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Periódico Amagi Diciembre 2019

Periódico Mensual de Desarrollo Humano y Sustentabilidad

Periódico Mensual de Desarrollo Humano y Sustentabilidad

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DISTRIBUCIÓN GRATUITA

Campana, DICIEMBRE 2019

®

DE DESARROLLO HUMANO

Desarrollo sostenible,

economía circular, verde, azul…

y el valor de la educación

NOTA PAGINA 4

¡El momento de actuar es ahora!

En Amagi nos comprometimos

a ser Carbono Neutrales

Reserva Natural Achala,

un espacio para el ecoturismo

educativo y sustentable

NOTA PAGINA 3 NOTA PAGINA 8


Periódico AMAGI

Periódico Mensual

de Desarrollo Humano

de distribución gratuita.

Entregas impresas

& digitales

STAFF

COORDINADORES

Carlos Galazzo

Mariela Oppici

DISEÑO E IMAGEN

Melina Catardi

REDACCIÓN Y RECOPILACIÓN DE AVISOS

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en el periódico pueden comunicarse al

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a amagi@noticiasamagi.com

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reproducciones de los contenidos que le pertenecen

pero deberá contar con la previa autorización

de Amagi por escrito.

Impreso en los talleres de La Auténtica Defensa,

Diario Zonal de la Mañana. Av.Rocca 161,

Campana, Buenos Aires.

NRO.

41

AÑO

04


¡El momento de actuar es ahora!

En Amagi nos comprometimos a ser Carbono Neutrales

Durante la Conferencia sobre el Cambio

Climático de las Naciones Unidas,

COP25, en Madrid, 533 Empresas B se

han comprometido públicamente a acelerar

la reducción de sus emisiones de

carbono al 2030 y no al 2050 como se

estableció en el Acuerdo de París en

2015. Así se busca evitar que la temperatura

del planeta aumente más de 1,5ºC,

según el límite que la comunidad científica

acordó para evitar los peores impactos

sociales y ambientales.

Este compromiso de una reducción

significativa de carbono para un

futuro con emisiones netas cero de

aquí al 2030, es parte del esfuerzo

más ambicioso visto hasta ahora en

el mundo llevado a cabo por empresas

que demuestran liderazgo en

un momento de inquietud e incertidumbre

ambiental y económica.

Dentro de las 533 empresas que firmaron

el compromiso, 189 las Empresas B

de América Latina, en Argentina se comprometieron

49 empresas, entre ellas

estamos nosotros, Amagi Desarrollo

Humano. Otras de las Empresas B comprometidas

a nivel global son Patagonia,

Davines, Allbirds, Intrepid Travel, The Body

Shop, Ecoalf y The Guardian. Las Empresas

B Certificadas, son corporaciones

que cumplen con los más altos

estándares verificados de desempeño

social y ambiental, transparencia

y responsabilidad legal. En el

mundo, hay más de 3000 Empresas B,

de más de 70 países y 150 rubros, que

utilizan el poder de los negocios para resolver

los principales desafíos sociales y

ambientales de la actualidad, incluida la

crisis climática.

Gonzalo Muñoz, champion climático de

alto nivel para la COP25, cofundador de

la primera Empresa B en América del Sur

y cofundador de Sistema B dice, “es especialmente

conmovedor anunciar, hoy,

durante la COP25, los compromisos de

más de 500 valientes Empresas B para

lograr cero emisiones netas de aquí a

2030, un anuncio dirigido a la secretaría

de la CMNUCC y a todo el mundo.

Todos los sistemas económicos deben

cambiar si queremos evitar los impactos

más catastróficos del calentamiento global

y alcanzar los Objetivos de Desarrollo

Sostenible, y la comunidad global de Empresa

B tiene un papel fundamental en

este proceso. Necesitamos el liderazgo

empresarial para acelerar la trayectoria

de reducción de las emisiones dentro

de sus propios negocios y para fomentar

la adopción de políticas climáticas por

parte de los gobiernos. Las Empresas B

pueden liderar el esfuerzo para demostrar

lo que se puede hacer individual y

colectivamente”.

Marcel Fukayama, co-fundador de Sistema

B Brasil y Director Ejecutivo de

Sistema B Internacional menciona, “el

compromiso de las Empresas B evidencia

la importancia del sector empresarial

para impulsar y acelerar los cambios que

necesitamos. En medio de la crisis que

vivimos en las instituciones y en particular

en América Latina, vemos acciones

concretas y objetivas que son respuestas

de cómo podemos proponer alternativas

prácticas para una nueva economía de

impacto positivo”.

Juan Pablo Larenas, cofundador de Sistema

B agrega: “Desde su fundación en

2006, el movimiento global de Empresas

B se ha centrado en el liderazgo. Estas

son empresas que integran legalmente el

compromiso de considerar los intereses

de todos sus públicos, no solo los accionistas.

Las Empresas B están respondiendo

al llamado a ser parte de la solución

a la crisis climática, actuando de manera

decisiva, urgente y audaz. La COP25 es

un momento decisivo en el que todos

los sectores de la sociedad tienen que

expresar su compromiso y aumentar su

ambición de tomar medidas para abordar

la crisis climática. Esperamos que el

compromiso asumido por las Empresas

B de ser carbono neutrales al 2030, inspire

a todas las empresas del mundo a

seguir su ejemplo, y que las soluciones

generadas y compartidas a partir de su

arduo trabajo en los próximos diez años,

ayuden a la transición de un futuro posible

de cero emisiones de carbono”.

Desde Amagi creemos firmemente

que hay una nueva forma de hacer

negocios, en donde cada organización

debe hacerse responsable de

su impacto en el ambiente y en la

sociedad. Es así como nos comprometemos

a repensar la planificación del negocio

en el contexto de una Emergencia

Climática. Nos comprometemos a repensar

la estrategia y revisar la gestión de la

empresa a corto, medio y largo plazo, y a

adoptar en esa replanificación los principios

de la “transición justa” que toma en

consideración a las personas que se verán

implicadas en esta Declaración. Debemos

buscar maximizar los beneficios

de todas las partes interesadas, accionistas,

empleados, proveedores y clientes,

en el contexto de un compromiso significativo

ante la Emergencia Climática.

DECLARACIÓN DE LA COMUNIDAD DE

EMPRESAS B PARA LA COP25

Estamos viviendo tiempos sin precedentes

en la historia. La conferencia climática

global más importante para abordar el

cambio climático acelerado y el colapso

ecológico se ha visto obligada a trasladarse

al otro lado del mundo cuatro

semanas antes de su inicio debido al

ejemplo más reciente de una amenaza

inmediata y creciente para el orden social

mundial: las inequidades sociales

persistentes y la creciente desigualdad.

Para nosotros, está claro que estas crisis

son impulsadas – y con las soluciones

restringidas – por un sistema económico

que recompensa la búsqueda obstinada

de ganancias mientras externaliza los

costos ambientales y sociales de forma

insostenible. El resultado es una serie de

decisiones que priorizan los retornos financieros

a corto plazo y, a menudo, a

expensas de las personas, las comunidades

y la naturaleza, de la cual toda la

vida depende.

Como líderes empresariales, reconocemos

estas crisis como amenazas para

los mercados y negocios saludables.

Como seres humanos, reconocemos estas

crisis como amenazas a nuestra calidad

de vida y a la calidad de vida de

nuestros hijos y nietos.

Por lo tanto, creemos que es imperativo

que todas las empresas demuestren su

liderazgo para eliminar las emisiones, reducir

el volumen de carbono y garantizar

una transición justa para los trabajadores

y las comunidades desplazadas, con miras

a una economía de cero emisiones

netas. Además, creemos que es imperativo

utilizar el poder de nuestra voz colectiva

para abogar por los cambios políticos

necesarios para eliminar las barreras y

alinear los incentivos que impulsarán una

acción climática significativa.

#TiempodeActuar

#COP25

#CarbonoNeutralidad

#NetZero2030


DESARROLLO HUMANO

. 4

www..amagidesarrollo.com

Desarrollo sostenible,

economía circular, verde, azul…

y el valor de la educación

Isabel García Garcia

Marcelo Legna

David Legna de la Nuez

Carlos Legna Verna

1. La degradación

del medio ambiente

Todos los seres vivos viven, valga

la redundancia, en unos parámetros

concretos. Existen dentro de un rango

óptimo, donde el organismo realiza

sus funciones de nutrición, relación

y reproducción sin problemas.

Más allá de ese rango existe la zona

de estrés fisiológico, en la que el ser

vivo puede sobrevivir, pero no realizar

sus funciones correctamente. Por

último, sobrepasada la zona de estrés,

se encuentra la llamada zona de

intolerancia, en la que el ser no puede

sobrevivir. Esto quiere decir que

los seres vivos se encuentran adaptados

a un rango de parámetros concretos,

como podrían ser determinada

temperatura o acidez. Si estos

parámetros varían de forma brusca,

como está ocurriendo con el cambio

climático, las especies adaptadas a

los parámetros anteriores (como nosotros),

no podrán sobrevivir.

Los investigadores de WWF y la Sociedad

Zoológica de Londres afirman

en el “Informe Planeta vivo 2018”

que sólo entre 1970 y 2014 hemos

perdido el 60% de las especies de

vertebrados, y se calcula que esta

cifra alcanzará el 67% en 2020. Recordemos

que el ser humano también

es un vertebrado, y también necesita

vivir dentro de unos parámetros concretos

y es, por tanto, igualmente dependiente

de su ambiente.

En diciembre de este año se celebró

la XXV Conferencia de las Partes de

la Convención Marco de Cambio Climático

de la ONU. Es la XXV Conferencia,

pero el medio ambiente sigue

deteriorándose. Continúa el derretimiento

de los polos, el aumento del

nivel del mar, aumento de las lluvias

torrenciales a la vez que aumento

de las sequías, la intensificación de

tormentas y huracanes, y la multiplicación

de la probabilidad de que

éstos eventos climáticos extremos

sucedan. Todo esto se debe al calentamiento

global derivado de la acumulación

del CO2 de origen antrópico.

Esta acumulación también está

produciendo lo que algunos conocen

como el gemelo del cambio climático,

la acidificación oceánica, con consecuencias

potencialmente peores.

Tanto el aumento de la acidez como

de la temperatura media de mares y

océanos desplaza a los seres vivos a su

zona de estrés fisiológico. Entre ellos

se encuentra el fitoplancton, algas

unicelulares que flotan en el océano,

las cuales son responsables de la liberación

a la atmósfera de un gran porcentaje

del oxígeno que respiramos

(se calcula que entre el 70 y el 80%).

Por lo tanto, no solo nos estamos

enfrentando al aumento de las temperaturas,

subida del nivel del mar,

desaparición de especies o contaminación,

sino también a la potencial

disminución del organismo que nos

permite respirar.

2. Sobre la noción de

desarrollo sostenible y la

necesaria visión sistémica.

De lo anterior, resulta evidente que

la humanidad se enfrenta a un fuerte

desafío: está en juego su supervivencia.

Como ocurre con toda enfermedad,

la buena cura depende de un

buen diagnóstico. Debemos responder

a la pregunta ¿Cómo es el Desarrollo

Sostenible que permita la supervivencia

de la humanidad? Según

el Informe Grundland, se define “Desarrollo

Sostenible” como el que satisface

las necesidades del presente

sin comprometer la habilidad de las

generaciones futuras para satisfacer

las suyas (World Commision on Environment

and Developement, 1987).

Lo que es “sostenible” es el “desarrollo”.

Por tanto, en primer lugar,

debemos precisar qué es este último

para saber qué es lo que queremos

“sostener”. En el ámbito de la política

y de las ciencias sociales se empezó

a hablar de desarrollo después de la

Segunda Guerra Mundial, el que, durante

las posteriores primeras décadas,

era asimilado a más producción y

consumo de bienes materias (o crecimiento

del PIB). Pero, paso a paso, se

fue observando que el simple aumento

global de los bienes materiales, sin

atender a una más justa distribución

del ingreso y de la riqueza y a otras

características no materiales de la sociedad,

no hacía más feliz a la gente,

no mejoraba su calidad de vida. Y así

nacieron concepciones como las del

“desarrollo humano”, “el desarrollo a

escala humana”, el “otro desarrollo”,

etc.: todas ellas centradas en la realización

de las personas como tales, lo

que implica tener en cuenta aspectos

materiales y no materiales de las sociedades

(Legna Verna, 2018)(Legna

Verna, 2009). Aunque no tratemos

en detalle, en este artículo, esta segunda

línea de interpretación del

desarrollo, a ella nos adherimos. Para

nosotros, él no es simplemente el

crecimiento del PIB per cápita; debe

satisfacer las necesidades materiales

y no materiales de las personas (un

detalle de esta definición se encuentra

en (Legna Verna, 2009 y 2018)

Ahora bien, el vocablo “desarrollo”

conlleva la idea de cambio. Si un

adolescente se desarrolla, significa

que cambia: lo mismo cuando se

trata de una sociedad. Ese cambio

siempre tiene una dirección: el joven

puede desarrollarse para ser

un hombre fuerte, educado, etc., o

lo contrario. Como observa Gilberto

Gallopin, refiriéndose a las sociedades,

el Desarrollo Sostenible “(…)

es un cambio progresivo y en una

dirección, “sostenible” significa que

ese cambio se pueda mantener en el

tiempo” (Gallopin, 2003).

El Desarrollo Sostenible es entonces

un cambio de la sociedad que se

mantiene en el tiempo, que perdura.

Por eso preferimos su denominación

en Francés: “développement durable”,

que dura; pero por convención seguimos

utilizando la que se ha hecho habitual

en Castellano, próxima a la anglosajona

(“sustainable development”).

Ahora bien, la sociedad es un sistema

complejo; debemos observarla como

tal para tratar de comprender qué

significa su Desarrollo Sostenible. Un

sistema es un conjunto de elementos

interrelacionados, que tiene entradas

y salidas o productos (si es un sistema

abierto). Por ejemplo, un área agrícola

es un sistema abierto, constituido por

muchos elementos (tierra, máquinas,

hombres, etc.) que recibe insumos

(semillas, fertilizantes, etc.) y produce

salidas (trigo). Cuando hablamos de

“desarrollo” (que dura, que perdura),

debemos precisar, en primer lugar,

si nos referimos al sistema (el área

agrícola) o a sus resultados (la producción

de trigo); y, en segundo lugar,

que éste es un concepto dinámico,

que implica cambio: el desarrollo del

adolescente es cambios (¡lo saben

sus padres!). Por tanto, el Desarrollo

Sostenible es también un concepto

dinámico. Lo que perdura, lo que

se sostiene, es el cambio: éste es lo

permanente. No es lo mismo que se

mantenga el sector agrícola tal como

está (se sostiene), a que se mantenga

el cambio del mismo (se desarrolla, si

el cambio va en la dirección deseada)

(Gallopín, 2003).

Podemos estar interesados en la sostenibilidad

del sistema o en sus resultados.

La definición de Desarrollo

Sostenible de Grundland, que hemos

citado (como la mayoría de las definiciones),

da prioridad al resultado:

la satisfacción de las necesidades

futuras. Pero para lograr el resultado

deseado es necesario modificar

el sistema, pues el socio-económico

y ambiental actual lo único que asegura

es que no se podrán satisfacer

las necesidades futuras de las personas;

y garantiza también que el

planeta será inhabitable. Su estado

y tendencias, que hemos descripto

en la primera sección, nos lo dicen

claramente. Es interesante señalar

un fenómeno que nos toca más de

cerca. La agricultura pampeana en


Argentina, si se continúa explotando

con la intención de maximizar la productividad

con una visión de corto

plazo (utilización de agroquímicos

en exceso, por ejemplo) terminará

destruyendo al ecosistema. Por eso,

a veces no es deseable que un sistema

persista tal como está funcionando

en el presente, pues se autodestruirá.

Otro ejemplo es el sistema

capitalista actual, uno de cuyos resultados

es la creciente desigualdad

en la distribución del ingreso y de

la riqueza y la persistencia de la pobreza

extrema en muchas zonas del

planeta. Para quienes desean una

sociedad más equitativa, el estado

de este sistema no es deseable. Este

ejemplo revela también la necesidad

de los valores para poder juzgar sobre

la bondad de un sistema, pues a

algunos no les preocupa la creciente

desigualdad en la distribución de los

frutos del proceso económico.

Los humanos estamos inmersos en

un Suprasistema ambiental, también

designado biosfera que está

conformado por todos los seres vivos,

sus interrelaciones y el medio

en el que se desarrollan. Desde la

perspectiva de este artículo, los

subsistemas más relevantes son los

siguientes (los tres últimos subsistemas

son similares a los que propone

Gallopin (Gallopin, 2016)

1. El de los valores, de la cultura y

del conocimiento científico y de los

comportamientos que predominan

en una sociedad, que determinan

lo que las personas consumen y demandan,

si aprecian o no la protección

del medio ambiente, sus fines

en la vida, la prioridad que otorgan a

los bienes materiales o inmateriales

y si conocen los efectos de sus actos

sobre la sostenibilidad del Suprasistema

ambiental.

2. El demográfico, que incluye variables

que influyen en el crecimiento

de la población (tasas de natalidad,

de mortalidad, de crecimiento vegetativo,

de morbilidad, por ejemplo).

3. El subsistema científico-tecnológico

que produce la I+D+i y que

por medio de ella produce efectos

sobre el subsistema económico e influye

en todo el funcionamiento de

la sociedad.

4. El subsistema económico, que

incluye la producción, el comercio

y el consumo de bienes y servicios,

el estado general de la economía, la

infraestructura y los asentamientos

humanos (el ambiente construido) y

que genera desechos por el consumo

y la producción que los vuelca sobre

el medio ambiente.

5. El subsistema institucional contiene

las instituciones formales e

informales de la sociedad, las leyes

y las regulaciones, y las políticas, así

como las estructuras y los procesos

societales principales (agentes sociopolíticos,

procesos políticos, estructuras

de poder, etc.).

6. Los subsistemas naturales, que incluyen

bosques, ríos, mares, etc. Que

son los que permiten el reciclado de

los contaminantes, nos proporcionan

oxígeno, agua potable, y nos permiten

desarrollar otras actividades como el

cultivo de alimentos o la ganadería.

Cada uno de los seis subsistemas

se relaciona con cada uno de los

otros; recibe efectos de ellos y

produce también sobre ellos. A

largo plazo, la única alternativa

de sostenibilidad de la vida humana

es la de mantener un equilibrio

con la biosfera: el calentamiento

global es un ejemplo de desequilibrio.

El subsistema económico es

una de las fuerzas, tal vez la más

fuerte, que está destruyendo ese

equilibrio. Es hora de revisar algunas

propuestas para hacer que

la economía no tenga esta fuerza

destructora.

3. Algunas propuestas

desde la economía para

hacer sostenible el desarrollo:

economía circular,

verde, azul…

Se han hecho varias propuestas sobre

las características o tipos de economía

que ayudarían a la sostenibilidad

del sistema socio-económico y

ambiental.

Comencemos por la Economía Circular.

“Una economía circular es restaurativa

y regenerativa a propósito,

y que trata de que los productos,

componentes y materias mantengan

su utilidad y valor máximos en

todo momento, distinguiendo entre

ciclos técnicos y biológicos. Este


DESARROLLO HUMANO

. 6

www..amagidesarrollo.com

nuevo modelo económico trata en

definitiva de desvincular el desarrollo

económico global del consumo

de recursos finitos. Una economía

circular aborda los crecientes desafíos

relacionados con los recursos a

los que se enfrentan las empresas y

las economías, y podría generar crecimiento,

crear empleo y reducir los

efectos medioambientales, incluidas

las emisiones de carbono. Dado que

cada vez son más las voces que abogan

por un nuevo modelo económico

basado en el pensamiento de sistemas,

una conjunción favorable sin

precedentes de actores tecnológicos

y sociales puede hacer posible ahora

la transición a una economía circular”

(Macarthur, 2013)

En síntesis, la economía circular trata

de romper el paradigma de la economía

lineal de comprar, usar y tirar,

para cambiarlo por otro que organice

la actividad económica de manera de

reducir el uso de recursos naturales,

reutilizar y reciclar. Con este modelo

económico se designan los bienes

durables de manera que se puedan

restaurar, usándose los componentes

y los productos durante más

tiempo y se asegura que los materiales

biológicos puedan re-entrar en la

biosfera, de manera de asegurar la

productividad del suelo. En suma, la

economía circular busca desacoplar

el crecimiento económico del consumo

de recursos naturales.

La Economía Verde.

Este tipo de economía no es contradictorio

con la circular y agrega otros

matices, pues explicita que uno de

sus objetivos es mejorar el bienestar

y la equidad. Pretende que el crecimiento

económico reduzca o elimine

sus efectos sobre el medio ambiente:

“una Economía Verde genera trabajos,

negocios e inversiones, mientras

se produce un aumento de la

producción de energía limpia, incrementando

la eficiencia energética,

reduciendo la emisión de gases, residuos

y contaminantes, y conservando

el agua y los recursos naturales”

(Barbier, 2010).

Según el Programa de Naciones Unidas

para el medio ambiente (PNU-

MA), una economía verde debe mejorar

el bienestar del ser humano y

la equidad social, a la vez que reduce

significativamente los riesgos ambientales

y las escaseces ecológicas.

La economía verde produce bajas

emisiones de GEI (Gases de Efecto

Invernadero), utiliza los recursos

de forma eficiente y es socialmente

incluyente. En una economía verde,

el aumento de los ingresos y la

creación de empleos se derivan de

inversiones públicas y privadas destinadas

a: a) reducir las emisiones de

GEI y la contaminación; b) promover

la eficiencia energética y del uso de

los recursos; y c) evitar la pérdida de

diversidad biológica y de servicios

de los ecosistemas. La orientación

de las inversiones en esta dirección

se realizará mediante un gasto público

selectivo, reformas políticas y

cambios en la regulación. La Economía

Verde deberá mantener, mejorar

y, cuando sea necesario, reconstruir

el capital natural como activo económico

fundamental y fuente de beneficios

públicos, especialmente para

las personas desfavorecidas cuyo

sustento y seguridad dependen de la

naturaleza.

La economía verde reconoce el valor

del capital natural e invierte en él; y

favorece la I+D+i que desarrolle tecnologías

amigables con el medio ambiente

como pueden ser las energías

renovables, los materiales para la

construcción bioclimática, el transporte

limpio, la gestión de residuos

y el reciclaje.

El avance hacia una Economía Verde

requiere un cambio en las políticas

nacionales y supranacionales, como

por ejemplo: a) cambios en la política

fiscal, que incentiven la producción

y el uso de las energías renovables

(en España, durante el gobierno

de un partido político, se establecieron

normas que desincentivaban el

desarrollo de las energías renovables);

b) reforma y reducción de subsidios

con efectos perjudiciales para

el ambiente (como los subsidios a

uso del diésel); c) inversión pública

para “enverdecer” áreas y sectores

(“enverdecer” la Pampa Húmeda de

Argentina, eliminando algunos agroquímicos);

d) introducir criterios ambientales

en las adquisiciones públicas;

e) aumentar los espacios verdes

y reducir la contaminación en las ciudades

(durante el gobierno anterior

de la ciudad de Madrid se redujo la

contaminación pero el actual gobierno

de la ciudad está implementando

medidas que la favorecen); f) en

general diseñar y ejecutar normas y

regulaciones que favorezcan el medio

ambiente (Programa de Naciones

Unidas para el medio ambiente

(PNUMA), 2011).

Las economías azules: la de

Pauli y la que se desarrolló a partir

de Rio+20, que se orienta prioritariamente

a los mares y costas.

La Economía Azul de Pauli

Hablamos en plural de este “color”

de economía porque hay dos

versiones. Comencemos por la de

Gunter Pauli, que se originó antes

que la segunda (las denominaremos

“Azul-Pauli” y “Azul-Mares”

La primera es un modelo económico

que se inspira en la naturaleza,

la mimetiza, y que, al igual que las

otras categorías de economía que

hemos expuesto, busca cambiar el

modelo de producción tradicional y

lineal, que destruye la naturaleza y

agota los recursos naturales; y que,

por el contrario, trata de regenerarlos.

Su idea central es la creación de

clusters que generen un ecosistema

autosuficiente, que no produzca desechos,

porque lo que la “economía

lineal”, tradicional, eliminaría como

un residuo, es utilizado en el cluster

como insumo en otro proceso productivo

(Pauli, 2010).

La propuesta de Pauli está dirigida

esencialmente a las empresas, para

que innoven en sus modelos de negocios,

sean más competitivos y que

produzcan un valor añadido en relación

con el medio ambiente, sin

centrase solamente en los beneficios

puramente económicos y privados

(además de éstos, la Economía

Azul-Pau produce un beneficio social,

que se deriva de la regeneración

de los recursos naturales y de

la mejora del medio ambiente, del

que no necesariamente se apropian

las empresas). Con este fin ZERI

(Zero Emissions Research and Initiatives)

una red global de mentes

creativas que buscan “soluciones a

los problemas del mundo”, desarrolla

bases para sistemas de negocios

sostenibles que cuestionen los supuestos

de la economía tradicional.

Un ejemplo que ilustra sobre esta

Economía Azul es el de un proyecto

de ZERI en Zimbabwe que tiene como

objetivo crear un sistema sostenible

e incluir a los más vulnerables de la

comunidad, mujeres en este caso.

Ellas producen café y con la biomasa

restante (el 99,8 %!) producen setas

shitake, que exportan con un alto valor

añadido; producen además proteína

y otros nutrientes que utilizan

para alimentar animales, con los que

diversifican su negocio. El proyecto

es sostenible económica, ecológica y

socialmente (ZERI Organization, n.d.)

(Fraile Oliver, 2011)

La Economía Azul de los mares y costas

En la conferencia de Rio+20 se propuso

una aplicación de la Economía

Verde a las actividades costeras y

oceánicas. Se trató de crear un modelo

económico, distinto del tradicional,

que respeten las actividades económicas

que se realizan en los ecosistemas

de las costas y los océanos.

Las actividades económicas que diariamente

influyen sobre los mares y

costas han empezado a recibir cada

vez más atención por parte de los

medios de comunicación y en las

discusiones tanto nacionales como

internacionales. Numerosos países

están desarrollando políticas económicas

en este sector para proteger

los recursos marinos y proporcionar

una distribución equitativa de los

mismos. Economía Azul (EA) es un

concepto que se hizo popular propiciado

por estos nuevos retos en la óptica

de encontrar un crecimiento azul

que sea sostenible, protegiendo las

actividades relacionadas con el mar

que podían verse amenazadas por el

cambio climático y la explotación excesiva

de los mares y océanos. Es un

modelo productivo cuyas actividades

son balanceadas con la capacidad,

en el largo plazo, de los ecosistemas

oceánicos de soportar las actividades

mismas y de permanecer resistentes

a los cambios y soportar la contaminación

(Whisnat & Reyes, 2015). También

se define a esta economía como

una que logra “una industrialización

sostenible de los océanos a beneficios

de todos”. Esta definición significa

que la Economía Azul-Mares adopta

una definición de beneficio que es

más amplia que la de la economía de

mercado, que sólo atiende al beneficio

privado.

Las principales características de

este modelo de economía son las siguientes

(Secretariat Commonwealth,

2017):

- Reconoce el valor del capital natural

que significa el ecosistema marino,

que debe ser tratado de manera

que siga siendo proveedor de recursos

marinos; por lo que se debe promover

una utilización sostenible de

los recursos de ese ecosistema.

- Propugna un crecimiento económico

que se base en actividades relacionadas

con los océanos, mares

y costas.

- Promueve fuentes de energías renovables

o con mínima emisión de GEI.

- Aprende a utilizar de forma eficiente

los recursos naturales, que

son limitados.

- Según la fuente citada, las actividades

deben desarrollarse de manera

que aseguren la capacidad de los

ecosistemas marinos para resistir los

cambios climáticos. Desde nuestra

perspectiva, las actividades deben

desarrollarse limitando el impacto en

el ecosistema para evitar un cambio


7 . DESARROLLO HUMANO

climático catastrófico; que destruya

los recursos y a nosotros mismos.

Todas estas propuestas apuntan a

la salvaguarda de los océanos y, si

bien tienen diferencias, ellas se deben

particularmente a su centro de

interés o atención: la primera enfatiza

la circularidad del proceso productivo,

que reduce los residuos y la

necesidad de utilizar recursos naturales;

la segunda, la Verde, destaca

la importancia de la producción de

energía limpia, el incremento de la

eficiencia energética, la reducción

de la emisión de gases, residuos y

contaminantes y la conservación del

agua y de los recursos naturales; la

tercera, La Economía Azul de Pauli da

prioridad a la aplicación de las ideas

de la Economía Circular en clusters

empresariales; y la última, la Azul de

los Mares busca la sostenibilidad de

los ecosistemas marinos y costeros

con propuestas que son próximas a

la de la Economía Verde.

Si ellas se aplicasen, la sostenibilidad

del desarrollo estaría asegurada.

Hay varios caminos que se deben

transitar para lograr esta sostenibilidad.

A Continuación, trataremos uno,

que nos parece relevante. Es más, lo

consideramos necesaria.

4. El valor de la educación

en conocimiento científico

y en valores (efectos del

subsistema 1 e interrelación

con los demás subsistemas)

Para que los sistemas económicos

funcionen de manera sostenible en

la vida real es necesaria la implicación

de la ciudadanía. Dada la lentitud

de las reacciones de los gobiernos,

una de las vías fundamentales

para el cambio es la presión por parte

de los ciudadanos y su voto para

que los gobiernos diseñen y ejecuten

políticas para la transición hacia

la sostenibilidad. La política funciona

como un sistema. Los gobiernos

reciben demandas de los ciudadanos

y de diversos grupos de presión; y

responden (sus salidas sistémicas)

con medidas de política. Si los ciudadanos

no tienen una educación que

les permita valorar la destrucción

de la biosfera, no exigirán medidas

para evitarla. En el mundo actual

hay varios ejemplos de gobernantes

que niegan la crisis climática y que

han sido electos.

Esta misma presión la pueden ejercer

los ciudadanos a las empresas,

mediante un consumo responsable

(productos ecológicos, disminución

de plásticos, obsolescencia programada,

tratamiento de residuos, utilización

de energías renovables, etc.).

Además, la que podemos designar

como Educación ambiental, modifica

el comportamiento de las personas,

por ejemplo, frecuencia de consumo

(no desechar bienes de consumo con

tanta frecuencia, como celulares, autos

o textiles).

Para poder crear una ciudadanía

responsable es necesario educar en

pensamiento crítico y en ciencia. No

sólo se trata de memorizar el conocimiento

acumulado por la ciencia,

sino de entender cómo se produce

este conocimiento, saber por qué el

conocimiento científico es válido y

otros no lo son. Entender el método

científico, y poder aplicarlo a la vida

cotidiana, para satisfacer la innata

curiosidad del ser humano, hace

que éste desarrolle por sí mismo un

sentido crítico, cuestionando informaciones

dudosas y contrastándolas.

Para el caso que nos ocupa, esta

educación debería incluir un enfoque

ambientalista y de otros como

justicia social y feminismo.

En ausencia de este tipo de educación,

se aplican políticas perversas

que son la causa de la actual crisis

climática, por ejemplo, la destrucción

del Amazonas o del deshielo

del Glaciar Perito Moreno. La constatación

de que la presión científica

y ciudadana puede provocar un cambio

positivo es la recuperación de la

capa de ozono.

El enfoque igualitario y ambientalista

sobre la educación que se propone

en el presente artículo conllevaría

un mayor acceso al trabajo y una

mayor autonomía de la mujer. Una

de las consecuencias de este tipo de

educación y del acceso de las mujeres

al trabajo reduciría la tasa de crecimiento

vegetativo de la población,

lo que tiene efectos favorables sobre

la sostenibilidad.

En conclusión, para asegurar

la sostenibilidad de

la especie y del planeta y

para poner en marcha las

variantes de economía analizadas

(circular, verde azul)

es necesario tener en cuenta

los varios subsistemas

que hemos descripto para

el diseño de políticas que

afronten el reto de la crisis

climática. El diseño de las

cuales requiere la educación

que proponemos.

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Research and Initiatives. Retrieved

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Sobre los autores

CARLOS LEGNA VERNA

Es Profesor Emérito de la Universidad

de La Laguna, España, Doctor en

Economía por la universidad Pierre

Mendès France de Grenoble, Francia

y Licenciado en Economía por la Universidad

Nacional de Buenos Aires.

Fue experto de la cooperación para

el desarrollo de Naciones Unidas.

Trabajó como funcionario del ECO-

SOC (Consejo Económico y Social de

NNUU) en América Latina y África.

Trabajó como investigador en la sede

de NNUU en Ginebra y fue profesor

del ILPES (Instituto Latinoamericano

de Planificación Económica y Social

de la CEPAL).

Ha publicado artículos y libros sobre

como mejorar las decisiones

estratégicas, la utilización de la

dinámica de sistemas para definir

políticas económicas y sociales, la

gestión estratégica y el desarrollo

socio-económico.

Email: clegna@ull.edu.es

DAVID LEGNA DE LA NUEZ

Es biólogo y Doctor en Desarrollo Regional

por la Universidad de La Laguna

(Is.Canarias, España). Experto en

Energías Renovables. Ha trabajado

en proyectos de cooperación internacional

al desarrollo en África del

Oeste relacionados con la protección

ambiental, seguridad alimentaria e

igualdad de género.

E-mail: davidsinfronteras@gmail.com

ISABEL GARCIA

Estudia la relación existente entre

la educación y los problemas socio-ambientales

que nos afectan

globalmente. Es bióloga, profesora,

y divulgadora, especializada en educación

para el desarrollo sostenible.

E-mail: gcia.isabel@gmail.com

web: https://gciaisabel.wixsite.com/

elciclosinfin

MARCELO LEGNA

Es escritor, filósofo y estudiante del

comportamiento humano. Gracias a

sus conocimientos multidisciplinares

de ecología y psicología, tanto

social como cognitiva, aporta una

visión holística de los problemas sociales

y ambientales.

E-mail: marslegna@gmail.com

web: https://marslegna.wixsite.com/

marcelolegna


8 . DESARROLLO HUMANO

RESERVA NATURAL ACHALA, UN ESPACIO

PARA EL ECOTURISMO EDUCATIVO Y SUSTENTABLE

Con el propósito de recuperar espacios naturales, emerge la Reserva Natural Achala, en plena Pampa de Achala, Córdoba, Argentina

Achala nació con un encuentro entre dos

personas; Alejandra Santini, productora

orgánica y Nico Roitberg, guía de turismo

alternativo. “En plena caminata a la

cima del Cerro La Ventana sentimos que

nos habíamos encontrado para crear

algo juntos. La sintonía era total. Charlas

de Permacultura, soberanía alimentaria,

conservación del medio ambiente y nuevas

formas de vivir en armonía con la Tierra.”

Escriben sus fundadores.

Y es así como unieron sus caminos para

proteger este pedazo de la Pampa de

Achala tan importante para el equilibrio

del ecosistema general. Y entonces comenzaron

a soñar a lo grande. Alambrar,

reforestar, crear un polo de ecoturismo

educativo y sustentable de mínimo impacto

en la Tierra. Establecieron lazos

con los lugareños y el lugar nos abraza

cada día más como agradeciendo por lo

que ya es y lo que vendrá.

¿En dónde está ubicada?

Dentro de la Reserva Hídrica Provincial

Pampa de Achala

Ubicada en el cordón de las Sierras Grandes

al Norte de la región de Pampa de

Achala, la reserva cuenta con una superficie

de 120 ha, su ubicación geográfica le

da el privilegio de contar con objetos de

conservación claves de la zona, entre ellos

dos cuencas hídricas, ‘’Arroyo Pircas Viejas’’

y ‘’Arroyo San Mateo’’ y la presencia

de la biodiversidad de pastizal de altura

con especies vegetales de climas desérticos,

cuyas características es la eficiencia

en captación y uso de agua. De gran

importancia es también la fauna silvestre

presente, ya que la misma es un factor influyente

en la regulación de los recursos

El paisaje combina una zona de pampa

y una gran quebrada orientada de

noreste a sudoeste con un desnivel de

150 mts, esta característica es típica de

la región la cual cuenta con una superficie

de 150.000 ha y está protegida por

el decreto provincial 361 desde el 31 de

marzo de 1999, su denominación oficial

es ‘’Reserva Hídrica Provincial Pampa

de Achala’’ y es de extrema importancia

para la provincia y sus aledañas ya que

de la misma se obtiene el 70% del agua

de la cual se abastecen

¿Qué actividades se realizan en Achala?

· Reforestación: Ayudan al suelo a regenerarse

y recrear su ecosistema natural

introduciendo especies nativas.

· Bioconstrucción: Armando refugios móviles

como las yurtas, de esa manera no

dejarán huellas, teniendo el mínimo impacto

en la tierra. Y reconstruirán antiguos

puestos de piedra.

· Charlas temáticas: Comparten conocimientos

e información de temas puntuales

vinculados a nuestra integración con

la Naturaleza.

· Ecoturismo: Propician actividades orientadas

a la sostenibilidad, preservación y

apreciación de las bellezas naturales.

· Flora y fauna nativa: Por medio de caminatas

y de la observación, aprenden

de las especies vegetales y animales descubriendo

sus beneficios y aplicaciones.

· Avistaje de aves: Observan y estudian

la diversidad presente de esta especie

fundamental en el Ecosistema de Achala.

· Trekking: Recorriendo diferentes senderos

de la Reserva y las Sierras de Córdoba

en formato grupal o privado.

· Astroturismo: Visualización del cielo y

sus diferentes sistemas y constelaciones

integrándolo con la Tierra y sus ciclos.

· Retiros y talleres: Ofrecen un espacio

para actividades de autoconocimiento y

desarrollo personal.

· Investigación: Propician un espacio

dentro de la Reserva para que sea una

fuente de conocimientos y sabiduría al

servicio de quienes buscan información.

· Medio ambiente: Concientizan sobre la

vital importancia de generar el menor impacto

posible sobre la Tierra y sus ciclos.

· Voluntariado: Reciben personas de

todo el mundo haciéndolas partícipes

de esta creación colectiva y en completa

expansión. Su accionar junto al resto

del equipo de Reserva Natural Achala es

fundamental para optimizar los procesos

de recuperación del suelo, reforestación

y crecimiento.

Sobre sus fundadores

Alejandra Santini

De raíz Rosarina y amante de nuestra

Madre Naturaleza. Productora Orgánica

desde hace más de 27 años. Dirige

Proyectos como “Aleorgánicos” comercialización

y red de Alimentos Ecológicos.

“FloreSer” , espacio de producción

orgánica y experimental; principalmente

en adaptación de semillas. “Bareco” Bar

Ecológico con tecnologías sustentables

mostrando nuevos sistemas productivos.

Fundadora de la Comunidad del Alimento

“FloreSer Campana” del Movimiento

Internacional de Slow Food.

Hoy comparte junto a Nico este nuevo

sembrar… Recuperar y custodiar Tierras

que se hacen oír. Donde la protección de

espacios naturales es otra de las tantas

formas de seguir cuidando nuestro hábitat.

Sí! Donde habitamos…

Nico Roitberg

Nació en Buenos Aires y se crió en Puerto

Madryn. Vive en un pequeño pueblo llamado

Las Calles en Traslasierra, Córdoba.

Hace 7 años se dedico a acompañar

personas y grupos en la búsqueda de un

mayor estado de Bien-estar aprovechando

la Montaña como una herramienta

de Desarrollo Personal. Prestador de Turismo

Alternativo, Profesor Nacional de

Educación Física, Orientador en Alimentación

Macrobiótica, Facilitador de Do-

In, Ritmo práctica y Ni-Kung, cocinero.

Hoy su propósito principal es crear una

Fundación dedicada a la recuperación

de espacios naturales para favorecer la

reforestación de especies nativas con el

objetivo de que nosotros, nuestros hijos

y nietos puedan disfrutar de una Tierra

sana y dadora de vida.

Si queres conocer más sobre esta iniciativa,

queres ser voluntario o saber

cómo podés colaborar:

WEB

www.reservanaturalachala.com

INSTAGRAM

reservanaturalachala

FACEBOOK

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