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Di media vuelta y era… ¡Ginny!<br />
Llevaba unos vaqueros y un jersey, lista para salir, y bajó a toda pastilla la escalera.<br />
—¡Chssss! ¡Vas a despertar a papá y mamá!<br />
La cogí del brazo y tiré de ella hacia el porche.<br />
—¿Qué haces levantada? —pregunté.<br />
—Esperando a que entraras en mi habitación para convertirme en conejo —contestó—. Bueno, lo<br />
intentaras.<br />
—Esta noche no —le repliqué—. Vuelve a la cama.<br />
—¿Y tú qué haces levantado? ¿Adónde vas?<br />
Me senté en la escalinata y saqué las zapatillas.<br />
—Al garaje a ensayar un nuevo truco —mentí.<br />
—Qué va. Yo sé a donde vas. ¡A Midnight Mansion!<br />
La agarré por los hombros.<br />
—Vale. Pues sí. Voy a Midnight Mansion. No se lo digas a papá y mamá. ¿Prometido?<br />
—¡Yo también quiero ir! —insistió—. Llévame.<br />
—No. Vuelve a acostarte y… no digas nada, o te prometo que te arrepentirás.<br />
—¡Tienes que llevarme! —replicó—. Sino, subiré corriendo a decírselo a papá y mamá y no podrás<br />
ver a Amaz-O.<br />
—No te atreverás…<br />
—Sí que lo haré.<br />
Yo sabía que lo haría.<br />
—De acuerdo —accedí—. Acompáñame; pero tienes que ser buena y hacer todo lo que yo te diga.<br />
—Puede que sí… y puede que no.<br />
Suspiré. Tenía que llevarla por muy mocosa que fuese. Si venía conmigo no se chivaría, porque<br />
corría el mismo riesgo que yo.<br />
—Vamos —musité.<br />
Entramos con cautela en el garaje, sacamos las bicis y empezamos a pedalear en plena noche.<br />
Me sentía raro cruzando Bank Street a altas horas de la noche. Las tiendas estaban cerradas, las luces<br />
apagadas y apenas circulaban coches.<br />
¡Oh, no! En el otro extremo de la calle distinguí un coche patrulla que se acercaba a nosotros. Si nos<br />
descubrían, seguro que nos pararían y nos llevarían a casa. Y entonces sí que nos caeríamos con todo el<br />
equipo.<br />
Busqué desesperadamente un sitio para escondernos, porque en aquella calle tan iluminada seguro<br />
que acabarían viéndonos.<br />
—¡Ginny! —grité—. ¡Rápido, fuera de la luz! —Y me metí en la entrada oscura de una tienda de<br />
ropa.