libro Unidad 5-1526267192

Copyright © 2017. Herder Editorial. All rights reserved.
Paso 2. Percepción del individuo hacia el que actuará el
benefactor (en este caso, Siller)
Un desarrollo importante de la investigación neurofisiológica ha sido la explicación de cómo
percibimos exactamente el mundo visual. Por supuesto, cuando miramos el objeto de nuestra
proyectada acción social no podemos evitar percibirlo. Aquí y en el capítulo 3 resumiré las
pruebas del campo de la fisiología visual que conducen inevitablemente al paso 2 de la TCA.
Cientos de trabajos científicos describen el modo en que el cerebro percibe el mundo visual
que nos rodea. Los patrones de luz pasan a través de nuestros ojos para provocar en la retina
patrones correspondientes de excitación de las células nerviosas de la parte trasera del ojo.
Esas señales eléctricas llegan al nervio óptico y luego, o bien se dirigen a nuestro
mesencéfalo, donde una versión simplificada del patrón visual provoca una rápida acción
refleja, o bien van al tálamo, donde empieza el procesamiento visual detallado. «Tálamo» es
el término griego para «antecámara», y se llama de este modo porque el tálamo es el lugar del
procesamiento necesario para que las señales visuales entren en la corteza. Cuando Siller está
a punto de actuar para ayudar a una persona herida en la torre, lleva a su mente la visión de
una persona (genérica). Las neuronas de la parte visual del cerebro de Siller lanzan patrones
que representan la imagen de esa persona, que representa a múltiples personas reales de la
torre (aunque con frecuencia el benefactor vea el objeto de su acción proyectado justo delante
de él, en otros casos la corteza visual registra simplemente una visión de una persona distante
o incluso hipotética, en este caso, una persona genérica en la torre). En nuestro ejemplo, el
cerebro de Siller procesa la información visual que crea una imagen de una víctima genérica
de la torre. En otros casos, cuando el beneficiario real está justo delante del benefactor, los
patrones de luz, oscuridad y color que atraviesan los ojos del actor (la persona que está a
punto de actuar benévolamente, es decir, el benefactor) provoca señales eléctricas que son
enviadas desde las células de la retina; las señales viajan a través del nervio óptico. Como ya
dije, las señales siguen dos caminos principales. El camino más simple, más primitivo, se
dirige al mesencéfalo, donde las señales visuales pueden reunirse con señales de otros
sentidos para obtener una imagen inmediata de lo que está delante del actor y permiten una
acción rápida, casi automática. El camino visual más largo, más detallado, específico del
cerebro humano conduce a la parte superior del tronco del encéfalo, para de este modo enviar
una señal a la parte trasera de la corteza cerebral, la corteza visual. Allí, los rasgos
individuales de la imagen de la otra persona —líneas, ángulos, sombras— convergen en
grupos de células para formar una imagen unificada. Neurona a neurona, estas líneas y estos
ángulos se codifican, como demostró el trabajo del premio Nobel Torsten Wiesel (antiguo
presidente de la Universidad Rockefeller) cuando trabajaba en Harvard con David Hubel.
El paso 2 es crucial para la TCA porque no podemos actuar hacia otro ser humano a menos
que literalmente podamos imaginar a esa persona —o visualizar a una persona genérica— en
toda su humanidad. Esto es parte del impulso comunal programado en nosotros por la
evolución, y es necesario para nuestra supervivencia. Aparte de los mecanismos fisiológicos
Pfaff, D., & Sherman, S. (2017). El cerebro altruista: por qué somos naturalmente buenos. Retrieved from http://ebookcentral.proquest.com
Created from uleamecsp on 2018-04-20 00:28:41.