

índole.<br />

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Ámbito médico<br />

& empresa<br />

Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

57<br />

Agosto 2011<br />

Taller de Traumatología<br />

El 25 de agosto se realizó en el Hospital Ramos Mejía el taller sobre Diagnóstico por Imágenes en Ortopedia y Traumatología. Esta vez el<br />

tema fue “Resonancia de Columna Vertebral”. La dirección estuvo a cargo del Dr. Sebastián Ballester (Jefe de Diagnóstico Médico). Participaron<br />

30 médicos traumatólogos del hospital que, antes de la charla, pudieron disfrutar de un rico desayuno.<br />

Humanismo Médico en el Hospital Penna<br />

El 25 de agosto se llevó a cabo en el Hospital Penna el tercer encuentro sobre Humanismo Médico el tema tratado fue ¿Por qué sufre el paciente?<br />

¿Qué genera sufrimiento en el médico? Factores de sufrimiento -emocionales, subjetivos, sociales y culturales. La charla estuvo a<br />

cargo de la Licenciada Isabel del Valle.<br />

DM en el X Congreso Argentino de Mastología<br />

Del 28 al 30 de agosto, en el Hotel Sheraton de Buenos Aires, se realizó el X Congreso de Mastología. Asistieron más de 1500 profesionales<br />

y Diagnóstico Médico participó en calidad de expositor.<br />

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58 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Septiembre 2011<br />

Taller GI-RADS en el Hospital Álvarez<br />

El 9 de septiembre se realizó para todos los profesionales del Servicio de Ginecología del Hospital Álvarez un nuevo taller sobre GI-RADS<br />

(aplicación de una nueva clasificación para el informe ecográfico de las imágenes anexiales). La disertante fue la Dra. Claudia Vicente.<br />

Taller de Traumatología en el Hospital Ramos Mejía<br />

El 15 de septiembre en el Hospital Ramos Mejía se hizo el segundo taller de Diagnóstico por Imágenes en Ortopedia y Traumatología. El<br />

tema, esta vez, fue: “Resonancia de rodilla y cadera”. La dirección estuvo a cargo del Dr. Sebastián Ballester.<br />

Encuentro sobre cáncer ginecológico<br />

El miércoles 28 de septiembre, continuando con el ciclo “Charlas gratuitas de<br />

prevención a la comunidad”, se realizó en Diagnóstico Médico el encuentro “Cáncer<br />

ginecológico, lo que la mujer debe saber”. Se trabajó sobre la prevención del<br />

cáncer de cuello de útero, el rol del HPV y las vacunas. En esta ocasión el disertante<br />

fue el Dr. Sergio Gianni, médico ginecológico del Hospital Ángel H. Roffo.<br />

La charla contó con una concurrida asistencia, quien manisfestó satisfacción por<br />

lo aprendido.<br />

Humanismo Médico en el Hospital Penna<br />

El 29 de septiembre en el Hospital Penna se llevó a cabo el cuarto encuentro sobre Humanismo Médico. El tema tratado fue: "¿Puede fracasar<br />

la gestión" médica por incomprensión cultural? Las diferencias culturales en la relación médico paciente como factor decisivo del<br />

fracaso de gestión. La charla estuvo a cargo de la Licenciada Isabel del Valle.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

59<br />

Octubre 2011<br />

DM en el Congreso Argentino de Cardiología<br />

Del 2 al 4 de octubre se llevó a cabo, en el Hotel Sheraton de Buenos Aires, el Congreso de Cardiología. Con la presencia de más de 3000<br />

profesionales, Diagnóstico Médico participó como expositor.<br />

Encuentro sobre Detección temprana de Cáncer de mama<br />

El 25 de octubre en el “Mes del Cáncer de mamas” se realizó en Diagnóstico Médico, la charla gratuita abierta a la comunidad. En este caso<br />

el tema fue “El diagnóstico temprano salva vidas”. Se buscó concientizar a las invitadas sobre la importancia de la detección temprana del<br />

cáncer de mamas. Los disertantes fueron la Dra. Sunny Cambarieri y el Dr. Fernando Guerzovich, médicos de planta del Departamento<br />

de Diagnóstico Mamario de DM. La charla tuvo una gran aceptación entre la concurrida asistencia.<br />

Humanismo Médico en el Hospital Penna<br />

El jueves 27 de octubre se realizó en el Hospital Penna, el 5º encuentro de Humanismo<br />

Médico destinado a todo su cuerpo profesional. En este caso el tema tratado fue: "¿Escuchamos<br />

a nuestros pacientes?" La voz oprimida del enfermo cuando ingresa a la institución<br />

médica. Dificultades y limitaciones del lenguaje.<br />

Dicho encuentro estuvo a cargo de la Licenciada Isabel del Valle.<br />

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60 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Noviembre 2011<br />

DM en el Congreso Internacional de Clínica Médica<br />

Del 1º al 4 de noviembre se realizó en la Universidad Católica de Puerto Madero el Congreso Internacional<br />

de Clínica Médica. Participaron más de 5000 profesionales.<br />

DM en el XX Congreso de Oncología<br />

Del 9 al 11 de noviembre se llevó a cabo en el Hotel Provincial de la ciudad de Mar del Plata el XX congreso de oncología. Contó con la presencia<br />

de 1500 profesionales.<br />

Humanismo Médico<br />

El 24 de noviembre se realizó en el Hospital Penna el 5º encuentro de Humanismo<br />

Médico destinado a todo su cuerpo profesional. El tema tratado fue: “El médico<br />

como paciente. El médico ante el colega enfermo”.<br />

DM en el 48º Congreso Argentino de Ortopedia y Traumatología.<br />

Del 27 de noviembre al 2 de diciembre se realizó el Hotel Hilton de Buenos Aires (Argentina) el 48º Congreso Argentino de Ortopedia y<br />

Traumatología, contó con más de 5000 profesionales. Una vez más DM participó en carácter de expositor.<br />

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operoxidasa<br />

Anti Tiroglobulina US<br />

Ac Anti PR3<br />

LABORATORIO Proteína C Reactiva-US CLÍNICO<br />

Test de Avidez<br />

nti Transglutaminasa IgA<br />

Anti ENA<br />

A<br />

Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011] 61<br />

Acido Gangliósidos IgG Protrombina 20210<br />

Anti Mieloperoxidasa<br />

Acido Fólico H1N1<br />

Lamotrigina Anti Tiroglobulina US<br />

PAI Ac Anti PR3<br />

EL LABORATORIO<br />

MTHFR Test de Avidez<br />

ONLINE<br />

MTHFR<br />

Proteína C Reactiva-US<br />

MTHFR Topiramato ECA<br />

Anti ENA<br />

Anti Transglutaminasa IgA<br />

Factor V de Leiden<br />

Acido Fólico H1N1<br />

Lamotrigina Carga Viral Hepatitis B PCR<br />

PAI<br />

MTHFR<br />

PSA libre<br />

ANCA<br />

ECA<br />

Insulinemia<br />

Reporte accesible MTHFR Topiramato por internet para Anti el paciente<br />

HBC IgM<br />

Acido Carga Viral Hepatitis Anti B PCR Transglutaminasa IgA<br />

y el Transmucónico profesional PSA<br />

Anti Transglutaminasa IgA Insulinemia VCA IgG<br />

Rápida respuesta PSA<br />

EBNA IgM<br />

Ac Anticardiolipina Vit IgM D3-25 OH VCA IgG<br />

ANCA<br />

Lipoproteína A<br />

Vit D3-25 OH<br />

Tecnología ANCA Renina aplicada PTH al genoma Lipoproteína A ANCA<br />

Renina PTH<br />

HLA Ac Anti Péptidos citrulinados<br />

Inmunoensayos<br />

B27<br />

Carbamazepina<br />

IgM VCAPCR-US<br />

de ultra sensibilidad<br />

IgM Apo AVCA<br />

VCA IgM CD-4<br />

Laboratorio Dímero D Valproato de autoinmunidad VCA IgM CD-4<br />

CD-3<br />

Troponina I<br />

Ac anti MAG-SPGP IgM<br />

Dosaje de fármacos CD-3 Testosterona biodisponoble<br />

HBS Ag Ac Antigliadina<br />

Apo B<br />

Ac Anticardiolipina IgG<br />

Troponina<br />

Más Testosterona biodisponoble<br />

Tde 800 determinaciones<br />

CD-8<br />

Ac Anti endomisio IgA<br />

Ac<br />

Ac<br />

anti-CCP<br />

Antigliadina<br />

Apo B<br />

TSH-US<br />

Carga Viral HIV PCR<br />

Directores: Anti Dr. HAV Eduardo CD-8 IgMEyheremendy - Dr. H. Cesar Gotta<br />

Anti HAV IgG<br />

Macroprolactina Piridinolina<br />

Director Médico Laboratorio clínico: Dr. Juan Enrique Perea<br />

Carga Viral HIV PCR<br />

Director Técnico Laboratorio Clínico: Dr. Pedro Carga Maccarone Viral Hepatitis C PCR<br />

Anti HBS Anti Coagulante Lúpico<br />

TSH-US Homocisteína<br />

Oxcarbazepina Herpes Simple 1 y 2 Genoma<br />

Péptido Macroprolactina<br />

C<br />

Anti HBC IgG<br />

ansmucónico<br />

ti Transglutaminasa IgA<br />

ticardiolipina IgM<br />

7<br />

Dímero D<br />

Troponina I<br />

Factor V de<br />

PSA libre<br />

Anti HBC I<br />

Anti Transglutamin<br />

EBNA<br />

Ac Anti Péptidos citrulin<br />

Carbamazepina<br />

Ac anti MAG-SPG<br />

Ac Anticardiolipina Ig<br />

T<br />

Ac Anti endomisio IgA<br />

Ac anti-CCP<br />

Carga Viral HIV P<br />

Anti HAV IgM<br />

Piridinolina<br />

AV IgG<br />

Carga Viral HIV PCR Carga Viral Hepatitis<br />

BS Anti Coagulante DM Diagnóstico Lúpico Médico<br />

Dirección Junín 1023 - C1113AAE - Ciudad de Buenos Aires<br />

Teléfonos 4827.6300 - 4821.6900/9800 - Fax Homocisteína<br />

4821.1155<br />

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bazepina Email dm@diagnosticomedico.com - Web www.diagnosticomedico.com<br />

Herpes Simple 1 y 2 Genoma


médicos en tiempo libre<br />

62 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Virginia Prado Quintás<br />

Dr. Daniel Marco<br />

Médicos en tiempo libre entrevista en esta oportunidad al Dr. Daniel Marco, traumatólogo<br />

y luthier, quien a la hora de tomar la decisión de la carrera a seguir fue coherente: eligió las<br />

dos.<br />

El Dr. Marco se siente protagonista de la medicina y parte activa de la música. Ambas<br />

pasiones conviven en él. Puede descubrir en las formas de los huesos nuevas figuras a<br />

desarrollar. Es capaz de aliviar a sus pacientes, componiendo sus males como si arreglase<br />

un instrumento, o de crear nuevos sonidos, partiendo de un Ciprés, un Fresno o un<br />

Jacarandá. Demora años en la construcción de cada pieza , ya que busca la perfección y<br />

también porque le cuesta desprenderse de aquello que nace de la naturaleza y que cobra una forma única en sus<br />

manos. Para el artista, su obra tiene vida propia y confiesa que como si se tratase de un hijo, le cuesta dejarlo en<br />

libertad.<br />

Esencialmente, el Dr. Daniel Marco ama lo que hace y logra articular una vida intensa en dos mundos,<br />

destacándose en ambos.<br />

Concretamente en 1991, ahí hice mi primer<br />

bajo. Desde la escuela secundaria, me gustaba<br />

la música. De hecho, en el momento de<br />

elegir una profesión dudé entre ser médico<br />

o músico y decidí hacer las dos cosas. Sin<br />

embargo, durante la carrera y la residencia,<br />

me alejé un poco de la música; después<br />

volví a retomarla. Junto a otros colegas armamos<br />

una banda, Diga 33, con la cual sacamos<br />

dos discos. El segundo LP silencio,<br />

hospital tuvo bastante éxito. En esa etapa<br />

aparecíamos en la televisión.<br />

Virginia Prado Quintas<br />

Gerencia de Marketing<br />

Diagnóstico Médico<br />

Ex residente del Hospital Argerich, ex médico<br />

de planta del Hospital de Clínicas y desde 1988<br />

coordinador del Servicio de Traumatología y<br />

Ortopedia del Sanatorio Trinidad.<br />

¿En qué consiste el trabajo de luthier?<br />

Los luthiers se dedican a construir instrumentos<br />

musicales; algunos se especializan<br />

en los de viento y otros en pianos. Sin embargo,<br />

el luthier tradicional es el que arma<br />

instrumentos de cuerdas. Yo soy uno de<br />

ellos, y si bien he probado hacer bandolinas<br />

o violines, me dedico fundamentalmente a<br />

las guitarras, tanto eléctricas como acústicas.<br />

También fabrico bajos (que era el instrumento<br />

que yo tocaba y el que me introdujo<br />

en el oficio).<br />

¿Cuándo comenzaste a fabricar o a modificar<br />

instrumentos?<br />

Para principios de los ‘90, yo ya no tocaba,<br />

pero todavía tenía un bajo Fender de 1969 al<br />

que le había cambiado el mango (porque en<br />

ese momento no tocaba con trastes). Cada<br />

vez que miraba el original de Fender con<br />

trastes, me decía: “Tengo que hacer algo<br />

con este instrumento, no puede estar ese<br />

mango ahí parado”.<br />

Así, fue que empecé a buscar un luthier<br />

para que le hiciera una caja. Sin embargo,<br />

todos los que conocía eran personas que tocaban<br />

de oído. Yo había leído mucho sobre<br />

el tema y sabía perfectamente cómo era<br />

y cómo estaba construido un bajo Fender.<br />

Además, quería algo original. Finalmente,<br />

tuve la suerte de conocer a Ricardo Miranda,<br />

un luthier y un gran artista (bastante<br />

reconocido hoy en día). A él le encargué<br />

que me hiciera el cuerpo, pero lo terminamos<br />

haciendo juntos. Hicimos un experimento<br />

con una madera extraña (ese instrumento<br />

hoy existe) y después diseñamos un<br />

mango bien distinto con una madera muy<br />

rara. El instrumento quedó lindo.<br />

¿Los hacés desde cero o utilizás piezas prefabricadas?<br />

Para mí, lo más importante e interesante<br />

es el proceso y no tanto el instrumento ter-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

63<br />

¿Cuál es el toque personal que caracteriza a<br />

tus trabajos?<br />

No tengo ninguno en particular. Trato de<br />

hacer mi trabajo lo mejor posible y que todos<br />

los instrumentos sean bien distintos<br />

entre sí, tal vez ése sea mi toque personal:<br />

que ninguno se parece a otro.<br />

¿Cuáles son las reacciones de los clientes<br />

cuando les fabricás o restaurás algún instrumento?<br />

En realidad, no tengo clientes. A todos los<br />

que les he hecho algo son amigos relacionados<br />

con el ambiente de la música y cada<br />

uno reacciona de acuerdo a su personalidad.<br />

Sin embargo, algo que todos preguntan<br />

es por qué tardo tanto. Yo puedo estar<br />

tres o cuatro años haciendo una guitarra,<br />

me lleva lo que me lleva. Si no me da placer,<br />

no tiene sentido.<br />

A un amigo mío, Carlos Riganti -que fue<br />

baterista de mi banda y de Alas (un grupo<br />

muy famoso de los ’70) y ahora es jefe de<br />

Alergia de la Casa Cuna- le prometí un bajo<br />

para su sala hace cuatro años y todavía estamos<br />

en eso.<br />

¿Te resulta difícil desprenderte de tus<br />

obras?<br />

¡Muchísimo! Cada instrumento que hago<br />

tiene tantas cosas mías que es como si me<br />

sacaran un hijo. De todos modos, a los hijos<br />

también hay que dejarlos ir por la vida.<br />

¿Cuál es la pieza que más te gustó?<br />

minado. Justamente lo que me da placer es<br />

construir desde la nada, las piezas ya hechas<br />

no tienen gracia. Por eso, compro el<br />

rollo de madera cortado y los tablones sin<br />

cepillar para ir del bruto total al producto<br />

consumado.<br />

¿Qué tipos de maderas o materiales utilizás?<br />

Los más nobles posibles y, en el caso de que<br />

quiera reproducir algo, los clásicos. Por<br />

ejemplo: si quiero hacer una guitarra de<br />

flamenco, voy a utilizar Ciprés; si es una de<br />

concierto, trato de usar Jacarandá de Bahía;<br />

y si el objetivo es armar una Fender Stratocaster<br />

de los ’50, voy a usar Fresno Liviano.<br />

De todos modos, cuando diseño mis propios<br />

experimentos, siempre busco maderas<br />

difíciles de conseguir. A veces termino rastreándolas<br />

por todo el mundo.<br />

Tengo varios, pero mi preferido es el primer<br />

bajo que hice. Hace muy poco le armé<br />

un mango en una sola pieza de Palo rosa de<br />

la India sin tensor, o sea, que es un instrumento<br />

que terminé después de 20 años.<br />

¿Tocás algún instrumento?<br />

Sí, muchos: toco un poco el piano y la batería,<br />

pero principalmente la guitarra y el<br />

bajo. Durante bastante tiempo, toqué con<br />

Aníbal Fischietti (guitarrista de Dino Saluzzi<br />

y gran compositor). Llegué a acompañarlo<br />

en uno de sus discos y, además, participé<br />

como bajista. Hoy no estoy en ninguna<br />

banda, aunque sigo grabándome cuando<br />

practico. Para mí la música es una pasión,<br />

constituye mi esencia como individuo. De<br />

hecho, yo no me considero “un fanático de<br />

la música”; más bien, soy parte de ella. Escucho<br />

cualquier cosa que tenga sentimiento,<br />

desde composiciones clásicas y folklore<br />

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64 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

hasta tango y rock. Lo único que detesto son<br />

las canciones comerciales de pésima calidad<br />

compuestas para ser un mero producto<br />

de consumo. En ese sentido, creo la música<br />

hoy en día está muy bastardeada.<br />

¿Dónde tocabas cuando tenías la banda?<br />

Nos presentábamos en lugares grandes y<br />

chicos: boliches, cafés o teatritos. También<br />

tuvimos la posibilidad de tocar en algunos<br />

congresos médicos. La banda sonaba muy<br />

bien y lo bueno era que estaba formada por<br />

médicos que, además, eran músicos. Las<br />

letras de las canciones hablaban de las problemáticas<br />

vinculadas a la profesión y eso<br />

era divertido.<br />

¿Cómo está compuesta tu familia?<br />

Somos cuatro: mis tres hijos y yo. De mi<br />

mujer, estoy separado. Ella era la cantante<br />

de Diga 33. En casa todos respiramos música:<br />

los chicos tienen buen oído y también<br />

hacen algo de ruido. De hecho, ¡mi hija más<br />

grande aprendió a cantar antes que a hablar!<br />

¿Cuánto tiempo le dedicás a esta actividad?<br />

Todo el tiempo que sea necesario, mientras<br />

me de placer.<br />

¿Cómo se lleva tu profesión con la luthería?<br />

Maravillosamente bien. Yo aprendo mucho<br />

sobre escultura en madera a través de<br />

los huesos de mis pacientes, pero es verdad<br />

que la medicina es totalmente absorbente.<br />

Si dejara llevarme por la profesión, no tendría<br />

ni familia. Por suerte, mi personalidad<br />

necesita de cierta emotividad. Yo ejerzo<br />

desde el afecto, así como también le pongo<br />

cariño a las cosas que construyo o a la música<br />

que toco.<br />

¿A qué músico te gustaría o te hubiese gustado<br />

hacerle algún instrumento?<br />

De la Argentina, me encantaría hacerle<br />

algo al flaco Spinetta. Después a cualquier<br />

otro músico que sea amigo, que me guste su<br />

onda o que lo vea sensible porque yo a los<br />

instrumentos los construyo así y son para<br />

ser tocados de esa manera. Para mí, tienen<br />

algo de vida. Por ejemplo, yo tengo una colección<br />

de guitarras y todas son diferentes;<br />

cuando las presto, se enojan. A mí se me<br />

ponen blandas, pero tienen un mala relación<br />

con otros.<br />

¿Qué te gusta más? ¿Hacer instrumentos o<br />

tocarlos?<br />

Depende de la época. Hay etapas en las que<br />

me quedo tocando música todo el día y hay<br />

momentos en los que sólo tengo ganas de<br />

construir. Ahora estoy más con la luthería.<br />

¿Tenés algún otro hobbie?<br />

Tengo una lista enorme. En la actualidad,<br />

mi otra pasión (que me ocupa muchísimo<br />

tiempo) es volar aviones. Hace poco me recibí<br />

de piloto, pero eso lo podríamos dejar<br />

para una próxima entrevista.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

65<br />

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ETIMOLOGÍA & MEDICINA<br />

66 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Dr. Alberto Marangoni<br />

Bazo, esplénico<br />

y esplín<br />

Dr. Alberto Marangoni<br />

Servicio de Diagnóstico por Imágenes<br />

Sanatorio Allende<br />

En la Antigüedad, el hígado era objeto de gran especulación y durante muchos<br />

siglos su función fue muy debatida. Si bien era considerado uno de los tres<br />

órganos principales del cuerpo junto con el corazón y el cerebro, no había<br />

acuerdo sobre la importancia de cada uno de ellos.<br />

La búsqueda etimológica de nuestro<br />

lenguaje científico resulta profundamente<br />

atractiva e interesante.<br />

En la investigación de los cimientos de esas<br />

palabras, identificadas con elementos anatómicos,<br />

funciones y relaciones entre órganos,<br />

no sólo hallamos su alcance y significado<br />

médico; también trascendemos el<br />

campo de la especialidad para sumergimos<br />

en el contexto histórico, romántico y mitológico,<br />

y en la poesía.<br />

Algunas estructuras anatómicas tienen<br />

más de un término que las designa y muchas<br />

veces éstas encuentran su origen en el<br />

griego o el latín. En lo que respecta al bazo,<br />

hay dos posibilidades para analizar: una es<br />

el vocablo “bazo” y la otra es la palabra “esplénico”.<br />

Durante muchos años, el bazo (Fig. 1) fue<br />

un órgano prácticamente ignorado por la<br />

medicina. Tal es así que, en el Barttlets Book<br />

of Anecdotes, hay una anécdota curiosa que<br />

grafica el bajo grado de conocimiento que<br />

se tenía sobre este órgano: “Durante un<br />

examen a varios candidatos a médicos, Joseph<br />

Hyrtl se acercó a uno de ellos y le preguntó:<br />

‘¿Qué puede decirnos sobre la función<br />

del bazo?’. El candidato enrojeció,<br />

empezó a ponerse nervioso, movió la cabeza<br />

y, tartamudeando, dijo: ‘Profesor, sabía<br />

exactamente la respuesta hace un minuto,<br />

pero se me ha olvidado’. Hyrtl le replicó:<br />

‘¡Criatura miserable! Eres la única persona<br />

en el mundo que sabía la función del bazo ¡y<br />

se te ha olvidado!’”. La cita es muy ilustrativa,<br />

sobre todo, si tenemos en cuenta que Joseph<br />

Hyrtl (1810-1894), oriundo de Hungría,<br />

era un prestigioso médico anatomista,<br />

profesor en la Universidad de Praga y Viena,<br />

y autor del primer tratado de Anatomía<br />

Topográfica que se conoce (Fig. 2).<br />

Hasta principios del siglo XX, poco se conocía<br />

acerca del papel fisiológico del bazo.<br />

Mientras Hipócrates había planteado que<br />

este órgano "drenaba la parte acuosa de la<br />

comida del estómago", Aristóteles había<br />

establecido que no tenía función vital. Galeno,<br />

directamente, lo describía como "el<br />

órgano del misterio". Luego, se creyó que<br />

éste era la fuente de la melancolía (una teoría,<br />

por cierto, que persistió por más de mil<br />

años).<br />

Por el contrario, para los babilonios y antiguos<br />

judíos, el órgano tenía un papel en<br />

la risa, ya que creían que ésta respondía a<br />

un proceso purificador. De hecho, aunque<br />

una relación anterior con la medicina de los<br />

humores no está descartada, en el Talmud<br />

(tractate Berachoth 61b) se nombra al bazo<br />

como un órgano vinculado al reír.<br />

Más allá de las diferentes interpretaciones,<br />

el concepto global acerca bazo era que no<br />

pertenecía a los órganos esenciales del ser<br />

humano y que podía ser removido sin efectos<br />

adversos. Casi dos milenios más tarde,<br />

a finales del siglo XIX, un famoso fisiólogo<br />

francés anotó: “Ahora llegamos al bazo; de<br />

él no sabemos nada”.<br />

Este órgano estaba incluido en la famosa<br />

división de humores que clasificaba las<br />

características y comportamientos de los<br />

seres humanos. En efecto, en la época de<br />

Hipócrates (Fig. 3), los griegos habían desarrollado<br />

un sistema interpretativo del<br />

mecanismo de producción de las enfer-<br />

Fig. 1: El bazo (Gray 1918).<br />

Fig. 2: Josef Hyrtl (1810-1894).<br />

Fig. 3: Hipócrates (460 aC-370 a.C.).<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

67<br />

medades basado en la teoría de los cuatro<br />

humores orgánicos. El camino que llevó a<br />

los helemos a adoptar este sistema médico<br />

puede reconstruirse claramente, si se tiene<br />

en cuenta la idea de que el universo estaba<br />

formado por cuatro elementos básicos<br />

(agua, fuego, aire y tierra), cada uno de<br />

ellos con una cualidad específica (humedad,<br />

calor, sequedad y frío), y la teoría de<br />

los contrarios (con especial hincapié en el<br />

número cuatro) que sostenía que entre los<br />

elementos opuestos debía existir un equilibrio<br />

para mantener la armonía del cosmos<br />

y la salud en el microcosmos (es decir, en<br />

el hombre).<br />

Así, de acuerdo con los cuatro humores conocidos<br />

en esa época (flema, sangre, bilis<br />

amarilla y bilis negra), se clasificó a los<br />

temperamentos: el flemático, en el que<br />

predominaba la flema y que provenía de la<br />

cabeza; el sanguíneo, que procedía del corazón;<br />

el colérico, en el que preponderaba<br />

la bilis amarilla y que procedía de la vesícula;<br />

y el melancólico, que tenía predominio<br />

de bilis negra y se originaba en el bazo (Fig.<br />

4). Esta categorización, también usada más<br />

tarde por Galeno (Fig. 5), interpretaba que<br />

la melancolía (como tristeza extrema) estaba<br />

relacionada con un exceso de bilis negra<br />

producida por el bazo. De ahí, que la palabra<br />

“melancolía” (del griego melankholía)<br />

derive de mélas, que significa negro u oscuro,<br />

y kholé, que significa bilis o hiel.<br />

La palabra “bazo” aparece en el español,<br />

como adjetivo, hacia comienzos del siglo<br />

XIV con el significado de “moreno tirando a<br />

amarillo”. Probablemente surge a partir de<br />

la voz latina badius (rojo), usada para designar<br />

a este órgano (por su color). De este<br />

vocablo, a su vez, deriva el adjetivo “bayo”,<br />

que significa “amarillo”.<br />

La palabra badius también es usada para<br />

denominar diferentes especies del mundo<br />

vegetal y animal que tienen una coloración<br />

rojiza. Por ejemplo: el Boletus Xerocomus badius<br />

(Fig. 6), conocido comúnmente como<br />

Boleto Bayo, es un hongo comestible que se<br />

encuentra principalmente en los bosques<br />

de coníferas; y el Procolobus Badius, cuyo<br />

nombre vulgar es Colobo Rojo Herrumbroso,<br />

es un tipo de mono que habita en África<br />

(Fig. 7).<br />

Por otra parte, entre los términos “bazo” y<br />

“esplénico” existe una interesante conexión:<br />

en la Antigüedad, aquellos que sufrían<br />

molestias en el bazo se ponían una especie<br />

de faja para mitigar el dolor. De ahí que<br />

la palabra que significa “venda” en griego<br />

(splēn) sea un derivado de la que significa<br />

“bazo”. Además, ya en la época moderna,<br />

por las semejanzas en sus formas,<br />

se usó también la palabra griega splēn para<br />

dar nombre a un músculo plano y alargado<br />

del cuello y del dorso superior: el esplenio.<br />

La palabra latina splen, splenos (proveniente<br />

del griego splenikós) dio nombre al bazo y<br />

en el español ha dejado sus derivados “esplénico”<br />

(relativo al bazo) y “esplenomegalia”<br />

(agrandamiento del bazo), entre otros.<br />

Además, este lexema helénico forma parte<br />

de otra palabra: splakhno, que significa “entrañas”.<br />

Ésta también sirvió en algunos lugares<br />

para designar al bazo.<br />

Antiguamente, esta “entraña” era usada por<br />

algunas religiones de Europa como ofrenda<br />

sacrificial para los dioses; por ello, constituía<br />

un tabú y un órgano intocable. Esto explicaría,<br />

en parte, el poco conocimiento que<br />

se tuvo sobre la víscera a lo largo de la historia<br />

de la medicina.<br />

A su vez, la palabra latina sobrevivió también<br />

en el inglés, donde al bazo se lo llama<br />

spleen. En este sentido, sin querer agotar<br />

las derivaciones del término, vale mencionar<br />

que la forma inglesa se incorporó al<br />

castellano a través de otra palabra: “esplín”<br />

(que denota “melancolía”). Así, como vemos,<br />

en el significado de este vocablo subyace<br />

la teoría de los humores anteriormente<br />

explicada.<br />

El esplín del español tiene su correlato francés.<br />

En la lengua gala, se denomina spleen a<br />

un estado de melancolía sin causa definida<br />

o a una angustia vital. Si bien el término<br />

fue popularizado por el poeta Charles P.<br />

Baudelaire (1821-1867), éste ya había sido<br />

utilizado en la literatura por el Romanticismo<br />

a principios del siglo XIX. De esta manera,<br />

la conexión entre spleen (bazo) y me-<br />

Fig. 4: Los cuatro humores.<br />

Fig. 5: Galeno (130-200).<br />

Fig. 6: Boletus Xerocomus badius, hongo conocido comúnmente<br />

como Boleto Bayo.<br />

Fig. 7: Procolobus Badius, un tipo de mono<br />

que habita en África.<br />

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68 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

lancolía propuesta por los griegos, aunque<br />

ha sido rebatida, todavía hoy permanece en<br />

el imaginario colectivo.<br />

En el caso del alemán, al bazo se le dice milz<br />

(parecido a milte, nombre que recibía el órgano<br />

en el inglés antiguo) y el spleen se refiere<br />

a alguien continuamente irritado. En<br />

el siglo XIX, cuando las mujeres estaban de<br />

mal humor, decían estar afectadas por el<br />

spleen. En el inglés moderno “to vent one's<br />

spleen”, de hecho, significa “expresar su<br />

ira”.<br />

En “Elogium del Tedium Vitae”, de Dulce<br />

María Zúñiga, se profundizan algunos<br />

conceptos que hemos venido señalando.<br />

Al respecto, dice: “La palabra spleen era<br />

ya conocida y usada en Francia desde el siglo<br />

XVIII (aunque no aparece definida en<br />

la Enciclopedia de Diderot). Sin embargo,<br />

para el lector actual, está estrechamente ligada<br />

con el romanticismo del siglo XIX y los<br />

poetas contemporáneos Baudelaire y Verlaine:<br />

se habla frecuentemente del spleen<br />

baudeleriano o del spleen verlainiano. Baudelaire,<br />

sin embargo, no lo emplea ni una<br />

sola vez en el interior de un verso, sólo en el<br />

título de cuatro poemas y del primer apartado<br />

de sus Fleurs du Mal, ‘Spleen et idéal’.<br />

Para un francés del siglo XIX, el término<br />

spleen tenía dos orígenes: uno etimológico<br />

y otro geográfico. Proviene de la palabra<br />

griega splenikos, que en anatomía designaba<br />

al bazo y que, más tarde, en el siglo<br />

XVI, en la terminología de la medicina de<br />

los humores, indicaba una especie de desorden<br />

orgánico, llamado melancolia splenica,<br />

porque se creía que en el bazo se acumulaban<br />

todos los líquidos que provocaban<br />

la melancolía o hipocondría. Pero ¿quién podría<br />

afirmar que en Francia, los usuarios de<br />

la palabra hacia 1830 conocían su principio<br />

etimológico? Por otra parte, el origen geográfico<br />

no se ha olvidado. A lo largo del siglo<br />

XIX y hasta nuestros días, la palabra es<br />

usualmente acompañada por su adjetivo<br />

calificativo que recuerda su origen geográfico<br />

y su singularidad. En la poesía, al igual<br />

que en el imaginario cotidiano, se habla del<br />

spleen inglés, envuelto en una atmósfera<br />

grisácea. Esto puede leerse en el poema de<br />

Théophile Gautier de ‘Après le bal’:<br />

‘O Temps! Que nous voulons tuer<br />

Et qui nous tues,<br />

Vieux porte-faux, pourquoi vas-tu traînant<br />

le pied<br />

D’un pas lourd et boiteux,<br />

Comme vont les tourtues<br />

Quand sur nos fronts blêmis<br />

Le spleen anglais s’asied?’<br />

(¡Oh tiempo! Que queremos matar y que<br />

nos mata, viejo hombre de la guadaña ¿por<br />

qué vas arrastrando los pies con un paso<br />

pesado y cojo como van las tortugas, cuando<br />

sobre nuestras frentes pálidas el esplín<br />

inglés se asienta?)”.<br />

También, en la novela Les miserables (1862)<br />

de Víctor Hugo (1802-1885) se utiliza varias<br />

veces la palabra –y concepto– spleen. El<br />

personaje Gantaire exclama irritado: “¡Oh,<br />

j’ai le spleen, compliqué de mélancolie,<br />

avec la nostalgie, plus l’hypocondrie, et je<br />

bisque, et je rage, et je bâille, et je m’ennuie,<br />

et je m’assomme, et je m’embête!”. (¡Oh, yo<br />

tengo esplín, complicado por melancolía<br />

con nostalgia, más hipocondría, y yo lloro,<br />

grito, bostezo, me aburro y me ensombrezco<br />

y me molesto!).<br />

En nuestra lengua, el término “esplín”<br />

aparece por primera vez en 1843 definido<br />

como un “humor tétrico que produce tedio<br />

de la vida”. En la versión de 1970 del Diccionario<br />

de la Real Academia se lo describe<br />

escuetamente como: “Melancolía, tedio de<br />

la vida”. Este significado es el que se consigna<br />

aún hoy.<br />

Si bien no es una palabra muy usada en<br />

nuestro léxico habitual, el término “esplín”<br />

aparece en algunas poesías y letras de música.<br />

Por ejemplo, en “Reír llorando”, del<br />

escritor mexicano Juan de Dios Peza, se narra:<br />

“Víctimas del esplín, los altos lores en<br />

sus noches más negras y pesadas, iban a ver<br />

al rey de los actores y cambiaban su esplín<br />

en carcajadas. Una vez, ante un médico famoso,<br />

llegóse un hombre de mirar sombrío:<br />

sufro -le dijo- un mal tan espantoso<br />

como esta palidez del rostro mío. Nada me<br />

causa encanto ni atractivo; no me importan<br />

mi nombre ni mi suerte; en un eterno esplín<br />

muriendo vivo y es mi única pasión la<br />

de la muerte”.<br />

A su vez, hay muchos tangos que han incorporado<br />

la palabra “esplín” a sus letras para<br />

denotar melancolía. “Mi noche triste” (Fig.<br />

8), escrito por Pascual Contursi y llevado a<br />

la fama por Carlos Gardel, es un ejemplo.<br />

Fig. 8: “Mi noche triste”.<br />

Fig. 9: “Maleza”.<br />

Fig. 10: “Te llama mi violín”.<br />

Fig. 11: “Melodía oriental”.<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

69<br />

Si bien en muchas adaptaciones de la letra<br />

“esplín” fue reemplazada por “espina”, en<br />

el original figura así:<br />

“Percanta que me amuraste<br />

en lo mejor de mi vida<br />

dejándome el alma herida<br />

y esplín en el corazón...!”<br />

También en “Maleza” (Fig. 9), de Cátulo<br />

Castillo y E. J. Munne, leemos:<br />

"Si la ausencia me cerró tu portón<br />

con cerrojos de olvidos y está mudo tu aldabón<br />

juguetón, ya no sé por qué he venido,<br />

la maleza del jardín y las ruinas del balcón<br />

me lastiman con su esplín."<br />

Y en “Te llama mi violín” (Fig. 10), de Elvino<br />

Bardaro y Cátulo Castillo, se dice:<br />

“Yo sé que todo aquello sólo fue una cadencia<br />

de minué y que el soñar tiene despertar<br />

mas sé que también no te olvidé y<br />

en los silencios del esplín está sonando mi<br />

violín tal vez llamándote.”<br />

En el caso de “Melodía Oriental” (Fig. 11),<br />

de Roberto Zerrillo, J. C. Howars y Enrique<br />

Cadícamo, la expresiva versificación evoca<br />

y nos cuenta:<br />

“Tú con tu fragancia de mujer<br />

vuelves a mi alma como ayer<br />

igual, igual….<br />

Hoy al escuchar ese violín surge el esplín.<br />

La melodía dice hoy con acento<br />

cruel que ya<br />

ya nunca más te encontraré,<br />

ya nunca más te veré,….amor, amor….”.<br />

El término también aparece en “Tedio”, de<br />

Miguel Bucino:<br />

“Bajo el tedio que borda la lluvia<br />

con sus rotas agujas de esplín<br />

te adivino romántica y rubia<br />

bajo el viejo dolor del jardín”.<br />

Homero Manzi, por su parte, lo introdujo<br />

en “Viejo ciego” (Fig. 12):<br />

“Pareces el verso del loco Carriego<br />

Pareces el alma del mismo violín<br />

Puntual parroquiano tan viejo y tan ciego<br />

Tan lleno de pena, tan lleno de esplín.”<br />

Y en la letra de “Araca que perra vida”, dedicada<br />

al Dr. Julio Malbrán y escrita por<br />

Manuel Romero con música de Arturo de<br />

Bassi, se puede leer:<br />

“Mina comadrona<br />

Flor de barrio<br />

Yo manyaba en tu mirada<br />

Que cachabas el esplín<br />

Y harta ya de mishiadura<br />

Pegaste al fin la espantada<br />

Y no volviste al bulín.”<br />

En 1967, Horacio Ferrer escribió la letra de<br />

“La ultima grela” (la música la compuso<br />

Astor Piazzola en 1969). En el tango todavía<br />

el esplín se deja leer:<br />

“Despedirán su hastío, su voz, su melodrama,<br />

las pálidas rubionas del cuento de Tuñón,<br />

y atrás de los portales, sin sueño, las<br />

madamas, de trágicas melenas dirán su<br />

extremaunción.<br />

Y un sordo carraspeo de esplín y de macanas<br />

tangueándole en el alma le quemará la<br />

voz, y muda y de rodillas se venderá sin ganas,<br />

sin vida y por dos pesos, a la bondad<br />

de Dios.”<br />

Otro de los temas en el que este tedio se<br />

hace presente es en “Balada para mi muerte”<br />

(Fig. 13), compuesto por Ferrer y Piazzola<br />

en 1968. Este clásico del tango contemporáneo<br />

empieza así:<br />

“Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,<br />

guardaré mansamente las cosas de<br />

vivir, mi pequeña poesía de adioses y de<br />

balas, mi tabaco, mi tango, mi puñado de<br />

esplín.”<br />

De esta manera, vemos cómo el término<br />

“esplín” fue recurrentemente utilizado<br />

por nuestros tangueros. Porteñismo derivado<br />

del spleen inglés, en un sola palabra<br />

se condensa la tristeza, melancolía, hastío<br />

y hartazgo de la vida. Su significado remite<br />

al “blue” de los norteamericanos y al “saudades”<br />

de los brasileños.<br />

Tal vez, por culpa de tanto esplín, fue que<br />

Borges, tildándolo de lacrimógeno y cobarde,<br />

terminó dudando del carácter macho<br />

del tango.<br />

Fig. 12: “Viejo ciego”.<br />

Fig. 13: “Balada para mi muerte”.<br />

Bibliografía<br />

1. Brock AJ. Greek Medicine, Being Extracts Illustrative of<br />

Medical Writers from Hippocrates to Galen. London, Dent,<br />

1929.<br />

2. Contursi P. “Mi Noche Triste”. Disponible en: http://www.<br />

tango-tour.com.ar<br />

3. Depalma DA. Tango y medicina: spleen/esplin. Médicos y<br />

Medicina en la Historia 2002; 2: 5-8.<br />

4. Fadiman C, Bernard A. Bartlett’s Book of Anecdotes. New<br />

York, Editorial Hachette Book Group US, 2001.<br />

5. Herreros AM. El tango y su mundo · historias tangueras.<br />

Disponible en:<br />

http://tangueros.mforos.com/1031969/4882630-esplin/<br />

(Accedido: 30 de septiembre de 2011).<br />

6. Lyons A, Petrucelli R. Historia de la Medicina (Edición Especial<br />

Argus, N° 7 y 8). A.P. Americana de Publicaciones, Buenos<br />

Aires. Lab. Glaxo 1980.<br />

7. Marangoni A. Etimologías relacionadas con el bazo. Revista<br />

Argentina de Radiología 2008; 72: 405-8.<br />

8. Olalla P. Atlas de mitología de Grecia. Editorial ROAD, Atenas,<br />

2001.<br />

9. Peza J. Reír llorando. Disponible en: www.geocities.com<br />

10. Robinson W. Some fundamental characteristics of the<br />

spleen and their relation to function. Ann Surg 1928; 88(3):<br />

333-4.<br />

11. Scott Littleton C. Mitología: Antología ilustrada de mitos y<br />

leyendas del mundo. Editorial Blume, Barcelona, 2004.<br />

12. Todo tango: la biblioteca. Disponible en: http://www.todotango.com<br />

13. Zúñiga DM. Elogium del Tedium Vitae. Tedium Vitae, Nº<br />

6, 2007. Disponible en: http://www.tediumvitae.com<br />

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70 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Historia de los Hospitales<br />

de Buenos Aires<br />

Por Dr. Sergio Gianni<br />

EL INSTITUTO DE ONCOLOGÍA<br />

(primera parte)<br />

ANGEL H. ROFFO<br />

Introducción<br />

En la pared frontal del aula de Radiología<br />

del Instituto de Medicina<br />

Experimental (hoy conocido como<br />

Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”),<br />

exactamente arriba del pizarrón desplazable<br />

que domina casi toda el ancho de la sala,<br />

se puede leer, en letra gótica, una frase atribuida<br />

a Platón: “La vida que no se consagra a<br />

la investigación no merece la pena ser vivida”.<br />

Esta sentencia, que quizás pueda sonar demasiado<br />

severa 24 siglos después de escrita,<br />

seguramente fue elegida por un hombre<br />

que transcurrió su existencia terrenal bajo<br />

el signo de esta máxima. Me refiero a quien<br />

fuera el organizador y director por 22 años<br />

del Instituto de Medicina Experimental, el<br />

Profesor Ángel Honorio Roffo, pionero en<br />

la investigación experimental del cáncer a<br />

nivel mundial y padre de la Oncología argentina<br />

y latinoamericana.<br />

Investigador incansable, su obra fue ampliamente<br />

reconocida no sólo en nuestro<br />

país, sino también en el mundo: científicos<br />

de la talla de Curie, Roussy, Hartmann,<br />

Haberland, Ewing o Henkel -entre muchos<br />

otros- admiraban su obra y lo consideraban<br />

un par. Sin embargo, una paradoja<br />

poco frecuente caracteriza la figura del Dr.<br />

Roffo: la historia no le concedió tantos honores<br />

como sí lo hicieron sus contemporáneos.<br />

Más aún, ésta parece haber olvidado<br />

la importancia que tuvo este gran médico<br />

argentino para la ciencia mundial. Basta<br />

decir, a modo de ejemplo, que su triple<br />

nominación para el Premio Nobel de Medicina<br />

(en una ocasión llegó a competir con<br />

Bernardo Houssay) es un hecho que se ha<br />

difundido muy poco en nuestro medio. Todavía<br />

resulta más lamentable que, en la actualidad,<br />

haya médicos jóvenes -y no tanto-<br />

que desconozcan por completo no ya su<br />

obra sino también su nombre.<br />

1 Médico Ginecólogo del Hospital Roffo<br />

A través de esta reseña histórica, seguramente<br />

incompleta, se busca divulgar la<br />

gran labor científica de este médico insigne.<br />

La investigación biográfica está mayormente<br />

basada en documentos originales de<br />

la época -obtenidos de la biblioteca del Instituto<br />

Roffo-, aunque también se han empleado<br />

fuentes más actuales, algunas de<br />

ellas no publicadas aún.<br />

Es mi anhelo que el lector, al finalizar la<br />

lectura del artículo (que aparecerá en tres<br />

entregas), adquiera una verdadera dimensión<br />

de la importancia de la obra del Dr.<br />

Roffo. Quizás el mejor homenaje que podamos<br />

rendirle sea reconocer que una vida<br />

dedicada a la investigación bien vale la<br />

pena ser vivida.<br />

Los comienzos: se perfila el genio<br />

Ángel Honorio Roffo (Fig. 1) nació en la<br />

Ciudad de Buenos Aires el 30 de diciembre<br />

de 1882. Hijo de Juan Roffo y Antonia<br />

Gazzo, ambos inmigrantes italianos, realizó<br />

sus estudios primarios con orientación<br />

mercantil, probablemente inducido por su<br />

padre, un modesto comerciante. Durante<br />

la escuela secundaria, fue al Colegio Nacional<br />

de Buenos Aires (Fig. 2), creado en<br />

1863 por Bartolomé Mitre en el lugar donde<br />

se habían asentado los jesuitas (Manzana<br />

de las Luces). Éste, luego de la expulsión de<br />

la orden, fue conocido bajo sucesivos nombres:<br />

Real Colegio de San Carlos (Virrey<br />

Vértiz, 1767), Colegio Unión del Sud (Juan<br />

M. de Pueyrredón, 1818) y Colegio de Ciencias<br />

Morales (Bernardino Rivadavia, 1823).<br />

Roffo se egresó con el título de Bachiller en<br />

el año 1901 y nada se sabe sobre el origen de<br />

su vocación por la medicina, pero lo cierto<br />

es que en 1902 inició la carrera en la Facultad<br />

de Medicina de la Universidad de Buenos<br />

Aires (Fig. 3) y ya desde el comienzo fue<br />

un estudiante singular: entre 1903 y 1907 se<br />

desempeñó como ayudante del Instituto de<br />

Anatomía Patológica (Fig. 4), donde recibió<br />

la influencia de uno de sus futuros mentores,<br />

el Dr. Telémaco Susini (1856-1934),<br />

un discípulo de Luis Pasteur y Robert Koch<br />

Fig 1: Angel Roffo<br />

Fig 2: El antiguo Colegio Nacional de Buenos Aires<br />

Fig 3: La antiguo Facultad de medicina de la UBA (hoy,<br />

Facultad de Ciencias Económicas)<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

71<br />

(Fig. 5). A su vez, fue miembro del comité<br />

de redacción de la revista del Centro de<br />

Estudiantes de Medicina, secretario general<br />

del Círculo Médico Argentino y secretario<br />

de la Comisión investigadora de vacunas<br />

(1906). Sus primeras prácticas médicas<br />

las llevó a cabo en el Hospital San Roque<br />

(Fig. 6) -hoy Hospital Ramos Mejía- entre<br />

los años 1905 y 1907. Ese año se presentó y<br />

ganó el concurso para completar sus prácticas<br />

de pregrado en el Hospital Nacional<br />

de Clínicas (Fig. 7), las cuales realizó entre<br />

1908 y 1909. Paralelamente a esta actividad,<br />

ejerció como prosector del Instituto de<br />

Anatomía Patológica y ayudante de Laboratorio<br />

en el Hospital Español (Fig. 8).<br />

Todavía como estudiante, publicó 8 trabajos<br />

científicos. El primero, “Las nuevas<br />

ideas sobre las células nerviosas. Su ameboísmo”,<br />

editado en la Revista de la Universidad<br />

en 1905, mereció el siguiente comentario<br />

del editor, el Dr. Rivarola: “Este<br />

trabajo es el resultado de investigaciones<br />

hechas pacientemente en el Instituto de<br />

Anatomía Patológica de nuestra Facultad<br />

de Ciencias Médicas por el autor, un joven<br />

estudiante de cuarto año de la misma Facultad.<br />

Tratándose del trabajo de un alumno,<br />

el Director de esta Revista, a falta de<br />

competencia profesional para juzgar si era<br />

digno de su publicidad, lo consultó con el<br />

Señor Decano, Dr. Uballes, de quien recibió<br />

una respuesta afirmativa (…) Junto al mérito<br />

científico debe mirarse en él, el fruto de<br />

un ambiente en que domina la seriedad de<br />

los estudios, y esta Dirección se complace<br />

en hacerlo notar”.<br />

Su último trabajo científico como estudiante<br />

de medicina y tesis doctoral, “El cáncer.<br />

Contribución a su estudio”, fue un verdadero<br />

hito en la historia de la cancerología<br />

latinoamericana (Fig. 9). Se trata de un trabajo<br />

de anatomía patológica y experimentación<br />

en animales de laboratorio con 173<br />

microfotografías de preparados originales,<br />

12 fotografías y planchas coloreadas,<br />

cuya impresión fue costeada por la propia<br />

Facultad por decisión del Consejo Directivo.<br />

En una carta para el decano de Medicina<br />

Dr. Eliseo Cantón, fechada el 30 de enero<br />

de 1910 y firmada por A. C. Gandolfo,<br />

se hace saber que: “La comisión examinadora<br />

de la tesis del ex alumno D. Ángel H.<br />

Roffo, compuesta por los señores profesores<br />

Viñas, Marotta, Salvador, Badía y el que<br />

suscribe como presidente, ha resuelto por<br />

Fig.4: Dibujo a lápiz del Dr. Angel Roffo (el primero de la izquierda) como Jefe de trabajos prácticos del Instituto de<br />

Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina. Año 1917.<br />

Fig 5: Telemaco Susini (1856-1936)<br />

unanimidad darle la más alta calificación<br />

en vista de su brillante examen. Pero teniendo<br />

en cuenta, la Comisión, que el trabajo<br />

presentado (…) tiene gran mérito (…),<br />

ha resuelto, también por unanimidad, que<br />

me dirija al Sr. Decano y solicite su apoyo<br />

para que la Facultad contribuya a la publicación<br />

de la tesis, cuyo costo es muy elevado<br />

en vista del gran número de grabados que<br />

acompaña”.<br />

Este ensayo, hoy un clásico en la historia de<br />

la oncología, fue distinguido con el Premio<br />

“Facultad de Ciencias Médicas”. A su vez,<br />

en 1911 recibió la medalla de oro en el Congreso<br />

Internacional de Medicina e Higiene<br />

de Roma y, ese mismo año, fue presentado<br />

en la Academia de Medicina de París por<br />

el Prof. Lucas Championniere. En el trabajo,<br />

Roffo arribaba a cuatro conclusiones<br />

que, aún en la actualidad, siguen vigentes<br />

y son la base de la oncología moderna: 1) El<br />

cáncer no puede tener una sola causa etiológica,<br />

2) la causa inmediata es la que pro-<br />

Fig 6: Hospital San Roque<br />

(desde 1914, Hospital Ramos Mejía)<br />

Fig 7: Antiguo Hospital de Clínicas<br />

Fig 8: El Hospital Español de Buenos Aires en 1910.<br />

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72 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig 12: El Dr. Angel H. Roffo (centro)<br />

recientemente egresado de la Facultad de Medicina junto<br />

a algunos compañeros de promoción<br />

Fig 13: Hospital Muñiz (1900)<br />

Fig 14: Daniel Cranwell (1870-1953)<br />

duce la multiplicación celular, 3) la causa<br />

del poder vegetativo de estos tumores está<br />

en las condiciones mismas de la alteración<br />

primera de la célula, que la convierte en un<br />

elemento parasitario del organismo, y 4)<br />

las condiciones experimentales especiales<br />

de estas células determinan los mismos<br />

procesos que las células de tejido de especie<br />

extraña, o sea, formación de anticuerpos<br />

y también de sustancias que favorecen<br />

su desarrollo.<br />

A lo largo de su formación universitaria,<br />

Roffo trató con grandes personalidades<br />

del ámbito médico, como el ya mencionado<br />

Profesor Susini (Patología), Horacio Piñero<br />

(Fisiología), Anastasio Quiroga (Química<br />

biológica) y Juan Bautista Señorans<br />

(Fisiología). Sin embargo, como estudiante<br />

ejemplar, tampoco careció de vida social:<br />

en 1904, conoció a la que sería su mujer,<br />

Helena Larroque (1882-1924), una<br />

entrerriana también estudiante de medicina<br />

(Fig. 10). Si bien por problemas de salud<br />

ella tuvo que dejar la carrera cuando estaba<br />

en el último año, acompañó a su marido<br />

hasta su prematura muerte, haciendo honor<br />

al axioma que dice que “detrás de cada<br />

gran hombre hay una gran mujer”. Incluso,<br />

en 1921, fue una de las encargadas de<br />

promover la fundación de la Liga Argentina<br />

de Lucha Contra El Cáncer (LALCEC) y<br />

en 1923 dirigió sus esfuerzos en la creación<br />

de la Escuela de Enfermería para optimizar<br />

el cuidado integral del enfermo de cáncer.<br />

Helena y Ángel se casaron en 1910 y tuvieron<br />

un único hijo, Ángel Eduardo. Ese mismo<br />

año, él egresó de la Facultad de Medicina<br />

con diploma de honor (Fig. 11) e<br />

inmediatamente fue designado Director<br />

Interino del Laboratorio del Hospital Muñiz<br />

(Fig. 12), Jefe de Laboratorio de Anatomía<br />

Patológica del Hospital Español y Jefe<br />

de Trabajos Prácticos de la cátedra de Vías<br />

Urinarias en la Facultad de Medicina, cargos<br />

que desempeñó hasta 1918.<br />

Fig 9: Helena Larroque de Roffo (1882-1924)<br />

Fig 10: Angel Roffo con su esposa Helena Larroque de<br />

Roffo y otros colaboradores<br />

Fig 11: Uniforme de las Enfermeras del Instituto<br />

de Medicina Experimental<br />

Sus primeros años como médico: se perfila<br />

el investigador sobresaliente<br />

Egresado con honores, el flamante médico<br />

se vio forzado por razones económicas<br />

a mantener las múltiples actividades institucionales<br />

que habían caracterizado su vida<br />

de estudiante. Sin embargo, más allá de sus<br />

numerosas responsabilidades, su afán de<br />

investigador no mermó; y entre 1911 y 1915<br />

publicó 22 trabajos sobre diversos temas:<br />

“Meningitis postraumática”, “La distomasis<br />

humana, primer caso observado en el<br />

país”, “El granuloma venéreo”, “La tuberculosis<br />

de la mama”, “Parálisis general y<br />

treponema”, “La gruta sepulcral” (estudio<br />

anatomopatológico de huesos precolombinos)<br />

y varias investigaciones en cáncer,<br />

fueron sólo algunos.<br />

Una de sus publicaciones que merece especial<br />

atención es “Cáncer experimental”,<br />

presentada en la Academia Nacional de<br />

Medicina el 5 de octubre de 1912 por el Prof.<br />

Daniel Cranwell (Fig. 13). En ésta, a través<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

73<br />

del uso de animales de experimentación,<br />

Roffo obtenía 3 conclusiones a nivel de patología<br />

comparada: la reproducción por injerto<br />

del tumor, la inmunidad provocada<br />

contra la enfermedad y la eficaz acción de<br />

sustancias de afinidad electiva o quimiotrópicas.<br />

La impresión que generaron estos<br />

resultados fue tan grande que, en la misma<br />

sesión de lectura y por iniciativa del Dr.<br />

Domingo Cabred (Fig. 14) con voto unánime<br />

de los presentes, se decidió la creación<br />

de un instituto de medicina especial para<br />

el estudio y tratamiento del cáncer. En esta<br />

moción, se encuentra el germen de lo que<br />

10 años más tarde sería el Instituto de Medicina<br />

Experimental (hoy conocido como<br />

Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”).<br />

“Cáncer experimental” fue publicado en<br />

1914 y los costos de edición fueron afrontados<br />

por la Academia de Medicina. Roffo no<br />

sólo recibió el Premio “Facultad de Medicina”<br />

a la mejor publicación en 1913-1914 y el<br />

Premio Nacional de Ciencias, sino que además,<br />

por sus trabajos sobre cáncer obtuvo<br />

la medalla de oro y el Diploma de Honor en<br />

el Congreso Internacional de Higiene celebrado<br />

en Roma en 1912.<br />

Otro hito importante en su carrera fue la<br />

presentación de las comunicaciones “Cáncer<br />

experimental. Estudio sobre transmisión<br />

y tratamiento” y “Sobre la vulgarización<br />

de los conocimientos de cáncer y<br />

diagnóstico precoz” en el V Congreso Médico<br />

Latinoamericano y el VI Panamericano,<br />

organizado en Lima en 1913. Acompañado<br />

por su esposa como representante del<br />

Gobierno argentino, su primera charla fue<br />

motivo de una conferencia en sesión plenaria<br />

y contó con la presencia de los presidentes<br />

de las delegaciones extranjeras. El impacto<br />

entre los oyentes fue de tal magnitud<br />

que el profesor de Anatomía Patológica de<br />

Lima, el Dr. Osvaldo Hercelles, hizo la siguiente<br />

moción: “Séame permitido Sr. Presidente<br />

hacer uso de la palabra para felicitar<br />

calurosamente al Sr. Dr. Roffo, a ese<br />

gran creador del cáncer experimental en<br />

América Latina, para felicitarnos también<br />

nosotros como americanos, porque estudiosos<br />

de esta naturaleza honran al continente<br />

que los produce (…) La Argentina<br />

con Roffo nos da el toque de llamada, rodeemos<br />

a ese gran país y todos en conjunto<br />

procederemos a hacer el estudio del cáncer<br />

en la América (…) Propongo, pues, Sr.<br />

Presidente, la siguiente orden del día: ‘Los<br />

delegados del V Congreso Médico Latinoamericano<br />

queden nombrados miembros<br />

del Comité para el estudio del cáncer<br />

en la América, procediendo de acuerdo con<br />

el Comité Central de la Argentina’”. Así,<br />

nuestro médico comenzaba a trascender<br />

las fronteras científicas del país.<br />

Al año siguiente, Roffo solicitó a la Universidad<br />

un apoyo financiero para realizar un<br />

viaje de estudios a Europa junto a su esposa<br />

(una prueba de que su posición económica<br />

no era en absoluto acomodada). Sin embargo,<br />

con el estallido de la Primera Guerra<br />

Mundial, se vio obligado a postergarlo<br />

hasta 1919. Entre estas dos fechas (1914-<br />

1919) -además de ocupar los ya mencionados<br />

cargos de jefe de Laboratorio de Anatomía<br />

Patológica del Hospital Español (hasta<br />

1918), jefe de trabajos prácticos de la cátedra<br />

de Vías Urinarias (hasta 1918), médico<br />

de autopsias del Hospital Muñiz (hasta<br />

1917) y encargado del estudio del Cáncer<br />

por el Departamento Nacional de Higiene<br />

(hasta 1918)- se desempeña como: profesor<br />

suplente (hoy adjunto) de Anatomía Patológica<br />

de la Facultad de Medicina, profe-<br />

Fig 15: Domingo Cabred (1859- 1929)<br />

Fig 16: José Penna (1855- 1919)<br />

2 . Este laboratorio estaba dirigido por José Badía, profesor<br />

suplente de Anatomía Patológica y compañero de<br />

Roffo en esa cátedra. Aun con limitaciones, en este laboratorio<br />

Roffo pudo ampliar los trabajos sobre el cáncer iniciados<br />

en la Facultad de Ciencias<br />

Médicas y llegó a practicar unas 3000 autopsias a ratas<br />

en la búsqueda de tumores espontáneos.<br />

Fig. 17. El primer pabellón del Instituto de Medicina Experimental, cuya piedra fundamental se colocara el 15 de noviembre<br />

de 1914 y se habilitara al público el 19 de abril de 1922. Primero nominado como Pabellón de Servicios Clínicos<br />

y Dispensario, luego como Pabellón de Hombres y finalmente re-bautizado como Pabellón Helena Larroque de Roffo.<br />

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74 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Fig 19: El terreno triangular ocupado por el Instituto Roffo.<br />

Fig 18: Eufemio Uballes (1848- 1933)<br />

Fig. 20. Plano del Instituto de Medicina Experimental<br />

circa 1927/28. Los cuatro edificios fundacionales.<br />

Fig 21: El arquitecto Gino Aloisi (1864-1924)<br />

sor de Ciencias Naturales en la Escuela Nacional<br />

de Comercio (cargo que ocupa hasta<br />

1932) y profesor libre de Anatomía Patológica<br />

del Colegio Médico Argentino y del<br />

Centro de Estudiantes de Medicina (1912 -<br />

1918). Durante este período, también dicta<br />

10 cursos (de los cuales 5 son sobre cáncer)<br />

y desarrolla una prolífica actividad de<br />

investigación que lo lleva a publicar 44 trabajos<br />

científicos (de los cuales tres salen en<br />

revistas extranjeras y uno -“Nueva contribución<br />

al estudio del cáncer experimental”-<br />

recibe, en 1916, la medalla de oro de la<br />

Academia de Medicina -Premio Centenario<br />

de la Independencia Argentina al mejor<br />

trabajo inédito-). A su vez, en 1915, el entonces<br />

director del Departamento Nacional<br />

de Higiene, Dr. José Penna (Fig. 15) crea el<br />

Instituto Bacteriológico Nacional (hoy Instituto<br />

Malbrán) y mientras designa para su<br />

dirección al prestigioso bacteriólogo berlinés<br />

Rudolf Krauss, nombra a Roffo Jefe de<br />

la Sección Cáncer.<br />

Finalmente, una vez concluida la guerra,<br />

nuestro médico es comisionado por la Academia<br />

de Medicina para estudiar la organización<br />

de los institutos de cáncer experimental<br />

en Francia, Inglaterra y Alemania<br />

(un dato interesante es que la Academia<br />

gestionó y consiguió que Roffo continuara<br />

percibiendo su sueldo como miembro del<br />

Instituto Bacteriológico Nacional durante<br />

su ausencia). Su designación como delegado<br />

estaba en consonancia con el nuevo impulso<br />

que había cobrado la construcción del<br />

Instituto de Medicina Experimental y demuestra<br />

que, en 1919, él era considerado el<br />

candidato natural para ocuparse de su organización<br />

y dirección.<br />

Si bien el plan de viaje, como se señala en<br />

su solicitud de licencia, incluía una visita<br />

los Estados Unidos, su estadía en el país<br />

del norte nunca se concretó; por lo que, en<br />

1921, luego de terminar su itinerario por<br />

el Viejo Mundo, publicó en el Boletín de la<br />

Academia de Medicina el “Informe sobre los<br />

institutos del cáncer en Europa”. En los últimos<br />

tramos de este compendio de experiencias,<br />

Roffo dice textualmente: “Deseoso<br />

de cooperar con la más pronta realización<br />

del Instituto del Cáncer de la Academia de Medicina<br />

(…) ofrezco a tal fin mi desinteresado<br />

concurso, hasta tanto el honorable Congreso<br />

apruebe el presupuesto de sostenimiento del<br />

Instituto. A este fin proporcionaré todas las informaciones<br />

y datos adquiridos en mis visitas<br />

a los distintos institutos similares que he visitado<br />

por encargo de esta honorable Academia,<br />

en Francia, Alemania, Inglaterra, Bélgica<br />

e Italia”.<br />

La piedra fundamental del nuevo instituto<br />

(Fig. 16) fue colocada el 15 de noviembre<br />

de 1914 (en cumplimiento a lo resuelto<br />

aquel 5 de octubre por la Academia Nacional<br />

de Medicina) en una fracción de terreno,<br />

perteneciente a la Facultad de Agronomía<br />

y Veterinaria, en los barrios Villa del<br />

Parque y Devoto. El área -cedida para tal fin<br />

por una resolución del entonces rector de<br />

la Universidad de Buenos Aires, Dr. Eufemio<br />

Uballes, (Fig. 17) y el decano de la Facultad,<br />

Dr. Schatz- abarcaba una superficie<br />

triangular de 5 hectáreas aproximadamente,<br />

delimitada por las avenidas San Martín,<br />

Tres Cruces (hoy Francisco Beiró) y Nazca<br />

(Fig. 18). Los planos del nuevo instituto<br />

(Fig. 19) fueron trazados por el arquitecto<br />

Gino Aloisi (Fig. 20), quien se inspiró en<br />

el Instituto Nacional del Cáncer de Heidelberg<br />

(Samarithernhaus). •<br />

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Museo Houssay<br />

Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

75<br />

Por Prof. Dr. Federico Pérgola<br />

Los hervidores autoclaves<br />

esterilizadores de Justo y<br />

Repetto en el Museo Risolía<br />

Dr. Federico Pérgola<br />

Director Instituto de historia de la<br />

medicina (Facultad de medicina UBA)<br />

Llamará la atención del lector un<br />

nombre tan rimbombante para<br />

aquello que, como se ve en la fotografía,<br />

es sólo el inicio de su denominación:<br />

un simple hervidor. También nos apuramos<br />

en señalar que los dos cirujanos argentinos,<br />

Juan Bautista Justo (1865-1928) y<br />

Nicolás Repetto (1871-1965), no fueron sus<br />

inventores, sino que ellos únicamente eran<br />

los dueños de esos aparatos. De hecho, fue<br />

Repetto quien donó los dos artefactos a la<br />

facultad que lo vio nacer como médico y que<br />

lo tuvo como profesor de cirugía.<br />

El principal innovador en la revolución<br />

quirúrgica de las últimas décadas del siglo<br />

XIX fue Joseph Lister (1827-1912) con<br />

el método antiséptico. Él empleaba calor o<br />

sustancias químicas para desembarazarse<br />

de los agentes microbianos durante los actos<br />

operatorios. Si bien prefería la segunda<br />

técnica citada, no dejó de usar las altas<br />

temperaturas para resolver el problema del<br />

material utilizado en las intervenciones.<br />

Juan B. Justo<br />

Los hervidores para esterilizar los elementos<br />

quirúrgicos no parecen haber arribado a<br />

la Argentina de una sola mano, sino de varias.<br />

En ese sentido, a Justo y a Repetto les<br />

cupo una labor pionera. Sin embargo, como<br />

ha sostenido Avelino Gutiérrez (otro prócer<br />

de la cirugía de nuestro país), es probable<br />

que por orden cronológico el precursor<br />

haya sido Justo.<br />

Más allá de estas hipótesis, en el Museo de<br />

Historia de la Medicina y de la Cirugía “Vicente<br />

Risolía” se exponen los dos hervidores<br />

autoclaves esterilizadores traídos de<br />

Europa por los dos profesores de Cirugía de<br />

la Facultad de Ciencias Médicas. La simpleza<br />

de ambos aparatos tiene cierta similitud<br />

con un ejemplo aumentado de las cajas que<br />

se usaron para hervir las jeringas de vidrio<br />

hasta mediados del siglo pasado (antes de<br />

la aparición del material plástico).<br />

Tanto Justo como Repetto abandonaron la<br />

profesión para participar en el Partido So-<br />

Estas autoclaves llegaron al país en 1898. El agua calentada desprendía, a través de uno de los orificios, vapores que<br />

empapaban a los instrumentos envueltos en gasa. Así, quedaban esterilizados.<br />

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76 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Autoclaves J. B. Justo.<br />

cialista. En el caso del primero, son pocas<br />

las figuras (incluso en el ámbito mundial)<br />

que lograron trascender los límites de<br />

su profesión y proyectarse con tal magnitud<br />

en el campo político, sociológico y filosófico.<br />

Como médico, Justo tuvo una labor<br />

descollante. En 1882, ingresó en la Facultad<br />

de Ciencias Médicas de Buenos Aires y<br />

para costear sus estudios trabajó como cronista<br />

parlamentario y reportero del diario<br />

La Prensa. Cuatro años después, dejó el periodismo<br />

para desempeñarse como practicante<br />

del Hospital de Clínicas hasta su<br />

graduación. Su tesis “Aneurismas arteriales<br />

quirúrgicos” no sólo estuvo inspirada y apadrinada<br />

por su maestro Ignacio Pirovano,<br />

sino que además fue premiada con medalla<br />

de oro.<br />

Recién recibido, realizó su primer viaje a<br />

Europa, donde visitó las principales clínicas<br />

de Austria, Francia, Suiza y Alemania.<br />

Allí, además, se encontró con un hallazgo:<br />

la asepsia en las intervenciones quirúrgicas;<br />

e inmediatamente envió una correspondencia<br />

que fue publicada –por su<br />

enorme importancia– en los Anales del<br />

Círculo Médico Argentino.<br />

Ya de regreso en Buenos Aires, da una conferencia,<br />

“La práctica de la cirugía antiséptica”,<br />

con la que abre un camino insospechado<br />

para el avance de la especialidad.<br />

Dos años después, también se presenta<br />

para el Premio Manuel Augusto Montes de<br />

Oca con un trabajo muy audaz: “Resección<br />

parietal y temporal de la bóveda del cráneo”.<br />

Ahí, comunica dos pacientes operados<br />

por él (uno con sobrevida). ¡Toda una<br />

hazaña para la época!<br />

En 1890, es designado Profesor Suplente de<br />

Clínica Quirúrgica (la titularidad la alcanzará<br />

en 1904) y, tres años después, realiza<br />

–por primera vez en el país– la incisión y<br />

drenaje del seno lateral por tromboflebitis<br />

de origen ótico.<br />

En 1905, es expulsado del claustro de profesores<br />

-junto a Repetto- por encabezar un<br />

movimiento precursor a la Reforma Universitaria<br />

(ésta recién se consolidará años<br />

después con la Universidad de Córdoba a<br />

la cabeza).<br />

En realidad, la separación entre el médico<br />

y el político no fue neta ni terminante, ya<br />

que Justo tuvo siempre actividad partidaria.<br />

En 1890, fue miembro de la Comisión<br />

Directiva de la Unión Cívica de la Juventud<br />

y, dos años después, publicó los primeros<br />

artículos y notas sobre el socialismo en<br />

el periódico El Obrero. También fundó -el 7<br />

de abril de 1894- La Vanguardia y encabezó,<br />

dos años después, la lista de diputados por<br />

la Capital (primera presentación socialista<br />

a elecciones argentinas). Intervino, además,<br />

en el Consejo Constituyente del partido<br />

y, en 1898, publicó la traducción del<br />

primer tomo de El Capital de Karl Marx. Al<br />

año siguiente, entre muchas otras actividades<br />

políticas y sociales, editó con Nicolás<br />

Repetto y Julio Arraga El Diario del Pueblo.<br />

El punto que marca el abismo entre ambas<br />

vocaciones es 1905 y su decisión de abandonar<br />

la práctica activa de la medicina fue<br />

tomada junto a su amigo Nicolás Repetto.<br />

Ellos habían estudiado intensamente en<br />

Europa y, al regresar, se habían abocado a<br />

una significativa tarea profesional; pero,<br />

poco tiempo después, consideraron que la<br />

cuestión sanitaria excedía superlativamente<br />

al ámbito médico-paciente. Para ellos, la<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

77<br />

Nicolás Repetto.<br />

Autoclave de Nicolás Repetto.<br />

solución de tan amplio problema se asentaba<br />

en las diferencias sociales: lo que había<br />

que modificar era la esfera político-social.<br />

Así, decidieron fundar el Partido Socialista<br />

Argentino y, desde su seno, intentaron<br />

la superación de la cuestión sanitaria integral.<br />

De hecho, Justo ocupó varios cargos<br />

legislativos en el plano nacional.<br />

Cuando todavía tenía mucho que aportar<br />

a la Argentina, murió de un paro cardíaco.<br />

Su segunda mujer, la médica Alicia Moreau<br />

(también famosa por su actividad política),<br />

tuvo una vida centenaria.<br />

Por su parte, Repetto siguió los pasos de su<br />

amigo, colega y cuñado (estaban casados<br />

con las hermanas Chertcoff -en el caso de<br />

Justo en primeras nupcias-). Él también<br />

cumplió con un doble designio vocacional.<br />

Se recibió de bachiller a los 16 años de edad<br />

y poco después ingresó en la Facultad de<br />

Ciencias Médicas local. Recibió su título de<br />

médico en 1894, se especializó en cirugía<br />

y durante tres años efectuó cursos de perfeccionamiento<br />

en Francia, Suiza y Alemania.<br />

Mientras trabajaba como médico en los<br />

hospitales San Roque (hoy Ramos Mejía) e<br />

Italiano, fue profesor suplente (hoy Adjunto)<br />

de Medicina Operatoria y Cirugía en la<br />

facultad donde se había graduado. Entre<br />

sus trabajos médicos podemos citar: “Hernias<br />

del diafragma a través del seno costodiafragmático”,<br />

“La punción lumbar” y “Lecciones<br />

sobre cirugía craneana”.<br />

Como anunciaba el diario La Prensa, donde<br />

aparecía la fotografía de un joven Repetto<br />

con los clásicos bigotes de la época, el profesor<br />

de Clínica Quirúrgica atendía gratuitamente<br />

el consultorio médico-quirúrgico<br />

los días martes de 3 a 5 h.<br />

Poco después de conocer a Juan B. Justo, en<br />

1901, se afilió al Partido Socialista y, al año<br />

siguiente, dirigió el periódico partidario La<br />

Vanguardia. En 1905, junto a su amigo Justo<br />

y a Alfredo Palacios, fue cofundador de El<br />

Hogar Obrero, una cooperativa destinada a<br />

la ayuda de los necesitados.<br />

En 1930, al morir Justo, asumió el liderazgo<br />

del partido. Compartió -como vice- la<br />

fórmula presidencial con Lisandro de la Torre<br />

en 1932 y, entre 1913 y 1942, fue elegido<br />

ocho veces diputado por la Capital Federal.<br />

Era ya una figura consagrada por todos los<br />

argentinos (más allá de los sectores sociales<br />

y filiaciones políticas), cuando le fue otorgado,<br />

en 1963, el Premio Alberdi-Sarmiento,<br />

con el que La Prensa distinguía a las figuras<br />

beneméritas de la patria.<br />

Entre sus obras autobiográficas y políticas<br />

se encuentran: Problemas de la guerra, Labor<br />

parlamentaria, Tiempos difíciles, Lecciones<br />

sobre cooperación, Granos de arena, Biografía<br />

de Juan B. Justo, Por la senda escabrosa,<br />

Azúcar y carne, Política, Los socialistas y el<br />

ejército, Mi paso por la medicina, Mi paso por<br />

la agricultura y Mi paso por la política (que se<br />

divide en dos tomos: De Roca a Yrigoyen y<br />

De Uriburu a Perón).<br />

Falleció en Vicente López (pcia. de Buenos<br />

Aires), en una casa propiedad de Sara Justo<br />

e Ismael Iñigo Carrera. Sus cenizas fueron<br />

esparcidas en un campo de Los Cardales,<br />

partido bonaerense de Exaltación de la<br />

Cruz. •<br />

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vidriera fotográfica<br />

78 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Texto: Dr. Fernando Guerzobich<br />

Fotos: Dr. Martín Valdez<br />

VIENA :<br />

CIUDAD IMPERIAL (Y SEDE DEL CONGRESO<br />

EUROPEO DE RADIOLOGÍA -ECR-)<br />

Dr. Fernando Guerzobich<br />

Médico de planta de Diagnóstico Médico.<br />

Dr. Martín Valdez<br />

Jefe Residentes<br />

Diagnóstico Médico<br />

Vista exterior del complejo Museumquartier, uno de los centros culturales más grandes del mundo. Como se puede<br />

ver en la foto, allí frecuentemente se montan instalaciones artísticas de los más variados estilos contemporáneos.<br />

Viena en el pasado y el presente<br />

Ya en el paleolítico se documenta la<br />

existencia de habitantes en el valle<br />

del Danubio, pero son los celtas<br />

quienes, más tarde, se establecen en esta<br />

región y fundan una población, allí, donde<br />

el río Viena desemboca en el canal del Danubio.<br />

Hacia la época del nacimiento de Cristo,<br />

los romanos construyeron un campamento<br />

militar, llamado Vindobona, en el sitio donde<br />

hoy se encuentra la ciudad antigua. Éste<br />

fue parte de un sistema de fortificaciones,<br />

denominado “limes” (límites), que se construía<br />

para defender al Imperio de las tribus<br />

germanas.<br />

Estos asentamientos militares, distribuidos<br />

a lo largo del Danubio, fueron destruidos<br />

durante la primera migración de los<br />

pueblos hacia el siglo V. Luego, tribus germanas,<br />

eslavas y razas de las estepas asiáticas<br />

(hunos y avaros) se establecieron en la<br />

región.<br />

Desde el año 976, la administración estuvo<br />

a cargo de la familia Babemberg, una<br />

dinastía que gobernó Austria durante 270<br />

años. Fue el duque Enrique II quien decidió<br />

trasladar definitivamente su residencia<br />

a Viena en 1156 (año en el que se eleva la<br />

Marca del Ducado).<br />

En 1246, la dinastía Babemberg llega a su<br />

fin, cuando Federico el Belicoso cae en una<br />

batalla contra los húngaros. El ducado fue<br />

tomado por Ottokar II, rey de Bohemia; sin<br />

embargo, éste lo pierde, años después, en<br />

las guerras de 1276-78 contra el rey de Alemania,<br />

Rodolfo I de Habsburgo. Este monarca<br />

será quien enfeude el conquistado<br />

ducado a sus hijos, sentando las bases para<br />

una soberanía que perdurará hasta 1918.<br />

Aunque sin éxito, Viena fue asediada dos<br />

veces (en 1529 y 1683) por los turcos. Con la<br />

derrota de las tropas otomanas en las puertas<br />

de la ciudad en 1683, se inició una serie<br />

de exitosas campañas para los ejércitos<br />

imperiales en los Balcanes. El triunfo sobre<br />

los turcos, la victoria de la Contrarreforma<br />

y la alegría del pueblo después de las terri-<br />

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Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

79<br />

Vista invernal del Palacio Belvedere y sus majestuosos jardines.<br />

bles epidemias de la peste encontraron su<br />

expresión arquitectónica en el barroco.<br />

Por estos años, en Viena comenzó a planificarse<br />

el primer gran desarrollo urbanístico<br />

integral: no sólo la Casa Imperial y la aristocracia<br />

mandaron a construir sus grandes<br />

palacios, sino que, además, la burguesía<br />

edificó grandes mansiones barrocas.<br />

De hecho, para competir con Versalles, los<br />

Habsburgo idearon la construcción del Palacio<br />

de Schönbrunn (1694 – 1765). También,<br />

en esta época, se construyó el Palacio<br />

de Belvedere para el príncipe Eugenio<br />

de Savoya. Él se había distinguido como<br />

uno de los comandantes más hábiles de la<br />

monarquía danubiana, luego de participar<br />

en las guerras contra los turcos y luchar, en<br />

Bélgica e Italia, contra los franceses duran-<br />

Viena<br />

te la Guerra de Sucesión Española.<br />

A través de sus éxitos militares, Carlos VI<br />

logró que el Imperio Habsburgo alcanzara<br />

su mayor expansión territorial en el continente.<br />

Sin embargo, su hija María Teresa, al<br />

acceder al trono en 1740, tuvo que enfrentar<br />

a muchos enemigos. Tras un largo período<br />

de guerras, ella, con su enérgica personalidad,<br />

no sólo logró que el Imperio no fuese<br />

dividido, sino que, además, estableció<br />

en Viena la administración central de todos<br />

sus dominios, convirtiendo a la ciudad en<br />

una metrópoli de gran importancia. Las reformas<br />

introducidas durante su reinado en<br />

la educación, la justicia, la organización de<br />

la armada y el desarrollo de las artes hicieron<br />

de este período uno de los más prósperos<br />

(y de ella una de las personalidades más<br />

destacadas de Austria). El pueblo también<br />

la admiraba por su cariño maternal y por su<br />

feliz matrimonio con Francisco de Lorena<br />

(con el cual tuvo 16 hijos).<br />

Tras la muerte de su esposo, María Teresa<br />

nombra corregente y sucesor a su hijo José<br />

II. Él profundizó las reformas iniciadas<br />

por su madre de una manera más enérgica<br />

y radical. Entre alguna de sus decisiones,<br />

se encuentra la introducción de un gravamen<br />

tributario a la familias nobles y la consecuente<br />

secularización de muchos monasterios<br />

convertidos en escuelas u hospitales.<br />

A su vez, José II donó al pueblo el Praterauen,<br />

un bosque en la rivera del Danubio<br />

que servía hasta ese momento como parque<br />

de cacería imperial. A partir de ese entonces,<br />

con la visita de muchos vieneses se desarrolló<br />

allí un gran parque de diversiones:<br />

el Prater. Su símbolo es la famosa rueda de<br />

la fortuna. Ésta gira lentamente y desde su<br />

punto más alto se puede gozar de un magnífico<br />

paisaje urbano.<br />

Durante las Guerras Napoleónicas, el Emperador<br />

francés tomó dos veces la ciudad,<br />

alojándose como huésped no invitado en<br />

Schönbrunn (1805 y 1809). Por esos años,<br />

fue también cuando Francisco II proclama<br />

el Imperio Austríaco (1804) y declara la disolución<br />

del Sacro Imperio Romano Germánico<br />

(1806).<br />

A mediados del siglo XIX, Francisco José,<br />

con sólo 18, años es coronado Rey. Su matrimonio<br />

con la hermosa princesa Elizabeth<br />

(conocida como Sissi) será uno de los<br />

más famosos de la historia.<br />

Durante su gobierno (1848-1916), el Emperador<br />

ordenó la demolición de las ya<br />

obsoletas murallas citadinas y en su lugar<br />

construyó la gran avenida Ringstrasse<br />

(“anillo de ciudad”). En sus alrededores,<br />

como muestra de la grandeza del Imperio,<br />

se erigieron con un estilo renacentista edificios<br />

monumentales con amplios jardines,<br />

la Ópera y Museo de Historia del Arte.<br />

El Imperio, conformado por 57 millones de<br />

habitantes de diferentes grupos étnicos, se<br />

desintegró hacia fines de la Primera Guerra<br />

Mundial. Viena, que contaba entonces con<br />

2,2 millones de residentes, pasó a ser la capital<br />

de la República.<br />

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80 Año 5 - Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Viena<br />

Luego de atravesar numerosas crisis políticas<br />

y económicas durante esta primera<br />

época, Austria cayó, en 1938, en manos<br />

del Tercer Reich. Para finales de la Segunda<br />

Guerra Mundial, los bombardeos aéreos<br />

y los combates armados habían dejado a la<br />

ciudad destruida en un 13%.<br />

Con el fin del enfrentamiento bélico, el país<br />

fue dividido en cuatro zonas y Viena (como<br />

Berlín) en cuatro sectores. Los años siguientes<br />

sirvieron para restablecer el orden<br />

económico del devastado país.<br />

Recién con el Tratado de Estado, firmado<br />

en el castillo de Belvedere en 1955, Austria<br />

recobró su independencia y se convirtió en<br />

una nación libre y soberana. Hoy es una República<br />

Federal, políticamente neutral e independiente.<br />

En la actualidad, la ciudad capital tiene una<br />

extensión de 414 km 2 y una población cercana<br />

a los 1,7 millones de habitantes. Se<br />

encuentra dividida en 23 distritos urbanos<br />

para la administración (el número del distrito<br />

se puede leer en cada esquina en las<br />

placas azules donde figura el nombre de la<br />

calle). La catedral de San Esteban, sede del<br />

arzobispado, se encuentra a 170 m sobre el<br />

nivel del mar.<br />

Además, desde 1957 Viena es sede de la<br />

Agencia Internacional de Energía Atómica<br />

y cuenta con el Centro Internacional de<br />

Viena. Éste fue inaugurado en 1979 y constituye<br />

un gran beneficio para las Naciones<br />

Unidas. Cerca de allí, también se levanta la<br />

Torre del Danubio. Con sus restaurantes<br />

giratorios a 165 m de altura, se ofrece una<br />

vista bellísima de la metrópoli.<br />

A partir del 2001, el centro histórico de Viena<br />

es parte del patrimonio mundial de la<br />

Unesco.<br />

Imagen de un barrio vienés de clase media ubicado en las inmediaciones del Modenapark<br />

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LIT & MED NATIONAL PROGRAM<br />

(EEUU., MAINE, 1997)<br />

Primer programa internacional de lectura y discusión de textos literarios, destinado<br />

a profesionales de la salud, que destaca los temas centrales del cuidado de la<br />

persona y los aspectos humanísticos de la práctica médica la literatura conecta el<br />

campo de la medicina con la experiencia de vida de quien padece y permite comprender<br />

la enfermedad desde una perspectiva humanística.<br />

“El gran desafío de la medicina actual es devolver el lugar a la persona ”<br />

(en el proceso de atención de la salud)<br />

Eric Cassell<br />

No hay buen cuidado sin una comprensión del sufrimiento del otro.<br />

Con este compromiso, Diagnóstico Médico ha adherido a la propuesta de Literatura<br />

& Medicine ofreciendo la actividad a su cuerpo profesional.<br />

Y Otras instituciones adheridas:<br />

- Sanatorio San José<br />

- Sanatorio de la Trinidad<br />

- Clinica Bazterrica<br />

- Sanatorio Santa Isabel<br />

- Clinica del Sol<br />

- Hospital Penna<br />

- Hospital Durand<br />

- Hospital Udaondo<br />

- Hospital Erill (Escobar)<br />

Lic. Isabel Del Valle (Disertante)<br />

Maine Humanities Council Argentina


colección de fotos<br />

82 Año 5 -- Nro. 17 [Diciembre 2011]<br />

Por Dr. H. César Gotta<br />

inundación de La Boca<br />

Fotógrafo: Samuel Boote. Año 1884.<br />

Dr. H. César Gotta<br />

Director<br />

Diagnóstico Médico<br />

Inundación de la Boca<br />

Inundación en la Boca.<br />

Las inundaciones en la Boca eran un problema frecuente.<br />

Bastaba que el Río de la Plata creciera y el agua entraba en la<br />

ciudad provocando grandes daños.<br />

La población de la Boca soportaba las circunstancias con<br />

estoicismo. Muchas veces ha habido víctimas fatales debido a la<br />

gran velocidad que se producían.<br />

En la foto vemos las típicas casas de madera y un bote flotando<br />

en el medio de una avenida.<br />

Próxima Edición<br />

¿Me quiere doña?<br />

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Que cada momento, cada día,<br />

cada semana, cada mes,<br />

nos traiga mucho más.<br />

Por un 2012 lleno de proyectos,<br />

¡lleno de sueños!<br />

Con nuestros mejores deseos.<br />

Diagnóstico Médico<br />

Trayectoria y evolución al servicio de su salud.


Dirección Junín 1023 - C1113AAE - Ciudad de Buenos Aires<br />

Teléfonos 4827.6300 - 4821.6900/9800 - Fax 4821.1155<br />

Email dm@diagnosticomedico.com - Web www.diagnosticomedico.com

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