20 “los colegios tienen un sistema que más bien aplasta la creatividad e inteligencia de los niños”.
21 Diego Fernández es profesor de biología y ciencias naturales. Fotografía de Patricio Gallegos. magíster impartido por la Universidad de Concepción. “Le propuse a mi esposa que nos fuéramos a Concepción y que iba a ser por un par de años y después nos volveríamos, pero la calidad de vida acá es bien distinta a vivir en Santiago. Nacieron los hijos y nos quedamos de forma definitiva”. Siete pétalos El bagaje profesional que tuvo, sumado a la visión crítica del sistema educativo que, incluso, tenía antes de ingresar a estudiar pedagogía, gestaron una idea que pudo materializarse al ver crecer a sus retoños. Cuando su hijo Diego -de trece años- iba en cuarto básico, empezó a rendir negativamente en las evaluaciones, lo que generó una extrañez en sus padres ya que siempre tuvo excelentes calificaciones. La situación era puntual, sus compañeros lo molestaban por las buenas notas que obtenía. “Entonces él comenzó a apagarse, comenzó a no decir nada, a no hablar. Nos costaba un mundo que nos contara las cosas que le estaban pasando”. Intentaron cambiándolo a diferentes establecimientos hasta que conocieron el trabajo de Pedagooogía 3000. Éste es un movimiento social educacional Impulsado en 2001 por Noemi Paymal, una antropóloga francesa radicada en Bolivia y que fomenta el desarrollo integral del ser humano, en los diferentes niveles del ámbito educativo. A partir de ello y entre otras formas de generar un cambio en la educación, proponen el modelo de la Escuela de los Siete Pétalos. Éste es un sistema internacional de escuelas que pretende integrar, a través de siete partes, alimentar el conocimiento de las personas de una manera más integral. Bienestar físico, área cognitiva articulada, aspectos emocional y multicultural, artes, ecología, ciencias aplicadas (producción y talleres) y desarrollo personal, son las divisiones del modelo. Apuesta que acabó cuajando la necesidad de Diego de educar desde una vereda distinta al sistema educativo chileno. “Los colegios tienen un sistema que más bien aplasta la creatividad y la inteligencia de los niños, ni hablar de los sueños y las cosas que a ellos les puedan pasar”. Algo que además cobró más sentido con la problemática que ocurría con su hijo mayor. Ruka Ayllu Para este profesor existe un desamor gigante de los docentes hacia los alumnos y esto se suma a que desde la casa los niños no reciben el cariño que se les debería entregar. Y para él todos son culpables, “desde el ministro de turno hasta el profesor que está en las aulas”. También agrega que la solución a este problema lo tiene el educador que con tan sólo preocuparse de entregar amor a sus estudiantes, se mejoraría el sistema. Es por eso que fundó una escuela que ya lleva cuatro años en el sector de Altos de la Parra, camino a Tomé, llamada Ruka Ayllu. Este establecimiento, en su corta vida, ya demostró que es una buena herramienta para los niños que necesitan una alternativa al sistema tradicional. “Los niños validan sus cursos, dan los famosos exámenes libres. Algunos con muy buenas notas otros con no tantas, pero lo que realmente nosotros valoramos es la transformación que tienen los niños respecto de los que nos dice su familia”. Fernández añade que este colegio además de ayudar académicamente a los alumnos se preocupa de la parte psicológica. Y esto se destaca cuando los padres notan una diferencia en sus hijos al ingresar al plan de estudio, sienten que florecen, su personalidad cambia y esto fomenta a que se sientan más seguros en la vida. El principal propósito de Ruka Ayllu, es que sus alumnos realicen actividades que ellos necesiten, pero también se preocupan de ejecutar labores que muchas veces a los niños no les gusta hacer. La escuela trabaja con dos pilares fundamentales para el crecimiento de los estudiantes, el primero es el desarrollo de una cultura de paz y el segundo es una comunicación no violenta, puesto que llegan niños con problemas de conducta y esto les ayuda a mejorar la convivencia en grupo. Además, la propuesta del profesor va mucho más allá de la formación de los niños sino que también busca un cambio de estructura social, algo que siempre quiso para su vida profesional. Por último, los planes que tiene para seguir impulsando su proyecto es crear un espacio donde los niños puedan tener una especie de ciudadela dentro del terreno. Enfocada en adolescentes, ya que sus hijos están creciendo y como ellos han sido el motor de la escuela, la idea es ir adecuándose a sus necesidades y a las de los niños que se integran. “Lo importante de esto es que va surgiendo con la gente y esto es algo que no está hecho en la región. Nosotros no tenemos la receta mágica para hacerlo, pero creemos que este plan ayuda al desarrollo humano”.