Periodico Amagi Noviembre 2017

DESARROLLO HUMANO
. 6
www..amagidesarrollo.com
ODS 16
ODS 11 . 12
Aprender
del futuro
Por José Luis Escorihuela
Mi buen amigo
Kant, a quien durante
un tiempo
traté mucho, ya
me advertía de
que la percepción
de la realidad,
además de un
componente sensorial
de por sí limitada y limitante, implica
otro componente un tanto más abstracto
que él llamaba el Entendimiento, una
facultad del ser humano llena de conceptos
o categorías que condicionan nuestra
comprensión de la realidad al obligarla a
encajar en el molde que tales conceptos
crean. Por si fuera poco, otra facultad humana,
en este caso la Razón, terminaba de
enredar las cosas al fantasear con los datos
de la percepción creando extrañas teorías
o ideas. Lo que Kant tal vez no se planteó
es que los seres humanos creamos hábitos
que se forjan tanto a partir de la experiencia
como de las ideas existentes, o mejor
dicho disponibles en cada época y lugar, y
que tales ideas bien pueden no ser el producto
de ninguna mente pensante individual,
sino más bien el resultado de un esfuerzo
colectivo de pensamiento, o como
dirían otros tal vez sean manifestaciones
del espíritu único que anima el mundo.
Sea como fuere, lo
cierto es que las
ideas generan un
modo de estar en el
mundo, una manera
de relacionarnos
entre nosotros y
con la naturaleza,
que com pleta sin duda la
experiencia de aprendizaje que nos llega
de nuestro contacto directo con la realidad,
pero con la capacidad de cambiar la
propia manera en que vemos o percibimos
el mundo. Seguramente Kant subestimó
el poder de las ideas y su capacidad para
modelar el ser que somos en cada instante.
Afortunadamente a otras personas no se les
ha pasado por alto.
Valga toda la parrafada anterior para decir
que necesitamos nuevas y mejores
ideas para aprender de ellas, para generar
otros hábitos que nos permitan
estar de una manera más consciente y
sostenible sobre este planeta. Ideas que
no pueden venir del pasado, pues de ahí
ya hemos aprendido todo lo que teníamos
que aprender. Las viejas ideas y teorías ya
han dado todo lo que daban de sí y el resultado
es bien conocido: este individuo
moderno, un tanto prepotente, orgulloso
de su recién descubierta individualidad,
de su libertad para hacer lo que le venga
en gana, aferrado al consumo de cosas inútiles
y, en general, desconectado de la naturaleza,
desconectado de las personas y,
probablemente desconectado de sí mismo.
Aprender del futuro es aprender a generar
nuevas ideas, o tal vez habría que
decir aprender a descubrirlas, y después
aprender a hacerlas realidad, a hacerlas
manifiestas en hechos concretos, en nuevas
formas de vida. Y es también aprender
a transformarnos conforme una nueva
idea se apodera de nosotros, afectando todo
nuestro ser, generando nuevos hábitos con
los que nos sentiremos seguramente extraños.
Aprender del futuro es estar dispuestos
a dejar nuestros más queridos apegos,
abiertos para cuestionar lo que hemos sido,
para poner en duda lo que queremos ser, y
abrazar lo inevitable, no porque lo imponga
ningún destino al que seríamos ajenos, sino
porque surge inevitablemente de nosotros
mismos en la relación íntima que mantenemos
con la vida.”
Fragmento de: JOSE LUIS ESCORIHUE-
LA “ULISES”. “ANECDOTARIO”
José Luis Escorihuela, ‘Ulises’, es facilitador profesional
y educador en temas relacionados con
la sostenibilidad social. Licenciado en Matemáticas
(Universidad de Zaragoza) y Filosofía
(Universidad de París-Sorbona), Postgrado Internacional
en Resolución de Conflictos (UOC),
es miembro fundador del Camino del Élder.
Miembro activo del Instituto Internacional de
Facilitación y Cambio (IIFACe) y de Gaia Education,
trabaja actualmente como facilitador y
consultor de alcance internacional. Es el coordinador
académico del master Diseño de Sistemas
Integrados para la Sostenibilidad, GEDSiS,
que ofrece la Universitat Oberta de Catalunya,
UOC; y del curso de posgrado sobre Facilitación
de grupos, ofrecido por la Universidad de
Zaragoza, además de impulsor de otros cursos
intensivos de facilitación y diseño sostenible en
España y varios países latinoamericanos. Autor
de numerosas publicaciones y libros.
Web: www.elcaminodelelder.org
PROFESIONALES CON PROPÓSITO
Tener una causa para crear lo nuevo
Muchas son las consultoras dedicadas
a sondear estudiantes y jóvenes profesionales,
en relación al desarrollo de
sus profesiones y carreras, ya sea como
free-lancers o en relación de dependencia.
Se hace hincapié en la educación
formal y en la experiencia, como
punto de partida de la proyección de
sus carreras laborales y sentirse exitosos
en ellas, lo que incluye una carrera
internacional, por nombrar algo.
Esa visión es buena, considerando
además la carga motivacional que
mueve a estos jóvenes profesionales
a hacer bien las cosas.
Al mismo tiempo cabe preguntarse
respecto del propósito que tienen
en mente los profesionales a la hora
de pensarse en lo que hoy llamamos:
plan de carrera. Esto apunta a revisar
específicamente si en ese objetivo,
se encuentran incluidos ellos mismos
como personas humanas, viviendo en
sociedad y habitando en el planeta.
Para ser un poco más claros aún, revisar
si además de ejercer una profesión
y disfrutarlo, o crear un emprendimiento,
negocio, empresa y ganar
dinero, hay una conciencia de incluir
a la sociedad y al ambiente, dentro
del impacto de lo que se hace, y considerar
en colaborar positivamente
con esos ámbitos.
TENER UNA CAUSA
¿Cuál es la causa que perseguimos
como seres humanos, ejerciendo una
profesión o creando un emprendimiento?
Tal vez para muchos profesionales
y dueños de empresa, les resulte
una pregunta un tanto extraña, ya que
venimos de una cultura del trabajo es
para generar el sustento. ¡¡Y es así!!.
El punto es que ya hoy día parece ir
resultando obsoleta la idea de solo
hacer para ganar dinero. Los proyectos
que se orientan a generar impactos
positivos en los ámbitos sociales
y ambientales, son los más exitosos,
y en esto mucho tienen que ver los
jóvenes profesionales.
Estos profesionales que están incluidos
en la generación Millennial, son
los que vienen con mucha fuerza
innovadora, buscan su permanente
perfeccionamiento, son flexibles, autonómicos,
y principalmente están
comprometidos con los entornos que
mencionamos.
Cabe entonces preguntarse sobre la
“causa” que nos mueve a cada uno.
Las causas son siempre en relación a
todo lo vivo, y a nuestro hábitat. Nos
resulta fácil involucrarnos pues somos
seres humanos y entonces la empatía
con ello resulta casi automática.
CREAR LO NUEVO
Se trata de romper viejos patrones y
paradigmas egoístas donde se piensa
solo en ganar dinero, o que el planeta
es un recurso de donde servirse, o
que la sociedad es un simple paisaje,
e ir migrando como un proceso, hacia
lo compartido, hacia generar lo nuevo
que tenga en cuenta a todos, y no
solo a uno mismo.
El planeta y la humanidad están demasiado
necesitados como para seguir
“sirviéndonos” únicamente de
ello. Si no comenzamos a dar, a pensar
en conjunto, empáticamente, no
quedará mucho de donde servirse.
Como a un automóvil que no se le
pone combustible, en algún momento
deja de funcionar.