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libro Unidad 5-1526267192

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Cho, empezó a arrasar el campus —matando finalmente a 32 personas e hiriendo a 17—<br />

Librescu bloqueó la puerta de su clase con su propio cuerpo, dando a los estudiantes la<br />

oportunidad de escapar. Aunque la mayoría de ellos salió por las ventanas poniéndose a salvo,<br />

Librescu no salió vivo, recibiendo varias balas a través de la puerta. Su familia estaba<br />

conmocionada, pero su hijo contó a un periódico israelí que «la gente decía que mi padre fue<br />

un héroe». Y ha habido otros.<br />

En julio de 2012 se desarrolló un drama horrendo en el que un grupo de jóvenes, a expensas<br />

de su propia vida, salvó a sus seres queridos de un pistolero perturbado. En el estreno de El<br />

caballero oscuro, James McQuinn, de 27 años, se arrojó delante de su novia y recibió dos<br />

disparos destinados a ella. Jonathan Blunk, de 26 años, veterano militar, también murió cuando<br />

salvó a su novia. ¿Por qué reaccionaron tan valerosamente?<br />

Creo que son aplicaciones instantáneas e inconscientes de la TCA en acción. Estos dos<br />

jóvenes (paso 1) tenían en el cerebro la representación «descarga corolario» de sus<br />

movimientos para arrojarse de manera protectora delante de sus novias, y obviamente (paso 2)<br />

tenían las imágenes visuales de ellas fundidas con las suyas (paso 3). Estas señales neuronales<br />

motoras y sensoriales enviadas (paso 4) a los mecanismos del cerebro altruista en la corteza<br />

prefrontal produjeron rápida y emocionalmente la decisión de «Ve» y «Hazlo» debido a la<br />

valencia positiva asociada a salvar la vida de las dos mujeres. Como resultado (paso 5),<br />

actuaron, realizando así el supremo acto prosocial. No se detuvieron a pensar si la otra<br />

persona «lo merecía» o si las posibilidades de sobrevivir estaban a favor o en contra.<br />

Simplemente, actuaron. Puesto que hemos visto este tipo de acción hacia completos<br />

desconocidos, sabemos que el factor motivador no era —como si se tratase de una telenovela<br />

— un amor imperecedero. Sabemos que los procesos neurohormonales produjeron efectos a<br />

velocidad de relámpago, cambiando la vida de unas personas para siempre. Finalmente, la<br />

comunidad se beneficia de este tipo de acción, y esa es la razón —en términos evolutivos—<br />

por la que podemos entenderlo. Quienes expresaron sorpresa y admiración deberían haber<br />

dejado de lado su sorpresa y haber admirado el cerebro humano.<br />

T<br />

Todo el mundo se sintió horrorizado cuando, en marzo de 2011, un bucle continuo de cobertura<br />

informativa describía el terremoto japonés, el tsunami que siguió, y, finalmente, la inundación<br />

de la planta nuclear de Fukushima que contaminó un área del tamaño de Nueva Jersey. En los<br />

días siguientes, cuando la magnitud de la tragedia —y el peligro— se hizo evidente, la gente<br />

de todo Japón se ofreció voluntaria para limpiar el entorno y estabilizar la planta. Sus<br />

narraciones forman un mosaico, que mantuvo al mundo en vilo, de las desinteresadas acciones<br />

que siguieron, del compromiso de unos japoneses para con sus conciudadanos. La CNN, por<br />

ejemplo, emitió un reportaje con el título «Jubilados japoneses voluntarios para “cuerpos<br />

suicidas” de Fukushima», sobre cientos de personas mayores dispuestas a ponerse el equipo<br />

de emergencia para trabajar en el interior de la planta afectada. Sin embargo, uno de esos<br />

hombres, Masaaki Takahashi, de 65 años, dijo que no entendía el alboroto montado sobre sus<br />

Pfaff, D., & Sherman, S. (2017). El cerebro altruista: por qué somos naturalmente buenos. Retrieved from http://ebookcentral.proquest.com<br />

Created from uleamecsp on 2018-04-20 00:28:41.

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