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Periódico Amagi Diciembre 2019

Periódico Mensual de Desarrollo Humano y Sustentabilidad

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DESARROLLO HUMANO

. 6

www..amagidesarrollo.com

nuevo modelo económico trata en

definitiva de desvincular el desarrollo

económico global del consumo

de recursos finitos. Una economía

circular aborda los crecientes desafíos

relacionados con los recursos a

los que se enfrentan las empresas y

las economías, y podría generar crecimiento,

crear empleo y reducir los

efectos medioambientales, incluidas

las emisiones de carbono. Dado que

cada vez son más las voces que abogan

por un nuevo modelo económico

basado en el pensamiento de sistemas,

una conjunción favorable sin

precedentes de actores tecnológicos

y sociales puede hacer posible ahora

la transición a una economía circular”

(Macarthur, 2013)

En síntesis, la economía circular trata

de romper el paradigma de la economía

lineal de comprar, usar y tirar,

para cambiarlo por otro que organice

la actividad económica de manera de

reducir el uso de recursos naturales,

reutilizar y reciclar. Con este modelo

económico se designan los bienes

durables de manera que se puedan

restaurar, usándose los componentes

y los productos durante más

tiempo y se asegura que los materiales

biológicos puedan re-entrar en la

biosfera, de manera de asegurar la

productividad del suelo. En suma, la

economía circular busca desacoplar

el crecimiento económico del consumo

de recursos naturales.

La Economía Verde.

Este tipo de economía no es contradictorio

con la circular y agrega otros

matices, pues explicita que uno de

sus objetivos es mejorar el bienestar

y la equidad. Pretende que el crecimiento

económico reduzca o elimine

sus efectos sobre el medio ambiente:

“una Economía Verde genera trabajos,

negocios e inversiones, mientras

se produce un aumento de la

producción de energía limpia, incrementando

la eficiencia energética,

reduciendo la emisión de gases, residuos

y contaminantes, y conservando

el agua y los recursos naturales”

(Barbier, 2010).

Según el Programa de Naciones Unidas

para el medio ambiente (PNU-

MA), una economía verde debe mejorar

el bienestar del ser humano y

la equidad social, a la vez que reduce

significativamente los riesgos ambientales

y las escaseces ecológicas.

La economía verde produce bajas

emisiones de GEI (Gases de Efecto

Invernadero), utiliza los recursos

de forma eficiente y es socialmente

incluyente. En una economía verde,

el aumento de los ingresos y la

creación de empleos se derivan de

inversiones públicas y privadas destinadas

a: a) reducir las emisiones de

GEI y la contaminación; b) promover

la eficiencia energética y del uso de

los recursos; y c) evitar la pérdida de

diversidad biológica y de servicios

de los ecosistemas. La orientación

de las inversiones en esta dirección

se realizará mediante un gasto público

selectivo, reformas políticas y

cambios en la regulación. La Economía

Verde deberá mantener, mejorar

y, cuando sea necesario, reconstruir

el capital natural como activo económico

fundamental y fuente de beneficios

públicos, especialmente para

las personas desfavorecidas cuyo

sustento y seguridad dependen de la

naturaleza.

La economía verde reconoce el valor

del capital natural e invierte en él; y

favorece la I+D+i que desarrolle tecnologías

amigables con el medio ambiente

como pueden ser las energías

renovables, los materiales para la

construcción bioclimática, el transporte

limpio, la gestión de residuos

y el reciclaje.

El avance hacia una Economía Verde

requiere un cambio en las políticas

nacionales y supranacionales, como

por ejemplo: a) cambios en la política

fiscal, que incentiven la producción

y el uso de las energías renovables

(en España, durante el gobierno

de un partido político, se establecieron

normas que desincentivaban el

desarrollo de las energías renovables);

b) reforma y reducción de subsidios

con efectos perjudiciales para

el ambiente (como los subsidios a

uso del diésel); c) inversión pública

para “enverdecer” áreas y sectores

(“enverdecer” la Pampa Húmeda de

Argentina, eliminando algunos agroquímicos);

d) introducir criterios ambientales

en las adquisiciones públicas;

e) aumentar los espacios verdes

y reducir la contaminación en las ciudades

(durante el gobierno anterior

de la ciudad de Madrid se redujo la

contaminación pero el actual gobierno

de la ciudad está implementando

medidas que la favorecen); f) en

general diseñar y ejecutar normas y

regulaciones que favorezcan el medio

ambiente (Programa de Naciones

Unidas para el medio ambiente

(PNUMA), 2011).

Las economías azules: la de

Pauli y la que se desarrolló a partir

de Rio+20, que se orienta prioritariamente

a los mares y costas.

La Economía Azul de Pauli

Hablamos en plural de este “color”

de economía porque hay dos

versiones. Comencemos por la de

Gunter Pauli, que se originó antes

que la segunda (las denominaremos

“Azul-Pauli” y “Azul-Mares”

La primera es un modelo económico

que se inspira en la naturaleza,

la mimetiza, y que, al igual que las

otras categorías de economía que

hemos expuesto, busca cambiar el

modelo de producción tradicional y

lineal, que destruye la naturaleza y

agota los recursos naturales; y que,

por el contrario, trata de regenerarlos.

Su idea central es la creación de

clusters que generen un ecosistema

autosuficiente, que no produzca desechos,

porque lo que la “economía

lineal”, tradicional, eliminaría como

un residuo, es utilizado en el cluster

como insumo en otro proceso productivo

(Pauli, 2010).

La propuesta de Pauli está dirigida

esencialmente a las empresas, para

que innoven en sus modelos de negocios,

sean más competitivos y que

produzcan un valor añadido en relación

con el medio ambiente, sin

centrase solamente en los beneficios

puramente económicos y privados

(además de éstos, la Economía

Azul-Pau produce un beneficio social,

que se deriva de la regeneración

de los recursos naturales y de

la mejora del medio ambiente, del

que no necesariamente se apropian

las empresas). Con este fin ZERI

(Zero Emissions Research and Initiatives)

una red global de mentes

creativas que buscan “soluciones a

los problemas del mundo”, desarrolla

bases para sistemas de negocios

sostenibles que cuestionen los supuestos

de la economía tradicional.

Un ejemplo que ilustra sobre esta

Economía Azul es el de un proyecto

de ZERI en Zimbabwe que tiene como

objetivo crear un sistema sostenible

e incluir a los más vulnerables de la

comunidad, mujeres en este caso.

Ellas producen café y con la biomasa

restante (el 99,8 %!) producen setas

shitake, que exportan con un alto valor

añadido; producen además proteína

y otros nutrientes que utilizan

para alimentar animales, con los que

diversifican su negocio. El proyecto

es sostenible económica, ecológica y

socialmente (ZERI Organization, n.d.)

(Fraile Oliver, 2011)

La Economía Azul de los mares y costas

En la conferencia de Rio+20 se propuso

una aplicación de la Economía

Verde a las actividades costeras y

oceánicas. Se trató de crear un modelo

económico, distinto del tradicional,

que respeten las actividades económicas

que se realizan en los ecosistemas

de las costas y los océanos.

Las actividades económicas que diariamente

influyen sobre los mares y

costas han empezado a recibir cada

vez más atención por parte de los

medios de comunicación y en las

discusiones tanto nacionales como

internacionales. Numerosos países

están desarrollando políticas económicas

en este sector para proteger

los recursos marinos y proporcionar

una distribución equitativa de los

mismos. Economía Azul (EA) es un

concepto que se hizo popular propiciado

por estos nuevos retos en la óptica

de encontrar un crecimiento azul

que sea sostenible, protegiendo las

actividades relacionadas con el mar

que podían verse amenazadas por el

cambio climático y la explotación excesiva

de los mares y océanos. Es un

modelo productivo cuyas actividades

son balanceadas con la capacidad,

en el largo plazo, de los ecosistemas

oceánicos de soportar las actividades

mismas y de permanecer resistentes

a los cambios y soportar la contaminación

(Whisnat & Reyes, 2015). También

se define a esta economía como

una que logra “una industrialización

sostenible de los océanos a beneficios

de todos”. Esta definición significa

que la Economía Azul-Mares adopta

una definición de beneficio que es

más amplia que la de la economía de

mercado, que sólo atiende al beneficio

privado.

Las principales características de

este modelo de economía son las siguientes

(Secretariat Commonwealth,

2017):

- Reconoce el valor del capital natural

que significa el ecosistema marino,

que debe ser tratado de manera

que siga siendo proveedor de recursos

marinos; por lo que se debe promover

una utilización sostenible de

los recursos de ese ecosistema.

- Propugna un crecimiento económico

que se base en actividades relacionadas

con los océanos, mares

y costas.

- Promueve fuentes de energías renovables

o con mínima emisión de GEI.

- Aprende a utilizar de forma eficiente

los recursos naturales, que

son limitados.

- Según la fuente citada, las actividades

deben desarrollarse de manera

que aseguren la capacidad de los

ecosistemas marinos para resistir los

cambios climáticos. Desde nuestra

perspectiva, las actividades deben

desarrollarse limitando el impacto en

el ecosistema para evitar un cambio

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