arlt 300
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ROBERTO ARLT<br />
Sirvienta: Sí, lo más bien... Pero ¡qué notable!... Fíjese<br />
en esas mujeres...<br />
Capitán: Bailan un bolero...<br />
TRESCIENTOS MILLONES<br />
Capitán: Comienza el desierto ahora. Permítame,<br />
que me llama el segundo. (Sale. La Sirvienta se sienta<br />
en su mecedora.)<br />
Sirvienta (poniéndose las manos en las orejas): Se oyen<br />
las guitarras...<br />
Capitán: Fíjese cómo zapatea ese gitano...<br />
Sirvienta (cayendo de rodillas): Señor, te doy las gracias<br />
por haber permitido que goce tamañas maravillas...<br />
Capitán: ¿Qué le pasa, señorita? (La Sirvienta se pone<br />
de pie.)<br />
,<br />
Sirvienta: Estoy conmovida, Capitán. ¡Ah, si usted<br />
supiera! Cuando yo vivía en Buenos Aires y no había<br />
recibido la herencia, para distraerme iba a las estaciones...<br />
Viajaba en tren... Naturalmente..., viajes<br />
cortos..., media hora... Me parecía que me iba muy<br />
lejos..., no sé adonde. Tenía la impresión de que el<br />
tren sólo podía parar en una estación donde hubiera<br />
casas en que todo el mundo era feliz...<br />
Capitán: Es muy instructivo viajar.<br />
Sirvienta: A mí no me interesa la instrucción. Me gusta<br />
el tren porque va lejos... y, además, ¿usted sintió<br />
ese olor a carbonilla mojada que tienen las locomotoras?...<br />
(Cambiando de tono.) ¡Oh, qué lástima, ya no<br />
se ve más la hoguera!...<br />
48