Ethnicities Magazine_Diciembre 2017_Volumen_18

las trenzas habían desempeñado
un lugar muy especial en el sincretismo
cultural del negro en la
colonia. La noción del “cabello
bueno” y el “cabello malo” había
dado lugar a la peinilla caliente,
introducida al mundo occidental
por las francesas en las islas
caribeñas y el Luisiana. La peinilla
caliente se establece como
elemento fundamental de la industria
de la belleza negra que
tiene sus inicios en los primeros
decenios del siglo 20. Las peinillas
calientes superan los métodos
más antiguos usados por los
esclavos, que varían entre cuchillos
calentados al carbón, grasa
para los ejes y potasa elaborada
en casa. La peinilla caliente,
un peine de hierro calentado
a la brasa del carbon generaba
una temperatura entre 300 y
500º Farenheit. Al contacto con
el cabello preparado con aceites
de bergamota, coco, y otros preparados
caseros, el mechón de
cabello perdía sus consistencia
encrescapada y al enfriar la temperatura,
permanecía alaciado.
Algunas consecuencias de este
método eran las quemadas o
laceraciones por el contacto del
hierro y, la consecuente alopecia
o caída de cabello muy común en
las mujeres negras del caribe expuestas
a este método.
El jabón negro es otra tradición
proveniente del África meridional
y occidental. Se usaba para
lavar el cabello. Originario de
Togo, el Jabón Negro es conocido
también como Jabón Negro
de África o Jabón “Beldi”.
Excelente limpiador que se hace
aún tradicionalmente a mano
en África, principalmente en Marruecos.
Contiene además, el
aceite de coco, de maíz morado
y de la semilla de palma, aceite
de nuez que se usaba para lubricar
el cuero cabelludo. En el
norte de áfrica, el aceite de argán
se usaba para proteger el cuero
cabelludo del sol y el clima árido.
Arreglarse el cabello era un aspecto
íntimo, espiritual del bienestar
personal, y en ocasiones,
constituía un proceso de muchos
días lograr el peinado y la destreza
para lograrlo.
Aunque los adultos se estiraban
el cabello, la tradición de la trenza
continuó en el cabello de los
niños. “A las rodillas de las abuelas,
las niñas lucían sus primeros
moñitos o trenzas tejidas en una
cabellera cuidada por las cepilladas,
lubricación que fomentaba
su crecimiento. A pesar de
la creciente moda de alisarse el
cabello en los inicios del siglo 20,
las escolares llevaban el cabello
trenzado y adornado con vinchas,
ganchos, cintas de colores
u horquillas. Solamente los domingos
o en fechas especiales,
podían lucir el cabellos suelto o
rizado con peines calientes, estilo
este que requiere cuidado
diario y poco adecuado para las
actividades y los horarios de los
niños y de sus madres trabajadoras.
(Peters, 1990).
En los años 50, a raíz de las revueltas
africanas contra el colonialismo y el
apartheid y el inicio del movimiento político-cultural
de los derechos civiles,
los afroamericanos—artistas, intelectuales
y activistas empiezan a usar estilos
africanos. Los estilos de trenzas
en hileras persistentes en lugares como
Carolina del Norte dan pie a un redescubrimiento
de las tradiciones que sobreviven
desde la esclavitud (Biggers, 1999;
Jackson, 2000). Para enfatizar aun mas
en la tendencia, deciden poner de moda
el pelo “alborotado” y otros las trenzas
y se le denomina estilo “afro”. Cantantes
como Odetta, Miriam Makeba, Nina
Simone, activistas como Angela Davis
aparecen en 1969 usando las trenzas
como parte de su solidaridad con el
Poder Negro. Mas adelante, algunos
optan por las técnicas de trenzado más
complicadas, y en los años 70, cuando
surge el hip-hop como un movimiento
cultural predominantemente negro, el
corte “filadelfia” y los trenzados se establecen
como los estilos del movimiento
Afro Futurista que da pie al énfasis
geométrico en los estilos de peinado de
los negros.
6