libro Unidad 5-1526267192
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que acabe de olvidar algo. Subrayo de nuevo que la teoría no requiere ninguna capacidad<br />
especial. En realidad, aprehender una información compleja y almacenarla en la memoria es<br />
algo difícil de explicar. Por el contrario, anular o suprimir cualquiera de los muchos<br />
mecanismos implicados en la percepción y la memoria es fácil de conseguir y puede explicar<br />
el desdibujamiento de la identidad requerido por la explicación de la conducta altruista. En el<br />
ejemplo del «asesinato potencial», la pérdida de la individualidad como resultado de la<br />
identidad provisionalmente desdibujada pone al asesino potencial en el lugar de la otra<br />
persona. Puesto que la otra persona tendría miedo, también lo tendrá el actor potencial. Se<br />
evita un acto no ético a causa del miedo compartido.<br />
Todos los descubrimientos resumidos en este capítulo demuestran que nuestro cerebro<br />
puede realizar la tarea de producir conductas altruistas. Lo más importante es que varios<br />
mecanismos independientes permiten que la imagen-de-otro se mezcle con la imagen-de-unomismo<br />
para promover la génesis de conductas altruistas. Estos mecanismos no son excluyentes<br />
entre sí —podrían funcionar en combinaciones diversas— y esas combinaciones podrían ser<br />
diferentes en individuos distintos.<br />
A veces las personas generosas contribuyen a ciertas causas, de tal modo que su conducta<br />
no parece reflejar altruismo hacia un individuo, sino más bien hacia una entidad abstracta.<br />
Conjeturo que en todos esos casos la persona generosa tiene en la cabeza la «idea» de una<br />
persona. Es decir, lleva a su mente una imagen de esa persona. Si la idea es de generosidad<br />
hacia una biblioteca, entonces la persona generosa imagina a un bibliotecario. Si hablamos de<br />
actos valerosos en una planta japonesa de energía nuclear que ha resultado dañada, entonces el<br />
altruista imagina la imagen de un campesino de Fukushima. Se aplicaría la TCA exactamente<br />
como se presenta aquí.<br />
Aplicación de la TCA a situaciones de la vida real<br />
Una vez explicados los cinco pasos esenciales de la TCA —pasos que utilizan mecanismos del<br />
cerebro ordinario con los que los neurocientíficos trabajan cada día— ahora quiero entretejer<br />
esos pasos en historias de buena conducta que van de ejemplos nimios a otros más serios. Lo<br />
que pretendo es ilustrar cómo la TCA se hace real en la práctica, cómo los pasos individuales<br />
se plasman realmente en los actos humanos. Por consiguiente, aunque no podamos ver el<br />
cerebro durante las pocas centésimas de segundo que lleva tomar una decisión altruista, no<br />
obstante podemos identificar cómo está funcionando cuando se formula y se lleva a cabo esa<br />
decisión.<br />
A<br />
Era uno de esos días en los que el resplandor del sol en las calles sin sombra hacía que todo<br />
el mundo tuviese mala cara. Yo estaba empezando a cruzar la Tercera Avenida, en Mahattan,<br />
Pfaff, D., & Sherman, S. (2017). El cerebro altruista: por qué somos naturalmente buenos. Retrieved from http://ebookcentral.proquest.com<br />
Created from uleamecsp on 2018-04-20 00:28:41.